3. Incorrecto

En momentos como ese, Iori se preguntaba, ¿Cómo demonios había llegado a esa situación? Su vida de por si, era una serie de infortunadas situaciones, nació con una maldición pasada de generación en generación en su sangre, con un constante tormento de un dios en su cabeza que no lo dejaba en paz y con una obligación de proteger la reliquia sagrada de su clan y asistir a la protectora del sello y a la flama exorcista en batalla. Uno pensaría que, con ese tipo de vida que llevaba, nada que le pasara pudiera sorprenderlo, después de todo había luchado contra dioses iracundos y contra peligrosas organizaciones terroristas, ¿Qué podría ser más loco que eso?

Estar con dos copias de Kyo al mismo tiempo.

Definitivamente esa situación se llevaba el premio a la cosa más extraña y perturbante que le hubiese pasado.

Lo que era aún más perturbador, era el hecho de que su cuerpo estaba reaccionando a gusto con la situación y lentamente estaba siendo seducido sin que pudiese hacer nada al respecto. Aún cuando en su mente, una parte lógica le decía que aquella situación era ridícula y que debía detener a ese par de idiotas.

Sin embargo, Iori se quedó muy quieto y permitió a Hoki desabotonarle el pantalón, dejando expuesta su creciente erección bajo los boxers negros, disfrutó de las caricias en su pecho, así como los besos que Mero depositaba en su nuca.

Hoki se quedó mirando su entrepierna con sus redondos ojos avellana y le pareció ver una sombra de duda en ellos. Mero también lo notó y aún con la cara apoyada en el hombro de Iori, sonrió traviesamente.

- ¿Estás seguro que sabes lo que estás haciendo hermanito? - Exclamó Mero con voz burlona, logrando que Hoki lo mirara con el ceño fruncido.

- Pues claro que si, también soy hombre – Le respondió con una expresión que a Iori se le antojó demasiado adorable, el clon rodeó su miembro por encima de la tela del boxer y comenzó a mover la mano desde la base hasta la punta lentamente. Iori se estremeció inevitablemente con el contacto.

Sabía que toda esa situación estaba mal, que no iba a remplazar a Kyo y que aquello era solo un temporal alivio para su frustrado corazón, pero al mismo tiempo también pensaba que, realmente no le importaba permitirles hacer eso, porque era solo sexo y el pelirrojo sabía muy bien que ninguno de los gemelos tenía un lazo afectivo hacía él.

Hoki continuó moviendo la mano por un rato más hasta que Mero pareció exasperarse.

- Así no, tonto, lo estás haciendo mal – Se quejó y dejó lo que estaba haciendo, para posicionarse al lado de su hermano, arrodillándose también.

Hoki hizo un puchero frunciendo el ceño cuando Mero le quitó la mano y procedió a bajarle el pantalón y el boxer hasta las rodillas. Con una sonrisa maliciosa Mero acercó su rostro y le dio una lamida desde la base hasta la punta, arrancándole un suspiro a Iori quien lo miraba atentamente. No era la primera vez y el pelirrojo sabía que Mero sabía lo que estaba haciendo.

- Debes provocarlo primero así... ser sutil y delicado – Comentó Mero sin dejar de mirar a Iori a los ojos. Beso la punta y luego la humedeció con su lengua, jugueteando en círculos lentamente. Hoki lo miraba expectante, atento a todos sus movimientos, como si en realidad quisiera aprender.

- ¡Yo también quiero hacerlo! - Se quejó Hoki.

- Esta bien, inténtalo – Aceptó su gemelo retirando la cabeza para permitir al otro acercarse.

Hoki con las mejillas rojas como un par de cerezas maduras, miró el miembro de Iori con una expresión nerviosa, por unos instantes el pelirrojo creyó que se arrepentiría, pero finalmente el clon inclinó la cabeza y envolvió la punta con sus labios. Iori se aferró con fuerza al borde de la silla al sentir la humedad de su lengua.

- ¡Hey! Te dije que lo provocaras primero – Exclamó Mero cuando Hoki había tomado casi todo el miembro de su boca.

Hoki comenzó a mover la cabeza, en un vaivén lento y el corazón de Iori comenzó a latir más a prisa. Ese inocente muchacho no tenía la experiencia y la precisión de su hermano, pero eso no significaba que lo hiciera mal, de hecho su expresión nerviosa y la forma en como entornaba los ojos mirándolo, buscando aprobación, encendía aún mas su deseo.

Hoki era un poco torpe, aún así el pelirrojo se encontró cerrando los ojos perdiéndose en la sensación, el deseo se iba encendiendo cada vez más en su interior con cada movimiento de su boca por muy torpe que fuera.

- Así no, lo estás haciendo muy rápido - Exclamó Mero, logrando que Hoki se detuviera - Harás que se corra demasiado rápido -

- ¿Y no es esa la finalidad? - Preguntó el castaño con gesto inocente.

- Bueno si... pero no - La voz de Mero sonaba algo exasperada - Es mejor así -

Mero se inclinó y volvió a pasear su lengua desde la base hasta la punta, mientras que al mismo tiempo jugueteaba con sus dedos entre sus piernas, Iori se estremeció y dejó caer la cabeza hacía atrás en la silla, Hoki entorno los ojos con curiosidad.

- ¿Así? - Preguntó con las mejillas coloradas inclinándose también para lamer y chupar, imitando lo que su hermano hacia.

Iori entre abrió los ojos y la erótica imagen de esas dos réplicas de Kyo besando, chupando y lamiendo su miembro al mismo tiempo fue más de lo que pudo soportar. Un gemido ahogado se escapó de sus labios cuándo sintió como el orgasmo se aproximada y como su cuerpo se tensionaba de pies a cabeza. Segundos después su tibia semilla explotó con fuerza en las bocas de ambos, salpicandoles los labios y las mejillas.

Iori cerró los ojos, frunciendo el ceño, mientras la deliciosa sensación del orgasmo lentamente se iba desvaneciendo dejándole el cuerpo relajado. Cuando su respiración comenzó a calmarse, abrió los ojos, notó que los gemelos habían ido al baño, probablemente para asearse. Iori levantó la mirada hacía el techo y se preguntó, qué demonios acababa de hacer. ¿Cómo es que había permitido eso?

- ¡Tenías razón! - Exclamó Hoki por el corredor - Es verdad que no se crean sentimientos de amor luego del sexo -

- Deberías dejar de asumir que todo lo que lees en tus mangas es cierto, esos mangas son escritos por mujeres, son románticos a propósito - Le explicó Mero regresando a la sala. Iori seguía sin reaccionar, aún sentado en la silla.

- ¿Y bien? ¿Qué tal? - Pregunto Mero acercándose a Iori sonriendo de nuevo con esa expresión maliciosa suya - ¿Quién lo hace mejor? -

Hoki se sentó en el sofa y lo miro con ojos brillantes de gatito pidiendo comida.

- ¿Que importa? - Respondió Iori a su vez con una pregunta - Esta competencia es tonta -

- Ah, pero es una competencia que te gusta - Insistió Mero colocándose una mano en la cintura.

Iori abrió la boca para responder, pero luego la cerró sin decir nada, era cierto que le había gustado, en realidad la había pasado increíblemente, y de hecho deseaba poseer a Hoki y ver su rostro sonrojado gimiendo su nombre mientras lo penetraba, de la misma manera deseaba someter a Mero, pero algo en la manera en como se expresaban los clones le hacía sentir extraño.

La manera en como hablaban de complacerlo era desapegada y fría, incluso Hoki dentro de su inocencia hablaba del sexo como si fuera un trabajo o una misión que cumplir. Era desconcertante y aunque Iori había estado pagándole a Mero por ese 'servicio' en primer lugar, le pareció que la forma en la que hablaban de ello no era humana.

Era como si ambos tuvieran una idea tergiversada en la mente de lo que se suponía era el contacto íntimo con otra persona. Aunque, ¿quien era él para definir que era normal y que no, en ese aspecto?

Iori no era precisamente alguien romántico o tradicional en ese aspecto, se había acostado más de una vez con sus fans sin tener ningún sentimiento de apego. El mismo era capaz de follar sin amar.

Pero entonces, ¿porqué sentía como si algo estuviese mal? ¿Cómo si se estuviese aprovechando de ellos?

- ¿Pasa algo Iori-san? - Preguntó Hoki al ver que no respondía.

- Vamos a mi cuarto - Murmuró el pelirrojo poniéndose de pie. Los hermanos intercambiaron miradas antes de seguirlo.

***

Iori se despertó a la mañana siguiente, sintiendo una suave caricia en su cabello, aún con los ojos cerrados podía sentir unos dedos revolviendole el cabello. Hoki se había despertado antes que él y sin cambiar de posición, había comenzado a acariciar su cabello en silencio. Mero aún seguía dormido, con la cabeza apoyada en el hombro derecho de Iori y su brazo atravesado por su pecho. Estaban en ropa interior y una vez más, al abrir los ojos y ver a esas copias idénticas de Kyo en su cama, le hizo sentir como si todo había pasado en un sueño.

Hoki sonreía con esa inocencia tan característica suya mientras continuaba jugueteando con su cabello y el pelirrojo comenzó a recordar lentamente lo ocurrido.

Había deseado acostarse con ambos y dejarse llevar por el deseo, sin embargo, algo había pasado, contrario a su impulso físico (Se había puesto duro solo con la idea de poseerlos a ambos) cuando vio a ambos clones sentados en la cama mirándolo expectante, se controló y en vez de hacer lo que su cuerpo le pedía, les había hecho una pregunta.

"¿Qué quieren hacer?"

Los clones se habían quedado desconcertados y se habían mirado contrariados sin saber que decir, ninguno de los dos había pensado en lo que querían y tal y como Iori había sospechado, solo estaban haciendo todo eso porqué era parte del 'trabajo' o porque Mero había comenzado esa tonta competencia y Hoki no quería perder. Pero realmente ¿Querían hacerlo con él?

"Esta noche haremos lo que quieran, sin importar qué"

Les pidió Iori, sintiéndose curioso sobre que tipo de cosas pervertidas se les pasaría por la cabeza, fuera lo que fuera, estaba dispuesto a aceptarlo, al fin y al cabo, él había comenzado todo cuando había contratado a Mero meses atrás en primer lugar.

Como Mero se había quedado en silencio sin saber que decir, había sido Hoki quien había propuesto el plan.

"Um... podemos ver una película... yo puedo preparar maíz tostado"

"¿Una película? Eso es tonto" Se había quejado Mero cruzando se de brazos "Estoy seguro que Iori está implicando hacer otro tipo de cosas..."

"¿Qué película?" Había preguntado Iori cortando a Mero quién lo miró con sorpresa.

"Cualquiera" Había respondido Hoki alzándose de hombros "Prepararé los snacks, mientras ustedes deciden cual" Agregó y se levantó de la cama para dirigirse a la cocina.

A la final, Iori había terminado acostado en su cama, con ambos clones a cada lado suyo, recostados en sus almohadas y el portátil sobre su estómago. Vieron una película de aventuras con dragones y magia, que Iori no tenía idea que existía, pero que Mero había sugerido y habían comido maíz tostado acaramelado con azúcar morena, rodajas de mandarinas y té negro con limón.

No habían hecho nada de carácter sexual y para completar lo extraño de todo el asunto a Iori no le había hecho falta. No era que se considerara una persona con un libido alto que constantemente buscara tener sexo, pero dadas las circunstancias Iori creyó que a noche terminaría de esa manera, pero en vez de eso los clones habían terminado discutiendo sobre quien era más poderoso que quién en la película y especulando sobre como sería una secuela.

En algún punto se habían quedado dormidos y ahora que Iori despertaba con Hoki jugando con su cabello de esa manera tan cariñosa, se preguntaba si, acaso ese muchacho tenía otro tipo de sentimientos hacía él. Hoki parecía alguien cariñoso por naturaleza, desde hacía un mes habían estado interactuando debido al trabajo de limpieza y aun cuando Iori se portara frío con él, el joven siempre sonreía y le trataba de manera amable. Era difícil imaginar que alguien como él hubiese pasado por la experiencia de trabajar para NESTS y sobrevivir en las calles escapando de los hombres de Heidern.

En realidad, ninguno de los dos parecía tener una personalidad dura como la que se esperaría de dos personas que han sobrevivido experiencias traumáticas.

- Haré el desayuno – Comentó Hoki cuando notó que estaba despierto – ¿Natto, huevos blandos y sopa de miso como siempre? -

Iori asintió con la cabeza y el clon se bajó de la cama, se colocó sus pantalones y se dirigió a la cocina. El pelirrojo se quedó en donde estaba pensando en que quizás debía cortar todo contacto con ambos. En un comienzo, cuando había encontrado a Mero trabajando en un bar al que él fue con su banda para una presentación, realmente no había pensado en las consecuencias de sus actos. Su deseo de estar con Kyo había nublado su raciocinio. Se había dejado llevar por el impulso y porqué Mero parecía demasiado atemorizado como para decir que no y le había permitido hacer todo lo que había querido.

Él se había aprovechado de ese miedo. Porqué, por supuesto, ¿Cómo no le tendría miedo si él había dejado un camino de cadáveres calcinados de clones cuando había ido en busca de Kyo a esos laboratorios? Mero se había comportado sumiso y tímido al comienzo, pero eventualmente había ganado confianza y había perdido el temor inicial cuando se había dado cuenta de las intenciones de Iori. Aún así, eso no quitaba el hecho de que Iori se había aprovechado de ello.

Giró su rostro y observó el rostro aún dormido de Mero a su lado mientras reflexionaba que, era la primera vez que lo vía como a una persona. Como as un individuo con pensamientos propios. Hasta esa noche, él había utilizado a Mero para desahogar su frustración, le había pedido que se vistiera y actuara como Kyo, todo con la finalidad de complacerlo a él. El pelirrojo se llevó una mano a la cara sintiendo una desagradable sensación y un profundo odio hacía si mismo.

No podía creer que tan bajo había caído.

Mero abrió los ojos lentamente y luego bostezó, mientras se sentaba, rascándose los ojos con el dorso de las manos. Tenía el cabello castaño revuelto y pequeñas lagrimas en las esquinas de los ojos. Iori se quedó mirándolo en silencio sin saber que decir o que hacer. Le generaba un gran conflicto interno reconocer que tanto Mero como Hoki eran personas no solo 'copias' imperfectas de Kyo y que debía tratarlos como tal.

- Buenos días Yagami – La voz de Mero sonó juguetona al pronunciar su apellido y sonrió antes de gatear sobre él – Espero hayas descansado plenamente -

El clon paseó sus manos por su pecho sonriendo maliciosamente y luego se sentó sobre sus caderas, Iori sintió como se ponía duro al sentir sus glúteos protegidos apenas por la delgada tela de los boxers rojos que Mero llevaba puestos. Aún cuando su cerebro era consciente de que era otra persona, ese joven sentado sobre su cadera, era idéntico a Kyo y eso encendía su deseo sin que pudiese evitarlo. Inclusive su voz le ponía la piel de gallina.

- No vas a escapar de mi esta vez – Continuó Mero moviendo sus caderas descaradamente, presionándolas apropósito contra su miembro.

- Espera... No tienes que hacer esto – La voz de Iori sonó baja pero segura, le miraba a los ojos con seriedad. Mero ladeó la cabeza desconcertado.

- ¿Qué te pasa? ¿No tienes ganas? - Insistió.

- No es eso – Negó Iori, pues era evidente que se había puesto duro fácilmente solo con ese roce de sus caderas – No se trata de eso -

Mero se quedó callado aún sentado sobre él y lentamente su rostro se fue transformando de la inicial expresión traviesa a una dolida, se mordió el labio y frunció las cejas, tragando saliva como si estuviese tratando de contenerse de decir algo.

- ¿Ya no soy suficiente para ti? - Preguntó finalmente Mero con voz trémula.

Iori continuó callado, esperando a que el muchacho expresara mejor lo que estaba pensando.

- ¿Acaso no he hecho bien el trabajo todo este tiempo? - Continuó y ahora su voz sonaba más aguda - ¿Porqué de repente...? -

- Simplemente ya no quiero hacerlo contigo – Respondió Iori, encontrando difícil poder explicar como se sentía en ese momento, él tampoco era muy bueno con las palabras.

- ¿Acaso no he sido bueno... ? - Preguntó y la manera en como moduló la pregunta, le hizo parecer como un niño que intenta disculparse por haber cometido una travesura, Iori vio en su expresión la misma inocencia de Hoki, por primera vez y se cuestionó, si Mero había estado pretendiendo ser duro y dominante todo ese tiempo, si ese joven que tenía al frente era el mismo con el que se había acostado en los últimos meses.

- ¿Porqué es tan importante para ti lo que yo piense? - Inquirió Iori pues había notado que Mero deseaba su aprobación. Había visto esa misma expresión en Hoki antes y ahora por fin la reconocía en Mero. - ¿Qué importa si eres bueno o no en eso? -

Mero se quedó callado y desvió la mirada hacía sus manos, su expresión ahora era completamente distinta a lo que Iori había visto de él.

- Porque solo si hago un buen trabajo actuando como El Original... - Respondió Mero en un murmullo – Solo en ese momento puedo experimentar lo que se siente... ser deseado por otra persona -

Iori arqueó las cejas con sorpresa al escucharle decir eso, el rostro de Mero ahora se veía acongojado, frustrado y triste, pareciera como si estuviese a punto de romper en llanto o en gritos.

- Nunca siento nada... todo lo que pasa a mi alrededor es aburrido y se siente igual, cualquier trabajo me da igual por muy bueno que sea... todo me da igual – Continuó Mero meneando la cabeza, arrugando la nariz – Ni siquiera debería existir en este mundo, porque soy una cosa creada artificialmente... -

Mero suspiro, aún seguía sentado sobre Iori quien no se atrevía a moverse, demasiado sorprendido con sus palabras como para hacer nada.

- Tu me diste un propósito aunque fuese temporal... algo en lo que soy bueno... al fin y al cabo ¿No fui creado para imitar a Kyo Kusanagi? -

- Esto es terriblemente incorrecto – Habló finalmente Iori – No debí haberte buscado en primer lugar, no debí pedirte que hicieras nada de esto... yo... -

El sonido de los platos al caer al suelo y golpear el suelo de cerámica, interrumpió las palabras de Iori, luego escucharon pasos apresurados por el corredor y luego Hoki apareció en la habitación con una expresión de absoluto terror. Iori lo miró confundido sin comprender que demonios pasaba, entonces Hoki saltó por encima de la cama como intentando escapar de algo y fue solo en ese momento que el pelirrojo notó que era, ahí en el marco de la puerta, estaba nada más ni nada menos que el auténtico Kyo Kusanagi en persona.

Todos se quedaron en silencio mirando al recién llegado que vestía un simple suéter negro bajo una chaqueta blanca y unos jeans desteñidos azul claro.

- ¿Qué demonios significa esto? - Preguntó Kyo rompiendo el silencio, su expresión era una mezcla de shock y desconcierto por la escena que estaba viendo, Iori sintió como si el cerebro se le hubiese apagado porqué no tenía idea de que decir o hacer en ese momento, Mero seguía sentado sobre sus caderas, Hoki se había quedado petrificado contra la pared a su lado y miraba a Kyo como si estuviese viendo al mismo lucifer en persona y para completar el cuadro estaban en ropa interior (A excepción de Hoki quien se había colocado un pantalón y un delantal para cocinar).

¿Cómo es que no había notado la presencia de Kyo? Se preguntó en esos segundos de desconcierto, tan concentrado estaba en la conversación con Mero, que había ignorado ese sexto sentido que parecía activarse cuando el heredero Kusanagi estaba cerca.

- ¿Sabes qué? No tienes que darme explicaciones sobre lo que sea que hagas con tu vida – Continuó Kyo llevándose una mano puente de la nariz – Solo vine a traerte esto -

Kyo sacó un sobre del bolsillo interno de su chaqueta y finalmente Iori pareció reaccionar, haciendo a Mero a un lado para levantarse de la cama y tomar el sobre.

- Kagura quiere que formemos el equipo de los tesoros sagrados para el próximo KOF – Le explicó, el moreno desvió la mirada, para evitar ver el cuerpo semi desnudo de Iori.

- ¿Porqué? - Murmuró Iori tomando el sobre con la invitación oficial para el quinceavo torneo.

- Porque ella detectó una anomalía en la energía del sello o algo así, creo que vio algo en el espejo... no estoy seguro – Respondió Kyo. Mero se unió a su hermano junto a la pared.

- ¿Porqué viniste tú a pedírmelo? - Insistió Iori – Podrías haber llamado o enviado un mensaje de texto -

Kagura les había hecho intercambiar números desde hacía un par de años en caso de emergencias y generalmente era ella quien daba ese tipo de noticias. Que Kyo le hubiese buscado en su apartamento no solo era inesperado, sino que improbable. Aquella era una visita que jamás se habría esperado tener.

- Kagura es una mujer ocupada y me lo encargó, así que me pareció mejor venir directamente... además tienes que firmar el registro -

Kyo se encogió de hombros y Iori entrecerró los ojos intentando discernir si había algo más en las palabras de Kyo.

- En fin, ¿Te vas a unir al equipo o no? - Preguntó Kyo con voz fastidiada y se llevó una mano a la cintura.

Iori abrió el sobre y encontró la carta que normalmente invitaba a los participantes del torneo, también estaba el documento de registro del equipo. Al final del papel estaban las firmas de Chizuru y de Kyo. Lo que significaba que el Kusanagi ya había aceptado.

Iori caminó hacía la mesita que estaba al lado de la cama, en donde aún estaba el plato con lo que había sobrado del maíz tostado y las cáscaras de mandarina y buscó en el cajón un bolígrafo. Sin decir nada más firmó su nombre en el documento de registro y se lo entregó de nuevo a Kyo.

El heredero Kusanagi se metió el sobre en la chaqueta y sin mirar a los clones, se giró en redondo y regresó por el corredor hacía la puerta, Iori lo alcanzó cuando ya estaba saliendo.

- Espera un momento... - Logró decir, agarrándo a Kyo por la manga de la chaqueta.

Kyo se giró y sacudió el brazo para zafarse bruscamente y aquella fue la primera vez que vio a Kyo con esa expresión en su mirada. Kyo generalmente lo miraba con rabia, especialmente si estaban en el torneo, pero nunca había visto odio o desprecio en su expresión, hasta ese momento. El moreno rechinó los dientes como un gato acorralado a punto de atacar.

- No digas nada Yagami, no empeores más las cosas – Siseó con el ceño fruncido y se dio media vuelta – Voy a pretender que no vi a dos malditos clones de NESTS en tu apartamento -

Dicho esto, el Kusanagi aceleró el paso por el corredor hacía el ascensor del edificio, dejando a Iori de pie en la puerta, con un nudo en la garganta y el corazón desgarrado en cientos de pedazos.

Continuara...

Notas finales:

Me enviaron fanart sobre los clones! miren que lindos se ven! *-*

Hoki!❤

Mero ❤