¿Kiba no vas a almorzar? – preguntó la hermana de Kiba.
Perdón Nee-chan, pero lo mas seguro es que almuerce afuera. – Kiba estaba afinando los últimos toques a su peinado "cashual" (o sea todo despeinado).
¿Y con quién vas a salir? – la hermana de Kiba lo miró con suspicacia – vamos, ¿no me vas a decir quién es la afortunada chica?
Pues… - Kiba no sabía como explicarle a su hermana que todo lo que se había esforzado por lucir bien era para un chico (sobretodo porque casi se echó toda la botella del perfume que su madre le había regalado, "Eau de Chien") – voy a ir a entrenar…
¿Y vas a ir a entrenar tan perfumado? – Sólo después de dar su excusa Kiba se dio cuenta de lo mala que había sido.
Pues… nunca está de sobra oler bien, ¿o no?
Si, claro…
Bueno Nee-chan, no me esperes a cenar tampoco, tal vez Hokage-sama me de una misión nocturna… - Kiba no pudo evitar ruborizarse en cuanto dijo esto.
Está bien – dijo su hermana mientras Kiba salía de la casa - ¡¡¡pero no seas grosero con tu novia! – agregó cuando éste ya estaba en el jardín.
Kiba miró al firmamento y pudo ver un hermoso sol que lo iluminaba todo, haciendo parecer que todo tenía vida propia. –"lo siento Akamaru, pero no necesito tu ayuda para esta misión"- Kiba caminó lentamente por su jardín de manera que su perro no despertara.
Kiba llegó a la hora justa que Kimimaro le había dicho (y para poder llegar mas rápido a su destino Kiba utilizó su Shumpo (oops perdón, eso era de otra serie XD)), observó por unos instantes la bien decorada casa y finalmente tocó el timbre. – Pasa está abierto – Pudo escuchar Kiba desde el interior, y siendo obediente abrió la puerta; dentro de la casa todo estaba como el día anterior, con la excepción de que Kimimaro no estaba desnudo en su baño, sino que vestido (con su único y sexy cambio de ropa) y sentado en su living mirando televisión.
Pasa, pasa, toma asiento – Kimimaro le hablaba con el mismo tono sensual del día anterior, lo que excitaba de sobremanera al castaño. – Kiba, ¿por qué caminas así?
Emmm… lo que pasa es que me duele la espalda. – Kiba se puso colorado, y luego de sentarse al frente del peliblanco se tapó con un cojín para ocultar su alegría.
Bueno si ese es el caso… después de las compras te podría hacer un masaje… - Mientras decía esto, Kimimaro observó a Kiba de pies a cabeza, sin disimular cuando posó por largo rato su mirada donde Kiba tenía puesto el cojín.
Eso… ¡¡eso sería genial! – Kiba se había entusiasmado tanto que se puso de pie de un salto quedando sus caderas a la altura de Kimimaro (y por supuesto el cojín ya no lo cubría).
Ten cuidado, casi me pinchas un ojo - el peliblanco tenía su rostro a pocos centímetros de la cintura de Kiba, y después de decir esto hizo ademanes de querer posar sus manos en el abultado pantalón del castaño.
Kimimaro… no… aquí no… mejor en tu pieza. – Kiba había cerrado sus ojos y esperaba con ansias las caricias de su nuevo "amigo" (a pesar de sus palabras)
Pero en mi pieza no venden ropa, ¿de qué estás hablando? – el castaño abrió de pronto los ojos y se dio cuenta de que estaba parado y solo en la habitación, Kimimaro ya lo estaba esperando afuera - ¿vamos a ir a comprar o no?
Yo pensaba que tú… bueno… - Kiba no sabía donde meter su cabeza después de tal vergüenza - … pues claro, vamos – un tanto desanimado Kiba salió de la casa y guió al peliblanco hasta las tiendas de ropa que él frecuentaba.
- o -
- "Maldición, parece que hubiera sido mejor si no hubiera dejado a Akamaru en casa, me podría haber ayudado algo con éstas bolsas…" – Kiba apenas si podía con todo el peso de las compras que Kimimaro había hecho –"sólo espero que el masaje que me prometió valga la pena…" – El castaño iba caminado detrás de Kimimaro, y con lo encorvado que iba caminando por el peso de las compras su rostro quedaba a la misma altura que las caderas del peliblanco.
Vamos Kiba, te aseguro que todos tus esfuerzos serán recompensados plenamente… - dijo Kimimaro dándole una sexy mirada a su "botones".
Eso espero… además con todo éste peso ahora me tendrás que hacer mas que un masaje para que se me quite – aún mientras hablaba Kiba no podía apartar su vista de las rítmicas caderas del peliblanco.
Bueno, pero no te quejes si después de mi "masaje" te termina doliendo aún mas la espalda… - Kimimaro dijo esto casi como si hubiera estado hablando solo, y justo antes de que Kiba hubiera podido decir ¿Qué…? el peliblanco había parado en seco, lo que ocasionó que Kiba estampara su rostro en el trasero de Kimimaro. –…listo, llegamos. Deja todas las compras en el living por favor, yo después las ordenaré en mi habitación.
Si… eso haré… - pero a pesar de las palabras del castaño se quedó parado en la misma posición donde había chocado con el trasero de Kimimaro. –"nunca había besado un trasero tan hermoso… espera un momento Kiba, si haces lo que él te está pidiendo no va a ser sólo la cara lo que podré meter entre esas nalgas" – los pensamientos de Kiba eran cada vez mas parecidos a una película porno que a la mente de un joven Genin.
Con ánimos renovados Kiba ingresó a la casa de Kimimaro y dejó cuidadosamente todas sus compras en el suelo del living, después disfrutó por unos segundos lo que era estar de pie sin todo ese peso para luego decidir que ya estaba listo para recibir su tan merecido premio. –"¿Dónde se metió ahora?" – el castaño miró en todas direcciones pero no pudo encontrar su recompensa, lo que significaba sólo una cosa: -"pillín, pillín… ya me estás esperando en tu habitación ¿eh?"- Kiba se ordenó un poco el cabello y sus ropas, para luego lentamente acercarse a la habitación del peliblanco, pero se desilusionó rápidamente cuando se dio cuenta de que no había nadie en la habitación –"rayos… ¿Dónde se habrá metido?... un momento, si no está en el resto de la casa ni tampoco en su habitación sólo me queda por revisar el baño…" – con una amplia sonrisa Kiba se acercó a la puerta del baño y posó su cabeza en ella para poder escuchar que era lo que ocurría dentro. –"oigo el sonido del agua corriendo… je, parece que se está dando un baño… y que casualidad que yo esté tan sudado después de acarrear tantas bolsas." – Sin pensarlo dos veces Kiba abrió la puerta del baño pero tratando de que Kimimaro no lo escuchara, una vez dentro se dio cuenta de que el baño estaba vacío y que el agua que había escuchado correr había sido la de la tina que se estaba llenando.
¿Buscabas a alguien? – le susurró una suave voz al oído del castaño.
Emm si… bueno yo... te quería preguntar… esto… que si me ibas a hacer los masajes, si eso… lo que pasa es que éste dolor me está matando. – Kiba estaba muerto de vergüenza, y la penetrante mirada de Kimimaro lo ponía aun más nervioso (y excitado).
Bueno precisamente por eso estoy llenando la tina… yo sé dar hidromasajes.
¿Hidromasajes?... – la imaginación de Kiba volaba en esos momentos – suena bien…
Espera a ver como se siente …
Y para su buena suerte Kiba no tuvo que esperar mas, después de sus últimas palabras Kimimaro se le había acercado al castaño y le había propinado un apasionado, pero a la vez calido beso. Kiba casi pudo sentir como perdía sus cinco sentidos en aquel beso, lo que Kimimaro le transmitía con el roce se sus labios era algo indescriptible. Después del beso Kimimaro le indicó a Kiba que lo siguiera hasta su habitación, y una vez en ella le pidió que se recostara en su cama. -¿qué vas a hacer? – preguntó el castaño pero Kimimaro no le respondió con palabras sino que con acciones, el peliblanco se recostó a un lado de Kiba para luego volver a besarlo, está vez su beso había sido mas ardiente que el anterior pero sin perder la ternura del anterior; y si el sólo tacto de los labios del peliblanco lo habían vuelto loco, el roce de la lengua de Kimimaro con la de Kiba lo hacía perder la razón.
Los besos y caricias del peliblanco lentamente fueron bajando por el cuello y pecho de Kiba, a la vez que lo iba despojando de su ropa; luego de que Kimimaro hubiera besado y mordido cariñosamente cada parte del pecho del castaño decidió que ya era hora de darle un placer mayor. – Me pregunto cual será el sabor de tu cuerpo… - dijo Kimimaro mientras observaba con su mirada encendida al castaño, -¿pero de qué hablas, acabas de besarme y de lamer mis pezones- dijo un poco confundido Kiba quien apenas si podía reaccionar debido al trance en que Kimimaro lo había imbuido, -no me refería a eso… - Y sin esperar más Kimimaro metió sus manos en el pantalón de Kiba extrayendo su miembro, el peliblanco lo observó por unos instantes como un niño mira una paleta de dulce, y con las mismas ganas comenzó a lamerlo y besarlo en las partes mas sensibles; el cuerpo de Kiba comenzó a moverse junto con el ritmo de las caricias del peliblanco, las que se hacían cada vez mas rápidas y efectivas, luego para darle mas placer Kimimaro empezó a utilizar sus manos para acariciar los testículos del castaño, a la vez que succionaba su pene con toda su pasión, - aaah… Kimimaro… por favor para o vas a lograr que me corra… y yo quiero poseer tu cuerpo… - Kimimaro dejó de lamer el miembro de Kiba pero sin dejar de masturbarlo con una mano –pero no seas impaciente querido mío, ya de dije que quería conocer tu sabor, además aún nos espera el hidromasaje… - y diciendo esto Kimimaro continuó con su labor lamiendo las partes mas sensibles del pene de Kiba, poco a poco fue incrementando su ritmo y la intensidad de sus caricias logrando finalmente la eyaculación del castaño, Kimimaro logró recibir todo el semen de Kiba el cual saboreó hasta la última gota.
¿Te gustó la primera parte de tu recompensa? – preguntó Kimimaro mientras se ponía de pie al lado de la cama, donde Kiba todavía estaba tendido saboreando el placer recibido.
Si… fue estupendo, nunca nadie me lo había hecho de esa forma. – las palabras del castaño llamaron la atención de Kimimaro. –"¿nunca nadie me lo había hecho de esa forma, eso significa que ya lo ha hecho con alguien mas…"- pensó el peliblanco.
¿Y quien más ha sido el afortunado o afortunada de saborear tu exquisito "elixir de la vida"? – la mirada de Kimimaro se agudizó y le puso mucha atención a la respuesta de Kiba.
No se si debería decirte esto… - Kiba se había ruborizado.
Pero vamos, puedes confiar en mi de la misma forma que me confiaste el cuidado de tu amiguito de ahí abajo – Kimimaro ocupó la voz mas sensual que tenía la que acompaño con una intensa mirada al miembro del castaño.
Si, supongo que puedo confiar en ti… - Kiba trató de contar su historia lo mas rápido posible, ya que al escuchar la voz de Kimimaro se había vuelto a excitar consiguiendo una enorme erección en menos de 2 segundos. – Bueno hace un tiempo mantuve una relación con un Genin de Konoha…
¿Mantuviste, o sea que ya no estás con él? – Kimimaro mostraba mucho interés en saber quien era ese ninja y cual era su situación actual.
Si… bueno, lo que pasa es que decidimos separarnos por un tiempo… - Kiba se estaba poniendo cada vez más triste, al parecer los sentimientos de aquella pasada relación aún no desaparecían.
¿¿¿Y por qué se separaron? – para lograr una confesión mas efectiva Kimimaro se había recostado al lado del castaño y había empezado a juguetear con su pene otra vez erecto.
Aaah… bueno lo que pasa es que él tenía problemas por su familia… pero no sigamos hablando del pasado y disfrutemos del presente. – diciendo esto Kiba se puso de pie e intento tomar al peliblanco por las caderas, pero éste se le escabulló metiéndose en el baño.
Tranquilo Kiba, ¿se te había olvidado el hidromasaje? – Dijo Kimimaro mientras se metía en la bañera.
Kiba sólo se limitó a meterse a la bañera junto al peliblanco como respuesta, una vez que ambos estuvieron en el agua Kiba tomó la iniciativa antes de que Kimimaro pudiera hacer nada; el castaño comenzó besando a Kimimaro en los labios, luego sus besos bajaron por su cuello, llegando hasta su pecho, donde se detuvo para lamer, besar y morder los pezones del peliblanco. –aaah Kiba… se nota que tienes practica haciendo esto… ¿No me vas a decir de quien era el trasero que te ponía tan contento como ahora? – preguntó Kimimaro tratando de obtener alguna pista sobre esa persona, pero Kiba lo ignoró prosiguiendo con su labor. Después de que los pezones del peliblanco estuvieron suficientemente estimulados Kiba tomó a Kimimaro por las caderas indicándole que se diera la vuelta, una vez listo el castaño pudo apreciar frente suyo un trasero realmente exquisito, Kiba tomó el jabón liquido que había a un lado de la bañera y lo utilizó para jabonar desde atrás el miembro del peliblanco, luego metió uno de sus dedos en la entrada de Kimimaro, el cual lo comenzó a mover circularmente, y de la misma forma siguió luego con 2 y 3 dedos. Cuando Kimimaro ya estuvo listo, Kiba preparó sus caderas para poder penetrar aquel fantástico trasero. Kimimaro levantó sus caderas para poder recibir mejor al castaño, quién luego de besar tiernamente la nuca de Kimimaro lo penetro con una certera estocada, Kimimaro pudo sentir el calido miembro de Kiba entrando en su cuerpo hasta lo mas profundo, para después comenzar a moverse rítmicamente dentro de él.
Kiba se sentía como en el paraíso, había pasado un tiempo desde la última vez que lo hiciera con alguien, y el haber vuelto a "debutar" con alguien tan hermoso como Kimimaro era un verdadero privilegio. –aah… aah… Kimimaro… eres tan estrecho como "él"…- el castaño sin darse cuenta le había hecho una molesta confesión a Kimimaro, pero éste sin molestarse mucho por el comentario prefirió sacar provecho de la situación. El peliblanco cargó sus caderas hacía atrás, obligando a Kiba a sentarse en la tina para que Kimimaro quedara sobre él; cuando Kimimaro estuvo sentado sobre el abdomen de Kiba empezó a subir y bajar por su pene violentamente, causándole a ambos un placer realmente exuberante, y reuniendo fuerzas Kimimaro aprovechó aquel momento de éxtasis para socavarle toda la información posible a su amante.
Aah… Aah – al peliblanco le costaba trabajo hablar, sus gemidos salían desde su alma - … Kiba, dime… ¿soy tan bueno como ese ex-amigo tuyo? – en el momento que Kimimaro le formuló la pregunta tuvo que disminuir un poco el ritmo para que sus propios gemidos no lo interrumpieran.
No… no sabría decirlo… ¡aaaah! – a modo de "venganza" por esa respuesta Kimimaro se dejó caer fuertemente sobre el cada vez mas erecto pene de Kiba.
¿Y no me vas a decir… aaah… quien es? – Kimimaro necesitaba obtener lo antes posible la después, podía sentir como se acercaba rápidamente al clímax.
Su nombre es… oooh Kimimaro ya casi estoy listo… - Kiba también estaba a punto del clímax, enderezó un poco mas su cuerpo para poder tomar el erecto miembro del peliblanco, el cual empezó a masturbar al mismo ritmo de sus profundas estocadas.
¡¡¡Dímelo! – Kimimaro ya no pudo aguantar mas, justo después de decirlo alcanzó un delicioso orgasmo, acompañado por una poderosa eyaculación.
Oooh si…. aaah… aah… - Kiba aceleró aún mas su ritmo, y en su última y mas profunda penetración liberó todo su calido semen en el delicioso cuerpo del peliblanco – ooh… Neji… su nombre es Hyuga Neji…
