Capítulo 10

En el cuarto de las chicas, ya algo entrada la mañana las tres estaban arreglando las cosas para partir. Habían hablado antes con los otros tres quienes habían averiguado la hora en que saldría el vuelo que les servia, y eso seria en poco rato

-¿Alguien conoce esa isla?- preguntó Alisse –para saber como es...

-No lo sé, nunca he ido- dijo Sanae –lo que si, en esta época del año hace frío...

-Ah...

De pronto, a Alisse le vino un mareo muy fuerte, tan así, que se vio obligada a sentarse sobre la cama, las otras dos la miraron con preocupación

-Alisse, ¿te ocurre algo?- le preguntó Lily, acercándose a ella

-Se me dio vuelta todo...- contestó Alisse, en un murmullo y tapándose los ojos –que horrible...

-¿Necesitas algo?- le preguntó Sanae. Por algunos momentos, Farfán no contestó, pero llevó una mano a su boca y corrió al baño. Lily y Sanae se miraron

-¿Querrá vomitar?- se preguntó Lily

-Es lo más seguro- contestó Sanae, y camino a la puerta cerrada del baño. Tocó unas cuantas veces -¿Alisse, estás bien?

-No- escuchó de dentro –pero no te preocupes...

-Claro, que no me preocupe- gruñó la otra –con la respuesta que me diste no me voy a preocupar, Alisse...

-Sólo... sólo estoy vomitando... vuelve a lo tuyo...

-Bien, como digas...

Lily y Sanae continuaron haciendo lo suyo, que era arreglar las cosas, cuando suena el celular de Del Valle, era Wakabayashi

-¿Gen?- dijo la otra inmediatamente

-Hola, amor, ¿ya están listas?- preguntó. Lily demoró un tanto en contestar. Si Alisse continuaba así, lo mejor era que no viajara... pero conociendo a Misaki de seguro querría quedarse con ella, lo que no les convenía...

-Ehh... ya casi, Genzo, casi... te aviso...- dijo, dudosa

-Bien, me llamas. ¡Chau!

-Chao...

Lily colgó el celular y Sanae la miró con cierta duda

-¿Quién era?

-Era Genzo, quería saber si estábamos listas...

-Sólo falta Alisse- dijo Sanae, encogiéndose de hombros

-¿Tú crees que deba viajar así como está?- preguntó Lily, aún dudando –digo... ¿te imaginas le pasa algo así en el avión?

Sanae se quedó en silencio unos momentos, pensando...

-Misaki no querrá que se quede sola aquí...- dijo Nakazawa –¿y si me quedo con ella?

-Si, puede ser...

La puerta del baño se abrió, y las chicas vieron a Alisse apoyada en ella. Estaba palidísima y parecía que en cualquier momento se caería al suelo. Las otras dos corrieron a ayudarle

-Alisse, luces fatal- le dijo Sanae, afirmándola

-Me siento pésimo- contestó Alisse, apoyándose en sus amigas

-¿Quieres ver a un medico?- le preguntó Lily –conozco a alguien en este lugar que te puede ayudar, pero tendremos que quedarnos...

-No, no es necesario...

La ayudaron a caminar hasta la cama, pero no llegaron, puesto que a la mitad del camino, Alisse se desmayó

-¡Alisse!- las chicas intentaron, al caer, que no se golpeara contra el suelo –así no puede viajar...

-¿Y qué es lo que propones?- dijo Sanae, mientras con Lily llevaban a Farfán a la cama –no tenemos mucho tiempo para inventar algo...

-Yo me quedaré con ella- dijo seriamente Lily –vete tú con los chicos a Hokkaido y yo me quedare con Alisse, aprovecharé también que visite al medico

-¿Te quedarás tú sola con ella?

-Si... los chicos necesitan a alguien que piense, y esa persona eres tú- Sanae, sin poder evitarlo, se largó a reír

-Bueno, tienes razón- dijo Nakazawa –pero ¿qué les puedo decir a Wakabayashi y a Misaki?

-Que tenemos cosas que hacer aún acá, que no se preocupen- dijo rápidamente Lily, mientras Sanae tomaba sus bolsos –dile que los alcanzaremos lo antes posible y que no hagan maldades...

-Jajajaja, como digas. Cuídate y cuida a Alisse...

-Descuida...

En el lobby del hotel, los tres amigos estaban esperando a las chicas...

-¿Se van a Hokkaido?- les preguntó con sorpresa Ishizaki -¿a qué van?

-Necesitamos hacer unos trámites- contestó Tsubasa –será algo rápido...

-Si- apoyó Misaki (el verdadero) –esperemos que sea rápido...

Genzo observaba a cada momento la hora y el ascensor del edificio, preocupado

-Vamos, ¿por qué se demoran tanto?- gruñó –si siguen así no alcanzaremos a llegar para tomar el avión...

-Si, en todo caso... ¿las llamo yo ahora?- les preguntó Misaki

En ese momento, Sanae salió del ascensor. Tsubasa se apresuró a ayudarle a su novia. Misaki y Wakabayashi se extrañaron de no ver a las otras dos

-Hola- saludó Sanae, sonriendo

-¿Dónde está Lily?- preguntó Wakabayashi -¿por qué no vino contigo?

-¿Y Alisse?- preguntó Misaki a la vez

Sanae dudó unos momentos. Conocía a los chicos y esperaba poder convencerlos para que sus amigas se quedaran tranquilas

-Ellas no viajarán- contestó Sanae, los otros dos la miraron con extrañeza

-¿Qué cosa, ¿por qué no lo harán?- preguntaron a la vez los otros dos

-Bueno... me dijeron que tenían cosas que hacer aquí aún, que nos alcanzaran a penas estén listas...

Los otros dos la miraron con desconfianza, Sanae se sintió bastante nerviosa

-Amigos, tenemos que irnos ahora si queremos alcanzar a tomar el avión- les dijo Tsubasa, apurándolos

-Quiero hablar con Alisse- dijo Misaki

-No, no es necesario- se apresuró a decir Sanae, casi con pánico -¿Acaso no confías en mi palabra?

-No es eso- contestó Misaki –sólo quiero ver como está...

-Bueno, no alcanzamos- dijo Sanae, con voz autoritaria –si quieres, las llamamos al celular cuando estemos camino al aeropuerto, pero ya no podemos demorarnos más. Vámonos

Para gran alivio de Sanae. Genzo y Taro obedecieron. Tsubasa interrogó a Sanae con la mirada y ésta le respondió con un "después te explico". Ya en el taxi, Taro intentó llamarle a Alisse, pero después de unas cuantas llamadas, la chica apagó su celular, cosa que acabó de ofuscar a Taro.

-¿Qué rayos está pasando?.- Misaki estaba tan angustiado que por poco hace que el taxi se regrese.

-Quizás se esté duchando.- sugirió Sanae, intentando calmar al muchacho.- Tranquilízate. Genzo, ¿por qué no intentas hablarle a Lily?

-Eso hago.- respondió él, marcando el número de la mexicana.- ¿Lily?

-¿Gen, qué ocurre?.- Lily se oía algo nerviosa.

-¿Pasó algo?

-No. ¿Porqué?

-Es que Misaki ha estado intentando llamarle a Farfán pero ella no contesta y apagó su celular. ¿Qué pasa?

-¡Ah!.- Lily hizo una exclamación teatral.- Es que su celular se quedó sin batería... Nada de importancia, se le olvidó cargarlo anoche...

-Ya veo. Bueno, menos mal, nos estamos poniendo algo paranoicos... .- admitió Genzo.

-Y no es para menos.- rió Lily.- Pero no es nada serio, tranquilícense.

-Ok. Las esperamos en el aeropuerto.- dijo Genzo.- Cuídate, amor.

-Ustedes también cuídense.- pidió Lily.- Te amo.

-Dile a Alisse que la quiero.- pidió Taro.

-Sí, sí... Dice Misaki que le digas a Farfán que babea por ella como perro por un hueso.- dijo Genzo.

-¡Wakabayashi!.- exclamó Misaki, enojado.

-Jajaja. Se lo diré. Hasta pronto.- Lily cortó la comunicación.

-¿Y bien?.- Taro miró a Genzo (¿o era al revés?) con actitud anhelante.

-Pues Lily se oía algo nerviosa.- reconoció Genzo.- Pero supongo que, dadas las circunstancias, es normal.

-¿Pero por qué Alisse apagó el teléfono?

-Lily dice que fue porque se le terminó la batería.- explicó Genzo.

-¡Claro!.- Sanae hizo una exclamación.- ¿Cómo no se me ocurrió eso antes?

-¿Cómo dices?.- preguntaron Taro y Genzo, al mismo tiempo.

-Eh... Que no se me ocurrió que a Alisse se le pudo haber terminado la batería.- Sanae trataba de no ponerse nerviosa.- Debí habérmelo imaginado, con tantos líos entre ustedes no ha tenido cabeza para otra cosa...

El taxi entraba en esos momentos al aeropuerto de Tokio. Sería un vuelo corto, no tardarían mucho en llegar a Hokkaido. Genzo y Taro estuvieron esperando hasta el último momento a que las chicas aparecieran, pero en el último instante Lily llamó a Genzo y le dijo que habían tenido algunos inconvenientes ("¿Qué tipo de inconvenientes?", quería saber Taro. "Están atoradas en el tráfico", contestó Genzo) y que no alcanzarían a tomar el vuelo que ellos tomarían, pero que ellas agarrarían el siguiente. Sanae le contó a Tsubasa lo ocurrido con Alisse y le pidió ayuda y que guardara el secreto. Cuando se dio la última llamada para abordar el avión, tanto Tsubasa como Sanae tuvieron que arrastrar a sus amigos al área de abordaje.

Mientras tanto, Lily ya había conseguido hacer que Alisse se sintiera mucho mejor, mientras batallaba por hacerle creer a Genzo que estaban atascadas en un tráfico imposible. Lily había encendido la televisión y la tenía a todo volumen.

-¡Apaga eso!.- gritó Alisse, enojada.

-¡No puedo!.- contestó Lily.- Tengo que hacerle creer a Genzo que estamos en un tráfico horrible.

Poco antes de despegar, Sanae le llamó a Lily contándole que habían conseguido hacer que tanto Genzo como Taro subieran al avión. Lily suspiró, aliviada.

-Gracias, Sanae.- le dijo.- Se los encargamos mucho.

-No se preocupen.- contestó Sanae.- Cuida de Alisse y cualquier novedad me avisas.

-Claro.- Lily colgó el teléfono.

-¿Qué pasó?.- inquirió Alisse, con voz de enfermo fingido.

-Genzo y Taro parten rumbo a Hokkaido.- respondió Lily.- Y dentro de poco nosotras haremos lo mismo. En cuanto te sientas mejor, por supuesto...

-Me siento un poco mejor, gracias.- sonrió Alisse.- Eres buena doctora, ¿sabes?

-Y eso que las mujeres embarazadas no son mi especialidad.- Lily se puso algo colorada.- Gracias. ¿Pero crees que puedas viajar hoy?

-Lo dudo mucho.- se quejó Alisse.- Siento que si me levanto azoto contra el suelo...

-Creo que necesitaré ponerte un suero en la vena.- anunció Lily.- Estás deshidratada y lo más seguro es que también se te hayan bajado la presión y el azúcar en la sangre.

-No quiero agujas.- pidió Alisse, algo asustada.- Ni se te ocurra.

-Lo siento, pero debo hacerlo o no te sentirás mejor.- replicó Lily.

-¿No me puedes dar algo tomado?.- insistió la chilena.

-Tu estómago no resiste ni el agua.- replicó Lily.- Lo siento, pero son órdenes de la doctora.

-Deberíamos mejor ir a Hokkaido.- Alisse insistía.- Debemos ayudar a los chicos...

-Se las arreglarán solos.- respondió Lily.- No te preocupes

-¿Qué no me preocupe? Te consta lo mal que han manejado esta situación.- bufó Alisse.- Son tan brutos que quizás se queden así para siempre... Y eso, a diferencia tuya, no me parece tan bueno.

-¿Quién te dice que a mí me gusta que Genzo esté en el cuerpo de tu novio?.- protestó Lily.- Taro no es mi tipo. No me gustaría tener que besarlo a él el resto de mi vida.

-Naaa. A ti no te iría tan mal, porque no podrás negarme que Tarito es lindísimo.- suspiró Alisse.- En cambio, tu novio...

-¿Mi novio qué?.- reclamó Lily, enojada.- Genzo es todo un bombón y lo sabes.

-Taro está mejor.

-Misaki está demasiado flaco... .- musitó Lily.

-Y Genzo está demasiado gordo.- contestó Alisse.

-¡Vuelves a decir eso, Alisse Farfán, y te juro que te pongo un enema!.- gritó Lily, enojada.

-Ya, ya, no te enojes.- Alisse rompió a reír a carcajadas.

-Se nota que ya estás mejor.- bufó Lily.

-¿Es significa que ya no me pondrás el suero?.- inquirió Alisse, esperanzada.

-No. Ahora te lo pondré en venganza.- replicó Lily, sacando la lengua.

Lily decidió salir a comprar lo que necesitaba a la farmacia, no sin antes asegurarse de que Alisse estaba bien instalada y en buenas condiciones. En ese momento, la mexicana estaba más preocupada por su amiga que por el problema de su novio. Lily entró de lo más distraída a la farmacia y solicitó lo que necesitaba. Cuando se formó para pagar la cuenta, chocó accidentalmente con una señora ya grande que estaba vestida con una indumentaria de lo más extraña...

-¡Ah! Discúlpeme.- exclamó la chica.- Lo lamento tanto, yo no me...

Lily se interrumpió a media frase. La mujer se le hizo extremadamente conocida... Esos ojos inquisitivos que parecían verlo todo... Esa ropa tan extraña... Los miles de abalorios... Se trataba de la anciana adivina, la dueña de la tienda de esoterismo y por ende, de la piedra que había cambiado a Genzo y a Taro de cuerpo.

-¿Pero qué hace usted aquí?.- exclamó Lily, sin poder evitarlo.- ¿No se supone que debería estar en Hokkaido?