Crisis en Tierras Infinitas Naruhina

Capítulo 34 Hora de ir a la escuela…

¿En que nos quedamos? Ah si, Shiori estaba varios días en la casa de Yuna porque era la Luna de Miel de su madre y temía más por la vida de Lucifer que la de ella. Después del show que hizo en la fiesta, no se quería imaginar que pasaría y debido a ciertas circunstancias, aún no se había reportado.

—Ellos van a estar bien, ya habría llamado si sucediera algo muy mal—tranquilizó Hinata a la chica.

—¡No estoy tranquila, mi mamá es una otaku como todos los generales! ¡En el fondo puede hacer una estupidez si se suelta su bestia interior!—.

—No exageres, la señora Riki siempre se ha controlado—.

En ese momento, sonó una llamada y era del crucero al que habían ido después de la boda, y le decían crucero al renovado Perla Negra que era un yate de guerra bien adornado.

—Bueno—.

—Pase lo que pase, no se acerquen a Riki en estos días. Se salio de control ahora, no piensa muy bien—se oyó en la videollamada a Lucifer que solo andaba en toalla y se le veían arañazos.

—Eso va a dejar marca, ¿Qué pasó?—.

—Que no ha pasado, ¡no sabía que tu madre es aún más enferma que yo!—reclamó el sujeto a la pelirroja.

—¡A mi no me veas, mamá me ocultó bien detalles de su vida!—.

—Mi amor, ¿con quien hablas?—se acercó Riki con una mini toalla, a lo que Hinata le tapó los ojos a Naruto.

—¡Oiga, tengo a Naruto aquí!—reclamó la peliazul.

—¿Ah? Cariño, así que aceptaste la orgia—.

—¡Claro que no! ¡Además no digas estupideces frente a tu hija!—.

—¿Tengo una hija?—preguntó confundida la mujer.

—¡Oye, eso duele! ¡Soy Shiori!—reclamó enojada la mencionada.

—Ah si, Shiori. Creí que era una chica cosplay mía bien hecha—.

—Demonios, ¿Qué le pasa ahora? Es como si no conociera a nadie. Espera, no se ve más joven—notó la Hyuga.

Antes de que la dejaran de ver, Riki se veía como una linda cuarentona pero ahora parecía una quinceañera de anime estudiantil y su mirada se tornó muy coqueta.

—Ay, no exageren. Oigan, me prometieron husbandos, quiero mi harén de husbandos y una waifu tetona—empezó a armar berrinche ella.

—Parece como si tuviera una regresión mental a su adolescencia—notó Shiori ese caso.

—¡No se acerquen a ella aún! ¡No se acerquen!—avisó Lucifer antes de colgar la videollamada.

—OK, iré a llamar a Shiro. Él me debe una buena explicación—.

En el castillo de Shiro se podía ver al rey después de una buena noche con todas las waifus de su grupo y después de ducharse, escuchó una llamada la cual era de Shiori.

—A ver, ¿dices que tu madre tuvo una regresión a su adolescencia?—.

—No me reconoció en lo absoluto y es como si no le importara. ¡¿Qué le pasó a mi madre?!—.

—Su estado Yako es más fuerte de lo usual, ella contuvo prácticamente toda tu vida su libido kitsune lo cual es demasiado peligroso. Es como tapar con un dedo una presa. El porqué su mente regresó a esa edad es seguro porque es la personalidad adecuada para esa situación. Es temporal hasta que se le pase el efecto, por fortuna el Perla Negra está en un sitio donde nadie puede quedar en el fuego cruzado—.

—¡¿Eso me va a pasar a mi?!—tenia miedo la chica.

—No si no te reprimes así—.

Mientras ellos hablaban, se podía ver a Riki fumando un cigarrillo con una cara de mafiosa yakuza mientras que Lucifer lejos de estar asustado le parecía increíble esa faceta rebelde, lo cual era estimulante.

—Así que tengo una niña, que raro que servicio infantil no se la llevara—se quejó ella en un tono de fastidio.

—En realidad eres buena madre—.

—Meh, no sirvo como madre. Prefiero seguir con mi vida normal—bufó ella en un tono de despreocupación.

—Me contaste que eras una estudiante de honor—.

—Sí, lo era. Simplemente no pude más, esto es más divertido. ¿Dónde está el tequila?—.

Afuera del barco estaba Nahari posando en el asta del barco viendo como su jefa al fin despertó su lado Lilith después de muchos años. La dominación de este mundo estaba cerca y con Lucifer de su lado ni siquiera el Asesino de Dioses podrían pararlos.

—Estúpidos, han subestimado el poder de Lilith sama—declaró el búho sacando su lado maléfico al fin.

—¡Buaaaaah, se acabó mi tequila! ¡Solo hay Ron!—reclamó Riki en el fondo del barco.

—Solo hay Ron, el barco es de Jack—.

—¡Te maldigo Jack Sparroooow!—gritó la mujer como David Jones.

Luego de un tiempo de descanso, Nahari estaba a solas con Riki mientras que Lucifer veía unas cosas y era hora de lavarle el cerebro a la elegida por el mal.

—Riki sama, ha llegado su más fiel sierva. He comenzado los preparativos para conquistar los reinos, usted será nuestra nueva reina y el infierno se desatará en el reino de los vivos—.

—¿Reina yo?—se vio interesada la pelirroja.

—Esta tierra es suya, nuestro enemigo es el Asesino de Dioses. La creación debe ser suya como lo era antes—declaró el búho con ansias de guerra.

—Ya llegué, ¿Qué hace ese buho aquí? Ah, eres tú. Fuera de aquí—.

—Lucifer Morningstar, llegó el momento que esperábamos. Lilith está despierta, los reinos serían nuestros si nos apuramos—.

—Pero no quiero gobernar—alegó el diablo.

—¡¿Qué?! ¡¿Peeo que clase de diablo es usted?!—reclamó el búho.

—¿Qué beneficios me trae ser reina?—preguntó Riki confusa.

—Tener a todos bajo su yugo—declaró la ave.

—Nah, es mucha carga de trabajo. Estuve eones en el infierno, es una lata—explicó el sujeto sobre el tema.

—Ah, entonces no. Quiero mi vida pacífica y llena de libertinaje—se sentó Riki en su alcoba como gato perezoso.

—¡Esto no es parte del plan, la profecía debe ser cumplida!—.

La profecía era más bien una especie de deseo de los demonios en el reino donde decía que si Lucifer y Lilith volvían a matrimoniarse, iniciaría una nueva era en la que la edad dorada demoníaca volvería. Por eso Nahari quería aprovechar esto para iniciar la anhelada guerra civil demoníaca.

—¿Qué esperas? Quiero estar a solas, vete chu chu—se oyó a Riki despectiva porque la interrumpían.

—Piénselo, no quiere estar bajo el yugo del falso rey. ¡Todo estaba bien hasta que él llegó!—.

—¡Que te vayas, es mi Luna de Miel!—lanzó ella una chancla furiosa y en ese momento la pelirroja estaba espantada.

—Esa chancla es de…—.

—¡Aaaaaaaaah, Nooooooo! ¡Acabo de recordar todo! ¡Te odio Shiro!—se quejaba Riki que volvió a sus cabales.

—¿Entonces la Luna de Miel terminó?—preguntó Lucifer sobre ello.

—Eeeeh, no. Un día más, ya se me quitó el miedo. Me tengo que disculpar con Shiori. No sé habla de lo ocurrido en la boda—.

—Entendido—.

Después de ese día, Shiori recibió a su madre llorando porque había vuelto a la normalidad todo por los intentos de Nahari de intentar conquistar el mundo, a lo que no lo dejaron pasar y estaba enjaulada.

—¡Déjenme salir! ¡Era una broma!—aleteaba la ave dentro.

—¡Nel, te mereces más!—reclamó Riki de vuelta a la normalidad.

—Mamá, ¿por qué ya no vistes como miko?—preguntó Shiori en shock.

—Debido a que probé los placeres de la carne, ya no puedo vestir así. Por eso ahora busqué algo nuevo—.

—¿Look gótico?—.

—Mi mente no está muy bien ahora. Apenas y pude recordar todo pero esos instintos maléficos siguen así. Por eso quiero representarme por el momento de esta forma, una chica mala no tan mala—.

—Osea una gótica culona—agregó Lucifer viendo abajo.

—Una palabra más y me convierto en viuda—.

Regresando a unos días anteriores, se podía ver a Nageru tratando de zafarse de la situación. No es que no le molestara el hecho de hacer el frutidelicioso pero era todas las tribus conejo entera y encima estaban todas las waifus que equivalían a tres conejos por cada una.

—Chusai, ¿tienes alguna solución? Ya tengo más de 40 años, apenas y puedo con algunas. Es toda la tribu completa—.

—No te quejes, cometí el error de reclutar a She Hulk sin tomar medidas. Es una ninfomaniaca de lo peor y mi espalda no está bien desde antes de ser general—.

—¿Qué tal si rejuvenecen como nosotros? Desde que volví a mis quince años, mi libido es mucho más fuerte y aguanto mejor—sugirio Shiro en la videollamada.

—No lo sé, nos verían como niños—señaló Nageru.

—Le vas al Cruz Azul, ya todos te perdieron el respeto—alegó Chusai ante eso.

—Chistoso—.

—Por cierto, quería hablar sobre la fisicoesculturista verde—trajó a colación Shiro.

—¿Qué pasa con She Hulk?—.

—Nada de She Hulk, que ande todo el tiempo transformada en su versión Shrek no te conviene—.

—¡Ella no quiere, le dije pero se negó porque se siente mejor así!—explicó con frustración el General Mecha.

—Ah, ya entiendo. Me encargaré de eso. Sora, arregla el problema—se oyó A Shiro decirle a sus asistente.

—Entendido—.

—¿Qué le vas a hacer?—preguntó Chusai con miedo.

—Un pequeño ajuste, no quiero una adicta a los esteroides gamma en el reino—.

Después de eso, Chusai ya rejuvenecido regresó a su reino y oyó un grito de dolor y desesperación de cierta persona conocida. Reunidas estaban todas las chicas y se podía ver a una Jennifer Walters normal, excepto por sus cabellos negros con leves brillos verdes y sus ojos de color verde esmeralda. El cuerpo de ella era normal, pero si estaba de tono fitness dentro del rango humano normal y su tamaño era promedio.

—¡Chusai, una loca de cabello blanco vino a atacarme y me dejó así! ¡Quiero mi forma Hulk de vuelta!—.

—Hijole, yo creo que eso no se va a poder—dijo el General Mecha sin querer poner su espalda en riesgo.

—¡Qué lo hagas!—.

—En realidad te ves más adorable así, me gustas más de esa forma—abrazó Mabui así.

—Sí, ya no te pareces tanto a nuestro antiguo jefe que le daba duro a los esteroides—recordó Samui en una nube al Raikage.

—¡No, no quería ser de nuevo humana!—.

—Bienvenida al club de las godinez—declaró Elma que en su forma humana se parecía a Jenny en su vestuario.

—¡No, no quiero terminar como la tragona! ¡Quiero mi forma verde!—.

—No, la última vez que participaste en una orgia nos dejaste en el hospital a todas—alegó Mabui que recordaba mal ese incidente.

—¡Traidoras, me voy de aquí!—se fue ella haciendo berrinche.

—Ya volverá—dijeron todos sin hacerle caso.

En realidad, She Hulk no se había vuelto más débil sino todo lo contrario. La personalidad de Jennifer en su estado verde era una falsa creada por su transformación que soltaba sus inhibiciones o más bien las apagaba. La personalidad real era la humana que ella decidió dejar atrás por su estado de Hulk, cosa que para Shiro era algo que era un terrible inhibidor del verdadero potencial de un guerrero y una falta idéntica a la que Riki cometió por años.

—¿No crees que fue muy cruel lo que hizo con la chica gamma?—.

—Nah, además esa transformación es obsoleta en este mundo. No todo en esta vida es músculos, excepto si eres un Jojo. Es por el bien de la espalda de Chusai y las de sus amantes—.

—Usted piensa en todo, mi señor—asintió feliz la asistente sobre ello.

Hora de la subtrama en 3, 2, 1…

Inicia la época de apareamiento…

Riki…

Con un cuerpo de 15 años, si bien sonaría muy mal esto pero era más intenso el sexo que teniendo un cuerpo más adulto. Primero le tenía miedo al éxito pero su mente ya estaba un poco más a gusto con ese tema.

—Sabes, he tenido bastante acción en estos miles de años. Esto se siente muy diferente—admitió Lucifer jugando un poco con los pechos de la pelirroja.

—¿Ah si, en que sentido?—.

—No lo puedo explicar, siento que no sería lo mismo con otra persona—.

—Sí intentas halagarme, lo estás logrando—se montó ella sobre su esposo.

¿Cuántas veces lo iban haciendo? Tal vez 5. Por fortuna, Shiori no escuchaba porque tomaron la decisión de que ella no debería estar ahí en esos casos. El maquillaje negro de la chica estaba algo corrido en su rostro por el sudor y su cabello se soltó mientras sus 9 colas ondeaban en su espalda desnuda.

—¿Ya no tienes esas ideas bastante liberales?—.

—No, siento que me voy a arrepentir de eso. Todos están locos—admitió ella que quizás si caía en eso, no iba a poder dar vuelta atrás.

—Bueno, en ese caso déjame mostrar esos miles de años que he acumulado de experiencia—.

—Espera, no quiero… ¡Aaaaaah, si!—rodó ella los ojos hacia arriba al sentir la lengua de su esposo dentro de ella en un truco que dejaba a la Biblia del Sexo de América Pie como algo de novatos.

Ryoku…

—¡Aaaaaah, Aaaaaah! ¡Espera Ryoku, no es lo que yo quería para mí primera vez!—se veía a Kakarina siendo penetrada por detrás.

—Ah saber, estuviste jode y jode con que querías acción. Ya tengo la edad para no ir a prisión, así que toma más—.

—¡Si, pero no con Anne!—señaló avergonzada la chica.

—Katarina sama, al fin hizo algo bien. Esos pechos quieren ser lamidos—se veía a Anne con una mirada en extremo lasciva mientras apuntó a los senos de su ama.

—¡Basta, no era así nuestra relación!—.

—Que bonitos ojos tiene comadre—.

—¡Basta, ya no puedo maaaás!—.

La villana sintió que su lado bueno se iba de nuevo y también el malvado para quedar rendida y cayó respirando bastante duro porque fue extenuante para ella mientras se veía toda sudada.

—Demonios, Shiro tenía razón. Si es conveniente esta edad por el momento—pensó Ryoku al ver que Katarina ya estaba rendida y él aún podía mucho más.

—¿Aún hay más, Ryoku sama?—se veía a Anne queriendo ser la siguiente.

—Venga para acá, viejona—.

Desbloqueo de nueva habilidad: Atracción Dragon. El General Dragón atrae chicas que querrán llevárselo a la cama pero anteriormente era suprimida por su mentalidad más adulta. Al volver a su edad adolescente, está habilidad pasiva volvió a resurgir con toda su fuerza como debería ser, trayendo resultados sexuales.

—¿Qué lo llevó a cambiar de opinión, Ryoku San?—.

—La edad—.

—Me gusta este nuevo yo, además jugar así con Katarina sama es lindo—.

Anne era sin duda como una hermana mayor para Katarina y esa era su relación pero la castaña no sabia que en realidad su maid le tenía cierto sentimiento más allá de su relación ama-maid debido a que era la persona más importante para ella. El poder de Ryoku solo sacó a relucir ese detalle en el ser de la maid y ahora Anne sabía lo que quería en su vida.

—Perdóname niñita—le dijo la sirvienta empezando de nuevo a jugar con Katarina que no tenía ni idea que pasaba y solo iba siendo arrastrada bajo la corriente.

Nageru…

—¡Aaaah si, castigame!—se oía a Darkness ser azotada por cada una de la tribu coneja en fila.

—Guau, ya lleva 5 rondas de latigazos y sigue queriendo más. Lleva el epítome de masoquista al extremo—notó la reina coneja con asombro.

Normalmente la tribu conejo criaba a todas sus chicas como suyas en una especie de utopía hembrista espartana y hippie, pero encontraban demasiado extraño a los masoquistas y más a las de primer nivel como Darkness que ni siquiera tenía una pizca de dignidad.

—Solo una duda, cuando me dijiste que querías que diseñara ropa interior sexy no pensé tenerla tan poco tiempo puesta—se quejó Rarity desnuda y siendo besada por Nageru.

—Nunca dije que fuera para un concurso de modelaje—.

—A mi no me importa estar desnuda—mencionó Sunset con el cabello desordenada.

—Tú calla y sigue mamando—.

—Oigan, ya se me cansó la mano. Sigues tu, Tayuya—se veía a Anko irse con el látigo lleno de una cosa viscosa.

—Tengo flojera, así que probaré el nuevo invento del reino. El azotador 3000—.

Era una máquina que daba nalgadas en modo automático y la conejillo de Indias era Darkness que sintió la fría mano de el invento de forma cruel.

—¡Más duro, más duro, más rápido!—.

—Ya le puse lo más rápido que pude—.

La maquina echó humo y se descompuso, denotando que aún debía probarse en masoquistas extremos como la rubia Dustiness.

—Esta porquería se descompuso. Oigan ustedes, hora de la orgia lesbica, hagan lo que quieran con la rubia—señaló la pelirroja a la rubia.

—Será un placer. Muy bien rubiecita, ¿Crees que sobrevivirás a kumite sexual de las 100 conejas?—sonrió la reina confiada.

1 hora después…

—No…. Puede ser… sigue de pie—jadeaba la reina mientras que Darkness sólo era penetrada y le jalaban el cabello por su amo.

—Nageru sama, solo soy basura. Castigueme—decía ella mientras la ahorcaban.

—Bien, quiero desquitar el coraje de que perdió mi Cruz Azul—se veía a Nageru bastante complacido de cambiar por un momento su rol.

Chusai…

—¡Hmmmm, hmmmm!—se veía amarrada a Jennifer con una sogas especiales e irrompibles mientras era penetrada con consoladores por las chicas.

—Ahora quien es la que llora cuando usan demasiada fuerza—se veía a Samui en un tono más frío que antes.

—¡Hmmmm, hmmmm!—.

La verdadera tímida personalidad de Jennifer estaba ahora aunque en el fondo estaba su lado promiscuo que estaba disfrutando esto pero ella quería dominar, no al revés. En su boca tenía una bola roja para que no hablara y además no podía usar sus poderes en lo absoluto debido a un sello especial.

—Bien, no soy del tipo sádico pero esta vez te lo mereces. Mi espalda sufrió por acceder a hacerlo en tu forma Hulk. Admítelo, aunque eres la Jenny tímida sigues siendo una puerca lasciva en el fondo—se oía a Chusai empezando a manosear a la abogada.

La verdad dolía y es que no tenía forma de replicar. Siendo una poderosa heroína, se había acostado con varios hombres y había pensado en probar con el mismo sexo pero su timidez natural humana no le habría permitido hacer esto, así que escapó de esa inhibición en su forma verde. Sin embargo, ahora ni siquiera tenía que pedirlo pero no le gustaba ser sometida así.

—Amo Chusai, permítame ayudar en eso—se veía llegar a la nueva y remasterizada Solution Epsilon.

—¡Hmmmm, hmmmm!—quería escapar ella porque sabía de lo que era capaz ella.

La rubia transformó su cuerpo en una especie de chica slime de forma más humana pero estaba desnuda y así comenzó a jugar con el cuerpo de Jennifer Walters como en un hentai.

—Amo, ¿lo hago bien?—preguntó la slime sonriente.

—Sí, lo haces mejor que bien—.

—Esto parece un hentai de pulpos, que miedo—dijo Elma ante lo visto.

—Ellas también, Solution—señaló Chusai al oír eso.

—¡Espera, la que iba a ser castigada es Jennifer! ¡Aaaaaah!—dijo Mabui pero fue atrapada como todas.

—Ah si, eso les pasa por quejarse con Shiro de que no paso tiempo con ustedes. Esta es mi muestra de amor—sonrió el sujeto mientras la rubia slime estaba feliz de servir a su nuevo amo al ser recalibrada y ser libre de esa personalidad maligna programada.

Fin de la subtrama…

Volvemos a la programación original…

—Bueno, creo que las waifus metieron de nuevo queja—señaló Shiro a los generales reunidos.

–¡Pero ya tengo sexo con ellas todos los días como lo pidieron!—reclamo Ryoku sobre ello.

—Todas venían en silla de ruedas. Nageru, Darkness está ahora en el hospital por pasarte de sádico. Hay que ponerle límites a sus impulsos—mostró a Darkness con yeso en varias partes de su cuerpo pero ella estaba feliz.

—Sí, se me pasó la mano hace días—.

—¡A mi no me miren, yo solo tengo a mi marido!—declaró Riki como si la virgen le hablara.

—Le fracturaste el nepe a Lucifer. Lo bueno que se recupera demasiado rápido pero si fuera normal no la contaría—.

—Por eso no quería casarme, que se aguante—.

—Y yo creía que a mi me pasaría eso con Jennifer—suspiró de alivio Chusai.

—Tú ni hables, ella te metió demanda por el episodio de hentai con una slime. Dale gracias a Sora de que rechazó la demanda—.

—Con razón comenzó a decir Cagajo mientras se tomaba una Carta Blanca del coraje. ¿No será de Monterrey?—se preguntó el sujeto.

—Yo tomo Indio, fierro—señaló Ryoku serio.

—Bueno, pasando a otro tema. Adivinen que, aparecieron más personajes invocados en la escuela de magia que hizo Riki—declaró el rey a los presentes.

—¡¿Qué?! ¡¿En mi escuela?!—balbuceó la antigua directora ante lo ocurrido.

—Sí, parece que muchos son de edad estudiantil. Parece que es momento de infiltrarnos. Hay muchos rumores de que planean derrocarme usandolos a ustedes de bandera política. Para todos los generales murieron en un accidente y ahora quedaron sus hijos—explicó Shiro mientras que Konran que no había hablado se metió en esto.

—Acabo de hablar con la nueva directora Elvira. Metí los papeles falsificados, cambié mi apariencia para encajar en el perfil—dijo la reina sonriente.

—Odio la escuela, fue el peor momento de mi vida—suspiró Ryoku.

—Somos otakus, nos fue mal a todos—alegó Riki recordando su época negra en el instituto.

—Ahora es distinto, no somos los mismos de ayer dijera Luis Miguel. Además estamos juntos como el equipo que somos—animó Shiro a los presentes.

—Equipo de tarados tal vez—señaló Chusai desanimado.

—¿Y que hay de Hageshi?—.

—Él ya está en la escuela desde hace días. Me está avisando de cómo está el ambiente. Hageshi, informa como estas—se veía en la televisión al comandante.

—Me metieron varias veces al casillero, esto es un asco. Creo que es porque soy guapo—alegó el sujeto.

—Sí claro, sigues vestido como Jojo—mencionó Konran bien basada.

—Eso duele—.

—Oigan, ¿por qué vamos a la escuela? Esta bien pinche aburrido y ya somos los generales. Esto de las tramas escolares solo es divertido si no hay que estudiar o hacer exámenes—mencionó Nageru con aburrimiento.

—Porque la directora Elvira nos dijo que ahora la escuela será estilo American Pie—.

—¡Oye si!—dijeron los hombres.

—¡Oye no, esa es mi escuela de magia que quería fundar! ¡No echen a perder mi proyecto de vida!—reclamó Riki por lo que pasaría.

—Eh, la escuela de temática Hogwarts es bien aburrida. Shiori se quejó mucho en su informe de eso, no es como lo pinta el libro—mostró Konran el documento del reporte de su hija.

—Ni como defenderme, me aburrí sin Internet en Inglaterra—.

Al fin llegaría el día de ir a la escuela y los generales acudirían a su primer día de clases. Era raro volver a las aulas pero cada quien superó ese detalle a su modo. Ellos fueron colocados en clases diferentes y no les fue muy bien como predijeron.

—No van ni un día de clases y nos mandaron a detención—mencionó Shiro a sus amigos.

—Quería encajar como la chica cerebrito, me intentaron bullear las porristas y no aguanté, creo que soy más volátil que antes—mencionó Riki que era su primera vez en detención.

—Yo si me la pasaba castigado—dijo Chusai ante ello.

—Tú ibas al Conalep, es raro que salieras de ahí sin familia—señaló Nageru sobre ello.

—Ni yo, es raro—.

—¿Y a ti por que te trajeron?—preguntó Konran a Hageshi.

—No lo sé, creo que me pasé un poco y le dije al profesor que su enseñanza no iba de acuerdo a lo que Dio nos dejó en sus sabias lecciones—.

—Con razón—.

Luego de eso, la directora Elvira los llevó a su oficina y tenía jaqueca porque no tenían ni un día en el sitio y ya causaron un alboroto.

—¿Pueden dejar de causar una crisis por un minuto? La escuela es delicada, no es una misión de destruir universos—.

—Bien, bien, nada de alborotos pero que no se pongan salsas los estudiantes—dijo Chusai en un tono de Iztapalapa.

—Casi se desaparece mi billetera cuando hablaste. Por lo pronto, busquen un club o funden uno. La misión depende de qué sepan mezclarse en su entorno—declaró la directora a los jovenes.

Y así como los generales iniciaron de verdad sus actividades escolares como misión y debían entrar en un club pero todo salió mal porque simplemente no encajaban.

Ryoku…

—Oigan, buscan un norteño. Puedo entrar en el perfil, fierro—se veía a este llegar con su sombrero.

—Ay, mano. Aquí es la porra de los Rayados, uuuuuh—se veían a varios chicos de la otra onda con el uniforme de los Rayados.

—Adiós, mejor busco otro club—se retiró este lentamente de ahí.

Riki:

—¡¿Por qué no puedo entrar al club de magia?!—reclamó Riki en berrinche.

—Lo siento, pero si entras vas a convertir el club en el club de los zorros—alegó Ginny Weasley que era la presidenta del club.

—¡¿Estas rebelándote?!—.

—Lo siento, son ordenes de la presidenta estudiantil—.

—¡Shiori!—se fue ella al club de la presidencia.

—Sí, si, no sería bueno que entres ahí. Es que ahí todos los estudiantes son muy… ¿Cuál es la palabra? ¿Conservadores?—dijo la chica.

—¡Nada de conservadores! ¡Tengo ideas para el club!—.

—Todas son de zorros y búhos. No, busca algo distinto—.

—¡Me las van a pagar todos! ¡Cadajo! Ah no, ni le voy al Tigres. Como sea, me voy—se quejaba la pelirroja gótica por todo.

Chusai:

—¿Qué onda carnales? Ya llegó su valedor, ¿aquí es el club del chilango?—preguntó el sujeto.

—¡Simon carnal! Toma tu nuevo uniforme, valedor—.

—¿Del América? No gracias, otro día con gusto—se fue el sujeto de ahí.

Nageru:

—¡¿Cómo que solo son fans de ocasión?!—reclamó furioso el sujeto.

—Sí, apenas ganó el Cruz Azul. No lo tomes a mal—.

—¡Así no es verdadero Cruz Azul!—.

—Lo siento, vamos a cambiar el club pronto al de Atlas—.

—¡Ustedes me dan asco, ahí se ven!—se retiró Nageru de ahí

Hageshi:

—¿Quieres unirte a nuestro club?—se veía a un hombre musculoso con facciones duras.

—¡Al fin, alguien como yo! ¡Un club de Jojos!—.

—No, es el club de fisicoesculturismo—.

—Así que chiste, adios—se fue Hageshi aburrido a otro lado.

Shiro:

—Pinches clubes tan horribles. Mejor no busco—.

Konran:

—¡¿Tú que haces aquí?!—reclamó Konran furiosa.

—Así que al fin llegaste, puta barata—se veía a la prima de Shiro en el club de porristas como la capitana.

—¿Sabías de la misión y te adelantaste asumiendo que elegiría este club?—preguntó la reina seria.

—¿Tú que crees?—.

—Bueno, al cabo que no quería ser porrista. Al menos yo si soy la esposa de Shiro—le guiñó Konran en burla.

—Hija de tu…—.

Fin de búsqueda…

—¿Y si mejor fundamos nuestro propio club?—propuso Shiro sobre ello.

—Sí, ¡quiero venganza!—se veía a Riki resentida porque no la aceptaron en donde quería.

—¡Uno del Cruz Azul!—.

—¡No, del Tigres!—.

—¡De Jojos!—.

En ese instante, Konran les dio de golpes con un abanico de papel y se calmaron las ansias, así que se fundó el raro club de Boahatto, un club tan random como ellos mismos. Pero seguían las peleas por la temática del día en el lugar.

—¡Temporada de Tigres!—.

—¡Temporada de Cruz Azul!—.

—¡Temporada de Tigres!—.

—¡Temporada de Cruz Azul!—.

—¡Temporada de Tigres!—.

—¡Temporada de Cruz Azul!—.

—¿Temporada de Jojos?—dijeron Nageru y Ryoku que se peleaban por eso y miraron feo a Hageshi que coló el papel.

—Nada de nada, temporada de zorros—mostró Riki con brillo en los ojos pero le echaron tomates en la cara—Como los odio—.

—Primero que nada, hablemos de nuestra situación estudiantil. Nuestras calificaciones no deben ser perfectas, debemos concentrarnos en la misión. ¿Algo que destacar?—.

—Sí, ¡voy a matar a tu estúpida prima! ¡Ya me tiene harta!—reclamó Konran furiosa.

—Que raro ver a Konran tan activa esta vez—murmuró Chusai sobre ese detalle.

—Tal vez se siente sola—respondió Ryoku intuyendo eso.

Mientras tanto, se podía ver a Tenshi muy seria en el club de porristas con los ojos rojos y miraba la foto de Shiro mientras tenía la de Konran tachada con marcador negro.

—Mi amor, al fin estaremos juntos como debió ser. Maldita Shub Niggurath, no me vas a quitar a mi primer amor, me dejo de llamar Ubbo-Sathla si fracaso—se podía ver una sombra viscosa detrás de la mujer con los ojos rubís.

La diosa de la Tierra maligna, en unas culturas conocida como Gaia o Gea, pero en realidad todas eran la entidad conocida como Ubbo-Sathla. La peor rival de Shub Niggurath que ahora respondía al nombre de Konran Yoku, esa era la verdadera razón por la que la reina se fue a la escuela con su esposo.

—Maldita Ubbo, no te daría problemas en entrar al harem pero no te quedarás con mi puesto. Yo soy la reina aquí y la esposa principal, maldita diosa ladrona—murmuró Konran al sentir los pensamientos de su antigua compañera de ejército del caos.

Sin embargo, esos no serían los dos únicos seres que estarían rondando la escuela ya que dos mellizos estaban rondando las instalaciones y no se veían amistosos con los estudiantes.

—Hermana, la diosa de la fertilidad no se encuentra aquí—.

—Va a aparecer, hermano. Shiro Yoku va a pagar por hacer de nuestra madre una santa paloma—se quejó uno de los mellizos de forma maligna.

Al fin comenzaría el verdadero ciclo escolar para todos y los dioses del caos se querían matar entre ellos por culpa del rey. Shiro tenía una mala sensación de que lo querían asesinar y estaba en las duchas de educación física cuando un sujeto androgino entró al sitio y se lo quedó viendo.

—¿Qué me ves?—.

—Muere, Asesino de Dioses—.

El sujeto andrógino se parecía mucho a Konran y de la nada este sacó un tentáculo horrible de los brazos pero una chancla le cayó en el rostro y se podía ver a una chica muy parecida a la reina derrotada por ella.

—No es buena idea que quieran matar a mi marido, hijos mios—saludó la diosa a sus gemelos retoños con un aura de enojo y malicia.

—¿Hijos?—se puso una toalla Shiro.

—Madre, creí que estabas lejos—.

—Yo los engendré de mis entrañas. Puedo sentirlos desde muchos universos a la redonda—les advirtió la reina.

—OK, entonces es una reunión familiar. ¿Soy el padre?—.

—No. Los hice con mi magia arcana única hace demasiado tiempo—.

—OK, entonces no hay crisis de norteños—.

Después de que Shiro se vistió, se podía ver a dos mellizos muy similares en apariencia a Konran sentados en el suelo como japoneses mientras eran regañados por ella y eso al rey le recordó a Riki.

—OK, porque parece que le das chanclazos. Nunca te he visto lanzarlos—.

—Como sabes, la chancla funciona solo en el caso de que seas una madre. Ella me avisó de que mis hijos estaban cerca. Siento que quieran matarte, son unos malcriados. Te los presento, ella es Nug, la diosa del cielo del caos, y este es Yeb, el dios de la Tierra del caos—.

—Ah, ya veo. Son parecidos a ti, ¿Cómo los hiciste?—.

—Magia arcana—.

—Madre, ¿por qué nos presentas con nuestros sagrados nombres a este vulgar humano?—dijo Nug enojada pero le dieron otro chanclazo.

—Ay, se siente tan bien. Con razón Riki san adora este objeto—.

—No te hagas adicta a eso—mencionó Shiro queriendo que no haga alianza con la pelirroja.

—Madre, tiene que volver con nosotros. Su exposición a la humanidad la está cambiando demasiado—declaró el mellizo varón con molestia.

—¿Eh, no entiendo? Sigo igual—.

—¡Tiene orejas de neko kawaii!—señaló la gemela furiosa ese detalle.

—Creo que ya se volvió otaku—miró Shiro que si la había afectado el convivio con los generales.

—Madre, tiene que volver a sus funciones como la diosa de la fertilidad. Sus fieles se quejan de que no les cumple sus deseos—.

—Para eso están esas amebas que tenemos como esclavos—.

—Son más inútiles que los Minions. Madre, el dominio del multiverso es importante y sin su presencia nadie quiere trabajar. Además todos la extrañan, Azathoth sama la extraña, los flautistas sapos la extrañan, hasta Nyarlathotep la extraña—declaró Yeb sobre ello.

Mientras tanto, estaba el dios "Caos Reptante" bailando conga mientras celebraba otro día sin la presencia de Shub Niggurath.

—Soy feliz, soy feliz, soy feliz, como una lombriz, soy feliz, soy feliz—.

De vuelta a la escuela…

—No pienso volver, me dio síndrome de Burnout. Les dejo el trabajo a ustedes, me tomaré unos eones sabáticos—señaló Konran abrazando a su marido.

—¡Me niego a reconocer esto, madre! ¡Ya no eres la diosa despiadada de las leyendas! ¡Todo es por culpa de este intento de centinela!—reclamó furioso Yeb intentando atacar de nuevo.

—Cállate—le hizo una mala cara la reina y el gemelo paró ante ese instinto asesino.

—Aún con esa actitud tan humana sigue dando miedo. ¡Esto no se va a quedar así madre!—se llevó Nug a su hermano menor.

—¿Intento de centinela? ¿Creen que soy un aprendiz?—preguntó Shiro sobre eso.

—Creo que si, creen que eres aprendiz de Mariska porque te juntas con ella. Si tan solo supieran, que raro que Yog no les dijeran algo de eso. Él siempre lo sabe todo—.

Parecía que finalmente los dioses del caos se habían dado cuenta de lo ocurrido con Konran o quizás sólo algunos. No veía a alguno más cerca de ahí o quizás no estaba tan interesados en que ella volviera porque les echaba a perder sus planes.

—Lo siento, mis hijos se volvieron muy malcriados—se rascó la cabeza la mujer.

—No te preocupes, así son los adolescentes. Parece que en términos de Dioses del Caos ellos son muy jóvenes—.

—Mentalmente si, por eso su conversión se refleja de esa manera. Si fuera mi nieto el barbas de calamar se vería como el pirata Davy Jones—.

En otro lado, se podía ver a Ryoku comiendo solo en el comedor porque todos estaban ocupados en algunos asuntos pero una linda chica se sentó ahí y se podía ver a su lado a una hermosa estudiante con cara de senpai escrita en su rostro.

—Lo siento, no tenía donde comer—.

—¿Eh, quien eres tu?—.

—Me llamo Serena y ella es mi guardaespaldas Eclair. Vengo de una familia de condes—declaró ella sonriente con una cara de muchos amigos.

—Ah, ok. No quería saber eso, pueden comer si quieren—señaló Ryoku algo desconfiado.

—Ya veo, ¿no vas a preguntar más?—.

—Eh, no. ¿Por qué?—.

—Todos oyen la palabra conde y quieren saber más—.

—Eh, no me interesa. Soy Ryoku Aisa—.

—Que agradable sujeto. Sabes, tengo buenos contactos. Podrías trabajar conmigo, necesito buenos empleados para mi facción de nobleza—alegó ella sobre el tema.

—Señorita Serena, no debería ser tan directa—señaló Eclair en tono de disciplina.

—Tranquila, se ve que es de confiar. La casta del difunto General Dragón debe ser la que aspire al trono y no ese falso rey—declaró fervientemente la chica.

—¿Falso rey? ¿Qué tiene de malo?—.

—Desde que el rey llegó, la nobleza ha sufrido duros golpes. Ahora con la llegada de la Duquesa Arche, todo empeoró. Por eso se necesita un verdadero rey que responda a nuestros intereses, si tan solo encontraramos al hijo del General Dragón—señaló la condesa con bastante seriedad.

—Aún no han hallado algo nuestros informantes—comentó la guardaespaldas.

—Así que Shiro tenía razón, hay golpistas—pensó preocupado Ryoku.

—Hay muchos buenos candidatos. El club de deportes tiene al marqués John que es muy guapo—señaló Eclair a un joven muy guapo.

—Ejem, cualquiera podría ser el candidato, ¿no?—preguntó Ryoku con una leve irritación porque ya sabía que criterios estaban tomando esta par de estúpidas.

—Eh, debe ser guapo, alto y bronceado. Los hombres de la casta dragón son bien parecidos—.

—Aja, claro. ¿Y que piensan hacer con el hijo del General Dragón?—.

—Es sencillo, debe ser adoctrinado para ser un buen rey, uno que responda a nuestros intereses—.

—¿Qué clase de educación le dieron sus padres para que piensen así?—pensó de nuevo Ryoku con cara de lástima

—¿Eh, por que me miras así? Deja de hacer eso—se sintió mal Serena por esa cara de meme de Tanjiro.

—Mejor cambiemos de tema, vamos a comer—interrumpió Eclair y Ryoku sacó su carne asada.

—¿Qué… es… eso?—preguntó Serena con horror.

—Carne asada—.

—¡Nada de carne, los nobles comen vegetales!—reclamó Serena enojada.

—Siempre como carne asada, además no quiero morir anemico—.

—No vives de ensaladas, no vives de ensaladas—empezó a bailar Shiro con una carne asada a un grupo de veganos todos anemicos mientras este se comía un pedazo de sirloin.

—Que sujeto tan odioso, debe ser un patético plebeyo—murmuró la condesa.

—Sí supieras—sonrió Ryoku que entendía el porqué no le gustaba a Shiro revelar su identidad.

—OK, OK, respira Serena. Sólo son idiotas, todos son idiotas menos tú—decía Serena bien nice.

—¡No vives de ensaladas, no vives de ensaladas!—se unieron los demás generales solo por joder.

—Tranquila, solo son idiotas, ¿verdad Ryoku? ¿Ryoku?—.

—No vives de ensaladas, no vives de ensaladas—se veía al norteño en la hilera.

—¡Ryoku!—.

—Lo admito, la pieza es pegajosa—empezó a bailar Eclair.

—¡No les sigas el juego!—.

Luego de eso, Ryoku suspiró porque Serena le daba una mala sensación, como si su sola presencia le causara incomodidad. Sin embargo, sus preocupaciones se disiparon al ver a una chica pasar mientras todos la veían como una diosa.

—¡Ella es Komi San!—.

—¡La Madonna de la escuela!—.

—¿Dijo Komi san?—se volteó Ryoku al oír eso y efectivamente estaba ahí Shoko Komi en silencio y arrogante como se describía pero en realidad se moría del miedo porque la miraba demasiado.

—OK, esto no me lo pierdo. ¿No hay un Tadano acá? Tengo que investigar—.

Mientras tanto, Riki estaba adaptándose a la escuela y de forma inicial quiso entrar al club de magia y luego de su intento fallido quiso ir al de matemáticas pero la mandaron a comer tierra.

—¡Aaaaaah, esto es igual que en mi adolescencia original!—.

La pelirroja originalmente era la típica niña cerebrito que le daba las tareas a todos con tal de caer bien pero en realidad todos la odiaban por envidias y cosas de la vida, por lo que nunca tuvo amigos de verdad hasta que conoció a esos dementes.

—OK, entonces lo de cerebrito no funciona. ¿Qué puedo hacer?—.

—Ser una niña mala—.

Cuando ella volteó, pudo ver a Lucifer saliendo de un salón de clases, específicamente el de música que era un talento del diablo y Riki suspiró porque la siguió.

—¿No has tenido un romance juvenil?—preguntó el sujeto serio.

—No, no soy Bella Swann ni lo quiero ser—.

—Que mala comparación. Además soy más sexy que Edward—.

—Bueno, ¿dices que sea una niña mala? Soy la personificación de la chancla, mi rol no es el de ser mala—explicó Riki sobre ello.

—No es necesario, ser chancla sama es corregir las acciones de los demás por infantiles. Que te liberes de tus ataduras es otra cosa, ¿verdad Nahari?—preguntó Lucifer al ave encerrada en una jaula.

—¡¿Si les digo si, me liberan?!—.

—Bien, creo que puedo adaptarme un poco a mi rol como Lilith. Saca a la ave—.

—Ok—.

Después de que la ave estiró sus alas, esta tuvo cuidado de jamás mencionar sobre una invasión porque ya la tenían bien vigilada. No iba a jugar su suerte de nuevo y estas versiones de los elegidos eran demasiado buenos para ser corrompidos.

—¿Entonces el plan era atraer nobles estúpidos?—.

—Sí, parece que hay por doquier—explico Riki brevemente.

—Supongo que alguien va a presentarse pronto—.

—¿Por qué lo dices?—dijo Lucifer confundido.

—¿Cómo lo explicó? La vida de Lilith es como una novela cuando se trata de un romance. Es muy joven ahora y vendrán galanes a cortejarla—.

—Interesante, continúa—empezó a afilar navajas el profesor Morningstar.

—Tranquilo, ¿Crees que te dejaría por una cara bonita? Soy joven de nuevo, no pendeja—.

En otro lado, Shiori se iba a su casa pero debía esperar a su joven madre que parecía su melliza y se hallaba en un estacionamiento mientras el día estaba sospechosamente nublado.

—Algo no me gusta, esta demasiado nublado. ¿De donde me es familiar todo esto?—.

En ese momento, la pelirroja notó que un carro la iba a atropellar cuando un sujeto detuvo el vehículo y Shiori se puso pálida porque reconoció a ese sujeto al instante.

—¡Nooooooo, no god please! ¡Nooooo, nooooo!—se fue la mujer gritando porque ahora estaba en Crepúsculo.

Después de eso…

—¡¿Cómo que Edwuard Cullen te salvó en el estacionamiento?!—exclamó Riki en sjock

—Que raro, se supone que Lilith experimentaría la novela—mencionó Nahari con cierto error de cálculos.

—Bueno, ¿Qué pasaría si Riki al casarse conmigo experimentó su novela y ahora es la General Kumiho la siguiente?—mencionó Lucifer sobre ello.

—¡Pero apenas es una niña!—abrazo Riki a su hija.

—Parecen gemelas, ya tienen la misma edad—.

—¡Aún estoy chiquita!—se negó Shiori a crecer.

—En realidad ya estas demasiado mayorcita para ser considerada una niña, señorita síndrome de Peter Pan—.

—¿Eh? ¡Apenas va a hacer 8 añitos!—reclamó Riki bien perdida en sus fechas.

—Ya tiene 15, señora. Y no estoy nada feliz, ¿Cómo que otro vampiro quiere cortejar a mi señora?—se alzó Alucard que no se había manifestado en mucho tiempo.

—Hace tiempo que no te veía, ¿por qué no protegiste a mi hija?—preguntó Riki enojada.

—¿Cree que ese vehículo le haría algo a su hija? Shiori es más dura que un Nokia—.

—No puedo negar tu respuesta. No puede ser, preferiría que fuera Vanir a Crepúsculo—.

—Sí, claro. Ya leí esa saga, a eso pasó Shiori va a perder la virginidad en muy poco tiempo—declaró Lucifer para el horror de Riki.

—No puedo creer que te dé la razón, demonios—.

—Ahora falta que Edward te empiece a acosar y ni hablamos de Jacob—señaló Lucifer sobre ello

—¡Nooooooo!—

—Usted de la orden, señorita Shiori. Ningún vampiro estará cerca de usted mientras yo lo diga—dijo Alucard afilando navajas.

—Tampoco voy a matar a cuanto vampiro se me cruce. Mejor esperemos a que lleguen los demás personajes, los voy a batear olímpicamente—señaló Shiori que no quería un romance de saga barata de niñas pubertas de mal gusto.

Volviendo con Shiro, este no estaba muy cómodo con los hijos de su esposa mirándolo con dagas a cada rato porque su mami se volvió una mujer muy buena por su culpa.

—Me recuerdan a su madre cuando era más mala que la carne de cabra de Monterrey—.

—Esa es una pésima comparación—señaló Yeb enojado por ese comentario.

—Parece que se están llevando bien—sonrió Konran al ver eso.

—¡Jamás nos llevaríamos bien con un aprendiz de centinela!—.

—Espera, no soy un aprendiz de centinela. ¿De donde sacan eso?—preguntó Shiro curioso.

—No te hagas, has estado viéndote con Mariska para ser su sucesor. Madre, él no es de fiar. Él será del ejército enemigo—declaró enojada Nug.

—A ver, Shiro no es un aprendiz de centinela. Primero americanista a ser uno de esos estúpidos esclavos de los reyes de Caos y Orden—.

—¿Ah no? ¿Entonces por qué se siente una energía similar a ellos?—.

—Hmmmm, él es… ¿Cómo lo explicó sin que les dé un infarto? Bueno, su madre es la reina Nada—.

Eso dejó de piedra a los dos gemelos porque ese nombre era algo que era un mito entre los dioses del caos. Se suponía que habían una tercera deidad suprema que no reinaba en este plano sino que era una especie de antítesis del todo existente, pero solo era un cuento de hadas.

—¡¿El mito es real?!—exclamó Nug en shock.

—Así es, yo misma conocí a la reina Nada hace unos años—asintio la reina y al ver que no mentía, fue un shock peor.

—Entonces es un dios verdadero—maldijo Yeb que creía lo contrario.

Para la cultura de los dioses del caos, un dios falso era un humano que ascendió a ser una divinidad por los Reyes del Caos y Orden para ir en su contra. Para esos seres, los Shin si eran verdaderos dioses pero los Centinelas aunque más poderosos solo eran una mera imitación de lo que debía ser una deidad de nacimiento. Así que en sus creencias, Shiro era una deidad nativa diferente a los Shin y a los seres del caos, siendo alguien único en su especie.

—Hermano, mira sus lecturas. No encaja con el perfil de aprendiz de centinela, tiene muchos rastros de caos y a la vez orden en su interior, es como si chocaran para ver quien domina—notó la melliza mayor con un hechizo arcano de detección.

—OK, ¿entonces van a dejar de joder?—preguntó de nuevo Shiro.

—¡No, ahora queremos saber que cosa eres!—reclamó Yeb furioso.

—Ah, como chingan—.

—No se lo tomen tan a pecho. Mejor vivan sus vidas como se los dije—dijo Konran acarianciando a sus gemelos que odiaban perder.

—Sí, son la viva imagen de su madre cuando se pone berrinchuda—.

—Vamos a comer algo, ¿Qué se les antoja?—preguntó Konran a sus hijos.

—Con un sacrificio humano tengo—alegó Nug bien perdida en las costumbres normales.

—Mejor yo les elijo sus comidas—.

Más tarde, ellos estaban en un restaurante familiar y los gemelos veían a su padrastro mientras que su madre fue al baño. Aunque técnicamente era un verdadero dios por lo que dijo Konran, era cierto que no confiaban en él por sus costumbres humanas.

—Escuchen, yo amo a su madre con toda sinceridad. Ya la he visto en su forma original y no me importa si mató a muchos de mi especie. Este sentimiento es de amor profundo a ella pase lo que pase y haga lo que haga—declaró el sujeto.

—El amor es pura patraña, nosotros no lo necesitamos. Sólo queremos poder y sed de sangre—declaró Yeb con bastante seriedad pero Konran llegó.

—¿Saben? Justamente eso fue lo pensé la primera vez que observé a Shiro en la guerra ancestral antes de que naciera. Sólo era un ser simple para mí pero él con el paso del tiempo fuimos encontrándonos en muchas vidas y poco a poco me fue conmoviendo su espíritu. No me arrepiento de adoptar una vida humana, ya no tengo esa necesidad de matar especies u universos completos por alimentar mi ego. Mis creadores ya no me interesan, solo quiero a Shiro y estar con mis amigos—declaró la reina tomando la mano de su esposo.

—¡¿Madre, acaso te lavaron el cerebro?! ¡Eras la más despiadada de todos los dioses del caos?! ¡Los inferiores querían ser como tú!—exclamó con miedo Yeb.

—Saben que nunca me intereso nada desde que me crearon. Incluso el sexo que era mi cualidad nativa no me gustaba hasta que tuve mi primera vez como humana y vaya que me gustó—.

—El sexo es igual en todos los universos y especies. También hemos tenido sexo con humanos—alegó Nug sin mucha emoción..

—Que ingenua eres, ¿alguna vez has tenido sexo con un cuerpo humano real?—preguntó su madre curiosa.

—¿Cuál es la diferencia?—dijo Yeb bastante confuso.

—Ay, es mucha la diferencia. ¿Saben que otra cosa me gusta de Shiro? Él me mostró la otra cara de la moneda acerca de un buen sexo—.

—Ah, ¿es diferente cuando lo hacen en su modo monstruo?—preguntó Shiro a su esposa.

—Sí, es solo una burda imitación. Se siente como un cosquilleo en ese caso, no a comparación de ahora—explicó Konran a los presentes.

En ese momento, Nug y Yeb se fueron unos metros a hablar sobre algo porque ellos se vieron curiosos por el tema. Aunque eran los dioses del sexo por ser vástagos de Shub Niggurath, su madre les decía que había un lado que jamás han experimentado y la curiosidad les movía a intentar sentir eso.

—¿De que tanto hablan?—preguntó Shiro curioso.

—Madre, Shiro. Mi hermano y yo hablamos de eso y si ustedes insisten en el tema, esperamos que no tengan problemas en que nos demuestren que es verdad. A lo mejor y los dejemos en paz si madre dice que hay cosas que aprender de los humanos en el ámbito sexual—declaró Nug a su madre.

—Hay unas casas de citas cerca, vamos—señaló el rey cerca de aquí.

—No, queremos que ustedes nos enseñen—aseveró Yeb en acuerdo con su hermana melliza.

—¡Espera! ¿Son norteños?—dijo Shiro ante la implicación.

—Es muy común en los dioses del caos, más de lo que crees. No es sexo como tal, solo una imitación barata. Estos niños no saben como se siente el sexo real, mamá les va a enseñar entonces—alegó Konran sobre el tema sin importarle la moralidad humana.

—OK, eso sí fue norteño—.

—Lo siento, parezco normal frente a tus amigos pero dentro de mi ser no hay tanta moralidad inútil. Solo veo el show sin meterme mucho—.

—Madre tiene razón, el incesto es irrelevante para seres como nosotros, los tabús humanos no tienen cabida en nuestra especie como tal—explicó la diosa Nug sobre ello.

—Bueno, entonces no me contendré. Solo no me vayan a reclamar—señaló Shiro que tenía consentimiento para lo que se venía.

Aunque no lo pareciera, el campus de la escuela era enorme y tenía hoteles en el caso de que no se pudieran regresar a casa, así como ahora debido a muchas situaciones sorpresa. Los cuatro reservaron un sitio de uno de hoteles de paso y se quedaron una habitación de lujo mientras se desnudaban para lo que pasaría.

—No le veo emocionante al sexo humano, solo se reproducen y ya como simples animales—declaro Nug quedando desnuda y se veía que compartía el cuerpo hermoso de su madre.

—Solo es eyacular y ya. Acabemos con esto rápido—alegó Yeb que tenía un cuerpo delicado para ser hombre y su tamaño de miembro denotaba su ser andrógino siendo en el mejor de los casos algo promedio.

—Esperen, mis amores. Ya verán lo que me hace sentir su padrastro—.

—Eso sí sonaría mal si fueran humanos—pensó Shiro sobre la naturalidad con la que hablaban del asunto.

Luego se acostaron y Shiro empezó a tocarle las tetas a Nug, quien se sorprendió de que eran así de sensibles y lo peor es que el sujeto conocía sus puntos débiles al ser casi los mismos que su madre.

—Jamás he experimentado un trio con madre e hija, no, esto ya es una orgia familiar muy rara—le mencionó el hombre mientras besaba el cuello de su hijastra.

—Espera, se siente raro—hablaba Nug bastante entrecortada.

Al lado, se podía ver a Yeb teniendo a su madre dándole una mamada bien buena y este jamás había sentido algo igual. ¿Qué sensaciones eran estas? La reina estaba feliz de que por fin podía compartir con sus retoños lo que descubrió como humana y Yeb se retorcía de un placer desconocido.

—¡Aaaah, basta madre!—empezó este a eyacular muy rápido.

—Ay, te corriste muy rápido. Jajaja, no controlas ese cuerpo humano del todo—sonrió la mujer yendo a besar a su hijo.

De vuelta con Shiro, este le daba su primer cunnilingus a Nug que también se revolcaba del placer en la cama mientras jadeaba duro. Su vagina estaba mojada y sus pechos eran lamidos por su padrastro. Ella había tenido sexo ritual con sus seguidores pero esto no era una versión barata de lo que los humanos siente realmente.

—¡Aaaaaah!—se retorció ella y se corrió ahí mismo.

—Se nota que es tu primera vez, ¿te gusta como lo hacen los humanos?—.

Ella no respondió y ahora su madre cambió de lugar con Shiro, a lo que se sorprendieron por un buen motivo: Shiro era un hombre real. No debería querer tener sexo con alguien de su mismo género.

—¿Estas sorprendido? Hace años que dejé esos pensamientos, solo prefiero a las chicas pero si el momento llega no siento esos complejos. Es algo que su madre me enseñó—explicó el rey a los gemelos.

Este comenzó a dedear a Yeb en el año y este sintió muy raro, haciendo que la erección volviera a darse. En cambio, Konran cruzó las piernas con su hija y está no entendía que pasaba pero luego volvió a sentir ese recorrido de placer porque le estaban dando unas buenas tijeras.

—Que linda te ves, siempre tuve la curiosidad de como reaccionarias—se veía a Konran con una sonrisa maternal corrupta.

La diosa de la fertilidad antes era una diosa demasiado desapegada a todo, incluida sus creaciones, una psicópata total. Shiro le cambió la vida y comprendió el amor a su manera, lo que quería compartir con sus hijos creados justo como creía que entenderían su punto de vista.

Mientras se daban esos tijerazos, Shiro no tenía problemas en darle por detrás al trapito que era el hijo de su reina. Antes ni loco lo hacía pero la personalidad de su esposa se le había pegado bastante más de lo que parecía y esas cosas ya no le importaban mucho.

—¡Aaaaaah, más! ¡Más duro!—se podía oír a Yeb gemir.

—Eso es lo que su mami siempre me dice. Por eso ella me ama tanto—le comenzó a masturbar el Asesino de Dioses con su mano derecha.

—Ya entendí, ya entendí. Para—.

—No, vas a acabar ahora—.

—No, me voy a…—.

Este sentía como es que se corrían dentro de él de forma aparatosa y también él tenía una fuerte eyaculación por ser estimulado de esa forma. No cabía duda de porque su madre estaba tan loca por él pero esto no había terminado.

—¡Mamá, mamá, ya no más!—.

Nug jalaba la sabana de su alcoba al sufrir un inminente orgasmo mientras que Konran la ayudaba a sacar todo esa tensión de su ser. La reina veía como es que Shiro ya era un poco más como ella y no podia evitar sentirse orgullosa de que su esposo la apoyara en sus pensamientos aunque fuera humano.

—Cambiemos—.

—Sí, mamá quiere pasar tiempo con su hijo—.

Así Konran se montó en su hijo mientras que Shiro hizo que Nug estuviera encima de él para tenerla cabalgando. Las dos mujeres estaban galopando en los miembros de forma veloz mientras que se tomaban una mano madre e hija.

Yeb estaba bastante agitado con el hecho de que tenía a su madre así y le tocaba las tetas, a lo que ella lo apoyó con ellos y le daba más sentones duros.

—Eso es, eyacula dentro de mamá. Vamos, eso está bien—sintió Konran el semen de su hijo dentro suyo.

—¡Mamá, me vengo!—se oyó a Nug entrar en un orgasmo siendo llenada por Shiro.

—Eso es, así se hace. Deja salir todo—acarició Konran a su hija.

Las sensaciones humanas eran algo tan nuevo e impredecible para ellos como seres del caos que no sabían como reaccionar y su madre con su padrastro los estaban mangoneando sin que pudieran hacer algo al respecto.

—Hermano, inténtalo conmigo—le pidió Nug a su gemelo abriendo las piernas.

—Sí, espera un momento—.

El dios comenzó a penetrar a su hermana menor y Konran veía como sus niños se divertían a lo grande entre ellos generandole unas lágrimas maternales al ver que ya entendían lo que ella experimentó de primera mano.

—¡Hermano, más rápido! ¡Tú puedes!—se oía a la chica decir.

—Tú vagina se siente igual a la de madre. No puedo sentir la diferencia—notó el dios ese detalle.

—Que curioso, yo tampoco—admitió Shiro sobre ello.

—¿Qué se sintió tu primera experiencia norteña? Este es mi mundo, espero que no te arrepientas. Tengo muchos hijos más regados—advirtió ella sobre ese detalle.

—Bueno, es lo justo, Ya te mostré como ser una humana. Para eso somos un matrimonio—asintió Shiro como el sabio rey que era.

—¡Hermana, me vengo!—se oyó al dios del caos terminar en su hermana menor.

—¿Ellos son dioses de la fertilidad como tú?—.

—Sí, hacen mi trabajo también. No te preocupes por corromperlos, ya eran así desde que los hice—.

—Ah bueno—.

—¿Terminamos?—preguntó Nug exhausta.

—No, apenas comenzamos—.

Konran se colocó encima de Shiro para comenzar a ser penetrada pero ella le enseñó su otro agujero a su hijo para que entrara ahí.

—Vamos, esta será tu primer anal con mamá—.

Este le obedeció u se sentía muy distinto a lo que hizo vía vaginal con su madre. Aún así, la diosa de la fertilidad estaba siendo penetrada por dos lados mientras que Nug no sabía que hacer porque era inexperta en eso.

—Ponte encima de mí, confía en mi—.

La diosa menor asintió y luego sintió como la lengua de Shiro entró en su patio trasero mientras que Konran le daba cunnilingus dándole aún más placer inesperado.

—Maldición, ¿esto es el sexo real? No puede ser, ¿esto es lo que hizo caer a mi madre? Mi mente, se siente nublada. No, no puedo pensar bien—se oían los pensamientos de Nug mientras jadeaba sin control.

—¡Madre, me vengo!—se oyó a Yeb sin poder más.

—Eres aún algo precoz. Mamá te quiere mucho—.

Los dos mellizos estaban exhaustos de varias rondas y ya su mente se hallaba nublada, por lo que se quedarían dormidos hasta después de un rato. Ellos despertaron y veían a su madre besar a su amante en la cama pero aún no había algo de acción.

—Oh, ya despertaron, dormilones—se vio a Konran de forma maternal.

—¿Todo esto es lo que sientes, madre?—se oyó débil a Nug.

—Sí, toma tiempo acostumbrarse—.

—Se siente tan bien—se oía a Yeb bastante ebrio del placer post coito.

—Sí, aún es su primera vez—.

Mientras esto pasaba, se podía ver a Chusai saliendo otra vez de detención porque comenzó a alborotar el orden público. Ahora todos los tenían fichado como un delincuente juvenil, lejos de la figura intelectual que deseaba aparentar.

—OK, creo que ya no hay vuelta atrás—.

Justamente en ese instante, él vio pasar a una mujer de uniforme azul con blanco y un corte redondo de casco femenino, de cabello castaño y ojos algo grandes, que este reconoció al instante por ese estilo único noventero.

—Oh mierda, ¿esa es Nabiki?—preguntó para si mismo el hombre.

—¿Eh? ¿Alguien dijo mi nombre? Debió ser una ilusión—se fue ella ignorando que si estaba cerca Chusai porque tenía aspecto de pobre.

—Bueno, eso lo debo esperar de la cazafortunas más famosa de los 90—.

En ese instante, se podía ver llegar a Nageru con dolor de cabeza porque se había involucrado con una pelea entre el América y el Cruz Azul, cosa de hinchas.

—¿Y a ti que te pasó?—.

—No pienso hablar de eso—.

—La cruzazulearon de nuevo y Moisés Muñoz anotó un cabezazo—explicó Hageshi que fue al encuentro.

—¡Tú vete a caer en una ciclovia!—se enojó Nageru y Chusai se río ante un clásico.

—OK, sacando del tema. Encontré a Nabiki Tendo, decidí aumentar mi harén—.

—Uy, esa waifu es difícil si eres pobre y feo—.

—Soy asquerosamente rico, pero no dudo que si soy algo feo. Bueno, ya veré que hago—.

Continuará…