Una fuerte batalla se llevaba a cabo en palacio de los gatos monteses. Un grito de guerra y un nacimiento fue el inicio de la pesadilla.

Ryuichi miraba el cuerpo de Shuichi sobre el futón. Sin pensarlo dos veces se acercó a este y agachándose, con unas mantas hizo un bulto el cual cogió en brazos. El llanto seguía. El príncipe jadeaba mientras mantenía los ojos cerrados semiinconsciente por el gran dolor que aun sentía.

-…llévatelo…-ordena Ryuichi-…deshazte del bastardo, tú tienes ese poder…-

Sumiko salió de una oscura esquina al momento en que se acercaba a Ryuichi y tomaba el pequeño bulto entre sus barzos.

-…y el hanyou?...-preguntó la mujer al momento en que pasaba su mano sobre el bulto y este comenzaba a brillar. Ya no había llanto.

-…me encargo yo…-responde con una mirada severa-…deshazte del cuerpo…-se dirige a Shuichi y se agacha a un lado de este.

Sumiko bajo la mirada al momento en que desapareció como una simple ilusión en el viento, llevándose consigo el bulto.

Yuki luchaba con todas sus fuerzas, estaba sumamente cansado, ya no podía mas, en eso uno de los soldados neko se abalanzó contra el con la lanza, a lo cual el ya se rendía, pedía que Shuichi lo perdonase y que su hijo no lo odiara, pero ya no podía, no tenía fuerzas, no podía continuar.

Un golpe, un grito.

-…¡levántate, que Shuichi y tu hijo te esperan!...-ordena la voz de Tatsuha quien había matado al soldado neko.

-…Tatsu… Tatsuha!…-se sorprendió.

-…rápido!...-Hiro se encontraba matando a otros soldados que intentaban atacarlo-…o mi hermano te lo reprochará por el resto de tu miserable existencia…-sentenció al momento de sonreírle

-…espéra…-Ayaka se acercó a Yuki al momento en que sacaba un pequeño frasco el cual contenía un líquido verdoso y de olor putrefacto-…toma esto, al menos repondrá tus energías y te quitará el envenenamiento…-dice

Yuki la miró desconfiado, pero no le quedó de otra. Todo sea por Shuichi y su hijo.

Ryuichi caminaba con Shuichi en brazos, este estaba medio inconsciente, abrió la puerta de una pequeña y sombría habitación donde un futón descansaba en el centro, se arrodilló depositando así el cuerpo de Shuichi sobre el futón. Lo arropó tiernamente al momento en que observaba el rostro de Shuichi.

Se quiso levantar cuando sintió que una mano se lo impedía, Shuichi lo estaba mirado, sus ojos denotaban dolor.

-…donde está…-pregunta mientras llora-…donde está…-

Ryuichi bajó la mirada.

-…siento un vacío en mi pecho…-llora amargamente-…donde está…-vuelve a preguntar

-…no logró nacer…-Ryuichi se levanta y sale de la habitación, cerrando la puerta.

Silencio.

Shuichi se sienta en su lugar al momento en que más lágrimas comienzan a brotar por sus ojos.

Un grito de dolor desgarró el cielo.

Ryuichi siguió su camino dejando atrás la puerta mientras de esta se escuchaba el llanto desconsolado de quien pierde a su hijo.

-…lo siento Shu-chan…-susurró-…pero ese bastardo… no podía vivir…-

El remedio que le había dado Ayaka sabía a miércoles, pero le había servido de mucho, el dolor era mucho mas aguantable y ya no estaba tan mareado, con todas sus fuerzas ingresó a la habitación de Shuichi para solo encontrarse con Ryuichi quien lo miraba con rabia, odio, ira…

Un montón de sentimientos indescriptibles que le causaban repugnancia.

-…¿Dónde está Shuichi y mi hijo?...-preguntó mientras sostenía fuertemente la Kochoumaru

-…ja, si preguntas sobre el bastardo ese…-sonrió divertido ante la expresión de Yuki-…pasó a mejor vida…-entrecerró los ojos deleitándose con la mirada llena de ira que demostró Yuki-…jeje, mejor así…-comenta Ryuichi-...Shuichi estará mucho mejor sin él…-empuñó la espada-…y sin ti!...-se abalanzó a pelear.

Yuki hizo algo que nunca creyó posible, la ira en su sangre era tanta que sus ojos no aguantaron tanto dolor en su corazón por lo cual liberaron lágrimas, pronto su cuerpo se transformó y mostró la enorme figura de un demonio zorro dorado de seis colas el cual aún lloraba y luchaba contra Ryuichi.

En la oscura habitación se encontraba el príncipe, sentado en el futón, su cabeza agachada y sus manos en su regazo, el jade estaba esparcido por doquier, el no dejaba de llorar aun podía escuchar el llanto de un bebé, de su bebé, sus manos temblaron y lloró con mas fuerza, el pecho le dolía, ya no aguantaba mas la presión, sentía mucha angustia.

-…Shuichi…-la voz de Sumiko, el llanto del niño se hizo mas fuerte

Este no respondió bajó mas la cabeza hasta topar sus rodillas mientras seguía llorando.

Sumiko agachó la cabeza al momento en que observaba el bulto que aun tenía entre sus brazos, se acercó al príncipe.

-…Shu-chan…-la mujer se inclinó a un lado de este, posando su mano en su hombro-…toma…-le extendió el pequeño bulto-…aquí está tu bebé…-le sonrió tiernamente

Shuichi se sorprendió al momento en que levantó la cabeza y con desesperación acogió el bulto entre sus brazos el cual abrazó desesperadamente mientras no dejaba de llorar, lo destapó para encontrarse con un pequeño de cabellos rubios y ojos miel que lloraba desconsoladamente.

-…yo también soy madre y no soportaría arrebatarle los hijos a uno de mis hijos…-Sumiko besa tiernamente la frente de Shuichi-…atiéndelo para que deje de llorar…-ordena al momento en que se levanta.

-…si…-asiente Shuichi al momento en que deja al niño sobre su regazo, abre su yukata sobre su pecho dejándolo el lado derecho al descubierto, volvió a coger al niño en brazos colocándolo frente a su pezón para que se alimentara.

El niño con gusto aceptó aferrándose al pecho de Shuichi quien no pudo evitar quejarse por la fuerte mordida de la primera experiencia, pronto se acostumbró y retuvo al niño en sus brazos al momento en que le besaba la frente.

Yuki y Ryuichi sostenían una fuerte batalla, la más increíble que alguien haya visto, inclusive los soldados además de Hiro, Ayaka y Tatsuha estaban sorprendidos. Yuki seguía llorando.

Comenzó a llover.

-…Shuichi…-dijo Yuki al momento en que atacó con todas sus fuerzas a Ryuichi

-…tienes prohibido decir su nombre!...-Ryuichi arremetió el golpe

La batalla… inalcanzable. Los testigos… asustados. Un corazón llorando.

Todo se detuvo.

-…Sumiko-sama…-se sorprendieron todos al notar a la hermosa mujer en medio de los contrincantes.

-…tu!...-dice secamente refiriéndose a Yuki-…hanyou, ve que te están esperando… hazlo antes de que me arrepienta…-

Yuki cerró sus ojos al momento en que llamas blancas lo cubrieron totalmente, desapareciendo.

Sumiko solo observó a Ryuichi, quien le devolvía la mirada. Iba a ser una larga batalla.

Tatsuha, Ayaka y Hiro comprendieron totalmente la indirecta ofrecida por Sumiko y abandonaron el palacio, no antes de llegar a la salida donde Hiro se detuvo.

-…Hiro?...-se sorprendió Ayaka

-…¿Qué sucede, tenemos que irnos ahora!...-reprende Tatsuha

-…márchense…-dice Hiro, dando media vuelta para regresar-…yo tengo que cumplir…-corrió regresando al castillo en llamas.

Ayaka y Tatsuha, dieron media vuelta y se fueron.

Yuki corría por todas partes en busca de Shuichi, pero no lo encontraba, se estaba comenzando a desesperar, el castillo estaba en llamas y no lo quería perder a él también.

Una melodía.

Se detuvo observando hacía todos los lados.

Una suave voz.

Corrió en la dirección de donde provenía, era Shuichi, era la misma melodía que escuchó el momento en que lo conoció y se enamoró. Frente a una habitación, abrió la puerta y lo encontró.

Shuichi estaba sentado en el futón, su bebé estaba totalmente dormido en brazos y envuelto en mantas, lo tenía totalmente abrazado a su pecho mientras cantaba suavemente, alzó la mirada al sentir una presencia y un olor muy conocido.

-…Yu… Yuki…-sonríe

-…Shuichi…-corre al momento en que lo atrapa entre sus brazos, se había desmayado.

Miró al niño, estaba vivo, al parecer Ryuichi no había cometido su propósito, se sentía aliviado, ahora tendría que llevárselos de ahí.

En la parte trasera del castillo estaban las hembras del clan de los gatos monteses, algunas con su enorme forma demoníaca y otras con forma humana, presentes también habían uno que otro cachorro y jóvenes que se habían salvado. Hiro caminó erguido y orgulloso entre ellos y se situó frente a un gran y antiguo árbol el cual estaba brillante de color naranja y rojo por los destellos del fuego.

-…nos traicionaste…-dice una de las bestias

-…si…-asiente Hiro al dar media vuelta y encarar a todos los presentes-…y acepto mi condena…-baja la mirada.

-…como desertor …-dicta una de las hembras presentes, Hiro mira el cielo al momento en que logra ver la silueta de un demonio zorro dorado que flotaba entre llamas blancas, sonrió comprendiendo que Shuichi se encontraba a salvo y que ahora formaba una familia con Yuki y el niño.

-…ya no hay vuelta atrás…-sonríe Hiro

-…por eso tu condena será…-las bestias muestran sus colmillos listas para atacar-…la muerte…-

Hiro se apega al tronco al momento en que las bestias comienzan a devorar su cuerpo, lloraba y sus lágrimas se hicieron jade al caer al suelo. Al menos sabía que su hermano sería feliz, aunque, si algún día K-san se entera de su sentencia, esperaba que le vengara, ese fue su último deseo.

-…K-san…-dijo en su último aliento

Kei se encontraba caminando en el bosque, seguido de Suguru quien no paraba de mirar hacia atrás, el primero había encontrado un rastro de piedras jade, al parecer Hiro había estado por ahí, entonces solo tenía que seguir ese rastro para encontrarlo.

Seguía lloviendo.

Cotinuará….

Bueno, este es la siguiente parte del Prólogo, me costó un poco hacerlo u.u (mentira, ya lo tenías hecho, pero fue hasta que Pandora te lo recordó que lo actualizaste ¬¬) que, quien digo eso? o.O (yo, tu subconsiente u.u), yo no tengo subconsiente u.u, no te conozco v.v, me dio amnesia n.n... (o.O)

Bueno, espero les guste, esta historia si va a demorar un poco mas de lo que esperaba, pero como ven doy mi maximo para poder cumplirles... n.n

matta nee XD

babay teteto XDD