La tormenta sorprendió a los transeúntes que, desprevenidos, corrían despavoridos bajo la densa cortina de agua que impedía una visión normal.
Después de haber tomado 4 tazas de té y llenado su estómago de pastel, Levi decidió levantarse de su asiento y ayudó a Mikasa a llegar hasta el vehículo mientras trataba de que no se mojara por la tormenta. Sasha fue con ellos, pero su estado de ebriedad era leve a comparación con la Ackerman.
Cuando las mujeres estaban acomodadas en el asiento trasero, Levi subió al automóvil y lo encendió.
Mientras manejaba, observaba a Sasha a través del espejo retrovisor y la notó preocupada. Mikasa estaba recostada en sus piernas y ella acariciaba su cabello.
—¿Es normal que beba de ese modo? —comenzó preguntando.
—Mikasa se embriaga cuando algún problema la abruma o se siente acorralada por algo—confesó y resopló—. Siendo sincera, creo que no debí tocar ese tema...
En ese momento, Levi recordó lo que las mujeres estaban hablando.
El padrino de Mikasa, un hombre al que llamó Kenny, era el centro de la conversación.
—Ella es una mujer adulta y debería tener cuidado en cómo bebe. Afortunadamente, su prometido me contrató para cuidarla, pero de no ser por mí, ni tú ni ella podrían volver a casa—comentó.
—Mikasa no sabe expresar sus emociones. Ella se sume al alcohol en ciertas ocasiones, pero generalmente escribe cartas y las quema—la castaña miró a través de la ventanilla—. Ella es una persona muy sufrida. En cierto modo, me dio gusto saber que Eren se casaría con ella.
Con su mente silente, Levi indagó sobre los datos que Sasha le estaba dando. Mikasa resultaba ser aún más misteriosa de lo que parecía.
—Lo importante es que sea feliz—espetó mientras trataba de elaborar alguna frase para robarle más información a la mejor amiga de la Ackerman.
—Oye, aquí entre nos—musitó —¿Cómo la trata Eren?
¿Qué es lo que debería responder? Sería muy obvio si comienzo a decir lo que realmente pienso de ellos.
—Lamento no poder responder apropiadamente. Hace muy poco comencé a trabajar para la familia Jaeger y aún no los conozco. De hecho, mi única labor es cuidar la integridad de la señorita Mikasa—espetó y apretó el volante—. Sería inapropiado hablar sobre sus vidas siendo un simple guardaespaldas.
—De todos modos, envidio a Mikasa —musitó y rió —. Aún no sé cómo hace para no corromper su mente al mirarte— bromeó.
"¿Esto es cierto? No puedo lidiar con este tipo de situaciones. Me incomoda."
—¿A dónde debo llevarla? —cambió rotundamente el tema.
—Siento molestarte con mis tonterías. Entiendo que estés trabajando y es posible que también tengas novia o estés casado. Perdón, pero a veces no controlo lo que pienso y acabo diciéndolo en voz alta—justificó y resopló—. En la siguiente cuadra, dobla hacia la izquierda. En la casa de rejas blancas, allí vivo.
El Ackerman asintió y siguió el camino indicado. Una vez que llegó hasta el lugar, Sasha acomodó a Mikasa de modo que se recostara a lo largo del asiento trasero y abrió la puerta.
—Tu nombre es Levi, ¿cierto? —preguntó antes de bajar.
—Así es.
—Cuídala mucho. Te la encargo—bajó la mirada—. Ella necesita un confidente en esa casa. No sé si Eren logre serlo, pero al pasar más tiempo contigo, es posible que Mikasa te estime al punto de comentarte lo que pasó a lo largo de su vida—acarició la cabeza de su amiga y sonrió—. Aunque ella asegure estar bien, no es cierto. Por favor, cuídala.
La preocupación de su mejor amiga despertaba la curiosidad de Levi.
—Es mi trabajo. Lo haré sin pensarlo siquiera.
—Te lo agradezco, guapo—añadió y rió —. Perdón, tú no eres como los demás. Intentaré no tratarte del mismo modo, Levi—bajó del automóvil y agregó: —Gracias por traerme.
—De nada. Apúrese o enfermará si se moja mucho—sugiró.
Sasha le regaló una sonrisa y cerró la puerta del vehículo. Corrió bajo la lluvia hasta la puerta de entrada y sacó las llaves para abrir.
Una vez que lo hizo, Levi arrancó el automóvil y se alejó del lugar.
La castaña se detuvo a mirar hasta que los perdió de vista.
—Ese hombre es bastante interesante. Lástima que no sea para mí.
¿Qué era aquello que Sasha había visto en Levi?
[...]
La ciudad de Shingashina se encontraba en plena campaña electoral para el siguiente gobernante de la región. La asunción de dicho cargo se daría al siguiente año, dado que estaban a pocos meses de las elecciones y cada uno de los postulantes debía dar un discurso convincente para atraer votantes y, de ese modo, alcanzar sus metas.
No obstante, la realidad era que ninguno de todos los hombres y mujeres que habían presentado sus proyectos estaban dispuestos a aportar un cambio en la región.
Sin embargo, Grisha Jaeger tenía otras intenciones. Él, bajo el apoyo económico y político de Nile Dok, llegaría a la cima del cargo para acabar con las pandillas y mafiosos que se ocultaban en los suburbios.
—¿Qué hay de ese tipo? —inquirió mientras limpiaba los vidrios de sus lentes— Supongo que has descartado su cuerpo.
Su socio lo miró con soberbia y respondió: —Lo cortamos en varias partes y lo fuimos tirando en diferentes lugares— encendió un cigarrillo y agregó —. No pasará mucho tiempo para que vayan encontrándolo.
—Él sabía del paradero de Kenny y no dijo nada al respecto, ¿cierto? —inquirió Grisha y Nile asintió —Ese tipo sabe demasiado y tampoco nos conviene que continúe por ahí.
Eran un grupo de diez personas aproximadamente, en los cuales se encontraban Nile Dok, Grisha y Zeke Jaeger. Estaban sentados en una mesa redonda, cada uno de ellos tenía un vaso con una medida de whisky.
—¿No se les ha ocurrido buscar algún familiar o amigo para obligarlo a que aparezca? —sugirió el hijo mayor del principal candidato a gobernador —Creo que cualquier rata saldría de su escondite si tienen prisionero a alguien preciado, ¿no lo creen? —Zeke cruzó sus brazos y enarcó sus cejas.
Nile bajó la mirada y apretó sus puños al recordar algo del pasado. A su mente sólo llegaba el rostro de un mujer y ella era, claramente, la hermana menor de Kenny.
—Tengo entendido que no tiene familia y al ser tan escurridizo, tampoco sabemos quiénes son sus amigos—aseguró.
—Deberías enviar a tus hombres, Nile—ordenó el mayor de los Jaeger—. Esa será tu nueva misión hasta que se realicen las elecciones dentro de unos meses.
—La cuestión es que Kenny es un hombre mucho más astuto y tiene conocimientos callejeros que sobrepasa nuestro sentido común... —justificaba.
—¿Estás diciéndonos que no eres capaz de encontrar a un simple viejo de porquería sólo por tu inutilidad?—preguntó Zeke sin titubear —Me asombra que mi padre te estime tanto, siendo que demuestras ser incapaz de cumplir una estúpida orden— espetó en un tono sarcástico.
Nile nunca tuvo afinidad con Zeke, puesto que este último siempre demostraba ser intolerante con la gente que no lograba hacer lo que su padre o él sugerían. Por esa razón, Nile procuraba tener negocios con Grisha para poder manejar la situación a su antojo.
No obstante, la presencia del primogénito de los Jaeger resultaba un dolor de cabeza para el empresario.
—Tú hablas por hablar, mocoso—espetó impaciente—. Si tanto reniegan de mi accionar, contraten gente que pueda hacer el trabajo en el menor tiempo posible.
Grisha golpeó sutilmente la mesa para captar la atención de los presentes y para romper con la tensión generada entre su socio y su hijo.
—Por favor, volvamos a lo nuestro—comenzó diciendo y se acomodó los lentes para poder leer los papeles que llevaba consigo —. En las últimas encuestas, hemos notado que lo que más solicita la gente es seguridad...
—Si me permite, señor Jaeger—uno de los socios de la campaña tomó la palabra al levantar su mano—, tengo una propuesta respecto al área de seguridad.
—Lo escucho—respondió y dio un sorbo a su bebida.
—He oído que la pandilla principal de Shingashina ha tenido gran relevancia en los barrios bajos. Su crecimiento ha sido exponencial y han ganado un increíble respeto entre sus pares—el hombre, un abogado exitoso, sabía utilizar su elocuencia para convencer a sus colegas—. A lo que quiero llegar es que podríamos utilizar esa ventaja a nuestro favor.
Con una expresión rígida y para nada convencida, Grisha respondió: —¿Quieres que la pandilla se haga cargo de la seguridad de esa peligrosa área?
El hombre asintió y resopló.
—Al utilizar ese beneficio, nos será más fácil lidiar con la peste. Véanlo desde esta perspectiva: nosotros tenemos un negocio detrás de la campaña y necesitamos de esa gente para que el dinero siga fluyendo o, de lo contrario, nuestras economías se verían afectadas y eso perjudicaría la elección. Tanto tú como cualquiera de nosotros necesitamos contar con las influencias en la política para poder comercializar nuestros productos sin ningún contratiempo.
—Es una apuesta muy arriesgada—respondió Grisha y dio una calada a su habano—. Tengan en cuenta que los pandilleros, si bien no poseen capital económico, son hombres que están acostumbrados al rigor de las calles. Ellos podrían aplastarnos sin siquiera mover un dedo...
—Pero nosotros contamos con el dinero para limpiar sus asquerosos culos si metieran la pata—acotó Zeke, captando la atención de la mayoría de los presentes—. Además, nuestro poder nos permitiría manejar las decisiones de las fuerzas de seguridad, dejándonos el camino libre para hacer y deshacer a nuestro antojo.
El silencio reinó en el lugar. La única persona capaz de hablar libremente de sus verdaderas intenciones era Zeke. Ni siquiera su padre era así.
—Me ocuparé personalmente del líder de la pandilla de Shingashina—aseguró.
—¿Qué pasará si esa persona se niega a colaborar, Zeke? —preguntó Nile en pos de acorralar al joven.
Antes de responder, el hijo mayor de Grisha apagó su habano con fuerza. Resopló y miró fijamente a quien había realizado dicha pregunta.
—Mis manos están manchadas desde que tengo uso de razón—espetó —. No tendría ningún problema en volver a empaparlas de sangre con tal de que nosotros cumplamos con nuestros objetivos.
—¿Estarías dispuesto a matarlo? —preguntó su padre.
—Por supuesto que si. Si ese hombre no colabora con nosotros, den por seguro que morirá...
El encuentro de Zeke, el hijo del principal candidato a gobernador de Shingashina y de Erwin, el líder de la pandilla, estaba muy cerca...
[...]
La noche había llegado y los miembros de la familia estaban en sus respectivas habitaciones. Era normal que se retirasen a sus cuartos a partir de las 10 pm para poder descansar y levantarse a primera hora.
Lo mismo sucedía con los empleados, excepto con Isabel, quien se encargaba de limpiar lo que sus empleadores utilizaban al cenar.
—¿No te cansas del té, Levi? —inquirió mientras secaba los platos para, posteriormente, guardarlo en el mueble— Cada vez que puedes, estás tomando una taza de té.
Levi, con su vista enfocada en el líquido que aún continuaba girando dentro de la taza, había desatendido a la pregunta de la empleada más joven de la mansión. No fue hasta que sintió la mano de la muchacha en su hombro que él volvió en sí.
—¿Te sientes bien? ¿Quieres un té de hierbas medicinales? —inquirió con preocupación.
El Ackerman negó con la cabeza y acarició el cabello de Isabel en agradecimiento.
—Estoy exhausto. Me gustaría poder relajarme algún día... —espetó y bajó la mirada.
Era algo muy utópico, pero realmente lo deseaba. Desde que tenía uso de razón, el descanso nunca estuvo de su lado. De hecho, desde que llegó a la mansión, no durmió ni una sola vez en la cama, sino en la silla.
Jamás dejó de ser como solía...
—Si quieres, pongo a calentar agua y te llevas la tetera a tu habitación. Mañana temprano la traes y la dejo lista para volver a usarla—sugirió y sonrió.
Isabel era una muchacha que se había encariñado rápidamente con Levi. Ella tenía vagos recuerdos de su caótica infancia y el Ackerman le recordaba a su hermano fallecido. Su herida aún le dolía, pero el cariño que tenía hacia Levi era muy reconfortante.
—Eres tú quien debería descansar—espetó—. Aún eres muy pequeña para que tengas tantas preocupaciones en tu cabeza. Deberías estar al pendiente de tu madre y alertarme si el idiota de Zeke vuelve a molestarte.
La joven bajó la cabeza y cerró sus ojos. Guardó las manos en el bolsillo de su uniforme y trató de controlar sus emociones.
La impotencia y el dolor rebasaban su mente. Ahogaba sus gritos de rabia cada vez que se cruzaba con Zeke y sus pensamientos negativos solían tentarla a huir de la realidad...
—Estoy bien—levantó su rostro y esbozó una sonrisa falsa—. Iré a dormir. Buenas noches, Levi.
Isabel se retiró del lugar con prisa. El Ackerman la siguió con la mirada y lamentaba el hecho de que una adolescente tuviera que cargar con tanto dolor a su corta edad.
Soltó un pesado suspiro y se sirvió otra taza de té, no sin antes dejar limpia la tetera y guardada en el sitio donde correspondía.
Mientras lo hacía, escuchaba voces. La ventana de la cocina daba directamente al jardín de la mansión y eso orilló al Ackerman a asomarse para ver qué podría estar sucediendo.
Allí vio a Mikasa y Eren, ambos con extrañas expresiones. Él, con un rostro que denotaba desesperación. Ella, tristeza y angustia.
Algo no andaba bien...
—Prometo volver lo antes posible. No te preocupes, estaré bien y tú también —exclamó al tratar de tranquilizarla. Rascó su mejilla y la abrazó.
Desde la ventana, Levi notó la determinación en el rostro de Eren. Podía apostar que el más joven de los Jaeger planeaba algo y que Mikasa no estaba al tanto de ello. Eren era otro que ocultaba muchos secretos.
Un hombre misterioso dentro de un libro escrito con palabras mudas.
—Cuídate mucho—antes de irse, tomó el rostro de la Ackerman y depositó un tierno beso. Se alejó de ella y esbozó una sonrisa forzosa.
Levantó su maletín y caminó en dirección a la salida de la mansión. Mikasa no quitó la vista de su prometido y dejó caer su cuerpo al suelo.
Llevó una mano a su boca y rompió en llanto. Con la otra, arrugaba su ropa y ahogaba su angustia para que nadie más la oyera.
Levi no podía soportar cuando una mujer lloraba. Sus recuerdos eran demasiado tortuosos y la culpa lo desgarraría lentamente hasta acabar con su cordura.
Acabó su infusión lo más pronto posible y lavó la taza. Luego la secó y guardó junto con el resto.
Sin siquiera dudarlo, se dirigió al jardín y buscó a Mikasa con la mirada. Ella se encontraba sentada en el suelo, abrazada a sus rodillas.
Parecía una niña destrozada por dentro. Esa era otra de las tantas facetas de Mikasa.
Levi guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón y caminó lentamente por el jardín.
El rocío nocturno humectaba el césped y el ambiente estaba más fresco de lo habitual.
Se acercó hasta ella y se detuvo a su lado. Con su mirada fija en la luna llena, Levi rompió el silencio.
—Hace frío esta noche—musitó—. No debería salir sin un abrigo, podría resfriarse.
Mikasa levantó su cabeza y notó a su guardaespaldas a su lado. Secó sus lágrimas y esbozó una sutil sonrisa.
—Lo sé. En ocasiones olvido cuidar mi salud—suspiró —. Gracias por llevar a Sasha hasta su casa y por cuidarme a mí también— el Ackerman la miró de soslayo y notó que ella estaba siendo naturalmente sincera—. Fue una vergüenza que tuvieras que verme en ese estado.
—Mi trabajo es que usted regrese sana y salva a esta casa—respondió rápidamente.
—Levi—musitó en un tono quebrado, teñido de tristeza— ¿Puedo pedirte un favor?
—Dígame...
—¿Puedes dejar de hablarme de usted sólo por unas horas y hacerme compañía un rato? —su mirada se apuntó al cielo. Ella aún tenía sus ojos acuosos.
—Sólo por esta noche—suspiró—. Te haré compañía, Mikasa—respondió y la Ackerman volteó a verlo.
Levi estaba dispuesto a prestar su oído para averiguar más sobre su pasado. No obstante, aquel interés estaba mucho más alejado de esa idea. Lo que no había notado era que necesitaba acercarse más a Mikasa y conocer lo que su corazón ocultaba. Ella cargaba con un secreto aún más fuerte y Levi debía saber de qué se trataba.
Más aún si Kenny formaba parte de ella...
Mikasa se levantó del suelo y sacudió su ropa. Colocó sus manos hacia su espalda y las enlazó. Levantó su cabeza hacia el cielo y cerró sus ojos.
—¿Cómo sobrellevarías un pasado tan doloroso sin caer en la locura? —preguntó de repente, sorprendiendo al Ackerman.
"Al oírte, pude imaginar un espejo que refleja tu fisonomía con mi mente, recuerdos y sentimientos. Esta es una prueba de que tú y yo estamos conectados al pasado..."
—El futuro—respondió mientras humectaba sus labios—. Aferrarse al futuro y que nos espera algo mejor que nuestro pasado.
La incertidumbre era el motor; la rabia, el volante; el dolor, el combustible y la verdad, las ruedas que lo trasladaban hacia ella.
—Cuando extrañas a alguien, ¿qué haces? —Mikasa llevó sus manos hacia adelante, las miró y dejó caer unas lágrimas sobre ellas.
—Tener su imagen, su voz y toda su esencia presente en mí —dentro de sus bolsillos, apretaba fuertemente sus manos para evitar quebrar emocionalmente—. No olvidar a quien amamos.
El recuerdo de Kuchel era su principal motor de vida.
—En mucho tiempo, volví a sentir miedo. No confío en nadie, pero siento que tú eres igual—confesó —. Tu mirada guarda el dolor de una gran pérdida— volteó a verlo—. No me confirmes ni refutes, sólo necesitaba decirlo.
—Y tú cargas con un pasado que te impide mostrar tu verdadero rostro, Mikasa—comentó el Ackerman, sorprendiendo a la aludida—. Por razones que desconozco, tú te escondes para que nadie descubra tus secretos. Tu rostro lleva una horrible máscara hecha de lágrimas de impotencia.
"Muéstrame quien eres..."
—Yo... —apretó su mandíbula y se acercó hasta Levi. Formó un puño y golpeó el pecho de su guardaespaldas— Te odio tanto...
Desconcertado, Levi tomó su puño y la miró fijamente.
—¿Me odias porque he descubierto algo de ti que niegas reconocer? —inquirió —¿Me odias porque te percataste de que alguien podría leerte con facilidad?
—¡TE ODIO PORQUE ME HACES DUDAR, MALDITA SEA!
Aquellas palabras de Mikasa guardaban mucho más de lo que imaginó. Levi interpretaba su forma de ser de un modo, mas la Ackerman escondía algo que él no imaginaba.
—¿Qué es lo que te hago dudar? —con la firme intención de que ella confiese, Levi apostó una de sus mejores cartas.
—¡ME HACES DUDAR DEL AMOR QUE TENGO POR EREN!
En un sitio donde reinaban los secretos, uno estaba asomándose lentamente. Pese a los prejuicios, el pasado y presente, Mikasa había encontrado la respuesta a su confusión.
Hola a todos!!! Perdón por no actualizar la semana pasada, pero los estudios me impidieron dedicarme a full a este capítulo.
Espero que les haya gustado y saben que pueden leer cualquiera e todas mis obras disponibles.
PD: estoy triste porque esta semana acaba el manga de Shingeki no kyojin y porque ya no tengo emisión de sus capítulos.
PD2: Recuerden que pueden seguir la página de fb de este perfil, donde encontrarán memes, spoilers de mis obras y algunas novedades. Se llama "ShikaTema: Fanfics y memes".
PD3: Muchísimas gracias por apoyar esta obra aquí, de verdad! Me hacen muy feliz y agradezco aún más que la hayan recomendado :)
Espero no defraudarlos :)
