Capítulo 11
-Cancelamos el viaje.- respondió la anciana, de lo más tranquila.- Varios de nosotros no nos sentimos bien y decidimos posponer nuestra partida...
-Ya veo.- Lily miró lo que anciana llevaba en la mano: un paquete de tés especiales para el resfriado.- Creí que los gitanos no creían en los médicos...
-No lo hacemos.- sonrió la anciana, enseñando una boca a la que le faltaban varios dientes.- Pero estos tés son mejores que los que cualquiera de nosotros prepara.
-Como sea. Tiene que ayudarme. Mi novio y mi amigo entraron el otro día a su tienda y... .- comenzó a decir Lily.
-Tocaron una piedra que los cambió de cuerpo.- completó la anciana.
-¿Cómo sabe?
-Mis cartas me lo dijeron.- sonrió la anciana.- Sabía que tú y la otra chica vendrían a buscarme, así como sabía que me harías más preguntas de las que me deberías hacer. Así como también supe que tu novio y su amigo se habían cambiado de cuerpo...
-¿Lo supo desde un principio?.- inquirió Lily, incrédula.- ¿Y por qué no lo dijo?
-Porque ustedes necesitaban venir a buscarme.- replicó la anciana, enigmáticamente.- Será su prueba de amor.
-¿Nosotras?
-Sí. Tú y tu amiga, la que nos está observando a través del aparador que da a la calle.- señaló la anciana.
Lily miró hacia donde señalaba la anciana. Allí se encontraba Alisse, muy pálida y apoyándose contra el vidrio.
-No podía quedarme en el hotel.- murmuró ella, cuando Lily y la anciana salieron.- Algo me decía que debía venir...
-¿Quieren saber cómo cambiar a sus novios?.- preguntó la anciana.
-Por supuesto que sí.- respondieron las chicas, al mismo tiempo.
-¿Estarían dispuestas a hacer cualquier cosa?
-Sí.- volvieron a decir ambas.
-Muy bien... Entonces, como dije antes, ésta será su prueba de amor.- dijo la anciana.- Les daré una lista de cosas que me tendrán que conseguir hoy antes de las diez de la noche. Si lo logran, les diré la manera en la que pueden hacer que sus novios regresen a sus cuerpos.
-¿Las diez de la noche?.- preguntó Alisse, algo irritada.- Normalmente se da de plazo hasta la medianoche.
-Es que aquí las tiendas cierran a las diez.- replicó la anciana.- Por eso no tiene caso que les dé de plazo hasta la medianoche...
Lily suspiró. Lo único que quería era ayudar a Genzo. La anciana les dio a las chicas un papel con siete cosas anotadas ahí. Ambas chicas leyeron la lista y se miraron una a la otra.
-Recuerden, a las diez de la noche.- dijo la anciana.- Las veré en el sitio en donde estaba mi tienda, en la feria. No lleguen tarde.
Y tras decir esto, se marchó con su paquetito de tés para el resfriado. Alisse volvió a leer la lista y suspiró, desalentada.
-¿Dónde vamos a conseguir todo esto?.- farfulló.
-Yo que sé.- Lily se encogió de hombros.
-¿Y para qué querrá estas cosas?
-Quizás para hacer alguna poción.
-¡Pero mira lo que nos pide!.- exclamó Farfán.- Seis lagartijas vivas. Un hurón. Un gatito negro que no tenga más de dos meses de nacido. Esencia de vainilla. Clavos de olor. Canela. Flor de Cempasúchil. ¿Qué rayos es eso?
-Es una flor mexicana.- respondió Lily, desalentada –y sigue manzanilla y natre... ¿qué es eso?
-El natre es un arbusto... wacala... ¿nunca has escuchado el dicho "más malo que el natre"?
-No...- contestó Lily -¿qué es?
-Con el natre se hace una agua asquerosa, demonios, con sólo acordarme me da asco...
-Bueno, ¿de dónde podemos sacar eso?
-Veamos... la esencia de vainilla, los clavos de olor y la canela podemos sacarla del supermercado- dijo Alisse –los animales podemos comprarlos... uh, va a salir mucho, ¿tienes idea lo caros que son los hurones?
-Ni idea... ¿tú si?
-Estuve averiguando, siempre he querido tener uno...- se encogió de hombros Alisse –el gato...
-En una de esas tenemos la suerte de encontrarnos uno por ahí...
-A estas alturas creo que la suerte nos ha abandonado... quizás la manzanilla también podamos conseguirla en el supermercado... sino, tendremos que ir a una hierberia, al menos en Chile ahí venden la manzanilla y el natre
-¿Tú crees que tendrán eso acá?
-Bueno, sería lo mismo que si tuvieran en un invernadero esa flor que ni me acuerdo el nombre...
-Es la flor de Cempasúchil- le dijo Lily
-Diablos, hubiera pedido un copihue, al menos es más fácil de pronunciar- murmuró Alisse -¿traes dinero?
-No, será mejor que vamos al hotel a buscarlo...
-Bueno...- suspiró Alisse
-¿Te sientes bien?- le preguntó Lily, con cierta preocupación
-Si... no te preocupes... con que me siente cada cierto rato no habrán problemas...
-Como digas, vamos...
-Lentito...
Mientras, los chicos iban tranquilos en el avión... bueno, casi tranquilos
-Oigan- dijo Tsubasa –no sean paranoicos, que las chicas deben estar bien
-Si, demás- dijo Wakabayashi –yo estoy tranquilo, Misaki es el histérico
-No estoy histérico, sólo un poco preocupado. No me trago eso de que el celular de Alisse se descargó...
-¿Qué no?... ¿por qué?
-Porque no contestó antes... llamé muchas veces, pero no contestaba... algo le paso
-Pero Lily la está cuidando, y no lo está haciendo... mal...- terminó Tsubasa. Taro lo miró suspicaz y Sanae elevó sus ojos al cielo, evitando así golpear su frente con su mano
-¿A qué te refieres?- le preguntó Misaki, seriamente
-A... nada... sólo que si le pasa algo a Alisse...
-No, Tsubasa, con tus palabras me hiciste entender que sí le paso algo a Alisse y que Lily la estaba cuidando
-Misaki, entendiste mal las palabras- dijo Sanae, interviniendo. La muchacha se notaba algo nerviosa... pero algo había de bueno, y era que Taro ya no podía bajarse del avión e ir con la chica
-No entendí mal, y quiero saber que fue lo que paso, Sanae, porque algo le paso a Alisse, ¿no?
Sanae no contestó durante unos momentos, y miró a Tsubasa con deseos de asesinarlo
-¿Y?...
-Está bien- suspiró Nakazawa –ya que... si, Misaki, Alisse antes de salir se sintió mal, se desmayó y con Lily pensamos que no estaba en condiciones de viajar...
-¡¿Por qué no me lo dijeron!- bufó Misaki, enojado
-Porque esto es más urgente, Taro
-¿¡Esto es más urgente?- gritó Misaki, sin poder evitarlo. Los demás lo miraron con algo de sorpresa, se veía muy enojado -¡Alisse está enferma, debí quedarme con ella!
-Pero si no fue nada- suspiró Wakabayashi
-Apuesto que si a Lily le hubiera pasado algo así, lo más seguro es que estarías con ella
-Pues... si, tienes razón- admitió Genzo, después de unos momentos
-Gracias por tú ayuda, Wakys- le dijo molesta Sanae, nombrándolo de la forma que Genzo odiaba. Wakabayashi sólo se cruzó de brazos
-¿Ven, tengo razón...- murmuró Taro, ahora más preocupado que antes
-No te preocupes tanto, recuerda que Lily está con ella- le dijo Genzo
-Pero yo debería estar a su lado... ¿la viste muy mal, Sanae?
-Ehh... bueno, sólo estaba débil... ya verás que estará bien, en serio, Misaki, no te preocupes de más...
-Pero...
-Cuando bajemos del avión podrás llamarla, no hagas tanto escándalo
-Pues si, tienen razón- suspiró Misaki –lo bueno es que el viaje es corto...
-¿Ves, no todo es tan malo...
Mientras, las chicas ya habían ido al hotel, en donde se encontraron con otros chicos
-Hola, niñas- las saludó amablemente Pierre, que iba acompañado por Napoleón -¿qué hacen aquí solas, creíamos que se habían ido con los otros dos... ¿o se pelearon en serio con ellos?
-No- contestó Lily –estamos muy bien con ellos, pero tuvimos que quedarnos a hacer algunas cuantas cosas...
-Que feo de parte de Misaki y Wakabayashi dejarlas aquí solas...- dijo Napoleón
-Pues ellos también tenían cosas que hacer en otra parte- dijo Alisse
-Oye, ¿te sientes bien, estas un poco pálida...- le dijo Louis a la chica
-Sólo un poco mareada, pero bien...- suspiró Alisse
-Miren, ahí viene Schneider...
"Lo que nos faltaba" pensaron Lily y Alisse, con deseos de dejarlos solos pronto
-¿Cómo están?- les preguntó –me sorprende verlas juntas después de todo el embrollo de ayer...
-Para tú información, ya arreglamos todo- dijo fríamente Alisse, que nunca le había caído muy bien el jugador alemán
-¿De verdad?- le preguntó a Lily, mirándola –me sorprende que los hayas perdonado
-Todo fue un mal entendido- dijo Del Valle –nada muy importante
-¿En serio crees que no fue importante?- preguntó con cizaña Pierre –pues yo vi muy juntitos a Alisse y a Wakabayashi, tú novio...
-Lo que viste no te incumbe- dijo con rabia Alisse –así que no te metas en lo que no te importa, Pierre
-¿Y por qué no, te recuerdo que Misaki, a pesar de ser rival mío, le tengo bastante estima, por lo que si su novia lo engaña y yo soy testigo, se lo tengo que decir
-¡Yo no lo engaño!- dijo Farfán, molesta –no tienes porque hablar de esa forma si no tienes idea lo que esta ocurriendo. Y ya nos tenemos que ir, no quiero seguir perdiendo el tiempo con ustedes. Vamonos, Lily
-Si... adiós...
Las dos chicas se fueron, con paso un poco rápido
-No se como aguantas a Schneider, es tan desagradable- gruñó Alisse
-Ni tanto- sonrió Lily –bueno, hablando de otra cosa, ¿a dónde vamos primero a comprar?
-¿Al supermercado, creo que seria lo mejor...
-Vamos, entonces
Las chicas caminaron un buen tramo hasta encontrarse con uno. Eran cerca de las cuatro de la tarde
-Oye, Alisse, ¿tienes hambre o algo?- preguntó Lily
-No, prefiero no comer nada...
-¿Segura, pues deberías comer algo...
-Después, después... ya, entremos rápido a comprar las cosas...- ahí sonó el celular de Alisse –es Taro...
-Contesta...- le dijo Lily, mirando las cosas que estaban a su alrededor, buscando algo que le sirviera
-Hum... si... ¿Taro?
-¿Alisse?- escuchó del otro lado -¿cómo te sientes, ¿por qué no me dijiste que estabas enferma, ¡me habría quedado contigo!- preguntó Misaki, de manera acelerada
-De a una pregunta- le dijo Alisse –primero, ya me siento mejor, gracias...
-¿Por qué no me dijiste que te sentías mal?- repitió la pregunta
-Porque estaba desmayada, por supuesto- respondió con ironía Farfán, Lily esbozó una sonrisa, divertida
-Alisse...
-Es en serio Taro, mejor que no te hubiéramos dicho nada...
-¿Dónde están?- preguntó Misaki, ignorando las palabras de su novia
-En el supermercado... es que...- Alisse miró a Lily, preguntándole con la mirada si le decía lo de la anciana o no
-¿Alisse?- preguntó Taro, del otro lado
-Espérame un poquito- le dijo Alisse, y luego tapó el teléfono para que no la oyera hablar con Lily -¿tú crees que seria bueno decirle lo de la vieja esa?
-Eh... yo creo que no...
-¿Cierto?- la apoyó -mejor se los decimos después, para que no interfieran- a Taro –estábamos comprando algunas cosas para después
-¿Ya saben cuando viajarán?
-Aún no- contestó insegura Alisse, el chico lo notó
-¿Por qué, no tienen nada que estar haciendo ahí...- dijo Misaki, la chica pensó en una respuesta convincente
-Es que... aún no me siento del todo bien para viajar... ya sabes... ando media mareada y si subo a algún avión pasaré todo el viaje en el baño... si es que no desmayada, aunque seria mejor, en todo caso
-¿De verdad, ¿quieres que vaya?
-¡No, ¿para que?- preguntaba Alisse
-¡Mira Alisse, la esencia de vainilla!- celebraba Lily, poniendo una botellita sobre la canasta que llevaba en sus manos. Alisse le hizo un gesto afirmativo con el dedo pulgar
-Pero es que si no te sientes bien, lo mejor será que me quede acompañándote, es que me preocupa mucho tú estado...- decía Misaki
-De verdad no es necesario, a menos que te consigas un gato negro de no más de dos meses de vida- dijo descuidadamente Farfán, Lily le pegó un codazo, la otra la miró feo
-¿Un gato, ¿para qué quieres un gato?- preguntó Misaki
-Para nada, era una broma- sonrió Farfán –en serio, lo más urgente por ahora es que ubiquen a la vieja esa y le pregunten como pueden estar bien
-Si, tienes razón... con los chicos acabamos de llegar hace un rato a Hokkaido, ahora estamos viendo la forma de encontrar a esos gitanos
-Que tengan suerte- dijo Alisse. "al menos más que nosotras" pensó luego
-Gracias, cualquier cosa, llámame. O dile a tú amiga que lo haga
-Claro, y para ustedes igual. Si encuentran a los gitanos, nos avisan...
-Adiós, linda, cuídate
-Ustedes igual, y no hagan maldades- Alisse cortó el teléfono y suspiró
-¿Cómo se te ocurre decirle lo del gato?- le reclamó Lily, mirándola. Alisse sonrió -¡no te rías, ¿te imaginas empiezan a sospechar algo?
-Ya, ¿y qué van a sospechar?. Sólo fue una broma, no es para tanto el escándalo que haces- replicó Alisse –además, en caso que encuentren un gato negro de no más de dos meses de vida... si que nos ayudarían...
-¿Y tú crees que la vieja no se enteraría que nos ayudaron?- preguntó Lily, Alisse la miró con escepticismo
-¿No me digas que le crees que adivina?
-No, pero en una de esas nos está siguiendo, una nunca sabe...
-Pero tendría su gato, que es lo que quiere. En caso que no le guste, me lo dejo, como si me costara algo. Al contrario, sería mejor...
-Si, demás... a ti que te gustan los gatos...
-Mira, aquí hay canela...
-Sólo nos estarían faltando los clavos de olor... ¿en qué parte podrían estar?- se preguntó Lily
-Ni idea, así que será mejor que continuemos recorriendo el lugar
Las chicas continuaron caminando de manera lenta por el lugar, había bastante gente dentro
-¿Y si le preguntamos a esos tipos que ponen los productos?- preguntó Alisse, de pronto. Ya estaba algo cansada
-¿Has visto a alguno, por casualidad?- le preguntó con aburrimiento Lily
-No... en una de esas están cerca de la canela...- murmuró Farfán
-¿Tú crees?
-Es el único lugar que nos está quedando- se encogió de hombros la chica –vamos, estamos casi al lado, y no perdemos nada con ver
-¡Aquí están!- exclamó de pronto Lily, sacando una bolsita
-Al fin...- murmuró Alisse -¿podemos sentarnos un rato antes de ir a lo siguiente?- pidió luego
-¿Te sientes mal?- le preguntó con preocupación Del Valle
-No mucho, pero siento que los mareos cada vez son más fuertes...- contestó la otra
-Bien... entonces vamos a pagar rápido, para que salgamos luego de aquí, quizás el encierro también te esta haciendo mal...
Las dos chicas pagaron y luego salieron. Frente al supermercado había una plaza, en donde las chicas se sentaron en una banca a tomar sombrita
-Que bueno que no hace tanto calor...- suspiró Alisse
-¿Tú crees que alcancemos a juntar todo?- preguntó Lily después de unos momentos de silencio. Alisse demoró bastante en contestar
-Bueno... no lo sé... pero luego no nos pueden alegar que no lo intentamos...- contestó Alisse
-Pero no es la idea que se queden así...
-Por supuesto que no, no he dicho eso... es que... ya, la vieja debe estar medio loca pa pedir todas esas cosas sin sentido... o sea, ¿para qué le sirve el natre?
-¿Tú sabes para que sirve?- le preguntó con curiosidad Lily
-Es de esas típicas aguas que te dan las madres y las abuelas, que creen que con esas cosas te sanan todo... es malísimo, en serio, tan malo como el propolio...
-¿Y qué es eso?
-Te lo dan para que no te resfríes... lo he probado pocas veces, en casa de una tía... wacala...
-Jajajaja, ¿y tú se los darás a tus hijos?
-No lo sé... por ahora me preocupa más que haremos para conseguir la flor esa y el maldito y asqueroso natre...
-Mm... ¿conoces algún invernadero por aquí cerca?
-¿Tú crees que me fijaría en algo así?
-No... pero no perdía nada con preguntarte...
-¿Qué tal si vamos a una tienda de mascotas a comprar el hurón y las lagartijas, podemos pasar a dejarlas al hotel luego de comprarlas
