Disclaimer: Esta historia no nos pertenece. Es de la gloriosa Rowling. JK, te amamos aunque hallas matado a Albus.
Warnings: Escenas muy violentas a futuro. Quizá slash implícito
Annie Malfoy y Vedda estan de regreso! Nop, definitivamente hay quienes no maduran ni en la universidad!Trabajamos en esta historia por algún tiempo. Es un enorme POV de Draco Malfoy inmediatamente después de que Lucius fue arrestado, de lo que hizo durante el 6to añoy después. Esperamos que les guste.
Capítulo 1
Vida perfecta
Un luminoso día de verano. El viento cálido rozaba los árboles, las construcciones y los rostros de los muchos estudiantes que aprovechaban sus últimos días en Hogwarts para jugar al Quidditch o comer sandwiches a la orilla del lago. Sin embargo, no todos los estudiantes estaban interesados en corretear entre el azul perfecto del cielo y el verde moteado del pasto. En las mazmorras, un delicioso Prefecto rubio se refugiaba dentro de su cama, a pesar de ser pasado el medio día.
¿Estaba dormido o despierto? Ni siquiera a él le importaba. En la antesala de la conciencia, alcanzaba a ver la habitación como a través de un vidrio sucio. Le dolía la cabeza de tanto estar acostado, pero Draco en alguna parte sabía que había una muy buena razón para mantenerse dormido. Una pesadilla que resolver, o un asunto real, a quién le importaba, no deseaba estar consciente. Allá afuera le esperaba una aplastante sensación de derrota contra la que no podía luchar, pero dentro del sueño todo estaría bien. Se enredó en los edredones, a pesar del caluroso clima, y se acurrucó entre las almohadas, en un inútil intento de obligar a su organismo a dormir un minuto más.
A medio metro de él, el colchón se hundió significativamente. Vincent, sentado en la orilla de la cama, y Gregory, parado detrás de él, lo miraban preocupados. Gregory jugueteaba con un plato de pudín en la mano.
«¿No comes?» Vincent se inclinó sobre la cama. Su padre fue capturado en el ministerio y no por eso llevaba dos días llorando y durmiendo. Si las cosas ya estaban mal¿para que empeorarlas?
«Eh... Trajimos del comedor... esto» Gregory, por su parte, no entendía nada. Como de costumbre. Sabía que Draco tenía un arsenal de sentimientos que nunca usaba y que tarde o temprano reventaban, aunque nunca se le hubiera ocurrido expresarlo en palabras tan complejas
El rubio giró para darles la espalda, pero irremediablemente lo despertaron. Como una hornilla que es encendida después de mucho tiempo, su cerebro tardó un poco en calentarse. Un segundo de calma, y después, el terror. No podía llorar, porque se le habían acabado las lágrimas de tanto hacerlo. Ojalá fuera una pesadilla de la que pudiera despertar. Lucius estaba en prisión. El fin de su mundo.
La noche en que Umbridge desapareció en el bosque con Potter y Cía fue una noche difícil no solo para el ED. La Patrulla Inquisitorial tenía un herido y un honor dolido, pero igual tarde o temprano iban a volver a la casa Slytherin. Cuando cruzaron la puerta (Crabbe y Goyle venían haciendo bromas respecto a Longbottom), el profesor Snape los esperaba, muy serio, frente a los dormitorios. Despachó a los demás y tuvo una larga conversación con Draco y con Vincent. Tal vez no tan larga, pero al rubio le pareció eterna. Después se metió en la cama... y llevaba dos días dentro de ella. No planeaba levantarse.
«Draco... »
Regularmente los cinco slytherines de quinto año apenas se ocupaban de sus desgracias, pero esto rebasaba cualquier cosa que les hubiera ocurrido. A ser sinceros, los compañeros de Draco no tenían maldita idea de que hacer. Vincent se quedó sentado en la orilla de la cama, mientras Gregory comenzaba a darle dedazos al pudín. Si no se les ocurría otra cosa rápido era momento de hablar con la enfermera.
Blaise Zabini observaba la escena. Sabía que debía ayudar, pero ¿cómo?. Apenas tenía una idea remota de cómo se sentía Draco porque de entrada él no tenía padre. Y en su casa regularmente no se hablaba de sentirse triste o deprimido, se pasaba por alto hasta que el asunto se solucionara solo. En el último de los casos su madre le daba una tarde de compras y un largo baño de burbujas. Pero era difícil llevar a alguien de compras y a tomar un baño si insiste en estacionarse en su cama. Theodore Nott, por su parte, había desaparecido desde tempranas horas. Probablemente también estaba llorando por su propio padre capturado, pero en la biblioteca escondido tras un libro enorme
De algún sitio tras la puerta se escuchó un alboroto. La puerta se abrió de golpe, mientras los slytherins de segundo año gritaban algo así como "¡No puedes entrar, es el dormitorio de hombres!". Pansy se veía muy poco interesada en si se podía o no. Su grupito de nenas venenosas le cuidó la puerta mientras tanto. Con un gesto de su cabeza corrió a Gregory y Vincent del cuarto. Abrió las cortinas de la cama y jaló los edredones para destapar al aletargado residente.
«No puedes pasar ahí el resto del año escolar»
«¿Quieres verme intentándolo?»
Draco trató de atraer los edredones para encontrarse con que Pansy los aventó al otro lado de la habitación y ahora procedía con cuanta almohada encontrara
«Precisamente ¡no quiero verte intentándolo!»
El rubio se sentó en la orilla de la cama. Se mareó con solo alzar la cabeza, y su espalda protestó por el cambio de posición tan repentino. La sed le quemaba la boca. Pansy lo tomó de las manos para hacerlo ponerse en pie.
«Ahora iremos afuera a ver si quedó algo de comer¿de acuerdo?»
«No tengo hambre»
Pansy empezó a hablar y hablar pero la verdad el rubio no seguía la conversación. En general era algo así como "Blah, blah, blah, dignidad, blah, blah, blah, nutrición, blah, blah, blah, Azkabán". Pensaba en ponerle la mano en la boca (como ella le hizo un par de veces a él) cuando de repente, el aspecto de su compañera resultaba sumamente interesante. Se estaba dando cuenta de que la chica ya no se veía como el cachorro de pitbull que ingresó a primer año. ¿Hacía cuanto había dejado de observar¿Qué otras cosas pasó por alto?
Pasó un buen rato antes de que el rubio saliera a la sala común. La sensación de derrota aplastante daba lento paso a una furia fría que nunca había sentido. Blaise insistió en que tomara un baño, Pansy lo obligó a arreglarse y Vincent le ofreció pudín aunque Gregory ya se lo había acabado. Y todo mientras él decidía si estaba deprimido o solo muy dolorido después de tanto tiempo acostado.
En la sala común, los otros slytherins lo miraron como a alguien que acaba de regresar de la enfermería. Algunos leían un periódico, que guardaron de inmediato. Detestaba que lo trataran con lástima. A estas alturas ya todo el mundo mágico sabía de la sentencia de su padre, menos él. Les arrebató el periódico para mirar, pero no se sintió con el coraje, porque leerlo en el Profeta era aceptar que estaba ocurriendo en verdad, que no era un mal sueño o un invento de Snape, sino que su padre pasaría el resto de sus días en Azkabán. Alcanzó a ver que le dedicaban una página completa a los antecedentes de su padre, de repente parecía que todos los amigos y logros de los Malfoy se desvanecían y solo quedaban los errores. La opinión pública hizo su juicio y encontró culpable a toda la estirpe Malfoy, sin nada que su representante más joven pudiera hacer para lavar su apellido. Draco se sentía marioneta en un torbellino. Su propio desabrigo lo enfermaba, enterarse de su impotencia sólo incrementaba la furia fría que lo paralizaba. Por su mente pasaban imágenes disparatadas de sí mismo tomando Azkabán para rescatar a su padre y otras más absurdas aún. Estaba al borde de las lágrimas y de las carcajadas al mismo tiempo.
¿Cómo sobrellevaba Vincent esto? Draco generalmente no pensaba mucho en la poca variedad de reacciones de sus dos "guardaespaldas", pero esta vez le pareció que sería una bendición limitarse intelectualmente para algunos casos. Ahí estaba Crabbe Junior, sentado en el respaldo de un sillón, tratando de resolver uno de esos rompecabezas donde hay que sacar un arito metálico de un artefacto de alambre más complejo, como si todo estuviera bien y su única preocupación fuera encontrar una túnica que los elfos le extraviaron. De seguro ya había leído el periódico. Cierto que había más morbo en relatar la caída de una respetable dinastía de aristócratas que en la de un sencillo matriarcado de granjeros, pero también todos sus antecedentes salieron a la luz.
El regreso de Quien No Debe Nombrarse abarcaba prácticamente todo el periódico. De repente, los ojos de Draco toparon en algo que le ocasionó una punzada detrás de las órbitas. Potter. Uh, uh, la furia fría de hacía rato comenzó a hervir espontáneamente. Una entrevista de la tal Rita "Skeleto" "Skeetler" "Sekleter" o como se llamase la tipa que lo entrevistó en cuarto, narrando con detalles cuanto ocurrió la noche del cementerio. Aunque algo le decía que si quería mantenerse cuerdo más le valía abstenerse, para cuando se dio cuenta ya estaba leyéndola. Su padre apenas quiso contarle por la misma razón que le ocultó durante años el contenido de la trampilla en la sala, y ahora se enteraba de toda clase de detalles que tal vez hubiera preferido ignorar.
Al finalizar la lectura le dolía la garganta, poco más que colérico se dirigió junto a la chimenea porque estaba helado y apenas distinguía si era de zozobra o de rabia. ¿Con quién estaba enojado?. ¿Con su padre, con los otros mortífagos, con su Señor Oscuro? No, con Potter. Mocoso idiota. De haberse dejado matar en el momento que era necesario, ahora todo estaría bien. Al menos para los Malfoy y los demás seguidores de El Señor Oscuro. Presentía que no era el único en Hogwarts que quería a Potter bajo tierra. Primero en la lista, Theodore Nott. Su padre andaba en la misma misión que Lucius en el ministerio, y Draco estaba seguro de que también se fue a estacionar en algún rincón solitario porque nadie lo había visto en la sala los últimos dos días. Creía identificar tres nietos de Avery y dos sobrinos de Rookwood que debían andar por alguna parte. Prácticamente todos los grados de la casa tenían un afectado.
Se aferró al periódico como una tabla de salvación, aún sabiendo lo parciales que eran a la hora de dar noticias. Por más que buscó, nada se decía del estado de los prisioneros. Si hubieran sido aurores capturados por los mortífagos, ah, ahí cambia, seguramente tendrían una cobertura amplia de cada uno de sus raspones, pero como solo eran seguidores del Dark Lord, a nadie parecía importarle si les dislocaron un brazo en el proceso. Lucius todavía tenía una quebrada cicatriz en el tobillo, producto de una fractura de tibia expuesta que "curiosa y accidentalmente" coincidió con el interrogatorio de su primer captura. Draco no podía dejar de pensar en que la siguiente vez que lo viera tal vez necesitaría algo más que bastón para caminar normalmente.
Cuando terminó el periódico lo aventó a la chimenea, junto a la que permaneció sentado viéndolo consumirse. Los demás alumnos lo miraron como esperando que dijera algo. Por un lado prefería decirles algo que de verdad sintiera, por otro no deseaba parecer débil.
«Ese Potter debe morir»
Draco se sintió comprendido cuando los otros Slytherines aplaudieron. No necesitaban palabras complicadas para comunicarse, ni eran del tipo de andarse con cursilerías de abrazos y todo eso. La mayoría de ellos estaban involucrados en cierta medida con los mortífagos... como todo el mundo mágico. Hasta los pobretones Weasley estaban emparentados con mortífagos, por más que se dieran baños de pureza.
Algunos de los compañeros de la niña Rookwood de primer año le pidieron que fuera a hablar con ella, aunque no tenía idea de que decirle y con su estado de ánimo actual probablemente la deprimiría más. Pansy se ofreció a ir a cambio de que se aseguraran de que Draco comiera algo. El rubio seguía sin hambre pero con tal de que la Parkinson no empezara otro discurso, aceptó salir con Crabbe y Goyle a buscar cualquier cosa. Reflexionándolo, Draco llegó a la conclusión de que Pansy le caía mejor cuando solo era Caraperro y no Miss Bienhechora de Todos. Nah, pensó Draco, ya le llegaría algún chisme de la Granger o de la Lovegood y sacaría las garras, si no es que inventaba alguno.
Lo siguiente fue confuso. Como si los estuviera esperando afuera de la sala común, Potter estaba en el vestíbulo...
Malfoy echó un vistazo a su alrededor y luego miró a Harry y dijo en voz baja... (HPOF pagina 874)
Potter salió por las puertas de roble mientras Vincent y Gregory cargaban el equipaje de la profesora McGonagall. Draco hubiera deseado acompañarlos para criticar luego las habitaciones de la gata pero el profesor de pociones lo retuvo de un hombro. Con una señal de su cabeza le indicó que quería hablar con él en una zona menos traficada..
El despacho de Snape era considerado incluso por los Slytherins como un sitio agriamargo para evitar caer, pero a Draco por alguna razón siempre lo reconfortaba. Una vez encontró a Lucius hablando con Severus en esa misma butaca, así que tal vez fuera un gusto heredado. El profesor sacó de su escritorio una pequeña salamandra rosada, que seguramente decomisó durante su clase con los Hufflepuff. La salamandra trató de correr pero el profesor la sostuvo de la cabecita, y luego la dejó unos segundos en la palma de su mano. La dejó correr y volvió a tomarla de la cabeza, una y otra vez mientras hablaba.
«Draco, permíteme explicarte tu situación actual. Esta salamandra eres tú. Esta mano es Potter. La mano puede dejar que la salamandra forcejee, incluso (auch... estúpida salamandra) que la muerda un poco. ¿Qué crees que pase con la salamandra cuando me aburra?»
Severus apretó sus dedos y la cabeza de la salamandra crujió con un ruidito, dejando al bicho totalmente inmovil. Un poco de sangre salió de su hocico. El rubio no entendió del todo la alusión.
«No entiendo lo que me esta diciendo»
«Potter ahora esta en, digamos, otro nivel. Después de lo del ministerio, Gran Bretaña mágica come de su mano. Dumbledore, el ministerio, la prensa... Hogwarts... En él lejano caso que lograras ganarle, no te aplastaría él sino todos sus fans»
El rubio bajó la cabeza, consciente que de cualquier manera el profesor sabía sus pensamientos. Cierto. Potter era mucho más rápido y más querido por la mayoría. Por otro lado, él tenía un buen apellido y familia y quizá podría...
«No estas entendiendo nada¿verdad, Draco? Prácticamente ya no tienes familia, tu apellido desde esa noche no vale un pepino y si estas a punto de pensar en tus galeones me temo que Gringots también tiene una enorme cámara de los Potter. Será un imbécil pero en este momento es un imbécil más poderoso que tú. No te daré esta explicación de nuevo.» Severus sacó un pañuelo del cajón, limpió sus dedos, envolvió la salamandra y la tiró en la basura.
Alguien tenía que decirlo pero no creyó que fuera de una manera tan directa. Casi lo estaba invitando a esconderse otros dos días, pero no podía hacer eso. Tenía que haber una manera de vengarse, en algún momento encontraría a Potter con la guardia baja. Cuando llegara a la mansión buscaría en los archivos de su padre para ver que hacían sus ancestros en casos similares.
«Ah, lo olvidaba, Narcissa mandó un elfo para avisar que no podrá venir por ti, irás a la finca de los Crabbe hasta que alguien de confianza te lleve a la mansión»
"Alguien de confianza" era la clave que usaban en la familia para referirse a la tía Bellatrix. Cuando Narcissa mandaba a otra persona solo podía significar que estaba en "estado inconveniente". Por algo ni siquiera despachó una lechuza para avisarle y preguntar como estaba. Intentó ocultar ese pensamiento aunque seguramente Severus ya lo sabía de mucho antes. Además, no deseaba ir a la finca de los Crabbe porque también estarían en una especie de luto deforme y el sitio ya bastante lo ponía nervioso. Aunque mejor lo hubiera expresado un puñetazo en la pared, Draco suspiró en señal de resignación. Su vida marchaba por el desagüe, pero si las cosas iban mal, más valía no ir con ellas.
Cortito pero se van haciendo más largos. Próximo capítulo: Cosecha de ranas.
