Here I am, once again! (I torn into pieces..nanana...) Ahem. Vale.
Este fic es un RenjixRukia que hace mucho tiempo que quería publicar (pero me daba pereza acabarlo).
Primero: esto es un AU, aunque en principio estos no son santo de mi devoción. Tengo pensado que este sea mi macro-fic de Bleach, plagado de parejas secundarías.

Segundo: no está basado en la película "Gigoló" (principalmente porque yo no la he visto)
Tercero: Este fic no es enteramente mío- O sea, la idea es mía, el argumento es mío y en principio el fic es mío...(tesssoro) PERO tengo una colaboradora en la sombra (y menuda es ella): DERAKA.
Sí. Le pedí ayuda para el fic. Al ver la facilidad y maestría con la que se desenvolvía le ofrecí escribir el fic junto a mí, pero declinó amablemente mi oferta (groar..).

El fic está enteramente dedicado a tí, D-chan, mi Aya-chan. ¡¡JE T'AIME, MON AMIE, BON VOYAGE! y..(Yuna corre a buscar el tomo 5 de fruits basket) ¡¡ANNYEONG HASHIMUNIKA! (la puñetera palabrita todavía se me resiste XD). Sigue siendo mi sempai, mi rayo de sol, mi escritora preferida y mi..mi..mi ¡mon amie!

RenRukiEl sueño de fangirl. Renji no sabe qué es peor: perder su emple gracias a un jefe despótico, tener que trabajar como gigoló y streaper o que su primera clienta sea Rukia.. Desde luego, alguna divinidad odia a Renji (la autora misma XD). Si quereis su telédono..¡R&R!

Prólogo: Portazo a la riqueza.

-Venga, venga, no puede ser tan malo, Renji.-le intentó animar, aunque en realidad estaba haciendo méritos para no ponerse a reír a carcajada limpia.- El fin justifica los medios, ¿ne?

-Eso me lo dices tú, que eres tan depravado que te tatuaste el 69 en la cara.

-Ey, ey, eso fue cuando era un joven salvaje e inconsciente- reiteró Hisagi, quien ya estaba harto de que él siempre usara la misma acusación.

El contraataque de Renji no se hizo esperar.

-Tenías 12 años. ¿Eras precoz, eh?

El chico se dio por vencido al ver que Renji sentía una profunda tirria al su futuro trabajo y a todo lo que le recordara a él (Su 69 de la mejilla, por ejemplo). Se sacudió la cabeza como lo haría un perro después de mojarse el pelaje y se dispuso a hacerle razonar.

-Pero es tu única salida.

Al parecer eso gustó aún menos a Renji, que le dirigió una mirada de venenoso reproche.

-Si no me hubiera echado ese maldito cabrón, nada de esto estaría pasando.- comentó con la mirada perdida,- Y tú- se giró hacia Shuuhei tan bruscamente que éste casi se cae de la silla.- ¿Por qué no te fuiste conmigo?

"Oh, oh, allá vamos. Conecta el piloto automático, Hisagi"

-¡Tenías motivos tú también! ¡Y el jefe de tu planta está cada vez más ido! Me parece que ahora se quería pirar para hacerse juez. ¡¡No te irá bien!

-Tráigame un café, señorita, y a mi amigo una tila.

-..Y claro, ¡¡esto es inadmisible! ¿¡Cómo íbamos a demandar a ese periodista que solo expresó su opinión acerca de los accionistas de la compañía? ¡Si todos sabemos que en la Noséqué SA están todos corruptos..

-Gracias. ¿Me trae algo de azúcar, por favor? Y también su teléfono, apuntado en un papel con la edad, las medidas y la dirección, preciosa.

-…Y luego va y me insulta ¡¡a mí! ¿Te lo puedes creer?

-¿El jueves a las 8? Lo siento, tengo otras cosas que hacer. ¿El viernes le parece bien?

-…Le odio, le odio, a él y a su maldita jerarquía.

-Vale, nos vemos el viernes. ¡Ciao, preciosa!

-¡HISAGI!- exclamó Renji.-¡¡No me estás escuchando!

Pues claro que no, pensó Hisagi, estoy ligando con esa camarera, ¿Pasa algo?

Evidentemente no lo dijo en voz alta y se limitó a sacudir la cabeza en un gesto ambiguo. Renji dejó caer su cabeza sobre la mesa de la cafetería, completamente abatido.

-No, si es que encima me ha mirado con esa cara de superioridad.. Y de indiferencia..¡¡Como si estuviera jugando al Póker!

Hisagi estaba convencido de que el exjefe de Renji seguiría poniendo la misma cara que llevaba siempre aunque estuviera jugando al Strip-Poker con Angelina Jolie.

Renji se había esforzado día a día para llegar a ser uno de los vicepresidentes de la compañía Sereitei Shinigami. Cada planta tenía su presidente y su vicepresidente. El chico se había esmerado en hacer las cosas bien: trabajar afanosamente, no protestar con sus superiores y mostrar una actitud entusiasta. Le había costado lo suyo, pero finalmente estaba al poder. Ser el segundo al mando en una de las plantas era un honor. Disfrutaba cuando sentía que podía mandar, que él coordinaba a todos los demás.

Hasta ese artículo.

Un periodista trabajador y entusiasta como él mismo había escrito un artículo en el que hablaba de las empresas asociadas con la Sereitei como culpables de soborno, malversación de los fondos de los accionistas y bastantes cosas más.

En una reunión que mantuvieron todos los presidentes la decisión fue clara y contundente: a la yugular. Ese chico notaría en su cuello el aliento ávido de los abogados más prestigiosos de la ciudad.

Y Renji no podía permitirlo.

Oh, no, porque Renji tenía conciencia y bastantes más escrúpulos que sus jefes.

Porque sabía que ese chico no mentía, porque él que estaba dentro de la empresa conocía los tejemanejes que se traían esas compañías.

Y aunque tuviera que movilizar a toda la sexta planta y revolucionar a un par más para ir a protestar a los mismísimos directivos, lo haría.

¡Y tanto que lo había hecho! Porque Renji no se amilana ante las injusticias.

Y las consecuencias no se habían hecho esperar.

-Flash Back-

-Estás despedido.- comentó Byakuya sin despegar la vista del papeleo que tenía desperdigado por la mesa del despacho, sin variar un ápice el tono de su voz y como si lo que acabase de soltar sonase tan monótono y carente de peso como "tráeme un café".

Los ojos de Renji se ensancharon con horror y sus pupilas se convirtieron en diminutos puntos que bailaban sobre su iris. No podía creerse lo que su (ahora ex) jefe le había dicho.

-¿C-cómo?- logró articular tras unos segundos de asimilación

Fue entonces cuando Byakuya se permitió el abandonar por un momento su atención de sus documentos para dirigir una mirada resuelta al pelirrojo.

-Se puede decir más alto pero no más claro. Estás despedido.- de nuevo ese tono monótono que demostraba los pocos escrúpulos que tenía el presidente de la sexta planta y menos aún cuando se trataba de ese tipo de cosas.- Cuándo consigas asimilarlo, sal por esa puerta.- y, como si Renji no supiera qué era la puerta y dónde se encontraba, se la señaló con desgana.

-Eso... no puede ser...

El moreno alzó las cejas.

-Sí, sí puede. De hecho, lo es.

Renji se adelantó entonces un paso, apretando los puños y sintiendo que su sangre hervía de rabia.

¿Cómo demonios se atrevía ese maldito estirado a despedirle? ¡A él, que tanto había hecho por la empresa! ¡El primero que saltaba a defenderla, cómo un mono amaestrado! Renji era un trabajador de lo más eficiente y Byakuya lo sabía. ¿Qué pretendía entonces? ¿Ponerle a prueba?

Aquello no iba a quedar así.

-No puedes despedirme por las buenas.

-Sí que puedo.- repitió el jefe.- Resulta que lo estoy haciendo. Deberías darte por aludido.

-No puedes despedirme. Soy el vicepresidente.

-Cierto, pero olvidas que yo soy el presidente.- apostilló Byakuya.- Supongo que deberías haber aprendido el orden de las jerarquías antes de llegar a ellas.

Aquello fue la gota que colmó el vaso. Renji golpeó con furia la mesa de madera de pino tan fuerte que el lapicero volcó desparramando su contenido sobre los papeles. Byakuya alzó una ceja.

- ¿Me haces el favor de no pagar la impotencia que sientes ante tu mediocridad contra mi mesa?

-Escúchame, maldito niño mimado. –pronunció torciendo la boca, mientras el esfuerzo que hacía para no soltar un insulto lo suficientemente grave como para que Byakuya llamara a seguridad le hacía temblar el mentón. -Para ti es muy fácil decidir quien se queda y quien se va. A fin de cuentas no has tenido que luchar prácticamente nada por el puesto que ocupas: estás tan acostumbrado a que te lo den todo hecho que no valoras el trabajo de los demás. ¡Toda la compañía mastica tu comida para que no lo tengas que hacer tú!

Byakuya simplemente se apartó un poco el flequillo de la frente y comenzó a recoger pacientemente los bolígrafos y rotuladores metiéndolos de nuevo en el lapicero.

-¡Dime algo, maldita sea! ¡No te consiento que sueltes toda esa mierda por la boca y después te quedes tan ancho!

En realidad Renji llevaba mucho tiempo conteniendo su ira para no estampar su puño en la cara de vinagre de su jefe... bueno, ahora ex jefe... por lo menos era un alivio poder soltarle al fin todo lo que llevaba guardado contra su superior. Una liberación. Pero el pájaro libre no se siente libre si no tiene una casa a la que volver si no se puede pagar el alquiler.

-Podría decirse que las palabras están fuera de lugar ahora, Abarai. Así que, por favor, te agradecería que abandonases mi despacho cuanto antes, comienzo a temer por mi decoración.- ¿Qué era ese maldito tono de socarronería en su voz? ¿Cómo se atrevía ese cabrón de burlarse de él en ese momento?

De repente el pelirrojo esbozo una de sus sonrisas altaneras que hizo que de nuevo Byakuya alzase una ceja y le mirase. En su rostro se notaba que comenzaba a estar harto de esa situación con su ex-empleado cabeza cuadrada.

-Muy bien... Me echas...

-Exacto, al fin lo captas.- celebró Byakuya. Renji decidió ignorar ese comentario por parte del presidente

-... Solo espero que sepas lo que haces.

-No te quepa la menor duda.

-Permíteme discrepar. En breve te darás cuenta de lo rodeado que estás de incompetentes y de que el filtro que yo hacía en la empresa ya no lo vas a tener. Ahora serás tu el que tenga que moverse y actuar si no quieres que se te venga abajo tu "jerarquía". Y dudo que eso te guste.

-No te eches tantas flores. Cualquier empleado de tu categoría es prescindible. La empresa se erigió cuando a ti aún no te habían salido los dientes de leche. Funcionó perfectamente y lo seguirá haciendo mientras no estés aquí.

-Pero no tan bien como cuando yo estaba. Reconócelo.

Fue entonces cuando ocurrió. Byakuya se puso en pie levantándose de su cómoda silla de piel y sostuvo con gélida mirada los ojos ardiendo de ira del pelirrojo.

Se atusó la corbata con parsimonia y contestó con voz grave.

-Ya es suficiente. Puedes enfadarte, gritar, quejarte o volverte loco, tus berrinches me dejan indiferente. Tuviste tu oportunidad de abandonar la empresa de forma conciliadora y respetuosa, sin ponerte a berrear.

-¡No iba a darte ese gusto!- interrumpió Renji.

-Y quizás...sólo quizás.- continuó el moreno, ignorando completamente a Renji.- hubieses tenido una pequeña, ínfima posibilidad de que el consejo se plantease tu reincorporación una vez el asunto se hubiese disipado.- hizo una significativa pausa.- No obstante... en vistas de tu actual comportamiento, siento desilusionarte: cualquier posibilidad por pequeña que fuese a quedado reducida a 0. Enhorabuena por cagarla de esa manera.

Volvió a hacer una pausa, esta vez para que Renji tragase saliva al ver su mirada chispeante.

-Y ahora.- sus ojos azules se entrecerraron.- Mueve tu culo fuera de mi despacho, gilipollas, si no quieres que te saque a patadas.

Renji levantó la barbilla en un gesto orgulloso (pero fue retrocediendo con tiento hacia la puerta) y cuando estuvo en el umbral, con la voz algo rota por la rabia, gritó con todas sus fuerzas.

-¡VALE, ME VOY! ¡PERO NO ME DESPIDES! ¡YO LO DEJO!

Y, justo antes de dar un sonoro portazo, añadió.

-Y por cierto; ¡¡MÉTETE TUS JERARQUÍAS POR DONDE TE QUEPAN!

¡Blam!

Renji avanzó a grandes zancadas por el pasillo ¡Estaba que echaba humo! Tanto era así que juraba que al primero que le dijese cualquier tontería le arrancaría la cabeza y la usaría para jugar al fútbol en sus ratos libres (que ahora habían aumentado considerablemente).

-¡Buenos días, Abarai-kun! Ejeje ¿Qué tal está el vicepresi?

Su rostro rojo de ira se giró hacia el pobre infeliz que lo había interrumpido en ese momento de tanta tensión.

Kira lo miró y acto seguido tragó saliva. Estuvo tentado de retroceder varios pasos.

-Er... ¿Ha pasado algo, Abarai-kun?

-¡¡A LA MIERDA!- gritó Renji fuera de sí dando un puñetazo en la pared dejando a Kira en el sitio con cara de pánico.

Finalmente se había apiadado de Izuru y en lugar de arrancarle la cabeza iba dejarle vivir…

…Al menos por ese día.

-Fin de Flachback-

-Seguro que sí que te puedes ganar la vida con ese empleo, al menos mientras no encuentres otro. Y no es degradante ni denigrante, Renji, está ya socialmente aceptado.

-Ya, pero te digo que esto no es para mí. Tú darías más la talla.

-¿Yo? A mí no me líes, que es a ti a quien han despedido.

Renji contuvo las ganas de darle una sonora colleja a Hisagi para que dejara de hablar con tanta jovialidad de su parón laboral. Enrojeció, de rabia y de vergüenza, y quiso que a sus pies se abriera un abismo muy…abismal.

-Pero…pero…pero…esto no…no…

Hisagi le dio unos golpecitos en la cabeza, como quien golpea un Discman que se ha atascado, intentando recuperar al Renji enérgico de siempre.

Enseguida se arrepintió de haberlo hecho ya que el Renji normal volvió en uno de sus arranques más radicales.

-¡¡PERO YO NO QUIERO TENER QUE TRABAJAR DE GIGOLÓ!

Bien. Perfecto. Absolutamente todas las cabezas de la cafetería estaban ahora vueltas hacia ellos. Cojonudo.

-Tío- empezó el moreno con un pequeño tic en la comisura derecha de su boca-,deja de llamar la atención de esta manera.

Y, antes de que el ex vicepresidente de la sexta planta pudiera añadir nada, Hisagi le dijo:

-Además, también podrías trabajar de streaper.

Renji se dejó caer sobre la mesa, profundamente compungido.

-Sigh.

-º-

¡Prólogo hecho! Uh, q largo.
Sí, ya sé que no sale Rukia pero...la cosa viene después (mwajajajaja).
Espero ansiosa vuestros reviews (como no los haya me hago el harakiri con los palillos para la sopa).
Y sí, me gusta hacer sufrir a Renji.
Venga, gente, si me dejais el comentario..hm...¡¡Os daré el número de teléfono del gigoló Renji! XDD En serio, vuestros comentarios son lo único que me hace escribir.
:De repente surge una voz solitaria desde algún punto de la habitación en la que está Yuna:
-Pss...la frase...
Uy, se me olvidaba..y eso q ya es como mi firma.. Ahem, attention , please: Si no hay reviews, no hay historia!

Yuna Aoki