PASADO IMBORRABLE

CAPITULO VII: EL PORQUE DE TU DOLOR.

-"Riza... saliste temprano?" –le pregunto Roy cuando se la topo, en la puerta de su habitación.

-"Si así es, sentí que había dormido de mas, y salí a dar un paseo" –respondió cabizbaja la rubia.

-"Riza te gustaría acompañarme este día... me gustaría pasarla hoy a tu lado, disfrutando de tu compañía" –hablo sin medir sus palabras, y sin saber que cada palabra de sutileza, era para Riza como una daga que se clavaba lento pero profundo en su pecho.

-"Ahmm! claro, solo deja tomo una ducha"

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Roy se había quedado fuera del cuarto esperando en el pasillo, pero el sonido que hacia el agua al caer, fue demasiado tentador para el alquimista, y no pudo contenerse de abrir la puerta. Dar unos cuantos pasos hacia el baño y empujar ligeramente la puerta, para observar detrás de la cortina la silueta de la joven mujer. Avergonzado mas no arrepentido, de haber hurtado esos momentos de intimidad de Riza, salió del lugar, no sin antes grabar en su mente cada línea y curva que conformaba su cuerpo.

Cuando se reunió ella con él. Éste no pudo evitar un ligero sonrojo al verla con un vestido veraniego: blanco con algunas flores en amarillo; le llegaba por debajo de la rodilla, con los hombros descubiertos, el vestido se sujetaba con unos listones por el cuellos; su cabellos recogido en una cola que caía por su hombro, y un sombrero para protegerse del fuerte calor que caía con intensidad sobre Rizembull. No fue solo verla con esa ropa, que desconocía tuviera y mas aún usara; su sonrojo se debió al recordarla bajo la regadera.

-"Nos vamos. Creo que deberíamos bajar a desayunar antes de salir." –hablo para distraerlo y dejar que la mirara de esa manera, que la hacía sentir nerviosa.

-"No, hoy no comeremos aquí, tengo pensado hacer algo mejor, ven sígueme" – la tomo del brazo, sin darle mucha importancia al color que había adquirido Riza.

Roy recogió de con la encargada, una canasta de viaje, y salieron ambos, sin dar explicaciones a nadie.

-"No e tenido tiempo para recorrer este lugar, así que no lo conozco; pero creo que el día nos alcanzara para ver algunas cosas" –Comenzó a explicarle a su compañera, mientras caminaba ahora a su lado.

Finalmente desde que llegara a ese lugar, Riza pudo olvidarse por unos instantes de todas las malas noticias que había recibido, en esos pocos días. Había pensado que lo mejor era permanecer el mayor tiempo posible lejos del Coronel, para así evitar que tanto el se sintiera incomodo con su presencia, como ella con la de él; trataba de verlo lo menos posible, para no encararlo y decirle lo que pensaba acerca de su estúpido plan, del cual suponía se sentía tan orgulloso. De igual forma no tenía ninguna intención de revelar sus verdaderos sentimientos; y aunque lo hiciera de que le serviría, si obstinado como era, difícilmente podía hacerlo cambiar de parecer en esos casos. Tal vez unos resultaban tarea fácil, pero ese supo que no.

Sin importarle las posees, que debiera de guardar o comportarse frente a su superior, o la situación; se entrego a una plena diversión. En un principio había permanecido como siempre, serena, caminado al lado del alquimista, pero conforme sus conversaciones cambiaron. De los deberes del trabajo, o del clima; se transformo en conocer los gustos tanto de ella, como de él. Riza descubrió que su Coronel, gozaba de un excelente humor, hasta en las situaciones mas irreverentes o peligrosas, sabía encontrarles el lado positivo y salía con mas de un comentario gracioso; al principio solo reía sutilmente... sus labios solo se curvaban, pero después le fue inevitable, reírse de él y con él, hasta que esas risas se transformaron en unas sinceras y de genuina alegría.

Roy por el contrario, había logrado extraer de su Teniente, un relato detallado de su infancia y su vida con sus padres, de sus gustos como era el caso de los helados o cosas frías, y a su pesar descubrió que ella disfrutaba de los días lluviosos.

-"Se pueden hacer muchas cosas" –respondió con una sonrisa, cuando tocaron ese tema.

-"Ahh sí, como que, aparte de recordarme que mi alquimia y estudios fueron una perdida de tiempo"

-"Pues... si estas en tu casa pueden mirar una película, escuchar música, leer un buen libro, o simplemente pensar en lo que mas te gusta, para después dejarte arrullar con su sonido. Si estas en la calle, es agradable esa sensación del agua en tu cuerpo; en ese momento todos los encantos se terminan, tu cabello chorrea, la ropa se ciñe al cuerpo, y comienzas a titiritar de frío. Hasta que llegas a casa y alguien te recibe feliz de que hayas regresado, a su lado" –le daba las razones por las cuales, le gustaba los días de lluvia

-"Y tienes quien te espere en casa" –hizo la pregunta al aire, sin que se escuchara que le interesaba su respuesta, y mas aún sin que se diera cuenta de que sentía celos, que existiera un hombre que la recibiera en su casa.

-"Si claro...Black Hayate, espera por mí todas las noches" –dijo de una forma inocente, sin darle relevancia a su pregunta.

-"Ah, valla era el, que alivió" –se rió de alivió y por sacar teorías tan apresuradas.

-"Si claro...que creías...oh, por dios Roy pensabas que yo me refería a un hombre, jaja. Te equivocas, no hay nada de eso" –lo tomo a broma, sus ocurrencias.

-"Si...bueno...no tiene nada de malo; eres muy agradable..." –no se atrevió a decir, lo que en realidad pretendía.

-"Ah, solo eso. No... por mi trabajo no he podido conocer alguien interesante...bueno solo uno...pero no. Que hay de usted, es muy popular con las mujeres, creo que se debe a esta nueva etapa que acabo de descubrir." –prefirió cambiar el tema, antes de que hablara mas de la cuenta.

-"Bueno, usted sabe, hay que socializar con todo tipo de gente. Pero nada serio" –si ella no quería hablar de su vida sentimental, menos él –"Le parece bien si, comemos aquí"

Sugirió Roy al darse cuenta que ninguno de los dos tenia deseos de hablar de su vida sentimental frente al otro; Riza acepto de buen grado la oferta, ofreciéndose a sacar ella las cosas de la canasta, mientras Roy observaba cada uno de sus movimiento. Descubrió que hasta en esos momentos tan simple e imperceptibles de la vida, Riza ponía cierto desempeño y motivación en cada cosa que hacia. Era la mismas dedicación que ponía en su trabajo, en sus misiones, en su temple, y en todo lo que ella se proponía. Se llego a preguntar si ese mismo empeño había sidoel quela había llevado tan lejos, y si seguiría con esa misma vitalidad después de que el ya no estuviera. Abandono sus pensamientos cuando la joven mujer le hablo mientras le extendía un plato.

Comían en silencio, las charlas serian para mas tarde, ya tendrían tiempo para conocer mas cosas de ellos. Apenas terminaron Riza comenzó a recoger las cosas, cuando sintió la mirada burlona de Roy sobre ella. Alzo la vista hacia él y tal como lo presentía, Roy Mustang la miraba detenidamente, con una gran sonrisa de diversión, cosa que hizo sentir nerviosa a la Teniente.

-"Oh! Lo siento pero... tienes algo en la mejilla" –respondió tratando de moderar su voz, ante la mirada interrogadora de la rubia.

Apenada Riza se llevo una mano a su rostro, pero antes de ésta hiciera contacto con su mejilla Roy se le adelanto, limpiándola con un pañuelo. No sabía porque motivo debía sonrojarse mas, si por el agente en su mejilla o por la reacción de su superior. Lo observo primero a los ojos y después miro su mano con el pañuelo blanco.

-"Deberías sonrojarte mas seguido, me gusta como luces" –pronuncio aún con su mano sobre su rostro y su mirada expectante ante la reacción de ella.

Regreso tímidamente su mirada hacia sus ojos negro; no sabía que decir, pero al ver la sonrisa bromista de Roy, sumergió su manos en el río para después salpicar el rostro del alquimista.

-"Eyy! Que dije" –remilgo mientras se limpia con la manga la cara

-"No me gustan tus bromas" –trataba de sonar molesta, pero era obvió que no lo estaba.

-"No es mentira, es la verdad...que quieres que haga" –a estas palabras las acompaño un poco de agua cuyo blanco fue el rostro de Riza.

Esta sencilla broma, fue el inicio de una discreta guerra de agua. Cuando Roy quedo visiblemente mojado; Riza solo había resentido los efectos del agua en su cabello y rostro...pidió tregua a su teniente; cuando se la concedió el aprovecho esa distracción para comenzar a hacerle cosquillas en el estomago.

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Tiempo atrás había descubierto esa debilidad en su Teniente, cuando se encontraba en su silla o sentada en el sofá e inesperadamente Hayate le saltaba sobre su regazo, para acomodarse en sus piernas y dormir confiando en la seguridad de su ama. En esa época Hayate apenas era un cachorro: juguetón, inquieto, obediente y fiel a la mujer que le había dado asilo. Y ella encariñada por la actitud de su mascota era incapaz de rechazarlo, lo único que hacia era reír por debajo tratando de no incomodar a Roy y evitando que vieran que era por demás cosquilluda. Pero Roy, mas de una vez se había dado cuanta de esas risas silenciosas. En una ocasión trato de averiguarlo por su propia cuenta pero su único resultado fue ver pasar muy cerca de su cara una bala.

Ahora su segundo intento después de aquel fatídico día, estaba dando resultados. Riza lentamente se doblaba antes sus artimañas y reía plenamente. Suplicándole a intervalos que se detuviera. Pero Roy nunca antes la había visto divertirse de esa manera, tan pura y sincera. En vano trato de tomar entre las suyas las manos del hombre, en su lugar entre el forcejeo solo obtuvo quedar recostada sobre la hierba, con Roy sentado a su lado con una mano sobre su vientre y la otra apoyándose del lado contrario a donde estaba.

Su mano dejo de moverse, ahora reposaba extendida sobre ella, y Riza dejo de reír, aunque aún seguía sonriendo, instintivamente sus miradas se buscaron y cuando se encontraron reflejados en las pupilas del otro...el tiempo para ellos se detuvo...todo lo que pasaba a su alrededor... lo que pasaba en otros lugares dejo de existir, en ese momento lo único que existía para cada uno era la persona que tenía al frente.

Miles de cuestionamientos circularon con rapidez por la mente de cada uno, se preguntaban que pasaría si no se hubieran conocido, lo que sentía el otro hacía el/ella, si estaban destinados a permanecer así...como en ese momento...juntos. Desde luego que no y todo porque Roy había decidió en un acto egoísta y cruel el destino de ambos.

-"¿Porque lo hiciste?" –revelo la pregunta que tanto la había perturbado.

Todo lo que había logrado obtener ese día Roy... lo había esperado por meses, inclusive por año. En ocasiones pasaba horas dándole vueltas a ese único y secreto deseo, desde que abría los ojos por la mañana hasta la noche que los cerraba y aún mas allá de sus sueños, lo acompañaba esa ilusión, otras veces atravesaba su mente fugazmente para perderse en la inmensidad de sus recuerdos, y durante aquellas ocasiones donde sentía perder toda esperanza se conformaba con creer que algún día su deseo se revelaría... que ella, Riza Hawkeye la mujer, no la teniente, llegaría a sonreír, a sentirse tan libre y a gusto olvidándose de esas invisible pero abrumantes cadenas que soportaba día a día junto con el poder que le confería su cargo dentro de la milicia.

Durante todo ese día el corazón del alquimista se embargo de felicidad, al sentirse satisfecho por ver su sueño realizado, por fin reía como solían hacer miles de mujeres de su edad, disfrutaba la vida plenamente. Y ambos descubrieron por primera vez la autentica felicidad al lado de la persona amada. Pero nada es eterno, tan solo pasajero y esa cruel realidad le afecto como nunca antes lo llego a creer.

Esa no solo había sido una pregunta mas, como cualquier otra; aquella era especial... especial por quien la hizo, escucharla salir de esos castos labios con ese timbre de temor revelado en cada palabra... especial porque la acompañaban unos ojos asustadizos, un rostro indefenso y temeroso...pero sobre todo por sabía que de su respuesta, tan obvia... tan simple y corta... y a la vez tan real como devastadora, dependía el destino de esa mujer tan amada como inalcanzable para él, para Roy Mustang, el gran alquimista de la llama.

Y en ese momento el corazón de ambos se encogió de dolor. Riza solo giro su rostro a un lado para que él no continuara viéndola con misericordia, y Roy sorprendido al principio se arrepintió de todo eso, y ninguna respuesta, mucho menos excusa acudió en su auxilio. Solo la observo esperando que a través de ese rostro se reflejara su respuesta.

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-"No lo se... creí que eso era lo que quería en un principio... pero ahora no estoy seguro" –respondió con voz velada, después de un rato.

-"Eres un idiota" –pronuncio por lo bajo Riza, mientras cerraba fuertemente sus ojos, impidiéndose llorar.

-"Ahora lo se"

Pero aquellas palabras, Riza ya no las escucho. En su lugar su mente ya se había alejada a una realidad próxima y poco esperanzadora.

Bien comprendía que el dios cronos, de pronto se había puesto en su contra, y que el tiempo, para ella, al lado de Roy tocaba a su fin. No era que la tarde casi terminara, si no que con su pregunta y respuesta por parte de él, supo que el último rastro de esperanza se había desvanecido. Y junto a el su corazón de acero, forjado a base de hacer a un lado todo tipo de ilusiones o sentimientos; se desmorono lentamente.

Aquella voluntad de hierro, misma que había sido capaz de soportar todo tipo de pruebas a lo largo de su vida, muchas de estas eran verdaderas hazañas y mas de un hombre se había proclamado incapaz de realizarlas, pero que Riza Hawkeye nunca había titubeado y sabía cumplir y salir victoriosa de todas estas. De pronto nada de eso importaba ya, no eran validas y no le servían de nada. Ahora parecían tan insignificantes en comparación de esta última prueba.

Antes las pudo afrontar con total entereza; pues cada triunfo...cada victoria... cada batalla...cada nuevo informe, plan, estrategia... cada grito...cada muestra de disgusto, de cansancio y cada rostro de ilusión y cada sonrisa...estaban consagrados únicamente a una sola persona.. a Roy Mustang. Y ahora lo único que le estaba permitido ofrecerle era un llanto silencioso... lagrimas que nunca abandonarían su cuerpo y nunca nadie incluso él, podrían ver. Cuando estas lagrimas bañasen su rostro junto con ella perdería una parte de su ser.

Súbitamente estas reflexiones acudieron a su mente, oprimiendo con mas fuerza su corazón. De tal forma que la hizo regresar su rostro en busca del de él, y lo encontró ahí, en la misma posición sin hacer o decir nada, solo observándola con ojos compasivos. Aún negándose a hablar acerco en un gesto pasivo el rostro de Roy a su pecho recostándolo sobre ella.

Roy se dejo guiar, girando y acomodando su cuerpo, sentía la mano de ella recoger sus cabellos, él ni siquiera fue capaz de abrazarla, solo se entrego a ese último día de tranquilidad que la vida le ofrecía.

Hasta que la luna los encontro de esa manera, cubriendo lentamente sus cuerpos con su nítida luz. Y sin decir nada, pues las palabras sobraran en ese momento regresaron a la posada.

Su única petición Roy la hizo con la mirada, le dio a entender a la mujer que mañana el iría solo, no había necesidad que ella presenciara tan penoso desenlace. Sin decir mas Riza abrió la puerta de su habitación, y la cerro tras ella.

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Para cuando Winry acompañada de Edward aparecieron en la sala, algunas horas después, Pinako la observo con gesto interrogador. Y mientras ayudaba a poner la mesa para la comida, no podía dejar de sentirse incomoda en presencia de su abuela. Pareciera que para ella no había nada extraño, la mujer actuaba como solía hacerlo todos los días; en resumen era la misma Pinako Rockbell de siempre, despreocupada aparentemente por lo que sucediese a su alrededor.

Aunque a Winry le dio la impresión que ese día su abuela trabajaba mas a prisa, como si tuviera alguna urgencia por terminar todos los pedidos de automail que tenían. Todo el día la joven rubia no había hecho otra cosa que llevar los encargos a cada una de las casa, Ed y Al la acompañaban, y después de esa ardua jornada, Pinako le pidió que se apresurara a terminar el encargo de la familia Inkermann.

A regañadientes Winry regreso a su cuarto y comenzó a trabajar en la creación de algunos planos que le habían entregado hace unos días. Las personas conocían desde hace mucho a la familia Rockbell, y estaban impresionados con la habilidad y destreza que había mostrado Winry para realizar trabajos mecánicos, que iban desde los mas sencillos a los mas complicados; así que siempre era ella la encargada de realizar alguna nueva idea y proyecto para atraer a los huéspedes con las novedades que la joven rubia creaba para los dueños de la posada. Una vez satisfechos con sus ideas la gratificación era generosa. Pero ese vez Winry no entendía la insistencia y apuro de su abuela por terminar unos simples mecanismos que no servían de mucho sin la base terminada. Aun así unas horas mas tarde termino con eso, regreso a la sala, donde encontró a todos.

-"Abuela termine lo que me pediste, pero por que tanta urgencia"

-"Por que quiero que se los muestres cuanto antes"

-"Puedo hacerlo ahora, aun es temprano y Al y Ed pueden acompañarme" –se ofreció si tanta era la urgencia.

-"No hace falta, podrás hacerlo mañana a primera hora" –y sin aclararle algo mas, salió de la sala.

Winry volteo a ver a ambos hermanos, que están igual de confundidos que ella, pero ninguno digo nada, Ed solo se encogió de hombros, y Al se excuso bajando la cabeza, Winry resignada ante tanto misterio por parte de su abuela decidido dirigirse al baño para ducharse.

CONTINUARA...


Bien aqui esta este capitulo, como siempre les digo ojala les haya gustado. Y despues de sus reviews, vendra el último capitulo de esta historia, creo yo, y despues sus últimos reviews jeje.

Les iba a hacer una aclaración, pero se me olvido de que era, hmm, si lo recuerdo lo aclarare en el prox cap. por lo pronto sigo pensando que era...?

Misato Kat-chan: Ya pronto conoces que van a hacer todos.

Jackilyn-San: Crees que Riza cambiara algo con esa tarde?.

Maggi: amiga, sigo pensando si pongo un beso entre Roy y Riza pero aún no se, ayuda, todas ayuden, opinen que quieren.

Yoko.chan/Edo: Para el prox, veras que va a hacer Winry, y lo que dio origen a esta idea.

Greed: suspenso...suspenso y suspenso, ya casi se acaba aguanta.

motoko asakura: vez lo que se siente que lo corten en la mejor parte, venganza jeje, no mentira.

Queka-chan: que bien que te gusten mis cap. y espera el último para ver si se suicida Roy o quien lo detendra.

TAO JUN SHINOMORI

gracias por sus reviews.