A la mañana siguiente, Levi notó la ausencia de casi todos los miembros de la familia Jaeger al no oír voces ni ruidos. Si bien él se levantaba más temprano que el resto, ese día prefirió quedarse un rato más en su habitación mientras ideaba algún plan.
"Mikasa quiere hablar con Kenny.
Yo quiero hablar con Kenny.Zeke quiere matar a Kenny y Grisha, mejor ni mencionarlo...Viejo, ¿Qué carajo hiciste para que esta gente te odie tanto?" pensaba mientras limpiaba profundamente su antigua navaja.
Uno de los pocos recuerdos que tenía de su tío materno.
De pronto, escuchó un sutil golpeteo en la puerta de su habitación y enseguida supo que se trataba de Isabel. Abrió de inmediato y la joven ingresó.
—Perdón por molestarte tan temprano, Levi—susurraba y revisaba los bolsillos de su uniforme—. Pero anoche encontré el teléfono de Zeke tirado en la sala y creí que sería bueno echarle una mirada antes que regrese...
Exaltado, el Ackerman colocó seguro en su habitación y cerró la cortina de su ventana.
—¿Estás demente? ¿Eres consciente de que es un celular moderno y debe tener un patrón muy...
Con una expresión victoriosa, la joven le mostró cómo logró desbloquear el móvil sin necesidad de intentarlo varias veces. Boquiabierto, el Ackerman procedió a callarse y limitarse a observarla.
—Este tipo tiene muchos contactos en su agenda—mientras movía rápidamente sus dedos, Levi se acercaba a ella y espiaba los nombres allí guardados—. Estoy segura que debe haber alguno que lo comprometa...
—¡Detente! —ordenó, posando su mano en el hombro de la chica. Frunció el ceño y añadió: —Pulsa en el que dice aquí—señaló el nombre de la persona en cuestión.
—¿Porco Galliard? —inquirió con cierta desconfianza— ¿El mejor amigo de ese hijo de pu...?
—Si, esa misma basura de mierda—acotó y esperó a que la joven le mostrara el contacto. Para su suerte, también tenía enlazado los datos de su correo electrónico y redes sociales—. Así que conoces a ese tipo, ¿cierto?
Isabel bajó la vista y decidió no responderle de inmediato. Su expresión cambió drásticamente al recordarlo.
—Si.
Al notar una sutil incomodidad por parte de Isabel, Levi supuso que no tuvo una buena impresión de él o que conocía algún secreto que la perturbaba tanto como Zeke.
—Ese idiota está tratando de husmear en basurero con dueño, terminará muy mal si continúa así... —expresó— Zeke es una rata inmunda con un séquito de personas aún más deplorables, pero pronto se les acabará el circo...
La joven levantó su mirada hacia Levi y notó su gran determinación. Él realmente buscaba acabar con la injusticia y la corrupción, pero antes de eso necesitaba esclarecer porqué su familia estaba involucrada directa o indirectamente en el crimen de Kuchel, su madre.
—Porco... —dejó caer su rostro—Porco una vez... —comenzó a temblar y a sollozar— Él intentó propasarse conmigo—confesó.
De pronto, la piel de Levi se erizó. Un espantoso escalofrío subió por su espalda y su respiración comenzaba a ahogarlo.
—¿Q-qué dijiste? —preguntó en voz baja, con una opresión en su pecho que impedía moverse.
—Él, bueno...—se sentó en la cama de Levi y arrugó su uniforme. Dejó caer sus lágrimas al suelo y jadeaba ante la falta de aire— Él quiso tocarme y fue gracias a la señorita Mikasa que eso no sucedió—sin levantar la cabeza, Isabel trataba de relatar lo sucedido—. Ella lo golpeó muy fuerte y nunca más se atrevió a volver—secó sus lágrimas y levantó su rostro—. La señorita Mikasa tiene una gran fuerza cuando se trata de defender a los demás y nadie más que yo lo sabe...
"También lo he comprobado. Puso en su lugar a ese idiota de Zeke sin sudar."
—Si existe algo en este mundo que odie con todas mis fuerzas—cerró sus puños— son los hombres que se atreven a humillar, violentar y abusar de mujeres. No los tolero, no puedo siquiera imaginar, —gruñó—¿Cómo rayos pueden continuar en sus patéticas vidas?
Sin dudarlo un instante, buscó un abrigo y su navaja. Mientras revolvía entre sus pertenencias, Isabel lo miró con preocupación.
—¿A dónde irás? —inquirió en voz baja, levantándose de la cama de Levi.
—Hoy es mi día libre. La señorita Mikasa no se encuentra aquí porque está en la clínica con Eren. Iré a arreglar unos asuntos y regresaré lo antes posible—la joven lo siguió y ambos cerraron la puerta de la habitación.
El Ackerman poseía una llave para dejarla asegurada y la guardó en su bolsillo.
Mientras iban caminando por el pasillo, el celular que llevaba Isabel comenzó a vibrar. Detuvieron su paso y ella lo sacó de su bolsillo. Al ver la pantalla, visualizó el número de Porco.
Sus manos comenzaron a temblar y el móvil cayó intempestivamente al suelo. Levi actuó con rapidez y pisó su pantalla hasta destruirla.
—¿¿¡¡Qué has hecho!!?? —se agachó a levantarlo y lamentarse por lo sucedido—¿Qué haré? —la desesperación cegó por completo a Isabel.
—Dámelo—estiró su mano y esperó a que la joven se levantara—. Este teléfono jamás estuvo en tus manos ni lo has visto, ¿entendido? —advirtió.
—¿Qué haré ahora? —continuaba murmurando— Él vendrá a buscarlo.
—Olvídalo, sé tienes miedo, pero tiraré está mierda lejos de aquí. Además, sospechará de que alguien lo ha tocado y ahí estaremos en problemas, ¿entiendes? —trataba de calmarla y de pensar qué haría con él.
—Está bien—se lo entregó y tragó saliva—, pero arrójalo lo más lejos posible, por favor.
En sus manos, Levi recibió una de las mayores pruebas que podría incriminar a Zeke. Además, guardaba mucha información sobre personas que podrían estar metidas en negocios turbios.
—No te preocupes, Zeke y ese tipo pagarán tarde o temprano... —musitó y continuó caminando.
Si sentía resquemor de Zeke, lo tenía aún más por Porco. Pero lo que más lo preocupaba era que Petra estaba enredada en su red.¿Cómo afectaría en ella?
[...]
Al llegar al bar, se alegró de no ver nada extraño en las instalaciones.
Todo parecía muy pacífico.
El Ackerman ingresó al lugar y encontró el salón completamente reluciente, con las mesas ordenadas y sillas sobre ellas. Era demasiado obvio que ese trabajo no lo hacía Hange.
Caminó lentamente para inspeccionar cada rincón e intentar encontrar algún detalle que le mostrara si algo había cambiado o no.
—¡¡Alto ahí!! —le gritaron de pronto y sintió el filo de una navaja sobre su cuello—¿Quién eres?
Levi comenzó a reír y quitó las manos de sus bolsillos para levantarlas en señal de rendición.
—Conozco perfectamente sus horribles voces, estúpidos—respondió y sujetó la muñeca del hombre que lo estaba amenazando.
Aplicando una descomunal fuerza, lo arrojó hacia delante de él, cayendo de espalda hacia el suelo. Absorto, su compañero estaba boquiabierto al darse cuenta de quién se trataba.
—Perdónanos, Levi—se acercó rápidamente a su compañero y lo ayudó a levantarse—. No esperábamos tu visita y por eso actuamos...
—¿Por qué los secuaces de Erwin están aquí? —interrumpió mientras acomodaba su ropa—¿Dónde está Hange?
—Bueno, es que... —dudaron.
De pronto, una brisa helada caló sus huesos. Sintió su presencia detrás suyo y la misma sensación de desasosiego que tanto odiaba.
—Me alegra verte por aquí, Levi—exclamó en un tono ronco—. No te preocupes por Hange, ella se encuentra a salvo.
Levi volteó y notó un gran moretón debajo de su ojo izquierdo. También, algunas magulladuras en sus manos.
—¿Qué carajo sucedió aquí, Erwin? ¿Qué significa esto? —lo miró fijamente.
—Intentaron llevarse a Hange cuando yo no estaba aquí—Erwin tomó una de las sillas y suspiró. Levi hizo lo mismo y cruzó sus brazos—. He estado averiguando más sobre ese tipo, Porco.
Levi apretaba fuertemente su mandíbula. Sabía que Zeke no se quedaría de brazos cruzados ante la negativa de Erwin.
—¿Qué sabes de él? —mientras esperaba su respuesta, sacó el celular de Zeke y lo dejó sobre la mesa.
—¿Realmente quieres saber qué supe de él? —Erwin tomó el móvil y lo miró con extrañeza— Supe que nació en los suburbios. Zeke Jaeger era su cómplice en la venta ilegal de autopartes.
En ese instante, el Ackerman tuvo un recuerdo donde aún era pequeño y débil. Recordó aquellos rostros de las personas que lo molestaban en su niñez y, de inmediato, supo la identidad de uno de los más jóvenes.
—Zeke Jaeger tenía un grupo de amigos de los suburbios—afirmó—. Ahora que mencionaste que Porco es de ese lugar, recordé algo que me hizo pensar en porqué sentía que conocía a ese malnacido—golpeó la mesa—. Él nació en una familia rica, sus amigos eran los pobretones con los que salía a atacar a otros por pura diversión...
—Así comenzamos todos—espetó Erwin mientras encendía un habano y se levantaba de su asiento—, ven conmigo.
Levi acompañó a Erwin hasta una de las habitaciones en las que solían guardar cajones con bebidas, cajas con copas y demás. Al abrir la puerta, el Ackerman se encontró con un escenario bastante tétrico.
Allí yacía el mismo Porco Galliard, atado a los tirantes del techo. Su cuerpo colgaba lo suficiente como para suponer que sus brazos estaban a punto de dislocarse. Impactado ante el escenario, Levi retrocedió y trató de regular su respiración.
El rostro del mejor amigo de Zeke Jaeger tenía varios golpes y rastros de sangre. Su ropa estaba rasgada y mostraba un claro signo de inanición.
—Él quiso aprovecharse de Hange y llevársela a la fuerza—confesó y cerró la puerta—. Lo peor de eso fue que lastimó gravemente a Petra...
De pronto, su corazón se paralizó. Él sentía una enorme culpa que le impedía respirar.Levi había sido uno de los que sugirieron que ella se ofreciera como carnada para averiguar sobre Porco.
—¿D-dónde está ella? —con su mirada perdida en el suelo, preguntó sobre el paradero de la joven.
—Mis hombres se encargaron de llevarla a una clínica fuera de la ciudad. Aún no sé qué le hizo exactamente ni cómo afectará a futuro, pero tengo entendido que sufrió una grave golpiza que la dejó muy malherida—resopló—¿Piensas que fui demasiado extremista al tomar cartas en el asunto en este bar? Sé que no era el lugar ideal, pero esa maldita basura me servirá como carnada del pez gordo, ¿comprendes?
Atónito, Levi no sabía cómo responder ante tanta injusticia hacia las mujeres. Sentía una gran impotencia al no poder estar allí para defenderlas.
—A esta altura, ya no sé qué está bien ni qué está mal—expresó con un deje de tristeza—. Lo único que sí sé, es que Zeke y Grisha Jaeger me las pagarán por haberse metido en mi territorio.
—Ambos son candidatos muy fuertes y populares, ¿Estás seguro de que podrás ganar una guerra en su contra, siendo que vives con ellos? —inquirió el hombre al notar una gran cólera brotando de sus poros.
—Tú tienes en tu poder un dispositivo que en la que podremos encontrar pruebas que lo incriminen—fijó su mirada en Erwin y añadió: —. Ese tipo está metido en un negocio muy turbio y yo mismo buscaré las pruebas necesarias para demostrarlo.
Aunque su hipótesis fuera sobre el tráfico de mujeres y estupefacientes, Levi necesitaba pruebas para impedir que su familia tuviera el poder para ampliar sus delitos a cualquier costo.El Ackerman estaba preparado para pelear en la guerra más importante de su vida.
[...]
Luego de la visita al bar, se desató una fuerte tormenta. La noche era perfecta para continuar con su principal misión. Él debía confirmar sus hipótesis y aquel contexto se prestaba de maravilla para escabullirse en busca de pruebas.
Levi sufría insomnio desde que se había instalado en aquella mansión, alterando sus horas normales de sueño y lidiaba con su creciente ansiedad, que acababa por controlarlo más de la cuenta.
Estaba inquieto, su cuerpo pedía levantarse y cerciorarse de aquella sospecha que lo mantenía en vilo.
"¿Por qué razón Porco atacaría a Hange directamente? Lo que se me ocurre, es que tiene una enorme cobardía que le impide enfrentarse cara a cara a Erwin.
No obstante, la mejor manera de atacarlo es mediante la persona más importante, es decir, Hange.Esto no se trata de un plan de cualquier idiota. Sino de un idiota inteligente y manipulador." resopló.
Después de varios minutos meditándolo, Levi se sentó en la orilla de la cama. Fregó sus ojos y volteó a ver por la ventana. Efectivamente, la lluvia era lo suficientemente copiosa como para aislar cualquier sonido sospechoso.
La corriente eléctrica se había cortado y los dueños de la mansión no se encontraban allí: Zeke no había regresado después de lo sucedido con Mikasa y Grisha tampoco estaba allí.
Su pecho estaba oprimido. Sus piernas hormigueaban. Levi no entendía aquellas molestias que sentía, así que decidió que era momento de buscar respuestas.
No estaba acostumbrado a los pijamas, ni a dormir sin ropa, lo cual le fue bastante práctico que estuviera vestido. Su pantalón de jean negro y elastizado le permitía caminar con mayor libertad. Se colocó sus borcegos y los ató con fuerza.
Al levantarse, mientras observaba la lluvia, abrochó lentamente su camisa azul. Su ceño estaba fruncido y sus pensamientos estaban dirigidos a una persona en específico.
Cerró las cortinas y salió en silencio de aquella fría y solitaria habitación, repleta de viejos libros que la volvían aún más añeja.
Caminó lentamente, guiándose por sus sentidos. Su oído se había agudizado y su tacto se volvió más sensible. Sus dedos tocaban con sutilidad las paredes, mientras trataba de enfocar su vista gracias a la tenue luz que le aportaban los relámpagos.
Su objetivo estaba claro, pero se vio afectado al escuchar un sonido que lo desconcertó. Trató de recordar quiénes podían seguir en la mansión, pero su mente se nubló al intentar encontrar el origen de aquellos ruidos.
Al caminar con prisa, evitando tropezar, se acercó lo suficiente y pudo descubrir de qué se trataba: eran gemidos que provenían del estudio de Grisha Yaeger.
"¿Qué está pasando?"
La puerta entreabierta instaba a que Levi se acercara y sintiera aún más curiosidad respecto a quienes estaban en el lugar.
Aunque odiaba esa actitud, no podía controlarlo. Asomó su cabeza y, gracias a los relámpagos que alumbraban a cada momento, pudo ver a dos personas en una situación realmente complicada.
El Ackerman, sorprendido, salió de inmediato del estudio y corrió a ciegas. Su respiración se volvió errática y molesta, al punto de perder todo tipo de concentración.
"¿En qué momento regresó el idiota de Zeke? ¡Qué desagradable imagen!"
Lo peor de haberse encontrado a Zeke no fue que lo haya visto en pleno acto sexual, sino que descubrió un secreto que jamás había imaginado. Él estaba junto a otro hombre.
Su mente se nubló y ni siquiera tuvo ninguna precaución al salir corriendo. Sin darse cuenta, se detuvo frente a una habitación. Mientras intentaba controlar su respiración, cerró sus ojos.
No podía seguir ocultando tantos secretos y si no acababa pronto con su objetivo, se volvería loco.
El chirrido de una puerta resonó detrás suyo.
—¡Vaya! —expresó una dulce voz—Jamás creí que podrías aparecer frente a mí...
Levi volteó de inmediato y notó su presencia. Ella estaba luciendo un sensual camisón que remarcaba sus atributos femeninos.
—Sólo... —mientras intentaba excusarse, no podía evitar mirar su cuerpo. Él sabía que no debía hacerlo, pero tampoco podía evitarlo—Simplemente quería saber si podía arreglar la electricidad—mintió.
Mikasa esbozó una sonrisa juguetona.
Después de tantas preocupaciones, de la aparición de Kenny, lo sucedido entre Eren y Jean, la insinuación de Zeke y un largo momento a solas con su vino preferido, Mikasa había llegado a una conclusión respecto a la pregunta de su futuro cuñado.
Ella percibió el nerviosismo en el nuevo huésped al encontrárselo en el camino y eso despertaba en la joven un sentimiento interno descontrolado. Su cuerpo deseaba lanzarse contra el suyo, devorando su ser y encontrando la esencia que tanto la atraía.
No obstante, esto no sería posible si su futuro esposo, Eren Jaeger, continuaba en su camino; impidiéndole expresar libremente sus deseos carnales hacia Levi.
