Todos los personajes y la historia original son propiedad de Rumiko Takahashi, esto lo hago sin fines de lucro, solo por esparcimiento.
CUANDO RANMA SE VOLVIO UN CABALLERO
DECIMA PARTE
En el Neko, una situación bastante comprometedora se desarrollaba a pasos agigantados. Shampoo estaba invitada al baile, junto a Ranma... y eso la hacía flotar en los aires...
Pero se estaba enterando de que Moose también iría, en calidad de alumno... junto a Akane...
Y eso la regresaba de golpe al piso...
-¿Cómo ser posible? – gritaba una y otra vez -¿Bisabuela?... ¿¿Por qué Moose entrar a escuela de Ranma?
- Puede hacerlo... eso es algo que yo no puedo impedir, nieta... – a Cologne también le había molestado la noticia, pero sabía que no podía hacer nada – además, la familia del tonto pato le pagará los estudios...
-¿Entonces no hacer nada?- Volvió a gritar la chinita - ¿Entonces Moose ir a clases, mientras yo quedarme trabajando?... ¡Ser muy injusto!
-No lo es, Shampoo –Moose equilibraba una docena de platos sobre su cabeza, para llevarlos a lavar – presenté un examen... así que todo fue justo y legal...
- ¡¡No reír! ¡¡¡Ciego Pato dejar de reír! –Ella se lanzó sobre él, casi haciéndole tirar los trastos – Shampoo odiar a ciego pato!
- Mira, nieta, iré al instituto para ver si tu también puedes entrar... –Cologne sabía que su nieta no era tan inteligente como el muchacho, pero al menos así la tranquilizaría un poco – mientras tanto, mejor piensa que te pondrás para el baile...
- Sí, bisabuela...
Y la multicentenaria mujer abandonó el local, para ir de paseo por la ciudad.
Al fin, una vez solos en el restaurante, Shampoo se encaminó a la cocina, donde estuvo observando por varios minutos al motivo de toda su infelicidad...
Moose parecía completamente concentrado en el tallado de los trastos, moviéndose con calma y precisión...
En algún momento, Shampoo recordó que fue lo que le había interesado de él en un principio, antes de que el muy idiota perdiera ante ella...
Su fuerza, su gentileza... esa capacidad de moverse como si flotara, haciendo que todo pareciera muy sencillo...
- ¿Necesitas algo? –la voz del joven la sacó de su ensimismamiento -¿O solo meditabas en una nueva forma de molestarme?
-¿Estar enojado conmigo? –por primera vez en su vida, ella sintió temor - ¿Estarlo?
-Sí, Shampoo... –Moose se giró para encararla, muy serio y con el ceño fruncido – lo estoy... esperaba un poco más de ti...
-¿De que hablar?
-¿Por qué te molesta tanto que vaya a la escuela? –Moose se encaminó hacia ella – Al menos, creía que te alegrarías por mí... yo me alegré cuando cumpliste tu sueño de comprometerte con Saotome, a pesar que te quería profundamente...
-¿Me querías? –Shampoo sintió las lágrimas arder en sus ojos - ¿ya no...?
-No me cambies el tema, mujer – Moose hizo un gesto despectivo con las manos - ¿crees que no me doy cuenta?... a ti no te afecta en nada que yo estudie... al contrario... así pasaré mas tiempo con mi Akane, y será más difícil que Saotome pueda acercarse a ella...
-Con tu Akane –susurró ella – tu Akane...
-¿O es que solo te enfada verme contento? –Moose se detuvo a un paso de ella, emanando una furia muy real - ¿Tan vil eres?...
- ¡No! Moose estar equivocado! –Shampoo se arrojó contra él, apretándose contra el pecho del muchacho, que tuvo que hacer un esfuerzo enorme por no abrazarla - Shampoo no ser vil... Shampoo estar... estar...
- ¿Qué...? –preguntó él – ¿Shampoo estar que?
Pero ella, en lugar de contestar, pegó sus labios a los de él, tratando de aprisionarle en un beso ardiente...
El muchacho la apartó de su lado...
-No... Shampoo... nunca más
-¡Esperar! –ella ahora lucía retadora, pero sus mejillas aún estaban bañadas en lágrimas - ¿Por qué...?
Moose salió de la cocina del lugar, y tras subir un instante a su habitación a cambiarse el uniforme, partió corriendo a casa de su amigo...
Realmente necesitaba un amigo en esos momentos...
Su corazón iba a estallar, y sus labios quemaban ante el solo recuerdo de aquel intento de beso... que decir de sus manos y su pecho, que habían tenido pegados a la mujer que tanto quería...
Encontró a la buena señora, bailando en un ritmo y una sincronización perfectos, con su hijo. Moose los observó un momento, mientras acababa la música. Fue entonces que Ranma se le aproximó, preocupado por su semblante abatido.
- ¿Qué pasó, amigo? –le dijo el de la trenza- ¿por qué estás así?
-Ay, Ranma... –parecía a punto de echarse a llorar – hoy he sido tan cruel con mi querida Shampoo...
-Cuéntamelo todo... ven –y pasándole un brazo por los hombros, lo llevó a su habitación.
Una hora después, ambos hombres, uno abrazando al otro, y el otro muchísimo más tranquilo, salían de la recámara, para comer. Ranma se había mostrado orgullosísimo de su amigo, ya que sabía mejor que nadie lo mucho que esto le estaba costando...
Shampoo, por su parte, atrincherada en su habitación con una decena de vestidos de noche, a cuál más llamativo, desparramados todo en derredor, trataba de elegir uno que no fuera excesivamente revelador, pero lo suficientemente sexy para seducir a su amado...
Y no estamos hablando de Ranma...
AH... bueno... y también para seducir a Ranma...
Al fin, se decidió por un traje color Rosa, en un estilo chino, bastante modificado...
Al frente, un cuello mao de corte clásico, pero con la totalidad de la espalda descubierta, justo hacia el borde de donde la espalda deja de serlo... un par de aberturas gemelas, mostraban ambas piernas, detallándolas a la perfección. La tela era tornasolada, bordada en un entramado de ramas y golondrinas en color oro viejo, lo cual le daba un brillo particular a sus ojos y su cabello... que llevaría recogido en un elegante moño sobre su cabeza, para lucir al máximo el cuello y la blanca espalda...
Realmente se veía fabulosa...
¿Y dijimos que elegiría algo no muy revelador? Insto al amable lector a que deje volar su imaginación con el resto de las prendas... yo no tengo tanta...
En cambio, Akane Tendo, se internaba en las profundidades de su cuarto, seguida de cerca por sus hermanas. Todas esperaban el momento en el que Akane hiciera su aparición triunfal, modelando el traje que eligió...
Quedaron Boquiabiertas de la emoción...
Paso cuatro...
Encuentro furtivo entre chica del Mazo, y Gatita Sexy...
Como iba ocurriendo a menudo, Shampoo salió del restaurante para una entrega cercana a la casa de los Tendo, solo para cerciorarse de que las cosas por ahí no hubieran mejorado con respecto al asunto Saotome.
De regreso, se detuvo frente a una pequeña tienda de antigüedades, donde alcanzó a avistar a Akane... parecía particularmente interesada en una pieza...
Entró, con la firme intención de restregarle el "profundo amor" que sentían Ranma y ella... mejor no lo hubiera hecho... Nodoka puede ser bastante precavida...
-Chica del mazo... –dijo ella, con voz clara - ¿te enteraste?
-¡Ah! Shampoo –Akane la encaró, sonriendo - ¿cómo has estado?
-¿Por qué fingir amabilidad? –la alarma interna de la amazona se encendió a todo lo que daba - ¿Qué pasar?
- Bueno... no finjo –contestó la pelinegra – es solo, que ya no tenemos rivalidad entre nosotras, ¿verdad?
-No... creo que ya no tenerla –Shampoo bajó la guardia, derrotada
- ¿Y como te has sentido con el Baka ese? –Akane volvió a reír, con más alegría – fíjate que yo estoy feliz... ¿sabías que Moose y yo hemos estado pensando en comprometernos?
-¿QUEEEEEE! – Shampoo casi cae fulminada al suelo - ¿Cómo ser posible?... apenas ayer Moose contarme que estar saliendo...
-Bueno... lo que pasa es que nos hemos compenetrado muy bien... ¡Es un chico fantástico! –Akane sentía una malévola felicidad inundar sus venas - ¿No sé como pudiste dejarle ir?... el caso es, que ya no creemos que sea necesario esperar más...
- ¿No esperar...? –Shampoo olvidó el motivo original que llevaba - ¿Comprometerse pronto?
-Sí, será la próxima semana, después del baile, claro...
Sin decir nada más. Shampoo salió como alma que lleva el demonio, a buscar al hombre que tantos conflictos le estaba causando. No lo encontró
Al teléfono, afuera del local donde se efectuara el encuentro, Akane hablaba con una sonrisa tan grande, que era obvia aún a través del aparato. Al otro lado de la línea, una aún más sonriente dama, escuchaba el relato de la muchacha...
-Todo salió a la perfección –decía Akane –llegó por aquí, tal como suponíamos, y en cuanto me vio, entró para molestarme...
-¿Le dijiste exactamente lo que quedamos? – preguntó la otra dama
-¡Por supuesto! –Akane soltó una carcajada – creo que casi se desmaya cuando le digo lo del compromiso...
-¡Excelente, hija! –la mujer se escuchaba satisfecha – entonces, seguimos como hasta ahora...
-Claro, Señora! –Akane bajó la voz - ¿Ranma está listo?
- Sí... por cierto, Akane –la voz se tornó misteriosa – hay algo que quiero saber...
-Dígame - La chica adoptó el mismo tono confidencial
-¿Se están cuidando de algún modo? –Akane se sonrojó tanto, que el calor traspasó el teléfono – No me gustaría que se quedaran sin el bachillerato por un embarazo prematuro...
-¿Emba... ra...zo? –Akane casi se desploma – ¿cómo es que...?
- ¡Oh! Ranma no me ha dicho nada... pero una madre sabe éstas cosas... aunque, pensándolo bien, un bebé sería maravilloso... yo te ayudaría a cuidarlo mientras van a la escuela... ¡Sería perfecto!
-Ay... creo que viene mi padre.. luego hablamos señora...
Colgó, dejando a la dama sumida en sus felices ensoñaciones, y ella sumida en el temor más congelante...
No había pensado en eso...
¡NO HABÍAN PENSADO EN ESO!
Llegando a casa, inmediatamente solicitó comida al Neko. Urgía hablar con Moose... y que él hablara con Ranma...
Se encontraron en la calle, cerca de la casa Tendo
-¿Se puede saber que te tiene así? –Moose la sujetaba de los hombros, tratando de tranquilizarla - ¿Akane?... ¡¡Cálmate!
-Ay Moose! ¡¡Estoy aterrorizada! – ella se aferró a las manos de su amigo...
-¿Por qué? – un nudo de angustia se formó en la garganta del joven -¿Pasó algo malo?... ¿no salió bien tu encuentro con Shampoo?
-Eso salió perfecto... pero... –entonces Akane cayó en la cuenta de con quién estaba hablando - ¡Ayy! Ahora no sé que voy a hacer!
- Mas vale que lo sueltes ya... o me voy a enfadar en serio...
- Es que... es que hable con la señora Nodoka... y...
-¿Y que?... ¡¿Y qué!
- Es que... me puso a pensar... en que... – bajo la vista, y su voz se convirtió en un quebradizo murmullo - Moose... ¿y si quedo embarazada?... aún no terminamos la secundaria... yo... ¿por qué no pensé en eso?... y Ranma...
- Akane... –murmuró el muchacho, rodeándola con los brazos, y apretándola contra sí con ternura – Ay Akane...
Son las cosas de la vida, esas que indican los pequeños cambios que alterarán un destino, que hicieron que en ese momento Shampoo y Cologne pasaran por ahí en realidad buscando al chico pato, intrigadas por su desaparición y tardanza.
De ese modo los encontraron, abrazados con verdadero cariño, ella escondiendo el rostro en el cuello de él, y él con los ojos cerrados, acariciando su espalda y cabello.
Y Shampoo deseó con toda su alma, estar en el lugar de Akane... deseó con toda su alma estar de nuevo en sus brazos, por que ahora era que se daba cuenta de que era ese muchacho el que la había apoyado siempre... ella siempre supo que él estaría ahí, amándola, velándola...
Ahora estaba amando a otra... velando a otra... abrazándola...
Salió corriendo en dirección contraria, dejando una estela de lágrimas a su paso, ante los ojos asombrados de la vieja, que poco a poco iba entendiendo que las cosas no siempre saldrían del modo planeado.
Mientras tanto, la joven pareja que se estrechaba con verdadero cariño en ese callejón, ni se había dado por enterada...
- Tranquilízate –le dijo Moose con dulzura – primero hay que esperar... ¿cuándo debería llegar tu período?
- Ah...Uh ... – Ella se sorprendió terriblemente ante la sensible sencillez del chico – en... dos... semanas... creo...
- Entonces, de aquí hasta entonces, hay que calmarnos. Aún no sabes si en verdad pasó, así que no tiene caso enfermar por algo incierto, ¿verdad?
- sí, pero... –Un bonito tono de rojo adornaba la totalidad del rostro de la mujer – Moose...
-Vamos Akane... no es nada del otro mundo –él le sonrió – en todo caso, si lo estás, menos aún deberías alterarte así...
-¡Moose! ¡No hagas eso! –ahora reía, más relajada - ¿No ves que no estoy para bromas?
-Sí claro... oye – Los ojos del joven se tornaron serios – no le digas nada a Ranma, hasta que estemos seguros... por que conociéndolo, armaría un escándalo de todos los infiernos, y arruinará los planes...
-Lo sé –Akane se sentía mucho mejor – pensaba lo mismo... por eso te llamé a ti...
-Pues antes que nada, hermosa Akane, muchas gracias por la confianza – Moose volvió a abrazarla – y ahora, regresa a casa, por que yo tengo que volver a la prisión... digo al Neko...
Tras dejarla en la entrada misma de la casa, y despedirse con un beso en la mejilla, Moose se dirigió a toda velocidad al restaurante, donde dos energúmenas lo esperaban con las espadas desenvainadas.
Apenas pisó la entrada, y se vio arrastrado por un torbellino de preguntas, y salvajes jaloneos...
-¿DÓNDE ESTAR TODO ESTE TIEMPO? – A Shampoo aún se le notaban las huellas del llanto - ¡TENER OBLIGACIONES AQUÍ!
- Fui a una entrega –respondió él, asustado - ¿no recuerdas?
-¿POR QUÉ TARDAR TANTO?
- Bueno... la verdad es que me encontré con Akane.. y...
Cologne no le dejó terminar de hablar y ya estaba castigándolo por toda otra eternidad. Shampoo, tras pegar un grito, se retiró a su habitación, sin dar excusa alguna, y dejando al muchacho petrificado por su actitud.
Esa noche, Moose supo que las cosas avanzarían aún más rápido de lo que creían en un principio. Sonrió.
Pudo escucharla rondando su habitación. Notó que en un par de ocasiones, unos suaves pasos se detuvieron frente a su puerta, y tras un rato de silencio, volvían a alejarse cuidadosamente.
Shampoo había caído directo en la trampa. Aunque no estaba muy seguro de que era lo que había causado tal precipitación de los acontecimientos.
Al día siguiente sería el baile... ¡Qué rápido corrió el tiempo!
En su propia habitación, Shampoo se agitaba en la cama, desesperada. No podía dormir, y estuvo a punto de entrar al cuarto del tonto pato... le detuvo el recuerdo de su compromiso tanto tiempo ansiado con el joven Saotome...
Lejos de ahí, recostado en el tejado, un atractivo chico de ojos azules miraba al cielo, recordando con todo el detalle que su mente pudiera invocar, los momentos de amor pasados con su querida Akane, mientras su mano bajaba, buscando el camino de su ansiedad, justo bajo la cintura de su pantalón. Era un alivio tener ese lugar para él solo. Tenía que descargar sus energías de algún modo.
Lo malo, era que ese tipo de energía no podía ser descargada por las vías que antes recorriera... el arte no tenía nada que hacer contra la lujuria... menos aún con la lujuria de un hombre en la flor de la juventud más calenturienta...
Lo atrapó el amanecer, dormido en el techo de la casa... aún soñando...
Ese día, medio Nerima se encontraba patas arriba, por la hecatombe causada por los jóvenes que asistirían al baile esa noche. Las salas de Belleza atestadas, tenían filas de muchachas en espera de ser peinadas o maquilladas...
Las florerías vivían su venta del año, con todos aquellos jóvenes que corrían, como siempre, de última hora, a comprar los arreglos que llevarían a sus respectivas citas.
Por su parte, en la casa Tendo, el barullo era igual de enorme, aunque ahí, tres mujeres se multiplicaron mágicamente en veinte, volviendo loco al ya de por sí poco cuerdo Soun.
Gritos, alaridos, secadoras de pelo... más gritos... un extraño chillido bastante más común en la selva que en una casa... sonido de ranas... otro alarido... otro grito... un par de palabrotas (Nabiki, por supuesto), humo blanco... humo negro... chispas de colores... algo que sonaba igualito a un canto gregoriano...
Y por fin bajó la pequeña damita de la casa... esplendorosa...
Completamente esplendorosa...
Enfundada en un vestido negro, strappless, que dejaba al descubierto sus hermosos hombros. Entallado perfectamente a su silueta hasta la cintura, donde se abría en un vuelo bellísimo. Cubierto por completo por un sobrevestido de gasa bordada con cuentas brillantes formando estilizadas grecas, enmarcando el escote y el ruedo de la falda.
Con el pelo levantado de un modo muy sensual, y un juego de gargantilla y aretes de plata, ella era la encarnación de Afrodita en la tierra (sorry por los Caballeros del Zodiaco)
Definitivamente, se llevaría la fiesta...
Cuando Moose arribó, excesivamente atractivo en el elegantísimo traje que le regalaran los Saotome, causó la misma impresión. Simplemente lucía espectacular.
Cuando salieron de la casa, montados en una limousine negra, casi todo el mundo en la calle se detenía a verlos. Pocas veces en la vida, tiene uno una pareja tan bien parecida justo enfrente... y no dentro de la televisión.
La celebración se llevaba a cabo en el enorme gimnasio, que fue habilitado para tal fin, decorándolo con globos, luces, y enormes arreglos florales.
Todos los chicos llegaban al lugar, sonrientes, reluciendo en sus bonitos trajes de gala. En general era todo muy lindo, y la música estaba genial.
Hacia otro lado, Ranma Saotome, otra vez tarde, y vestido de smoking negro, pasaba a recoger a Shampoo... a pie...
-¡Nihao Ranma! –Shampoo presenció la partida de Moose, quedándose boquiabierta por lo bien que se veía. - ¿Arien venir a pie?
-Sí... espero que no te moleste, pero olvidé rentar un auto – Ranma omitió cualquier comentario respecto a la bella estampa que la joven presentaba - ¿Nos vamos?...
-Ranma verse muy guapo – La chinita trataba por todos los medios de ganárselo un poco – Shampoo esmerarse también...
-Yo no me esmeré –respondió, fastidiado – mamá me compró el traje... yo solo me lo puse... vámonos ya...
Por fin, camino a la fiesta, Ranma la tomó del brazo, pero para Shampoo, eso no tuvo ningún significado...
No sintió nada... en cambio, esa pareja en particular no llamaba la atención. Eran hermosos, ambos, deslumbradores. Pero algo en sus semblantes opacaban toda la belleza y la alegría que se suponía deberían desplegar.
Y en el lugar del baile... Akane tuvo un mareo...
CONTINUARÁ...
