Disclamer: Ni Beyblade ni Legend of Dragoon me pertenecen, sino a Takao Aoki y a Sony Computer Entertainment Inc., respetivamente. Yo sólo hago este fic con motivos de ocio y entretenimiento, sin finalidad de lucro.


Capitulo Uno: Entre discusiones, adivinaciones y confesiones.

–Recuerdo que Rowena Hiwatari nos había mencionado que desde que profetizó la llegada de los Guardianes cuando era joven. En estas memorias habían pasado ocho largos años, desde entonces. –Musitó la wingly. –Todo comenzó en aquel lugar…

Se observaba en el pensadero las cercanías de un gran lago rodeado por montañas y un bosque oscuro. Era medio día, cuando dos de ellos se acercaban al cuerpo de agua. Discutían. Uno de ellos era un hombre alto de tez trigueña, cabello negro y ojos verdes, rozando los veintiocho años. Su acompañante era una mujer de estatura media, de su misma edad, de piel blanca, con una cabellera azur platina, lisa y tan larga, que llegaba a su cintura. Sus ojos eran de un color escarlata. Ambos vestían túnicas, él una roja con adornos dorados. Ella lucía una de matiz marino con tonalidades claras, con una cuerda de un tono bronce atada al cinto:

–La guerra está a punto de desatarse en nuestro mundo. Los humanos tratan de liberarse de los Winglies, pero todavía no hay esperanza de que ganemos. –Dijo el hombre.

– ¡No puedo creer que pierdas la fe! ¡Yo pensé que el valor era una de tus virtudes, pero veo que te estás acobardando al no ver solución! –Le expresó fríamente la mujer

– ¡Vamos Rowena! Yo sólo veo como la gente se reúne, tanto los muggles como nosotros los estamos unidos es este problema. Según tú, has visto en tus artes adivinatorias la luz que ilumine nuestro sendero.

–No sólo eso Godric. –Comentó en tono lúgubre, sin mirar al hombre. –Tendremos de nuestro lado a los siete Dragoons y a los elfos. Además otros entes de la naturaleza nos apoyarán, pero ese es nuestro trabajo, encontrarlas. Y no sólo eso, sino a sus protegidos.

– ¿Crees que podamos encontrarlos? –Preguntó con cierta incredulidad – ¿Acaso tienes idea de dónde podemos empezar?

– ¡Claro que la tengo! –Contestó de una manera poco amable

–Rowena, entonces ¿Sabes cómo…?

–He descifrado la manera de que estos espíritus se mantengan en pequeños objetos –Lo interrumpió. –Esa fue la razón por la que les pedí una gema a todos.

–Por cierto, sobre los elegidos. Me habías comentado que aún no era el tiempo de enviarlos a la búsqueda de los entes.

–Son demasiado pequeños. Sin embargo confío demostrarán gran aptitud mágica cuando sean jóvenes. Te sorprenderá saber que ellos llegarán a culminar esta terrible guerra.

– ¿Adolescentes? –Comenta sorprendido, mientras ella asiente con la cabeza. –Vamos, no te creo. –Mirándola con el entrecejo fruncido. –Además, ¿crees que ellos podrán congeniar, una vez que los juntemos?

–Bueno, al principio ellos no se llevarán bien. –Dijo con una sonrisa en su cara. –Pero, con el tiempo y la experiencia que adquieran, los harán amigos poco a poco. No te preocupes, –expresó, al ver que Godric iba a comentar, –de hecho, creo que tendrán algo en común.

–Comprendo y estoy de acuerdo. Pero ¿Cómo empezaremos nuestro plan? ¿No te afectará nada a tu posición en la sociedad wingly? –Le preguntó un poco preocupado. –Yo que recuerde eres hija de Helios.

–No me recuerdes mi origen. –Dijo con aire de ofendida, y por primera vez, mira a Godric. –No me importa en lo absoluto. No puedo soportar ver a los humanos sufrir de esa manera.

Detuvo la charla al ver en la lejanía dos siluetas que se aproximaban a ellos. Godric se preparaba a sacar su varita. Sin embargo, reconocieron quienes eran. Una de ellas era una mujer de estatura baja, aproximadamente de 26 años, de pelo rubio, ojos azules. Iba vestida con una túnica negra con acabados amarillos. A su lado un hombre de la misma edad de Godric, de piel cetrina, con cabello de un negro intenso amarrado en una coleta. Sus ojos eran marrones. Él vestía un manto de tonalidad verde oscuro, con algunos tocados de plata

– ¡Hola! Perdón por interrumpir su plática. –Expresó la mujer, con una risita en su rostro. –Bueno, debemos retomar nuestros planes ¿Cierto Salazar? –Él mueve su cabeza en señal de afirmación. –También pido disculpas por llegar tarde, pero nosotros dos estábamos conversando sobre ciertos asuntos si importancia.

Salazar ve a Helga con cara de pocos amigos, recordando su plática que Habían tenido hace una hora:

–No sé porque tenemos que actuar de esta manera ¡salvar a los muggles y sangressucias! –Dijo enfadado, – para mí sería suficiente que los magos nos rebelemos contra los winglies.

–Sabes que necesitamos toda la ayuda posible, solos no podríamos detener esta guerra. –Helga expresó con un tono serio – Además, nuestra raza habría sido eliminada por completo si no existieran los muggles. Conoces bien que los alados nos temen por la profecía de Rowena. En segunda, se dice que podemos usar los espíritus tanto del Dragoon como las bestias sagradas. Sabes, me gustaría que trataras a esa gente con más respeto, sin importar su origen, Salazar.

–Eres guardiana de todos ellos. No puedo evitar que nuestras ideas no coincidan, Helga. Mi familia ha sido una gran cadena de magos, por eso le tomamos demasiado importancia a los sangre limpia, y en pequeña proporción a los mestizos, como….

–¿Cómo…yo? Anda dilo, ¿Respetas más a Rowena por ser una alada? ¿Y a Godric sólo porque ser descendiente de magos?

– Hum…No era mi intención. Pero pasemos a otro tema, antes que terminemos peleados. Godric me dijo que trajera una piedra de jade, petición de Rowena. A propósito ¿Qué tipo de joya te pidió que llevaras? Seguro será un…

–Es un zafiro, no un topacio como crees. Lo interrumpió y se rió. –Me pregunto porque… Seguro que a Godric le ordenó que obtuviera un rubí.

–Te equivocas, le solicitó una esmeralda. Ahora que recuerdo, ella trae consigo un rubí, un diamante y una obsidiana. Quien sabe para que rayos las querrá. No sé que trama, arriesgarse tanto por alcanzar el fin del conflicto, pero creo que ella será la única en que los winglies tendrían parcialidad, si logran atraparnos. –Piensa en sus facciones, se sonroja un poco. – A pesar de ser una Wingly, debo admitir lo bella e inteligente que es.

–Ja, ja, ja. –Hablo riéndose, al tal grado que saca a Salazar de sus pensamientos. –Después de Yoshie, que Soa la tenga en su gloria, no pensé que algún día mencionaras algo bueno de una persona. Godric me decía que eras terco sobre la personalidad de un individuo, especialmente de una mujer seria, con sus sentimientos ocultos. Tú, el señor que-no-soporta-a-la-gente-seria, te has enamorado de Rowena, aunque debo decirte que es algo tarde, ella es esposa de Charlie, un brujo excepcionalmente bueno en las ciencias mágicas.

– ¡Oh por favor! – Habló en un tono nervioso – Yo, hum…no creo…hum…sabes… – Se detiene y ve detenidamente a Helga con cara de pocos amigos, – ¿No crees que ya es suficiente? y deja de molestarme…

– ¡Ja! ¡Sonaste igual que ella cuando se enoja! –Comenzó a carcajear. –Está bien me tranquilizo. –Menciona esto al ver la cara de enfado de Salazar. –Lo siento, pero es verdad. Algunos la consideraban amargada, debido a que no habla mucho y se enfoca a sus libros. Pero en el fondo es dulce, leal y comprensiva. Tal vez su misterio te atrajo.

– Ya, de una vez. – Gritó con un tono enojado – Se nos hace tarde. Mira ya llegaron, por favor, no menciones nada al respecto de nuestra plática. –Dijo en un susurro. –Por piedad.

–Está bien. Sabes que cuando yo prometo algo, lo cumplo. Puedes estar tranquilo, pero te aseguro que ella percibirá tus sentimientos si no sabes ocultarlos bien, ella posee una intuición sorprendente.


Lechucería Hiwatari

Ya he modificado el segundo capítulo de la historia, quitando los molestos anuncios de Flashback. Si hay algo que no puedan entender, crítica o felicitación, un review no estaría de mal.

Dedicado este fic a mi hermana genética, Luvia Kon. A mi sis Physis, quien me sacó del error en este fic y me motivó al escribirlo. Y a mis amigos de la carrera y de la prepa, a quienes los traumé con esta historia.