CAPÍTULO 8: Demasiados mimos pueden llegar a ser exasperantes
La noticia del embarazo de Harry dejó a Ron y Hermione en Shock durante varias horas, durante las cuales también se enteraron el resto de los Weasley… los cuales lo tomaron bastante mejor que el hijo menor.
Ellos se dividieron entre la incredulidad y la felicidad por su amigo, casi hermano y de hecho, el señor Weasley a poco más y rompe a llorar de alegría a la vez que exclamaba que ya comprendía porque su esposa había estado tan misteriosa últimamente.
Por desgracia, el que se conociera la noticia tuvo otra consecuencia, los cuidados. Vamos, que el muchacho se sorprendió cuando un poco antes de la cena, Ron prácticamente lo echó de la habitación y comenzó a prepararle el baúl para cuando regresaran al día siguiente a la escuela; o bien cuando durante la cena, uno de los gemelos se dedicó a no solo escogerle la comida, sino también a cortársela e incluso pinchársela con el tenedor… ¡vamos que lo único que le hacía falta era darle el mismo de comer!
Harry miró con sorpresa como se iban desarrollando las cosas mientras que la cara de la señora Weasley, el señor Weasley y los dos hijos mayores junto con Ginny miraban estas escenas con diversión. Casi se parecía que los muchachos fueran padres primerizos atendiendo a su esposa embarazada.
- ¿Qué les pasa?- Preguntó Harry cuando vio como Ron y los gemelos subían a prepararle la habitación para que se acostara.
- Pues que quieren cuidarte.- Rió Bill.- Están haciendo todo esto para que te sientas cómodo.
- ¡Pero si es justamente esto lo que me incómoda! ¿Es que acaso no habéis visto a Fred? ¡Solo le ha faltado darme el mismo de comer! ¿Y Ron? ¡Me ha preparado el baúl!
- Sí, lo hemos visto.- Rió Charlie.
- ¿Entonces?
- Resignación.- Le contestó la señora Weasley- Ellos mismos se darán cuenta de lo tontos que están actuando, pero tú tendrás que resignarte a sus cuidados excesivos hasta entonces.
Al día siguiente cuando Harry se levantó, comprobó que la tontería de sus amigos aún duraba. Aquello estaba poniéndolo realmente de los nervios, después de todo, no era ningún inválido que no podía hacer ningún tipo de esfuerzo, pero aún así miró con resignación como le hacían las cosas o lo trataban como si fuera de cristal.
- Harry, ¿Estás bien?- Preguntó Ron mirándolo con preocupación, cuando se encontraban en el coche de camino a King's Cross.- ¿Estás cómodo?
- Si, Ron… estoy perfectamente.
- ¿Seguro?
- Seguro.- Respondió el muchacho con un suspiro cansado.
Harry observó con resignación como eran los gemelos los que llevaban el baúl del moreno a pesar de que este les había asegurado que era perfectamente capaz de hacerlo levitar sin ayuda, pero nada.
- Bien… tened mucho cuidado vosotros cuatro, ¿me oís?- Dijo la señora Weasley mientras los miraba de forma cariñosa.- Sobretodo tú, ¿me oyes, Harry? Ahora te encuentras en una situación delicada y quiero que te cuides mucho. No les pido a los demás que te cuiden porque estoy segura de que lo harán sin que se lo pida.- Rió al ver la expresión de disgusto que puso Harry.- Estudiad mucho, y escribidme siempre que podáis.
- Sí, mamá.
- Sí, señora Weasley.
- ¡Ahhh! Y Harry, por favor, come cosas sanas… sigue la dieta de la señora Pomfrey de forma estricta.
- Lo haré, no se preocupe señora Weasley.
- Eso espero.
El sonido el tren que estaba a punto de salir, hizo que todos acabaran de despedirse de la mujer y el resto de Weasley, subieron al tren, y buscaron un compartimento donde ponerse cómodos durante el largo viaje.
- Otra vez volvemos…- Dijo Hermione mientras miraba por la ventana.- ¿No se os hace un poco extraño? Nuestro último año.
- Sí, la verdad es que un poco extraño sí que se me hace.- Dijo Ron mirando al moreno con ojo clínico.
- Parece que fue ayer cuando viajábamos en este mismo tren nerviosos y asustados porque comenzábamos la escuela… Y que nos conocimos…
- Nos han pasado muchas cosas.
- Y más que nos pasarán… después de todo, Harry está a punto de convertirse en papá. Aunque aún no comprendo muy bien como.- Cortó Hermione.
- Bueno, 'Mione, pues bienvenido al club. Tengo a la señora Pomfrey y a los profesores en jaque… realmente la situación fue bastante incómoda cuando se descubrió… la señora Pomfrey no hizo otra cosa que hacerme preguntas que a mí me parecían muy vergonzosas…- Contestó el moreno, y entonces miró a sus dos amigos con ojo crítico.- Ahora que lo pienso… ¿Qué demonios estáis haciendo vosotros dos aquí? ¡Ron eres prefecto! ¡Y tú 'Mione, la Premio Anual! ¡Tendríais que estar en la reunión de prefectos!
- Es que…- Comenzó el pelirrojo.
- No queremos dejarte solo, Harry.- Contestó la muchacha.
- ¡Por Merlín! ¡No me va a pasar nada porque os marchéis durante un par de horas! Además, ni tan siquiera tendré que preocuparme por Malfoy porque estará con vosotros.
- Pero…
- ¡Id!
Después de una mirada preocupada por parte de los muchachos, dejaron al moreno solo con sus pensamientos, y con el bendito silencio. ¿Quién le iba a llegar a decir que tuviera serias ganas de cometer asesinato? Y aún más, ¿quién le iba a decir que fuera a alguno de sus amigos?
La puerta del compartimento volvió a abrirse y el muchacho se encontró listo para lanzarles cuatro gritos a los otros dos, cuando vio que quien se encontraba en la entrada eran Ginny, Neville y Luna.
- ¡Eh! Hola… ¿Qué estáis haciendo aquí?
- Ron y Hermione.- Dijo Ginny por toda respuesta.
- ¿No me digas que te han pedido que vengas a hacerme compañía?- Preguntó con un suspiro.
- Eso mismo.- Respondió la pelirroja.
Tras saludar a Neville y a Luna correctamente, el muchacho optó por explicarles que era lo que estaba sucediendo, ya que ambos estaban mirándolo como intentando averiguar que era lo que le sucedía al muchacho en esa ocasión.
Cuando acabó de explicarles cual era el "problema" de ese año, los dos lo miraron con incredulidad antes de que Neville exclamara.
- ¡Jo, Harry, no sabía que fueras homosexual!
Ante esto el muchacho cerró los ojos y comenzó a darse suaves cabezazos contra la pared del compartimento mientras Ginny reía suavemente.
- ¿Por qué todo el mundo me pregunta eso antes que nada?
- Bueno, tienes que reconocer que el que tú seas homosexual es una explicación mucho más razonable que la verdad ¿no? El que te quedaras embarazado sin ningún motivo es mucho más raro.- Dijo Ginny risueña.
- ¿Eso quiere decir que no lo eres?- Preguntó Neville con timidez.
- No, Neville… no lo soy.
Después de eso, el resto del viaje fue muy agradable, sin que Neville o Luna se volvieran sobre protectores con él, algo que sin duda el muchacho agradeció y cuando les explicó el comportamiento de Ron, Hermione y los gemelos, los dos acabaron riéndose.
- Lo siento, Harry, pero no puedo evitarlo… Solo de imaginármelo… es muy gracioso.- Rió Neville.
- Pues deberías haberlo visto tú mismo.- Dijo Ginny riendo.- Fred le cortaba la comida y se la pinchaba… su cara era realmente un poema.
- Sí, sí… muy gracioso.- Gruñó Harry.- Muy divertido… pero lo que es a mí me está sacando de quicio.
- Bueno, supongo que tienes razón.- Dijo Luna con una sonrisa.- A mí, al menos, me pondría de los nervios. Ese comportamiento es normal en Ron, pero ¿Hermione? ¡Vamos! Ella tendría que saber que no estás enfermo o inválido… sí que es cierto que tienes que tener un poco más de cuidado, pero ya está.
- Daría lo que fuera porque pensaran como tú.- Suspiró Harry.- pero tal y como me dijo la señora Weasley no me queda más remedio que resignarme… al menos hasta que se den cuenta de lo tontos que están siendo. Solo espero que se les pase antes de llegar a la escuela… ¡me moriría de la vergüenza!
- Pues no parece que se les vaya a pasar la tontería pronto.- Comentó Ginny.- La tontería les ha pegado fuerte.
- Lo sé…
La puerta del compartimento se volvió a abrir dando paso a Ron y Hermione, que miraron ansiosos hasta que alcanzaron a ver a su amigo. Lo que provocó el suspiro del muchacho en cuestión y las risitas divertidas de los otros tres.
- Hola, ya hemos vuelto.- Dijo Hermione mientras cerraba la puerta del compartimento.
- ¿Qué tal la reunión?- Preguntó Ginny.
- Ah, muy bien.- Dijo la muchacha.- Mucho mejor que la de años anteriores.
- ¿Quién es el otro Premio Anual?- Cuestionó Harry.
- Ernie Macmillan.- Respondió la muchacha.- Una buena elección, si quieres mi opinión.
- La verdad, yo tenía un poco de miedo de que pusieran a Malfoy…- Murmuró Neville.
- ¡Pues no!- Rió Ron.- ¡Si hubierais visto su cara cuando vio la insignia de Premio Anual en la túnica de Hermione! Solo por eso, ha merecido la pena asistir.
Los otros dos gryffindors se sentaron lo más cerca posible de Harry y lo miraron de forma interrogante, como dispuestos a volver a preguntarle (por millonésima vez) si se encontraba bien o si estaba cómodo…. Por suerte, debieron darse cuenta de que estaban exagerando porque se callaron y comenzaron a hablar con los demás ocupantes del compartimento, que los miraban divertidos.
Al menos durante unas cuantas horas, el viaje a la escuela fue tranquilo para las seis personas del compartimento, Ron y Neville se pusieron a jugar al ajedrez, Hermione y Luna a leer y Ginny y Harry hablaban tranquilos sobre el embarazo y el futuro bebé.
Bueno, fue tranquilo hasta que llegó la hora de comer y llegó el carrito de la comida. En aquellos momentos, cuando Harry fue a comprar algo que comer, Ron lo paró.
- No, Harry, debes comer cosas sanas… los dulces en estos momentos, no es lo mejor para ti. Espera, estoy seguro que preparé algo para ti en casa.
Aquello hizo que el muchacho se enfadara mucho. Durante todo el día, así como la noche anterior había tenido mucha paciencia… tanta como se podía tener en esa situación…
- ¡Quieres parar de una vez, Ron!- Exclamó con enfado.- ¡Lo he soportado tanto como he sido capaz, pero es que ya no puedo más! ¡No soy un inválido! ¡He tenido cuidado de mí durante cinco meses! ¡Deja de comportarte como un imbécil de una buena vez o acabaré lanzándote una buena maldición!
NA: Ei! Que tal? Os ha gustado? jejeje… yo me he divertido mucho escribiendo este capítulo jajaja. Pobre Harry, ya ha tenido paciencia… yo con el pronto que tengo, seguramente hubiera saltado en el mismo momento en el que los Weasley y Hermione comenzaron a comportarse de esa forma. Pero bien.
Nos vemos en el próximo cápitulo, un beso para todos,
Irethy.
