Hola, mira que hacía tiempo que no subía una histoireta de estas... pero esta vez me apetecía.

Esta historia corresponde a la propues 009 de LPDF lanzada por Sonia Granger Potter. Espero que os guste. Gracias por vuestros reviews...


AGUA Y POMPAS DE JABÓN:

Estúpido verano, tonto, insulso e inútil verano...

Hermione Granger se acurrucaba en el sofá en posición fetal agarrándose el oído derecho con fuerza tratando de contener las lágrimas... era como si una taladradora estuviera trabajando dentro de su cabeza, y tenía toda esa parte de la cara adormilada, pero al mismo tiempo era como si fuera a reventarle de dolor, notaba fuertes pulsaciones en la sien derecha, y si movía la mandíbula la sacudía un terrible espasmo la atravesaba de lado a lado.

Dicen que el dolor de muelas, el del parto y el de oído, son los 3 tipos de dolor más fuertes. Hermione siempre había pensado que eso no eran más que tonterías... hasta hace dos días, cuando se acostó con un burbujeo en el oído, y se despertó sorda y con un pitido en la oreja, a partir de ahí todo, había ido a peor, hasta el punto de que llevaba dos días encerrada en casa de un sillón a otro tratando de calmar ese dolor, sin dormir o comer... en esos momentos, su único objetivo era que el dolor desapareciera.

En esos dos días, la única vez que había salido, era para ir al médico y oír el fatal diagnostico... "otitis aguda externa". Con su habitual eficacia Hermione había corrido hasta casa para buscar EXACTAMENTE lo que eso significaba:

"Inflamación del conducto auditivo externo que se da en nadadores y se caracteriza por un fuerte dolor de oído que aumenta al masticar, junto con picor."

¡Genial! Gritaba ahora siempre que se acordaba en medio de su frustración y enfado con la cara escondida en el cojín tratando de contener las ganas de rascarse, ya que había comprobado que eso exacerbaba el dolor de oído, y por si fuera poco, le salía una secreción amarillenta cada vez y era realmente asqueroso.

¡Por Merlín! que alguien le dijera... le explicara en que momento había decidido a principios de verano apuntarse a natación... y sobre todo¿por qué no había seguido los consejos de su padre y se había puesto tapones? Esa respuesta era fácil, Hermione, que había nadado desde pequeña hasta que entró en Hogwarts, lo hacía muy bien, y no le gustaba nadar con tapones porque obviamente no oía nada, pero es que además, era como estar ciega, no pudiendo controlar al resto de nadadores que competían con ella.

Con los tapones simplemente no les veía, no podía sentirlos. Sabía que era absurdo, y sin embargo le gustaba ver a todos esos creídos que luchaban por llegar hasta donde ella estaba ¡ja, ellos que pensaban que por ser chica no estaba a su altura... les sacaba media piscina... siempre, ya lo decía su profesor antes de entrar a Hogwarts y lo decía el nuevo... ¡ sus piernas valían una mina!

En cuanto al momento que decidió apuntarse... había un sencillo motivo... y tenía nombre de hombre... Harry Potter, si bien en aquella conversación también había intervenido Ron, Hermione pasaba olímpicamente de la opinión que el pelirrojo pudiera tener de ella, pero Harry era harina de otro costal, siempre lo había sido... y eso no iba a cambiar. Recordaba esa frase, esa conversación, esas palabras que le habían taladrado el oído tanto como lo estaba haciendo la otitis un mes después.

Estaban volviendo en el expreso de Hogwarts, por fin eran ex alumnos del famoso colegio de magia y hechicería, e iban rumbo a Londres hablado de las pruebas que tendrían que afrontar en septiembre para entrar definitivamente en la academia de aurores, los tres solos sentados como siempre en su compartimiento, felices después de haber destruido a Voldemort y sus Horcruxes.

Ese año, fue el año de las sorpresas, no solo Harry se había dado cuenta de que su amor por Ginny no era más que el fruto de un filtro de amor administrado por la pelirroja el verano antes de entrar a sexto, sino que esta ahora estaba saliendo con un Draco Malfoy rehabilitado y Harry estaba libre de nuevo.

Pero también había sido el año en que Hermione Granger se había dado cuenta de que su "amor" por Ron no era más que un amor incondicional de amigo y se había descubierto loca por Harry.

Pues bien... no nos descentremos, estamos en el Expresso, en un compartimiento al final del tren, con tres jóvenes hablando de su futuro profesional...

Alastor me comentó que no tendremos ninguna dificultad para entrar en la academia con las notas que tenemos- empezó Ron- el problema va a estar en las pruebas físicas. Son duras.

No creo que tengamos problemas para superarlas- añadió Harry mirándole- en cuanto lleguemos a la Madriguera nos pondremos a entrenar. Tonks dice que nos ayudará

Hermione permanecía con la vista fija en la ventana, escuchando esa conversación, que la estaba poniendo algo nerviosa... pruebas físicas, lo sabía desde siempre, pero hasta esos momentos no había querido pensar en ello, si bien, su miedo al volar podía ser controlado a la hora de esas pruebas, el resto..., no estaba segura de poder superarlas, aunque tenía la esperanza de que sus notas y el que hubiera sido el premio anual de su año, compensaran el desastre que podían ser esas malditas pruebas.

-Si Tonks nos ayuda no creo que sea muy difícil- añadió Ron más calmado- ¿vendrás a practicar con nosotros Hermione?

La castaña se volvió hacia sus amigos algo confundida... ¿ir con ellos¿a la Madriguera?... ¿a pasar el verano con Harry, eso era demasiado arriesgado, ya le estaba costando no echarse encima de él cada vez que lo veía entrar en la sala común atusándose el pelo como para estar con él, al sol, en pleno verano, sudado... hasta incluso sin camiseta... no... mejor evitar ese tipo de tentaciones

-Creo que me quedaré en casa y me prepararé sola- añadió Hermione volviendo a mirar por la ventana

-¿no vendrás con nosotros Herms?- preguntó Harry de pronto con voz algo dura

Hermione se volvió a mirarle¿qué era eso que había en sus ojos?... ¿desilusión?..., bueno eran amigos, y casi siempre habían pasado los veranos juntos, era normal que se sintiera algo desilusionado

-He estado demasiados veranos dejando de lado a mis padres- explicó ella consciente de que ese verano también iba a estar sola porque sus padres se iban a un viaje de dos meses

-Oh... entiendo- añadió Harry, que de pronto parecía molesto

-Herms- siguió Ron- te das cuenta de que...- pareció dudar unos momentos antes de añadir-... no eres muy buena para los deportes

-¿Qué estas tratando de decirme?- le preguntó Hermione levantando una ceja

-Sencillo- intervino Harry de pronto lanzándole una mirada algo fría, Hermione se sorprendió nunca la había mirado así- pues que como eres un desastre en cualquier cosa que implique esfuerzo físico... y además has engordado algo este año- Hermione hizo una mueca de horror que Harry ignoró-. Si no entrenas... no entrarás en la academia

Hermione tardó dos segundos en ponerse en pie enfrentando a Harry con ojos brillando de rabia y los brazos en jarras, mientras su melena castaña se agitaba furiosa. No sabía si estaba más furiosa con él porque tenía razón, era cierto que era una nulidad en el aspecto físico, y sobre todo porque había engordado... o porque Harry de pronto le estaba pareciendo un superficial.

El caso es que estaba en pie, con los brazos en jarras enfrentando a Harry que la miraba impasible como si él fuera el mismísimo Voldemort reencarnado, y Ron que se había acurrucado en el sillón mirándola asustado.

-Eres un capullo- añadió Hermione con voz calmada

Justo antes de darse la vuelta y salir por el compartimiento hecho una furia rumbo a ninguna parte... así que Harry pensaba que era una nulidad en los deportes, pues muy bien.

En ese momento, el tren había frenado señal de que habían llegado a Londres, y Hermione casi voló por el tren recogiendo sus cosas para correr hacia sus padres y desaparecer del andén antes de que sus amigos bajaran. No apreció el par de ojos verdes arrepentidos que la miraban desde dentro del tren.

Ya en casa, Hermione se había sentado frente al espejo de su cuarto con ojos vidriosos, le dolía lo que Harry había dicho sobre su físico, a ella nunca le había importado estar algo llenita, pero que Harry se lo dijera..., que el chico que le gustaba se lo dijera... eso si había dolido, porque Hermione tenía la absurda esperanza de que el chico que la quisiera lo haría por algo más que su físico. Pero estaba claro que Harry no... a él siempre le habían atraído las chicas esculturales del estilo de Cho y Ginny, había sido una ilusa al pensar que algún día la vería como algo más que una amiga, que la vería como a una mujer.

Y encima estaba ese complejo que tenía con los deportes, era consciente de que como todo el mundo la consideraba una cerebrito... habían supuesto que era una nulidad en los deportes hasta el punto de que ella también lo había creído, pero ahora que se ponía a pensar, todos ellos estaban equivocados, ella era buena en un deporte... más que buena... ¡genial, un deporte que la pondría en la forma necesaria para afrontar las pruebas para el Ministerio, un deporte que se incluía en esas mismas pruebas. Quizá no pudiera compararse a Harry y Ron volando en escoba... pero en el agua... Hermione Granger era el pez más grande.

Ese mismo día empezó su lucha, y no solo eso, recordó un placer que creía olvidado, recordó la sensación de deslizarse por el agua a toda velocidad usando simplemente sus brazos y piernas, el placer de dejar atrás a todo el mundo, la sensación de poder cuando tocaba la pared del otro lado y se volvía con una respiración totalmente calmada a mirar como segundos más tarde llegaban el resto de sus compañeros... ¡SI, Hermione Granger dentro del agua era (con perdón) "la puta ama".

Pero ahí estaba, dos meses después con 10 horas de natación a la semana a sus espaldas, casi a finales de agosto y a dos días de las pruebas con una otitis, y lo que es peor... hacia mucho calor... y llevaba dos días sin ducharse temiendo que le entrara agua en el oído y empeorase, ya tenía suficiente con lo que tenía ahora. Y como suele pasar, a 40ºC, sudando, de un sitio para otro, sin comer ni dormir lo suficiente, sin nadie en casa que te haga mimos... Hermione no solo estaba de una mala baba subida, sino que además se sentía horrible... y pegajosa... y sucia... y estaba deseando meterse en la ducha... tenía que hacerlo, estaba segura de que la haría sentirse mejor... no debía temerle al agua... y menos al agua de la ducha donde hacía pies perfectamente, ella podía controlar el agua al igual que en sus clases de natación para que no entrara en el oído.

Así que con su valor Gryffindor se levantó del sofá en el que llevaba dos días dando vueltas y se dirigió hacia el piso superior para coger algo de ropa, un pijama cómodo y fresquito, ropa interior... lo normal... y se encaminó al baño.

Media hora después salía encontrándose un poco mejor... oliendo bien... y más fresca que cuando había entrado, pero aún tenía un pequeño problema... su pelo, era imposible que se lo lavara ella sola sin que le entrara agua en el oído por muy despacio que fuera.

Se miró en el espejo... con un suspiro, su pelo tenía un aspecto horrible, parecía un manojo de paja recogido en un moño, y si se lo soltaba era mucho peor... se quedaba con la misma forma, de echo no tenía necesidad de usar nada para sujetarlo. Con un suspiro tomó el cepillo y empezó a desenredarlo... era imposible, el cepillo se quedaba atascado y no avanzaba. Hermione descubrió con horror que la única manera de que volviera ser rizado era lavarlo y aplicarse un buen desenredante... ¡no podía hacerlo, eso no, le entraría agua... necesitaba ayuda. Quizá podía escribir a Ginny, o a Luna y contarles su problema, estaba segura de que ellas vendrían en su ayuda.

El timbre de la puerta la sobresaltó, no esperaba a nadie a esas horas de la tarde, suspiró de nuevo como era habitual ese verano mientras se recogía el alborotado pelo después de su safari con el cepillo y bajó las escaleras hasta le puerta para llevarse la sorpresa de su vida... Harry Potter estaba en el umbral. Hermione resistió el impulso de cerrar la puerta de nuevo, no quería que la viera y más cuando la vista de Harry estaba posada en su pelo y parecía a punto de echarse a reír.

Harry no sabía que era lo que le había llevado esa tarde a casa de Hermione, bueno, si lo sabía, se sentía fatal por lo que le había dicho a principios de verano, él no era nadie para enfadarse si Hermione prefería pasar el verano con sus padres antes que con él, después de todo la chica había sacrificado mucho desde que entró a Hogwarts y todo por ayudarle a él, veranos, navidades y fiestas de guardar para pasarlas a su lado apoyándole.

Y después de estar todo el verano en la Madriguera sometido al duro entrenamiento de Tonks y Moody sin recibir ni una sola carta por su parte, esa tarde no había podido resistir el impulso de ir con ella, disculparse y quizá decirle lo que había planeado hacer cuando estuvieran en casa de los Weasley, pues Harry, durante su séptimo año había descubierto cuanto la quería, y ahora que era libre y que no tenía a un loco maníaco detrás... podía confesarle sus sentimientos, por eso se había enfadado tanto al saber que ella no iría a pasar el verano con él, tenía una cita fantástica programada que se había frustrado y eso le había llevado a descargar su ira con la persona que más le importaba... Hermione se merecía una disculpa... y ¿quien sabe, un par de besos no estarían nada mal para seguir después.

Pero si algo no sabía Harry, es que las cosas nunca salen como uno espera, porque desde el momento en que Hermione abrió la puerta, se quedó sin capacidad del habla y movimiento. Ella estaba, sencillamente espectacular... y cambiada¿dónde estaba ese michelín que le gustaba pellizcar para hacerle cosquillas?... ¿por qué de pronto Hermione parecía que lo tenía todo... demasiado bien puesto?

Allí estaba ella, en pie, con un pijama color crema resaltando su bronceada piel, de pantalón corto y tirantes, que aunque no ceñido se pegaba a sus curvas en cada movimiento, como en esos momentos que apoyada en la manivela de la puerta remarcaba una cintura estrecha y uno de sus pechos... Harry no necesitaba ver más para saber que no llevaba sujetador, lo único que parecía no haber cambiado era su pelo, que en esos momentos parecía más alborotado y desordenado que nunca, estuvo a punto de sonreír al ver algo familiar, pero los ojos de Hermione le transmitieron tal sensación de peligro, que lo mejor que se lo ocurrió decir fue:

-¿Siempre abres a todo al mundo vestida así?- algo realmente estúpido a juzgar por como Hermione había enarcado una ceja

-No creo que eso sea asunto tuyo- respondió ella algo cortante cruzando sus brazos, revelándole a Harry el nacimiento de sus pequeños pechos mientras un tirante resbalaba por uno de sus hombros, tirante que Hermione de inmediato devolvió al sitio con un hábil movimiento

Consciente de la tensión que había en esos momentos en el ambiente, Harry permaneció en el umbral esperando a que Hermione le dijera algo, que le invitara a entrar en casa, pero a juzgar por su semblante serio... debía estar muy enfadada con él, lo que Harry no sabía es que 1) en esos momentos la humedad que quedaba en el cuerpo de Hermione tras al ducha y la brisa que entraba por la puerta entreabierta empezaba a aumentar el dolor de su oído... 2) la consecuencia: una mala leche aumentando por momentos.

-¿No vas a ...

De pronto, y antes de que Harry pudiera seguir con su frase, la cara de Hermione se congestionó de dolor llevándose las dos manos hacia el oído derecho apretando con fuerza mientras un quejido salía de su boca.

-¡Herms!- exclamó Harry asustado al ver lo blanca que se había quedado

Sin esperar a ser invitado cruzó al puerta de la casa cerrándola tras de si y la cogió de los hombros..., Hermione notaba como la cabeza empezaba a martillearle con fuerza, tanta que no notó que Harry la sostenía de los hombros y que ella se había recostado sobre su pecho escondiendo la cabeza...

Harry no dijo nada, ella poco a poco parecía ir encontrándose mejor, aunque no podía negar que seguía asustado, el notar a Hermione sobre su pecho y entre sus brazos lo tranquilizaba, pero necesitaba saber que pasaba...

-¿Herms?- preguntó temeroso- ¿estas enferma?

Como si esa pregunta fuera el detonante, de pronto Hermione notó las manos de Harry sobre su cintura, y se vio a si misma acurrucada en su pecho tratando de contener el dolor del oído, se separó algo brusca, dejando a un sorprendido Harry tras de si mientras ella entraba al salón sin mirar atrás para que no viera su evidente sonrojo.

Tras unos segundos de incertidumbre, Harry la siguió al interior de la estancia, Hermione estaba acostada en el sofá con la cara enterrada entre cojines temblando como una hoja...

-Herms me estas asustando

-No es nada- respondió su voz amortiguada a través de los cojines

-¿y tus padres?- inquirió Harry de pronto, tampoco era plan de que lo sorprendieran con su hija

Hermione sacó la cara del cojín mirándole levemente a través de la tela un tanto desconcertada... antes de añadir:

-Se marcharon de congreso- se sentó de golpe en el sofá mirándole- ¡que haces tu aquí?

-He venido ha hablar contigo

-¡De que!- inquirió brusca. Lo cierto es que estaba de bastante mal humor desde el principio de verano y más desde que tenía ese dolor continuo en la oreja.

Harry se revolvió incómodo, nunca había visto a Hermione tan enfadada, ni tan solo cuando le mando la bandada de pájaros a Ron en sexto... su pelo parecía echar chispas y sus ojos le miraban entre brillantes y furiosos. Harry estaba intimidado, ni tan solo cuando estuvo frente a Voldemort había estado tan nervioso...

-Aun sigues enfada conmigo por lo que dije en el tren- no era una pregunta, era una afirmación

-No estoy enfadada- repuso ella. ¿por qué no la dejaba en paz con su dolor?- así que ya puedes irte

-Quería pedirte disculpas

-Estas disculpado- repuso Hermione arisca

De pronto se puso en pie y volvió a pasar frente a Harry que la miró frustrado mientras subía por las escaleras.

Hermione sabía que no estaba siendo razonable, sabía que Harry estaba tratando de disculparse, y sabía que hacía semanas que lo había perdonado, pero es que en esos momentos no podía ser razonable y escucharle, solo quería que se marchara para tumbarse un rato, llorar de dolor. Entró a su cuarto y cerró la puerta tras de si antes de que otro fuerte pinchazo en el oído la hiciera doblarse de dolor, gimió con fuerza y se recostó sobre la cama tratando de controlar el llanto... le dolía, y mucho.

Oyó la puerta abrirse tras de si y gimió desconsolada, era capaz de notar unos pasos algo cautelosos acercándose, era consciente de que estaba asustando a Harry, pero no podía evitarlo, además preocuparle le producía una especie de placer sádico en medio de su dolor, aunque solo le preocupara como amiga y porque pensara que seguía enfadado con ella:

-¡no te has ido aún!- saltó de pronto Hermione desde la cama mirándole fijamente. Harry se detuvo a medio camino

-No hasta que no hablemos- repuso cruzándose de brazos, él también estaba empezando a enfadarse

-Ya te he dicho que estas perdonado... puedes irte

-He dicho que no... estas enfadada por algo y hasta que no me lo digas no me voy

-Que no... estoy... ENFADADAAAAA

-Y... entonces ¡que te pasa!

-Na.da

-Mentira

Hermione se había puesto de rodillas sobre la cama mirándole furiosa, manteniendo la mirada de Harry, antes de que su mano se dirigiera hacia su oído apretando con fuerza y cayera sentada sobre la cama con ojos vidriosos.

-¡Herms!- Harry alarmado corrió hacía ella y sentó a su lado- ¿te duele el oído?- le preguntó

-Siii- gimió con suavidad

-Déjame ver...- Harry la tomó de los hombros para sentarla frente a él mientras permanecía en pie

-Es solo una otitis- explicó Hermione tratando de zafarse de su abrazo, eso solo la ponía más nerviosa- no hay nada que ver

Harry le ladeó la cabeza con semblante serio apartándole algunos de los mechones que caían por su cuello con cuidado, no pudo obviar una pequeña caricia, y ella no pudo evitar cerrar los ojos ante las cálidas manos de Harry corriendo por su delgado cuello, con cuidado Harry empezó a masajear por debajo de la oreja afectada, mientras Hermione con los ojos cerrados y miles de sensaciones (que no tenían nada que ver con el dolor) recorriendo su cuerpo, reclinó la cara sobre el brazo de Harry para que no cesara ese agradable contacto, la otra mano de Harry empezó a dibujar círculos en su mejilla...

-¿cómo es que has cogido otitis?- preguntó el moreno con voz ronca... le encantaba la cara de paz que tenía Hermione en esos momentos, le daba paz a él.

-He estado tomando clases de natación- añadió ella en un susurro sin abrir los ojos

-¡ah!- musitó Harry desconcertado- ¿muchas?

-Dos horas todos los días 5 días a la semana- explicó ella. El dolor y su malhumor estaban desapareciendo

Harry asintió, eso explicaba muchas cosas, el dolor de oído sobre todo, y que su cuerpo aunque igual de frágil y delicado estuviera más tonificado... y marcado, pero aún había una pregunta martilleando en su cabeza... "porque"...

Hermione al oír su voz abrió los ojos para mirarle... desde donde estaba sentada veía su fuerte mandíbula apretada, y sus ojos verdes a través de las gafas mirándola con intensidad, podría decirle muchas cosas... que lo había echo para demostrarle que podía ser buena en algún deporte, y quizá un poco para sentirse mejor con ella misma y con su cuerpo..., nada de eso salió de sus labios

-Entrenamiento para las pruebas- respondió escuetamente

No fue necesario decir nada más, como siempre Harry en sus ojos vio todo lo que había tras esa frase, y sobre todo lo que le había dolido lo que él le había dicho en el tren, sin soltar su rostro, Harry fue bajando hasta ponerse de rodillas frente a ella que le miraba entre sorprendida y triste...

-Lo siento

-¿el que?- preguntó Hermione desconcertada

-Lo que dije en el tren... todo- susurró mientras sus pulgares acariciaban su rostro

-Harry..- empezó Hermione, pero él posó uno de sus dedos sobre los labios de ella para hacerla callar

-Me comporté como un patán de primera, no tenía ningún derecho a decir lo que dije y si hay algo que pueda hacer para que me perdones... lo haré- "incluso saltar desde la ventana de tu cuarto"

-Estabas perdonado antes de venir- añadió Hermione retirando las manos de Harry de sus mejillas tomándolas entre las suyas para llevarlas hasta sus rodillas, Harry le sonrió contento y Hermione sintió que le faltaba el aire.

Y entonces... se le ocurrió, había dicho que haría cualquier cosa..., quizá si Hermione se hubiera parado a pensarlo unos instantes, no lo habría dicho, porque ella, que era tan racional, debería haberse dado cuenta de lo que podía pasar, de cómo iba a ser, de lo trastornada y desesperada que debía de estar cuando le pidió algo así, aunque años después recordara aquel momento como el mejor de su vida...

-En realidad- empezó Hermione- hay algo que puedes hacer por mi- Harry se irguió apretando las delicadas manos de ella entre las suyas..

-Dime- la animó él

-Ayudame a lavarme el pelo- ante la cara de perplejidad de Harry Hermione se apresuró a añadir- no puedo hacerlo sola sin que me entre agua en el oído.

-Entonces vamos...- terminó Harry con una sonrisa

Así que, 10 minutos después allí estaban, Harry Potter el mayor exterminador de serpientes del mundo y Hermione Granger, la mayor devoradora de libros de la historia, en el enorme baño privado del cuarto de los padres de la chica.

Hermione había sugerido ese lugar ya que estarían mucho más anchos cuando ella se sentara en el suelo, pero ahora, desde allí, con la espalda reposada en la pared de la bañera y la cabeza hacia atrás y con Harry de rodillas a su lado, totalmente pegado a ella... pensaba que no había sido buena idea... pero nada... nada buena.

Harry, estaba de rodillas al lado de Hermione preguntándose, cual de todos los "potingos" que estaban allí, era el champú, y sobre todo, porque de golpe tenía las manos tan frías y sudadas...

-¿a que esperas Harry?- le preguntó Hermione mirándole con la cabeza ladeada apoyada en la bañera

-Yo... bueno...

-Tendrás que mojarme el pelo primero- le dijo la castaña

Harry miró a su alrededor para detectar el grifo justo a su derecha... tomó la alargadera entreteniéndose en el proceso, estaba muy cerca de Hermione, notaba el calor del brazo de ella sobre su cintura, y eso no era nada tranquilizador, abrió el grifo con agua caliente y la fue enfriando hasta que la temperatura le pareció la adecuada.

Miró ligeramente hacia abajo para ver a Hermione con los ojos cerrados y el rostro contraído, y tomando aire con fuerza, acercó el agua hacia el cabello de su amiga... que empezó a humedecerse rápidamente.

-¿esta lo suficientemente caliente?- le preguntó dirigiéndolo primero hacía el lado izquierdo de su cabeza,

-Si- susurró Hermione- por favor ten cuidado- esa frase casi fue una súplica mientras el agua corría hacia el centro de su cabeza.

Harry la miró, ella hacía más fuerza con los ojos al ver que el agua se acercaba a su oído dañado.

-Confía en mi- le susurró Harry

-Siempre- musitó Hermione abriendo levemente los ojos para clavar sus iris como el ámbar en los verdes de Harry

La situación en la que estaban, le dejaba a Harry el oído derecho a la otra parte del cuerpo de su amiga, así que para protegerlo Harry tuvo que llevar su brazo por encima de ella, convirtiendo su mano en una especie de cueva que evitaba que el agua cayera dentro de su oído.

Hermione tragó con fuerza, si la cercanía de Harry ya era perturbadora, notar su cálido brazo rodeando su cuello era... para volverse loca.

Y encima, no sabía si él lo estaba haciendo a propósito, pero su codo se rozaba suave e imperceptiblemente con el nacimiento de su pecho, produciéndole no solo cosquillas a la castaña, sino también una fuerte taquicardia, si elevara un poco su cuerpo podría rozar uno de sus pechos con el brazo de Harry.

Si Hermione hubiera tenido tiempo, se habría reprendido mentalmente, pero notar como la mano de Harry se hundía en sus cabellos tratando de guiar el agua lejos de su oído derecho haciendo suaves masajes, Hermione no pudo reprimir un gemido de satisfacción... era tan agradable, estaba tan relajada... ¡y tan excitada!.

Harry oyó suspirar a Hermione y se volvió para mirarla, su rostro se había relajado visiblemente, pero Harry estaba descubriendo otras sensaciones... el pelo mojado de Hermione entre sus dedos era lo más suave y delicado que había tocado nunca, formaba unos extraños bucles interminables que se perdían entre sus largos dedos mientras el agua corría sobre ellos, estaba seguro de que podría pasar horas simplemente mirando como el agua se escurría entre los cabellos de Hermione... y sería el mejor espectáculo de su vida. Consciente de que eso no era posible, y con todo su pesar cerró el grifo y se quedó quieto tratando de calmar las pulsaciones de su pecho, notando por primera vez que el agua había resbalado por su brazo y había mojado no solo su camiseta, sino la camisola de Hermione.

Hermione, viendo que Harry no seguía abrió los ojos para mirarle, estaba con sus verdes pupilas fijas en algún punto tras ella con la espalda recta, parecía algo compungido y preocupado, quizá quería echarse atrás, pero Hermione había descubierto que las manos de Harry eran terriblemente grandes, y cálidas..., que le gustaban todas esas sensaciones que le estaba produciendo... y no quería renunciar a ellas.

-Lo estas haciendo muy bien- le susurró Hermione para darle ánimos poniendo una de sus pequeñas manos sobre el brazo de Harry

Ese pequeño contacto, fue como si una descarga eléctrica le sacudiera, le puso el pelo de punta justo en la nuca, donde siempre se ponía cuando algo le asustaba... y ahora también cuando le excitaba. Harry se limitó a asentir, tratando de no mirar, primero, las gotas que bajaban corriendo entre los pechos de Hermione, y sobre todo esa parte que empezaba a marcarse por encima de la tela tras el contacto por el agua...

-¿con cual...- preguntó Harry

-Con el rojo, el que huele a fresas- añadió Hermione

Ahora Harry ya sabía que era ese olor que siempre procedía del cabello y que siempre la precedía, Harry estaba convencido de que podría encontrarla entre un millón de personas solo buscando ese olor.

Recorrió con la vista los botes que habían sobre la bañera para descubrir con horror, que "el rojo, el que huele a fresas" estaba justo a la otra punta, Harry liberó un pequeño gemido, de rodillas, y junto a Hermione, solo había una manera de cogerlo... así que se estiró por encima de ella para alcanzarlo, procurando no rozar demasiado su cuerpo con el de ella, sino iba a cometer alguna locura, estaba seguro.

Hermione contuvo la respiración de pronto cuando notó todo el torso de Harry encima de ella, podía notar ese olor tan suyo, tan característico, que le daban ganas de abrazarse a él con fuerza, de meter las manos por dentro de su camiseta, de probar su piel con los labios para ver si eran tan fantástica como su olor... pero no podía, Harry estaba tratando de ayudarla, y era su amigo, no podía hacer algo así, por lo que se limitó a cerrar los ojos con fuerza, muy sonrojada y a tratar de pegar su cuerpo en todo lo posible a la pared de la bañera.

Harry fue retirándose lentamente de encima de Hermione, notaba el calor de su amiga bajo su cuerpo, llevándole a preguntarse si siempre liberaría ese calor y las imágenes que le venían a la mente no le ayudaban a controlar la sensación ardiente que se estaba anidando en la parte baja de su vientre, y encima tenía la camiseta mojada.

Hermione notó como Harry se había puesto en pie a su lado y lentamente abrió los ojos... retiro su espalda de la bañera quedando sentada en el suelo. ¡Harry se había quitado la camiseta, empezó a respirar de manera acelerada mirando aquella espalda que ... ¡merlín! No había palabras para describirla... solo podía decir que era perfecta, y estaba segura que si sus dedos se perdían por esas formas sería aún más perfecta.

Harry se volvió lentamente hacia ella para descubrirla sentada en el suelo con una expresión extraña en su cara, pero es que desde donde estaba y con Hermione con los hombros caídos hacia delante le estaba enseñando más de lo que él anhelaba ver en esos momentos difíciles a través de la camiseta del pijama. Bajó la mirada tratando de controlar a sus ojos que se empeñaban en perderse bajo las formas de Hermione y descubrir si todo su cuerpo tenía ese aspecto tan suave y trató de explicarse...

-Me he mojado al... con el agua...- fue una explicación patética, y él lo sabía.

Hermione pareció entender, porque sin retirar los ojos del torso formado de su amigo fue reclinándose de nuevo y cerró los ojos suplicando por que no se le notara en exceso el sonrojo. Notó como Harry se arrodillaba a su lado de nuevo y Hermione tragó con fuerza.

Harry con su valor Gryffindor volvió a adoptar la posición inicial junto a su amiga, ahora el calor que liberaba su cuerpo iba directamente a su torso... igual no había sido buena idea quitársela, hubiera sido mejor mojarse entero antes de notar todas esas sensaciones, como en esos momentos la piel del brazo de Hermione que subía desde el suelo hasta su vientre recostándose con el otro rozándose con su propia piel.

En esos momentos, estuvo dispuesto a largarse de allí con rapidez, pero no podía, Hermione estaba enferma y necesitaba su ayuda. Así que cerrando los ojos y tomando aire como si fuera a aspirar todo el del baño... se dispuso con su tarea, dejando caer un poco de jabón en una de sus manos, para luego dejar el bote y repartirlas entre las dos. Harry miró a Hermione que permanecía con los ojos cerrados y se acercó a ella.

Cuando las manos de Harry hicieron contacto con su cabeza, Hermione creyó firmemente que se moría, estaban muy calientes, y se movían con cuidado masajeando todos los rincones, pero había más, porque ahora notaba el lateral del torso de Harry pegado a su brazo... y estaba muy caliente... ¿o era ella?... ¿era posible que fueran los dos¿por qué de pronto estaba húmeda y no precisamente en la cabeza?. En su posición notaba que Harry tenía serías dificultades para alcanzar la parte derecha de su cabeza, pero Hermione apostaría a que Harry estaba jugando con su pelo y el jabón... notaba en todo el baño un fuerte olor a fresas mezclado con el olor de Harry... notaba el corazón pulsando fuertemente en su garganta y entonces pasó... todo se detuvo

Una de las piernas de Harry por encima de ella, estiró las piernas y llevó sus manos contra el suelo cerrando fuertemente los puños, trató de no pensar en nada..., y sobre todo no abrir los ojos, porque estaba notando un ligero peso sobre ella y dos fuertes manos masajeando con cuidado su pelo...

Había sido osado, y Harry lo sabía, pero no podía alcanzar de otro modo el lado derecho y controlarlo para que no entrara jabón en su oído si no era de rodillas frente y sobre ella, así que había pasado una de sus piernas por encima del delgado cuerpo de Hermione. Habría esperado que lo tirase de un empujón, pero simplemente la notó ponerse rígida y no dijo nada. La miró, tenía su rostro a escasos milímetros del suyo, que le permitieron descubrir unas pequeñas pecas sobre la nariz de su amiga, una cicatriz bajo uno de sus párpados... descubrió que de cerca, la delicada línea de su nariz , era recta y perfecta, que tenía unas pestañas largas aunque a simple apariencia no se veía porque eran rubias, y sobre todo que tenía los labios sonrosados, que parecían suaves, adorables, en forma de corazón y que eran los labios más besables que había visto en su vida.

Apartó la mirada de su amiga, porque era su amiga, su mejor amiga y fijó la vista en un punto tras ella, en la pared de azulejos azul cielo tratando de contener los impulsos, y sobre todo de concentrarse en algo que bajara sus ánimos, sentado como estaba encima de Hermione ella podría notarlo y ofenderse, y con razón, sus buenos propósitos pronto se fueron al traste...

Hermione permanecía con los ojos fuertemente cerrados, notaba a Harry que hacía ligeros movimientos sobre ella, sus piernas a cada lado de sus caderas... calientes... ella lo estaba, tenía que mirar, lo necesitaba. Lentamente sus ojos se fueron abriendo y el mejor espectáculo de su vida apareció ante ella, el fuerte tórax de su amigo frente a sus ojos, unas ganas locas de tocarlo la envolvieron, teniendo que hacer esfuerzos sobre humanos por no poner sus manos ahí, pero aún quedaban partes de su cuerpo con las que podía tocar, podía llenar de besos y saliva esa línea que iba desde sus clavículas y entre sus pectorales para perderse en su vientre, solo tenía que levantar un poco la barbilla para hacerlo..., notó como Harry se pegaba más a ella para alcanzar la parte trasera de su cabeza levantándosela levemente, ahora su nariz rozaba con la piel del chico... en ese momento no podía pensar en el como su amigo, sino en un chico, EL CHICO, notaba una extraña dureza en su vientre mientras que ella estaba totalmente blanda y mojada más abajo y no pudo resistirlo... un cálido suspiro escapó de sus labios mientras que sus manos se agarraban con fuerza a la cintura de Harry...

Un cálido aliento sobre su piel, y unas manos frías y temblorosas sobre su cintura hicieron que Harry bajara la mirada sobresaltado hacia el rostro de su amiga. Tenía los ojos abiertos, tan oscuros y brillantes que parecía desquiciada, le miraba fijamente respirando agitada, con su pecho subiendo y bajando sobre su torso rozándose en cada movimiento... se estaba mordiendo el labio que de pronto parecía más rojo y apetecible que antes... unos segundos tardó Harry en decidirse.

Inclinó su rostro sobre el de Hermione sin dejar de mirarla a los ojos para depositar un tierno beso sobre en la comisura de los labios de la chica...

-Harry- la oyó gemir casi desesperada su aliento golpeando en su oreja le produjo una descarga eléctrica que le subió por la espalda.

Se separó un poco para mirarla y la vio con los ojos cerrados y los labios entreabiertos... anhelante, no necesitaba nada más para hacer lo que había deseado desde hacía mucho tiempo.

La besó... en los labios, enredando sus dedos entre el cabello lleno de jabón atrayendo su cara a la de él, fue un beso suave, en el que Harry aprovechó para delinear con su lengua el labio superior de Hermione haciendo que ella liberase un suspiro mientras sus manos se aferraban más a Harry.

Muy despacio Harry pidió permiso, y la castaña abrió sus labios permitiendo que la lengua del chico entrara dentro de Hermione en un profundo, cavernoso y húmedo beso que enloqueció a ambos. Y por fin Hermione hizo lo que ansiaba... recorrer con sus manos la espalda de Harry, subiendo hasta sus omoplatos, atrayéndolo hacia ella al bajar, Harry suspiró en medio del beso, y con una de sus manos en la nuca de Hermione la obligó a extender la cabeza, permitiéndole un mayor camino para recorrer su boca, jugar con su lengua enredándose en la de la chica...

Mientras, las manos de Hermione corrieron hacia el vientre de Harry delineándolo hacia arriba en una caricia hasta que sus palmas quedaron reposadas en los pectorales del chico... quería recorrer su cuerpo... todo su cuerpo, estaba blanda y húmeda, mientras notaba a Harry caliente y duro y esa era la mejor sensación que había experimentado nunca.

Muy despacio, se separaron, sus ojos se encontraron, Harry quería decirlo, necesitaba que ella supiera porque la había besado..., pego su frente a la de ella, sus labios se abrieron:

-Yo... Herms... me hubiera gustado decirte antes...- empezó entre respiraciones entrecortadas

-Me lo has dicho... de la mejor... manera- añadió ella enredando sus dedos en el cabello de Harry, que en ese momento tenía una sonrisa en sus labios.

Y es que entre ellos, no eran necesarias las palabras, bastaba mirarse a los ojos para saber lo que él otro estaba sintiendo, y en ese beso ya se habían dicho todo lo necesario. Hermione volvió a atraer a Harry hacia ella para decírselo en el mismo lenguaje que él había empleado, en un beso sublime, un beso como ella cálido, suave, con un deje posesivo, haciendo que sus cuerpos se pegaran, se rozaran, esta vez fue el turno de Harry para recorrer el cuerpo de aquella chica que le volvía loco.

Así que sin soltar su nuca y dejándose besar por Hermione, su mano izquierda acarició su mejilla, bajó hasta su cuello... por su brazo, hasta la cintura dejando un húmedo y resbaladizo camino de agua y jabón en la piel. Finalmente su mano se coló por debajo de la camiseta, tenía curiosidad por saber su toda la piel del cuerpo de Hermione era tan delicada como hasta ahora... así que con cuidado y sin dejar de compartir su beso empezó a subir preparado para parar si Hermione hacía el mínimo movimiento de incomodidad... no fue así, la mano subiendo por el vientre hasta el inició del pecho, hizo que ella flexionara las rodillas haciendo que el cuerpo de Harry se acercara al suyo, ahora era más que notable la dureza de Harry sobre su vientre, ella solo pudo empezar a mover su cuerpo tratando de rozarse con esa dureza que la estaba volviendo loca.

La mano de Harry siguió subiendo hasta que se cerró sobre uno de los pechos de Hermione, que lanzo un suspiro rompiendo el beso, era increíble notar la mano de Harry acariciando su pecho, que rápidamente parecía haberse puesto firme. Harry se sorprendió de que tuviera el tamaño justo para su mano, de que fuera firme y suave, pero lo que más le enloquecía es que Hermione tuviera los ojos cerrados y suspirara su nombre totalmente abandonada a las sensaciones que su caricia le estaba produciendo. En ese instante, Harry decidió besar su nariz, bajar por su mejilla, recorrer el mentón antes de empezar a bajar con por su cuello, justo en la yugular, donde empezó a succionar con fuerza haciendo que los gemidos de Hermione fueran más fuertes.

-¡ESTAMOS EN CASA!

Como separados por un resorte, Harry y Hermione pararon lo que estaban haciendo y se quedaron mirándose a los ojos. Si Hermione parecía desquiciada con la respiración agitada, las mejillas sonrojadas, los ojos brillantes y el cuerpo lleno de jabón, Harry estaba seguro de que no presentaría mejor aspecto.

-¿DÓNDE ESTAS HERMS?

-Mi padre- gimió Hermione con urgencia. Unos pasos en las escaleras hizo que ambos se pusieran en pie de un salto- tienes que irte

-Si...- Harry miró a su alrededor buscando una vía de escape mientras se ponía la camiseta

De pronto la mano de Hermione se cerró sobre la suya y tiró de él hasta el cuarto de sus padres, Harry se dejó hacer entre asustado y frustrado de que les hubieran interrumpido, aunque en el fondo se alegraba de que les hubieran interrumpido, porque conforme estaban las cosas no habría podido parar.

-La ventana- le señaló Hermione.

Harry se volvió para ver la ventana abierta y un árbol junto a ella, Harry corrió hacia allí y apoyó su pie en una de las ramas, cuando estaba a punto de empezar a descender notó como lo cogían de la camiseta. Vio como Hermione le sostenía antes de que ella se inclinara sobre la ventana y depositara un beso en sus labios

-Te quiero- dijo Harry de pronto al separarse. Viendo como una enorme sonrisa aparecía en los labios de la castaña. Nunca le había más preciosa que en aquel momento, con el pelo y el cuerpo lleno de jabón.

-Y yo a ti- respondió ella .

De pronto Harry vio como Hermione se volvía de golpe, y se apoyaba en la ventana ocultándolo, rápidamente empezó a bajar mientras la voz del señor Granger y Hermione se perdían en la tarde...

-¿qué hacías?- preguntó el hombre

-Lavarme el pelo- añadió ella más tranquila que nunca antes

-¿En la ventana?- inquirió la voz de la señora Granger

-Es que verás mama- empezó la castaña- estoy haciendo tiempo, he decidido empezara a usar esos trucos que siempre me dices para el pelo y para el cutis.

-¿Y que te ha hecho cambiar de opinión?- preguntó su madre

Una sonrisa satisfecha apareció en los labios de la castaña que avanzó hacia sus padres para darles un beso a cada uno:

-Me alegro de que estéis aquí- les dijo andando hacia la salida del cuarto con el jabón resbalando por su cuello

En realidad no había cambiado de opinión sobre esas cosas... porque eran una lata, pero había descubierto que si se las aplicaba alguien... la sonrisa se ensancho mientras cerraba la puerta del otro cuarto de baño, y por si fuera poco ya tenía el oído destapado y no le dolía.

FIN

EPILOGO:

Harry se apareció en la Madriguera un rato después muy contento, y tras evitar las preguntas indiscretas de todos los habitantes, fue al cuarto que compartía con Ron, aunque el pelirrojo pasara más tiempo que con Luna que allí. Cerró la puerta y descubrió una nota sobre su escritorio y a Hedwing sobre la percha para lechuzas.

Con curiosidad abrió la carta para ver una breve nota con la esmerada letra de Hermione...

Te espero esta noche, mis padres se van de cena y no volverán hasta bien entrada la noche... No has acabado de lavarme el pelo.

Dejaré la ventana de mi cuarto abierta.

Besos Herms

Harry sonrió para sus adentros... ella tenía razón, no había terminado... para nada, de echo no había echo más que empezar.