Capítulo 5

La leyenda eterna

Unos minutos después de que Robert Weis desapareciese por la chimenea, Harry, Ron y

Hermione aparecieron en el Callejón Diagón. Se dirigieron al Caldero Chorreante,

donde el señor Weis y Dumbledore les esperaban. Estaban sentados en unas sillas y

hablaban sobre algo bastante serios. Cuando vieron llegar a Harry, Ron y Hermione, se

callaron inmediatamente, y les invitaron a sentarse con ellos.

- Bueno, el señor Weis me ha contado que ya os ha mencionado algo sobre... una

leyenda¿no es así?- preguntó Dumbledore.

- Tan solo lo ha dicho de pasada, no nos ha querido explicar nada sobre esa leyenda-

aclaró Hermione, que seguía sin fiarse de él, a pesar de que les había llevado con

Dumbledore.

- Tienes razón, Hermione. Y ahora tendré que explicároslo, pero mejor que no sea aquí

en medio del bar, nunca se sabe quien puede estar escuchando. Subiremos a la

habitación que he alquilado.

Harry, Ron, Hermione, el señor Weis y Dumbledore subieron a la habitación. Allí los

tres amigos se sentaron en una cama, mientras que Weis y Dumbledore se sentaron en

unas sillas.

- Esta leyenda empieza con la marcha de Salazar Slytherin de Hogwarts. Desde siempre,

lo que nos han contado es que Salazar dejó una cámara secreta en Hogwarts para

asegurar que su heredero seguiría lo que él empezó…

Harry iba a abrir la boca para decir que lo de la cámara era cierto, que él había estado

allí, pero antes de que pudiese decir nada, Robert continuó hablando.

- Eso es verdad, pero dejó algo más a parte de la cámara: dejó una esfera en donde

guardó todo su poder y toda su ira justo antes de morir. Cuentan que la esfera, al morir

Salazar, absorbió también su alma. Muy pocas personas lo saben, y es una suerte,

puesto que si Voldemort llegaste a enterarse y la consiguiera, no quiero ni imaginar lo

que sucedería… Pero la parte que más me preocupa es que la leyenda cuenta que la

esfera despertará y poseerá el cuerpo de alguna persona para continuar el trabajo de

Salazar Slytherin. No se sabe quien será esa persona, pero si la leyenda es cierta, podría

ser cualquiera. Por eso quería que vosotros tres estuvierais bien protegidos, pues no me

extrañaría que fueseis alguno de los tres.

Harry miraba fijamente a Robert Weis, mientras repetía mentalmente lo que él les

acababa de contar, sin acabar de creérselo muy bien. Ron y Hermione, sin embargo, se

habían olvidado de toda la leyenda, y solo pensaban en lo que había dicho Robert de

que había posibilidades de que la esfera les poseyera a alguno de los tres.

- Eh… ¿Cómo que nos puede poseer a alguno de los tres?- preguntó Hermione con la

voz temblorosa- ¿Por qué a nosotros?

- Se debe a… como lo diría… vuestros antecedentes con respecto a la lucha contra

Voldemort y sus mortífagos. La esfera buscará magos o brujas poderosos, y vosotros os

habéis vuelto muy poderosos, diría que sois los magos de vuestra edad con más poder.

- Pero hay magos adultos mucho más poderosos que nosotros, dudo mucho que la esfera

nos quiera a nosotros- dijo Ron, más para tranquilizarse a si mismo que para otra cosa.

- Dumbledore y yo acordamos que, por seguridad, lo mejor sería que estuvieseis en

Hogwarts.

- ¿Y saben donde está escondida la esfera?- preguntó Harry

- No, desgraciadamente eso no lo sabemos, hemos buscado en el colegio, en el Bosque

prohibido, hasta en el Valle de Godric, pero no la hemos encontrado por ninguna parte.

Suponemos que cuando despierte será más fácil encontrarla- aclaró Dumbledore- lo que

nos preocupa es que la encontremos demasiado tarde…

- Ahora, iremos a Hogwarts, con los polvos Flu.

Los cinco se colocaron en frente de la chimenea. Primero fue Robert, y unos minutos

después Dumbledore les dijo a Harry, Ron y Hermione que pasaran ellos.

- ¿Usted no viene, profesor?- preguntó Hermione.

- No, yo aún tengo que arreglar algunos asuntos. Nos veremos pronto.

Y Harry, Ron y Hermione entraron a la chimenea, y segundos después aparecieron en

Hogwarts.

- Bienvenidos de nuevo a Hogwarts.