Capítulo 6

De nuevo en Hogwarts

- Bienvenidos de nuevo a Hogwarts- dijo la profesora McGonagall a Harry, Ron y

Hermione cuando aparecieron en la chimenea. Harry vio que estaban en su despacho. Al

lado de la profesora, se encontraba Weis.

- Otra vez aquí.- dijo Weis- Esto no ha cambiado mucho desde que yo terminé mis

estudios…

- Señor Weis, me gustaría hablar a solas con Potter, Weasley y Granger unos

minutos, por favor.- le pidió la profesora McGonagall a Robert- Sus cosas están ya en

su despacho.

- De acuerdo- dijo Robert, dirigiéndose a la salida.

-¿Va a quedarse en Hogwarts?- peguntó Hermione.

-Mucho me temo que tendréis que verme durante todo este curso. Seré vuestro nuevo

profesor- dijo Robert, con una sonrisa en la cara.

Cuando ya se quedaron solos los tres amigos y la profesora McGonagall, Harry pudo

ver en su cara un semblante muy serio.

- El profesor Dumbledore ya os ha contado el motivo de que estéis aquí tan pronto,

¿no?- preguntó la profesora.

Los tres amigos asintieron despacio.

-Bien. He de pediros que, por favor, no tratéis de encontrar vosotros la esfera de

Salazar. Ya os conozco muy bien, y se que seríais capaces de pasaros todo el curso

buscándola. Pero os pido que no lo hagáis. Dudo mucho que la encontréis. Y aunque lo

hagáis, es demasiado peligrosa.

Harry, Ron y Hermione se miraron. Aunque ninguno de los tres dijo nada, era evidente

que la idea de buscar ellos la esfera de Salazar ya se les había pasado por la cabeza

cuando Dumbledore les contó la historia.

-Debéis prometérmelo- insistió la profesora, mirándoles a los tres con expresión muy

seria.

Ron y Hermione dijeron que sí con la cabeza, pero Harry no estaba convencido.

Necesitaba saber algunas cosas.

-¿Y qué pasará con la esfera?- preguntó- ¿no tienen intención de seguir buscándola?

-Supongo que Dumbledore te habrá dicho ya que hemos estado buscándola durante

mucho tiempo, y que no hemos encontrado nada. No tenemos ni una sola pista de donde

podría estar escondida.- le contestó la profesora, con un deje de amargura en la voz.

-Pero… ¡no pueden desistir!- exclamó Harry- ¡no pueden dejar de buscarla simplemente

porque hayan tenido unos intentos fallidos!

-Años de intentos fallidos, Potter- le contestó la profesora con un tono de voz mucho

más duro- Además, nadie ha dicho que vayamos a dejar de buscarla. Y con todo, si la

encontrásemos, no podríamos hacernos con ella, no todavía. Debemos esperar a que

llegue el momento apropiado.

-¿El momento apropiado?- preguntó Harry, confundido- ¿A qué se refiere con eso?

-Me parece que ya han tenido suficientes leyendas por hoy- le dijo la profesora. Harry

tuvo la impresión de que evitaba el tema- Sería mejor que los tres se fueran ya a la

cama.

Harry decidió no seguir preguntando. Ya seguirían mañana con aquella conversación.

Los tres amigos salieron del despacho y se dirigieron hacia la Torre de Gryffindor.

Ninguno de los dos se sentía capaz de conciliar el sueño, así que se sentaron delante del

fuego para hablar de los sucesos de aquella noche.

-No veo por qué la esfera de Salazar habría de querer a alguno de nosotros. – Dijo

Hermione, que no dejaba de darle vueltas a aquel mismo tema- ¡Con la de magos

muchísimo más expertos enmagia que hay por el mundo!

Yo…- comenzó Harry- Chicos, tengo la impresión de que nos están ocultando algo muy

importante.

-¿Te refieres a lo que dijo McGonagall de esperar al momentoapropiado para hacerse

con la esfera?- preguntó Ron.

-Aparte de eso, siento que hay algo más- explicó Harry- Cuando llegamos al Callejón

Diagón, Dumbledore y Weis estaban hablando de algo, y cuando nos vieron aparecer, se

callaron inmediatamente.

-Entonces… ¿crees que hay una parte de la leyenda que no nos quieren contar?- quiso

saber Ron, rascándose la cabeza.

-Exacto. Creo que, por algún motivo, hay algo que nos ocultan. Y pienso averiguar de

que se trata.

-Pero Harry… le prometimos a la profesora McGonagall que no trataríamos de buscar la

esfera de Salazar- le recordó Hermione.

-No voy a buscar la esfera, sólo quiero saber que es lo que no nos están contando. Si se

supone que, por culpa de esa leyenda estamos en peligro, deberíamos saber todos los

detalles para ser capaces de luchar contra ella- se defendió Harry.

-Yo estoy con Harry.- apoyó Ron- También quiero saber que es lo que no nos cuentan, y por qué.

-No te queda otra opción, Hermione.- dijo Harry sonriente- Como tu dijiste hace un

rato, esto es lo malo de ser tres.

-Qué remedio- se rindió Hermione.- Investigaremos los tres para saber qué es lo que

está pasando. Pero no buscaremos la esfera. Por lo menos, yo no la buscaré.

-No te preocupes, Hermione. No buscaremos la esfera de Salazar. No por ahora- esto

último Harry lo dijo muy bajito, para que ella no lo escuchase. Sabía que

Hermione no quería desobedecer la orden de McGonagall, pero también sabía que si,

llegado el momento, necesitaban buscar por ellos mismos la esfera de Salazar,

Hermione no se negaría. La conocía muy bien y, aunque no le gustaba incumplir las

normas, siempre acababa ayudándoles.

-Bueno, yo me voy ya a dormir, me ha entrado mucho sueño- dijo Hermione, al cabo de

un rato en silencio.

- Nosotros también nos vamos ya- dijeron Harry y Ron.

Se despidieron, y cada uno se fue a dormir, aún con la mente puesta en la leyenda, y la

esfera de Salazar.