Capitulo Cuatro: Un huracán entre la Tormenta
Ahora veremos la vida del astuto Kinomiya, vivía en un pantano, lejos de la intromisión de los winglies y de los muggles, Magrad, Serdio. El vivía solo con sus hijos, desde que su mujer había muerto hace tres años por una terrible enfermedad. Su nombre era Nancy, provenía de una larga cadena sanguínea de hechiceros, su pelo era azul claro en su totalidad, ojos grises, inclusive se podría decir que tenía la misma fisonomía de los alados.
El primogénito de la familia, Hitoshi, tenía 20 años, había heredado el color del cabello de su madre, a excepción que era un poco más claro, sus ojos marrones, por parte de su padre, tenía grandes aptitudes en la magia, y como se había dicho antes, adquirió cualidades mismas de su progenitor. Por otra parte, Takao, de 14 años, como se mencionó, un desastre en hechizos, pociones, etc. El era un chico con un pelo de color azul intenso oscuro, sus ojos por su parte, eran marrones, en su estatura algo baja.
Ambos, recibían clases particulares de magia, en especial, enfocándose a las artes oscuras. Sus maestros se complacían sobre la inteligencia del hijo mayor de Kinomiya, pero se decepcionaban por el rendimiento del segundo. Aunque su padre solía decir de lo orgulloso que estaba de Hitoshi, a Takao no le afectaba en absoluto. Es más, él poseía amigos que lo apreciaban, aunque si le hubiera dicho a su papá de quien se trataban, le habría prohibido juntarse con ellos.
Como deben de imaginar, dos eran muggles y uno era un sangre sucia. Los primeros se llamaban Hiromi, (una chica de pelo y ojos castaños, con la cual el chico tenía discusiones, pero de todos modos siempre lo apoyaba), Daichi, (un pequeño de 12 años, pelirrojo, de ojos verdes, igual en carácter que el mismo Takao) y Kouiji, quien era un gran mago, tanto en las armas como en los hechizos, y le enseñaba al joven Takao a diseñar nuevas ofensivas de ataque. Con ellos compartía los momentos, tanto los alegres, como los tristes, ya que en su familia no encontraba este respaldo.
Cierto día, cuando su padre se había ido a la comunidad mágica, los dos jóvenes se quedaron solos en su hogar. Aquel día estaba nublado, el joven Takao había salido al patio a entrenar con la katana, mientras Hitoshi, se hallaba adentro. Había llegado una carta hacía unas horas, meditaba acerca de su contenido…
FB:
– ¿Quién te ha enviado la carta? – el joven lustraba una casaca roja, pantalones blancos,botinesnegros. Preguntó a su progenitor, viendo que tenía en su hombro una lechuza blanca y un sobre en su mano.
–De la hechicera Hiwatari –le respondió, quien ese día llevaba un abrigo negro, debajo una capa de tonalidad verde caqui, calzado oscuro–al parecer querrá saber si ya encontré al guardián del Dragón, pero…
–…has buscado por todos lados, pero sin resultado alguno. –complementó.
–En fin, le contestaré lo de siempre. –la abre y comienza a leer en voz alta:
Estimado Salazar:
De antemano te saludo a ti y a tu familia. Sé que Hitoshi no está conforme de que realices la búsqueda del predestinado, ya no debe preocuparse más, el día que recibas la presente, más bien en la tarde, el chico aparecerá. Te he de informarte que el tigre ya seleccionó al suyo, Godric se sorprendió por saber quien era, sin embargo confía mucho en él.
La tormenta es una buena señal, deja el talismán en tu casa. El muchacho aparecerá, no lo reprimas, alégrate, porque el guardián es de Dragoon es de Sangre Pura. Nos veremos dentro de 5 meses, siendo la última vez que nos reunamos, pero la primera de los jóvenes.
Rowena Hiwatari
–La tormenta es una buena señal¿Qué querrá decir con eso?
– No lo sé, Rowena siempre con sus acertijos. Bueno, al menos Godric ya terminó con esto, aunque no mencionó nada acerca de su identidad del chico.
– Entonces ¿dejarás el medallón aquí?
– Sólo por si acaso, además confío en ti, sabrás cuidarlo bien. Debo irme, algunos magos me esperan. Necesito conocer que movimientos han hecho, además, algunos provienen de Gloriano…
Fin FB
Para el joven, fiarse de la mujer, no podía como su padre. Sus orígenes lo han hecho dudar si ella desea ayudarlos, o de lo contrario, extinguir la especie humana. Jamás la había conocido en persona, ni siquiera en un retrato. Se acercó al portón que daba al jardín. Tal vez fuera una simple coincidencia, pero las nubes anunciaban que se aproximaba una gran tormenta. Salió al patio en busca de su hermano. Vestía el típico traje que utiliza en el doyo de su abuelo. Aún estaba entrenando (N. A. Vaya eso no es de él, tal vez está enfermo).
–Takao, será mejor que entres a la casa, en unos momentos empezará a llover.
–Está bien. –miró hacia el cielo. –que extraño, esta mañana estaba soleado y de repente se nubló
–Creo que podría ser una señal, que algo extraordinario va a suceder…
Para su desgracia, les cayó un aguacero. Rápidamente, se fueron a refugiar a su casa. Cerraron la puerta, puesto que el viento soplaba con tal intensidad, lo cual había causado que las antorchas que se hallaban en ese pasillo, se apagaron. Ambos sacaron su varita.
– ¡Lumus! –mencionó Hitoshi, mientras que la punta de la vara desprendía una luz blanca. –Haz lo mismo, a menos que quieras caminar a oscuras.
–Está bien. –empiezan a recorrer el pasillo
–Pronto llegará nuestro padre. A propósito hoy recibió una carta de Hiwatari.
–Eso no es novedad, cada semestre le manda una diciéndole que si ha encontrado al "elegido", pero le responde lo mismo, "no aún no". Claro si sólo se dedica a buscar entre los magos de estirpe pura, debería también buscar entre los muggles, mestizos e impuros.
– ¿Crees que de esa clase de gente alguien podrá manejar a Dragoon?
– ¿Dragoon?
–Me parece que así se llama. En la carta, comentaba que hoy seleccionará a alguien. El tigre ya lo ha hecho. Me preguntó quien será.
Sin previo aviso, se escuchó un ruido, cosa que los asustó. Al parecer, alguien o algo había forzado la puerta que habían cerrado anteriormente. Se movieron hacía el lugar. En efecto, el portón yacía abierto.
– ¿Qué crees que lo haya hecho?
– No tengo la menor idea Takao. –en ese momento reaccionó. –Rápido, vamos a la sala… el talismán…
Se trasladaron hacia dicho lugar, sin embargo, no mostraba cambio alguno, ningún rasgo que mencionara. Entraron a la habitación, la cual era de un verde oscuro. La única luz, la cual daba el tono verdoso, provenía de la chimenea. Arriba de ella se encontraba un retrato de la difunta Nancy, engalanada con un vestido verde oscuro, donde se podría apreciar su belleza que tuvo en vida. Debajo de éste, un cojín negro donde estaba el amuleto. Se encontraban enfrente, dos sillones y un sofá azabaches. En la esquina, unas espadas, tanto de acero como de madera (Katana). El mayor obstaculizó la entrada, mientras el menor iba por otro florete.
–Toma –le dijo a su hermano, mostrándole un ejemplar de acero, con el mango color azul-jade. –supongo que si alguien desea ingresar aquí, luchará contra nosotros. (N. A. Oh, piensa, entonces si está grave)
–Nadie podrá romper esta barrera, a menos que sea un hechicero muy poderoso.
Esperaron sigilosamente. El intruso debería revisar esta habitación, tarde o temprano. Se oía claramente la tormenta que sucedía en el exterior, cada vez, más fuerte. Relámpagos, truenos y el viento que soplaba con tanta rabia. Sin darse cuenta, la luz de la chimenea se apagó. De este lugar surgió una especie de tornado azul. El dije fue absorbido por éste, mientras ellos fueron alejados hasta la pared contraria a éste.
– ¡NO! –gritó Hitoshi, trato de moverse, pero una fuerza misteriosa se lo impedía. –Rayos, no puedo levantarme.
– ¿QUÉ DICES? –pero Takao se dio cuenta que el no había sido paralizado
–Ve por el talismán…
–Pero…
–No te preocupes por mí, haz lo que te ordeno. Si cae en malas manos, sería el fin de la rebelión…
–Pero…
–Solo hazlo…
Takao se dirigió al torbellino con cierta dificultad. Lo envolvió. Entre todo ese viento arremolinado halló al dije, o tal vez, el amuleto lo halló a él. En ese preciso instante, comenzó a brillar. Escuchó una voz:
–"La magia del viento y del oeste te resguardarán, Takao Kinomiya, a pesar que estoy en otro país, el tiempo de encontrarnos se acerca, buscadme en la Montaña del Dragón Mortal, tierra de mis ancestros. Serás ayudado tanto por el Hechicero, como su elegido, quién te auxiliará en como utilizar las energías del aire"
Cuando acabó de extinguirse el huracán, el joven todavía estaba sorprendido por lo que había pasado. La habitación estaba inmaculada, como si nada hubiera sucedido, incluso las llamas de la chimenea brillaban a todo su esplendor. En el chico, el amuleto se hallaba en su cuello.
–Vaya, cuando nuestro padre se entere de esto... –por fin habló Hitoshi.
–Eh… yo… -aún estaba perdido en sus pensamientos.
–Bueno, él jamás buscó en nosotros, eso sí que es una sorpresa, el elegido enfrente de sus narices…
–Sin embargo¿dónde queda la montaña que mencionó la voz? –todavía no se creía lo ocurrido, pero recordaba parte de lo que mencionó aquel ente.
–En Mille Sesseau, al norte del "Bosque que siempre está verde", aunque colinda también con la Tierra Prohibida, La Capital Kaadessa…
– ¿No es el centro de gobierno de los winglies?
–Así es. Vaya lugar que eligió Dragoon. En fin, lo que queda de tiempo tendrás que entrenarlo en magia y defensa…
– ¿QUÉ?
–Eres bueno en el ataque, paro muy malo para la defensa, los hechizos, tu exceso de confianza lo complica, debemos trabajar en ello.
–No es justo¿no podremos esperar hasta pasado mañana?
–Está bien. Por lo menos me alegro que seas tú el elegido…
– ¿Qué dijiste?
–Nada. Sólo debemos esperar a nuestro padre.
La tormenta había acabado. Hacía un poco de frío, aún no atardecía. Se dirigieron al recibidor, donde aguardarían la llegada de Salazar, imagínense la cara de sorpresa que pondrá cuando se entere que Takao fue el seleccionado, cuando pudo haber sido Hitoshi.
Lechucería Hiwatari
Opinen sobre la trama de la historia, quisiera saber si tengo más de 4 lectores. Por lo menos, si no esta interesante, hagánlo saber. Corre un rumor de que no podemos contestar Reviews en el fic, aasí que lo haré por medio de Correo electrónico.
