CAPÍTULO 7.- Ante confesiones esperadas, llegan las inesperadas.
El verano de Harry en la Madriguera fue lo que había imaginado que sería… estaría llena de bromas por parte de los gemelos y partidas de ajedrez con Ron. Susurros callados con Ginny y la atención afectuosa de la señora Weasley. También estaban las sesiones de besuqueo entre Ron y Hermione, pero puesto que ninguno de los dos parecía interesado en decirle que era lo que hacían tampoco é hizo por darse por aludido. En general su verano estaba siendo muy agradable.
A pesar de todo, como debía compartir el dormitorio con Ron tuvo bastantes problemas para ocultarle su embarazo presto que se cambiaban el uno junto al otro y puesto que su estómago abultado ya era bastante visible (para deleite de las féminas Weasley y del propio muchacho) era bastante complicado el que el otro no llegara a notar nada. Además, a partir de la segunda semana de agosto, cuando estaba a punto de comenzar su quinto mes se unió otra complicación que las anteriores a comparación eran lo de menos… su bebé comenzó a moverse.
Fue un instante maravilloso y que por suerte le pilló en presencia de las únicas personas en la casa que sabían de su condición: la señora Weasley y Ginny. La sensación fue algo completamente indescriptible y al mismo tiempo maravillosa… aunque lo pilló tan de sorpresa que pegó un bote sobresaltando a sus dos confidentes, que tan buen punto supieron que pasaba colocaron sus manos en su vientre.
Parecía que el bebé era por demás movido, puesto que a partir de aquel momento no hizo otra cosa. Era algo magnífico, pero era necesaria mucha fuerza de voluntad para no colocar sus manos y de esa forma sentir el movimiento de su bebé. Por Ron no debía preocuparse, era lo suficientemente despistado como para no darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor a no ser que lo tuviera justo delante de él, pero Hermione era otro asunto… más de una vez se había dado cuenta que lo miraba con suspicacia como si se diera cuenta que había algo que ocultaba, por suerte lo tomó por el camino incorrecto puesto que cuando le encaró le preguntó si había tenido algún otro problema estomacal.
Sí, definitivamente estaba resultando un buen verano en casa de los Weasley. La que pudiera pasar más tarde no estaba dentro de sus planificaciones, pero sabía que no podría dejar mucho tiempo para que se supiera la verdad.
- Harry…- dijo Hermione justo la noche antes de volver a Hogwarts mientras observaba al muchacho a preparar su baúl.- Ron y yo queremos hablar contigo un momento.
- ¿Si?
- ¿Podemos hablar en un sitio más neutral?- Preguntó Ron mientras veía los diferentes objetos que había a su alrededor y que podían ser usados como proyectiles si su amigo entraba en unos de sus ya habituales cambios de humor.
- ¿Te parece mejor el cuarto de Ginny?- Preguntó el moreno como inocencia suponiendo lo que ellos querían hablar y buscando un lugar no solo más a su favor sino también el que Ginny estuviera delante y así cumplir su promesa.
- Sí, mejor.- Dijo el pelirrojo con evidente alivio.
Los tres salieron del cuarto y cruzaron el pasillo en dirección del cuarto de la menor de los hermanos Weasley. Podía imaginar lo que sus amigos le iban a explicar y puesto que si decían las palabras mágicas, inmediatamente eso haría que él también hablara… iba a hacer de esa charla, una conversación interesante.
- ¿Sí?- Dijo Ginny cuando llamaron a la puerta de su habitación.
- Hola Ginny, ¿podemos entrar?- Dijo el muchacho moreno.- Ron y Hermione quieren hablar conmigo y han pedido estar en una zona más neutral.
- Vaya… ¿consideran mi habitación una zona neutral?
- Más o menos.- Murmuró su hermano.
La muchacha le lanzó una mirada a su moreno amigo, y este le respondió con una expresión de saber. Si alguno de los oros dos hubiera llegado a notar esas miradas, se habrían replanteado el usar la habitación de su hermana.
- Entrad
Los tres entraron y se pusieron cómodos por las diferentes partes de la habitación, a la vez que el pelirrojo le lanzaba una mirada que quería decir "lárgate" y que la chica ignoró completamente.
- Bien…- Comenzó Harry.- Vosotros diréis.
- Harry… nosotros queríamos hablarte de un tema importante.- Dijo Hermione con el mayor tacto que podía.- Por favor, sobretodo no te enfades, ¿vale? Verás… lo que Ron y yo queremos decirte es que… bueno pues, hace un tiempo que hemos comenzado a sentir algo más que amistad entre nosotros y bueno, tú ya te diste cuenta de lo que pasó en el baile de cuarto… tú y todo el mundo…
- Herm… ¿quieres ir al grano?- la cortó el joven moreno.
- Bueno… lo que te queremos decir es que estamos saliendo. Somos novios.- Dijo Ron, que ante la mirada tranquila de Harry añadió de forma tentativa.- Lo hemos sido desde Navidad.
Los dos miraron con aprensión a los dos ocupantes restantes de la habitación para ver su reacción y se atontaron al no notar ninguna.
- Ya lo sabía.- Dijo Harry mirando tranquilamente a la pareja.
- ¿Cómo?
- Que ya lo sabía. Lo he sabido desde principios de mayo.
Ahora fue el turno de la incredulidad por parte de Ron y Hermione. ¿Lo había sabido durante todo ese tiempo y no les había dicho nada? Aquello no podía ser… ¿Les estaba gastando una broma?
- ¿Y por qué no nos has dicho nada?- preguntó Ron mirando a su amigo.
- Creí que debíais ser vosotros quien me lo dijerais, no que yo os enfrentara.
- ¿Y te importa?- Preguntó Hermione con voz queda.
- Depende de a que te refieras. Si te refieres a que seáis pareja, no , no me importa; si te refieres a que no me lo hayáis dicho, sí me importa y mucho.- Contestó el muchacho, que al ver la expresión de sus amigos añadió.- Me dolió mucho el que no me dijerais la verdad, pensé que confiabais en mí, pero eso me hizo darme cuenta que no era cierto. Siempre creía que si sucedía algo me lo diríais lo más pronto posible, pero me encuentro que han pasado nueve meses antes de que decidierais decirme nada. Eso fue lo que más me ha importado e hizo que no os explicara algo que me ha pasado de mucha importancia, después de todo, si no confiabais en mí, yo tampoco debería confiar en vosotros.
- ¡Pero Harry, nosotros confiamos en ti!- Exclamó Ron.
- Ya lo veo.- Dijo el moreno secamente.- Si hubiera sido al revés, yo os lo habría explicado lo que me pasaba al momento.
- Pero tú tampoco nos has explicado eso tan importante que te ha pasado.- Apuntó Hermione.
- Iba a hacerlo… pero cuando vi que me escondíais algo como eso, decidí no deciros nada hasta que vosotros me explicarais vuestro secreto. Por supuesto, Ginny y su madre si demostraron preocuparse lo suficiente por mí como para que se lo explicara.
Sus dos amigos se miraron culpablemente, antes de girar su mirada hacía el que había sido su mejor amigo durante tanto tiempo.
- Teníamos miedo de que te enfadaras con nosotros. Que pensaras que te estábamos dejando de lado… y como además, estaba tan distanciado de nosotros, no queríamos darte una excusa para que aún te distanciaras más.
- Bien, lo hecho, hecho está y ya no podemos cambiarlo.- Dijo Harry.- Ahora al menos espero que no me volváis a ocultar algo así.
Sus dos amigos sonrieron y tras una mirada cómplice, ambos saltaron a abrazarlo. Estaban contentos de que Harry no estuviera enfadado con ellos si bien, le había ocultado también un secreto importante a juzgar por sus palabras… un secreto que ahora esperaban que les explicara, después de todo si Ginny y la señora Weasley lo sabían…
- Bien,- Comenzó Hermione.- ahora supongo que nos dirás ese secreto, ¿verdad? Te acabamos de explicar que somos pareja.. ¿Nos lo dirás?
- Sí, os lo diré.- Rió Harry y al ver las caras serias de Ron y Hermione añadió.- ¡Pero no pongáis esas caras, tampoco es nada malo!
- Bueno, eso depende de quien lo mire.- Dijo Ginny entrando en la conversación por primera vez.
- También tienes razón… pero para mí no es malo, al menos no desde mi punto de vista.- Le contestó Harry.
- ¡Bien! ¡Decidlo de una vez!- Exclamó Ron.
- Vale, vale… pero primero de todo que quede claro que yo no hice nada para verme en esta situación; y cuando digo nada, es realmente NADA.- Comenzó Harry.- ¿Os acordáis cuando en mayo estuve enfermo del estómago?
- Claro… nos tuviste a todos muy preocupados.- Dijo Hermione.- Resultó que tenía un resfriado estomacal, ¿no?
- No.
- ¿Qué?
Harry los miró antes de sonreír de forma traviesa e intercambió una mirada llena de diversión con Ginny que tenía una gran sonrisa burlona.
- Bueno, yo estaba convencido de que era eso, pero la señora Pomfrey no, y me hizo un reconocimiento a fondo. Lo que descubrió no tenia nada que ver con lo que yo me había supuesto.- Explicó- Y también hizo que la señora Pomfrey me prohibiera jugar al quidditch o incluso montar en escoba.
Aquí miró a sus dos amigos que tenían expresiones de completo susto, antes que Hermione no pudiera soportarlo más y saltara.
- Harry, ¿Qué es lo que te ocurre? ¿Estás enfermo?
- No, 'Mione, no lo estoy. Lo que me pasa, y no preguntéis como porque no lo sé, es que estoy embarazado.
Los dos adolescentes miraron a su amigo durante dos segundos antes de que ambos exclamaran a la vez.
- ¿¡QUÉ?
- ¿¡ESTÁS DE BROMA, VERDAD?
Ante esta reacción Harry sonrió y negó con la cabeza. Aquella había sido su reacción cuando la señora Pomfrey le dio la noticia que cambió su vida.
- No, no es una broma.- Rió.- Estoy realmente embarazado… de cinco meses y medio, además.
- ¡Pero tú o eres homosexual! ¿O sí?- dijo Ron en shock
- No, Ron, no lo soy.- Dijo el moreno y añadió en un murmullo.- ¿Por qué todos me preguntan eso?
- Pero entonces… ¿Cómo acabaste en la cama con un hombre?- Preguntó a su vez Hermione.
- ¡Hermione! ¡No he tenido sexo con nadie!- Exclamó ruborizado.
- ¿Y entonces?- Preguntó la muchacha siempre curiosa.- ¿Cómo…?
- Nadie lo sabe por ahora.
NA: Hola a todos! Espero que hayáis pasado unas buenas vacaciones de Navidad, y que tengáis muchas ganas de saber como sigue esta historia. Espero que os guste este capítulo, la verdad es que tenía muchas ganas de escribir cuando al fin Harry explicaba a sus amigos que era lo que le estaba pasando.
Un beso a todos, nos vemos en el próximo capítulo,
Irethy
