Capítulo Siete: El Dragón del Jade Blanco

Ya había amanecido. Los tres jóvenes estaban sentados sobre Coloon. Alan, aún con su capa tono olivo, lucía una casaca verde, guantes de cuero café oscuro, pantalones beige, botas negras, recubierto con una armadura ligera de color plata, revisaba un mapa de Endiness, mientras sus hermanos observaban la agilidad de su "trasporte" en ir entre las nubes.

–Serdio está al este del continente, después les siguen territorios inexplorados por la raza winglie. Coloon¿Cuánto tiempo crees que nos tome ir hasta Rivellwood?

–No puedo dejarlos directamente en ese lugar, debido a las reglas que manejan los elfos, la entrada de seres diferentes a su raza es muy restringida. El lugar más cercano es un pueblo llamado Bale. A pie, llegaran en dos semanas al bosque de la gente hermosa…

–Un mes tardaremos en ir por el pedido, más el tiempo que llevaremos en ir a Bale.

–Aproximadamente dos días, la distancia es considerable entre La Frontera de la Muerte y Serdio.

–Tenemos reservas para un mes –mencionó Iris, quien lustraba la capa marina todavía, pero se notaba que traía ropa humana, una falda verde degradándose en las puntas, una blusa blanca con los puños azules, sandalias negras, su cabello recogido en una coleta. –cuando se acaben, tendremos que cazar y recolectar.

– ¿creen que lleguemos a tiempo con los otros? –cuestionó con indiferencia Kai, también traía el manto, (color gris oscuro), su vestimenta era un conjunto todo en negro, una playera sin mangas, pantalón, botines y guantes, con algunos destellos de plata.

–Si creo que sí. Veo que no te agrada la idea de tener nuevos compañeros¿eh? –le contestó su hermano, al escuchar su tono de voz.

–En eso estamos de acuerdo, Al.

Al atardecer, Coloon los llevó a una playa. Ésta era muy diferente a las de Tiberoa, más bien pertenecía a Mille Sesseau, la habían localizado en el mapa, era la Bahía Ilisa. Muy hermosa por cierto, aunque no encontraron ningún alma a la vista. La manta raya se sumergió en el mar, mientras tanto, los jóvenes acampaban.

–Aquí está la leña¿ahora quién de los dos la enciende? –les mencionó Alan

–Espera Kai, no uses la varita ¿Por qué no empiezas a practicar? Tú eres el poseedor del fuego.

–Está bien. Apártense. –tocó la madera y se concentró. Sin darse cuenta, un resplandor rojo lo rodeo. La leña ardió. Él les esbozó una leve sonrisa, aunque se sentía un poco mareado.

– ¿Te sientes bien? –su hermana lo sujetó por la cintura, mientras que puso uno de los brazos del chico en su hombro.

–No es nada.

–No te creo. –lo recostó en la arena, ella se sentó a su lado.

–Fue un simple mareo, ya, -le dijo en tono molesto, se sentó.

–Entonces el cuerpo debe acostumbrarse a invocar la magia de los entes. –meditó Alan.

– ¿Ocuparemos gran cantidad de energía cuando invoquemos a los seres sacros?

–No, lo dudo, Iris. He leído información sobre esto. Las personas que controlan a los Entes sagrados, reciben cantidades de magia en su organismo, para crearse un vínculo entre guardián-espíritu. Somos el "médium" para manifestar sus poderes, ya que ellos solos no pueden Kai pudo hacerlo bien, pero con la esencia. La verdadera prueba será cuando las tengamos.

– ¿Ya te sientes mejor?

–No te preocupes por mí Iris, estoy bien. –Le mencionó al ver en su rostro ansiedad. –El mareo ya se me pasó. –se reincorporó. -¿a propósito, para que querían el fuego?

– En primera, para emitir luz, en segunda, pondremos a cocer estas verduras. Iré por algo de agua, hay un riachuelo cerca de aquí.

Terminaron de cenar la "sopa" que Iris hizo, acompañado de carne seca. Tomaron el agua de sus cantimploras, llenándolas nuevamente en el cuerpo de agua dulce. Se dedicaron a descansar, Iris Realizaría la primera guardia. Al principio, sus hermanos no querían que ella realizara el resguardo, pero ella les comentó que no era una niñita para que la tratasen así. Sacó de su bolsillo una especie de reloj plateado (N. A. Invento winglie, ellos estaban avanzados en su tecnología), era la media noche. Levantó a Alan.

–Es tu turno, hermano.

–Pensé que no aguantarías las tres horas completas, pero me equivoqué.

–Quiero decirte una cosa, no por el hecho de ser una chica quiero que me traten de manera especial, por así decirlo, quiero ser su igual. Desprecio eso de los hombres.

–Es la primera vez que expresas lo que sientes Iris. De acuerdo, se lo comentaré a Kai cuando le toque cuidarnos, por mi parte, así te trataré.

Ella se durmió. Aproximadamente a las 3 de la mañana, despertó a su hermano menor. Le contó sobre lo que sentía su hermana, a lo que el bicolor le contestó:

–Ella no desea que la sobreprotejamos, ni la hagamos menos que nosotros. Lo segundo jamás lo he hecho, pero creo que se me dificultará lo primero.

–Sé que quieres que nadie la lastime, sin embargo, no podemos tenerla encerrada en una jaula de cristal.

–Lo intentaré, pero quien se atreva a provocarle algún daño…

–Oye¿acaso el papel de hermano celoso no lo lleva el mayor? –le preguntó con cierto tono burlón.

–Yo… yo no… Hum…–empezó a ponerse nervioso.

–No controles su vida, déjala ser libre. Nos veremos al amanecer.

Estaba el crepúsculo. El joven levantó a sus hermanos. Coloon los esperaba en la orilla. Rápidamente, subieron. En unas cuantas horas más, dejaron de ver el mar y sentir el aire cargado de sal. Comenzaba a vislumbrarse las colinas, valles, montañas. Entre ellas, había un pequeño poblado, ese era Bale.

–El clima de Serdio es un poco frío. –comentó la chica, al bajar de Coloon, junto a los chicos.

–Bueno aquí los dejo, cuando regresen, solamente llámenme con la flauta. –despegó y se perdió entre las montañas.

–Seguiremos este sendero, el cual lleva al bosque élfico. No entraremos por el momento al pueblo, menos con ustedes en ese estado.

– ¡Oye! –reclamaron los gemelos al unísono.

–No lo dije con el afán de ofender, simplemente, porque ustedes tienen más rasgos winglies que yo. El pelo y los ojos los delatan.

–Eso no es problema, podemos cambiar nuestra apariencia. Pero en algo tienes razón, primero con los elfos, después pasaremos al pueblo si es que necesitamos algo.

Deambularon por ese camino. A la semana ya se encontraba en el bosque. Era frondoso, agradable a la vista, de pronto oyeron ruidos. Provenían de un lugar cercano, los tres fueron a ver de qué se trataba. No tuvieron que caminar tanto, una gran figura de un dragón blanco, con tonalidades verdosas se vislumbraba. Parecía que atacaba algo. Escucharon los gritos de una chica. Se acercaron aún más.

La encontraron, era una joven de tez blanca de aproximadamente 16 años, vestida con un blusón albo, con los bordes verde oscuro, adornado de dorado, una falda larga con el mismo diseño de la prenda anterior, acompañado por unas sandalias color crema. En su frente tenía una banda de tonalidad verdosa, su cabellera negra, amarrada en una coleta, sus ojos eran tonalidad canela. Tenía un desgarrón en su abdomen. Trataba de huir, como pudieron apreciar los chicos, había utilizado todas sus flechas, su báculo yacía unos metros de ahí.

Un canto sonó de un árbol, un ave del tamaño de un cisne con plumas color jade, penacho amarillo, pecho rojo, y una extensa cola dorada clara, se lanzó contra la bestia. Era muy ágil, así que al dragón le costó demasiado golpearlo. Aprovecharon ese momento, corrieron hacia la chica.

– ¿Está bien?

–Argh… creo que no, váyanse, es peligroso, Raichel se ha vuelto loca. –los observó bien, pero más a los gemelos, con lo que exclamó – ¿un humano y dos winglies juntos?

– ¿Conoces a ese dragón? –cuestionó Iris

–No hay tiempo, huyamos antes de que se dé cuenta.

Sin embargo, la bestia sintió la presencia de los extraños. Iris y Alan prepararon sus lanzas. (N. A. son unas de las armas que llevaron).

–Kai, coge a la chica y vete de aquí. –Le gritó su hermano.

– ¿Qué¿Qué intentan hacer?

–No te preocupes por nosotros, ponla en un lugar seguro. –le expresó su hermana. –nos enfrentaremos a él.

–Están locos. –desvió su mirada a la joven, quien se oprimía el abdomen.

–Gracias por su ayuda… pero no… quiero involucrarlos… en mi… problema.

–No tienes opción. –le expresó el bicolor. - ¡Vámonos! –la sujetó como Iris lo hizo en la playa.

–Espera… ellos… – El joven bicolor no tuvo más remedio que cargarla entre sus brazos, aunque ella pusiera cierta resistencia.

Mientras tanto, sus hermanos realizaban todo lo posible por atacar el dragón. Les costaba demasiado, sabían que la piel de estos seres es muy difícil de penetrar. De pronto Iris tuvo una idea.

–Será algo arriesgado, pero, utilicemos la magia de los dijes…

– ¿Qué?

– Es nuestra única salida, Al. –Preparó su arco y flecha, al mismo tiempo que ella irradiaba luz. Esta energía se concentró en la saeta. La disparo. Hizo efecto, traspasó la piel del dragón, haciéndole gran daño, sin embargo, Iris estaba perdiendo el conocimiento.

–Ella será un blanco fácil. –Kai no soportó más por el movimiento de la chica y la puso de pie, aún sosteniéndola, notó que de la nada, un círculo de luz se dibujaba en el piso. Se sorprendió más al ver que la joven desconocida comenzaba a brillar. –Necesita restablecer su magia… -Iris recobró el conocimiento, un aro de luz morada la rodeaba. Ella quedó estupefacta.

Alan por su parte, realizó la misma acción que su hermana, pero la flecha se llenó de energía negativa. A él le ocurrió lo mismo. Apunto de desplomarse, el anillo púrpura lo entornó. Siguieron atacando al dragón con las lanzas.

–Debo ayudarlos –pensó Kai. Dejó a la joven cerca de un árbol. Sacó una espada, se dirigió a la bestia, atacándola.

–No… podrán… solos¡Esmeralda, utiliza tus dagas de jade! – El ave agitó sus alas, provocando un tornado lleno de plumas verdes, cayendo sobre el dragón. Logró debilitarlo, pero aun seguía vivo. La joven se incorporó. Sacó de su bolsillo una piedra brillante en forma de estrella, de color café. – ¡Aléjense de ahí! –aventó la piedra, que inmediatamente reaccionó contra el animal. Rocas de tamaño de meteoros caían sobre ella. Al fin pudieron vencerla. La joven se postró en sus cuatro extremidades.

– ¡No debiste ayudarnos, con tu estado, pudiste haber muerto! –le gritó Kai, mientras la levantaba.

–Toma –Alan saca una poción azul. –es un Brebaje Curativo.

La chica lo bebe. Inmediatamente la sustancia surte efecto. Un aura dorada la rodea. Su herida desaparece, aunque sigue un poco fatigada.

– ¿Cuál es tu nombre? –le pregunta fríamente el bicolor.

–Hellena Wood, y ustedes ¿Quiénes son?

–Mi nombre es Alan Hiwatari, y ellos son mis hermanos, Iris y Kai.

– ¿Hermanos?

–En cierto modo atinaste que ellos son winglies, aunque somos más humanos que nada. Escuche que el dragón tenía un nombre¿lo conocías?

–Si, era mío. Pero de la nada, se volvió contra mí, enloqueció.

– ¿Eres sacerdotisa? –inquirió Iris

–Sí¿por qué lo preguntas?

–Tu vestimenta te delata¿eres del sur de Serdio?

–No… yo nací en el Norte, en la villa de Seles, pero vivo en el Templo de Shirley. A propósito¿de donde vienen y que hacen en estos rumbos?

–Somos de Ululara. Venimos a ver a los elfos…

Sin esperarlo, un resplandor verde se formó detrás de ellos, justamente donde estaba el cuerpo del dragón.

–Espero que no siga vivo. –dijo con temor la chica ojirroja.

–No… el espíritu de Raichel, pero no puede ser. –se encaminó hacia el cuerpo del dragón. Una especie de joya se formó en el aire, se elevó aún más, sin pensarlo, bajó lentamente a las manos de Hellena.

–No… no puedo creerlo, yo no puedo serlo, yo ni siquiera puedo serlo. –sin embargo la joya emitió una brillantez aún mayor en sus manos. –una… una DragoonLa Dragoon del Jade Blanco…

– ¿QUÉ? –gritaron los tres al unísono, dirigiéndose hacia ella.

–Vaya ironía del destino… me encuentro unos semi-winglies… y me convierto en una soldado dragón. –soltó una risa sarcástica. –yo no deseo serlo… no soy una guerrera…

–Sin embargo, ya estaba escrito que tú seas la poseedora de este inmenso poder. –le rectificó Iris, también atónita con lo sucedido. –así que eso fue lo que le pasó a nuestro tío… solamente que con el Espíritu del Dragón de Jade

– ¿Qué piensas hacer? –le preguntó Alan.

–No me queda otro camino. Iré con las tropas a Gloriano… No... quiero pedirles,si no es mucha molestia¿podría acompañarlos en su viaje? Además yo iba en camino a ver a los elfos, también…

Alan miró a sus hermanos, a lo que respondieron "como quieras". El rubio entonces le dijo:

–Bienvenida al grupo, aunque no seremos los únicos, dentro de poco debemos reunirnos con otros…

– ¿Eh? –miró que algo colgaba del cuello de los jóvenes, sintió las esencias que despedían los amuletos, en especial la de Kai. –conozco esa presencia, es de Dranzer, ustedes son… ¿son los guardianes de los Entes Sagrados?

–Sí… ¿cómo lo sabes¿Conoces al fénix?

–Claro, eh… Kai… ¿cierto? –él movió la cabeza en señal de afirmación. –la leyenda a traspasado fronteras, muchos humanos la conocemos. A Dranzer lo vi en el volcán, es el único camino que hay del Templo a Bale, por eso reconocí la presencia.

– ¿Eres una bruja?

–Podríamos decir que sí, aunque no muy buena. Si lo fuero no hubiera necesitado su ayuda. Ah, esta es mi mascota, Esmeralda. –mencionó al ave que se había posado a su lado. –Es un quetzal. Ya esta anocheciendo, deberíamos acampar.

Encendieron una fogata. Hellena se dedico a preparar comida en señal de agradecimiento. Los otros se dedicaron a construir el campamento. Empezaron a comer.

–Ten Kai. –le mencionó la chica, entregándole un plato lleno. –veo que no tuvimos un buen comienzo. –se sentó a su lado. –creo que fui demasiado peso para ti. –lo mira, el esboza una pequeña sonrisa. Ella empieza a reír por lo bajo.

– ¿Qué te pasa?

–Pensé que nunca mostrabas otro gesto, todo el día he visto que pones una cara de seriedad¿así eres siempre?

– ¿Algún problema con eso?

– Uy… ¿piensas que puedes intimidarme?

–Hum. –y se levantó de ahí.

–Eres la primera mujer que ha podido entablar una conversación con él, además de Iris y de mi madre. –Le comentó Alan

– ¿Son hijos de Rowena Flamel? tienen un gran parecido con ella.

–Así es, pero ahora lleva el apellido Meridell en la comunidad winglie, Hiwatari entre los magos. Una pregunta¿Cómo pudiste hacer el conjuro que nos restableció la magia?

–Es sencillo, es un don natural. –ella se levantó y se retiró de ahí.

Antes de irse a dormir, a eso de las 8 Alan les comentó sobre las provisiones, como ahora tenían una nueva integrante, solamente alcanzaría para una semana. Se decidieron el turno de las guardias. Alan iría primero, después Hellena, en tercer lugar, Kai y por último Iris.

En su turno, el bicolor meditaba sobre la chica, mientras la observaba…

–Por una parte es bueno tener una Dragoon con nosotros –se dijo. –aunque le falte experiencia, pero sería bueno que se hubieran encontrado a la hechicera que nuestra madre nos mencionó –de pronto se le vino a la mente, "Hellena es una bruja" –pero y… ¿y si es ella? No, como, hasta ella admitió que es mala para la magia. –sin embargo, en sus adentros, confiaba que tal vez habría la posibilidad de que fuera ella… no fue una simple casualidad su encuentro…