AMAR ES...
Por Sumire-chan
Capitulo XV: "Noticia made in anna"
Horo Horo estaba nervioso, afuera hacia un día muy lindo, tanto que Pilika había salido a comer con Liserg; y los hermanos de su novia habían ido de día de campo. Pero él estaba nervioso. Tanto que veía como si la mesa se tambaleara.
- Recuerda no desmayarte – le había dicho Pilika – no son cosas que se hace todos los días.
- ¿y si no le gusta?
- Seguro que le gustará...
Pilika no debía ser abogada, claro que no. No lo había convencido en lo más mínimo. Y ahora tenía toda clase de sentimientos contradictorios en él. Pero sobre todo miedo, mucho. Le temblaban las piernas y sentía la garganta tremendamente seca, como si de un momento a otro un sapo fuera a salir de ella. O algo peor.
- No puedo – se dijo lanzándose al sillón y ocultando la cabeza en las manos.
- ¿Te sientes bien, cariño?
"¿Porqué tiene que ser tan bella?" se preguntaba mirando a los ojos rojos de su novia. Era un matiz raro y ella no tenía ni idea de cómo e gustaba.
Recordó los animos de todos, incluidos los de Jun, la hermana del chino-tiburon-abusador-de-hermanas-menores, que últimamente frecuentaba mucho Fumbari. Sin duda aún se llevaban como siempre con Len. Y hasta creía que mucho mejor. Era su amigo. Su mejor amigo. Un hermano. ¿Un cuñado? No sabía hasta donde era cierta esa afirmación. ¡Y definitivamente no quería saberla!
Respiró hondo.
- Horo me estás asustando.
- Te amo.
- yo también amor – dijo con el semblante más tierno - ¿Sucede algo?
- Si.
- ¿Q-Que?
- Yo... Tamao... bueno... Tamao... yo... es... que...
Unas cabezas miraban todo. Claro, que no eran solo cabezas.. ¡Por dios! Eran tres cuerpos escondidos en el pasillo de las habitaciones.
- Pensar que entramos por la puerta de atrás para ver esta declaración. ¡Es horroroza!
- Si, hasta Ryuzu se le declaró mejor a su novia.
- Callate Yumi, prometo asfixiarte.
- No será tan fácil librarte de mi.
- Claro, hierva mala nunca muere.
- ¿Qué?
- shhh, silencio, miren.
Horo parecía cada vez más nervioso.
- Es que... bueno... yo...
- ¿Quieres terminar conmigo?
- ¡No! ¡Diablos no! Te amo. Es que no puedo con esto – apretó la cajita en su bolsillo.
- tan solo... ¿hay otra mujer?
- ¡Tamao, no! Lo que quiero decirte es que te amo y quiero que te cases conmigo – contestó rápidamente y con cierto enojo. ¿Cómo podía pensar todo aquello? Veía demasiadas novelas, si señor... pero... ¡se lo había dicho!
- ¿Q-Que? – soltó ella en un gemido y se sonrojó violentamente.
- No me hagas repetir por favor.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡PUUUM!
- ¡¡Hermana!
- ¡¡Tamao! ¡¡Horo! ¡Horo idiota ayuda a levantar a Tamao que se desmayó! ¡bruto como le vas a decir eso así!
- Dios... Dios...
- Bueno, ya está, Horo, hermanito, te estás poniendo pálido... no también tu... ¡Rápido algo dulce!
- ¿Para la presión o la glucemia?
- ¡Claro que no! Es para su estómago y para que se fije en otra cosa y no en su novia desmayada en la sala.
En cuanto Tamao despertó balbuceó el sí para el norteño y le besó frenéticamente. Bueno, Tamao era tímida pero a veces lograba salir del clóset.
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La siguiente noticia que llegó a Fumbari fue la partida de Diethel en tres días a Francia. ¡Por casi cuatro años! Y ni siquiera podían organizar una decente fiesta... Tamao ya no solo se ocupaba de Fumbari ahora también organizaba su casamiento. Horo tenía otro trabajo dentro de una empresa de automóviles (recomendación Tao) y apenas sí podía aparecerse en Fumbari.
Hao, por su lado, había comenzado un proyecto del que no hablaba nada, y Jeanne estaba en la clínica. Había recaído. Pero podía decirse que se estaba recuperando.
- ¿vendrás conmigo? – le preguntó el inglés unos días antes de su partida.
- Ya tomé una decisión...
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Len Tao, por su parte, había dejado Fumbari y ocupaba un puesto de oficina en una de las empresas propias de su familia, una pequeña. Su padre nunca le permitiría mucho, el gran hijo de...
Miró por la ventana. El clima actuaba raro; ese día estaba templado. Sintió como su teléfono móvil comenzaba a vibrar y prestó atención.
" Esta Noche. Fumbari. 9 pm. Atte Anna"
Había vuelto la rubia. Definitivamente era muy de anna el mensaje. Suspiró mientras revisaba unos informes de contaduría y fruncía el ceño. Se suponía que ese día Diethel viajaba a Francia.
No había querido despedida ni siquiera en el aeropuerto. Ese inglés raro...
Odiaba el trabajo de oficina, pero no tenía otra forma de ayudar a su madre y convencerla de que abandonar a ese hombre que se suponía era su padre, era lo mejor.
Salió tarde de la empresa, sólo faltaba media hora para las 9 y Anna era muy quisquillosa con la impuntualidad, eso no cambiaría a pesar de estar casada. Así, optó por ir directamente a Fumbari. Vestía una camisa blanca y unos pantalones de vestir grises; el viento se colaba por las prendas y comenzaba a sentir frío.
Escuchó pasos tras él. No entendió bien qué le obligaba a ir a esas reuniones... quizás todo se debía a que se sentía realmente a gusto ahí. Eso tenía sentido.
Alguien le tomó el cuello de la camisa y le dio tiempo a girar y detener un golpe; otra persona le golpeó con algo en el hombro y soltó un quejido intentando mantenerse de pie. Una de las sombras trató de golpearle pero Len antepuso el cuerpo en una de las patadas y lo empujó. Aprovechó el desconcierto y el blanco en el círculo que le había rodeado y echó a correr. Una cosa era saber defenderse. Y otra distinta querer suicidarse.
Se sostuvo el hombre. Querían robarle, o peor... o no sabía. Pero cuando llegó a Fumbari ya no le seguían. El relog marcaba 9.15. Entró tambaleante y se sentó en una de las sillas. Tamao se acercó a ver qué le pasaba y soltó un gritito mientras buscaba algo para curarle. Se preguntó entonces si como doctora no tenía una mejor profesión.
- ¿Qué te pasó? ¿Con quien peleaste?
- Macetín, no hables tan fuerte que se me parte la cabeza...
- ¿Quieres tomar algo?
- Té – murmuró el chino y miró su cabeza manchada de sangre – unos sujetos me atacaron para robarme, creo. Estoy bien. Iré al hospital en la mañana.
- Pero...
- Nada. ¿De qué me perdí?
- De nada – intervino Anna – de hecho, llegas justo a tiempo. Yoh y yo tenemos una sorpresa.
- ¿Y de que se trata?
- De que Annita y yo vamos a ser padres.
Len los felicitó. Pero no podía evitar sentirse mal. No la había visto allí... Pilika no estaba. Y él no podía preguntarle a nadie donde estaba... no quería escuchar la respuesta.
Fin del capitulo 15Oh, espero que les haya gustado un poco, aunque sea un poquitín y me dejen reviews acerca de qué les pareció esto. Siento tardar tanto, ya solo faltan un cap. Para que termine el fic. Asi que ya no me tendrán que aguantar por mucho tiempo. Ojalá me puedan ver en otros fics dado que los dos que llevo con este Fandom ya los estoy terminando.
Los dejo, pequeños y muchísimas gracias por todos los mensajes. Prometo responder con reply o, caso contrario, si me dejan su mail, de esa forma. Pero antes de despedirme quiero agradecer a Pilika de Tao Asakura y a Matanue.
La verdad les confieso que estoy un poquito triste pues el nivel de los reviews bajó un montón y es enteramente mi culpa, ya que he tenido a este fic bastante abandonado. Sin embargo, les prometo pronto otro fic de esta parejita con mucha más velocidad de actualización. ¿Creen que es una buena forma de pedir perdón?
Ya es todo...
¡¡Muchos besos!
