AMAR ES...

Por Sumire-chan

Capitulo IX: "Los problemas"

Pilika despertó lentamente, medio sin saber dónde se encontraba hasta que finalmente el olor a medicamentos llegó hasta ella, y se encontró en una habitación de hospital, de paredes blancas. Frente a ella, estaba el cuerpo dormido de Len Tao. Al lado de su cama había una mesita de noche con unas flores que Tamao había llevado. Era el único paciente de esa habitación que contaba con una ventana-balcón hacia la calle, un guardarropa bastante amplio y un televisor que estaba, obviamente, apagado.

Miró hacia donde Tao. Habían acordado llevar su amor en secreto y descubrir en la complicidad lo que realmente sentían, si ese sentimiento era fuerte soportaría lo que fuere y día a día se sentirían más unidos; si ese sentimiento no era nada más que atracción ella se abriría. Porque ahora, ella buscaba algo más que eso, ella buscaba que la vieran como una mujer de verdad, no un objeto. ¿Sería Len Tao un hombre así?

La puerta del cuarto se abrió entonces y el médico entró con una sonrisa suave en el rostro.

- Aún no despierta - le comunicó ella.

- Es normal por el accidente. Cuando lo haga, dígale que vamos a hacerle unas encefalogramas, y que contactaré con traumatología para que vean ellos la pierna, seguramente requerirá yeso.

- ¿Un encefalograma? ¿Porqué..?

- Por seguridad, señorita, no se angustie, ya verá que pronto su novio saldrá de aquí.

Pilika se sonrojó, no se acostumbraba aún a ser eso de Len. El doctor iba saliendo cuando se volvió.

- Ah, hay una señorita que desea ver al joven Tao, ¿La hago pasar?

- ¿Una señorita? - preguntó como si arrastrara las palabras, sintió una punzada de celos que se disipó inmediatamente después de ver a una joven de cabellos verdes, obviamente teñidos, entrar en el cuarto y abalanzarse hacia ella.

Jun Tao... la hermana menor de Len.

- Oh Pilika, ¡¿Qué le sucedió a mi hermanito?!

- Calma, Jun, él está bien.

- ¡¡Pero es que es un desconsiderado!! ¡¿Porqué no me llamó?! ¡¡¿Porqué no me llamaste?!! ¡¡Oh sois tan malvados!!

- Deja de hacer escenas tontas - murmuró una voz con frialdad.

- ¡¡¡¡¡¡LEEEEEN!!!!!!

La norteña sonrió ampliamente viendo como Jun lloriqueaba sin control y Len gruñía para que se soltara de su cuello. Hermanos. Le recordaba mucho a sí misma y sintió una infinita ternura envolviendo su corazón, se recordó mentalmente darle un gran beso a su hermano nomás volver a casa.

---------..----------------..--------------...------------

Tamao entró en la casa a oscuras, Horo la seguía por atrás muy despacito. Escuchó gritos provenientes de la cocina.

- Mi hermana está trabajando...

- ¡¿A estas horas?! Ja, Ja, tu hermana es una ramera, por eso no está aquí cuidando de nosotros. Escucha, niño, es hora de que lo entiendas, ella encuentra mejor revolcarse con cualquier imbécil a estar aquí, ¿Entiendes?

La pelirosada corrió a la cocina totalmente enfurecida, no sólo iba a llevarse a sus hermanos también iba a soltarle todas sus verdades a ese patán.

- Encima de que vienes a meterte en nuestra casa te pones a hablar tonterías sobre mí, ¿Qué pretendes? ¿Porqué quieres arruinar nuestras vidas?

Ryuzuke se acercó a ella corriendo.

- Tranquila hermana, no le creo lo que dice, vamos, no discutas.

- Mejor hazle caso a ese hijo de perra porque sólo te ligarás un golpe...

- ¡¡Cállate!! ¡No te atrevas a insultar a mi madre! Vamos, Ryuzuke, vámonos de aquí, agarra a los chicos. ¿dónde está mamá?

- ¡¡Se ha ido!!

- ¡¿Qué?! - exclamó caminando apresurada al pasillo, sabiendo perfectamente que ese sujeto los seguía.

- Se fue. Dijo que no aguantaba más, que prefería morirse. ¡Tamao ella nos ha abandonado! ¿Porqué hace eso?

- Shhh - lo atrajo hacia ella, un gran gesto maternal - ella esta muy cansada, Ryuzi, ya volverá y si no... yo la encontraré, lo prometo. Ahora vamos.

- ¿A dónde carajo te crees que vas? ¡Ni creas que te dejaré... te dejaré abandonarme como esa perra!

Shuichi se acercó a Tamao y la sostuvo del brazo, ella soltó un chillido, tenía las manos sudadas, y olía horrible.

- Ahora tendrás que ocupar su cargo y serme fiel, tendrás que serme fiel - dijo obviamente mareado, ella abrió la boca tirando de su mano y él la cayó de una cachetada.

Horo Horo, totalmente fuera de sí, salió de atrás y golpeó con todas sus fuerzas al sujeto que se tambaleó y tuvo que apoyarse en una pared para no caer al suelo bruscamente. Ryuzuke, para entones, los esperaba con sus hermanas en la puerta de la casa, aprovechando el descuido de Shuichi para salir de la sala.

- Nos vamos. Y si usted pretende hacer algo le juro por Dios que ni la policía le salvará, voy a matarle - bramó Horo abrazando a Tamao por la cintura, estaba sollozando. Se sentía tan débil, tan frágil. El tipo intentó acercarse nuevamente pero Horo volvió a golpearle en la nariz, este le devolvió una patada en el estómago y estaba a punto de golpearle cuando Horo le pateó y le rompió el labio - voy a matarle... - repitió.

- Ja, Ja, ja, ¿TU? ¿Matarme? ¡¿A mí?! Ja, Ja, Ja.

- Sólo le he advertido. No vuelva a acercarse a Tamao ni a sus hermanos porque se le acabará el mundo. Nadie, escuche, nadie la hace llorar.

La tomó de la mano y salieron de la casa, en silencio, ella parecía muy conmocionada para hablar, así que se dirigieron rápidamente a donde vivía la tía de los pequeños. Después de que la señora le ofreciera a Tamao un té y ella rechazara partieron para la casa de Horo. Yami y Ryuzuke se quedarían con ellos, así lo había ofrecido Horo entendiendo que en la casa de la tía no había suficiente lugar, además su casa quedaba muy cerca de la escuela a la que concurrían. Tamao se abrazó fuerte a Horo.

- Te voy a proteger siempre, ¿sabes? - le dijo el norteño suavecito al oído.

- De acuerdo.

La voz de Tamao sonaba muy seca, agria, asustada. ¿Porqué? Porque estaba segura que su padre se vengaría...

--------------..---------------.------------------

Yoh se deleitó mirando la figura de su novia bajo él, estaban ambos en el sillón de su salita de estar, besándose y hablando sobre el casamiento. La besó intensamente antes de ayudarla a sentarse, cuanto amaba a esa mujer.

- Estoy tranquila, Yoh.

- Como tu digas, Annita. Ah, a que no sabes... Pilika y Len están juntos, te lo digo a ti pero es un secreto, ji, ji, ya ves que no puedo ocultarte nada.

- ¿Cómo sabes eso? Dudo que lo hayas descubierto por ti mismo...

- Los encontré besándose en el hospital y ellos mismos me lo confirmaron, también me dijeron que debía guardar el secreto, porque Horo podría matar a Len si se enterara. Ya una vez intentó matar a Hao cuando 'sin querer' entró en el vestuario mientras Pilika se desvestía...

- Si lo recuerdo. Aunque me parece mal que lo oculten, tarde o temprano se va a enterar, sería mejor que fuese ahora. Ya sabía yo que la forma en que se miraban era demasiado extraña.

- Bueno, yo no noté eso.

- Oh Yoh, es tan obvio como el pensar que Hao y Jeanne terminarán juntos después de todo, salta a la vista.

- Si tu lo dices Annita, que lista eres. - la besó en el cuello - sabes Annita te amo mucho.

- Yoh, debes dejar de llamarme así o comenzaré a golpearte.

Él sostuvo las manos de ella sobre su cabeza y enterró su rostro besando apasionadamente el cuello de la rubia, sus manos bajaban y subían por el contorno de su cintura y ella aprovechaba para besarle la oreja muy sensualmente. Luego se besaron apasionadamente, ella recibió gustosa su lengua en un juego exquisito mientras tomaba con ambas manos el rostro de su prometido y lo acercaba a ella.

Estuvieron jugando hasta que las ropas les fueron incómodas, cosa que les pasaba con frecuencia las veces que estaban juntos, ella comenzó a quitarle la camisa que llevaba puesta y pasó a desabrocharle el pantalón mientras él juegueteaba sacándole la remera de seda, sus manos recorrían con emoción el cuerpo conocido y se detuvieron dolorosos segundos en el sujetador, haciéndola sufrir.

El juego de quitarse sus prendas fue divertido para ambos, que terminaron cayendo del sillón, se sentían especialmente felices... y llevaron su emoción hasta más allá de los límites, haciendo de ese acto, un encuentro de sus cuerpos pero también de sus corazones.

Finalmente, cayeron agotados pero eternamente felices.

-----.---------------.----------------.-------------

Pasando ya varios días del accidente de Len, de su romance secreto con Pilika, de la confrontación de Horo Horo con Shuichi, el padre de Tamao; varios momentos más para Anna e Yoh y acercándose la fecha de su casamiento; Len Tao salió del hospital.

- Vamos deja de quejarte - le decía una sonriente Pilika mientras empujaba la silla de rueda. Su novio tenía un brazo y una pierna enyesada, y todavía muchos encuentros en el hospital para seguir revisando su contunción en la cabeza. El médico había advertido que quizás olvidara cosas, o su inconsciente reprimiera algunos recuerdos dolorosos. Le habían recetado mucha paciencia, a ambos. - No eres un niño para que hagas este tipo de berrinches.

- ¡Por supuesto que no soy un niño! ¡Y esto no es un berrinche! Odio que me empujen en una sillita de viejo pudiendo usar muletas.

- ¡¡Len!! Cierra ya tu bocaza que no sirve más que para decir tonterías y deja que yo te lleve tranquila.

La norteña sonrió ante su silencio. Len simplemente no soportaba el hecho de tener que depender de alguien para hacer algo, para él la palabra independencia significaba mucho y por eso mismo Pilika intentaba no meterse en ese nivel más de lo necesario. Ella pasaba mucho tiempo con él por supuesto, pero no deseaba controlarlo todo el tiempo y saber cada cosa que hacía, aunque recién comenzaban su noviazgo fuera del hospital las cosas estaban saliendo bien. Ellos se querían.

Su mente se preguntó si después de mucho tiempo seguirían sintiendo igual y se sintió un poco adolorida porque si bien amaba a Len, podía que él no le correspondiese con la misma intensidad, después de todo nunca habían hablado de amor, simplemente habían mencionado muchos te quieros y la palabra atracción que mediaba en su relación. A ella le atraía Len y a Len le atraía Pilika pero el amor era mucho más que eso.

- Pilika, hace días que estás rara, ¿qué te pasa?

- ¿Ah? Nada, nada.

- Dime.

- No es nada, sólo estaba... bueno, me preguntaba que sería de nosotros de ahora en más. Porque... yo te quiero... pero... eh... no sé, nomás pensaba en cuanto sentiremos nosotros.

- Yo siento muchas cosas por ti.

Pilika le sonrió agachándose a darle un tierno beso, simplemente un roce de labios. Miró a su alrededor casi por costumbre, reconocía perfectamente las calles, pues Jun y ella las recorrían luego de visitar a Len en el hospital. La suerte de Tao era que su familia tenía mucho dinero, incluso le habían regalado una silla de ruedas, y que él no tendría que ocuparse de los negocios inmediatamente, si no podría descansar por un tiempo. Ya habían hablado con Len de que él se abriría definitivamente de la compañía, quería algo más tranquilo y Fumbari obviamente lo era.

- Sabes, rendí bien todos los exámenes - comentó ella muy alegre - pero me quedan algunos, Tamao y yo nos hemos esforzado mucho pues se acerca nuestra graduación y queremos buenas calificaciones, sirven mucho. Ah, a propósito, vieras la linda pareja de casados que hacen Tam y Horo, los dos... - se quedó pensando un segundito y después sonrió con ternura - los dos hacen una hermosa pareja.

- ¿Qué te quedaste pensando?

- Pensaba... que debe ser muy lindo amarse a sí, con la fuerza para enfrentar lo que sea, incluso a un padre alcohólico y golpeador, vivir juntos y llevar toda una vida por delante unidos. Tamao es muy afortunada, y mi hermano también.

Len se quedó serio y Pilika entonces pensó que había dicho algo incorrecto.

- Eh lo siento, no debí decir eso.

- No, está bien... es lo que sientes. - ya casi llegaban a su casa y un vacío comenzaba a formarse en su cuerpo - yo también me siento afortunado. Porque tengo una mujer maravillosa a mi lado, hoy por hoy me gustaría decirte que te amo, Pilika, pero no estoy seguro y no quiero mentirte.

- De acuerdo, yo te entiendo.

- Tampoco te enojes.

- No estoy enojada. No podría pues tampoco sé lo que me está pasando contigo, Len, y antes de mentirte y decirte algo de lo que podría arrepentirme me gustaría vivir esto por un tiempo más y descubrirlo luego - miró hacia la casa de Shimpachi, ya habían llegado - Esto está siendo muy maravilloso y yo... yo me siento muy feliz, no pido más nada, no te pido que me digas cosas lindas, ni tampoco...

- sabes que yo...

- Sí, te conozco. Aunque no creas, ya te conozco perfectamente y sé que tu no eres así, pero me basta con tenerte a mi lado y sabes que aunque haya cosas que no dices las sientes. Yo te quiero así.

- También te quiero, Pilika. - ella le robó un beso - ¿Quieres quedarte a almorzar?

- Mmmm... de acuerdo, me parece bien.

---------.------------------------...---------------.----

Otro plato

---------------.--------------------.------------.------------

Una muchacha de ojos rojizos muy extraños y un cabello platinado largo atado en una alta cola de caballo caminaba tranquilamente por una avenida conocida, entró así en una cafetería. Recordando que esa noche cerrarían temprano Fumbari se acercó a una mesa y se sentó. Mientras jugueteaba con un rulo el mesero se le acercó. Pidió un batido de banana.

Miró a un costado, un grupo de jóvenes la miraba. Le pareció normal. Se cruzó de piernas y sonrió, bajó sus lentes de sol y los miró con un guiño travieso. Era tan común que los muchachos la miraran, pues ella tenía ojos muy bellos, tenía un cabello hermoso, un cuerpo bastante bien formado que cualquier modelo envidiaría y un estilo muy suyo. Además, claro, ella siempre se sentía muy bien parada.

De pronto una sombra entró y se sentó frente a ella, cayendo torpemente en la silla, venía corriendo. Miró por encima de sus gafas a la repentina figura, con evidente odio pues los muchachos habían dejado de hacerle señas, y se encontró con el rostro agitado de Hao Asakura. Dios, como encontraba diferencias con su hermano. Si bien todos decían que eran exactamente iguales y ellos se aprovechaban de eso, ella podía reconocer perfectamente a ambos. Hao tenía el pelo corto con pirinchitos e Yoh sencillamente aplastado. Hao era mucho más musculoso que Yoh, pues aunque ambos corrían, Hao iba al gimnasio y hacía pesas desde que le fue permitido andar solo por la calle. Aunque las profesiones de ambos eran parecidas, Hao corredor de motos e Yoh corredor de carreras, sus gustos se diferenciaban notablemente, el primero odiaba las naranjas (al igual que ella) y el otro las amaba. Hao era muy mujeriego e Yoh muy centrado.

Recordaba ella entonces que cuando eran pequeños, y querían hacer alguna jugarreta, por ejemplo ir uno a la cita del otro, ella solía descubrirlos e incluso era mejor que Anna para eso, aunque con el tiempo se habían emparejado. Sin duda Anna conocía como nadie a su prometido, cada detalle de su cuerpo, de su sonrisa, de su mirada y de sus actitudes.

Volviendo, Jeanne se quedó un poco agitada, el sudor recorría la sien del chico y se deslizaba hacia abajo perdiéndose en la ropa, la musculosa que llevaba estaba pegada a su cuerpo, mostrando sus fuertes pectorales, algunas chicas se dieron vuelta a mirarla y ella sonrió. Seguía siendo el mismo conquistador de siempre.

- Oye, ¿tenías que entrar así? ¡Estás que apestas!

- Oh, ya cierra la boca. Estaba entrenando cuando recordé esta estúpida cita, ya... ya.. no me pongas esa cara. Snake, ¿siempre te tienes que vestir así?

La joven se miró, estaba bastante normal. Una minifalda muy pequeñita, una remera con tiras pegada al cuerpo, sus sandalias con plataformas y una cartera que hacía juego, ah también llevaba sus libros. Eso sí que era extraño. Pero es que quería probar el ingreso a Diseñadora de modas.

- No molestes Hao.

- Bueno, ya... vamos a lo nuestro. ¿Qué tienes en mente?

- Varias cosas. Te contaré. Esta noche hay una feria, convencí a mi hermana de que vayamos todos, es decir, cerremos Fumbari temprano, a ella le servirá para despejarse, está muy nerviosa con lo del casamiento. Pero bien, la cuestión es intentar que Liserg quede con Pilika en la mayoría de las atracciones, si es posible en la rueda de la fortuna. - suspiró - oh que bello juego, me trae unos recuerdos...

- ¿No fue allí donde te pegué ese chicle en el cabello y tuviste que cortártelo?

- ¡¡SI!! ¡¡Perverso animal!! Pero yo hablaba de buenos recuerdos - suspiró nuevamente y sonrió - Bien. He visto a Pilika demasiado alejada estos días, me contó que está ayudando a Len con la recuperación y no dudo de sus buenas intenciones pues la conozco lo suficiente como para saber que lo hace sin ningún otro motivo, pero si dudo de él... y me parece que hay algo entre ellos. No me han dicho nada, simplemente lo sé. ¡¡Ya callate dejame seguir contando!! La cuestión es que tenemos que intentar que Len se acerque lo menos posible a Pilika.

- De acuerdo. Aunque no entiendo de dónde sacas esas conclusiones tan raras. Por esta vez voy a hacerte caso vívora. Pero esperemos que Liserg acepte... Y hablando de Roma...

Liserg se sentó en la silla desocupada, estaba agotadísimo, acababa de llegar de la pista de patín donde había estado entrenando, esperando ser buen maestro para Pilika; y antes había estado dando lecciones de piano a una chiquilla que odiaba al instrumento.

Rápidamente, entre Jeanne y Hao le contaron el plan.

- Mmm... no sé, ¿creen que funcione? Después de todo, si Pilika quiere a Len debería no molestarla, ella es feliz con él... y..

- ¡¡No, no, no!! ¡Liserg! Yo en ningún momento dije que ella gustara de Len o que estuvieran juntos, yo sólo te he contado mis sospechas. Además soy su mejor amiga... ok... de acuerdo, ¡Hao deja de mirarme así! Soy su segunda mejor amiga, siempre me confía todo.

- si tu dices... - murmuró Hao con sorna.

Jeanne le lanzó una mirada envenenada.

- Entonces, quedamos así, a las 8 pm. en la entrada, ve bien vestido Liserg, y nada de formal, algo bien guapo que resalte tus bellos ojos verdes.

- Eh... b-bueno.

- ¡Cuando no tu tratando de ligarte a alguien! Como se me hace que si el plan no funciona eres capaz de quedarte tu con el inglés.

- Por supuesto, tecito verde es toda una joyita, es hermoso, no dudaría en estar con él.

- Era de esperarse..

- No te pongas celoso, Haito, aunque deberías, pues sin duda Liserg es más lindo que tu, mejor cualquiera es más lindo que tu, ja, ja, ja.

- Me astías, niña.

Error, inmediatamente Jeanne estaba sobre él.

-----------.---------------------..-----------------

Pilika se acurrucó más hacia donde Len frente a la televisión, mientras seguía contándole cómo Horo había arruinado su pizza la noche anterior y había tirado, por equivocación, los patines al basurero. De pronto, le explicaba que ella había comenzado a practicar por su cuenta hasta que la semana que viene Liserg comenzara su entrenamiento con ella. Eso, Len lo vió con un gesto de enojo, que Pilika no vió.

Sonó entonces el celular con la melodía favorita de la muchacha, aquella que inmediatamente trajo recuerdos a la mente del chino.

- Ah, de acuerdo, Jeanne, hablaré con Horo, sí... nos vemos. De acuerdo, adiós. - se quedó mirando el celular unos segundos y finalmente sonrió - Era Jeanne, para invitarnos a la feria esta noche.

- ahm.. - gruñó.

- ¿Qué pasa?

- Pensé que podrías... bueno... hum... venir esta noche y estaríamos los dos solos.

- Uh pero... podemos estar juntos esta noche, estoy más que segura que mi hermano estará muy ocupado con Tamao y no va a dejarla en toda la noche.

- Están muy enamorados, ¿verdad?

- Sí, ambos se quieren mucho - suspiró - ¿Vendrás o no?

- De acuerdo.

- ¡¡Bien!! - rió - me tengo que ir, le dije a mi hermano que daría una vuelta pero ya me tardé mucho. Además, tendría que estudiar un poco, el lunes tengo exámen.

- Mmm... está bien.

Se puso de pie con un poco de dificultad y la rodeó con sus brazos, su cintura encajaba perfectamente en ellos, se acercó a sus labios y los reclamó porque eran totalmente suyos, su lengua entraba y salía, y ella se separaba haciéndolo sufrir, negándole, haciéndose rogar por el calor de su boca. La sostuvo de la nuca y se besaron pasionalmente, hasta que el aire les faltó y se separaron.

- Te quiero

- Yo también, pero o me voy ahora o no me voy nunca.

Se dieron otro beso, Tao la vio partir pero inmediatamente entró, pues el teléfono estaba sonando.

-----------------.......--------------------.......-----------------

Pilika, Tamao y Horo caminaban hacia el templo, vestían ropas comunes pues era sólo una feria. Pilika llevaba un saco largo de color azul, un pantalón color lavanda ajustado con pata de elefante y una remera negra que decía I love Rock en letras platinadas, que se moldeaba perfectamente al cuerpo. Ella y Tamao habían estado dos horas para tratar de vestirse, pues Horo criticaba cada cosa que la pelirosada se ponía, finalmente había optado por una pollera larga en declive hasta por debajo de la rodilla, con una camisa algo escotada. Claro, el norteño la había obligado a ponerse un tapado que la cubría perfectamente.

Eran casi las ocho, así que iban con perfecto tiempo. Pilika estaba ansiosa por ver a Len.

- ¡No puedo creer que vistas eso! - decía Horo a Tamao.

- No entiendo qué tiene de malo. Eres mi novio, Horo, pero no mi dueño.

- ¡Ya lo sé! - contestó evidentemente enojado - sólo que no quiero que nadie te mire.

- ¿No se te ha ocurrido pensar que estoy vestida así para ti y no para otro?

- ¡¿De verdad?! - se le habían iluminado los ojitos azules - Por eso te quiero tanto, Tam.

Y se besaron, muy felices. Definitivamente, la pelirosada sabía perfectamente cómo controlar a Horo Horo, cómo hacerlo sentir conforme aunque fuese engañándolo.

Finalmente llegaron, estaban ya todos, Ryu le comentaba a Tao cómo lo había visto bajo el auto y este reía. Hao y Jeanne peleaban como de costumbre y a su lado estaba Liserg quien sonreía recatadamente.

- ¡Hola a todos! - exclamó Tsuki evidentemente muy feliz.

- Bien, ya estamos todos. Adelante. Ven aquí, Tsuki, tengo que hablar contigo - Jeanne la sostuvo del brazo jalándola, y gesticulando con una gran sonrisa. Vestía una remera que le llegaba por arriba del ombligo, un pantalón ancho con soberbios tajos a ambos lados y sandalias. Su cabello estaba recogido con una liga violeta fosforescentes, pero eso era lo menos que llamaba la atención, tal vez, era la porción de muslo que se veía, o quizás el tremendo escote de su remera, quizás su altura, quizás sus ojos rojos. ¡Quién sabe!

- ¿Qué pasa? ¿Porqué estás de tan buen humor? - preguntó mirando de reojo a Tao.

- Pilika... Tsuki, amiga, necesito que me contestes algo.

- Dime.

- ¿estás saliendo con alguien?

- ¡¿A qué viene eso?! - exclamó sonrojada.

- Bueno, es que...

- Pues no, no estoy con nadie y por ahora estoy bien así.

- ¡Perfecto! Vamos a ese juego...

------..--------.-------------

- ¡¡Mira Tamao!! Es para ti - Horo había ganado otro juego, Tamao le sonrió sin ánimos, - ¿Qué pasa?

- Estoy preocupada por mis hermanos...

- No debes sentirte así, estarán bien.

- No lo sé... yo...

- Nada va a pasarles, lo prometo. Además, están seguros en casa.

- De acuerdo, tienes razón.

------------.......-----------------.....-----------

- Muahahahahahahahahaha, ahora probarán el sabor del triunfo!!!!

- Dios, eso es asqueroso...

- Grr... Guau Guau Guau!!

- ¡¿Qué?!

- ¡¡¡está horrible!!! AAHHHHHH

- Guau Guau Guau...

- ¡¡Silencio los dos!! - exclamó semi enojado y semi confundido Ryuzuke Tamamura levantando una bandeja donde se podía ver una cosa redonda y negra, totalmente quemada - ¡¿Qué problema tienen con mi pizza?! - ups, se podia ver una pizza.

- ¡ya te dije, eso no se llama Pizza! ¡Es un asco!

- Snif... que crueldad...

- Ven hermosa bola de pelos, vamos a cocinar algo decente.

- ¡GUAU!

----------.------------------..-------------------

Jeanne y Hao se sentaron en una banca frente a un juego donde Ryu trataba de enbocar un arito y Liserg le indicaba cómo hacerlo, Anna estaba a su lado gritándole a Yoh para que lo lograra, pero este miraba también para donde estaban los demás.

- ¿Crees que sospeche algo? - dijo finalmente la de cabellos plateados.

- ¿porqué lo piensas?

- Porque cada vez que queremos que estos dos esten juntos, aunque sea en un juego muy simple o comprando golosinas, tu hermano aparece y se lleva a Pilika a donde él y Len, o agarra a Liserg con el interés de hablar algo.

- Es sólo coincidencia, no creo que sospeche, estamos hablando de Yoh...

Jeanne miró a donde Yoh le entregaba una lapicera a Anna y ella le golpeaba suavemente en la cabeza pero igual sostenía el objeto como si fuera una estatuilla de cristal. ¡Qué linda se veía su hermana con su cuñado!

- ¡¡Tengo una idea!! - exclamó tomando la mano de Hao sin darse cuenta y arrastrarlo hasta donde el resto.

- ¿Y tu desde cuando andas de la mano con Hao? - preguntó Pilika con una sonrisa traviesa.

- ¡¡Kyaa!!

- No, no, no me mires así... fuiste tu quien me agarró, nada de esas miradas tuyas.

- Bien, lo dejaré pasar. - sonrió - Tengo una idea, vamos al tunel del amor.

- Está bien, pero esperemos a los chicos que fueron a comprar unos dulces - dijo la norteña de cabellos azules pensando que finalmente podría estar abrazada a Len y besarle, como lo había estado deseando toda la noche, a pesar de que la estuviera ignorando.

- ¡Eu Hermana!

- ¿Qué?

- ¿Vamos?

- ¿Y los chicos?

- Nos están esperando desde hace rato, últimamente estás muy distraída.

- nada de eso - soltó agarrándose del brazo de su hermano y sintiéndose muy segura. Cuando niña, cada vez que tenía miedo, se prendia del cuello de Horo y este la cubría con sus brazos, siempre había sido tan grandote que le inspiraba una seguridad inmensa. Ahora, ella ya casi no tenía necesidad de que él la abrazara para decirle que todo saldría bien, primero porque Horo tenía a Tamao para brindarle seguridad, y segundo porque ella tenía a Len. Que si bien no era tan grandote como Horo tenía el tamaño justo para ella, se ruborizó soñándose en los brazos del chino.

Finalmente se reunieron todos frente a la atracción, tenía el nombre en letras rojizas y un corazón de fondo que brillaba y daba a sus caras un toque rojizo. En un momento, Pilika se acercaba a Len para subir con él y en otro alguien la empujaba y terminaba en un barquito en forma de cisne junto a Liserg. Miró hacia atrás sólo una vez, y luego miró al inglés, no queriendo ser descortés con él.

- Entonces, ¿lo has pensado? ¿Vas a ser mi instructor?

- Si, lo pensé y acepto, Pilika.

- Oh, gracias, eres muy bueno Len.

- Quizás... - susurró - Pilika, tengo que decirte algo.

- ¿Q-Qué pasa?

- Eres muy linda, ¿sabes? Y me caes muy bien... yo... yo te quiero.

- Yo también te quiero, Liserg, shhh, no digas más por favor - le selló los labios con dos dedos - no digas más. Tu también me caes bien, me gusta tu forma de ser me gusta mucho. Eres mi amigo. Uno de mis amigos más queridos, por eso tengo que contarte antes de que sigas que estoy enamorada, y soy muy feliz, porque esa persona me corresponde.

- ¿quién es?

- No puedo decirlo. Pero espero que sepas compartir conmigo mi felicidad.

- Lo haré, Pilika.

--------------.-------------------...----------------

- Tamao, ¿Tienes miedo?

- Un poco. De ahora en más no sé que pueda pasar, y me preocupa.

- Yo te voy a cuidar, ¿de acuerdo?

- ¡De acuerdo!

----------.----------------...---------------

- ¿Dónde está Jeanne? - preguntó Liserg cuando salió y se encontró con Hao, él y la platinada no habían querido entrar, porque definitivamente no iban a entrar juntos. Uno de sus amigos, que los últimos días no había podido ir a la Cafetería por estar enfermo llegó corriendo, se trataba de Chocolove. Un moreno muy adorable de ojos verdosos que sonreía ampliamente y siempre tenía algún comentario para decir.

- ¡¡Buenas buenas!!

- ¿Dónde te habías metido?

- ¡¡Tienen que venir conmigo!!

- ¿Qué te pasa Choco? - preguntó Pilika con un poco de preocupación.

- Ryu y Manta se han peleado con un señor de un puesto.

- Oh, estos dos.

Pilika se alejó con Choco, era común que Ryu golpeara a alguien pero no que Manta.

- ¿Qué pasó?

- El vejete le dijo a Manta que era muy enano para golpear con el martillo la maquinita, entonces yo le dije unas cosas, Ryu se metió riéndose del tipo y comenzaron a pelearse.

- Oh... vaya con ustedes.

- ¿Hablaste? - preguntó Hao cuando estuvieron solos.

- Ella... ama a otra persona, no me quiero meter.

- ¡¿Eres tonto?! ¡Por supuesto que vamos a meternos! Tenemos que saber quién es ese y...

- ¿qué pasa? ¿Porqué gritas?

Hao volteó a ver a Jeanne, su voz sonaba muy suave, su cabello plateado le caía sobre un hombro y su mirada rojiza estaba clavada en él. Se quedó observándola unos segundos, sus labios estaban ligeramente humedecidos y tan rojos que contrastaban con su piel, esta incluso parecía un poco más pálida que de costumbre.

- ¿Dónde estuviste? Pareces descompuesta

- No, no, me encuentro bien. ¿De qué hablaban?

- Pilika ama a otro y el tecito no quiere saber quién es...

- ¡Estás de broma! Por supuesto que vamos a averiguarlo!

- ¿averiguar qué? - preguntó Anna que llegaba recién.

- Hao dice que desde la montaña rusa se ve toda la ciudad y yo digo que se ve mejor desde la Ruedad de la Fortuna. Liserg dice que dejemos de preguntarnos esas tonterías pero estaba diciendo que es momento que averiguemos quién tiene razón. Ahora mismo nos subimos a la Rueda.

Pilika miraba las luces de las casas desde una de las casillas del juego, su mente viajó entonces a cuando era pequeña y gustaba de subirse sola. Mientras su hermano iba en otra casilla solo o con alguna novia. Recordó entonces que ella no solía tener muchos novios, ahora a los 16 podía decir que la persona que más la había enamorado había sido Len, como si hubiese estado predestinado. Los muchachos solían jugar con ella, encontrándola inocente, y eso la había motivado a cambiar y sentirse más orgullosa, no quería que nadie jugara con sus sentimientos nunca más.

Sintió como unos brazos rodeaban su cintura y no tuvo miedo que la descubrieran pues la casilla contaba desde hacía tiempo con una cortina que cubría los lados que eran vidrio, excepto el de la puertecilla. Ellos habían cerrado todas las cortinas, a excepción desde donde ella miraba.

Una mariposa se posó en su cuello mientras una pecho cubría su espalda y llenaba de calor todo su cuerpo, su mano se entrelazó con las que descansaban en su plano vientre. A eso se refería, con Len se sentía protegida, segura de todo. Comenzó a darse vuelta y se encontró con esa mirada dorada que tanto amaba, sus labios... tan ricos. Besó y fue besada mientras él recorría con sus manos su cuerpo juvenil, muy lentamente de modo que ella no tuviera temor o se sintiera incómoda.

¡qué mal se había sentido al llegar y no poder darle un tímido beso siquiera! Y se había sentido mal cuando Horo le hablaba de una muchacha de la facultad que le había preguntado por él. Sabía perfectamente de un club de fans formado sólo para amarle a él, pero no quería que Pilika lo supiera ni que ellas (o ellos en el peor de los casos) se enteraran de ella. Ahora, sin embargo, no pensaba en nada de eso, sólo en Pilika, su querida Pilika, a quien tenía en brazos y quería sin medida. ¿Pero era amor eso que sentía? ¿Realmente era amor? Y si lo era, ¿qué es el amor? No tenía ni una sencilla respuesta. Pues en toda su vida no había sentido el sentimiento, bien, amaba a su madre, a su hermana, incluso a su padre, pero el amor de estar con alguien para compartir toda una vida nunca lo había sentido. Había tenido novias... pero eso no se comparaba... ni siquiera el sexo con ellas se comparaba con lo que sentía cuando besaba a Pilika en una oreja, o le decía que la quería, o escuchaba lo mismo de ella.

- Len, regresa - canturreó la norteña muy cerca de su oído.

- Estoy aquí. Amor...

- Dime.

- Te quiero.

- Yo también.

No importaría si se lo dijera ahora, no valdría la pena. Él quería decirlo cuando realmente lo sintiera, o cuando estuviera seguro de ello. No sería como con todas las chicas.

Y eso... Pilika lo sabía.

Se besaron, separándose con dificultad justo cuando la casilla se detuvo, sin saber que alguien los había visto por donde no estaba cerrado con cortinas. Ella estaba muy recatada, con una tenue sonrisa en los labios y Len se mantenía igual de serio que siempre.

- ¿Ustedes dos subieron solos?

- Si, tu hermana tenía miedo, cabeza de púas.

Al parecer el insulto (que ocasionó obviamente una pelea entre ambos) hizo olvidar a Horo que Pilika no era de tener miedo a las alturas ni muchos menos era de subirse acompañada a la rueda, a menos que fuera alguien muy importante para ella.

Mientras tanto, Horo había reunido a Jeanne y a Liserg, comentándoles que vio a Len y a Pilika besarse.

- Al menos ya sabemos quién es.

- Si, y no hace falta ningún plan.

- ¡¡Por supuesto que si tecito verde!! No vamos a dejar que nos quiten a Tsuki.

- Como se me hace que esto comienza a ser personal para ti - le dijo Jeanne con seriedad.

Hao se encogió de hombros.

- Quizás. Pero antes que nada, me gustaría que ella este con tecito y no con ese chino que recién llega a Fumbari.

- Pero si ella lo quiere...

- ¿De qué hablas Jeanne? Pensé que estabas de acuerdo.

- ¡Lo estoy! Está bien, ¿qué tienes planeado?

- Aquí no, hay mucha gente. Sólo les diré algo. Una fiesta.

Jeanne miró a Hao poco sonriente, no le gustaba cuando él armaba algún plan solo. No es que fuera un chico malo pero a veces las cosas que se le ocurrían significaba engañar y lastimar a alguien y ella no quería caer tan bajo. Iban caminando hacia los demás cuando vió su reflejo en un espejo y tuvo un poco de miedo, su figura no se veía tan especular como antes, por estar comiendo porquerías. Sin duda necesitaba comenzar una dieta más estricta.

- Pilika, necesito hablar contigo y con Len - había dicho Yoh. - Hao tiene un plan, no sé que esté tramando, pero tengan cuidado. Seguramente es algo de una fiesta pues él lo dijo, les sugiero que estén atentos, pues saben lo suyo y quieren separarlo.

- ¿Y porqué harían eso? - preguntó el chino.

- Desde hace mucho que está enamorado de Pilika, mi hermano no es un mal tipo, pero haría cualquier cosa para tener a Pilika, aunque creo que ahora lo hace por Liserg.

- Ya veo... - murmuró sonrojada la norteña - pensé que él entendió que yo no puedo estar con él...

- ¿él te dijo algo?

- No, nada. Está bien, vamos chicos, es tarde.

- Pilika... - la llamó Len sosteniéndola de la mano.

- ¿qué?

- No te voy a abandonar nunca, ¿entiendes? Voy a luchar a golpes si es necesario.

- No será necesario - sonrió.

----------------..-----------------..---------------..------------

- ¡¡Nos vemos mañana!! - exclamaron casi en unísono, Pilikia, Horo y Tamao, que se volvían a casa acompañados de Tao.

- ¡¡Deja de molestarme me siento perfectamente!! - se escuchaba a Jeanne.

- ¡Estás pálida! ¡¿Qué escondes?!

- Hao va a molestarla toda la noche - dijo Horo saludando con una mano a Chocolove y a Manta que se iban en automóvil, uno nuevo que Manta había comprado para él, pues la empresa estaba yendo perfectamente. Ryu hacía rato se había marchado con un amigo que había encontrado. Nadie había preguntado mucho, existen cosas que son preferibles no saber. - Aunque admito que tiene razón, está muy rara.

Len miró a Pilika significativamente.

- Últimamente pasa mucho tiempo con Hao - le comentó Tamao que era muy amiga de Asakura - él me comentó que la noche anterior ella y él fueron a cenar a un restaurante nuevo muy lindo. Jeanne le contó que el año que viene va a entrar en un instituto de Belleza muy prestigioso y que finalmente va a terminar como diseñadora. Dice que la nota extraña.

- ¿extraña?

- Ellos suelen pelear mucho, pero no tanto como antes...

- Oh, eso es normal - comentó Pilika - ha madurado.

- No era eso a lo que me refería yo con rara - explicó Horo, agachó la cabeza - tu eres su amiga Pilika, creo que tienes que saberlo. Cuando Tamao y tu se fueron con Anna a comprar algo de comer, ella se compró una hamburguesa... bueno, nunca la ví comer así...

- ¡Tienes razón! - exclamó Len cayendo en lo que el muchacho quería decir - yo también la ví, parecía totalmente diferente a la que vemos todos los días.

- Y después se fue a los baños corriendo. ¿estará embarazada?

- ¡¡Horo ni lo digas!! Si ella bueno... hubiera hecho eso me lo hubiera contado - dijo la norteña con el rostro sonrojado, de sólo pensarlo.... No, Jeanne le hubiera dicho la verdad. Pensándolo bien, estaba muy delgada para estar embarazada, además de pálida, no... - debe haber tenido hambre, ya no sean tan perseguidos.

- ¿Quisiste decir que Jeanne es virgen? - Horo abrió grandes los ojos y Tamao tuvo un acceso de tos.

- ¡¡Horo!! No eres quien para preguntar eso.

- No puedo creerlo - soltó riéndose.

Len soltó una risa muy suave, él tampoco podía creerlo, pero tampoco iba a saltar con un comentario como ese.

- ¿te estás riendo? No lo puedo creer - últimamente él no podía creer en nada - ¿qué tienes? ¿Acaso estás enfermo?

- No - gruñó quitando la mano del norteño de su frente.

Len miró a los ojo azules de su amigo que estaba, sin duda, preocupado por él, eso era evidente, se notaba en esa carita de tonto que ponía. Muy pocas veces la usaba con él, si no más con su hermana. A esa misma miró luego, la encontró mirando las estrellas, la luna estiraba sus rayos hasta ella dándole un aspecto angelical, sonrió, cuanto deseaba abrazarla en ese momento.

- ¿Entonces?

- Sólo me están pasando muchas cosas buenas, sólo eso...

FIN DEL CAPI 9

He usado el día de hoy para adelantar todos mis fics pues en mi casa van a poner un cyber y necesitan una computadora más, o sea.. ;; la mía, que va a ser el server, algo como la máquina central, no sé como explicarles, espero que entiendan. Entonces, como van a cambiar el windows de mi hermosa PC, necesito sacar mis cosas de interés y también adelantar las historias que tengo en el tintero, que son muchas.

Bueno, como comentario en la semana no tengo mucho para contarles. Estoy soltera, y soy muy feliz, descubrí el otro día que es hermoso estar solita, una se siente bien consigo misma, aunque espero no estar así siempre, eso es obvio. El otro día cumplió años mi padre, así que le estamos organizando una fiesta sorpresa.

Como otro comentario de mi vida, estoy estudiando mucho, se termina el año.

Comencé la traducción de las últimas letras de EMINEM y estoy contentísima, me faltan dos de traducir y ya.. jejeje, Ah! Y dentro de unos días sale el nuevo CD que he de, obviamente, comprarme.

Paso, sin molestarlos más con mis cosas, a los lindos reviews:

Tsuki-Athy-KoF: Como no saber quien eres amigui de Argentina, ¿ves que si te recuerdo? Lo siento, el engaño se está tramando... así que ya veremos en el próximo cap, pero vas por buen camino, se relaciona con Len. Lo de la pelea, me refería a Horo y al padre de Tamao. Dime, ¿acaso no se la marecía? Disfruté montón imaginándome al sujeto siendo golpeado, es un patán.

Sweet-sugar-894: veo que a muchos, incluso a mí, se les ocurrió pelea entre Len y Liserg, claro que me muero por ver al chino defendiendo a Pilika, pero creo que no será con el inglés, él es muy bueno como para tratar de separar a Pilika y a Len. Ya veremos, en el próximo cap, cuando pase la fiesta de Hao, si le ayuda o no. Quien sabe, por ahí tiene un ataque de maldad y se le da por ayudarlo. NUEVA INCÓGNITA: ¿AYUDARÁ LISERG AL PLAN DE HAO O CUMPLIRÁ LA PROMESA QUE LE HIZO A PILIKA? ¡¡Contesten!! Sweet, que bien que te guste el fic, mis saludos.

Maru Kazegami N. De Taokura: hola oneechan, Supongo que habrás disfrutado de la golpiza al papá de Tamao, ya habrá otra oportunidad para que disfrutes, de eso estoy segura. Que bueno que te guste el LenXPilika, pues a mí también, aunque no hay muchos fics de ellos dos y eso es una tristeza. Mas te vale que en algún momento escribas, oneechan o podré viajar y golpearte, jajaja, es broma. Te quiero eh!! Me escribes.

Lain03: Que lindas cosas que me dices, jejeje, me ilusiona. Bueno, espero que esta historia siga así de bonita y les siga gustando. Como irás viendo, iré incluyendo temas de la realidad, porque no quiero que sea algo fantasioso que se aleja, donde sólo el amor entra en la historia, si bien el título sea ese. Ya vimos el primer cuestionamiento de Len sobre el amor, podríamos opinar todos. Y los animo a opinar, de esa manera van a contribuir al fic... sin duda, pero no hablo más, jejeje.

Maty: jejeje, que lindo que te guste el fic, bueno, la verdad se irá poniendo más emocionante y creo que cuando termine mis otros fics le daré más emoción. Que bueno que seas fan de este fic, sería divertido que lo siguieran cada vez más personas, y que me dijeran que tal va el fic. Espero, Maty, que te siga gustando.

Rocio-asakura: El engaño... te vas acercando amigui!!!! Y la pelea... otra más, incluso yo, te cuento, pensé que podía ser entre Liserg y Len pero estaría muy obvio y yo quería que fuera entre alguien más y la verdad le acertaron!!! Te cuento que la respuesta del engaño se sabrá en el próximo cap... veremos si es Liserg quien engaña o es Hao o Jeanne. RESPONDAN TODOS. Que te pareció el lemon de Yoh y Anna?? Fue bien suavecito, pues no me sentía con deseos de escribir algo más explícito.

La canción que canta Pilika se llama Tell him y es de Celine dion. Es muy bonita no crees??

Andrea-Naoko: ¡¡¡¡¡¡FELICITACIONES!!!!! Le acertaste con la pelea, y prometo cumplir tu deseo dentro de los próximos caps, en cuanto al engaño también te acercaste, ahora tendrás que decirte quien se involucrará directamente en el engaño, es más que obvio que está dentro de estos tres personajes. Pero lo más importante del próximo acertijo: ¿AYUDARÁ LISERG A HAO O CUMPLIRÁ LA PROMESA DE PILIKA? Bueno, sabemos que el plan será de Hao, ahora quién participe en él... puede ser él mismo, puede ser Liserg o puede ser Jeanne. ¡¡Respondan eh!!

Jejejejej. A propósito, de donde estudiaste Artimancia amigui?? En cuanto a las parejas... ya veremos... así que me amenazas??? OO pobrechita de mí, jjajajaja. Nos vemos!

Keri01: te entiendo con lo del tiempo Keri, no te preocupes,muchas suerte y grecias.

Ahora me voy les repito los acertijos:

¿AYUDARÁ LISERG CON EL PLAN DE HAO O CUMPLIRÁ LA PROMESA QUE LE HIZO A PILIKA?

¿QUIÉN PARTICIPARÁ EN EL ENGAÑO? ¿LISERG, JEANNE O HAO?

¡¡Nos vemos en la próxima!!

Miles de besos.

- Suu-chan -