VOLVER A EMPEZAR: JUNTOS
Hanamichi y Kaede despertaron a media mañana del domingo todavía abrazados en la cama de Hanamichi.
-Buenos días -dijo Hanamichi cuando vio que Kaede abría por fin los ojos.
-Nos días -farfulló Kaede todavía dormido acurrucándose más en su pecho. Sonriendo aspiró el olor de Hanamichi que tanto le gustaba. Estaba tan a gusto que Hanamichi hasta le oyó ronronear. Pero de repente Kaede se tensó de golpe y se separó mirando a Hanamichi como si fuera un marciano. Estaba tan dormido que no le cuadraba que el pelirrojo estuviera allí tan estrechamente abrazado a él. Además no sabía dónde estaba. Por un momento tuvo miedo de haber cometido alguna barbaridad, como ir hasta su casa y meterse en su cama. Porque como mínimo había soñado un millar de veces en hacerlo.
-Ehhh -dijo suavemente Hanamichi-. No creas que por que te asustes por las mañanas dejaré de dormir así contigo -dijo y le besó de nuevo. Con lo que Kaede se destensó de golpe. Estaba como en una nube. Ambos lo estaban.
-Oye Kaede. ¿Qué haremos ahora?
-No lo sé. Nunca pensé que esto llegara a ocurrir -admitió con el semblante serio.
-¿Pues ahora que ha ocurrido, qué hacemos?
-No creo que tengamos que hacer nada especial. Ya irá viniendo solo. ¿No? No sé Hanamichi, es decir yo nunca…, hasta ahora no había estado con nadie esto es nuevo para mí.
-¿Te molesta que no seas la primera persona de quien me he enamorado? -Preguntó preocupado Hanamichi.
Kaede no respondió al instante, se lo pensó un poco primero.
-No -dijo finalmente, pero dudoso preguntó-. ¿Pero todavía…?
-Sí. Pero no como tú piensas. El me quiso mucho y yo a él, a mi manera. Pero él ya no está. Ahora estoy contigo y te quiero.
-Dilo otra vez -le pidió a Hanamichi.
-Te quiero, Kaede Rukawa. ¡Wwwoooowww! Deberías usar más esta sonrisa.
-¿Por qué?. ¿Te gusta? -Los ojos de Kaede irradiaban felicidad. A Hanamichi le recordó cuando ganaron los nacionales, en segundo, esa vez sin lesiones, y habiendo jugado juntos para conseguirlo.
-Casi tanto como hacer esto -le contestó Hanamichi y le volvió a besar.
Pero esta vez de forma lenta pausada, saboreando la boca que se abría a él con total entrega. Ante eso abrió también la suya dejando que su lengua y la de Kaede entraran en contacto. Una fuerte corriente eléctrica le recorrió la espalda, se estremeció cuando los brazos de Kaede le rodearon no solo la espalda sino también el cuello en un intento de unirles más aún. Atrapando los pequeños gemidos que ambos emitían. Pudo sentir el deseo en cada fibra del cuerpo de Kaede incluso del suyo propio. Era una sensación tan fuerte, tan intensa que tuvo la impresión que no podría controlarla y se asustó.
-Kaede... -dijo separándose de él, con la respiración un poco agitada.
-¿Sí?
-Quiero ir despacio. ¿Te molesta? -dijo un poco avergonzado Hanamichi por lo que estaba diciendo.
-No. Todo ocurrirá cuando tenga que ocurrir.
Fue entonces que Hanamichi miró el reloj. Y se dio cuenta que Aya debía estar despierta y reclamando su desayuno.
-Es tarde -dijo levantándose de la cama. Kaede no pudo levantarse, se dejó caer en la cama de nuevo e hizo el intento de volver a acurrucarse entre las sábanas aún calientes.
-Ni se te ocurra. Arriba zorro dormilón -dijo Hanamichi antes de salir de la habitación estirando las sábanas y destapándolo.
-Nooooo -dijo Kaede que lentamente se sentó en el borde de la cama. Pero antes que se levantara apareció Hanamichi con la pequeña en brazos.
Aya lloraba de hambre, hacía una hora que estaba despierta esperando que le hicieran caso.
-¿Kaede puedes sostenerla mientras le preparo el biberón? -Antes que pudiera negarse ya le había colocado la pequeña en los brazos.
-Hanamichi yo… -intentó decir, pero el pelirrojo ya había salido disparado hacia la cocina en el piso de abajo-. Lo hizo de nuevo- suspiró.
Entonces Kaede miró a la pequeña que seguía llorando en sus brazos. Instintivamente le secó cuidadosamente las mejillas, e intentó tranquilizarla cantando y meciéndola suavemente como si sus brazos fueran un balancín. Funcionó, la pequeña calló y le escuchó tranquilamente. Kaede suspiró aliviado.
Para él esa niña era casi como un marciano al que no sabía como debía tratar, ni entendía. Sabía que era muy delicada y le daba miedo hacer nada que pudiera dañarla, y además Hanamichi se entestaba en dejarla a su cuidado así por las buenas. No es que no quisiera tenerla en brazos, ¿pero y si ocurría algo que no sabía solucionar?. ¿Y si se echaba a llorar?. ¿Cómo saber por qué lo hacía? De momento la había calmado cantando, ¿pero y si no hubiera funcionado? En eso pensaba Kaede mientras mecía a la pequeña sin dejar de cantar.
Cuando Hanamichi entró de nuevo en la habitación, esperaba encontrarse a Kaede histérico casi a punto de arrojar a la pequeña por la ventana para que callara de una vez, como le había pasado a él los primeros días de estar con la niña. Pero su sorpresa fue mayúscula al ver que la niña no solo no lloraba sino que parecía gustarle la compañía del moreno. Eso le hizo decidir que podía arriesgarse a que fuera él quien le diera de comer a la pequeña.
-Ya estoy aquí -dijo flojito al entrar en la habitación. Le mostró el biberón a Kaede, quien no había dejado de cantar por miedo a que la niña llorara de nuevo-. No, no me la des aún -dijo al ver el gesto de Kaede para que la cogiera-. Haremos una cosa. ¿Por qué no le das tú el bibe?
-No Hanamichi por favor… -dijo agobiado Kaede.
-Sí, ya verás yo te enseño -hizo que Kaede se sentara en la cama de nuevo. Mientras el perder el sonido de su voz, más la pérdida del movimiento de sus brazos, hizo que la pequeña empezara a reclamarlos, o reclamara el biberón, no estaba seguro-. Hana cógela, que va a llorar otra vez.
-Sólo quiere esto -dijo sentándose al lado de Kaede en la cama y colocando un brazo por detrás de él para ayudarle a sostener bien a la niña para darle de comer-. Toma ahora con esta mano… así -le iba indicando hasta que solo faltó ponerle el biberón en la boca.
Kaede estaba un poco asustado por si lo estaría haciendo bien, pero a la vez le encantó ver como la pequeña se agarraba al biberón e intentaba cogerlo ella. Comía como si no hubiera comido en dos días, y pensó que incluso en eso se parecía a su hermano.
Sonriendo levantó la mirada de la niña a Hanamichi, que les miraba embobado
-¿Qué ocurre?. ¿Es que no lo hago bien? -Dijo preocupado Kaede.
-No. Claro que lo haces bien, sólo que… ¡mírate! -exclamó maravillado-. No te muevas que voy a por la cámara -antes que Kaede pudiera protestar, ya había salido de la habitación. Así quedo inmortalizado ese primer biberón de Kaede.
Una hora más tarde Kaede y Hanamichi estaban de nuevo en el jardín. Acababan de desayunar y la niña jugaba en el parque que entre ambos habían sacado a fuera. Ahora que ella estaba tranquila podrían acabar de hablar.
-¿Hanamichi, lo que dijiste anoche iba en serio?
-¿El qué?
-Lo de volver a casa.
-Es una posibilidad. ¿Por qué?. ¿Te parece mala idea?
-NO, no es eso. Solo que quizá ahora sea más complicado vivir juntos.
-¿Más complicado que cuando no nos aguantábamos?
-TÚ, no me aguantabas, yo ya te quería -le recordó.
-Sé que con la niña va a ser una molestia para ti. Pero...
-Hanamichi yo no he dicho eso. La niña no es más molestia para mí de lo que lo es para ti.
-Entonces si no quieres que vuelva ¿es por mí?
-¡Yo no he dicho que no quiera que... ¿Es que no se puede hablar contigo sin discutir?.!.
-Eres tú el que no para de discutir. Si no quieres que venga solo dilo y ya. Ya buscaré otro modo de ganar dinero.
-Pero… -Kaede se obligó a si mismo a serenarse un poco antes de seguir-. Hanamichi, sabes que deseo volver a vivir contigo. Solo digo que ahora que, bueno, ahora que estamos juntos las cosas van a ser distintas.
Kaede ya no recordaba lo difícil que era hablar con el pelirrojo. Él daba muchas cosas por sentadas cuando hablaba y Hanamichi era de esas personas que necesita que se lo cuenten todo. Kaede no estaba acostumbrado a dar tantas explicaciones. Encontrar la manera de hablar sin tirarse los platos por la cabeza era algo que tenían que aprender cuanto antes.
-¿Pero distintas en qué? -Siguió Hanamichi sin comprender a que se refería el moreno.
-Para empezar vas a tener que mudarte a mi habitación -dijo un poco pícaro Kaede.
-¿A tu habitación?. ¿Para que me quieres en tu habitación zorro? -le contestó siguiéndole el juego.
-¿De verdad quieres que te lo diga estando tu hermana presente? -dijo acercándose a él, justo antes de besarle.
Tras unos minutos de besos y arrumacos, Hanamichi quedó sentado entre las piernas de Kaede.
-Ahora en serio Kaede. ¿Por qué tendría que ser diferente? Es decir claro que va a ser diferente, pero eso no es malo.
-Ya lo sé, solo digo que va a ser complicado. Convivir no me preocupa, ya lo hicimos antes, pero ahora hay un bebé de por medio, y lo peor van a ser… Hanamichi yo he pasado un año aguantando burlas de todos lados. Por mucho que yo no dudara nunca de lo que siento, defender lo que crees ante viento y marea es agotador.
-Kaede, ahora ya estamos juntos, lo que digan no puede hacernos mal.
-Claro que sí. Nunca sabes de dónde pueden salirte esa gente, su fuerte son las calumnias y las mentiras. No les cuesta mucho convencer a la gente. Podrían incluso intentar separarnos.
-A ver, Kaede, una cosa es tener que enfrentarse a la opinión pública, que supongo que en mayoría será contraria a esto, pero tú hablas de alguien que quiere separarnos. Eso es distinto. ¿De quien hablas?
-Hanamichi los que me preocupan no son los que dan la cara a la luz del día y te critican por meterte a la cama conmigo. Me preocupan aquellos que van a decir que les parece bien por delante y por detrás quieran apuñalarnos.
-¿Pero quien crees tú que haría tal cosa?
-Alguien que pueda parecer un amigo y no lo sea.
-Kaede, a ti te ha pasado algo con alguien.
-Sí.
-¿Con quien?. ¿Quien intentó hacerte nada?
-¿Recuerdas que te dije que lo que pasó no tenía nada que ver con el articulo de Minako?
-Sí, aunque no entiendo porqué. Porqué está claro que...
-No Hanamichi escúchame. Esa noche, la noche que discutimos y llamé a Sendoh… Todo vino por esa llamada, de no haberle... no hubiera pasado nada. Pero resultó que alguien nos vio.
-¿Os vio?. ¿Qué quiere decir eso de que os vio? -dijo preocupado Hanamichi.
-¿Te preocupa lo que pasó esa noche?
-Sé que no es cosa mía, es tu vida y no tienes que contármelo, pero sí, claro que me preocupa, no sé que ocurrió y no quiero creer lo que leí en ese estúpido artículo.
-¿Por qué no? Lo demás que decía bien que era cierto ¿no?
-Kaede, solo dime: ¿por qué llamaste a Akira esa noche?
Kaede lo observó durante un rato antes de contestar con un hilo de voz…
-Para no sentirme solo. Después de discutir contigo me sentí fatal. No tenía ganas de estar más solo, de sentirme solo. Necesitaba sentir que alguien se preocupaba por mí. Por eso lo llamé. Yo sabía que él…, que yo le gustaba. Tenía la necesidad de ver que alguien me miraba con pasión, con amor como tú dijiste ayer. En realidad solo quería que me hiciera compañía. Le llamé para jugar. Para desahogarme. Para cansarme tanto que el sueño viniera a mi y sacarte de mi cabeza. Pero hablamos, bien discutimos, él me provocó, me… -a Kaede le costaba admitirlo-. Puso a prueba mi orgullo, y para no darme a torcer yo le besé. Él respondió a ese beso, de tal modo, con tal intensidad, que por un momento olvidé con quien estaba, solo pensé en, en realidad no pensé mucho solo me dejé llevar por la sensación del momento. Pero luego me di cuenta de lo que estaba haciendo, y… supongo que él notó que no le amaba cuando al separarnos me miró a los ojos. A pesar de haber jugado con él, de forma despreciable, él siguió queriendo ser amigo mío, y todavía jugamos de vez en cuando. Pero alguien más lo vio todo, esa noche. Sólo tuvo que hacer llegar la información al periódico del instituto.
Hanamichi no dijo nada, quería asimilar lo que le había contado. Como había dejado que llegara a ese extremo. "Es culpa tuya" se dijo Hanamichi. "Lo sabes. Tú sabías como se sentía y dejaste... otra vez la cagaste y dejaste que siguiera sufriendo".
-Hanamichi di algo -dijo pasados unos minutos Kaede, que no sabía cómo interpretar ese largo silencio del pelirrojo.
-¿Quién fue el desgraciado que…? -Le preguntó sin reclamarle nada, no tenía derecho a ello, pensaba Hanamichi.
-No importa -respondió Kaede sorprendido que Hanamichi no montara una escenita, esperaba gritos, celos, no silencio.
-Pero tú sabes quien fue…
-Sí.
-Dímelo -exigió Hanamichi.
-Fue alguien que ya recibió su merecido.
-¿Qué quieres decir? -Preguntó rápidamente Hanamichi temiendo que Kaede hubiera cometido alguna imprudencia.
-Por lo visto todo eso lo hizo porque estaba enamorado de Akira y cómo él no le hacía mucho caso le dio por tomarla conmigo. Pero Akira lo descubrió y ahora sí que no tiene nada que hacer con él.
-Nunca me gustó ese Koshino -dijo Hanamichi con rencor.
-¿Cómo supiste que…? -Dijo sorprendido Kaede.
-Por favor Kaede. Quizá me creas idiota, pero no soy ciego. Koshino se comía con los ojos a Akira del mismo modo que él te comía a ti -dijo por fin dejando salir los celos.
-¡Por eso nunca lo has tragado! -Dijo divertido Kaede al descubrir que tenía un novio celoso.
-NO, no lo aguanto porque es un pedante engreído que cree que conquista a todos con su sonrisa y que me considera menos que él solo porque me lleva un año.
-Hana a estas alturas nadie te considera menos que nadie -le dijo Kaede intentando calmarle.
-Tú lo haces -le recriminó
-Pero es que yo sigo siendo mejor que tu, Idiota.
Hanamichi se lanzó encima de él. Empezaron a jugar como si se pelearan, pero más que una pelea parecían dos niños pequeños jugando a hacerse cosquillas o a intentarse pellizcar. Acabaron rodando por el césped. Al final Hanamichi tumbado encima de Kaede pudo inmovilizarlo. Sus respiraciones eran aceleradas, sus mejillas estaban rojas por el esfuerzo y sus ropas todas revueltas. Aunque tenía las muñecas sujetadas por las grandes manos del pelirrojo, eso no impidió que Kaede se alargara para llegar hasta su cara para besarle. Solo con sus labios el morenos consiguió que Hanamichi relajara la fuerza de sus manos, liberándole. En menos de un segundo Hanamichi se encontraba tumbado en el césped inmovilizado por el peso de Kaede, que reía incontroladamente, por lo que no pudo sujetarle más que unos instantes.
Quedaron tumbados allí, mirando el cielo azul, con algunas nubes pasar.
-¿Kaede, puedo volver contigo a casa? -Preguntó pasado un rato.
-Siempre -dijo el moreno. Luego añadió-. ¿Pero estás seguro de querer vender esta casa?
-No. ¿Pero qué más puedo hacer?. Mantener dos casas es demasiado caro.
Entonces Kaede se incorporó de golpe. Había tenido una idea:
-Alquilarla. De este modo ganas un tanto al mes, la casa sigue siendo tuya y además se mantiene en uso evitando que se deteriore.
Hanamichi no dijo nada, pero sonrió imaginando que podía conservar la casa de sus padres y a la vez sacar algún dinero con ella.
-¿Kaede tienes intención de trabajar este verano?
-No me lo había planteado. La verdad es que la mayoría de trabajos de verano son de cara al público y yo…
-Ya -dijo Hanamichi.
-Y con la pensión me basta. ¿Por qué?
-Hace unos días me ofrecieron un trabajo. Y creo que voy aceptarlo. No quise cogerlo en un primer momento porque no sé si cobraré mucho. Pero ahora que los gastos del curso pueden quedar cubiertos con esto del alquiler, creo que lo aceptaré.
-¿Y de qué se trata?
-¿Sabes la segunda playa, la pequeña? Pues cuestión es que...
etc...
THE END
(not really)
Sant Vicenç
Desembre 2005
Grissina: Dadme un minuto antes de saltarme encima, y os explico este "the end" de aquí arriba.
Obviamente este no es el final, no os preocupéis, es solo un alto en el camino. (Si terminara sin el lemon tendría que comprarme una armadura para protegerme de vosotras, y no tengo presupuesto en estos momentos, jeje)
En su segunda versión la historia terminaba aquí, bueno la verdad es que en esa versión el capítulo siguiente estaba antes de todo esto, y entonces terminaba. Pero no habían pasado ni dos días de dar el fic por terminado que empecé a escribir la segunda parte.
La pregunta era si debía poner esta segunda parte y la primera juntas como una sola historia y al final decidí que sí. Así que a partir de ahora esto sería como la tercera versión de la historia.
Ran-k, he decidido mantener el 'the end' para que te sea más facil mantenerte alejada del pc, y no sacar la cabeza de les libros. No me perdonaría que dejases de estudiar por mi culpa, aunque mi ego se hincharía una barbaridad :P
A partir de ahora puede que las actualizaciones se espacien un poco, pero es que el semestre empieza fuerte y voy a tener todavía menos tiempo libre, además siento comunicaros que el final todavía no está escrito, aunque tranquilas/os que está ya muy claro en mi cabecita, solo me falta tener tiempo para escribirlo!
Así que un beso muy grande a todas/os y a partir de ahora nos leemos cada dos o tres días ok? T.T
Pero... NO DEJÉIS DE DEJAR REVIEWS! (jeje, creo que a estas alturas ya no voy a poder quitarme esta rima tonta de encima, XD
