AMAR ES...
Por Sumire-chan
Capitulo XII: "las cosas en la vida..."
- vamos, Pilika, debes mostrar un poco más de emoción.
- yo sé...
- pues no parece... – hizo una pausa – soy exigente Pilika, pero vas a ser una estrella, o dejo de llamarme Liserg.
Había pasado una semana de la escena del hospital, Liserg había accedido a entrenarla, pero él era verdaderamente exigente, mucho más de lo que ella esperaba, eso en lugar de enojarla, le alegraba porque ella quería ganar el torneo. Desde entonces, no había visto a Len, no había hablado, su hermano ni siquiera lo mencionara, el chino prácticamente se había esfumado de la faz de la tierra. Y aunque Pilika no quisiese admitirlo, le dolía, y su corazón se rompía cada vez más, todos los días eran muy tristes porque siempre había algo que añorar que antes hubiese compartido con Len. Para colmo, su hermano no mejoraba la situación, pues él también extrañaba a su mejor amigo.
- Pilika recuerda que esta tarde tienes tu visita con el medico.
- Sí, Liserg, no voy a olvidarlo.
- creo que es todo por hoy, ya puedes descansar.
Liserg era un entrenador espectacular, un amigo muy confiable y bueno, un chico perfecto para cualquier chica que fuese consciente de la clase de hombre que tenía al frente, pero no para ella porque su corazón ya era terreno conquistado por Tao. Aún cuando él sabía de eso no dejaba de llenarla de atenciones, como recordarle su cita con el médico. Si bien Pilika gozaba de una excelente salud ella debía cuidarse de los nervios debido a que cuando pasaba por situaciones intensas o estaba bajo estrés tendía a pasar por un leve acceso de asma y hasta se desmayaba. Por lo mismo es que cada dos semanas se sometería a un control para evitar algo peor.
- ¡Hasta mañana Liserg! ¿no vas hoy a la cafetería no?
- No, hoy es mi noche de estudio. Hasta mañana Pilika, no te olvides...
- Si, ya se... la reunión con el doctor – dijo ella dándole una sincera sonrisa. Definitivamente Liserg podía ser muy atento.
Pilika miró su reloj aún tenía tiempo para ir a tomar un helado rico al centro de la ciudad luego ir a cambiarse para su cita con el doctor, hacer la tarea e ir a Fumbari. Si, oh eso de no pasar estrés iba a ser dificultoso para ella. Suspiró.
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- ¡¡¡¡Que es mio!
- ¡¡No yo lo ví primero!
- ¡Claro que no!
- ¡Que si!
- ¡¡Cállense los dos es mio!
- ¡¡¡Que no!
- ¡¡¡¡SILENCIO!
Y aunque generalmente Tamao era una persona tranquila, esta vez había perdido los nervios ante la escena que se desarrollaba en el comedor de la casa de los norteños. Primero había sido cuestión de Ryuzuke y Yami que peleaban por un bolillo relleno que ella había hecho para todos, en realidad, el último que quedaba de varias docenas. A la pelea se había unido Horo Horo alegando que era mayor y por lo tanto debía comer; así la pelea llevaba durando media horo y todo por un bolillo que ella tomó y cortó en tres partes iguales. Así, su "familia" quedó contenta y conforme.
- Ryuzi y yo nos vamos – anunció Yami rato después – vamos a ver una película.
- de acuerdo, cuídense los dos.
- si, Tamao, no te preocupes, yo la cuido...
- ¡¿A quien vas a cuidar tu! ¡¡eres tan niño como yo!
- ¡¡¡callate tonta!
- ¡¡que te calles tu! – se escuchó antes de que ambos cerraran la puerta principal de la casa.
Tamao soltó una risita muy tranquila y se sentó junto a Horo quien comía otro bolillo que ella había guardado especialmente para él, adoraba ver esa cara de placer que tenía cuando degustaba algo que le gustaba mucho. O cuando la veía a ella... ponía exactamente la misma cara de felicidad.
- ¿te sientes bien? – le preguntó al verlo repentinamente serio.
El norteño la miró sin haberla escuchado.
- es por Len, ¿verdad?
- si – murmuró su novio. – no entiendo porqué no ha vuelto a querer hablarme, siempre que le invito a algún lado dice estar ocupado, en la cafetería se la pasa esquivándome, no he vuelto a tener una charla con él de más de cinco minutos, me estoy volviendo loco pensando que se habrá enojado por algo que yo hice...
- No es tu culpa.
- ¿y tu como sabes?
- digo... no debe ser tu culpa, ¿qué puedes hacer tu que enfade a Len? Ustedes siempre han sido amigos.
- ¡Yo no se!
La joven le tomó la mano, se odiaba por ocultarle las cosas, ella se moría realmente por decirle la verdad pero se lo había prometido a Pilika, y por sobre todo estaba su amistad con ella, no le correspondía decir absolutamente nada. Era asunto de Len y Pilika. Abrazó a Horo, lo que le tocaba era tratar de que él no estuviera triste.
- no pienses mas en eso, ya volverán a ser los mismos de antes, ¿quiere que prepare más bollos para ti?
- ¿Ahora?
Asintió.
- ¡¡¡Tamao te amo!
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Pilika entró en la clínica, era tarde ya, había pasado con prisa por su casa con apenas la oportunidad de tomar algunos libros que quería leer camino a Fumbari y cambiarse, mirar a su hermano comer un tazón grande de cosas dulces de pastelería y a Tamao rascándose la cabeza con la cara llena de harina. "Debes hablar con Horo" le había dicho la pelirosada antes de despedirla. Como envidiaba a Tamao... ella y su hermano eran muy felices, pero era un envidia sana, ella quería que fueran los más felices del mundo, ¡porque ambos se lo merecían! Y porque de alguna forma ella también lo era con ellos.
- Tengo que hablar seriamente con ambos. – les dijo el doctor de Jeanne a Hao y a ella cuando entraron al consultorio. Era un hombre de cuarenta y tantos años, canoso y de voz suave, afable, de médico... una persona muy culta. Hao miraba alrededor con actitud distraída mientras les hablaban – Ella me ha pedido que les diga porque en las condiciones anímicas en las que se encuentra no se siente lista, pero quiere que ambos lo sepan. Jeanne está bien, el golpe no causó mucho daño en ella, tiene unos puntos muy pequeños en la cabeza y pasó por estados de confusión pero ya pasó de ello... lo que no pasó es su problema. Jeanne padece lo que se llama Bulimia, supongo que sabrán lo que esto significa...
- si... – murmuró Pilika luego de segundos.
- es mentira.
- señor Asakura se que es difícil pero para ayudar a Jeanne debe empezar por aceptarlo usted.
- es que... Jeanne... Jeanne es tonta, siempre le dije que no es una persona muy inteligente pero ella jamás llegaría a eso, ¡¡ella es hermosa!
Dentro de su asombro, Pilika le miró... así que era eso...
- Creo que a la señorita Jeanne le haría muy bien escucharle decir eso.
Hao cayó de golpe en el asiento y el doctor prosiguió hablando de la derivación de Jeanne a una clínica de rehabilitación luego de que se recuperase del todo y Pilika dijo que ella se encargaría del papeleo, porque los padres de su amiga no estaban en el país y no tenía manera de contactarse con ellos. Era mejor que Jeanne se quedara un tiempo más en el hospital y luego sería trasladada. Al finalizar la charla, Pilika dijo que iría a ver a su médico porque tenía una cita importante y Hao pidió ver a la paciente.
La habitación estaba en penumbras y eso evidentemente no era bueno para ella, así que Hao abrió las cortinas y permitió a la luz entrar hasta el bulto que era la muchachita en la cama, ahora notaba lo pequeña que se veía, estaba delgada... era cierto.. pero el jamás había notado hasta que punto de delgada estaba.
Se sentó a su lado y ella se sentó en la cama, con la mirada fija en la ventana.
- hablaste con el doctor.
- si.
- ah.
- todo se va... se va a mejorar – el realmente no sabía que decir.
- no... yo se que no sabes que decirme, así que... vete, Hao, no te quiero poner incómodo.
- para mi fue importante que me dijeras... bueno, que alguien me dijera lo que estaba pasando – era el momento de hablar con el corazón, porque aunque dijera una estupidez, algo salido de allí era importante, es el único que habla con la verdad... Hao la miró con intensidad y tomó su mano, tan pequeña... – yo te quiero ayudar.
- no puedes.
- si podemos.
- ¿crees que yo pueda?
- siempre hemos pensado que eres fuerte.
- lo sé.
- y lo eres, aunque pienses que no.
Ella sonrió y bostezó suavemente.
- ¿tienes sueño?
- Si.
- duerme entonces.
- ¿te quedaras conmigo?
- ¿quieres que me quede?
- tengo miedo de dormir sola... ¿puedes quedarte? Será solo por esta noche...
- entonces duerme, yo me quedaré aquí, snake.
Ella soltó una risita y se hizo a un lado.
- ven aquí Hao, ven... no voy a comerte – soltó otra risita y Hao se acomodó a su lado. Al cabo de un rato Jeanne se fue durmiendo ante la mirada de Hao, dios... él suspiró en la oscuridad del cuarto, realmente él debía de haber sido muy malo en su otra vida como para que ahora le pasasen esas cosas.
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Pilika llegó justo a tiempo a Fumbari. Tamao ya estaba allí vestida con su uniforme de camarera y caminaba de un lado a otro atendiendo las mesas. Parecía un poco agobiada, lo que la hizo sentir culpable; Tamao nunca había sido buena mintiendo y era obvio que ahora tampoco lo era. Para su suerte, Horo podía ser muy despistado.
Su medico la había regañado y algo le decía que Liserg iba a enterarse de eso, ese doctor... era muy chismoso.
Miró a través de los vidrios el clima agitado, pronto comenzaría a llover y ya el frío se dejaba sentir. El tiempo sin ver a Len comenzó a hacer mella en ella, de zopetón él había encontrado la forma de esquivarla, cambios en los turnos en Fumbari, escasos encuentros con Horo, ya ni iba a entrenar y ella acabó abandonando también. Se había encontrado a Jun en el centro comercial acompañada de su novio; ella n le había dicho nada importante. "Mi madre y Len fueron a visitarme ayer" le había dicho la china "Ambos van a ayudarme con mi casita, mía y de Li, claro... Len no tenía buena cara; creo que estaba más delgado que la última vez que lo ví"
A decir verdad, ella tampoco había ido a verle a su casa ni se había esforzado por buscarle, se sentía orgullosa, inquieta y extrañaba el calorcito y la voz profunda de Len. No podía ir a buscarle pero tampoco podía más sin él. Suspiró y vió como Anna le llamaba junto a Tamao para comenzar a contarles acerca de su casamiento. Oh... el amor.
Así, pasó una semana más.
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Hay muchas cosas en la vida que no sólo se hacen, también se viven y se gozan. Dio un salto... un giro, se abrazó a sí misma y quedó chiquitita, mientras sentía como la música penetraba en ella; ese era el sentido, ardía en su pecho. Hay cosas importantes y otras que no lo son tanto, pero el verdadero significado quizás nunca se encuentra, pero sí se siente, y se vive.
Lo disfrutaba. Las luces la incomodaron un poco pero no dejó de cantar, ni de moverse, ni de sentir como esa sensación única la llenaba por completo. No importaba si acababa de cambiar la coreografía, si los falsees la encandilaban. Quizás no importaba que ÉL no estaba ahí para verla. Saltó y cayó delicadamente sobre la pista, girando. No se podía engañar, hubiese preferido su presencia allí.
A cabo de eso, Liserg la miraba desde la primera fila; a su lado estaba Anna con el teléfono celular pegado a su oído y sonriendo muy suave; Tamao abría la boca fascinada y Horo aplaudía sin cesar. Un poco más allá, Hao la observaba desde atrás de una cámara de video (Para Jeanne, eso estaba claro) mientras que Ryu lloraba desconsoladamente, pero feliz.
Y ella no lo veía. No sabía que él estaba parado junto a la puerta de salida sin perder ningún detalle de su actuación, observándola con la mirada, sintiendo como su corazón explotaba y sin poder tocarla o decirle lo bella que estaba. Se giró y salió mientras Pilika terminaba con una reverencia y salía de la pista de patinaje con una sonrisa. El público estalló en aplausos asombrosamente.
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- cuando te recuperes veremos el video juntos, ¿te parece? - le decía Hao a Jeanne mientras la ayudaba a abrigarse.
El director de la clínica de recuperación iría personalmente a buscarla en unos minutos. El la iba a acompañar hasta el centro; ya luego no podría volver a verla hasta que los médicos dijeran que era posible.
- ¿me irás a buscar? Digo... cuando salga de allí.
- Claro, Jeanne. Seré el primero. En cuanto me dejen, estaremos en contacto.
Ella sonrió y ambos bajaron a la sala de espera del hospital. Hao la miraba de reojo; se veía linda e incluso había logrado subir unos kilos más y los ataques de ansiedad y culpa tampoco se habían presentado. Aún así no podían fiarse de ello, pues en cualquier momento podía volver a caer; cuando se sintiera sola, fea, no querida... Era prescindible que ella tuviese claro que la querían, que era importante.
Le tomó la mano y ella le miró extrañada, con un brillo especial en los ojos.
- Jeanne... – parecía nerviosa y asustada. Era bastante normal – yo quisiera poder cuidarte, sé que nos llevamos bastante mal pero es sólo broma y fachada. Estoy un poco arto de eso. Es que Jeanne... yo... siempre he estado enamorado de ti.
Ella pestañeó repetidas veces pero luego sonrió y apretó fuerte su mano.
- eres... – susurró- eres muy lindo conmigo, Hao. Y yo quiero vivir muchas cosas contigo. Pero ahora no puedo... – temía romper a llorar. Suspiró.
- Entiendo perfectamente. Volveremos a hablar de esto cuando nos veamos de nuevo.
Jeanne volvió a sonreír; estaba dispuesta a recuperarse, sentía en sí la obligación, la necesidad. Por Hao. Pero principalmente por ella misma.
Fin del capítulo 12
He tardado menos, ¿NO? ¡¡Felicítenme! Jjejeje , muchísimas gracias a todos por los reviews; pero especialmente a:
Y quiero decirles que tengo algunas historias nuevas en mente pero no puedo subirlas porque de alguna forma no me deja, no sé bien que está pasando. Les quiero decir además que estoy hoy un poco triste, que ya tengo terminada la historia y que pretendo ir más rápido con las actualizaciones. Fue lindo terminar el fic, y espero que cuando llegue el día de subir el cap. Final les guste, es raro... es importante. Me alegro en parte porque creo que cumplí el ideal de que el fic sea más o menos real, es un Universo Alterno y lo importante de esto era que se expresaran situaciones que vivimos... Anorexia, Bulimia, SIDA, discriminación, violencia familiar, sueños, desastres, frustraciones, clases sociales, problemas psicológicos, Homosexualidad, ignorancia, egoísmo, amor, amistad, arrogancia y avaricia; matices de una sociedad en la que estamos inmersos. Creo que no debemos olvidar pensar en ellos, debatir, y sacar nuestras propias opiniones y nuestros ideales; pero sobre todo, con estos últimos, llevarlos siempre al frente.
Hoy, estoy filosófica, como verán. Pero es lo que he tratado de llevar en este fic. Más allá de todo el romance... ¿saben que muchos dicen que el dinero mueve el mundo? A veces la gente sufre, hambre, pobreza, tristeza, lo que sea... creo que lo que más duele es la falta de amor. O por lo menos, la falta de alguien que les diga que son amados. No pierdan el tiempo y díganselo a alguien. A veces, eso soluciona todos los problemas que tenemos.
Ya me cansé de filosofar. ¿por qué estoy triste hoy? Bien, llueve, el amor de mi vida, el ser al que más amo en este mundo está lejos de mí, no soy correspondida pero aún así soy feliz. Mi mejor amigo tiene mi edad, unos bellos ojos verdes y una personalidad que cada día me sorprende más. Hoy hablé con él por msn, y algo en mi interior comenzó a arder, y aunque llevo días de mentirme y decir que ya no existe esa faceta de amor para él en mí, me dije lo amo. Y creo que lo amo más que ayer.
Eso fue bastante peculiar. No se porque se los cuento, pero a alguien tenía que decirlo. Y hoy llueve... y es lindo decir esas cosas. Además, este es un fic de amor, ¿No? Si... bueno y también de mucho más.
Los amo lectores y escritores, jeje, los dejo hasta el próximo cap. Prometo no tardar. Pero dejen muchos reviews.
¡Besos!
Como siempre... presente...
Sumire-chan
