El cólera lo ahogaba en un mar de impotencia. El desconcierto era cada vez más profundo y el temor por Isabel lo volvía loco. Su actitud empática lo vulneraba ante esas situaciones.
"Este tipo es uno de ellos. Sé que lo conozco o me suena de algún sitio, pero..." pensaba y masajeaba su sien mientras caminaba.
¿Por dónde debía comenzar?
Al llegar a las escaleras de la mansión, se cruzó con Mikasa y Eren. Estaban abrazados, él de espaldas a Levi.
El Ackerman pudo ver cómo ella lo miraba con un deje de extrañeza. Él recordó lo que la azabache le había confesado y se sentía incómodo por no saber cómo manejar la situación.
De pronto, Eren se acercó hasta el rostro de Mikasa y besó su mejilla. Levi no sabía hacia dónde mirar para no estorbar a la pareja.
"He llegado en un mal momento..."
—Levi, por favor—de pronto, el joven Jaeger volteó en su dirección y sonrió—. Discúlpame, debí comunicarte que hoy tendrías tu día libre—sujetó la mano de su prometida y esbozó una amplia sonrisa—. Hoy saldremos juntos, así que no te preocupes por ella.
Suspiró por dentro. Era una oportunidad única y la cual no tenía ninguna intención de desperdiciar.
—Muchas gracias, señor Jaeger—respondió con seriedad.
"¿Qué fue aquello que dijiste? Si tanto dudas, ¿qué te mantiene a su lado?"
—Bien, Mikasa debemos salir—la mujer asintió y ambos caminaron en dirección a la salida. Inmediatamente, el menor de la familia detuvo el paso y volteó en dirección a Levi, añadiendo: —. Mañana será un importante día para mi padre y mi hermano. Habrá mucha gente y necesitaré que estés al pendiente de Mikasa en lo que mi presencia sea requerida por la familia.
Escuchar el nombre de Zeke le causaba repulsión. Más aún cuando imaginaba la clase de canalla que podía ser tras su elegante traje de etiqueta.
—No se preocupe, mi idea es regresar esta misma noche—aseguró mientras pensaba en cómo podía proceder una vez que saliera de la mansión.
—Bien, entonces contaré contigo, Levi—retomó el camino y ambos salieron de la mansión.
Bajó los escalones lentamente mientras los miraba irse en su vehículo. Miles de pensamientos invadían su mente e impedían que pudiera encontrar una solución al principal conflicto en el cual estaba involucrado Erwin.
"Lo primero que haré es averiguar qué carajo está pasando en el bar. Tengo un mal presentimiento y no quiero vivenciarlo nuevamente."
Debía actuar con cautela, pero también con prisa.
[...]
Al llegar al bar, se encontró con Hange. Ella estaba acomodando las bolsas de residuos para colocarlas en el container.
—Déjame ayudarte—fue lo primero que dijo y la aludida volteó rápidamente.
Hange dejó las bolsas en el suelo y llevó una mano a su pecho. Sus ojos se cargaron de lágrimas y una amplia sonrisa se dibujó en sus finos labios.
—Levi, no puedo creerlo... —espetó mientras secaba las lágrimas con su antebrazo— ¡Maldición, enano! ¿Cómo has estado?—refunfuñó.
—Agradezco el gesto de no haberme abrazado con tus manos sucias, pero creo que yo también extrañé tus niñerías—expresó y ambos rieron.
Tal como dijo en un primer momento, Levi ayudó a Hange a cargar con las bolsas. Una vez que terminaron, caminaron juntos hasta el interior del bar.
—Hoy tengo el día libre, por eso vine hasta aquí—resopló—. Además, tengo algo importante que hablar contigo y no podía esperar mucho tiempo.
Su amiga lo miró con preocupación. Él siempre era serio cuando hablaba, pero cuando se trataba de algo grave, ella sentía escalofríos en su piel, tal como en ese entonces.
—Yo también necesitaba verte y hablar contigo. Han pasado muchas cosas aquí—bajó la mirada.
Él y ella estaban en la misma sintonía al pensar en lo que podría pasar luego.
Al ingresar al salón del bar, notó que estaban las empleadas reunidas en un rincón, degustando una taza de té. Al mirarlas, las mujeres estiraron su mano y lo saludaron de lejos.
—¡Bienvenido de nuevo, Levi! —gritaron al unísono.
Él asintió y siguió a Hange, quien lo llevaba hasta la oficina donde solía trabajar antes que se instalara en la mansión.
El Ackerman se apoyó en el borde del escritorio y tomó los papeles que se encontraban allí: facturas impagas, folletos de promociones de locales contiguos y currículum de algunas candidatas antiguas.
Mientras tanto, Hange fue tras dos tazas de té y le ofreció una de ellas a él, la cual aceptó de inmediato.
—¿Cómo has estado estos días? —comenzó diciendo el Ackerman mientras ojeaba rápidamente los papeles.
—Bueno, ha sido difícil no contar contigo en las noches pero Erwin pudo ayudarme con eso sin ningún problema —dio un sorbo y se quejó al notar que estaba demasiado caliente—. Él pudo mantener la tranquilidad aquí y el trabajo se hizo menos tedioso.
Levi estaba seguro de que Erwin haría un buen trabajo y que no rompería la promesa de protegerla en su ausencia.
—Así lo hemos acordado y me da gusto saber que sí lo está haciendo—suspiró y dio el primer sorbo—, pero siento que hay algo que no me estás contando.
Su amiga no sabía mentirle. Sus expresiones siempre le revelaban los secretos que jamás podía guardarle, principalmente su mirada.
—Siempre tan perspicaz, enano—rió falsamente mientras volvía a tomar su té y trataba de ordenar las ideas que rebasaban de su mente desde aquella noche—. Tienes razón, ha pasado algo extraño hace muy poco y creo que deberías saberlo para que puedas aclarar mi mente.
—Te escucho. No agregues cosas innecesarias, sólo al grano y ya—espetó, impaciente.
Hange debía ser clara y concisa. Levi podía darle una idea más alentadora de lo que estaba pasando y agradecía que él tuviera ese día libre para poder hablar.
—Resulta que una noche, Erwin estaba en la barra, tomando su bebida habitual y...
—Que fueras al grano, Hange —musitó molesto.
—¡No, enano! ¡Es importante este detalle, ya lo verás! —aseguró mientras dejaba su taza sobre el escritorio.
—Entonces prosigue —él también había acabado su infusión y dejó su taza junto a la de Hange. Cruzó sus brazos y frunció el ceño.
—Bien, resulta que había mucho más movimiento de lo habitual y Erwin se dio cuenta de eso. Supuse que serían por las elecciones, dado que mucha gente de otros lugares vienen a visitar estos sitios de malamuerte para su propio beneficio.
—Coincido contigo—murmuró.
—La cuestión es que vino un joven muy guapo y bien vestido—cerró sus ojos y añadió—. Puedo apostar que era un modelo que escapaba de una revista y...
—¡¡Hange!! —llamó su atención y la aludida abrió rápidamente sus ojos.
—Perdón, es que era un detalle que no podía dejar pasar—rió y el Ackerman chasqueó la lengua—. En fin, ese chico se sentó junto a Erwin y pidió exactamente la misma bebida que él para poder acercarse sin que fuera tan evidente.
"Una estrategia básica para romper la distancia con un desconocido, algo cliché pero efectivo si se logra el cometido."
—¿Cómo era físicamente? —inquirió con la intención de elaborar una imagen mental.
—Medianamente alto, cabello castaño con algunos mechones teñidos de una tonalidad clara y un peinado muy peculiar. Utiliza mucho gel y deja su cabello hacia atrás. No llegué a ver el color de sus ojos, pero tenía una mirada bastante misteriosa e intrigante—rascó su mentón y agregó: —. Hasta podría decir que cada palabra guardaba un secreto diferente...
"Secretos. Miles de ellos nos rodean como las moscas en la mierda. Dan asco."
—Y dices que vestía bien... —trataba de recabar toda la información— ¿Vino solo o con alguien más?
Aunque la información parecía pobre, cada detalle sumaba una pieza a su complejo rompecabezas.
—Eran varios de ellos, pero la mayoría estuvieron en el salón, consumiendo como si nada pasara. Sólo ese joven se acercó a Erwin diciendo que se llamaba Porco Galliard —llevó una mano a su frente y añadió:—. Luego de varias copas, le hizo una propuesta bastante escalofriante.
Hange quitó la mano de su rostro y frunció el ceño. Apretó su mandíbula y comenzó a respirar agitada.
—Puedo ver que fue incómoda, ¿me equivoco? —estaba cerca de conocer lo que tramaban.
—Ese chico le propuso a Erwin el control total de esta ciudad, la evasión de impuestos y eliminación de cualquier rastro o registro de algún delito que haya tenido él o quien se le antojara, a cambio de que... —llevó una mano a su boca simulando náuseas. Levi se mostró preocupado ante esta reacción, ya que Hange soportaba muchas situaciones con una gran fortaleza mental y física— A cambio de que le suministraran una ruta segura para comercializar estupefacientes y tráfico de inmigrantes. Eso sin mencionar que se refirió a mujeres...
El sólo recordar esas fotografías lo asqueaban y lo enfurecían.
—Entonces, lo que básicamente le pidió fue que sea cómplice de sus asquerosos delitos a cambio de "libertad" de movimiento en esta mugrosa ciudad, ¿es cierto? —redondeó el Ackerman, enfatizando sobre cuán libre podían ser en Shingashina a cambio de tapar a los delincuentes.
—Fue lo mismo que respondió Erwin—suspiró—. Él jamás permitiría tal cosa en su territorio—cruzó sus brazos y desvió la mirada—. Sin embargo, esos tipos no son de fiar...
Levi ató los pequeños cabos que lo llevaron hasta el bar. Gracias al relato de Hange pudo trazar un plan para ganar tiempo para Erwin.
—Escúchame bien, esa rata de Porco está ligado a uno de los hijos de Grisha Jaeger...
Sorprendida, la mujer abrió sus ojos y suspiró.
—¿El candidato a gobernador?—bajó la cabeza y gruñó— ¡Malditos corruptos! Ya quisiera hacerlos papilla y...
—Tú debes limitarte a ser mis ojos y oídos mientras no esté aquí. Tengo el presentimiento de que están planeando algo en su contra y debemos estar al tanto de ello—apoyó sus manos en el borde del escritorio y dejó caer su cabeza—. Necesitamos un contacto más estrecho con esa rata de Galliard.
Preocupada por la situación, Hange resopló. Levi estaba siendo mucho más serio que de costumbre.
—Tal vez... —pensó un instante y recordó un detalle que podría ayudarlos— Vi que él no quitaba su vista de encima a Petra y, si ella colabora...
—¿Estás pensando en que ella sea el cebo? —inquirió con temor. No le gustaba para nada la idea, pero tampoco era descabellada.
—Ellas trabajan aquí para eso. Tú sabes perfectamente cuál es su rol y creo que podría explotar ese potencial con mucha facilidad, ¿no lo crees? —sugirió y guiñó.
El Ackerman pensó un instante. Había remotas posibilidades de que Petra sirviera como nexo entre Hange y Levi, dado que este último sabía acerca del otro lado del eslabón. Sin embargo, corría el peligro de que Porco supiera de esa jugada y arriesgara a su empleada, al bar y a todos los implicados.
—Trae con nosotros a Petra—ordenó y cruzó nuevamente sus brazos.
Hange se retiró de la oficina y tardó muy poco en regresar con la joven. La empleada estaba confundida, dado que jamás la habían citado en la oficina de los dueños, a excepción de los días de cobro.
—¿En qué puedo ayudarles? —preguntó con timidez, buscando la mirada de Hange.
—Escúchame bien— Levi tomó la palabra y se ubicó frente a la joven—, te haremos una propuesta pero deberás pensarla muy bien antes de tomar una decisión. Esto podría beneficiarnos como afectarte a ti, particularmente.
—Pues, ¿de qué se trata? Ya estoy asustándome—mordió su labio inferior y juntó sus manos hacia su espalda.
Hange podía imaginar lo que el Ackerman estaba pensando y también suponía que no estaba completamente de acuerdo en ello. Por esa razón, decidió tomar las riendas y dar forma a sus intenciones.
—La otra noche tuvimos la visita del perro de uno de los candidatos a gobernador...
—Del hijo, en realidad—corrigió Levi al percatarse de la falla de la mujer.
—Lo siento, tienes razón—rió y carraspeó—. La cuestión es que ese hombre quiere usar a nuestro bar y a Erwin para sus fines fraudulentos.
Asombrada ante lo que escuchaba, Petra trataba de imaginar las consecuencias que acarrearía: oficiales de la policía allanando el bar, posterior detención de los miembros de la pandilla, de la misma Hange e incluso podrían quedar enredadas ella y sus compañeras de trabajo.
No podía siquiera pensar en esa idea, ya que el dinero ganado en su labor era destinado al tratamiento de su padre.
—Entonces, si ese tipo quiere hacer tales cosas, ¿qué tengo que ver yo aquí? No puedo pensar en algo útil que...
—Eres mucho más útil de lo que crees—interrumpió el Ackerman, cejijunto—. Lo que Hange te propondrá, dependerá de lo que tú puedas hacer y lograr. Por esa razón te pido que pienses bien antes de darnos una respuesta.
Petra notó la determinación en las palabras de Levi. Estaba segura de que ni él ni Hange le propondrían algo que pudiera ponerla en peligro, aunque ellos pensaran que sí.
Más allá de todo, ambos cuidaban a sus empleadas a su modo.
—Hace años que trabajo aquí y ser elegida por ustedes para un trabajo en específico, me hace sentir especial—suspiró y llevó una mano a su pecho. Luego, dirigió su mirada hacia Hange y añadió:— ¡Estoy dispuesta a escucharlos y llevar adelante lo que propongan!
La mujer sonrió. Confiaba en que Petra pudiera cumplir con su objetivo sin tanto esfuerzo, dado que su sexto sentido femenino nunca fallaba.
—Bien, entonces escúchame atentamente lo que deberás hacer a partir de esta noche—Hange frotó sus manos y sonrió.
Era cuestión de tiempo. Una apuesta arriesgada que debía salir a la perfección.
[...]
La ansiada noche había llegado. Una tormenta se presentaba para dar un condimento extra al nuevo plan de Hange y Levi.
Tal como solía hacerlo, ella se encargaba de la atención al público y la preparación de los tragos o bebidas solicitadas por los clientes. Por otro lado, Erwin se encargaba de acompañarla al otro lado de la barra, simulando ser un cliente más.
Con la mente silente, la música ambiental alta y un sinfín de voces que colmaba la paciencia de un hombre que vestía de negro, con un fino saco de etiqueta, un amplio sombrero y unos lentes; el show comenzaría frente a él.
Más temprano que la vez anterior, Porco Galliard y sus acompañantes regresaron al bar. En ese instante, el Ackerman observó su rostro detenidamente para no olvidarlo y averiguar más de él. Era tal como lo había descrito Hange: elegantemente corrupto y peligrosamente seductor.
Se sentó junto a Erwin y solicitó el mismo vino que la vez anterior. En esa ocasión, esperaba que el líder de la pandilla le prestara atención, pero éste sólo se levantó de su lugar y se retiró hacia el baño.
Al verse frustrado ante la acción del rubio, el joven estaba por seguirlo. Cuando había volteado en dirección a Erwin, una mujer soltó un quejido por caer al suelo al chocar intempestivamente contra él.
Tal como predijo Levi, Porco ofreció su mano para que ella se levantara.
—Discúlpame por ser imprudente—al sostener su mano, encontró en la muchacha una suavidad única en su piel.
Llevó su mirada hasta ella y notó una belleza inigualable y peligrosamente atractiva: su vestido negro se ajustaba a sus delicadas curvas. Lo que más destacaba era sus firmes piernas y su delgada cintura. Aunque era de baja estatura, su cuerpo era el ideal para Porco.
—Estoy bien, gracias—espetó en un tono sensual.
Desde las sombras, Levi sonreía. Estaba seguro de que Porco podría ser el típico hombre que podría caer en un plan magistralmente pensado entre él y Hange.
—Hola—aunque trataba de controlar sus nervios, era muy difícil para ella—¿podrías servirme el mejor vino de este bar? —Hange asintió y comenzó a buscar el mismo que pidió Porco.
Tragaba saliva. Podía darse cuenta que la tensión era muy alta, pero no podía negar que su objetivo resultó ser muy guapo de cerca.
—¡Por favor, déjalo a mi cuenta! —expresó el joven, captando la atención de la misteriosa mujer—Tú y yo tenemos gustos similares, podríamos ser muy buenos amigos de copas —murmuró en un tono seductor, enarcando una ceja.
—No deberías ser tan confiado. Las mujeres no somos tan fáciles como tú debes pensar... —suspiró y giró su rostro.
Podía sentir el frío sudor recorriendo su rostro. Debía actuar con naturalidad o todo se iría a la borda.
—Eso las hace especialmente atractivas y conducen a la adicción—agregó mientras Hange le cedía la botella con dos copas—¿Gustarías tomar este vino conmigo? Podré sonar algo arrogante, pero quisiera reinvidicarme por mi pequeño descuido. Soy Porco Galliard, por cierto... —sujetó su mano libre y la besó.
—Aceptaré sólo por esta vez, Porco—miró fijamente su rostro y acercó su otra mano para tomar la copa que su objetivo estaba sirviendo—. Será un gusto compartir este delicioso vino contigo—chocaron sus copas y fijaron sus orbes en la del otro.
—Al menos podría conocer el nombre de mi bella compañera, ¿no lo crees? —bromeó y ambos rieron.
—Petra Ral, así de simple como lo oyes...
Levi observaba la secuencia y sonreía victorioso ante los resultados. Estaba seguro de que Petra lograría cumplir con la propuesta de Hange, siguiendo los consejos del Ackerman.
No obstante, todo se tornaría un caos.
La llegada de alguien que no debía estar allí era un peligro inminente. Parado en la puerta—fumando su típico habano—se encontraba Zeke Jaeger, el cabecilla de la corrupta propuesta de Porco a Erwin.
"Tiene que ser una jodida broma...
¿Es posible que este idiota barbudo tuviera que venir hoy? El plan estaba resultando de maravilla.
¿Qué carajo planeas ahora, Zeke?"
[...]
—¿Qué es lo que estás pensando?—inquirió el menor de los Jaeger antes de bajar del automóvil.
Ambos habían llegado a la mansión y sólo debían bajar del vehículo para volver a sus vidas habituales.
—¿Es correcto que debamos continuar con esto? —murmuró y cerró sus ojos —Tarde o temprano, tu padre o tu hermano sabrán de tu planes y todo podría salir mal.
—Si tú y yo estamos juntos, puedo asegurarte que ellos no sabrán nada.
—Es peligroso, Eren. Tengo miedo y lo sabes—al oírla tan vulnerable, el Jaeger procedió a abrazarla y contenerla —. Tengo un mal presentimiento de esto.
—No te preocupes, Mika—acarició su cabello—. Yo te quiero mucho y por eso quiero protegerte a mi manera. Además, prometí que te ayudaría en tu búsqueda y no pararé hasta encontrar a tu padrino Kenny.
Aunque Mikasa creyera que era una petición egoísta, Eren estaba dispuesto a ir contra su padre al buscar pistas sobre Kenny Ackerman, la pieza que tanto les molestaba.
—También te quiero, Eren—expresó y sintió una fuerte punzada en su pecho.
Sí, lo quería. De eso estaba segura, pero sus dudas eran si ella lo amaba o era mero agradecimiento.
Eren le dio todo lo que necesitó hasta la fecha, pero un nuevo personaje logró despertar sentimientos confusos en su corazón, haciendo que se sintiera nerviosa al recordar su propia confesión.
¿Qué es lo que siente por Eren? ¿Amor?
¿Qué es lo que su guardaespaldas Levi provoca en su ser y por qué siente que está ligada a él de modo indirecto?
Debía resolver sus dudas antes de su boda o todo se tornaría aún más caótico.
Hola a todos!!! Finalmente tenemos una nueva actualización de esta historia y me siento muy feliz de contar con su apoyo!!
Confieso que esta obra está repleta de secretos que nos hará pensar mucho y que los orillará a realizar teorías al respecto.
En fin, como en el anterior cap mencioné, estoy trabajando en un fic hurt/confort RivaMika, situado años después del final del manga. Les recomiendo leer "Renacimiento". Espero que les guste!
Muchas gracias por sus hermosos comentarios y votos, me dan mil años de vida!
Los amo
