Epílogo

Alisse y Taro se dirigían con paso lento hacia el hotel, irían a buscar sus cosas para luego dirigirse a Nankatsu, lugar en que vivía Ichiro Misaki. Ambos conversaban animadamente y, en el camino, se encontraron con dos amigos...

-Misaki, ya llegaste, ¿cómo te fue en Hokkaido?- le preguntó Ishizaki

-Ah, se puede decir que fue una pérdida de tiempo- contestó Taro –pero ya no importa- agregó, sonriendo

-¿Y los demás?- preguntó esta vez Urabe

-Wakabayashi y Lily se fueron a Alemania. Tsubasa y Sanae a España. ¿Ustedes que hacen aún aquí?

-Estamos buscándole un regalo a Yukari- contestó de mala gana Urabe –habíamos decidido quedarnos unos días a perder el tiempo, pero esto esta resultando más aburrido de lo que pensábamos

-Ojala que les vaya bien- sonrió Alisse

-¿Y ustedes que harán?

-Iremos a Nankatsu- dijo ella –debemos hacer unas cuantas cosas antes de irnos a Francia otra vez... ¿por qué no vienen con nosotros, nos iremos en un rato

-No, gracias, aún tenemos cosas que hacer...

-Bueno, que estén bien chicos...

Taro y Alisse se alejaron de ellos tomados de la mano, los otros dos los miraron durante unos momentos

-Si nos apuramos, nos vamos con ellos- dijo Urabe, comenzando a caminar. El otro lo alcanzó y le dio un empujón...

Y así empezaron, a hacerse bromas y a empujarse cada cierto rato. la broma se terminó cuando Ishizaki chocó con un basurero y lo botó, él a un lado del basurero

La gente que iba a los lados de ellos, los miraron bien feo

-¡Idiota!- le gritó Ishizaki, poniéndose de pie todo adolorido, mientras que Urabe casi se revolcaba de la risa

-Ya, no te enojes- decía el otro

En eso, Ishizaki se dio cuenta que no muy lejos de él, había una piedra roja, preciosa. Se apresuró a tomarla en sus manos, mirándola con atención

-¿Qué es eso?- le preguntó Urabe con curiosidad, Ishizaki se la mostró -¡¡ohh!- exclamó, y trató de tomarla en sus manos, pasando a llevar a Ryo en el acto, puesto que por accidente, le tocó el brazo

Ambos sintieron un escalofrío...

-¡Ya se!- exclamó -¡le mandaré a hacer aretes a Yukari con esto, ¡y una gargantilla, estará feliz

-Jajaja, buena idea... ya, si nos apuramos alcanzaremos a Misaki y a Alisse- Urabe comenzó a correr, dejando atrás a su amigo

Ishizaki se demoró unos momentos en reaccionar y, después, empezó a perseguirlo...

Con la piedra en sus manos...