Gracias por los reviews! Son lo único que me anima a continuar, en serio.

Vale, gigoló-adictas (término inventado por Hecate XD) aquí lo tenéis. Siento no haberlo publicado antes, pero me invitaron a ir a ver "V de Vendetta" y me caló tanto la peli que si me hubiera puesto a escribir hubiera hecho que Renji se pusiera una máscara e intentara volar la torre de Tokio para vengarse de la sociedad. En serio. Qué peli más bunitaaa 3 .
Y ahora ¡¡ALTO! Si os gusta el capítulo y dejáis comentario, por favor, que empiece con un "Cojonudo, Deraka". En serio, es ella la única que tiene verdadero mérito en este capítulo. Es practicamente suyo, es una diosa. Jo, cada día me siento más culpable uu Pero como no me escribe mi fic, me sobrepongo a mis remordimientos ¬¬ Shan-naro!
Agradecimientos a las que me amenazaron, me presionaron y claro, me levantaron el ánimo (en especial a Leeza )
Aquí dejo la portada del prólogo, a la que aún le faltan retoques y el color, por Leeza-san.
http/img65.imageshack.us/img65/1962/portadaprlogo4hw7pp.jpg
Que artistaza! (si no se ve y queréis mirar la portada me lo decís y yo os la paso).

Capítulo I: Toma de contacto.

Abrió la puerta del despacho e inmediatamente como acto reflejo entornó los ojos. Ver un despacho entero decorado de rosa pastel cada vez que iba a consultar algo con su presidente la había curtido y preparado para enfrentarse al duro día a día de la empresa.

Había ido escalando con esfuerzo. Desde chica de los cafés a chica de las fotocopias y así sucesivamente. Trepar en las jerarquías de esa empresa era arduo y complicado y se necesitaba un esfuerzo titánico para conseguirlo.
Muchos se quedaron por el camino.
Hiromi, una gran amiga. Un día derramó tres cafés sobre la mesa de un vicepresidente. Tardó poco en salir.
Taishi, Ganjai y Takeshi, grandes amigos. Habían sido despedidos después de quedar en ridículo. Ella misma era la que había hecho parecer el proyecto de los tres chicos "una redacción escrita por un párvulo" con su enorme tesis sobre las campañas de marketing de la empresa.

Sí, era una ejecutiva agresiva (y con pocos escrúpulos, a decir verdad).
Era seria, metódica y perfeccionista, hasta el punto de parecer algo cruel.

Y entonces ¡oh! Entonces alguna entidad celestial le había cogido manía. Rabia. O algo así.
¿Por qué, señor? ¿Por qué ella tenía que soportar ese suplicio? ¿Por qué el cielo se ensañaba con su buena voluntad? ¿Acaso se había portado mal en su vida anterior?

-¡Mi Nanao-chan!

A la aludida le pareció ver una mano etérea y luminosa que bajaba del cielo para ofrecerte la palma, el símbolo de los mártires

Desde luego, en su vida anterior debió de ser muy malvada.

-Creo no ha construido correctamente la frase, señor. "Mi" indica propiedad y yo no soy nada suyo.

¿Quién había decidido que ella debía expiar sus pecados de esta manera? ¿Quién? Fuera quien fuera, Nanao juró que lo encontraría y no para ofrecerle un té, precisamente.

-¡Tú siempre tan fría!

Suspiró. Estaba agotada y ver a su presidente hundido en su butaca de piel, oliendo el perfume de las flores de cerezo que tenía sobre la mesa de escritorio y con una botellita de sake en la mano no mejoró su ánimo.
Mundo cruel.
Sus ojos rasgados se dirigieron a los pies del escritorio donde se hallaban sentados en el suelo dos miembros de la octava planta, uno de la novena y dos de la decimotercera. Cada uno con una botella de sake, bocatas y bolsas de aperitivos respectivos. Una venita le empezó a palpitar en la sien y su mirada se afiló.
Los cinco chicos tragaron saliva simultáneamente.

-¿Qué es este picnic?

-Nanao-chan- se adelantó Shunsui- estos chicos- señaló a los dos miembros de la octava planta- están aprovechando una oportunidad única para confraternizar con otros trabajadores. ¿No es adorable?

"Adorable no es la palabra"
Bastó una mirada de advertencia para que todos los trabajadores, uno detrás de otro, fueran saliendo del despacho arrastrando los pies. Cuando el último cerró la puerta, Shunsui supo que se avecinaba tormenta.

-Le he dicho montones de veces que no ingiera sake en horario laboral, señor, y que si los trabajadores quieren confraternizar, lo hagan también en su tiempo de ocio- dijo, modulando su voz para que sonara tan fría como el mármol.- Y fuera de su despacho, por supuesto.- remató.

-Si sales, ¿Me podrías traer otro ramo de flores de cerezo, mi Nanao-chan?

-Deje de llamarme 'su Nanao-chan', señor, no es adecuado para la ética de la empresa.

-Vale, mi Nanao-chan. ¿Me lo traerás?

La completa indiferencia con la que recibía Shunsui sus puyas, el total desinterés en todo lo que al trabajo y a la ética profesional se refiere y el pasotismo con el que se tomaba la vida: todo en él contribuía a una futura úlcera en Nanao.
A diferencia de los movimientos indolentes de Shunsui, la vicepresidenta de la octava planta se acercó rápidamente al escritorio, sin ganas de perder tiempo. Las flores de cerezo, a pesar de estar algo deshojadas, estaban en perfectas condiciones.

-¿Para qué las quiere? Estas aún no se han marchitado.

El presidente se pasó la mano por la barba y se quitó unos cabellos de la cara, con una sonrisa socarrona bailando en sus labios.

- Lo único que quiero es verte entrar alguna vez por esa puerta con flores para mí. ¡Es una de mis fantasías, mi Nanao!

Ojalá cayera sobre él un rayo y lo fulminara. Aunque conociendo la testarudez y la tenacidad de su presidente, estaba segura de que éste volvería en perfectas condiciones y como plus, llevaría consigo los superpoderes que le habría conferido el rayo (estaba convencida de que sería una visión de rayos X, a saber con qué fines).

Mundo muy cruel.

Se echó de menos a sí misma y a su normalmente analítica y fría mente. Todo lo podía su particular presidente: levantar y animar a toda una planta, motivar a sus trabajadores y..matar de una taquicardia a Nanao.

Antes de que la vicepresidenta se pudiera plantear seriamente el harakiri, sonaron golpes en la puerta y después una voz dijo sin esperar contestación:

-Toc, toc..¿Quién es? Soy Ukitake ¿Qué Ukitake? El presidente de la 13º planta ¡Ah, puedes pasar!

La puerta se entreabrió y asomó por ella una cabeza con una larga melena plateada.

-..Con permisoo..

Nanao sabía que no podía culpar a Ukitake por esos numeritos que montaba cada vez que quería entrar en el despacho de la 8º planta, ya que ella era plenamente consciente de que el presidente de la 13 había estado en contacto con Shunsui demasiado tiempo cuando estudiaron juntos, y su presidente era contagioso, como una pandemia.
Shunsui, como todas las veces que Ukitake hacía la broma, se echó a reír. Nanao se llevó una mano a la sien, masajeándola.
Ojalá en ese momento de sus dedos saliera un '¡Bang!'.

Ukitake tosió y eso pareció devolverle algo de su seriedad habitual. Agitó unos papeles en el aire como quien blande un arma y los dejó caer con aplomo en la mesa de Shunsui.

-Fíjate en esto. Recién salido de la tercera planta: cuidado que no te quemes.

La amplísima sonrisa de Shunsui disminuyó un poco.

-¿Algún problema?

-Mira los índices de las acciones de tu planta del mes de octubre.

Nanao también se inclinó, llena de curiosidad profesional.
El gráfico mostraba un notable descenso de las acciones de la octava planta en ese mes. Un descenso del cual, curiosamente, los mandamases de la susodicha planta no tenían noticia.

La vicepresidenta se giró hacia Ukitake bruscamente, intentando que la mirada de éste le explicara qué significaba eso. El presidente de la planta 13 sonrió con templanza e hizo una seña a Nanao: él esperaba el veredicto de Shunsui.

Éste miró el gráfico de arriba abajo, con parsimonia, y cuando levantó la vista le lanzó a Ukitake una mirada divertida.

-Si no me equivoco están errados los datos de la línea 5 del informe.

-Exactamente - dijo Ukitake satisfecho.- Quería una segunda opinión. Esto es bastante patético.

La chica de las gafas le arrebató lo papeles, incrédula, para cerciorarse de que su presidente tenía razón. Y efectivamente, la tenía: unas cifras estaban erradas. Seguramente, los ojos no le cabían en la cara en esos momentos. Nunca se acostumbraría a esos arrebatos de maestría que tenía Shunsui. Reconocía que esta vez la había sorprendido.

-¿Por qué crees que lo han hecho? ¿Un bromita de Ichimaru?

Nanao volvió en sí, dándose cuenta que se había empezado una nueva conversación entre los presidentes.

Ukitake volvía a estar serio y no parecía tomarse el error de contabilidad que había cometido la tercera planta con el mismo humor que Shunsui.

-No me extrañaría: el error es bastante evidente como para ser algún tipo de…'fallo provocado para beneficiar los fondos privados de Ichimaru'. Y muy evidente también para ser algo no intencionado. Esto hay que aclararlo.

Shunsui meneó la cabeza, divertido, y suspiró algo resignado.

-Estos jóvenes de hoy en día…

-Bueno, Shunsui, se lo comunicaré al presidente Yamamoto para que tome medidas, así que prepárate para una reunión interminable.

-Uf, nada me librará de tal tormento.

Ukitake se despidió agitando la mano en un gesto vago. Al cerrar la puerta Shunsui siguió mirando al frente, impávido y solemne.

Nanao estaba acojonaba.

Ese no era su presidente. De tanto en cuando se debía pasar por su planeta una nave nodriza extraterrestre y le cambiaban a su Shunsui.
Bueno, bromas aparte, ese fallo de contabilidad ella lo habría detectado, pero después de horas de meticuloso análisis. Sin embargo su mujeriego jefe sólo había necesitado un vistazo. Por un fugaz momento Nanao se sintió dichosa de ser la vicepresidenta de un hombre tan inteligente y sagaz.

-¡Nanao-chan! ¡Mi querer mis floreshitas!

Por un momento muy muy fugaz.

-Vuelva a guardar el sake, señor.

-Joo, ¡aguafiestas!

º-º

Renji observaba, con un tic en el ojo, la hoja de anuncios del periódico. A su lado, Hisagi le miraba con una sonrisa de oreja a oreja.

-Mola, ¿eh?- comentó el moreno.

Tras un largo silencio el pelirrojo desvió su mirada del trozo de papel y la clavó en su amigo.

-Qué-coño-es-esto.

A lo que Hisagi se encogió de hombros.

-Tu salvación económica.

Al ver que Renji no parecía muy satisfecho con esa explicación probó otra vez.

-Bueno, en vista de que no te decidías a poner un anuncio decidí hacerlo yo por ti (No, no me des las gracias, para esto están los amigos)... y estoy seguro de que has salido ganando (insisto, no me des las gracias). No quiero ni imaginarme qué podría haber salido de tu cabeza.

-Eres...Eres..

Hisagi esperó pacientemente a que Renji acabara la frase con un "increíblemente genial", "absurdamente incomprendido" o "brutalmente inteligente a la par que sexy".

-¡Eres el pervertido más entrometido que he visto en mi vida!- gritó entonces Renji, presa de la furia- ¡¿Pero quién coño te mande meter las narices donde no te llaman? ¿Te das cuenta de lo que has hecho, animal!

-¡Ayudarte con el alquiler! Jo, macho, ¡no te pongas así! ¡Aún encima de que te ayudo!

-¡¡Ya podrías haberte metido tu ayuda por otro sitio!- el pelirrojo fuera de sí comenzó a leer en voz alta el anuncio por palabras que había puesto Hisagi en el periódico.-
"Red gigoló: el hombre que hará realidad todas tus fantasías eróticas de una manera que superará tus expectativas. Descúbre tú misma el por qué de mi nombre. Advertencia: soy adictivo. Llamar al teléfono (beeeeeep)" ¡¡SI ESA ES TU FORMA DE AYUDARME PODRÍAS HABERTELO AHORRADO, DESGRACIADO!

Dicho esto arrugó iracundo el susodicho periódico y lanzó un pelotazo a la cara de su amigo.

-¡¡Pero qué cruel eres! ¿No ves que esto te asegurará la clientela?

-¿Y esto de "Red gigoló"?

-Es que eres pelirrojo... -señaló Hisagi y antes de que Renji pudiera decir un despectivo "Vaya, no me digas", añadió- y no veas, estuve dudando mucho sobre qué apodo ponerte. Se me ocurrieron muchos como por ejemplo: mono del sexo, cola de serpiente, lobo aullador...Pero creo que este es el que mejor define tu esencia.- concluyó, satisfecho.

La vena que llevaba marcándose ya tiempo atrás en la frente de Renji terminó estallando.

-¡Mecagüentupadreeeeee !- el chico del 69 en la cara se vio obligado a esquivar una lluvia de objetos a cual más contundente por parte de su amigo.

-¡Venga, tío! ¡No te enfades!- gritó Hisagi mientras esquivaba con una habilidad igualable a la de Neo todo tipo de proyectiles- Si total, tampoco llama tanto la atención..¿Y no querías ganar dinero?

-¿Qué no llama la atención? ¡Puto desgraciado! ¡ES EL ANUNCIO QUE MÁS DA EL CANTE DE TODA A SECCIÓN! ¡Yo es que te mato! ¡Juro que te mato!

-¡Renji, no hagas nada de lo que pueda arrepentir.. gyarhgyarghh!- comenzó a forcejear ante los intentos del pelirrojo desbocado por estrangularlo.- ¡Renji, te aseguro que nunca encontrarás un amigo que se desviva tanto por ti! ¡Matar a un tío tan sexy como yo es un delito! ¡No hagas locuras! ¡Gyaaaahrg! ¡Si me matas volveré como espíritu para atormentarte y hacer que no se te levante cuando tengas que faenar!

Justo en el momento en el que nuestro joven Hisagi más temía por su vida (y es que el pobre ya comenzaba a imaginarse su lápida rodeada de cientos de llorosas quinceañeras) una música celestial llego a sus oídos ahogando su último "¡Volveréeerghh!".
Pero no se trataba de las campanas del cielo, ni mucho menos, y tampoco había ningún angelito (preferiblemente "angelita") dándole la bienvenida a las tierras del Señor.
Lo único que hizo que Renji interrumpiera sus intentos de asesinato fue el sonido incesante del teléfono.

El pelirrojo fue aflojando gradualmente sus apretones y en su rostro se formó una expresión de duda y temor.

-¡Mierda! ¡El teléfono! ¿Qué hago? ¿Y si es clientela? ¿Qué hago?- exclamó mientras comenzaba a zarandear a un moribundo Hisagi.

-Glglglg... pues cógelo a ver si salimos de dudas.

-¡No! ¡Cogelo tú! Has sido tú quien ha puesto el anuncio. ¡Yo tenía otra idea en mente! ¡Si me llama alguna maldita ninfómana simpatizante del sado será culpa tuya!

-Pero a lo mejor te llama una joven doncella virginal en busca de un hombre de verdad que pueda satisfacer sus expectativas para su primera experiencia. ¡Y eres tú el que tiene que vender su cuerpo, no yo!

-¿¡Y lo dices como si fuera una buena opción?

-¿Quieres coger el puto teléfono?

Renji miró receloso el aparato que no había dejado de sonar en todo su forcejeo y discusión. Realmente estaba tentado a no cogerlo deseando que quien quiera que fuese el que llamase se rendiría.
Pero por otro lado se negaba en rotundo a rajarse delante del capullo de su amigo. De modo que tragó saliva, se armó de valor y descolgó el auricular y lo apretó contra su oreja.

-¿Di...diga?

Una voz femenina se oyó al otro lado

-Hola, ¿eres Red gigoló?

Los ojos de Renji quedaron en blanco y su mandibula se desencajó.

-"Mierda, ya me ha quedado el pseudónimo para los restos"

Giró la cabeza dirigiéndole una mirada asesina a Hisagi el cual en ese momento hacía esfuerzos por no escacharrarse de la risa delante de sus narices, ya que por su expresión había deducido la situación perfectamente.

-Er...

-¿Eo? ¿Eres o no eres red gigoló?

-Vamos mono del sexo, contéstale con una voz sexy y una frase molona.- le susurró el moreno ganándose que el joven Abarai le lanzase una zapatilla.

Durante un par de segundo un montón de frases de lo más cool pasaron por su mente. Frases del tipo "¿Alguien ha dicho sexo?", " Pues sí, nena, hoy es tu día de suerte y yo soy Red gigoló" o "El mismo que viste, calza y deja satisfecha a toda fémina que contrata sus servicios".

No obstante cuando abrió la boca para soltar alguna de aquellas divinas frases
lo único que salió de su garganta fue un tímido y entrecortado.

-Sí, soy yo.

Hisagi se golpeó la frente con la mano

-"Menuda manera de cagarla con la primera clienta"

-Ah, bueno, verás.- continuó la chica al teléfono, aclarándose la garganta.- Supongo que sabrás para que te llamo.

-S...sí supongo que sí

-Pero antes de nada quisiera aclarar un par de cosas.

-Ah... bueno... tú dirás.

-¿'Tú dirás'? ¿Qué tipo de palabras son esas? ¿Estás idiota! ¡Joder, te pareces a Kira cuando intentó entrarle a aquella tía que le sacaba media cabeza! - Hisagi le regañaba en susurros gesticulando exageradamente- ¡Di algo inteligente o cuelga para siempre, rajado!

Renji tuvo que recurrir a todo su autocontrol para no soltar el auricular y meterle de
yoyas a su amigo hasta en el carné de identidad.
-Bueno, para empezar tengo mucha curiosidad, ¿a qué viene eso de Red gigoló?

-"Viene de un capullo que se hace llamar 'amigo' con un pésimo sentido del gusto para los nombres"- contestó interiormente.

No obstante en un alarde de inspiración momentánea contestó con una frase que dejó más que satisfecho no solo a la chica, sino al propio Hisagi

-Eso...prefiero que lo descubras tú misma llegado el caso.

-¡Ah, eso ha estado bien! ¡Por lo menos te repones!

-Oh... es verdad, en tu anuncio decías que querías que lo descubriéramos por nosotras mismas pero...- titubeó un poco-...¿exactamente cuál es tu especialidad?

-Uhm... ¿mi especialidad? -miró a Hisagi en busca de un poco de ayuda ¿cuál se suponía que era su especialidad? Al ver que el moreno cogía una libreta y un boli de la mesilla y se ponía a escribir como un descosido, le dijo a la chica- Especialidad... hablemos de especialidad en todos los sentidos..- empezó, para que a su amigo le diera tiempo a escribir.

-¿Ein?

Cuando terminó le enseñó lo que había puesto al pelirrojo.
Renji enrojeció hasta los dedos de los pies antes la burradas que había escrito su amigo por medio de dibujos muy pero que muy explicativos. ¡Y se los enseñaba sonriendo pérfidamente, el muy enfermo!

Desgraciadamente para nuestro Shuuhei y para gran regocijo del pelirrojo esta vez no pudo esquivar la zapatilla lanzada que le dio en todos los morros.

Mientras, la chica ya se estaba hartando.

-Y esta vez no me digas que ya lo descubriré... quiero que me adelantes algo.

-Ah... pues..."¡Mierda, mierda, mierdaaaaaaa!"

-¡Renjiii, dile que tu especialidad es el sadooo!- al parecer Hisagi no se rendía. Quizás fuese por el hecho de que ahora no le quedaban zapatillas a Renji por lanzar

-Es que en realidad soy un especialista en casi todo tipo de cosas.

-Ya, ya, venga, concreta un poco ¿no te estarás yendo por la tangente?

-Pues.. pues... mi especialidad es ¡EL..TANTRA!-dijo finalmente el pelirrojo, muerto de vergüenza.

-Oh, vaya- parecía sorprendida- Eso suena muy interesante.

-Sí..eh..soy muy místico.

-¡Estrecho! ¡Habrías triunfado más diciéndole que te ponían los utensilios de cuero!

Renji tuvo que morderse el puño en un nuevo intento de refrenar sus instintos asesinos.

-¿Sabes? Me está entrando mucha curiosidad- dijo la chica que permanecía al teléfono atrayendo de nuevo la atención del pelirrojo.

-Cu-curiosidad ahm... ¿sobre qué? "Que no me pregunte que posturas me gustan..que no me lo pregunte.."

-Pues... es referente a tu trabajo... ¿Cobras por horas? ¿Por polvos? ¿Por cualquiera de las 'cositas' que hagas? ¿O simplemente por noche? Es un dato que me gustaría tener claro desde el principio, para hacerme una idea de cuanto tiempo puedo, ahem, tenerte en mi casa.

A Renji le hubiese gustado poder articular algún tipo de palabra aunque no fuese para nada molona, pero parecía que en ese exacto momento sus preciadas cuerdas vocales se habían ido por patas.
A estas alturas sobra decir que Hisagi se había llevado un cojín a la cara para amortiguar sus sonoras carcajadas y que se revolcaba por el suelo disfrutando como un enano de aquella situación que no hacia sino atacarle los nervios al pobre pelirrojo

-Ah... Eu...

-¿Hola? ¿Sigues ahí? ¿Se te oye muy mal...? ¿Eo? ¡Espero que no estés haciendo esto para cobrarme más la llamada!

-¡Por el amor de dios, dile algo!- le dijo su amigo moreno mientras se ahogaba en carcajadas.

Renji tragó saliva, se aclaró la garganta y trató de pensar en alguna respuesta coherente, pero su cerebro se había quedado en blanco totalmente ¿Pero qué demonios se suponía que tenía que decir?

Finalmente Hisagi, apiadándose de la situación que estaba viviendo (más bien, padeciendo) su amigo, decidió ir en defensa de Renji. Se acercó un poco y le susurró.

-Pst, lo más inteligente dada tu situación es cobrar por horas. También puedes probar a cobrar por noche y tendrás muchas más clientas pero menos beneficios.- Renji se empezó a preguntar cómo sabía Hisagi tanto del tema.- Ni se te ocurra cobrar por polvos o además de quedarte más pobre que las arañas morirás de exceso de estrés.

Aquello pareció reactivar el amor propio del chico, el cual tapó el auricular y se encaró al moreno.

-Tú tienes un concepto muy bajo de mí, chavalin, si crees que me veo incapaz de sacar beneficios usando la tercera opción.

-Oh, te aseguro que me ENCANTARÍA verte intentándolo - contraatacó Hisagi con sorna.

-Conque esas tenemos, ¿eh?- cogió de nuevo el auricular y con una voz segura que jamás pensó que podría utilizar segundos antes contestó a su interlocutora.-Está usted de suerte, señorita. Generalmente suelo cobrar por horas, pero por tener usted una voz tan linda le haré una oferta que no podrá rechazar.

-"¡Oe! ¡¿Desde cuando el trozo de gelatina rojo se ha convertido en un macho man! No hay derecho, ¡esto ya no es tan divertido!" - Hisagi se sentó de nuevo en el sofá con cara amargada.

-¿Ah, sí? ¿Qué tipo de oferta?

-Dígame, ¿cuánto está dispuesto a aguantar su cuerpo, señorita? En base a ello yo estableceré un precio. - contestó el pelirrojo adoptando por un momento esos aires de hombre de negocios a los que tan acostumbrado estaba con su anterior trabajo. Al parecer por fin se veía capaz de manejar la situación
Se oyó una risita al otro lado del teléfono.

-Por lo visto estás hecho un profesional.

-Bueno... jeje...

-Por cierto, quisiera saber un par de cosas más.

-Em.. Vale, tú dirás...- "¡Mierda, otra vez el tú dirás!"- nena- añadió tratando de arreglar su metedura de pata adoptando de nuevo una actitud confiada frente a su interlocutora.

-Supongo que los gastos de desplazamiento no vendrán incluidos, ¿no?

-Er... no, claro que no... A todo esto no me has dicho adonde he de desplazarme.

No obstante la chica al otro lado del teléfono ignoró la pregunta del pelirrojo y continuó con su batería de dudas.

-Y pongamos por caso, si yo te encargase que comprases algunos utensilios de... bueno de los que tú sueles encontrar con facilidad por los ambientes en los que te mueves..-
"¿Qué ha querido decir con eso? ¡Ni que fuera un paria social!" pensó indignado Renji. Aunque, meditándolo un poco, no le faltaba razón a la tía.- ¿Serían incluidos en la cuenta?

-Er... a... ¿A qué clase de utensilios te refieres? "Como sea algo de cuero..a ver de donde lo saco..."- Sin embargo en su cabeza apareció la imagen mental de Hisagi con un antifaz negro y un látigo. "Bueno, al menos eso no sería un problema"-pensó con humor negro.

-Bueno...

La chica murmuró algo ininteligible por lo que Renji pidió que se lo repitiera pegando más le oído al auricular, por su parte Hisagi al que también le picaba la curiosidad se pegó también al aparato.

-Bueno... es un... er... olvídalo.

-¡Ah, no! ¡Ahora que lo diga! - dijo Hisagi indignado.- ¡Red gigoló puede conseguir cualquier cosa que las chicas deseen! ¡Y más si es algo que las pone cachondas! ¡¡Así que pide por esa boquita, nena! ¡Que el abuelito Renji está para satisfacer a las nenitas como tú!

-¿Te quieres callar de una jodida vez, Hisagi?- le regañó en susurros el pelirrojo.

-¿Eh? ¿Decías algo?

-¿Eh? N-no

-Pues a mí me pareció oír algo de 'abuelito'. Oye, ¿hay alguien más por ahí?

-¡Nah, qué va! Solo es la tele, que están dando Heidi...

-¿Qué? ¿A la una de la madrugada?

-Er...Quiero decir.. que... me encantaría que una señorita como usted me dijese cual es su más secreto y oscuro deseo... para poder yo hacerlo realidad.

"¡Mierdaaaaa! ¿Por qué? ¡Me estoy convirtiendo en un maldito pervertido! ¡En un..!"

-¡Tío, eso me ha llegado!

"¡..En un Hisagi!"

-¡Eres un dios! ¡Eres un crack! ¡Eres unmphjf!

-¡Que te calles de una vez, jobar!- le ordenó Renji, tapándole la boca con un cojín.

-Oh... bueno... si te lo digo... ¿Aceptarás mi petición? ¿Me cobrarás más por ella?

-Eso depende, si no me aclara cual es su petición...

-Si se te ocurre reírte te colgaré, te cortaré en trocitos y se los iré dando poco a poco a mi perro. ¡Ah! Y me dedicaré a hacer publicidad negativa contra ti.- la voz de la clienta sonó por unos instante profundamente amenazadora. ¿Qué coño tenía al teléfono, a una fémina necesitada o a un capo de la mafia?- ¿Está claro?

-C-como el agua.

-Bueno... pues... si no te importaría... ¿podrías? Er... el día que vengas a mi casa...- de nuevo su voz sonaba cohibida.- ¿Podrías?

-¡Argh! Esta tía disfruta manteniendo en ascuas a un hombre. ¡Espero que no sea así en la cama o te las verás crudas, Renji!

Pero antes de que Hisagi siguiese protestando, Abarai decidió callarlo de una forma poco ortodoxa pero eficaz: estampándole lo primero que tenía a mano; un bote tamaño familiar de gigais, un prototipo de calmantes que había desarrollado un antiguo presidente de la empresa que Renji había necesitado muchísimo desde que lo despidieron. Había llegado a parecer un yonki.

-Bueno... es que me gustaría que cuando vinieses a mi casa trajeras puesto er... un... un...

-¿¿Un?- Renji pegó aún más la oreja al auricular sin perder detalle de qué era lo que quería su extravagante primera clienta.

-¡Un tanga del conejo chappy! "¡Ya está, ya lo he dicho!"

En la línea telefónica se instaló un aplastante silencio.

-...- Renji (que no respondió)

-... – Hisagi (que en un arrebato de elocuencia tampoco lo hizo)

-... – la interesada (que no se atrevió a añadir nada)

-...

-...

-...¿Oiga?

-...

-...

-¡¡Eoo! ¡Oiga!

-¿E-eh? Ah, perdón, sigo aquí.

-Uhm... ¿He pedido algo tan extraño?- ahora Renji pareció notar un tono avergonzado en la voz de la chica.

-Uh... no, no para nada...

-¡Es una cría! ¡Renji, vas a hacer que una cría se estreeneeee!

-¿Quieres callarte, atontado?

-¡Está más que claro que es una maldita cría! ¿A quién coño se le ocurre pedirte un tanga de chappy el conejo? ¡Es que no tengo ni fuerzas para reírme!

-¡Pero si te estás descojonando!- saltó Renji, cabreadísimo.

-¡Es tremendamente surrealista!- continuó él, ajeno a las protestas.- Oye, ¿No irás a ponerte un jodido tanga del conejo ese, no?

-Entonces... ¿podrías hacerlo?- la pregunta de la chica le hizo volver en sí. Se había quedado momentáneamente en blanco.

-S-sí, claro que podría hacerlo... Claro que eso subiría el precio er... algo más de lo que creí.

-¿Por qué?-"Y es que encima me pregunta el por qué."pensó Renji ya un poco harto-¿Es que vas a tener que comprarlo?

-...er... Sí, sí, eso es...

-Vaya... entonces sí es algo raro... Lo sabía, es demasiado friki pedirle a un gigoló que se ponga un tanga de chappy el conej..

-¡No! ¡Para nada! No tiene nada que ver. Es que... "Mierda, si no satisfago los deseos de esta enferma me veré de nuevo a dos velas. Invéntate algo, Renji ¡¡y rápidooo!" ¡Al contrario, señorita! Chappy tiene mucho éxito entre las mujeres. Pero sí que tendré que comprarme uno nuevo porque... er.. el otro día se me destiñó el tanga de Chappy que suelo utilizar... Y el otro que tenía...bueno, se ve que algunos no soportan la talla XXL, si usted me entiende.. "Me siento como Hisagi, me siento como Hisagi..." No lo decía por nada más. Usted no ha pedido nada raro.

-Oh, ¿en serio?

-Sí ,sí y tan en serio.

-Entonces fijará el precio después de que lo hayamos hecho, el cual será un poco más elevado por mi petición pero no me cobrará nada por desplazamiento y por supuesto hará todo lo que yo quiera y las veces que quiera hasta mostrarme cuan bueno es en su especialidad ¿he entendido bien?

-"Joder... Menuda sanguijuela..¿Esta tía pretende extraerme la vida o qué? ¡Chupasangre!" Er...Sí, ha entendido usted muy bien, es usted muy perspicaz, señorita.

-Oiga, no me llame señorita. ¿Tengo voz de niña o qué?

-¡Oh!... Lo siento, er.. princesa. ¿Cómo debo llamarla entonc...?

-Bueno, déjelo, espero que sea mejor en el sexo que inventando nombres.

-"¡Esta cría ya me está tocando las narices! Contrólate, Renji o perderás a tu primera clienta.." Perdone, preciosa.

-¡Pst! Eh, Renji, ¡pregúntale si quiere que le cantes una nana para que se duerma después de habértela cepillado!

-"Y encima el imbécil este es más un estorbo que una ayuda".

-Bueno, me parece que no me has dicho lo más importante: ¿cuál es su nombre, preciosa? ¿Cuándo y dónde he de dirigirme para satisfacer cualquier deseo que salga de su boquita de piñón? "¡Tierra, trágame!"

-¡Oh, es verdad! Pues te tienes que dirigir...Bueno, la zona residencial de las afueras. La calle Kenseikaan. Número 6.

-"Seis.. mi planta.." Vale, apunto.

-º-

Colgó el teléfono y se abofeteó suavemente las mejillas, reprochando que se hubieran tornado rojizas. ¡Por dios, sonrojarse por hablar por teléfono con un profesional!
Se apartó el flequillo de la cara, ya que le estaba entrando en los ojos y dirigió su mirada hacía el cielo nocturno. Estaba nublado, probablemente llovería al día siguiente.
El día siguiente.
Sí, mañana le tendría en su casa.
Qué curiosidad.

-"¡Ahí va! ¡Sabía que me olvidaba de lo más importante!"

Ains, no le gustaban las esperas, y sin conocer ese dato el tiempo se le haría inaguantable.

-"¡Se me pasó preguntarle cuanto le mide! Bah, ya lo averiguaré cuando venga."

Más emoción, ¿no?

-º-

Arf, no os quejareis, eh? Ha sido larguísimo! En fin, ya sabéis, honores a Deraka y blablabla, por favor.
Besitus conspiradores!

Bye bye!

Venga, coread conmigo..¡Si no hay reviews no hay historia!