Crisis en Tierras Infinitas Naruhina
Capítulo 35 Los Impostores
Riki estaba intranquila porque su hija estaba a punto de vivir su primer romance juvenil pero era tranquilizada por Hinata y Naruto que llegaron a la escuela.
—¿Pueden explicarme como es que se convirtieron en jóvenes?—preguntó Riki ante eso.
—Es el mismo método que la abuela Tsunade. Un sello que mantiene una transformación de forma permanente—explicó Naruto ante ello.
—OK, les compro esa pero tu esposa parece una gyaru—señaló la pelirroja a Hinata.
—Vi que era la tendencia y lo usé, me veo bien—se vio a una gyaru Hina en el sitio.
—Bueno, no importa. Esto de ser casada es una lata, Lucifer resultó ser el marido celoso y yo no—dijo la general en tono de ironía.
—Sí, por eso nos pidió el favor de ir a vigilar que no te enredaras con un cualquiera—.
—Ay no, menudo personaje de cojones resultó ser—.
Justo en ese instante, se podía ver llegar a una pelirroja de tono sangre y cualidades de kitsune, que todos empezaron a rodear en una especie de atracción zorruna sucubo bastante especial.
—¡La nueva general Kitsune!—.
—¡Es tan hermosa!—.
—¡¿Pero que mierda?!—exclamó Riki en shock.
—Ah, ¿todos quieren ser parte de mi harem? Lo siento, soy muy selectiva. Impresionenme—declaró la mujer en un tono coqueto con uno de los estudiantes.
—Riki, tranquila. No vaya a causar un alboroto—dijo Hinata que conocía lo explosiva de su jefa.
—No sólo está imitandome, apesta a Mary Sue y está buscando un harem—decía Riki buscando sus medicamentos contra la ansiedad.
—No sé porqué tengo la sensación de que no es el único que está en esa situación—mencionó Naruto sobre eso.
En otro lado, se podía ver Nageru con su camisa espantaviejas del Cruz Azul que portaba orgullosamente. Desde que entró a la escuela, nadie lo pelaba y eso no muy le importaba pero ocurrió algo muy molesto.
Flashback…
—¡El nuevo general Fantasy ha llegado a las instalaciones!—exclamaron las morras.
—¿Ah?—se veía a lo lejos a Nageru que apenas llegaba de un partido.
Un hombre bien guapo, muy bien parecido, de facciones finas, todo un galán, traía locas a las chicas que caían presas como hipnotizadas por esa belleza fuera de ese mundo.
—Hola señoritas, ¿Quién es la siguiente en salir conmigo?–.
—¡Yo, yo, yo!—se oía a varias decir como groopies.
Flashback fin…
—Quiero sangre, sangre, sangre—se oía repetir al sujeto mientras que Riki se sentó a su lado y repetía lo mismo.
—¿Tu también?—.
—¿Alguien te suplantó?—preguntó Nageru confuso.
—Sí, me plagiaron y me convirtieron en una Mary Sue—.
—Mira, allá viene Chusai. ¿Por qué está echando espuma del coraje?—.
—¡Hijo de su puta madre! ¡Aguanto que me plagien pero sea un americanista duele!—exclamó furioso el mencionado.
—Auch, eso duele—.
—¡Y lo peor es que Nabiki Tendo se hizo su novia! ¡Me ganó el infeliz y ya había planeado lo que iba a hacer!—.
Entonces se vio llegar a Ryoku furioso y es que había visto a un imitador suyo pero eso no fue lo que lo enojó tanto sino que vio algo que no le gustó más como buen otaku: Un intento de humillación a una de las waifus.
Flashback..
El joven caminaba por los pasillos con fastidio en su semblante al ver tal nido de hipócritas y niños mimados que predominaban en el plantel estudiantil que se llenó de puro fifi, la cosa que más odiaba aparte del Rayados. Todo eso hacia recordar sus días como estudiante en el mundo original del que vino y él como había jurado que no permitiría esto cuando se volviera un maestro, aunque ahora su posición como general no le permitía guiar a las nuevas generaciones.
Ahora que lo pensaba, se sentiría igual de solo y amargado de no ser porque ahora tenía amigos y muchas muchas novias que lo querían mucho, mucho mucho, cosa que lo ponía feliz de nuevo. Sus pensamientos se vieron interumpidos cuando escuchó el bullicio y el ruido de varias chicas que rodeaban a un sujeto muy guapo, con una capa exageradamente larga que lo hacía parecer el Principito y que usaba el símbolo del Reino Dragón en toda su ropa, lo que significaba que alguien se robó su identidad como el asqueroso impostor que salió de las alcantarillas.
—Así es chicas, están viendo al nuevo y renacido General Dragón, y todas podrán ser parte de mi familia—declaró el sujeto que hablaba con un acento demasiado pomposo y cursi—No se preocupen, las complaceré a todas sin importar cuantas sean—.
—Sí, tú chucha. Eso lo dices porque no tienes a Albedo en tu harem, pedazo de basura—pensó Ryoku que oía al fondo todo siendo ignorado.
—¿Es verdad que usted puede complacer a cualquier mujer en la cama?—dijo una morra toda meca atraída por el galán de pacotilla.
—Claro que sí nena. Todas aquellas que se consideren dignas de mi, serán invitadas a mi alcoba—.
—Que asquerosa forma de pensar, si Riki lo oyera lo mataría—siguió Ryoku con sus pensamientos.
—Pero mi señor, no debe olvidar a la realeza de este reino, pues usted debe ser el único monarca de este reino—se oyó Serena se encontraba a su lado siendo respaldada por Eclair—¿Qué es lo que hará con los plebeyos que le lleven la contra?—.
—Esta morra cayó redondo. No sólo eres pendeja, eres ultrapendeja—mencionó mentalmente Ryoku al ver con enorme desagrado a la condesa y su lamebotas
—Soy un soberano eso si, pero también soy bondadoso. Si se inclinan ante mi y me juran lealtad, verán que soy bueno—.
—Maldito hipócrita, mejor me largo—pensó Ryoku que decidió ignorarlo para irse a cualquier lugar lejos de ahí, pero en eso vio a una chica pasar a su lado y tuvo un mal presentimiento—Oh, mierda. No puede ser, ¿ella es…?—.
—Ahí estas mi hermosa doncella. Te estaba buscando en todos lados—dijo el sujeto que llamó la atención de las chicas al señalar a una jovencita muy hermosa que iba caminando por el pasillo—La llamada Madonna de la escuela, la hermosa y encantadora Shoko Komi. Deben saber que ella será la primera elegida por mi. Belleza y talento, es lo único bueno que puedo ver en esta chica—.
—Ah no, perro. Eso sí que no—pensó Ryoku a punto de meterse pero tenía que actuar en el momento preciso.
—Admito que Shoko Komi es alguien linda, pero debe demostrar que lo es—señaló Serena nerviosa a la chica a forma de desafío porque ella era demasiado popular—Adelante plebeya, fuiste seleccionada por el General Dragón, le debes una reverencia en señal de sumisión—.
—No—susurró ella con una mirada extremadamente estoica.
—¡¿Cómo que no?!—.
—No—.
—¡¿Me rechazas?!—exclamó furioso el galán.
Lo que Komi san quiso decir en realidad es que no quería que la lastimaran pero estaba tan nerviosa que solo dijo "No" y la malinterpretaron. Las chicas quedaron en shock por los ovarios de la Madonna de la escuela y el impostor le iba a levantar la mano aunque se vio llegar a Ryoku para defenderla, para sorpresa de Serena y Eclair.
—Disculpe su majestad, pero tengo entendido que los generales sirven a su pueblo, no los doblegan como si fueran simples sirvientes. Esa no es la actitud del autentico General Dragón, debería de dejar de prestarse a estos shows—.
—Mi pobre plebeyo, es que no lo sabes, pero las cosas han cambiado desde mi muerte y resurrección. He visto lo que mi pobre falta del deber me hizo. Deje que mis debilidades se apoderaran de mi y todo por culpa de los plebeyos. Pero ahora las cosas serán diferentes—.
—Ah caray, ¿Qué es lo que quiere decir con diferentes?—dijo Ryoku usando un tono de sarcasmo mientras apretaba los puños tratando de contener su ira.
—Verás , me sacrifiqué por personas que no lo apreciaron, pero ya no más. Ahora serán ellos quienes se sacrifiquen por mi. Y si sobreviven, son dignos de ser mis súbditos—.
—¿Y si no?—.
—Solo son bultos de carne que ni para esclavos servirían. Si no son los suficientemente fuertes para protegerme de cualquier amenaza, no son dignos de servirme—.
El idiota impostor y su sequito de fans empezaron a reírse con burla, hasta que escucharon el fuerte estruendo de un golpe llegando a su destino. Las risas se detuvieron de golpe al ver como un fuerte puñetazo se estrello sobre la pared detrás del presumido impostor, el cual habia rosado su rostro por solo unos pocos milímetros, siendo Ryoku el culpable que sonreía de forma que le recordaba a Shiro en su estado maníaco.
—Me disculpo su alteza, creo que sobrerreaccioné—declaró Ryoku que apartó su puño ensangrentado, revelando que sobre este estaba un mosquito—Como dice, debo ser un buen súbdito pero en mi afán por protegerlo de una posible enfermedad causada por este pequeño mosquito, use demasiada fuerza, asi que le pido que me perdone—.
Serena estaba en el suelo ya que sus piernas no aguantaron y Eclair ni siquiera pudo sacar su espada de madera estudiantil mientras un sudor frío le cayó por la frente. En cambio, Komi San que aún no había dicho algo estaba más sorprendida que asustada ya que esta era una situación inesperada.
—Esa velocidad, ni siquiera fui capaz de ver el momento en que levanto su puño—pensó la guardaespaldas de Serena.
—Ahora si me disculpa, debo ir a la enfermería a atenderme, le pediré a Komi-san que me acompañe, ¿entendido?—.
—Ah… claro plebeyo, adelante—el impostor apenas pudo articular palabra al ver que casi era golpeado por ese puño, el cual dejó una gran fisura en toda la pared y parte del techo.
—Lamento que hayas visto eso Komi-san, pero no te preocupes, no dejaré que ese tipo vuelva a molestarte—.
—Gra… gra… gra… cias – la chica articulo con dificultad esa única palabra mientras levantaba una libreta con la misma palabra escrita.
—De nada, fue un placer para mí, bella Komi. Prefiero hacerme daño yo a que te lo hagan a ti, si tienes problemas estaré siempre para ti—le besó la mano el sujeto mientras la chica se quedó sonrojada aunque callada porque no se sintió nerviosa sino relajada a su lado.
Con solo esa actitud tan caballerosa y amable, Shoko Komi se dio cuenta que el auténtico 100% real no fake General Dragón estaba frente suyo. Por primera vez agradeció el no tener la facilidad de hablar con otras personas, porque nadie le haría revelar su verdadera identidad, mientras que no se había dado cuenta de que tenía los ojos anormalmente grandes y le salieron orejas y cola de gato.
Flashback fin
—¡Cagajo, puta madre! ¡Lo que me faltaba, cagajo!—empezó a diatribar Ryoku perdiendo su caballerosidad apenas se quedó solo y los generales lo vieron.
—Uy, creo que también tiene un imitador—.
Mientras tanto, Shiro y Konran se habían despedido de Nug y Yeb que se fueron bien satisfechos. Ya sabían de que el Duende Verde te desarrolla a vergazos pero esto era otro nivel de vergazos. Algo que no se decía mucho es que la combinación de rey y reina aceleraba muchísimo la conquista de una waifu difícil como las que vendrían a continuación.
—OK, Emilia, Ram y Rem. Había planeado ir a ese mundo pero eso me va a ahorrar el trabajo—señaló Shiro sonriente.
—OK, he visto muchos fanarts de ellas tres pero no conozco mucho su lore. ¿Quién es la más débil emocionalmente?—preguntó Konran yendo al grano.
—Rem, la oni de cabello azul por mucho. Es niña boba cursi disfrazada de dandere. Ella adora tanto a su hermana prodigio que se siente menos que ella—.
—OK, entonces sé como abordarla—.
El sujeto recordaba cada aspecto de esas tres pero mandó a investigar si de casualidad no andaba ahí Subaru, por fortuna no llegó al reino según informes de Sora, así que no se sentiría culpable de separarlos.
—Hola, ¿te sientes bien?—preguntó Konran como la chica popular carismática que tenía de fachada.
—Ah, estoy bien. No te preocupes por mi—dijo ella con voz leve casual.
—Oye, ¿pasa algo, Konran?—.
—Es que vi melancólica a esta encantadora chica. Puedes decirnos que pasa, podemos hablar de eso—declaró la reina usando algo similar a la mirada de Lucifer que destruyó las barreras mentales que creó ella.
—Yo, no estoy bien. No quiero hablar de eso—confesó ella de forma tímida.
—Vamos, eres bastante joven para estar deprimida. ¿Pasa algo que quieras decirle a alguien?—le puso la mano en el hombro a la chica y aunque Shiro no tenía esa habilidad tan tramposa, su presencia era la que alguien como Rem sintiera que era hora de romperse.
—¡No lo aguanto más, no lo soporto! ¡Buaaaaah!—empezó a llorar la oni que llevaba años de depresión acumulada.
Por algo Konran no iba a las misiones de conquista de Shiro, no era tanto por flojera sino porque si esos dos iban juntos, todo era muchísimo más rápido y eso le quitaba lo divertido. Además ek estado mental de Rem no era del todo saludable de por sí, lo que ha hizo vulnerable a ser convencida por esos dos de que cediera a sus más bajos instintos. Su autoestima era muy baja y era perfecto para este tipo de tretas.
La oni después de calmarse fue llevada a la cama por los dos reyes que la desnudaron en la alcoba y comenzaron a besarla por todos lados. La peliazul tenía sus pensamientos nublados, no sabía que hacía pero no quería parar, solo se quería sentir mejor por una vez en su vida y esa sensación se estaba llenando poco a poco.
—Eres muy hermosa y sexy, que pechos tan buenos tienes—acariciaba Konan por detrás mientras la oni gemía.
—Tus labios se ven deliciosos, debo besarlos—le dijo el rey mientras la invadió con su boca.
Ella cedió sin resistencia mientras sintió la mano de Konran en su entrepierna para jugar con su zona intima. Se sentía aún muy mal pero no tanto como hace rato. Ella escuchaba muchos cumplidos de parte de esos dos y se sentía bien oírlos, como una dulce melodía.
—Lo siento, ¿te dolió?—preguntó Shiro cuando la penetró.
—Un poco—jadeó ella al ser roto su himen.
—Besame—le dijo la reina para que no pensara en esa sensación mientras seguía jugando con esos pechos grandes por detrás.
—Tu vagina es muy buena, tus caderas me vuelven loco—se veía a Rem ser penetrada mientras se movía.
—Más, más, más, quiero sentir más—se empezó a nublar el juicio de Rem a uno más lujurioso por ser una oni.
—¿Quieres más, pervertida?—preguntó Konran y la peliazul sintió como algo penetró su ano.
—Duele mucho—.
—Sssssh, te vas a acostumbrar. Vas a olvidar todo el dolor, cuando terminemos serás otra—.
¿Qué fue lo que sintió Rem? En efectivo, Konran si lo deseaba podía cambiar de género o convertirse en una futanari debido a su naturaleza del caos especial androgina como Shub Niggurath.
—¡Más, más, más, quiero más, dame por el culo!—se oía a Rem loca de placer.
Dicen que más tímidas son las peores y no era esta la excepción. Rem se había vuelto adicta al sexo que estuvo varias rondas más que un humano normal siendo penetrada y sodomizada por Shiro y Konran hasta que no pudo más.
—Aguantó más de lo normal. Tal vez es por su naturaleza oni—señaló Shiro viendo a una Rem toda noqueada del placer.
—Tenía tiempo que no veía a alguien gritar así en la cama, de verdad que le urgía cariño marital. Me divertí con ella, hay que juntarnos más con ella, es muy linda y servicial—dijo Konran tomándole cariño a la oni.
Un día más tarde, se podía ver a Ram en junta con su hermana y Emilia para ver el asunto a lo que venían a la escuela. Realmente ellas no necesitaban educación especial pero había un buen motivo especial para ir: La declaración de los nuevos generales y uno de ellos sería el rey supremo, lo que haría que quisieran buscarle esposa y para ello era que Emilia debía ser ofrecida, según las órdenes de Roswall, el amo de las gemelas maids.
—Rem, ¿por qué llegaste tarde?—preguntó Ram con mucho recelo.
—Lo siento, tuve un percance—se rascó ella la cabeza con una sonrisa torpe.
El percance…
—Shiro kun, ¿tanto te gustan mis besos?—.
—Sí, calla y continuemos—.
Fin del Flashback…
—¿Qué son esas cosas en tu cuello?—señaló Emilia unos buenos chupetones.
—Son piquetes de mosquitos—.
—Debe haber infestación—.
—Como sea, debemos discutir sobre la situación de los generales. ¿Debemos apoyar a alguien en específico?—preguntó Ram bien sería.
—Bueno, todos parecen ser fuertes. No hay nadie a quien apoyar con seguridad—notó Emilia sobre ello.
—¿Qué opinas Rem? ¿Rem?—volteó la chica de cabello rosa pero notó que su hermana estaba perdida en sus pensamientos sobre cómo se sentía mimada y querida.
—¿Ah? ¿Eh? Este, ¿de que hablamos?—.
—Rem, ¿qué te pasa el día de hoy? Estás muy rara—se acercó su gemela con mucha extrañeza.
—Me siento bien, muy bien—sonrió ella muy feliz.
—Tal vez Rem esta muy cansada—dijo Emilia pensando en algo mental.
—Rem, ¿tienes algo que decir?—.
—Ah, si. Hermana, te quiero mucho—.
Rem realmente había olvidado su propósito en su misión por andar en un romance de verano pero curiosamente ella ya estaba más avanzada en esa misma tarea ya que accidentalmente tenía una especie de trio romántico con los verdaderos reyes, lo que era irónico.
En otro lado, se podía ver a la oni saliendo de la junta y se sentía feliz de que por fin algo bueno en su vida pasaba pero notó que Shiro platicaba con una chica sobre una tarea que tenía y algo en su corazón se comenzó a gestar: Celos, unos muy malos.
—Entonces la magia de rayo debe ir a través de un conductor. No sabia ese detalle, gracias por ese detalle—sonrió una estudiante de gafas y cabello trenzado.
—Sí, cualquier duda me dices—.
Apenas ella se fue y Shiro volteó, se podía ver a Rem con un enorme puchero y las mejillas infladas porque se hallaba celosa.
—¿Eh, que pasa?—.
—Rem quiere saber quien es ella—hablaba ella para referirse a ella misma en tercera persona como era costumbre en las gemelas.
—Es una compañera de clase, ¿Qué tiene de malo?—.
—¿Entonces ya no quieres a Rem? Ya Rem te aburrió—empezó ella a llorar.
—Oye, oye, calma. Solo era una duda de ella, jamás me aburriría de ti—empezó a abrazarla y la peliazul se tranquilizó porque aún había muchas inseguridades en su interior.
—Rem no le gusta sentirse sola y desplazada, lo siento—.
—No todo el tiempo puedo dedicarlo a ti, estamos en la escuela y tenemos que hablar con más gente—.
—Entiendo, lo siento. Es que no sé qué me pasó—.
Sin duda, los celos de una chica enamorada cambian a la persona dependiendo de esta y hablando de celosos se podía ver a Alucard oculto en la sombra de Shiori mientras maldecía ciertas cosas.
—¿Por qué no dejaste que matara a la impostora Kumiho?—.
—No importa, si lo hago me van a funar. Estoy esperando una simple orden para actuar—.
—Pero te hizo golpe de estado y ahora es la nueva presidenta estudiantil—.
—Sí, lo sé. Ahora tengo mucho tiempo libre—se estiró Shiori como gato.
—Ah, es por pereza. Buen movimiento—.
La presidencia consumía mucho tiempo y eso es lo que quería ahora porque necesitaba lidiar con el asunto de su auto inserción forzada a Crepúsculo. Desde hace un tiempo, Edward Cullen la andaba acosando y muchas veces estuvo a punto de ser asesinado por Alucard de no ser porque Shiori se lo impedía.
—Shiori, debo decirte la verdad sobre mi—.
—Eres…—.
—Sí, Shiori—dijo el emo en tono de novela barata.
—La Venganza—.
—No, espera. ¿Qué?—.
—Eres Batman—.
—No, ¿por qué todos dicen eso? Soy un vampiro—.
—Uno muy mal escrito por cierto—se oyó a Alucard enojado.
—Quiero que mires quien soy en realidad—declaró Edward y se puso en el sol, comenzando a brillar como diamante.
—¡Mis ojos, es mucho brillo!—exclamó Shiori rodando en el suelo por el ardor visual.
—¡Así que eras tú, no dejaré que te lleves a Shiori!—se oyó una voz en el sitio.
La pelirroja se volteó y se horrorizó al ver a Jacob en escena. ¿Qué hacía en este momento Sharkboy? No era su momento actual y tenía el cabello corto, eso sería en la segunda película, aunque era posible que fuera esto porque era otro mundo donde todo era random.
—¿Cómo demonios sabes mi nombre?—.
—La he visto desde lejos, la amo. No puedo vivir sin usted, no debe quedarse con ese sucio vampiro—declaró el hombre lobo en tono de dominancia y leve acoso.
—OK, voy a poner una orden de restricción a ambos—.
—Ay, tengo calor. Debo quitarme la camisa—declaró el sujeto que se quedó solo en short y se veían sus abdominales.
—¿Eres un hombre lobo o un Jojo? Tengo suficiente con Hageshi—dijo en tono de burla y asco la pelirroja, cosa que hizo reír al vampiro.
—¡No parezco un Jojo!—.
—¡Estás posando de forma homosexual, claro que pareces un Jojo!—.
Alucard se estaba muriendo de risa en la sombra de Shiori porque parecía que la chica era inmune a los escantos que serían efectivos en niñas estúpidas básicas pero ella era demasiado inteligente para caer en eso.
—¡Shiori es mía!—.
—¡No, es mía!—.
En ese instante, se sintió una aura maligna en el sitio y de la sombra de la chica salía un sujeto aterrador con ropas naranjas y traje de cazamonstruos mientras abrazaba por detrás a una Shiori que lucía más vampirica y demoníaca de lo usual, como una sucubo pálida.
—Ella es mi prometida, par de babosos. Yo, el legendario Vlad Draculea, rey de Noruega y supremo vampiro Omega, reclamó a mi prometida Shiori Senryaku como mía y de nadie más—.
Edward sintió demasiado poder maligno en ese sujeto y Jacob se había convertido en lobo apenas pudo pero sus instintos salvajes le decían que no hiciera una estupidez porque este ser era demasiado peligroso.
—Alucard, ¿por qué dices eso de ser tu prometida?—habló telepaticamente la chica.
—Necesito que te los saques de encima, son demasiado encajosos—.
—Entiendo eso, solo te seguiré la corriente—.
—Lord Dracula, ese es un mito de cuentos de hadas. Dracula jamás existió, es un invento de los humanos—declaró Edward de forma impulsiva.
—¿Estas seguro?—se hallaba Alucard detrás del vampiro de diamante que lo puso demasiado nervioso.
—Alucard, cariño. No juegues con ellos, preferiría ir con calma ante esto—declaró Shiori denotando colmillos vampiricos y un cabello más rojo de lo usual.
—¡¿Desde cuando eres una vampiro?!—dijo Edward que no la había detectado con sus habilidades.
—Desde que la mordí, ella es mi novia—.
Aunque Shiori era una Kumiho, la mordida de Alucard generó una mutación a sus poderes habituales de forma interesante ya que sin las debilidades demoníacas presentes en el vampiro, esto se complementó más y dio más poder a su título como General Kumiho.
—Lo siento Edward, Jacob. No puedo ser su novia, ya estoy comprometida—.
Ella desapareció con Alucard de ahí en humo y el par se quedó viendo consternados acerca de lo que había pasado. ¿Era en verdad Dracula y ella su consorte? Esto era un enorme golpe a la escala social de los monstruos y se tenía que informar.
Dentro de los siguientes días, los impostores se estaban aprovechando de sus privilegios como los generales para hacer de la escuela su patio de juegos y definitivamente esto tenía que parar. Sin embargo, aún no se hallaba el origen de los poderes de esos sujetos y quien estaba detrás de escenas, aunque ya había un sospechoso.
—Reciban con un aplauso a los nuevos generales del Reino Cero—declaró la directora Elvira y todos aplaudieron como lamebotas a los impostores.
—Gracias, alábenos seres inferiores—se oía a la impostora Kumiho.
—Como saben, ellos son los elegidos por los cielos para representar puestos tan importantes. ¿Por qué nos ponemos a prueba en un torneo de exhibición?—dijo la directora cambiando su tono a uno más tétrico y serio.
—¿Eh?—voltearon los sujetos en confusión.
—Ante una amenaza deben proteger a los ciudadanos, así que deberían superar cualquier reto. Los contrincantes serán elegidos por mi mano para enfrentarlos, se les informará después quienes son, así que estén preparados—.
—Sí es cualquier amenaza, nosotros podemos con eso. Somos invencibles, lo juro por el América de mi corazón—declaró el impostor de Chusai.
Después de eso, el grupo de los verdaderos generales fueron llamados a la dirección para dar a conocer que se daría el combate público entre ellos y los impostores para que aplicaran la ley marcial de suplantación ilegal.
—¿Cuándo será el evento?—.
—En una semana—.
—¡Ya quiero que llegue, ya no aguanto que esa puta se tome atribuciones a mi lore!—declaró furiosa Riki.
—Tranquila, Toretta. Sé que están furiosos pero haremos esto conforme a la ley y de forma que no vuelvan a surgir impostores. ¿Alguna duda?—.
—¿No pasa nada si son asesinados "por accidente"?—hizo el señalamiento Nageru.
—No, de hecho ese es el propósito del torneo. Un general debe encarar la muerte siempre—.
—Oye si—se oía a todos con una sonrisa malvada.
Pasaron dos días y se anunció quienes serían los contrincantes de los generales impostores. De por si, el grupo de Shiro gozaba de muy poca popularidad y ahora todos les estaban haciendo amenazas de muerte y el hate era muy fuerte hacia ellos.
—No sé porqué me recuerda a mi escuela. Podríamos barrer el piso con ellos si quisiéramos—se estaba enojado Ryoku mucho pero Chusai lo calmaba.
—Aguanta viejo, espérate al torneo. Vas a arruinar la sorpresa—.
—Mira a Riki, esta bastante sonriente y fresca como lechuga—señaló Nageru y al voltear se veía a ella afilar un montón de navajas.
—Mamá, a este pasó harás Senbons en vez de cuchillas—dijo Shiori con enojo.
En las sombras se podía ver a una chica de ojos rojos observando con aura de muerte a los generales auténticos pero en sus manos estaba la foto de Ryoku.
—Ryoku Aisa, lo siento mucho. Voy a matarte—se oyó la voz fría de la adolescente en silencio.
En la noche, Ryoku estaba en su cuarto del internado preparándose para dormir cuando una mujer de vestido negro lo miraba en la oscuridad con unos ojos rojos que sacaban un instinto asesino muy palpable.
—¿Quién está ahí?—
—Ryoku Aisa, me enviaron a matarte. Le estorbas a mi cliente—se reveló la figura como Yor Bright.
En ese momento, le dieron un golpe por la nuca y esta cayó inconsciente mientras que Ryoku se rio de esto, revelándose en un puf de humo como Shiro. Konran estaba viendo a la chica tirada y la amarró para luego aventarle agua fría.
—¿Quién te envió a matar a Ryoku, asesina?—preguntó Shiro en un tono de frialdad
—No diré el nombre de mi cliente, Ryoku es una amenaza para el reino y debe ser eliminado—.
—Ah, eso reduce mucho el número de sospechosos. Por cierto, te equivocaste de habitación—.
Yor iba a matarse en el momento en que se liberara pero apenas escuchó a Konran hablar en un idioma desconocido su mente se nubló y luego de eso sus recuerdos se volvieron nublados. ¿Cómo había llegado al ascensor? Aún tenía la misión de matar a Ryoku y ya conocía su única debilidad: Los sentones debido a que era invulnerable a los ataques fisicos.
En ese instante, entró Komi san al aeropuerto sospechosamente con un vestido idéntico al de Yor y ella sospechó de eso porque iban hacia el mismo lado.
—¿Shoko Komi? ¿Eres una de las mías?—.
La chica se quedó callada porque no entendía nada pero Yor lo interpretó como que si y tomó su mano porque comprendió erróneamente que era su apoyo en la misión.
—Entonces esforcemonos juntas—.
—¿Hmp?—dijo Shoko con los ojos grandes al no entender que pasaba.
Flashback..
Shoko estaba con Konran porque ella la citó con el fin de que le diera el secreto para que Ryoku fuera su mejor amigo y que la mimara mucho, pero ella comenzó a hablar en un idioma extraño y su mente se puso mareada.
—El secreto para que Ryoku sea tu mejor amigo es que ahora mismo vayas y le des unos sentones bien ricos. Confía en mi, usa un vestido negro porque le gusta mucho—.
Flashback fin..
En su habitación Ryoku se había terminado de bañar y en la oscuridad salió Yor con sus clásicas armas alargadas mientras que Shoko no tenía ni puta idea de lo que hacía pero seguía la corriente por timidez.
—Ryoku Aisa, debes morir—.
—¡Oh mierda, eres Yor Forger!—.
—Me apellido Briar, no Forger. Prepárate para morir—.
En ese instante, ella quedó en ropa interior y Ryoku no entendía que pasaba ya que en vez de luchar se estaba desnudando y Komi san también lo hacia.
—¡¿Pero que demonios pasa?!—.
Shoko estaba muy avergonzada y se tapaba, mientras que Yor estaba en las mismas pero su misión la hacía seguir adelante.
—Acuéstate y muere—.
Ryoku aún seguía sin entender nada y Yor se la pasó dándole sentones un bien rato, mientras repetía una única frase. Komi san observaba que tenía que hacer para forjar esa amistad que quería con el joven y el mencionado estaba tomando el trasero de la asesina para ayudarle con su trabajo.
—Shoko chan, si quieres ayudar a Yor para que termine más rápido puedes manosear sus tetas por detrás—le aconsejó el hombre y ella asintió.
—¡Muere, muere, muere, muere!—seguía repitiendo Yor hasta que sintió que sus senos fueron manoseados y jadeó más—Ya no… puedo más—.
Yor cayó desfallecida en la cama y Shoko aprovechó para ser la siguiente en reforzar su amistad. ¿Qué estaba pasando? Ryoku no pretendía que fuera tan fácil y se sentía fuera de lugar, ni siquiera había hablado con Yor Briar y ahora estaba desnuda a su lado después de tener un orgasmo, mientras que Komi san no tomaría la iniciativa tan fácilmente acerca de algo tan atrevido como el sexo.
—Esto huele a Shiro—dijo este en su cabeza.
—Ah, ah, ah, ah—eran las únicas palabras de gemidos que lanzaba Shoko y luego Ryoku le manosoeó los pechos hasta que ella cayó por el extasis que recorrió su cuerpo.
—OK, esto se puso raro—.
A la mañana siguiente…
—¡¿Qué le hiciste a esas dos?!—exclamó furioso Ryoku a Shiro.
—No sé de qué hablas—.
—¡Esto es algo que harías!—.
—Explícate más que no sé que hiciste—.
En ese instante, se podía ver a Yor abrazando por detrás a Ryoku mientras le daba un beso en la mejilla y tenía una cara de enamorada muy fuerte.
—Te veo más tarde, quiero seguir tratando de matarte a sentones—.
En ese instante, llegó Shoko Komi de forma tímida mientras que le dio un beso en la frente y se retiró tapando su cara de vergüenza y Shiro entendió que pasaba.
—OK, ya entendí. Esa fue Konran—.
—¡¿Qué les hizo?!—.
—Verás, ella como diosa del caos relacionada a la sexualidad puede enamorar a cualquier mortal hasta la locura, incluso si ven su forma monstruosa. Pero también puede inducir el enamoramiento a una persona, lo que un genio no puede con sus deseos ella si—explicó Shiro acerca de ello.
—Así que por eso se comportan raras. ¡Yo quería ir lento!—.
—No, créeme que no lo querrás. Son lindas pero desesperantes, tardarías años antes de que siquiera acepten tomar su mano—.
—Eso no… no, si tardaría mucho—.
En otro lado, Nabiki Tendo estaba saliendo de la habitación del Impostor del General Mecha. Se había reunido con él para discutir los términos de su asociación como su cónyuge pero sonreía de forma cruel porque está era la oportunidad que estaba esperando para ganar mucho dinero, demasiado. Las apuestas estaban 1 a 1000000 en contra de los enemigos de los generales y ella ya sabía quién iba a ganar.
—Chusai, mi querido amo y sensei. Al fin ha vuelto, jajajaja. Siempre vuelve en el mejor momento de todos ahora que se me acabó todo mi dinero—.
Flashback…
Se podía ver a una joven Nabiki en la pobreza extrema en una guerra que arrasó todo y su familia había muerto en ello. En ese instante, se podía ver a un sujeto recorriendo el sitio y la miró sosteniendo un cuchillo.
—¡Dame todo tu dinero, ahora!—.
—No ando dinero, solo algo de comer—le enseñó este un bolillo.
El estómago de ella rugió y lo tuvo que aceptar mientras que Chusai se sentó a su lado. Aunque había perdido todo, era curioso que aún tuviera una mentalidad de tiburón, una muy fuerte para ser una humana.
—En vez de estar aquí, mejor ven conmigo. Tal vez te guste mi reino—.
—Lo único que quiero es dinero, dinero—.
—Hay mucho oro y gemas—.
—¿De cuánto hablamos?—.
—Montañas—.
—Acepto, pero no menos de eso—.
Flashback fin…
—Parece que el rey no va a participar, no importa. Con Chancla sama tengo más que suficiente para una fortuna de muchas vidas, estafar a los nobles es simplemente fantástico y divertido—se oía a ella con maldad pura y codicia sin límites.
Luego de eso, se podía ver a Nageru siendo expulsado del equipo de Cruz Azul de la escuela y este ni siquiera se enojó porque estaba lleno de cristales.
—Al cabo que ni quería. Quiero ir a casa—.
En ese instante, se podía ver a una emo con capa del club de teatro y la reconoció por una joya roja en la cabeza y una piel pálida.
—Aléjate de mi, sucio humano. Si no quieres que te mate con mi poder oscuro, no debes acercarte—.
—¿Eres Raven?—.
—¿Cómo conoces mi nombre? Ah ya se, es porque mi nombre está escrito en el libro de los demonios. Mi fama es bastante notable para los magos, soy Raven, la hija de Trigon—empezó a decir ella como una chunnybyou—.
—Oh, oh, no era la Raven que yo quería ver. Es una Megumin emo—suspiró este sobre la chica.
—¿De que hablas, humano del Cruz Azul? Usas un símbolo pagano y que inspira a la mala suerte—.
—Eso último dolió, emo de mierda—.
—¡No soy emo!—.
Nageru tenía planeado alguna vez reclutar a Raven pero jamás espero topársela en la escuela como una estudiante gótica con tendencias de síndrome de octavo grado.
—Espera un minuto. Te estás burlando del Cruz Azul y tienes una mochila con el escudo—.
—Irle al Cruz Azul me hace sentir más dolor y pena hacia mi persona. Es un estilo de vida masoquista y me alimenta de poder negativo—explicó la emo.
—Eso es algo que diría Chusai—murmuró enojado el sujeto.
—Me voy, iré a matar gallinas para hablar con el diablo—.
—¿Así que fuiste tú la que me hablaba?—preguntó Lucifer que oyó la conversación.
—¿Se puede saber quien eres tu?—.
—No me llames a las 3 de la mañana, a esa hora estoy con mi esposa. Saca cita a las 11 de la noche—le dejó su tarjeta el ángel caído.
—¿Qué acaba de pasar?—.
—Él es el verdadero diablo, emo básica—.
—¿Y los cuernos?—.
—Esos me los pusieron hace muchos años—.
—No, me refiero a los del diablo—.
—Ah, eso. Eso es una larga historia, te cuento. El diablo era infeliz en el infierno y conoció a pelirroja loca por lanzar chanclas y se enamoraron. Ahora tiene un bar en el reino Kitsune que maneja felizmente con los zorros—explicó el hincha del Cruz Azul.
—Eso suena estúpido—.
—Parece chiste pero es anécdota—explicó el sujeto que se puso un sombrero de forma cómica.
—Ok, entonces me voy. Mañana habrá un ritual satánico, si quieres venir estas invitado—.
Raven se fue dándole la dirección y Nageru no quería ir tan tarde pero luego de ver que tenia unas buenas nalgas, hizo caso omiso a esas cosas y asintió por el bien de la trama. La tribu de góticos era muy rara y miraron feo al sujeto pero al notar que andaba la camisa del Cruz Azul, estos expresaron su respeto.
—Ir con la camisa del Cruz Azul de forma tan orgullosa es seña de masoquismo y dolor extremo. Eres bienvenido—declaró un gótico de tatuajes raros.
—Eso ofende, ¿sabias?—.
Luego de eso, los góticos empezaron su ritual con un sacerdote supremo satánico que empezó a hablar en latín y Nageru extrañamente le entendía debido a una habilidad de omnilenguaje.
—Ahora, poderoso Lucifer, rey de las tinieblas y del infierno. ¡Es hora de tomar el trono del rey y gobernar bajo su yugo, trae el infierno en la Tierra!—.
Un círculo mágico se había formado y Raven estaba gozosa de conocer a su ídolo pero resultó salir en el sitio al profesor de música en pijama y se hallaba furioso porque estaba durmiendo.
—¡Les dije que nada de hacer cosas a las 3 de la mañana!—exclamó furioso el sujeto poniendo su cara de diablo.
—Te lo dije, él es el diablo pero no es el ser más aterrador del mundo—.
—¿Y quien es?—preguntó Raven.
—Su esposa, la loca de la chancla—.
En ese instante, un montón de chanclas llegaron del cielo y todos los góticos inadaptados teníam una de estas en la cara. Se podía ver a Riki con una pijama de zorro y unas ojeras porque no la dejaban dormir con esos coros malignos que se oian en la habitación.
—¡Es Lilith!—.
—Hola Nageru, ¿Qué haces en este sitio?—preguntó la pelirroja.
—Solo vine a ver, no sabía que de verdad quería el poder de tu marido—.
—¡¿Los conoces en persona?!—exclamó Raven en shock.
—Sí, ella es mi comadre y Lucifer es mi compa—.
—Solo me agradas porque traes hinchas masoquistas a mi bar. Sigue generando ganancias—declaró Lucifer recordando tener cada viernes o sábado partidos con chupe.
—Que frío eres, todavía que te aporto clientela, cerdo malagradecido—.
Raven notaba que casual era Nageru hablándole así al diablo y a Lilith, ¿Cómo era eso posible? Eso significaba que era un ser superior y era digno de ser adorado.
—Por cierto, el Cruz Azul perdió de nuevo—.
—¡Puta madre, Cagajo!—.
—Esos son los del Tigres—señaló Riki con pena.
—Déjenme solo—.
—Eso si es dark—murmuró Raven ante la depresión post Cruz Azul.
En otro lado, se podía ver a Hageshi yendo a un club especial a preguntar sobre Jojos y se le ocurrió al único lugar donde podrían saber algo: El de literatura.
—¿En serio vienes a preguntar sobre estupideces?—preguntó la presidenta del club con una vena en la cara.
—Eh si, ¿por qué más vendría?—.
—Tengo libros de Pablo Coelho si quieres ilustrarte—.
—¿Y soy yo el que quiere leer estupideces? Soy Hageshi—.
—Monika, ¿Quieres unirte al club de literatura? Tenemos galletas gratis—.
—¿Tienen los mangas de Jojos?—.
—Sí, está en la sección de drama gay—.
—Entonces me uno—.
Pasaron los días y el torneo había llegado, donde los generales impostores demostrarían de que estaban hechos pero su futuro estaba sellado en una derrota inminente.
—Por cierto, Ryoku. ¿Por qué te dejaste el bigotazo?—preguntó Chusai al norteño.
—Se me olvidó rasurarme. Tuve muchas cosas que hacer en la semana—explicó el sujeto con cansancio.
—Ahora la primera batalla será la del General Dragón vs Ryoku Aisa—declaró el árbitro presente.
Ryoku se veía pequeño frente al General Dragon Impostor ya que tenia una armadura bien cara de color negra y con logo de dragones, mientras que este daba gala de sus habilidades.
—Que comience el reto—.
En ese instante, el impostor comenzó a darle una buena serie de golpes que dejó tendido en el suelo a Ryoku y el sujeto fue aplaudido por sus fangirls. Serena no sabía si aplaudir o no, en un momento de curiosa iluminación y Eclair permaneció sin emociones ante esto.
—¡Jajaja, ni duraste un minuto, no medio minuto! ¡Jajaja!—.
En ese instante, la luz del sol brillo en Ryoku y este se levantó sin camisa y con una mirada de arrogancia pura que hizo sospechar a sus conocidos por una buena razón.
—¿Eso fue el poder de tus puños? Apenas y sentí un cosquilleo, que decepción—declaró el sujeto con una voz de macho.
—Tengo el presentimiento de que Ryoku hará una de sus parodias estúpidas a cierto sujeto—mencionó Riki y todos asintieron.
—Eres bastante resistente, ser inferior. Aún así no podrás derrotarme—.
—Cierra la boca, no sólo eres estúpido. No sólo eres un malnacido, sino que tienes mala suerte. Quien diría que vendrías a este torneo solo para morir—declaró Ryoku poniéndose ultra mamado.
—¿Acaso eres humano?—notó el galán el cambio.
—Claro que soy humano, pero también soy aquel que se alza por encima de todas las razas. Pertenezco a los verdaderos generales, puedes llamarme majestad Ryoku—.
—Lo sabía, por eso se dejó el bigote—murmuró Chusai con cara de que ya sabía que él haría una payasada de ese estilo.
En el público, se podía ver a Komi San con los ojos gigantes de la impresión y curiosamente a su lado se había sentado Yor que dejó caer las palomitas por lo que pasaba.
—Oye, ¿sabes que pasó con él?—dijo la chica de ojos rojos y la callada no supo que decir o más bien no pudo de todos modos.
—Aunque esto sea una parodia, Ryoku no se puede tomar en serio a un rival tan deprimente. Creí que sería más fuerte, pero no—mencionó Nageru que sabía que terminaría rápido.
—Aunque te pongas ultra mamado, no eres más fuerte que yo. ¡Muere, Jihat Extremo!—exclamó el impostor dando el ataque favorito de Ryoku hacia él y todo el estudio tembló del ataque potente.
—¿Eso es todo tu poder? Que pena, usaste una técnica que me agrada mucho y fue insuficiente—se veía salir del humo a Ryoku con una cara de decepción.
—¡¿Qué?! ¡Se supone que es mi técnica más poderosa!—exclamó en shock el general impostor.
—¿Más poderosa? Te mostraré mi técnica más poderosa—.
En ese instante, Ryoku le pateó la entrepierna mientras se oía un crack y un ave Maria en el ambiente mientras que todos en el estadio veía lo que pasó.
—Puta, hasta a mi me dolió—tuvo Chusai cierta empatía.
—¿Qué es lo que pasa? ¿Acaso tienes tus cólicos menstruales?—podía ver Ryoku como su enemigo se retorcía del dolor en el suelo.
—¡Eso es ilegal!—se oía las quejas de las fangirls pero la mirada de Eclair que no había dicho nada era tal que las mandó a callar.
—Es legal todo, un general debe tener huevos de acero—.
Normalmente Ryoku era honorable en las batallas, incluso si quisiera imitar lo que quisiera al amo Escanor como él le decía por admiración y respeto, pero recordar lo que pretendía con Komi y el hecho de que Yor era una asesina por obligación debido a las órdenes de este infeliz, esto ya era personal y su corazón de pollo estaba frío y duro ante este sinvergüenza.
—Esto va a terminar pronto—señaló Shiori sentada.
—¡No, vas a pagar por esta afrenta! ¡Muere, Hiperrayo!—.
Un poderoso rayo salió de la boca del sujeto y Ryoku sólo aplastó el ataque con la mano, cosa que descolocó a todos y en su mano había una especie de mini sol azul.
—¿Dices que moriré por ese ataque? ¿Y quien lo decidió? ¿Dices que pagaré por esa afrenta? ¿Y quien lo decidió? Para mi no eres más que un excremento en la acera, ahora desaparece de mi vista. ¡Sol Azul Cruel! Soy el único que decide, muere—se veía al sujeto con una mirada de deseo de asesinato tal cual que paralizó a los presentes.
El ataque no dejó ni un rastro del sujeto y Ryoku para no lastimar a nadie más lo guio el ataque al cielo. El encuentro había terminado en el momento en que fueron designados al combate y Ryoku se iba como si nada a su puesto aunque fue recibido por Shoko y Yor que lo esperaban en el lugar.
—Hmmm, hmmmm—preguntó Komi sobre sus músculos con señas mientras tenía sus ojos grandes y las orejas y cola de gato.
—Es mi poder en su verdadera expresión, gracias por apoyarme—.
—¡Soy libre, gracias Ryoku! ¡Ahora ya nadie podrá darme más órdenes!—abrazó Yor al sujeto que le dio una palmadita en la cabeza y Shoko se puso celosa.
—Para eso tengo otra mano—se dio cuenta Ryoku de eso y la acarició en la cabeza con el fin de tenerla feliz.
La siguiente batalla era la de Riki vs su impostora. Aunque Ryoku había derrotado de forma aplastante a su contrincante, la mujer se confió pensando que era un vaso aislado.
—Voy a acabar rápido, pero seré agresiva—declaró la impostora comenzando a transformarse en una bestia gigantesca.
—Inténtalo, perra—.
Un zorro de Nueve Colas de color amarillo salió en el sitio y se veía muy intimidante para todos los presentes, pero la chancleadora ni se inmutaba. Ella juntó las manos en estilo de oración marcial y entró en su versión del Modo Barion.
—Así que ella aprendió mi transformación—sonrió Naruto orgulloso y halagado.
—¡¿Qué es esa transformación?!—se oyó a la impostora Kitsune.
—Deberías saberlo, ah no. Eres una simple imitadora—.
La chancla de la mujer estaba en su mano y se reforzó de su poder crudo, a lo que esta invocó algo en el cielo y el Modo Barion se evaporó. Riki se volteó porque no necesitaba ver que pasaría y no se molestó en terminar el combate.
—¡No vas a huir, cobarde!—.
En ese instante, una lluvia interminable de chanclas cayeron del cielo como meteoritos y apuntaban a ella con la fuerza de bombas atómicas hacia ella.
—Oye, ese ataque si se pasó de lanza—.mencionó Nageru con lástima.
—La cantidad de chanclas depende de sus errores en vida y sus afrentas a mi persona—alegó ella sin importarle nada.
Al final no quedó más que un saco de carne sin vida y todos los fanboys de ella vieron con terror a la pelirroja gótica que los observó con la chancla en la mano.
—Esa es mi chica—dijo Lucifer que ya había recibido ese ataque muchas veces y aún estaba vivo.
—Guau, no sabía que existía una técnica así. Debo aprenderla—miró encantada Hinata.
—¡Nooooooo, capaz que si me la aplicas!—exclamó Yuna que estaba cerca.
—¡Me voy a portar bien pero no la aprendas!—también dijo Boruto alarmado.
—Demasiado tarde, ya me dijeron como—recibió Hinata el mensaje de Riki.
—Ya valimos—murmuró Naruto que también era una potencial víctima.
Luego de eso siguió la batalla entre Nageru vs su impostor que su especialidad era la hipnosis de waifus. Este tenía una camisa del Pumas en vez del Cruz Azul y además todas sus waifus eran furras tamaño extremo porque eran más animales que humanas.
—Aquí correrá sangre—mencionó Chusai en tomó de broma.
En ese instante, el impostor golpeó a Nageru pero sonó algo colchonoso y al sujeto no le dolió nada. ¿Qué estaba pasando? Los golpes eran absorbidos como una esponja por el cuerpo del hincha y a todos les parecía raro.
—Nageru ha recibido tantos golpes que su cuerpo se ha vuelto como el de una esponja que absorbe cada impacto. Eso es demasiado triste—señaló Riki que aportó el 50% por tanto chanclazo.
—Sigue dando risa—asintió Chusai en tono de burla.
20 minutos después…
—El General Fantasy ha muerto del agotamiento. No puede ser—se oyó al árbitro en shock.
El impostor estaba muerto en el suelo y Nageru de forma haragana se fue de ahí ganando el desafío. Cada golpe que le daban, destruía un poco de la vida del enemigo sin que se diera cuenta hasta que se terminó todo dentro de sí.
—Que poder tan terrorífico, aunque puedo ser mucho más corto. Bastaba con desintegrarlo y ya—se veía a Ryoku llegando de nuevo por lo largo del combate.
—Ya llegué, ¿Qué tal el combate?—preguntó Nageru feliz pero todos le echaron tomate.
—¡Esto era rápido, hay fútbol al rato!—lo regañó Chusai.
—Ay, perdón. No quería sudar porque luego me regañan por oler feo—.
—Bueno, yo iré más rápido para ir a la carnicería—se fue el General Chilango a la batalla.
En ese instante, se podía ver a Chusai contra su impostor americanista y apenas dijeron que iniciaba el combate, este sacó una metralleta cargada de energía del caos y orden para darle un montón de balazos y el sujeto cayó muerto, y aún así seguía dándole balazos.
—Para que no deje crías—.
—OK, eso fue demasiado rápido. Tengo ganas de una carne asada—declaró Ryoku sonriente.
—Tú siempre quieres carne asada—alegó Nageru sobre ello.
—Me gusta el cabrito también—.
—Ya es un avance—.
—La General Kumiho se ha ausentado el día de hoy, se informa que fue asesinada recientemente por la policía así que Shiori Senryaku es la ganadora por default—declaró el arbitro con un sudor en la nuca.
—Dime que no la mataste—dijo la pelirroja Kitsune a su hija.
—Le pagué a Alucard—.
—Fue un placer—se oyó al vampiro decir en la sombra.
—Al fin nos liberamos de los impostores, ahí se va un problema—jadeó Riki del alivio de no soportar más a su imitadora corrupta.
En ese mismo momento, una oscuridad se presentó en el ambiente del torneo y salía otro sujeto guapísimo y de un aura extremadamente poderosa acompañado de Ram y Emilia. Este tenía una sonrisa maliciosa y algo muy turbio se daba a saber.
—Gracias mis generales por derrotar a estos impostores. Ahora me han liberado, soy su rey reencarnado. Postrense ante mi para gobernar todos los reinos—declaró el sujeto de forma muy claramente sospechosa.
—Y ahora empieza uno nuevo—secundó Chusai con flojera.
Todos en el público se inclinaron de verdad creyendo en esto y Rem que estaba bastante confundida miró a Shiro, aunque notó que el sujeto tenía una venosa furiosa y Konran sonreía de forma enfermizamente dulce.
—Shiro, mátalo. Yo cuido de Rem chan—le dijo la reina bastante enfadada detrás de su tono de voz dulce.
—No hace falta que lo digas—.
—¿Qué esperan? ¿Por qué no se inclinan?—preguntó el rey impostor.
—Inclínense ante su rey—declaró Ram en un tono petulante.
Shiro se paró frente a sus amigos de forma casual y todos murmuraban el porqué ese sujeto estaba ahí. El rey impostor no sabía que estaba haciendo ese miserable y extendió su mano para sacarlo de ahí pero no podía.
—¿Intentas usar un Hakai, verdad? Lo siento, eso no será posible—declaró el sujeto bastante enojado.
—¿Quién eres tú?—.
—El verdadero rey supremo, ¿Quién más puedo ser, maldito farsante?—se podía ver en la cabeza de Shiro una corona de flamas espirituales.
—¡Jajajaja, todos son reyes hasta no demostrar lo contrario! ¡Muérete!—lanzó el hombre una poderosa técnica de energía de orden pero esta no llegó a su destino.
—¿Pero que?—.
—"El Orden no puede tocarlo, no a él"—se oyó a la energía decir en forma espiritual.
—¡Maldita sea! ¡Muere, muere, muere!—seguía lanzando este energías de Ki divino que eran absorbidas sin mucho esfuerzo.
—¿Eso es todo? ¿Solo lanzas poderes? Que básico eres para proclamarte un rey—.
—¡Malditos inútiles, acaben con él!—declaró el impostor y los generales falsos se levantaron en una especie de transformación similar a las de los Aliens.
—¡Oh shit!—exclamó Ryoku fascinado por esto.
Apenas estos se acercaron a Shiro y en un segundo todos estaban en el suelo despedazados de forma sangrienta pero el ácido en el suelo desintegraba lo que tocaba.
—¿Crees que puedes ganarme?—.
—¡No puede ser, soy el rey, el elegido por la diosa de la vida! ¡No voy a perder! ¡Reharé el mundo a mi semejanza!—sacó este tanto poder que todos en el lugar estaban espantados.
—¡Hay que ayudarlo!—exclamó Rem a Konran.
—¿A quien?—sonrió ella que ni siquiera parecía asustada.
Una gran esfera de energía fue lanzada al planeta para ser destruido por la inestabilidad del núcleo, pero jamás llegó a tocar la superficie porque un dedo era lo que se interponía entre este y el mundo.
—Que truco tan sucio. Que mala suerte tienes al toparte conmigo—dijo el sujeto abriendo los ojos después de acumular algo de energía para después verse en el cielo una rueda del Samsara.
—¿Qué es eso?—balbuceó Riki qué no sabía que era.
—La rueda del Samsara. Justamente ahora mismo acabo de quitarte tu séptimo y octavo sentido. ¿Qué te parece? Jamás volverás a reencarnar, no descansarás en paz. Desaparece del ciclo de la vida, infeliz—se oía de forma divina a Shiro mientras al falso rey se lo llevaban varias almas malditas y su cuerpo caía muerto.
—Por fin terminó todo—cerró los ojos Konran.
—Uf, hace años que no usaba esa habilidad. En realidad era una técnica de la General Kitsune original—sonrió el rey ante ello.
—¡¿Entonces lo puedo hacer?!—dijo Riki con los ojos de Komi San pero tenía orejas y 9 colas de zorro.
—De hecho si—.
Para el público presente habían dos conclusiones a las que llegaron con horror y vergüenza: Los generales y el rey auténticos estaban ahí, y ahora la gran mayoría de ellos eran sus enemigos porque se la pasaron acosándolos, denigrándolos y haciéndolos menos.
—Serena, es una estúpida—señaló Eclair sobre la identidad del General Dragón.
—¡No me digas así!—.
—Por eso venía preparada—.
—¡¿De que hablas?!—.
Flashback…
La guardaespaldas estaba cara a cara con Ryoku que no tenía idea que quería ahora y esta se inclinó ante él, dando una muestra de respeto.
—Lo siento, General Dragón. Aún debo mantener las apariencias, mi misión depende de ello—declaró la chica de cabello rubio fresa.
—¿Espera, que?—.
—Mi nombre es Eclair Saetto, vengo de la rama real de protectores del Reino Dragon. Sé de su identidad, ya que el rey nos dio su fotografía—.
—¡Pinche Shiro me doxeó!—.
—Su identidad está a salvo conmigo. Mi señora Serena está cegada por su atracción al impostor, le suplico que la perdona, la haré entrar en razón apenas acabe el torneo—le pidió la mujer su disculpa.
—Ah eso. Bueno, no sé qué decir. Ella es algo castrosa—.
—Está muy mimada, le aseguro que la castigaré apenas pueda. Está practicando como tomar su lugar en la nobleza pero es demasiado crédula y se deja llevar por las apariencias. Como dije, perdone sus pecados. Me aseguraré de que pague por lo que hace—.
Flashback fin
—¡¿Sabías que era el General Dragón y no me dijiste?!—exclamó Serena en tono de reclamo.
—Esta era una prueba para ver si su capacidad de deducción era óptima, pero no. Se dejó guiar por una cara bonita y habilidades que palidecen ante un verdadero dios. ¿Crees que le confiaría esa delicada información a alguien como usted? Deme las gracias que pedí que no le cortaran la cabeza por las blasfemias que hizo—.
Lo que decía Eclair era verdad y muchas cabezas rodarían si se enteraran de las estupideces de sus hijos con los gobernantes de los reinos. Aunque muchos de ellos estaban en contra de forma abierta a sus leyes, a la vez tenía miedo de las repercusiones que sufrirían ya que era demasiada la influencia no sólo económica y política, sino en cuestión de poder absoluto.
—Shiro kun, ¡eso fue genial!—exclamó Rem con brillo en los ojos.
—Ah, eso. Son gajes del oficio, lo siento si no te dije que era el rey—.
—¿Espera, eres el rey?—dijo la chica que no había captado ese detalle a pesar de lo sucedido.
—Bueno, ¿tú estas pendeja o que, hija?—se oyó a Nageru detrás de la escena.
Ram estaba en shock porque su gemela tenía razón en algo: Shiro que creía que era peor que basura era en realidad alguien demasiado especial y la cagó a lo grande. Emilia la miró enojada como una niña y se dio cuenta que no debió confiar en el juicio de la oni rosada.
—¡Mira, por tu culpa jamás seré reina!—empezó a llorar ella ya que quedó mal ante el verdadero rey.
—En realidad yo soy la reina, querida—se oyó decir a Konran que llegaba hacia ellos.
—¡¿El rey es casado?!—exclamó Ram que no tenía esa información.
—Eso no significa que no pueda tomar concubinas, no estoy en contra de eso. Sin embargo, no suelo aprobar a cualquiera, ¿por qué quieres ser esposa del rey, semi elfa?—preguntó ella a la chica.
—¿Cómo supo que soy una semi elfa?—.
—Tu aroma. Responde mi pregunta—.
—Es que quería ser reina para no ser discriminada. Todos me odian sin razón—dijo ella en un tono triste.
—No sabía que había discriminación a semi elfos. Veré eso, puedo ver que tus ojos son puros. Solo escucha bien, si quieres ser una consorte de Shiro tienes que ganarte su corazón. Tienes que hacer que confíe en ti, eres linda y de buen corazón, estoy segura que te puedes llevar bien con él—.
—Gracias, mi reina—.
—¿En cuanto a ti, oni rosada? Si no fuera porque Rem es tu hermana, te mandaría a fusilar. ¿Quién fue el que te envió con la semi elfa? No me mientas, soy buena detectando las mentiras—señaló la reina con bastante frialdad, tanta que Emilia se asustó.
—Fue el señor Roswaall—intercedió Rem por su hermana que no sabía que hacer.
—Rem, cariño. Ella debe responder, no pienso pasar este desagravio a mi marido. ¿Qué pasaría si mando a matarla por traición a la corona?—se veía firme a la mujer pero Rem no se movía.
—Yo quiero interceder por mi hermana. Se equivocó y mucho, reconozco que tiene defectos y su juicio es muy malo, si es necesario puedo pagar con mi vida pero no le haga daño—declaró la oni azul de forma tan seria que Ram se sorprendió del crecimiento emocional de su gemela.
—Sí así lo quieres. Bien, no me dejas de otra. ¡Buaaaaah, no puedo ser mala contigo, es que eres tan adorable y valiente!—empezó a abrazar la reina a la maid que no entendía los cambios de la mujer pero Ram casi se había orinado del susto porque era casi seguro que sería ejecutada de no ser por su gemela.
—Gracias, su majestad. No le pienso fallar, mi hermana responderá a sus actos con el tiempo—.
Justamente en ese instante, se podía ver a Nabiki cargando un enorme costal lleno de monedas de oro, hipotecas y muchas cosas más, a lo que Chusai alzó la ceja y la fue a encarar.
—Siempre supiste que ibamos a ganar. ¿Cómo lo hiciste?—.
—Dame dinero y te digo—.
—¿Y si le digo al SAT que compruebe tus gastos?—.
—Bien, soy tu querida alumna ancestral. Soy Nabiki Tendo, tu antigua contadora—explicó ella acerca de su origen.
—Ah, eso explica todo—.
—Cuando termine de contar esto, haremos negocios—se fue ella a su residencia para ver el dinero que tenía ahora.
—Esa mujer es incorregible, parece más un ser del caos que una humana—mencionó Shiro sobre ella.
—¿Tú crees?—.
—Es como una ameba que roba los nutrientes, me recuerda a Konran cuando era más amoral. Bueno, hay que ir a ver el partido. Juega el Pachuca contra el Cruz Azul—.
—Sí, hay que burlarnos de Nageru—.
—¡No, mi Cruz Azul va a ganar!—reclamó el mencionado sin saber que perderían por un gol.
Más tarde, Konran estaba caminando sola porque tenía un asunto que atender y estaba Ubbo parada frente a ella con una cara de pocos amigos, a lo que comenzaron a hablar en idioma caotico para que nadie les entendiera.
—¿Por qué mandaste unos impostores para tratar de reemplazar a los generales?—.
—¿Solo sospechas de mi por que te caigo mal?—.
—Me caes mal, pero en un momento dado los impostores se convirtieron en xenomorfos. Solo hay una diosa en el multiverso con esa habilidad tan única, incluso a Shiro le cuesta evolucionar o mutar de esa forma a una especie. Solo tú tienes esa versatilidad, ¿por qué hiciste eso? ¿Fue diversión?—preguntó Konran curiosa.
—Fue por Shiro—alegó ella en un tono despectivo.
—¿Eh?—.
—Los nobles quieren sacarlo del poder, ¿Crees que dejaría que mi Shiro quede solo? No, claro que no. Fue fácil convencer a esos papanatas, eran la peor calaña de todas. Sabía que los amigos de mi Shiro los harían pedazos. Incluso hice un rey falso con muy bajo poder para el espectáculo—.
—El Asesino de Dioses es una amenaza para los dioses del caos y los mismos Centinelas con el pasar de los años. ¿No quieres destruirlo?—preguntó la reina con seriedad.
—¿Destruirlo? Al contrario, es el arma perfecta para deshacernos del perdedor de Azathoth. Los dioses del caos quieren un líder ejemplar, los Generales eran en un inicio monstruos del caos demasiado débiles. Ahora están subiendo su nivel a una velocidad que podrían quedar a nuestro nivel en unos años. Podríamos dar la vuelta a la guerra si se nos unen, nos deshacemos de los dioses del caos estorbosos y podría ganar la guerra a esos miserables creadores. ¿Es una idea tentadora, verdad?—se le veía ansiosa a la mujer pero Konran se aburrió.
—Oye, te hace falta relajarte. Si quieres vamos a un trio, Shiro no ha tenido una experiencia norteña antes—propuso la reina a una diosa de la vida desconcertada.
—¿Acaso no es buena mi idea? Eres la más interesada en un cambio—.
—Si Shiro quisiera una guerra, hace tiempo que la habríamos iniciado. Además, apenas los centinelas entren a este reino, la reina de la Nada explota el multiverso—.
—¿Espera, que?—se sorprendió Tenshi de esto último.
—¿Aún no lo sabes? Shiro es el hijo de la mítica Reina Nada. El multiverso es el patio de juegos de su hijo amado, ¿Crees que el Rey Orden y la Reina Caos tiene el control completo? Un solo chasquido le basta para borrarnos a todos y reiniciar desde cero la historia—.
—¡La reina de la Nada solo es un mito!—.
En ese instante, una chancla cayó en la cara de diosa y tenía unos logos de la nada que identificaba su procedencia, delatando su existencia, para el horror de Tenshi.
—Te lo dije, sigamos en lo nuestro—.
—¿Entonces de que sirve que tratemos de pelear contra los centinelas?—preguntó de nuevo Tenshi en un tono de total desesperanza.
—De nada, hace eones que nos superaron. Lo que yo estoy haciendo es que la reina Nada no me mate si algo malo pasa. Ella nos vigila, al final como dije esto es solo un patio de juegos para Shiro, la historia de un niño que se divierte con todos—.
—Al final de todo, la Reina Nada borrará la vida que se creó como yo siempre lo hago. Que destino tan irónico—.
—Ya perdimos hace mucho con nuestros enemigos. Nyarlatothep también se dio cuenta y por eso está jugando con la humanidad a su modo retorcido. Parece que incluso Mariska de los centinelas ya se dio cuenta de esta realidad, ella vivió una vida en Hiperborea con Shiro. ¿Recuerdas esa vez?—.
—La Hiperborea mitológica de ese mundo especial. Si, la Cisne de la Cruz Norte. ¿Sospechas que ella ya conoce sobre la procedencia de Shiro?—.
—Es posible que si, es la centinela con menos apego a sus congéneres. En ciertas cosas, pensamos parecido, después de todo Shiro peleó en la guerra centinela y nadie de ellos lo recuerda—.
—De hecho, yo también estuve ahí. ¿Recuerdan?—se oyó una voz al fondo.
—Al fin llegan, dioses de mierda—.
Se podían ver a los gemelos Nug y Yeb, acompañados de Lucifer Morningstar que fumaba en ese instante y Tenshi suspiró porque no tenía idea de que él fuera un dios del caos ya que sabía ocultar bien su presencia.
—Nyarlatothep, debí suponerlo. Adoras tu avatar como Samael, ¿verdad?—mencionó Konran al ángel caído.
—Efectivamente, causó más caos a los dioses hebreos en esta forma. Pero no estoy aquí por eso, hablaban de la Reina Nada. Interesante descubrimiento—.
—¿Se lo vas a decir a los demás dioses del caos?—.
—No, que va. Prefiero que el estúpido de Azathoth siga dormido, además vivo bien con Riki chan—.
—Que raro que el peor de los dioses del caos quiera una familia. Eres el que menos debía cambiar, ¿en que momento decidiste sentar cabeza?—preguntó Tenshi.
—Ni yo sé, adoro mi papel actual como padre y esposo—.
—¿Shiori es tu hija? ¿Cómo?—.
—Mi avatar en el mundo de origen de mi querida Riki fue su padre, me aseguré de ello. ¿Entonces llegamos al acuerdo de que no habrá rebelión contra Shiro y reiniciamos la guerra?—.
—Acepto el trato—asintió Konran.
—Sí madre lo desea, no nos opondremos—asintieron los gemelos.
—Bien, ustedes ganan. Seguimos en nuestros papeles como ahora, quizás debamos optar por un método más pasivo de conquista, las semillas del caos no están funcionando—suspiró Tenshi como Ubbo.
—Hay mejores formas de dominar corromper el mundo. Para eso existe el Narusaku—.
En ese instante, una chancla le cayó Lucifer por decir esas cosas y se podía ver a Riki llegar enojada porque oyó la palabra prohibida.
—¡¿Qué dijimos de usar palabras como esa?! ¿Qué hacen ustedes reunidos?—preguntó Riki notando eso.
—Ah, cosas de Lux. Quería preguntar sobre temáticas sobre el lugar—.
—Oh, ya veo. Nos vemos en casa—se fue Riki de ahí.
—Entonces quedamos de acuerdo en seguir con lo nuestro. Por cierto, ¿no faltaba Yig?—dijo Konran que sintió su presencia.
—Aquí estoy, estaba ocupada—se oyó a Lucoa siendo mostrada en el celular de Nug en una videollamada.
—Hola, hermana—saludó Lucifer a la mujer.
—Hola, hermano de muchas vidas. Ahora si reencarnaste en alguien más guapo, elegiste bien tu cuerpo actual—alegó la mujer.
—Lo dice la tetona de curvas grandes—.
—Entonces finalizamos la reunión. Todos callados, bonitos y gorditos—declaró Konran la reunión concluida.
Luego de eso, Konran se fue al palacio después de varias semanas de no estar allá y ahí la esperaba Aqua que había sido llamada por la reina mientras ella daba una reverencia.
—Los dioses del caos han sido reunidos, ¿entonces que hacemos, bisabuela?—preguntó Aqua con los ojos rojos.
—Seguir con nuestra vida, que el trabajo lo hagan otros. Tu padre te mete malas ideas en la cabeza, deberías ser libre—.
—Entiendo, obaa sama. Entonces seguiré en mi rol de diosa estúpida del agua—sonrió la peliazul aliviada de que no armarían un show.
—Este mundo es perfecto, no somos vigilados por centinelas. Vivimos en armonía y un dios verdadero nos guía a un futuro mejor, lejos de la guerra sin sentido. Este era nuestro propósito original, ¿recuerdas? Ser amados por un creador supremo y nosotros ejercer un rol en el mundo que nos fue arrebatado. Shiro nos sacó de ese círculo vicioso sin querer—asintió la reina acariciando a su bisnieta divina.
—Sí, no viví en la época de la guerra. Mi padre estaba rencoroso por eso, quería que continuara con su legado. Suena agotador, prefiero esta vida—.
Incluso los dioses del caos se podían cansar de todo y querer vacaciones, después de todo si alguien de un rango mayor como Shiro podía llevarlos a ejercer su propósito de vida, no dirían que no si ese es su sueño a largo plazo.
—Dile a las chicas que Shiro volverá mañana. Deseo anunciar que habrá un baile especial en el palacio, la revelación de su identidad ahora es de conocimiento público y habrá fiesta—.
—Entendido, iré con Sora—.
—Gracias, Aqua chan, o debería decirte Chtylla—le guiñó el ojo la reina revelando el nombre original de la diosa del agua.
—Prefiero Aqua, mi nombre original es bastante complejo de pronunciar—.
