PASADO IMBORRABLE
CAPITULO VIII: ARREPENTIMIENTO
Tuvo la sensación de que tan solo habían transcurrido algunos minutos desde que se había acostado, cuando escucho desde el umbral de su puerta la voz de su abuela, la cual insistía en voz firme pero queda que se pusiera de pie y llevara a la posada los avances que había hecho el día anterior.
-"Winry apresúrate, te quiero abajo en menos de 15 minutos" –Y antes de que escuchara los quejidos de la rubia mecánica cerro la puerta, y se retiro a la sala.
Apenas contaba con el tiempo suficiente para enviar a Winry a la posada antes de que terminara de aclarar el día. Solo esperaba que la joven se apresurara, para que cuando llegara lo primero que viera sería la posible prueba que le haría darse cuenta finalmente de su error, y buscara la forma de enmendarlo. Por el contrario si llegase a fallar ese primer intento, siempre contaba con otra idea, y podría enviar a regañadientes a Edward hasta la colina para impedir que mas tarde Winry se arrepintiera de sus arrebatadas rabietas.
Se encontraba pensando en aquella nueva y última posibilidad cuando escucho como descendía perezosamente Winry por las escaleras.
Cuando se cerro la puerta, enfoco su reloj y vio que las manecillas apenas habían cambiado a las 4:30 am, demasiado temprano para el gusto de la rubia; aun así conocía el temperamento enérgico de su abuela, y no le quedo otra mas que ponerse pie y enfilarse hacia el baño. Aún adormilada hizo una última pregunta antes de entender que todos sus argumentos serian inútiles contra la firme decisión de Pinako.
-"Winry, necesito que lleves eso a la posada de los Inkermanantes de que den las 5:00"
-"ehhh, pero...faltan 15 min, y además es muy temprano no podría hacerlo mas tarde" –insistió esperanzada.
-"Nada de eso, y si no quieres llegar tarde mas te vale que te marches cuanto antes"
Y sin repelar mas, se enfilo a la calle, que aún permanecía a oscuras y sin personas alrededor. Solo algunas luces encendidas en los hogares, indicando que las personas ya estaban en movimiento.
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En lo último que hubiese deseado pensar Roy Mustang era en lo que le deparaba el futuro, después de esa tarde que había vivido al lado de Riza
El verla ahí frente a la puerta y ver como esta lentamente se cerraba; supo que ese había sido el adiós definitivo...ni una caricia...un abrazado...y mucho menos cabía la posibilidad de besar por única vez sus finos labios. Ese impulso había estado latente durante toda esa tarde, y parecía acrecentarse por momentos, pero cuando sus deseos parecían develarse a través de sus ojos, sus actos y conciencia le indicaba todo lo contrario. Le bastaba con pensar por un momento, como se sentiría ella; si para el era una pesadilla, para ella la situación debía de triplicarse, y si la besara lo único que conseguiría sería empeorar la situación.
Y a esto debía agregarle que desde aquella pregunta los ojos de Riza se cubrieron con el manto de la tristeza y desesperanza. Cuando se encontraron solos iluminados por la luz que ofrecía un quinqué, en la posada, tuvo la impresión que cedería a ese deseo de besarla. Se había acercado lo suficiente para aspirar su aroma, pero también para comprobar esa mirada perdida; que lo único que le provoco fue un dolor incluso mas intenso del que ya lo acompañaba. Sin decir nada todo quedo claro.
Ella regreso a su habitación y él a la suya donde simplemente se dejo caer en la cama, mientras miles de pensamiento e inquietudes asaltaba su mente. Mismo que por mas que trato no pudo encontrarles una solución coherente. Se quito su reloj y lo dejo sobre la mesa al lado de la cama, no sin antes darle cuerda; para después tratar de dormir lo que restaba de la noche.
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Al contrario de lo que pensaba Roy, Riza consideraba que aquella tarde nunca debió de haberse dado; fue una imprudencia de su parte aceptar esa invitación sin haber pensado antes en las consecuencias que eso conllevaba y ahora lo estaba pagando.
Dentro de su corazón de mujer enamorada aguardaba la esperanza de que cuando ella le hiciera esa pregunta, el respondiera de otra forma; una forma donde se retractaba de sus impulsivos actos. Pero después comprendió que todo intento por parte de ella sería en vano; y cuando entendió esto parte de su ser...seguramente aquella cualidad que la hacía ser una de los mejores militares, condición que la hacía razonar frente a toda situación y a actuar con frialdad, había nuevamente despertado y paso por encima de sus emociones. Su resignación ante lo que pasaría mañana comenzó a hacerse presente.
O al menos eso le hubiera agradado mas, que permanecer todo ese tiempo con aquella dualidad que había florecido de improvisto. A ratos encontraba la resignación y tomaba el asunto como otra tantas de sus misiones, después de todo cuantas de ellas las ejecutaban sabiendo que no tenían ningún sentido. Pero después todo se disipaba y lo único que veía hacia el frente era desolación y un profundo abismo hacía el cual se precipitaba cada vez con mayor facilidad.
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Un imperceptible pero constante repiqueteo que emitía su reloj despertó a Roy. Aquel día sabía que era diferente y en cierto modo especial, se puso casi de inmediato de pie y tomo una ducha. A pesar de la hora, aún de madrugada los ánimos de Roy eran notorios; se notaba mas activo que otros días, tomo su tiempo mientras se colocaba cada prenda que comprendía su uniforme militar; abrocho y aliso cada botón y cada arruga comprendiendo que sería la última vez que lo hiciera, peino su cabello y abrocho sus botas. Miro por última vez el reloj marcaba 5:00 am, avanzo hacia la puerta, la abrió y se detuvo a observarla por última, esbozo una melancólica sonrisa antes de salir.
Apenas la había cerrado cuando se giro y se topo de frente con ella. Riza Hawkeye permanecía de pie frente a su puerta; había hecho a un lado esos gráciles vestidos, para remplazarlo por sus ropas de militar, aunque amarrado como era normal su cabello se notaba aun húmedo, y su faz...su rostro era una mezcla de incertidumbre y creciente dolor, acompañado con esa fidelidad y soporte que solo ella era capaz de brindarle al alquimista.
Ninguno de los dos hablaba; Roy aun no comprendía o no quería aceptar que hacia ella ahí; cuando abrió los ojos hace una hora se sintió con la confianza y fortaleza para llevara cabo su objetivo sin titubear...pero ahora la sola presencia de ella bastaron para derrumbar toda su decisión y provocarle de nuevo ese sentimiento de culpa y de miserabilidad.
Riza durante toda la noche lo medito y finalmente supo que ya nada mas podría hacer, mas que acompañarlo hasta las últimas consecuencias y apoyarlo; ser nuevamente ese pilar en el cual Roy Mustang necesitaba apoyarse para poder realizar todos sus acometidos sin titubear. Aunque aquella acción le partiera el alma, ella sabía que esa era su misión...cuando ingreso a la milicia solo lo hizo por un solo propósito ver crecer a Roy Mustang y con su ayuda y fidelidad cubrirle la espalda y ejecutar todos aquellos actos que nadie que no fuera una persona enamorada podía hacer.
Súbitamente Roy comprendió la razón por la cual Riza se encontraba en ese momento ahí de pie. Supo cuan grande era su fidelidad y amor hacía él, que aun con todo el dolor que le ocasionara ella estaba dispuesta a obedecer hasta el último momento su voluntad y ordenes. Incluso si este consistía en que fuera ella la que tuviera que jalar del gatillo, si el no lograba hacerlo en el último instante. Esa muestra de cariño, le produjo no solo arrepentimiento sino una creciente ira hacía él y sus actos se formo en su interior, tan estúpido...ciego...egoísta y ambicioso que había involucrado inconscientemente a la persona que mas apreciaba por sobre todas las cosas. Solo fue capaz de pronunciar escasas palabras antes de que su habla fuera sofocada por el nudo que se formo en su garganta. Aunque ya antes lo había dicho con su mirada.
Ella lo comprendió incluso antes de escucharlo, bastaba con ver esos ojos tan decididos y a la vez faltos de cordura para comprender lo que sería su último mandato. Por mas que trato le fue inevitable contener el llanto que hace días había reprimido, ahora por mas que quiso no pudo contenerlo.
-"Lo siento Riza, pero esto debo hacerlo yo solo"
Al escucharlo alzo su rostro y ahí estaba, una solitaria lagrima recorrió el rostro de la joven mujer, antes de que se perdiera en la bifurcación de sus labios Roy cariñosamente la retiro con su dedo, le dedico una grata sonrisa la cual buscaba levantarle el animo, para después darle la espalda y comenzar a bajar las escaleras.
Pero su imagen continuaba fresca en su mente así como su febril deseo de besarla, y todo raciocinio fue en vano; apenas había descendido dos escalones cambio de dirección y de un solo paso los abarco. Riza continuaba de pie sin decir o hacer nada, sus ojos estaban húmedos y apenas podía enfocar la silueta de Roy, pero aquella lagrima que Mustang había retirado, había sido la única en aflorar.
Sintió como tomaba su barbilla entre su mano y la inclinaba escasos centímetros hacia arriba, para después posar sus labios sobre los de ellas, le resulto inevitable no saborear cada parte de los cálidos labios del alquimista; de haberse prolongado mas ella había jurado que podría hacerlo cambiar de parecer. Pero antes de que ese beso se intensificara Roy se separo de ella. Y esta vez sin cambiar de rumbo bajo por las escaleras hasta la puerta de salida.
Nada pudo hacer, sus piernas no le obedecieron, ahora solo le quedaba verlo partir, ni siquiera se percato de que su rostro ahora se encontraba bañado en un silencioso llanto.
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A las 5:00 am, empunto Winry Rockbell atravesaba la estancia donde se encontraba el cubículo de recepción de la posada donde debía dejar su trabajo; para ser aún de madrugada le sorprendió a la rubia un murmullo de voces, intrigada por aquel sonido avanzo un tanto cautelosa la sala hasta atravesarla, freno de golpe sorprendida al descubrir a quienes pertenecían aquella voces. Desde ese lugar donde ocultando su cuerpo entre la pared y asomando su rostro por el marco de la puerta y una mano recargada en esta. Observo las dos figuras de ambos militares, desde su improvisado escondite, en un principió no pudo comprender nada de lo que hablaban; pero la curiosidad la invadió y le hizo permanecer atenta a todo cuanto se suscitaba escaleras arriba.
Le basto observar unos cuantos minutos para darse cuenta de lo que hablaban Roy y Riza. Sus voces solo le llegaban con un ligero murmullo, gracias al eco que se generaba al estar desolado ese cubículo, con todo se podía dar una idea de lo que hablaban y su cerebro entretejía aquel murmullo con sus gestos... Riza silenciosa como la había visto todos esos días y con el semblante apagado; él por lo bajo le dedicaba unas cuantas palabras...se encontraban muy cerca uno del otro, expectante a lo que pasaría, se asombro al distinguir desde esa distancia una pequeña gota que brillaba y se deslizaba recorriendo el rostro de la rubia, para que después Roy lo limpiara... después un temor a que la descubrieran sintió cuando vio a Roy bajando, en su lugar se detuvo y regreso hasta plantarse otra vez frente a la joven militar.
En ese momento Winry sintió un ligero sonroso por ver cual había sido la reacción de Mustang... y después verlo ahí de pie frente a las escaleras, entregándole en ese beso sus últimas emociones a Riza, fueron el detonante para que ella Winry Rockbell se sintiera culpable de todo lo que estaba por destruir con sus decisiones apresuradas. Para fortuna de ella, el alquimista había decidido en último momento salir por la puerta trasera; de haberse topado de frente con él, no habría sabido como reaccionar o que decirle, de todas formas su voz la había abandonado.
-"Winry, que te trae por aquí tan temprano" –saludo la dueña del lugar, pero el rostro de la rubia y la dirección hacia la que miraba; la misma por donde hace un instante aquel militar había salido; le hizo saber porque razón estaba ella ahí –"Desde que llegaron se ha comportado de una manera muy extraña, el y su joven compañera; da la impresión que solo están aquí para cumplir con algo poco alentador..."
La dejo con la palabra en la boca, Winry salió corriendo casi detrás de él. Pero al encontrarse en la calle le perdió la pista; se preguntaba hacía que lugar se estaba dirigiendo mientras caminaba sin sentido. Su mente abrumada y llena de nuevos planteamientos, apenas le daban lugar para hacer un rápido reconocimiento de cada uno de los rincones de Rizembull.
Corría hacia el río, pero comprendió que por mas que ese lugar le gustara era imposible que lo hubiese elegido Roy. Pero que tal colina arriba, aunque era poco transitado y no solía frecuentarlo, si sabía que era un lugar amplio cerca del nacimiento el río permanecía aún de pie una desgastada choza, pero que aún podía servir de refugió para abrigar cualquier inclemencia que se presentase. El trayecto desde donde ella se encontraba hasta aquel lugar no estaba a mas de 30 min.
Redirecciono sus paso y en una carrera contra el tiempo corrió todo lo que su cuerpo confundido le permitía. Tratando de apartar todo tipo de imágenes que se formaban en su mente, le aterraba el simple hecho de pensar en lo que encontraría cuando llegase al lugar. El cuerpo sin vida de Roy, tendido sobre el desgastado piso de madera, bajo un charco de sangre; le provoco pavor y unas inmensas nauseas.
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La enérgica voz de Pinako, saco de sus sueños a Edward, su hermano descasaba en el otro rincón de la habitación, y a pesar de que el carecía de sueño no le sirvo para evitar sorprenderse, lo mismo que a su hermano. Bajando uno detrás del hombre, se encontraron con Pinako.
-"Edward, Alphonse, necesito que vallan ahora mismo a la posada, y busquen a ese Coronel. Si no esta ahí encuéntrenlo por todo Rizembull, no me importa lo que tengan que hacer quiero de regreso a mi nieta y ese enamorado y torpe Coronel...Ahora"
Fue la única orden que recibieron de ella antes de emprender una carrera hacia la posada. Se detuvo a la entrada del lugar, puso sus manos en sus rodillas mientras recuperaba el aliento; hasta ese momento no había visto nada, sintió el brazo de su hermano en su hombro, giro cara mirarlo a él y después continuo hacia donde su otra mano de señalaba.
Riza continuaba de pie, no habían pasado mas de 15 min, se seco con la manga de su saco las lagrimas, antes de que abriera la puerta de su habitación, escucho la voz de Ed.
-"Teniente Hawkeye, descuide nosotros nos encargaremos de todo, le prometo que traeremos de vuelta al Coronel" –y sin darle tiempo de responder salió del lugar.
Le hubiera gustado dedicarle algunas palabras Al, a la mujer, pero un "apresúrate Al", le vasto para quedarse callado y seguir a Ed.
Para tratarse de Riza Hawkeye tardo mas tiempo de lo normal en reaccionar y entender parte de lo que hacían en ese lugar Ed y Al.
Hecho a correr, con la misma agilidad que la caracterizaba, para cuando llego a la puerta, solo vislumbro el tamaño de Alphonse que ya se perdía colina arriba, trato de darles alcance, reconoció el camino hacia donde se dirigían... el mismo donde había pasado la tarde de ayer junto a Roy.
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Ni siquiera habían asomado los primeros rayos de sol, y la línea naranja brillante en el horizonte aún era muy tenue, aquella cabaña permanecía casi en la penumbra, no había nada que la iluminara otorgándole un aspecto lúgubre. Roy Mustang avanzo a pesar de las condiciones del lugar, las maderas ya estaban levantadas y las paredes totalmente carcomidas por el tiempo. Se detuvo en medio de aquel lugar, fijo su vista en las paredes; tal cual eran éstas así se vio reflejada su vida, esplendorosa al comienzo pero llegaron a un punto deplorable y poco alentador, ahora lo único que les quedaba eran ser consumidas por el paso del tiempo afrontando su destino.
Saco el arma le había colocado un silenciador, para amortiguar el sonido de la detonación; pequeño truco que había aprendido de su teniente...su teniente se pregunto como se encontraba en ese momento, retiro el seguro...llevo el arma a la altura de su sien...respiro hondo reuniendo sus últimas fuerzas y cerro los ojos convencido de que nunca mas los volvería abrir.
Contra todo pronostico lo único que se alcanzo a escuchar fue la voz entrecortada de Winry.
-"Coronel deténgase, no lo haga...no por mí"
Su voz hizo vacilar a Roy, se escuchaba al borde del llanto. Giro en dirección a la puerta y se encontró con ella. Permanecía de pie...con algunos cabellos fuera de su lugar que se pegaban a su rostro, su pecho se contraía mas rápido para recuperar pronto el aliento... Cuando sus rostros se encontraron, se reflejaba en ella temor y el de él confusión por su inesperada llegada. Antes de que preguntara algo, sintió como la joven lo estrechaba con todas sus fuerzas, haciéndolo retroceder unos paso chocando de súbito contra la pared.
-"Si tu me lo pidieras con gusto terminaría con mi vida"-le reitero su promesa, mientras continuaba con las manos bajas sin moverlas de los costados.
-"No, no podría, eso iría en contra de lo que mis padres me enseñaron y hacían. Ellos daban o mejor dicho salvaban las vidas de las personas durante la guerra y estoy segura que lo seguirían haciendo si continuaran con vida, y nunca privarían a alguien de ésta como yo pretendía hacerlo contigo. Lo siento tanto Coronel, por favor perdóneme"
Aquella sinceridad expresada en sus palabras y acciones hicieron vacilar a Roy; su cuerpo lentamente se deslizo sobre la pared hasta quedar sentado, con las rodillas flexionadas una al lado de la otra. Winry había hundido su rostro en el pecho de él y solo se dejo guiar por el quedando en medio de sus piernas, arrodillada junto a él; fue hasta ese momento en que Roy llevo sus manos a ella abrazándola como ella lo estaba haciendo. Agradeciéndolo de alguna manera, esa nueva oportunidad que le brindaba.
Recordó las últimas palabras que le dijera Winry; y alcanzo a pronunciar en un dejo de voz.
-"Yo nunca pretendí lastimarte con mi llegada; ya una vez lo hice hace unos años y hoy nuevamente cometí el mismo error. Lo siento tanto señorita Rockbell, espero algún día pueda perdonarme" –Por segunda ocasión dejo a un lado su orgullo, para abrir sus sentimientos a otra persona que no fuera Riza. Paso sus manos a través del cabello despeinado de Winry, tratando de apaciguar su llanto.
-"Ya lo he hecho Coronel"
Aflojo sus brazos del cuerpo de Roy y los acomodo entre el pecho de él y ella, acomodándose en los brazos del hombres. Y de pronto entre el abrigo y seguridad de que nada malo podría pasarle su recuerdo y deseos la transportaron al calor de su familia... de su padre y madre... cuando ellos solían tomarla entre sus brazos cada que ella sentía temor o simplemente por capricho y gusto; reencontró esa calidez paternal entre en los brazos de Roy. Y Roy mientras la cubría con sus brazos... a pesar de que sabía que ya no era una niña y consiente de todo el mal que le había hecho... conoció por primera vez la calidez de la pureza, y lo reconfortante que era poder proteger otra persona.
Ninguno de los dos supo cuanto tiempo había transcurrido desde que estuvieran en esa posición, Winry había dejado de llorar hace mucho, pero continua recostada en el pecho del hombre, y el pasaba a ratos su mano por su cabello.
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Llegaron al mismo tiempo, dispuestos a hacer todo lo que estuviera a su alcance; pero frenaron de pronto frente la puerta al contemplar ambas figuras. Ed y Al supieron que su amiga nunca actuaba por meros caprichos y que sus razones había tenido para hacer todo eso. Riza los observo mezcla de ternura y agradecimiento a la joven rubia, que no solo le había regresado la vida a Roy, sino también a ella.
Se voltearon a ver unos a los otros, y Riza comprendió el desagrado de Ed al ver en Winry en los brazos de Roy. "demasiado enternecedor para el gusto de fullmetal" . Tosió ligeramente para tratar de llamar su atención.
El primero en levantar la mirada fue Roy...y se encontró de nuevo con ese rostro...ya no era de tristeza había recuperador su color y calidez... se dirigieron una tímida sonrisa; antes de que sintiera como Winry giraba su rostro hacia la puerta.
-"Ed, Al, que hacen aquí..."-pregunto apenada y confundida al ver a sus amigos, mientras tomaba la mano que le ofrecía para ponerse de pie
-"Veníamos... ya no importa" –fue la escueta respuesta de Alphonse.
Los ánimos de Winry habían mejorado considerablemente, pero su susceptibilidad no había desaparecido del todo. Corrió a hacía sus amigos abrazando a ambos. Mientras ella le murmuraba algunas palabras, Riza se acerco hasta Roy.
-"Coronel, me da gusto que nada de lo que pretendía se cumpliera...por primera vez" –fueron las únicas palabras que se le ocurrieron.
-"Si creo que tiene razón como siempre"- Antes que pudiera atreverse de hacer o decir otra cosa, la voz de Winry y una protesta por parte de Ed.
-"Edward eres un insensible... como puedes decir ese tipo de cosas"
-"Oye pero si solo digo la verdad... eres una llorona" –antes de que dijera algo mas, Winry ya lo había golpeado con su llave.
-"Win, calma, sabes que mi hermano no lo dice enserio... es solo que le da gusto que hallas vuelto a ser la de antes"
-"Ohh, es verdad eso Ed"
-"Si como sea... será mejor irnos tía Pinako te quiere de regreso en casa... y a usted también Coronel... Vamos Win" –pronuncio mientras le tomaba la mano y comenzaba a caminar de regreso
-"Vienen Roy, Riza...siempre será bienvenidos en la casa"
Voltearon a verse ambos militares con mejor semblante, antes de que él respondiera –"Será un placer Winry", para después caminar uno al lado del otro, detrás de los tres amigos que reían y jugaban todo el trayecto.
---FIN---
Jackilyn-San, Queka-chan, Magg, Kimera Kuiroaki..., KreuzAsakura. Enserio gracias a todas que leyeron de principio a fin esta historia, o se quedaron a mitad del camino, espero que les haya gustado el final, si no... no se aceptan reclamaciones, jaja, bueno unas cuantas. Pero igual espero sus reviews como siempre.
HATSHEPSUHT
