Todos los personajes y la historia original son propiedad de Rumiko Takahashi, esto lo hago sin fines de lucro, solo por esparcimiento.

CUANDO RANMA SE VOLVIO UN CABALLERO

NOVENA PARTE

Shampoo parecía vivir en la más desbordada felicidad... hasta que se enteró de "la otra" nueva...

¿Moose y Akane?

¿Acaso esa tonta chica Violenta iba a quedarse con Moose?... ¿Con SU Moose?

¿En que universo paralelo puede pasar tal aberración?

-Debes tranquilizarte, nieta –le dice la anciana abuela – no puedes echar a perder todo lo que has avanzado, solo por unos celos sin sentido...

-No ser celos abuela... Shampoo no poder perder ante chica violenta... ¡Ser una ofensa para amazona!

-No... sería una ofensa si tu quisieras al pato... en todo caso, es una ventaja... ¿no te das cuenta, eso alejará aún más a Ranma de ella

-Abuela tener razón – pero la hermosa chica no luce nada convencida – Shampoo calmarse... hoy tener cita con Ranma... ¡Tener que estar bella!

Moose, sin embargo, las escuchaba como se estaba volviendo costumbre, y sonreía para sus adentros. No cabía duda de que Shampoo seguía sintiendo algo por él. Ahora solo quedaba en manos de Ranma.

Moose salió despedido a hacer una entrega, que nada tenía de alimenticia...

Llegó como bólido a la casa de los Saotome, y puso al tanto a Ranma de lo que había ocurrido con Akane... exactamente todo lo que paso, con puntos y comas...

-Me cuesta trabajo creer que no seas educado cuando estas con ella, amigo – Moose le miraba con incredulidad - ¿tan mal te crió tu padre?

-¿Qué te pasa? –Ranma se probaba la octava camisa- Yo no... yo...

-Sabes que es cierto...

-Ay Moose – Ranma se arrancó esa camisa, también, y retomó la búsqueda – es verdad... pero no lo había notado hasta... hoy...

-¿por qué?

-Por que no pensaba en nada parecido... yo la defendía, y siempre creí que con eso era suficiente... y cuando en ocasiones me ganaba el sentimiento... pues... ya sabes...

-Lo ocultabas, para no exponerte... –completó el chico chino...

-Sí... –por fin, el chico de la trenza, eligió una camisa, color vino tinto, que le lucía regia -¿Qué te parece? –preguntó, modelando presuntuosamente

-Muy buena elección... lástima de percha... –Moose se preparó para el ataque que sabía que vendría...

Abajo, la grandiosa Nodoka, sonreía al escuchar los ruidos de risas y golpeteos de sus muchachos, arriba... por lo que notaba, era una batalla de almohadas...

-¿De donde...? –iba a preguntarse, que de donde había sacado Moose una almohada, pero ganó la razón – oh! El maestro de las armas ocultas... no dudo que la trajera consigo...

El plan no podía marchar mejor...

Paso tres...

Caballo Salvaje pisotea a Gatita Sexy...

Era hora de que Ranma saliera para reunirse con su nueva "prometida", pero atrasó la partida media hora.

Al llegar (una hora tarde) se encontró con una histérica Shampoo, que además de todo, se veía absolutamente hermosa. Por algún motivo, eso no lo conmovió en lo absoluto.

-Hola Shampoo –dijo sin ganas – ya llegué

-Nihao Ranma! – Shampoo estuvo a punto de lanzarse sobre él, pero se detuvo al recordar las recomendaciones de Nodoka - ¿Por qué tardaste?

-¡Vaya! Eso si que es un milagro... –comentó el muchacho, muy serio

-Que cosa?

-No saltaste sobre mí... excelente... lo odio... –Ranma la miró de un modo muy desagradable - ¿nos vamos?

Shampoo comenzó a sentir un cosquilleo de nervios en la boca del estómago... y no precisamente por la cita... más bien por el extraño comportamiento de su novio...

-¿Ranma dar un momento a Shampoo? –dijo de pronto –olvidar un detalle

-Claro, pero no te tardes... no me gusta esperar

-Sí – y la chica de pelo violeta, corrió en busca de su abuela

La anciana la esperaba en el pasillo. Había escuchado todo, y ya tenía lista una explicación, que ella misma terminó por creer:

-No te preocupes, nieta –la consoló – es natural, ya que acaba de romper un compromiso... tu solo hazle alegre la noche, y trata de divertirte. Ya verás que pronto te querrá tanto que no tendrá ojos más que para ti...

Así que salieron. Para Shampoo fue muy decepcionante que Ranma jamás la tocara, y lograra evadir cualquier intento de ella por avanzar de base...

-¡Rayos! –escupió repentinamente, el joven de la trenza –olvidé la cartera...

-¿Qué pasar? –Shampoo lo miró comprensiva –Arien no preocuparse... Shampoo traer suficiente dinero...

-De ningún modo... espérame aquí, voy corriendo a casa por mi cartera, y regreso... –se pone de pie, y se aparta de la mesa

-Pero... Shampoo no quiere... –antes de que termine la frase, el muchacho ya se ha ido...

En el camino lo esperaba Moose, acompañado de Akane...

-Listo, chicos... es su turno –y tras un largo y apasionado beso a su chica, los dejó ir

-Bien Ranma –contestó su amigo - ¿exactamente en que mesa se encuentra?

-La primera de la derecha, junto a la ventana

-Vamos –gritó Akane

Cual no sería la sorpresa que se llevó Shampoo, al ver entrar a esos dos, tomados del brazo y riendo. Mayor aún fue su rabia, al notar que Moose le acomodaba la silla a Akane, y le trataba con la mayor dulzura...

Se sentaron justo al alcance de su vista, de tal manera que no pudiera evitarles durante todo el tiempo...

-¡Ay Moose! –decía Akane entre risas- ¡Eres tan lindo! ¿cómo no habíamos salido antes?

-Bueno, hermosa Akane, estábamos ocupados con nuestros respectivos problemas... pero en verdad que debimos habernos notado antes... eres maravillosa...

- Y tu tan tierno...

- Akane... me gustaría... me gustaría pedirte algo... algo muy importante...

-Claro Moose... dímelo con confianza... antes que nada, nos tenemos mucha confianza ¿verdad?

-Es cierto, hermosa... bueno... lo que...

Justo cuando Moose iba a terminar de hablar, Shampoo estuvo a un pelo de saltar sobre ellos, e impedir lo que fuera que fuese a pasar...

No pudo, por que Ranma entraba en ese momento, y se paraba ante ella. La señal había sido exactamente ese cambio de actitud en su compañera...

-¿Ibas a alguna parte? –La observaba con desprecio- ¿Shampoo?

-Arien... No! Shampoo solo iba al teléfono... Shampoo pensar que tardabas...

-¿Tardar? Si me tomó diez minutos... – Se sentó de tal modo, que le daba la espalda a la otra pareja - ¿Qué miras con tanto interés?

-Nada! –Shampoo se sonrojó bellamente –Ranma no ha dicho ni una palabra de la apariencia de Shampoo...

-¿Qué cosa? –el muchacho la recorrió con los ojos - ¿De que hablas?

-Shampoo se arregló para Arien

-Ah! No me gusta la ropa tan reveladora... pero en general te ves bien...

A sus espaldas:

-Te ves bellísima Akane –decía Moose tomándola de las manos – cada vez que te veo, me deslumbras...

-Gracias Moose, me ruborizas –Akane bajaba la vista, aparentemente apenada

- ¿en serio? Pues mira que es un milagro que no se me detenga el corazón ante tanta hermosura...

Sí, lo sé, se pasó de cursi... pero todo tiene un fin y una razón... Gomen!

Mientras tanto, Ranma sonreía abiertamente, ante el gesto de furia de su prometida en curso...

-¿Es mi imaginación, o esas son las voces de Moose y Akane? –le preguntó a la pelilila - ¿Están cerca?

-Sí... ser ellos... estar tras de Arien –Shampoo contestó sin dignarse a mirarlo

- Moose es un estúpido cursiliento... no se como lo soportabas Shampoo

-¿Cómo? Ah... Arien tener razón –entonces recordó el comentario sobre su apariencia - ¿entonces, irnos? Shampoo ya no sentirse cómoda con esta ropa...

- Sí...

Y el joven pagó la cuenta, y se encaminó a la salida, sin esperar a la chica, dejándola vergonzosamente atrás, ante la vista de todos.

Se suponía que la cita aún no terminaba, pero Ranma se las ingenió tan bien, y tan calculadamente, para hacerle la vida imposible a la muchacha, que ésta fue quien terminó con la velada...

La encaminó con reticencias hasta su casa, dejándola en la puerta... cuando ella iba a intentar besarlo, él esquivó el beso con agilidad.

-¿Por qué no querer besarme?

-Aún es muy pronto –dijo él, seriamente – además, recuerda que esto del compromiso fue cosa de nuestros padres... no nuestra...

- ¿No querer casarte?

- ¿De que hablas? –Ranma entornó los azules ojos - ¡Ni que te...! – fingió recordar algo... – Ah... Shampoo, lo siento... por un momento pensé... pero tu no eres Akane... perdona...

-Bueno –ella parecía triste – hasta mañana... arien...

Y se internó en la casa, a punto de romper en llanto. Nodoka la había advertido de que Ranma sería un hueso duro de roer... pero tenía demasiada confianza en sí misma, y en su belleza. Nunca creyó que él fuera a resistírsele realmente.

En cambio, Ranma corrió a un pequeño parque, donde dos personas lo esperaban ansiosamente...

En cuanto llegó, tomó en brazos a la chica de cortos cabellos oscuros, y la elevó por los aires, en un abrazo desesperado. Sin soltarla, atrapó al joven que les estaba ayudando tanto y lo abrazó también.

-Todo salió a pedir de boca –comentó Moose – y aún tenemos una hora... ya que quedé de dejar a Akane a las nueve...

-¿Qué hacemos, chicos? –preguntó ella

-Ranma... dirígete por este sendero... al final, junto a un sauce gigante encontrarás una sorpresa... –susurró Moose al oído del otro – vuelve antes de las nueve... estaré esperando justo aquí

-¿Tú a donde vas? –preguntó el de la trenza

-Hay una cafetería muy mona aquí cerca... – y se alejó a paso rápido - ¡No desperdicien estos valiosos minutos, amigos!

Akane se ruborizó furiosamente, pero tomó la mano que se le ofrecía, y, llevada en brazos, se encontraron con la sorpresa de Moose...

Perfectamente oculta a la sombra, una especie de tienda formada con ramas y arbustos... y un comodísimo futón en ella. En el centro, un par de rosas blancas, y una nota: "disfrútense!"

Ranma apenas si pudo quitarle la ropa con cuidado, tan desesperado estaba. Realmente deseaba romper todo lo que le estorbara, para llegar al cuerpo de su amada Akane...

Lo hicieron con tantas ansias, que cada segundo les supo a Gloria...

Mientras tanto, Moose pensaba seriamente en la chica de su vida... ¿estaba celosa?... ¿o era solo su imaginación?

No, estaba seguro de que ella había sentido celos... y más aún tras ser humillada de esa forma...

Paso Cuatro...

Chico Pato cosuela a Gatita triste...

Se dan las nueve, y tras entregar puntualmente a la joven damita, (lo que necesitó de todas sus habilidades y capacidades en el arte, debido a que aquellos dos, salieron del escondrijo apenas cinco minutos antes) el Chico pato regresó al Neko...

Apenas entró, encontró a Shampoo en la barra del restaurante, solitaria y apagada.

- ¿Te encuentras bien, Shampoo? –estuvo a punto de decir querida, pero se contuvo a tiempo - ¿Shampoo?

- ¿A chico pato importarle? –le espetó aquella – Estar muy ocupado con la chica violenta!

- Claro que me importa –declaró el chico – al fin de cuentas... somos amigos ¿no?

-¡Claro que no! –pero Shampoo lo había mirado con los ojos cristalizados de lágrimas - ¡Quédate con tu Akane!

Y giró en redondo para salir corriendo, lo cual Moose esperaba...

Antes de que se apartara, el muchacho la atrapó de la mano derecha, y sorprendiéndola, la estrechó contra sí, en un abrazo cálido y amoroso...

-Tranquila Shampoo – murmuraba con ternura – no se que te haya pasado, pero sabes que cuentas conmigo, amiga...

-¿Amiga? –a ella le tembló el corazón – Moose... ¿Amiga?

-Claro! –él le acarició el rostro, en un gesto muy dulce – ahora tu estas comprometida con Saotome... y yo estoy en vías de estarlo con Akane Tendo... pero hemos compartido tanto, que realmente nadie puede negar que somos grandes amigos... tú y yo...

Tanta fue su rabia, que trató de besarlo, a lo que él, con toda la fuerza de voluntad que tenía (que fue bastante) se negó con presteza...

-¿Qué haces? – le dijo, apartándose -¿Estás loca? Arruinarás tu asunto con Saotome...

- No importar! –gritó ella, rabiosa –Shampoo querer...!

Pero no tuvo oportunidad de terminar la frase, por que la Bisabuela ya se encontraba sobre ella, equilibrada con su báculo en la violácea cabeza.

-Has hecho bien Moose –le dijo, burlona – nada tienes que hacer junto a mi nieta... y tú, Shampoo, vete a tu habitación, más tarde hablaremos...

Cuando la anciana se quedó a solas con el joven, le enfrentó con astucia...

-¿Qué te traes? –espetó sin rodeos

-¿De que, Bisabuela?

-No te hagas el pato! – gritó ella, furiosa –Dime que te traes, por que nunca habías rechazado a mi nieta...

- Quiero sacármela de la cabeza- respondió él, tristemente- Akane me hace feliz, me trata bien... No quiero volver a empezar la historia sin fin con Shampoo... de todos modos ella se casará con Saotome...

-Bien pensado – su expresión adusta se relajó un poco – además, mi nieta debe guardar su pureza para "esposo"... es bueno que te apartes...

Moose tuvo que usar toda la voluntad que le restaba, que no era mucha, para no tirar la carcajada...

¿Pureza?

¿De las orejas, sería?...

Oh! Sí... las cosas iban marchando a las mil maravillas...

En la casa Tendo, las cosas se habían tranquilizado lo suficiente, como para que Soun dejara salir sola a Akane de vez en cuando. Sobre todo, ella necesitaba ir de compras, ya que el baile de bienvenida se encontraba a la vuelta de la esquina...

Y por sobre todas las cosas, tenía que verse arrebatadora...

La batalla había iniciado... y ahora llegarían hasta las últimas consecuencias... hasta que la sangre corriera, y solo quedara Una... (seeee... el inmortal... me gusta esa frase).

Esa mañana, tras haber pasado la mejor noche que tuviera en semanas, Akane partió en busca de algunas compañeras de grupo, para elegir entre todas lo que usarían en la fiesta...

Ranma, advertido por su inteligente madre, evitó encontrarla, ya que sabía que eso podría provocar dudas en la astuta Cologne, que se la pasaba vigilándolo a escondidas...

Así que a pesar de saber que la mujer de su vida andaba libre por el centro comercial, él se remitió a pasársela acostado en casa, junto a su orgullosa madre...

- Mamá –Ranma se encontraba recargado en la jamba de la puerta, viéndola trajinar en la cocina - ¿De verdad es necesario que lleve a Shampoo al baile?

- Sí, hijo, ya lo hemos discutido mucho –Nodoka se volvió para mirarlo, mientras se secaba las manos – ya encontraremos la manera de reponer el tiempo perdido...

-Reponer el tiempo –repitió el muchacho en un susurro – y yo que perdí tanto... por mi obstinación...

- No fuiste solo tú, Hijo, - Nodoka se le acercó y le acarició la mejilla – todo pasa por una razón... era el momento adecuado... y estos problemas se resolverán pronto... ya lo verás, pronto te parecerá un sueño...

-Confío en ti, madre... – y se dejó acariciar, por esa mujer que parecía tener las respuestas a todas las interrogantes del universo...

CONTINUARÁ!