DISTANCIA
La casa en unos días había cobrado vida. Realmente el Kitsune tenía buen gusto comprando y decorando, y como él mismo había proclamado Hanamichi era bastante mañoso con las cosas del jardín. En lo referente a los quehaceres de la casa nunca hablaron directamente de ellos, pero enseguida parecieron ponerse de acuerdo. Al mediodía la cocina era cosa de Hanamichi, por la noche le tocaba a Kaede. Por lo referente a la limpieza general, quien ensuciaba algo, lo limpiaba.
El primer día que fueron a comprar Kaede pudo ver que Hanamichi, contrariamente a lo que había esperado, sabía comprar. Es decir se fijaba en las ofertas, compraba sólo lo necesario, y siempre el producto más barato o por defecto el que tuviera mejor relación calidad precio. Además tanto en eso como en la casa era ordenado y bastante pulcro. Luego cayó en la cuenta que quizá su familia nunca fue muy acomodada económicamente por lo que lo de ahorrar no le era nuevo.
Las cosas parecían ir bien, pero quizá eso era sólo porque entre ellos no había habido ninguna gran pelea. Pero tampoco volvió a haber ninguna gran conversación. Es decir se saludaban, pero lo hacían como dos extraños que se encuentran una mañana en el bar del hotel dónde han dormido, sabiendo que nunca más se volverán a ver. Su relación era distante y fría. Kaede, que tenía miedo que la proximidad lo descubriera ante el pelirrojo, iba con su autodefensa al máximo estaba gélido con el pelirrojo y éste, que no entendía qué ocurría, intentaba evitar-le al máximo para evitar esos silencios que tanto le incomodaban.
A las dos semanas, Kaho fue a verles. Como acostumbraba a pasar cada mañana, Kaede había salido solo diciendo "¡Salgo!" pero sin dar ni razones ni explicaciones, por lo que cuando la chica llegó encontró a Hanamichi solo. Éste no había vuelto a preguntarle al moreno a dónde iba. El segundo día lo había visto irse con la bolsa de deporte y un balón en las manos por lo que no le fue difícil deducir dónde se iba cada mañana el moreno.
Kaho le encontró lleno de barro removiendo la tierra de la mitad del jardín.
-¡Hanamichi! -Le llamó ella entrando en el jardín.
-¡Kaho que alegría verte! Pensaba que no vendrías hasta dentro de dos semanas.
-Ya lo sé, sólo quería asegurarme que todo va bien.
-Bueno, si quieres saber si ambos seguimos vivos y la casa en pie puedes estar tranquila.
-Ei Hanamichi ¿qué ocurre?. ¿Por qué pones esta cara?. ¿No van bien las cosas?
-¿Que cosas Kaho? Me siento como viviendo en la casa de un extraño -Hanamichi dejó la pala que tenía en las manos e indicó a la muchacha que sentara con él en un par de sillas viejas que había allí.
-Kaho, no sé si esto funciona. Es decir, sí funciona, pero no funciona. Vivir con él es como vivir sólo pero sin las cosas buenas de vivir solo. ¡Yo ya sabía que él era frío, pero en el fondo pensaba que en casa quizá no lo sería tanto!
-Y no lo es. Es muy buen chico. Y es agradable estar con él.
-¡Pues si tan agradable te resulta convivir con un cubito de hielo quédate tú con él!
-Vamos Hanamichi no será para tanto.
-Sí lo es. El primer día cuando te fuiste pensé que quizá le había juzgado precipitadamente, que quizá era más como tú me lo describías. Cuando le conté lo de mi padre, y lo de Tsukihiro y mi madre,... me derrumbé, sabes. Cuando te lo conté a ti..., Ni siquiera había llorado el día que me marché de casa. No pude. Pero no sé porqué, contándoselo a él no pude evitarlo. ¡Oh Kaho me sentía tan estúpido con los ojos llenos de lágrimas contándole mis penas al Kitsune! Desde que lo conozco que nos hemos hecho la vida imposible el uno al otro, y ahora... Pero me sorprendió. En vez de reírse de mí simplemente me abrazó. Y fue maravilloso Kaho, en ese momento sentí que alguien me quería, dejé de sentirme solo. ¿Sabes cuanto tiempo hacía que eso no me ocurría? Y el Kitsune, ¡él!., el zorro apestoso, el engreído patán de Rukawa, precisamente él consiguió que me sintiera bien. Pero la mañana siguiente... Desde entonces todo ha ido enfriándose, enfriándose, enfriándose. Hasta que en estos momentos cuando ambos estamos en la casa parece que de repente la casa se haya movido al polo sur, con los pingüinos, del frío que hace.
-¡Que exagerado eres!
-NO Kaho no exagero. Pero antes de vivir aquí, cuando estábamos juntos como mínimo discutíamos y con ello... no sé, nuestra relación no era la mejor seguramente, pero... como mínimo había alguna relación entre nosotros. Ahora es que ni esto. Me siento enjaulado, y solo. Y no quiero llamar a los chicos por lo de Tsukihiro. Ellos me harían compañía pero no puedo mezclarlos en esto.
-Hanamichi ya sabes que si le denunciases...
-No puedo Kaho, ya hablamos de esto. Mamá... y luego está el bebé. NO, no insistas.
-Está bien como quieras, sólo que todo sería más fácil si...
-Todo sería más fácil si el Kitsune pusiera un poco más de su parte. Yo es que no sé como lo hace él pero yo no puedo vivir más así, sin hablarnos, sin compartir nada. Por ejemplo: cada mañana se va a primera hora a entrenar. ¿Tú crees que me ha dicho nada?. ¿Qué le costaba decirme de ir con él? No hablaríamos, pero como mínimo practicaríamos juntos. ¿Joder llevamos jugando en el mismo equipo dos putos años! No es que me entusiasme hacer nada con él, pero seguro que sería mejor que esto. En vez de eso, se va sin decir nada y no vuelve hasta la hora comer. Luego sube a su habitación y duerme. Cuando se despierta o pulula por la casa o sale vete tu a saber dónde otra vez sin decir nada.
-Quizá no sabe como decírtelo.
-Que tal: "Voy a practicar. ¿Vienes?". Ya sé que son cuatro palabras seguidas pero aun así no creo que sea tan difícil la verdad.
-¿Y mientras él te ignora tú que haces?- preguntó curiosa Kaho.
-Trabajo en el jardín. Cuando me levanto me pongo a arreglarlo hasta que hago la comida. Por la tarde o me siento en el sofá a ver la tele, o vuelvo a salir. Una tarde intenté salir a pasear, pero pasear solo no me gusta. Es aburrido. Hecho de menos a los chicos.
-Quizá él piensa que prefieres quedarte en el jardín a ir con él, y por eso no te ha dicho nada.
-¡Ya! como él no sabe que lo que más me gusta es jugar al baloncesto. ¿verdad?- Hanamichi estaba desquitándose de todos los nervios que había acumulado en los últimos días.- Mira, da igual. Yo que sé. Cuando empiecen las clases todo será distinto. Volveré a ver a los chicos y al equipo, y dejaré de sentirme solo. Total quedan sólo tres semanas más. Mientras Tsukihiro no me encuentre hasta entonces... Porque una vez empiece el curso no podré evitar que de conmigo tarde o temprano¿verdad?
-Si no quieres cambiar de colegio no.
-¿Y separarme de mis amigos y de los chicos del equipo?. ¡Si mira! No. Además queda solo un año, no quiero cambiar ahora, ya han cambiado suficientes cosas en mi vida. Estoy convencido de que quiero volver a Shohoku -hizo una pausa como pensando en lo que acababa de decir y...- ¡Socorro!.¿He sido yo quien ha dicho que quiere volver al colegio?. ¿Ves lo que este zorro está haciendo conmigo?
-Jajajajjaaj -rió Kaho-. Mientras sigas manteniendo tu sentido del humor creo que no me preocuparé demasiado.
-Kaho eres mala.
-¿Hanamichi has visto que hora es? Tengo que irme que me esperan para comer, dile a Kaede que he venido ok?
-Lo haré, tranquila.
-Y tranquilo que estoy segura que pronto todo se arreglará. Hasta pronto guapísimo.
-No tardes en volver Kaho. ¿Me lo prometes? Necesito a alguien con quien hablar.
-Puedes hablar con...
-No se puede hablar con él. Solo discutir. Prométeme que volverás pronto.
-Te lo prometo -la chica le besó en la mejilla y se marchó.
Grissina: bueno hasta ahora la historia ha tenido muy buena crítica, espero que siga así.
Un par de vosotras me ha pedido ya el lemon, no se que deciros, haberlo haylo, pero... bueno ya lo veréis cuando llegue el momento. Solo que tendréis que tener paciencia...
Reviews, reviews, reviews, reviews!
