Crisis en Tierras Infinitas Naruhina

Capítulo 33 El fin del Overlord

Riki no le temía a muchas cosas pero ahora sí había algo que le causaba pánico: El compromiso marital. Ella estaba firmando los papeles de matrimonio con Lucifer que sonreía ante eso y ahora era Riki Senryaku de Morningstar para no perder el apellido.

—Te odio, te odio—murmuraba la pelirroja furiosa.

—No sabes la satisfacción que tengo ahora—.

—Eres odioso, me las vas a pagar—seguía ella armando berrinche.

—No, esta es mi recompensa por aguantarme tanto tiempo. No sabes lo difícil que me ha sido estar en abstinencia estos meses—señaló el ángel caído con bastante ansiedad.

—Espera, podemos hablar de eso—.

—Tienes un mes para nuestra noche de bodas, ¿te parece si cenamos algo elegante esta noche?—.

—¿Me estas seduciendo?—.

—No, estoy siendo más romántico. Te conozco lo suficiente para saber que no irás a la acción pronto, así que me tomé mi libertad para armar una buena velada—explicó el sujeto mostrando una agenda.

—Que meticuloso, ¿desde cuando tienes planeado todo esto?—preguntó Riki con la ceja alzada.

—Desde que llegué aquí y vi que no caías en mis encantos. Me has hecho esforzarme mucho y estoy satisfecho, eres muy complicada para mí. No creo que esto vaya a pasar de una noche después de todo—.

Riki sudaba balas porque había cometido otro grave error: Había arrastrado a la fuerza al celibato a Lucifer, el ángel caído más hipersexual de todos, y no había aprendido la lección. Su estrategia era que dejara los pensamientos inmundos del sexo y se uniera a ella a su camino de luz y amor que ella soñaba, aunque el karma la estaba haciendo pagar sus acciones.

—Te espero en la noche, chiquibaby—.

—¡No uses frases de chilango, deja de hablar con Chusai!—.

Habian pasando semanas desde la muerte aparente de Shiro y Ryoku, por lo que el gremio de Nazarick siguió con sus planes del dominio del mundo y ahora su plan era verificar las defensas de su tumba con los aventureros que iban a llegar.

Varios llegaron en una noche de Luna Llena a ver la tumba que había aparecido de la nada y Ainz en su disfraz de Momon fue a ver que todo estuviera listo. Esta decisión fue bastante fría porque si veías todo desde un punto de vista humano, los estaba guiando como cerdos al matadero.

—Gracias por aceptarnos en su equipo—agradeció un joven castaño de ojos verdes.

—Descuida, mientras más seamos tendremos mayor éxito en el asalto a las ruinas—sonrió una chica rubia llamada Arche.

—Soy Megumin, espero que seamos de utilidad—sonrió la chica loli.

Desde que Darkness y Aqua habían desertado del equipo, Kazuma y Megumin habían tenido problemas en sus misiones hasta que un nuevo equipo los recibió debido a sus habilidades. Sin embargo, la maga tuvo que verse obligada a aprender magia avanzada aunque ya no estaba ligada al sistema de puntajes desde hace tiempo.

—¿En serio no tienes problemas con el uso de otros hechizos?—preguntó Kazuma ante ello.

—Yunyun y Wiz se tomaron el tiempo de enseñarme nuevos hechizos. El sistema de puntajes desapareció, así que puedo acceder a cualquier hechizo siempre que lo haya aprendido de alguien más—.

Ella se sentía responsable de que el equipo se haya partido por acaparar a Kazuma y por eso decidió sacrificar solo usar magia explosiva por un tiempo para ayudar en lo posible en las misiones para expiar de alguna manera su pecado.

—¿Qué tanto te enseñaron ellas?—.

—Lo suficiente para no caer ante una gran amenaza, estaremos bien–.

En otro lado, se podía ver a una chica rubia de aspecto bastante lindo que vestía como una sacerdotisa medieval siendo enviada de un gremio lejano a explorar las ruinas.

—¿Es tu primer día en una exploración?—se oyó a un caballero armado de forma clásica y se podía ver un brillo rojo en el casco.

—Sí, soy una sacerdotisa—.

—Souka, quédate conmigo. Esto se puede poner peligroso—declaró el sujeto serio con una voz algo robotica.

—Hai—.

En otro lado, Katarina Claes estaba con un vestido negro y veía a un sujeto que andaba un mundo de elfas que eran maltratadas por él.

—Se supone que la esclavitud está prohibida en el reino, este que se ha creído—se vio molesta a la castaña echándole el ojo a ese patán con un brillo malicioso.

—Tranquila, señorita Claes. Espere a que entremos a la tumba, nadie podrá comprobar que esto fue un accidente—se oyó a una enmascarada con un diseño de cabra.

Katarina era muy buena persona y pocas veces se molestaba al ser bastante despreocupada pero si algo en serio la enojaba, ella se portaría como la villana que fue destinada a ser.

—¿Cuál es la diferencia entre ese sujeto y Ryoku?—se preguntó la castaña.

—Supongo que el trato, Ryoku es un buen sujeto—.

La castaña miró de reojo al sujeto que tenía a las elfas esclavas que tenía sólo lo seguían por miedo y no por amor. ¿Cuánta diferencia podía haber en base a la personalidad de una persona?

—Es hora de entrar—.

Por último, se podía ver a Hinata y Naruto que estaba parados en la entrada siendo mandados por Riki a la misión mientras que Harry y Ginny iban en la retaguardia.

—No se alejen mucho de nosotros, esto se va a poner feo—les previno Hinata seria.

—Siento mucho instinto de matar, ¿por qué no da miedo?—se preguntó Ginny.

—Has estado entrenando con seres muy poderosos, esto no es nada—.

Así varios exploradores entraron a la tumba con el peligro en mano de los presentes. En un lado se podía ver a Katarina y Ninya juntas pero por una trampa se separaron para dividir fuerzas.

—Me quedé sola, espero que no sea peligroso esto—.

La aristocrata miró al sujeto con las esclavas entrar a un sitio y ella lo siguió viendo a un hamster gigante en el cuarto listo para atacar.

—¡Es tan bonito, un hamster!—fue a abrazar la castaña a la criatura que se quedó en shock.

—¡Suéltame, soy una máquina de matar, no algo adorable!—se quejó Hamasuke.

—Ja, creí que nos enfrentaríamos a algo mejor que esto, jajaja—declaró el líder de las esclavas elfas tan arrogante que enojó a Katarina.

—Muere, escoria—.

Ella lanzó una rosa blanca al corazón del pobre diablo que escupió sangre y la rosa se puso roja en un instante, cayendo muerto de inmediato.

—¡¿Qué fue eso?!—exclamó Hamasuke aterrado.

—Adoro mi técnica secreta que vi en un anime, es tan efectiva y elegante para alguien como yo—.

Las elfas estaba con terror inicial pero luego se dieron cuenta de que eran libres y comenzaron a patear con odio al cadáver del sujeto malvado.

—¿Por qué patean a su líder?—se preguntó el hamster gigante.

—Lo odiaban—.

—No importa, tengo órdenes y ustedes tienen que morir—.

Sin embargo, el coletazo mortal de Hamasuke fue detenido por una simple rosa negra en la mano de Katarina que llenó la habitación de una especie de magia negra y oscura muy tóxica que aterró al alimento peruano.

—¿Crees que una rata como tú puede matarme? Aprende tu lugar, aquí yo soy la mala del cuento—se oía aún más maligna a la castaña.

—¡Espera, podemos hablar de esto!—.

—Ya me enojé, ahora me pondré muy peruana—.

Mientras tanto, el grupo de Arche iba explorando la cueva cuando vieron a lo lejos un hamster gigante corriendo siendo perseguida por una tipa que arrojaba rosas negras que destruían lo que tocaba a su paso.

—¿Esa quien es?—se preguntó Arche.

—Parálisis—extendió Megumin su báculo y el hamster quedó en el suelo sin moverse.

—¿Quiénes son ustedes? Pienso comer cuyo asado hoy—reclamó Katarina al respecto.

—Cuyo asado, ¿Acaso eres de China?—preguntó Kazuma en broma pero ese comentario no pasó desapercibido por la chica.

—Ese país, ¿eres de Japón?—dijo la mujer sorprendida.

—Sí, soy japonés—se sorprendió también Kazuma de hallar a un reencarnado.

—Me llamó Katarina Claes pero fui japonesa en mi vida anterior. Es una larga historia—.

—¿Japón? ¿Ella es del mismo lugar que tú?—volteó Megumin confundida.

—Sí, lo es. ¿Hay más como nosotros?—preguntó el sujeto curioso.

—Sí, mi novio también es de allá. Aunque parece que son de otros Japón—.

—¿Otros Japón? ¿Cómo un multiverso?—se preguntó el chico.

—Sí, permítanme ponerlos al corriente de todo esto. Están en un grave peligro, parece que Yunyun tenía el presentimiento de que estarían aquí hoy—.

—¿Yunyun?—se sorprendió Megumin de ese nombre.

—Deja que les explique que pasa aquí—.

Flashback…

Katarina Claes ocupaba un sitio especial entre las waifus de los escuadrones debido a que era una reencarnada como los generales aún sin ser de ese puesto, así que se le tomaba más en cuenta en ciertas reuniones. El rey la había dado como aviso de que hablara con Yunyun acerca de algo que podría pasar.

—Ya veo, si hay una convocatoria de aventureros ellos serán atraídos por el oro. ¿Vas a ir?—.

—Sí—.

—¿Puedes hacerme un favor? No permitas que los maten, no estoy convocada a esa misión así que no podré interferir. Si algo sale mal, no te preocupes. Dudo que tu superior te deje morir tan fácil—.

Flashback fin

Mientras tanto, se podía ver a la enmascarada explorando el sitio cuando entró a uno de los pisos y encontró a varios aventureros muertos por ser congelados. Cocytus estaba frente a ella esperando a cualquiera que llegara a su ubicación.

—Otro humano, muere—.

El monstruo lanzó un ataque helado a la humana pero sólo logró congelar la pared y este se sorprendió porque parecía como si no estuviese ahí.

—¿Qué demonios?—.

La chica escapaba del monstruo de hielo mientras veía como conseguir ayuda. Sus habilidades no era muy grandes para ganar y el ser azul no le daba tregua.

—Que hechizo tan molesto, enfréntame de cara—.

En otra parte, se podía ver a Naruto que llegó a otra parte de Nazarick y se halló al mismo Demiurge que esperaba sentado con una sonrisa arrogante. Kurama en su interior rugía porque este sujeto apestaba a malas intenciones, por lo que se puso en guardia de inmediato.

—Inclínate, humano—dio la orden el demonio con su habilidad especial y Naruto se arrodilló en contra de su voluntad.

—Un Genjutsu sonoro, que fuerte es—notó Naruto espantado.

—¿Qué haré contigo? Hay varias cosas que deseo probar—se preguntó el demonio con mucha curiosidad.

—¡Prueba esto mejor! ¡Bijudama!—exclamó Kurama tomando el control de Naruto y lanzó de la boca un rayo que tomó por sorpresa al sujeto.

—Eso fue inesperado, aún así está dentro de mis planes. Tengo al menos 200 formas de eliminar a un humano como tú—señaló el demonio de traje rojo.

—Me recuerdas a un viejo amigo que piensa de forma similar a ti. Podría ser buenos amigos de no ser por tu afiliación, es una pena—recordó el rubio a Shikamaru.

—Interesante afirmación, aún así tengo que matarte. Son ordenes de mi señor—.

—Dices que tienes al menos 200 formas de matar a un humano en este instante.? Tomaste en cuenta a un monstruo como yo?—declaró el Uzumaki con los ojos rojos y sacando bastante chakra con la sombra de Kurama en el centro.

—Ese es el zorro que Narberal Gamma reportó. Esto va a ser más complicado de lo que pensé—maldijo el sujeto que no se imaginó tener a un rival potente como este.

Mientras tanto, el caballero secreto iba con la pequeña sacerdotisa sin nombre en los pasillos de Nazarick y se habían perdido porque era un sitio enorme.

—¿Puedo saber como se llama?—.

—Ryoku Aisa—.

—Yo no tengo nombre, solo llámeme Sacerdotisa—.

—¿Y eso?—dijo el sujeto debajo del casco con duda.

—Soy una huérfana criada por la iglesia de la Madre Tierra. Tener un nombre es irrelevante para mí, solo soy una herramienta de las divinidades—.

—¿Madre Tierra? Entonces a partir de ahora te llamare Gaia—señaló el general.

—¡Pero no debo tener nombre!—.

—Dije que te llamaré Gaia, es perfecto para ser la Sacerdotisa de la Madre Tierra—declaró el sujeto y la rubia hizo un tremendo puchero.

Ella realmente no quería un nombre pero ya se había jodido porque no sería la última vez que se verían y además al ser una deidad superior, técnicamente ya era su nombre asignado por los cielos sin volar las reglas.

Luego de eso, llegaron a un sitio especial donde un sujeto raro los esperaba y era un doopelganger vestido de soldado nazi y lucia feo en persona, siendo distantemente menos divertido de ver en la vida real.

—Bienvenidos a mis dominios. Que raro recibir a invasores en este sitio, supongo que me debo de ocupar de ustedes—señaló el Actor de Pandora bajo las órdenes de Ainz al ser su creador.

—Hijole, me lo quería llevar para ser mi amigo pero es bastante repulsivo a la vista—admitió mentalmente Ryoku bajo el casco.

—¿Qué es esa criatura?—preguntó asustada la Sacerdotisa.

—Un doopelganger, quédate atrás. Esto se va a poner feo—.

—Esto será divertido, creí que no tendría acción pero me equivoqué—dijo confiado el Actor de Pandora y adoptó la apariencia de Ainz a su 80% de poder.

—¡Un lich!—exclamó la rubia en shock.

—Amigo, ya conozco todo sobre tu creador. Él no estuvo a mi altura, ¿Crees que puedes ganarme siendo más débil que él?—.

—No me subestimes, soy impredecible—.

—Lo siento, no tengo tiempo para esto. ¡Hakai!—.

—¡¿Pero que…?! ¡Aaaaaaaaaaah!—se evaporó el doopelganger en arena de forma dramática quedando nada en el sitio.

—Lo siento, pero si peleo cerca de la señorita puedo terminar lastimándola y no deseo eso—dijo finalmente el sujeto.

—Eso fue anticlimático—mencionó la chica presente.

—No me da orgullo pelear de nuevo con alguien de quien conozco sus habilidades. Además estoy decepcionado, mejor sigamos explorando el lugar. Quisiera hallar a alguien que conozco por acá—.

El par siguió de frente en los pasillos y finalmente llegaron a donde Ryoku quería llegar: La habitación de Albedo. La súcubo estaba acostada en su lecho como una Bella Durmiente con unas flores blancas en sus manos mientras que Yuri la vigilaba. Ryoku que venía acompañado de la rubia sacerdotisa vio a la dulce doncella dormir en la cama mientras que la maid estaba en shock porque se supone que estaba muerto.

—Creí que estabas en el cielo—.

—No moriré tan fácil—.

—Te ves mucho más joven—señaló la mujer.

—Efectos secundarios de evadir la muerte. ¿Cómo está Albedo?—.

—Ha estado dormida desde ese día. No sabemos que hacer con ella—suspiró Yuri.

—Pobrecita—sintió pena la rubia.

—Deja que intente despertarla—.

Este se colocó en la cama y contempló a la sucubo dormir plácidamente con una sonrisa mientras que la luz de la Luna de forma curiosa alumbraba su rostro. El caballero colocó sus labios en la boca de la mujer y después de unos segundos se despegó y aún así no despertó.

—Que raro, no despertó. A ver, de nuevo—.

Este lo intentó y aún así nada, pero a la cuarta vez notó que Albedo tenía el pico alzado y el caballero sonrió porque era una payasada típica de la sucubo, así que esta vez besó su cuello, lo que la hizo gemir.

—Chistosita—.

—Te extrañé—susurró ella con los ojos brillantes por verlo.

—¿Creíste que me iría de este mundo? Hace falta mucho para que Ryoku Aisa sea asesinado de forma permanente—.

—Sácame de este lugar en tus brazos fuertes—.

—No sea payasa, estamos rodeados de los miembros de Nazarick—señaló Alpha Yuri seria.

—Se acercan varias personas al lugar—avisó la sacerdotisa y vio a Lupus Regina en el sitio.

—Así que Shalltear tenía razón, voy a disfrutar sus muertes por traidores—se veía a la pelirroja hecha una bestia salvaje.

La mujer lobo se abalanzó sobre la rubia humana que era la más indefensa y se vio a Alpha Yuri que tenía ahora el cabello sujeto y sus lentes cayeron por el impacto.

—Siempre te he aguantado por años ya que eres una de los hermanas, pero eso se acabó. Te voy a poner una correa, perra pulgosa—se oía más profunda la voz de la Dullahan.

La ropa de maid se cayó mientras que una armadura negra relucía y unas llamas infernales púrpuras salieron del suelo, a la vez que una espada se materializaba.

—¡Espera, tú eres la hermana cariñosita!—.

—Aquí te tengo tu cariñito—le enseñó ella su espada negra y demoníaca.

—¡Pero tú nunca usas armas!—.

—No quiero ensuciarme las manos—.

—¡¿Qué le pasa a la maid?!—exclamó la rubia sacerdotisa espantada.

—Ella es una Dullahan pero sus poderes reales no había florecido hasta ahora. Los Dullahan son de las criaturas que no quieres hacer enojar—explicó Ryoku mientras que un caballo negro con ojos de fuego y respiración en llamas azules apareció en el pasillo.

—¡Ayuda, Yuri se salió de control!—se veía a la mujer lobo huyendo de la maid que la azotaba con un látigo de espina dorsal humana.

—Disparar misiles—se oyó a CZ llegar al lugar y las balizas impactaron en la maid no muerta.

—¿Eso es todo, hermanita?—se veía sonreír de forma maníaca a la Dullahan mientras el caballo relinchaba de forma siniestra.

En ese momento, Entoma llegó y rodeó a Yuri de varias cucharachas para ganar tiempo en lo que buscaban a uno de los Guardianes pero ella los iba alcanzando. Por su lado, Nabe estaba jugando sola el avioncito cuando vio a Yuri transformada.

—¿Onee sama?—.

—¡Huye Nabe!—.

En ese instante, la mirada de la maid se puso en blanco y recordó lo que había pasado, como si un click sonara en su mente. Veía el reflejo de Shiro sonriéndole y en ese instante, se podía ver a Ninya huir de Cocytus, cosa que dejó sorprendida a la maid y se vieron a los ojos.

—Ninya, estas viva—.

—Nabe san. Shiro me logró devolver a la vida, fue difícil pero lo logró—dijo la chica rápido pero el monstruo azul estuvo a punto de atacar.

—Detente, Cocytus—se volvió a ver a la Nabe original con una voz helada.

—¿Qué estás haciendo?—preguntó el insectoide furioso.

—Protegiendo a mi amiga—.

Ninya se sintió bastante conmovida de que la dura y fría Nabe la estaba ayudando, demostrando que la valoraba bastante. Sus pensamientos fueron interrumpidos porque varias cucharachas se la intentaron comer.

—Hora de comer—se veía a Entoma tratando de devorarla.

En ese instante, los insectos cayeron muertos y Ninya se evaporó a otro lugar para aparecer en su lugar un sujeto desconocido para ellas, a lo que Yuri sintió un poder similar al de Ryoku.

—Así que es otro general—murmuró ella quitando su transformacion.

—¡¿Quién eres tú?!—exclamó Lupus Regina pero la atravesaron con una espada de plata que la mató al instante.

—Soy la Muerte—se veía al hombre con una sonrisa maníaca.

—¡Muere!—enfureció Entoma dirigiendo a sus insectos pero la maid se prendió en llamas de inmediato.

—Oh, lo siento. ¿Te lastimé?—.

CZ no tenía emociones como tal pero al ver que estaba sola, solo pudo intentar mantenerse con vida y salir volando lejos con sus propulsores.

—¿A dónde vas, imbécil?—dijo Chusai con hoz de ardilla rabiosa.

Este tenía un control remoto especial que se había sincronizado con la androide y sólo la apagó, cayendo ella al cielo con la mirada vacía. Yuri miraba con tristeza esto y Ryoku le puso la mano en el hombro prometiendo que las revivirían como chicas buenas y de libre albedrío.

Mientras tanto, Nabe se estaba agarrando a golpes contra Cocytus pero no podía despertar el mismo poder que el mes pasado. Eran sus sentimientos los que generaron ese incremento exponencial y no sabía que hacer.

—Nunca pudiste vencerme. Ninguna de las Pleiades podría contra mí, ¿Qué te hizo pensar que estabas a mi nivel?—preguntó el insectoide con la batalla asegurada.

—Jaja, no lo sé. Sólo sé que no puedo dejarte vivo. No quiero volver a ser la de antes, me aterra pensar de nuevo así. No puedo rendirme—.

Nabe tenía bastantes zonas de su cuerpo heladas y no podía moverse por lo que Cocytus dio el golpe final y congeló por completo a la doopelganger quedando en un bosque de hielo macizo. La chica estaba suspendida en el sitio con los ojos cerrados y su consciencia se desvanecía.

—Nabe, Nabe, ¿ya te rendiste?—.

—Shiro, Shiro—susurró ella en su letargo.

—¿Te vas a rendir ahora? ¿Qué pasó con tu espíritu de lucha de hace un momento?—.

—No sé cómo despertar ese poder de hace un mes—.

—Ese fue un poder prestado, usa tu propio poder—.

—Pero no soy muy poderosa, apenas soy una doopelganger de bajo nivel—.

—Eres la ama del rayo, un hielo tan poco frío como este no debería ser problema. Siente la energía del universo dentro de ti, la voluntad de ganar a pesar de estar por debajo del enemigo. Por eso los humanos han dominado los mundos, esa voluntad tan dura de romper es lo que los hace más fuertes que nadie más. Tú también puedes—.

El hielo se comenzó a romper poco a poco y explotó para la sorpresa de Cocytus que miró a Nabe con los ojos cerrados y un aura de rayo rodeándola mientras que ella adoptaba una posición clara.

—¡¿Qué demonios pasa?!—.

—¡Plasma Relámpago!—.

Un poderoso ataque cayó sobre Cocytus y sólo fue un parpadeo para él pero fueron un millón de golpes imbuidos de rayo que cayeron en solo un segundo. La chica estaba del otro lado mientras caía inconsciente y la criatura caía muerta porque el ataque fue demoledor.

—Nabe chan, el poder del multiverso, el Caos y el Orden están en cada uno de nosotros. Eso es una pequeña muestra del verdadero poder que tienes dentro tuyo—.

En otro sitio de la Tumba se podía ver a Hinata Hyuga sola en un piso especial donde era un bosque tenebroso y alguien ya la acechaba. Para la Hyuga era una presencia abominable y llena de malicia, a lo que se puso alerta.

—Sal de ahí, monstruo infernal—.

—¿Pudiste detectarme? Eres habil para ser una simple humana, lástima que hasta aquí llegues—se podía ver a una la vampiresa loli.

—Ya veo, estas ocultando tu verdadera forma—notó ella al respecto.

—Esos ojos son raros, serán interesantes de estudiar cuando te los arranque—.

La vampiresa tomó su forma de vampiro y atacó a Hinata de forma rápida y certera pero ella se hizo pequeña muy rápidamente y apareció rápido en otro lugar.

—¿Qué fue eso?—.

Varias estacas impactaron en Shalltear de forma que quedó bastante herida y comenzó a absorber su magia bastante rápido, por lo que se las quitó con dolor.

—¿Quién demonios es esta maldita humana? Si me descuido podría matarme—pensó la vampiresa viendo que esta mujer no era ordinaria.

—Puedo oler muchas vidas inocentes que sucumbieron ante ti, eres una abominación a la naturaleza y debes morir—se veía a la Hyuga activando su modo Tenseigan bastante rápido desplegando su poder.

—¡Es ahora o nunca!—.

Shalltear también sacó todo su poder que podría rivalizar con Ainz Ooang Gown en su armadura celestial que sacaba a relucir todo su poder y cualquiera sentiría miedo ante la vampiresa, aunque alguien como Hinata no se sentía en lo más mínimo incomoda.

—¿Qué pasa? ¿Estas impresionada?—preguntó Shalltear notando qué no era la reacción que esperaba.

—No, ni en lo más mínimo—.

—Eres demasiado arrogante para ser una humana, ¡te voy cerrar esa boca y me vas a pedir piedad como el ser inferior que eres!—se lanzó al ataque la vampiresa.

El ataque se escuchó a lo lejos y Ainz se comenzó a preocupar de que varios de sus subordinados no se reportaran, pero sus pensamientos fueron interrumpidos porque al sitio llegó el mismo Shiro Yoku que se revelaba con vida.

—Te lo dije, infeliz. Un mes, solo un mes y tu organización va a caer—.

—¡¿Cómo es que sigues vivo?!—.

—Así como eres un Elder Lich, yo tengo mis metodos para trascender a la muerte. Te lo advertí, solo diré esto. A partir de ahora ya no hay vuelta atrás—se fue Shiro de ahí.

—¿A dónde vas?—.

—Yo no necesito enfrentarte, no perderé mi tiempo. Envié a alguien perfecto para eliminarte—.

En el sitio llegaba el grupo de Arche que se topó al no muerto y este recuperó un poco la calma ante ellos. Katarina estaba en guardia porque este sujeto era muy peligroso y no sabía si Ryoku llegaría a tiempo.

—Huyan de aquí, él es el dueño del sitio. Nos condujo a su trampa—declaró la castaña.

—¡Pero el oro!—dijo Arche al ver los cofres.

—¡Corran por su vida!—.

El sitio se cerró y ahora estaban a merced del Elder Lich que aún no podía comunicarse con sus allegados. ¿Dónde estaba Demiurge cuando se le necesitaba? Si él caía, los amigos de Shiro también lo harían.

—No me gusta el asesinar humanos. Shiro ha sido un estorbo para mis planes desde el día en que llegué aquí. Esto se acabó, voy a ir por sus aliados uno a uno hasta que sienta la desesperación bajo su puerta—señaló enojado el sujeto que ya estaba harto de perder.

Kazuma se tomaba de las manos de Megumin y sabían que estaban jodidos, así que ella atinó a lanzarle su más poderoso hechizo para intentar llevárselo con ellos.

—¡Explosión!—.

La técnica tomó por sorpresa al lich que apenas logró absorber el ataque con un hechizo que aprendió y Megumin cayó agotada pero apenas podía moverse ya que su resistencia no era la indicada.

—Mierda, es un maldito tramposo. Esta usando artefactos sagrados—notó la hechicera ese detalle.

—Ryoku, lo siento. No podré cumplir con mi misión—cerró los ojos Katarina esperando su muerte que sería dolorosa.

Apenas Ainz se iba a acercar cuando un sello mágico azul apareció en el lugar y se pudo ver que de las manos de Kazuma y Megumin brillaba el símbolo de Axis que cierta diosa les dejó como despedida.

—¡No voy a permitir que sigas con esto, sucio no muerto!—se oyó una hoz conocida por ellos.

La diosa Aqua apareció ante ellos con un nuevo uniforme de batalla y una armadura naranja que combinaba con su traje blanco divino mientras que su cabello azul ondeaba como la brisa del mar.

—¡Aqua!—.

—Hola chicos, les dije que acudiría si algo se les salía de las manos. Parece que este lich de mierda quiere el reino de mi amado—dijo la deidad del agua mirando feo al ser esquelético.

—¿Quién demonios es ella?—se preguntó el lich y sintió que su sola presencia era venenosa para él y muchos de sus compañeros.

—Vas a morir pero te daré el gusto de conocer quien te va a purificar. Soy Aqua, la diosa del agua. El rey Shiro es muy cruel de su parte enviarme a mi a matarte, soy la peor persona a la que te pudo tocar enfrentarte—

En el castillo de Shiro, se podía ver a Wiz quejándose de que no la mandó al campo de batalla porque ella bien pudo enfrentarse a otro lich pero había una buena razón para eso.

—Sí bien eres muy fuerte y me habrías ganado, la batalla sería demasiado destructiva y no quiero limpiar el desastre—señaló el sujeto con seriedad.

—¡Buaaaaah, ni es justo!—.

—Bien, Nazarick es tu regalo de cumpleaños. Una antigua lich necesita su guarida espeluznante, ¿verdad?—.

—¡Aaaah, como lo quiero! Sabía que no me fallaría—se alegró la castaña.

—Espero que Aqua deje menos desastres que tú harías—.

Mientras tanto, Ainz estaba huyendo de Aqua ya que hace ratos solo le lanzó un ataque de muy bajo nivel contra no muertos y lo debilitó enormemente. Eso no le habría funcionado normalmente pero la que lo lanzó era la diosa que purificaba todo y ni siquiera los Elder Lich de clase Overlord serían rivales para ella en su mayor apogeo y más allá de eso. Por eso era la peor persona a la que pudo enfrentarse con creces.

—¿Quién diría que Aqua llegaría a poner a un sujeto tan malvado como su perra?—dijo Megumin viendo que la diosa estaba cazando al esqueleto como bruja de Salem.

—Sea quien sea, aleluya a quien la compuso. Es un dios sin duda—asintió Kazuma recordando a la versión inútil de la deidad.

El aura de Aqua se expandió en todo el sitio y mientras tanto, Shalltear enfrentaba aún a Hinata en una batalla a muerte. Sin embargo, la magia venenosa que era la de Aqua llegó hasta su piso y se envenenó debido a su naturaleza divina y pura, por lo que escupió sangre.

—¿Un aura divina de agua? Debe ser la diosa del agua, que cruel fue el rey al enviarla—señaló Hinata viendo con sus ojos especiales a las otras habitaciones.

El aura divina estaba llegando a todos lados y por un extraño motivo Albedo y Yuri que eran susceptibles a esta magia purificadora no estaban siendo envenenadas. Eso era debido a la protección de sus amados, además de que estaban sobrepasando las debilidades de su raza.

—Esa magia es divina—detectó Hamasuke que al ser una criatura viviente llegando al lugar de los aventureros.

—¿A dónde se fue el lich?—se preguntó Arche.

Ya lejos de la tumba, Ainz sobrevolaba el sitio y comenzó a llover por acción de Aqua que lo detectó más rápido por las gotas de agua siendo casi omnisciente en el rango de las nubes.

—¡No me iré sin morir!—.

Varios sacrificios humanos de la Tumba de Nazarick fueron usados y esto enfureció a la diosa del agua porque sin duda eran ciudadanos inocentes del reino que no tenían algo que ver con esto y estaba invocando a un ser del caos.

—¡Shub Niggurath!—invocó el lich a la criatura suprema.

Sin embargo, se vio un puf de humo y apareció una mujer tomando el té en una mesa mientras leía el periódico y notó que ya no estaba en su castillo.

—¡¿Pero que…?!—.

—Ese nombre es de… ¡¿tú eres Shub Niggurath?!—exclamó Aqua horrorizada por la revelación.

—Ah, hola señorita diosa del agua. Si, no sabía como revelarlo. Fui un ser del caos antes—se rascó la cabeza la mujer.

—¡Pero eras una diosa exterior! ¡Me daba miedo que llegaras a mi mundo!—exclamó ella aun aterrada.

—Sobre cómo terminé a lado de Shiro es una historia graciosa. Te la cuento luego—.

—¡Se supone que aparecerían mis invocaciones!—reclamó el lich en shock.

—Oh, cierto. Soy la esposa de Shiro, estas jodiendo a mi marido todo este tiempo, ¿verdad?—se tronó ella los dedos sonriendo de forma enfermizamente dulce.

—Uy, desearías no haber hecho ese hechizo tan prohibido—sonrió Aqua con algo de lástima por el no muerto.

En ese instante, la mujer se transformó en una versión miniaturizada de Shub Niggurath y aún su tamaño era enorme, tanto que se podía ver a kilómetros y rugía a todos lados como anunciando el fin del mundo.

—Destruir, destruir, destruir—repetía ella en su trance maligno.

—¡Nada de destruir!—se oyó la voz de Shiro en el lugar.

—Perdón, me emocioné—.

Ainz deshizo muy a tiempo la invocación y se fue Konran de ahí, dejando a Aqua sola con el lich mientras que ella suspiraba.

—Lo siento, en este mundo no hay cabida para otro ser gobernante supremo. Incluso yo como diosa del agua me doblegué ante mi señor—declaró la deidad con seriedad.

—Sí sólo Shiro no estuviera aquí—maldijo Ainz como el otaku gamer frustrado que era originalmente.

—Haré un trato contigo, nada de esto ocurrió realmente. Esta será una pesadilla para un ser como tú, en otros mundos serás un dios pero aquí solo estás muy debajo de la cadena alimenticia. Todos en Nazarick te esperan como su único gobernante supremo como era tu destino—empezó a brillar el báculo de Aqua en el sitio.

—¿Me vas a eliminar?—.

—No, voy a enviarte a donde debiste aterrizar. Esto solo fue un error de calculo en el multiverso. Tu destino no era caer ante Shiro Yoku, sino gobernar un mundo virgen sin dioses donde la paz aún no llega—.

La luz de la diosa alumbró al lich y su cuerpo se deshacía sin dolor. Sus sentimientos humanos volvían y se podía ver la figura de Suzuki Satoru, el verdadero hombre tras el avatar de Mononga que era llevado a otro lugar.

—Vas a recordar lo que te ocurrió en este mundo y no vuelvas a repetir los mismos errores. La lealtad de tus subordinados no se gana con programación sino con afecto y humanidad. Ellos necesitan saber que los humanos son igual de especiales que ellos, ninguna vida es más valiosa que la otra. Ya no habrá otra oportunidad así que aprovéchala bien—fue lo último que oyó Ainz de Aqua.

Cuando abrió los ojos de nuevo, estaba sentado otra vez y se podía ver a Albedo aterrada ante la vista. Se le veía en shock y se puso en guardia porque su amo Ainz desapareció y en su lugar quedó un vulgar humano.

—¡¿Quién eres tú y qué hiciste con el señor Momonga?!—exclamó furiosa la sucubo.

—¿Eh, de que hablas? Soy…—habló el sujeto y se dio cuenta de que su voz no era la misma o más bien recuperó su voz original.

El sujeto vio sus manos y eran de carne y hueso. Luego de eso, se miró a un espejo notando que ya no era ese gigantesco lich de nivel Overlord sino que era su yo humano antiguo Susuki Satoru.

—¡No puede ser!—.

Aquel que desafía a un dios no se queda sin un castigo y ni Momonga se escapó de eso. En otro universo, el Elder Lich Overlord pagó su crimen siendo despojado de su forma avatar y se suplantó por su alter ego original. Esto era una bendición y una maldicion a la vez, porque nadie de los monstruos comprendería lo que ocurrió con el único ser supremo y dependería de ellos saber si seguirlo o no como humano.

—Ojalá que le vaya bien, odio a los lich—se quejó Aqua volviendo a donde estaban sus amigos.

Mientras tanto, Shalltear estaba muriendo en el suelo y Hinata se le ocurría la mejor forma de acabar más rápido con un ser como ella.

—¡Aaaaaah, quema!—.

—Jutsu Secreto: Cruz Azul—.

La vampiresa no podía soportar tanta sal de esa playera maldita y se prendió en llamas, hasta quedar hecha cenizas, a lo que la Hyuga se sorprendió de que fuera demasiado efectiva.

—Creí que los chistes de Chusai eran solo para molestar pero si esta salado el uniforme—.

En ese instante, sintió la energía de Kurama desplegarse y era el signo de que su esposo entró en acción no muy lejos de aquí, por lo que usó un Ninjutsu Espacio-Tiempo que aprendió de sus ojos especiales.

Cuando llegó, pudo ver a Kurama destrozando el piso y no sólo al demonio Demiurge sino a los sobrevivientes de Nazarick tratando de repeler la amenaza sin éxito.

—Pobrecitos, no hay forma de que ganen, no a Naruto—sintió pena la Hyuga que solo intervendría si notaba que había un descuido de su esposo.

Tanto Demiurge, los gemelos elfos oscuros y casi todo el ejército de Nazarick que no había sido eliminado estaban tratando de eliminar a Kurama pero era imposible. El zorro era demasiado fuerte sin ayuda.

—¡¿Dónde está Ainz sama?!—exclamó Mare aterrado por el monstruo que los estaba derrotando.

—Ainz se fue de sabático—se oyó la voz de Hinata en el sitio.

—Y quedamos nosotros—se escuchó a los invasores de la Tumba de Nazarick.

—¡¿Qué le hicieron a Ainz sama?!—exclamó Bella furiosa porque todo salio mal pero se vio llegar un kunai cargado de magia muy poderosa con hierro que asesinó a la mayor de mis gemelos.

—Cállate, lo que más odio son a los cazadores de pieles—declaró Chusai con un aire frío y terrorífico.

—Sin sobrevivientes—se oyó a Shiro en el lugar.

Mientras la masacre ocurría, se podía ver a Riki con un puchero porque se tuvo que casar por lo civil y ahora estaba organizando su boda religiosa. La misión de los generales estaba llegando a su fin y los kitsunes estaban preparando todo.

—Pobrecita, al fin la obligaron a dejar su vida de soltería loca—se oyó a una kitsune yako chismosa.

—¡Las estoy oyendo, chachalacas!—reclamó la pelirroja enojada.

—Jamás pensé casarme por la vía religiosa y eso que soy el diablo—.

Lucifer estaba viendo su smoking bastante feliz y la novia se sentía muy molesta porque en verdad deseaba la unión libre pero la ley era clara.

—Estúpido Shiro, estúpidas leyes—.

—Tú eres la estúpida, cuando decidiste ser una miko te consagraste a todas sus leyes. ¿Has oído de la prostitución sagrada?—le dijo Inari sonriente.

—¡Aaaaaah, lo olvidé!—exclamó la General Kitsune espantada.

—¿Qué es eso?—preguntó Shiori confundida.

—En todos los mundos, las mikos debían concebir niños de los kamis si estos las elegían—.

—¡Pero Lucifer no es un Kami!—reclamó otra vez Riki armando berrinche.

—Es un ser supremo de la mitología cristiana. Es el equivalente a un kami para nosotros, fuiste elegida por alguien de la talla de Enma sama—.

—Mierda—.

—Mamá, lenguaje—.

—Tú no sonrías, ¿lo estás disfrutando?—preguntó Riki sabiendo que Lucifer no le mentiría.

—Claro que lo disfruto, mi amor—declaró el ángel en tono de sarcasmo y victoria

—Eso suena asqueroso viniendo de ti, ¡renuncio!—.

—Ahora te aguantas—.

De vuelta a Nazarick, los sobrevivientes estaban viendo el botín y Arche suspiró porque esto le alcanzaría para irse de su casa con sus hermanas. Sin embargo, los presentes vieron llegar al rey con su traje de realeza para su sorpresa y los presentes se inclinaron porque en sus mentes se les informó que era el monarca.

—¿Se terminó el peligro latente?—preguntó Shiro a los subordinados.

—Así es, la amenaza fue neutralizada—asintió Chusai que tenía bastantes artefactos mágicos que usaba Ainz.

—Denle a los aventureros sobrevivientes una buena parte del botin. En cuanto a la niña rubia de ahí, debo hablar contigo—.

—¿Conmigo?—preguntó Arche sin entender nada.

—Es privado—.

La chica estaba nerviosa porque estaba con su majestad y este fue directo al grano sobre cierto asunto relacionado a ella: Su antiguo estado de nobleza.

—Así que tus padres son unos parásitos y serían capaces de vender a sus hijas por algo de oro. Eso es muy triste—.

—¿Quiere ayudarme en eso?—preguntó curiosa la chica.

—Ya está hecho el trabajo. Toma esto—le dio el rey un teléfono especial donde se veía una videollamada.

—¡Hermana!—se veía a las dos gemelas en un sitio desconocido

—¿Dónde están?—preguntó ella preocupada.

—En un lugar para niños. Es muy divertido, nos dijeron que tú te harías cargo de nosotras—dijo una de las gemelas sonriente.

—Iré allá en cuanto pueda. Debo hablar con las autoridades, no se asusten—.

—Estamos con un señor que viste como Jojo. Es muy raro pero es divertido—declaró otra de las hermanas.

—Entendido, no tardaré mucho en llegar—.

Ella colgó y la situación legal era esta: Varias familias nobles habían caído por la ascensión de un nuevo emperador en el mundo original de Overlord y eso afectó a la familia de Arche. Shiro al conocer este detalle, hizo una revisión de esas ex familias nobles para ver si no cayeron en la ilegalidad y vaya que si lo hicieron.

—Mis padres fueron arrestados por sus crímenes, ¿cierto?—.

—¿Aún tienes sentimientos por ellos?—preguntó Shiro sobre ello.

—Serían capaces de vender a sus hijos por dinero. No tengo arrepentimientos—respondió ella con sinceridad.

—Sí, es una pena que hayan padres así. Ellos se pudrirán el resto de su días en prisión, ¿te interesaría el puesto de Duquesa?—sonrió el rey a la chica que quedó descolocada.

—¡¿Qué, Duquesa?!—.

—La verdad es que varias familias nobles han caído por crímenes contra la humanidad. Eres una antigua noble, así que me hace falta mucho personal. Así te harías cargo de tus hermanas con mayor facilidad—.

—No sé qué decir. No me interesaba volver a la nobleza—admitió ella aún sorprendida.

—Bueno, en realidad es una orden. No confío en mucha gente, si fuiste capaz de entrar a una tumba en la que morirías con seguridad, entonces puedo confiar en que nada te impediría administrar tierras—.

—Solo porque usted se hizo cargo de mis hermanas. Tengo una deuda que pagar—suspiró ella más relajada ante eso.

—Bien, entonces irás a esta dirección por tus hermanas. Un sujeto vestido de Jojo te recibirá—.

—¿Por qué un Jojo? Me da cringe eso—.

—Es confiable aunque no parezca. Tu solo confía en tu rey—.

—Gracias, su majestad—.

Mientras tanto, se veía a Aqua saludar a sus amigos que no veía en mucho tiempo y a lo lejos estaban viendo que hacer con todo el oro para no trabajar más. En cuanto a Ryoku, estaba descansando en un sitio con peñasco mientras que Katarina se acercó a él.

—Es bueno verte de vuelta. ¿Eres más joven?—.

—Larga historia—.

—Entonces eso significa que ya no me vas a dar más prórrogas por la edad—sonrió ella de forma malvada.

—¡Oye, aunque parezca joven sigo siendo mayor!—.

—Ya revisé la ley del rey, no te vas a escapar de mi—.

—Cadajo, lo olvidé—maldijo Ryoku sobre eso.

En ese momento, se pudo ver llegar a la Sacerdotisa Gaia que se había enterado de que el sujeto con el que estuvo ahí era el mismo General Dragón que era técnicamemte un superior a los dioses del mundo, lo que hacía más eco en que fuera nombrada por una deidad superior.

—Buenas noches, General Dragón. Paso a retirarme, fue un gusto trabajar con usted—se despidió ella.

—Ah, no te preocupes por eso. Espero que te vaya bien—.

—Me quedaré con ese nombre que me dio. Me iré a reportar con mi iglesia, espero volver a vernos—se fue ella de ahí.

—OK, suerte—.

—¿Y esa quien es?—preguntó Katarina desconfiada.

—Una Sacerdotisa de la Iglesia de la Madre Tierra—.

—Casi creí que era una más al estúpido harén—se quejó ella ante eso.

—Oye, es muy chica para mi—.

—En realidad ya no, señor rejuvenecido—señaló la castaña ese detalle.

—Oye, si es cierto. ¡Ya puedo acercarme a las lolis sin miedo!—declaró emocionado el sujeto.

—Este sujeto es incorregible—murmuró la chica ante ese pensamiento.

Sin que los generales lo supieran, todas las waifus recibieron por igual el documento de que sus jefes les iban a dar amor, duro, con chaca chacha y sin lavadora.

—¡Al fin!—gritó Kanna feliz.

—¡Ya era hora!—se oyó a lo lejos a She Hulk que llevaba un buen tiempo sin sexo.

Así eran los comentarios de las waifus ahora que se enteraron de la noticia y las caderas de los generales sufrirían bastante, en especial la de Chusai que padecía de lumbalgia. Por cierto, la boda de la eterna solterona sería en unos días así que a partir de esa noche de bodas comenzaría la ley.

—¡Aaaaaah, te ves bonita!—miró Shiori encantada con el vestido de miko ceremonial de matrimonio.

—Si me dijeran hace años que me casaria con el diablo, no lo creería—.

—Al fin la unión se hizo presente. De parte de la Corte de los Búhos estamos bastante alegres de que tome esta decisión—se vio a Nahari en su forma de búho bastante animada.

—¡Me obligaron!—.

—Por cierto, ¿hubo despedida de soltera?—preguntó Shiori confundida.

—¡No pienso hablar de eso!—advirtió Riki bastante enojada.

En el otro lado, se podía ver a Lucifer Morningstar feliz y recordaba bien la noche de despedida de soltero. Ese relato se tendrá que contar en otra ocasión pero si que se divirtió bastante.

—Listo, hora de ir al altar—se veía a Ahri en el sitio.

—Gracias, es casi como si Maze estuviera felicitándome. Por cierto, ¿Cómo me veo?—.

—Como un padrote—.

—Eso no ayuda a mi imagen—.

—No lo vaya a echar a perder con la señora Riki—.

—Moriría si lo hago. Sé a lo que me atengo, es hora de sentar cabeza—declaró el ángel caído.

—¿Qué crees que dirían sus amigos si lo vieran en este día?—.

—Hmmm, no quiero hablar de ello. Nadie asistiría a mi boda, tal vez solo Amenadiel, Maze y el conserje de Lux. Mi padre solo vería el evento desde el cielo—alegó el sujeto.

—Que triste que no tenga a un familiar con usted—se sintió mal la chica.

—Bueno, si soy sincero me siento más a gusto con ustedes. Estoy bastante satisfecho de que Riki tenga buenos amigos que nunca la abandonarán, no como mi padre—admitió el ángel su sentir.

—Es lo bueno de tener amigos locos que se cubren las espaldas—.

Desde que llegó al sitio, Lucifer no tenía presiones de nada y sacaba a la luz su verdadero yo poco a poco. El ángel realmente necesitaba la ayuda de alguien como Riki que sabía lo que se sentía caer en la desesperación pasiva y no saber como pedir ayuda.

—Lo bueno es que hoy es la noche de bodas—.

—Oye si, lo había olvidado—.

—Tengo un secreto que averigüé de su despedida de soltera. Ella es muy poco tolerante al alcohol—le guiñó el ojo la kitsune.

—OK, tengo vodka reservado en el lugar—.

Y así se llevó la boda entre Riki Senryaku y Lucifer Morningstar en una noche de lluvia como dictaba la tradición kitsune. Los uniformes se secarían con magia pero mientras tanto se aguantarían el aguacero que había.

—Estamos aquí para presencia la unión entre Riki Senryaku y Lucifer Morningstar. Demos por iniciada la ceremonia—.

El ritual de unión era uno muy particular donde alma y cuerpo se unen en un nivel místico, mientras que el Caos y el Orden mismo los reconocía como marido y mujer.

—Sí hay un impedimento por el cual no deban casarse, que hable ahora o calle para siempre—.

—¡No me quiero casar!—.reclamó Riki de nuevo.

—¿Alguien más? Nadie, ok. Los declaro marido y mujer, puede besar a la novia—.

—¡Oye, no dijimos algo sobre besos!—.

—Ven aquí—le dijo el hombre y le dio tremendo beso que la dejó demasiado descolocada frente a todos.

—¡Vivan los novios!—dijeron todos emocionados.

—¡Nadie dijo sobre besos!—se veía bastante nerviosa a la kitsune.

Shiro sonreía mientras que veía un aparato con la figura de Riki que se llevaba de una barra roja que indicaba el grado de excitación que sufría ella.

—No falta mucho, después de esta noche la General Kitsune tendrá su modo yako desbloqueado—.

Flashback

Konran no entendía el plan de Shiro sobre qué Riki se casara. Ella bien podía seguir soltera pero desconocía cierta parte del ritual de un general que no podían saltarse por completo.

—¿Tamashi no Yugo?—.

—Cuando un general tiene sexo con una persona, sus almas se unen para siempre. Sin embargo, el caso de Riki es bastante particular. Ella originalmente sería la que tendría el harem más grande de todos, después de todo es una Kitsune yako de nacimiento. Sin embargo, debido a ciertos eventos no quiere nada que ver con cualquier pareja y eso está limitando su potencial con el caos—.

—Ah ya veo, el Tamashi no Yugo compensará con creces esa carencia de amantes—entendió Konran sobre el asunto.

—Sí, pero aún así hay que orilla a Riki a que pierda ese miedo. Aunque creo que Lucifer pagará los platos rotos—.

—¿Por qué? Es bastante hipersexual—.

—Es simple, Riki era la general que más amantes debía tener como dije. Era eso o tener a quizás el único que puede más o menos mantenerlo el ritmo a una ex adicta al sexo—.

—¿Riki era una adicta al sexo?—preguntó en shock Konran.

—Bueno, cuando fuimos coronados me comentó de ese detallito. Por eso quería permanecer en abstinencia con su papel de miko pero últimamente se estancó demasiado por ese detalle. Así que decidí que debía romper ese voto de castidad por su bien—.

Flashback fin…

¿Saben cuál era la manera más efectiva de que Riki se mantenía controlada de sus deseos carnales dormidos? El estar dando chanclazos a los generales ya que su modo mamá gallina aplastaba a la antigua mujer female fatale que fue.

—Mierda, mierda, no se va el sabor del beso de hace rato—.

Riki veía a Shiro que hacía que la virgen le hablaba y ya sabía que pretendía, pero ella se mantendría en su modo puro para mantenerse en su rol de general que quería.

—No lo lograrás—.

En ese instante, ella se sintió sofocada y es que después del beso se sentía pésima y sudada. Se hallaba mareada, como si estuviera borracha y su juicio extremo se estaba yendo. Sin que ella lo supiera, Lucifer tenía en su saliva antes de la vida un potente afrodisíaco de los geniales de una zorra ninfomaniaca del siglo 16 que sólo existió tres semanas.

—Mierda, no puede… ser…—.

Varias minutos después…

—¡Hora de la fiesta!—empezó a bailar bien sexy la mujer en un tubo improvisado.

—¡Mama, bájate de ahí!—exclamó Shiori avergonzada.

—Guau, baila demasiado bien—notó Ryoku preparando cloro en los ojos.

—Dame algo, nos va a matar si seguimos viendo—.

—¡No mamá, no te quites la yukata!—reclamó la niña a una Riki que la miraba bien provocativa

—Shiori chan, aprende esto. Así todos los hombres te verán y serás la mujer de la noche-se soltó ella el cabello.

—Lo admito, baila mejor que varias trabajadoras exóticas de Las Vegas—admitió Lucifer que le puso un billetote a su esposa.

—OK, ya entendí porque no quería sacar su peor lado. La fiesta se acabó—ordenó Konran que notó que si seguía pasando algo del show se iban a arrepentir más de ello.

—¡Tubo, tubo, tubo!—decían los kitsunes en el sitio.

—Hijos de su…—.

—¡Qué se vayan dicen!—empezó a balancear Shiori con una metralleta calibre 50.

—Oigan, estoy ganando mucho dinero hoy. Pero el privado es muy caro—.

—OK, nadie le diga a Riki de esto—les pidió Shiro a todos.

—Entendido—estuvieron todos de acuerdo.

Continuará…