Hola queridos lectores!
Una vez más, aquí estoy :-) Anoche mismo acabé este capítulo, tras varios días en hiatus. Afortunadamente, me impulsé a escribir y éste es el resultado, estoy bastante satisfecha... Creo que es el capítulo más largo de Ojos de Jade que he escrito hasta la fecha, pero por poco xD Espero que os guste, porque a partir de aquí realmente empieza la acción ;-)
Por cierto, muchísimas gracias por vuestros reviews. Me han hecho mucha ilusión y me han animado mucho, como siempre, a seguir escribiendo :-)
Bueno, y ahora, sin más dilación, os dejo leer
Disclaimer: Naruto no me pertenece
Capítulo 7 – Partir de cero
Hinata abrió con delicadeza la puerta de su dormitorio y salió a hurtadillas. Atrás quedaba su maestra Kurenai, que dormía como un tronco en el futon. La joven heredera del clan Hyuuga se desperezó mientras miraba el pequeño jardín del hostal en que se hospedaban, que pretendía imitar el depurado estilo zen de las grandes mansiones. A ojos de alguien como Hinata, que provenía de un respetable y milenario clan que allí sería tildado "de provincias", aquella pequeña extensión con un lago desproporcionado, rocas coloreadas y un par de arbolillos era un pobre e incluso hortera intento de zen. Sin embargo, la mentalidad de la muchacha del Souke era bastante más evolucionada que la de los patriarcas del clan, y donde los demás verían una imitación cutre, ella veía una noble tentativa de hacer las cosas bien, más refinadas, para agradar a los clientes, y eso, en su opinión, le hacía tener un encanto especial, invisible para todos, incluso para los que tuviesen el byakugan.
Neji trataba de meditar, sentado en el frío suelo, mientras Gai y Lee roncaban al unísono. Demasiados acontecimientos en muy poco tiempo le alteraban los nervios, y se sentía incapaz de relajar cuerpo y mente. Suspirando, lo dejó por imposible y se levantó, dispuesto a dar un paseo por el jardín. Aquello, al menos, le despejaría la cabeza. Se anudó el obi negro de su blanco e inmaculado yukata y abrió la puerta.
Tierra, trágameElla ya le había visto. No tenía sentido volver a entrar en la habitación, a menos que quisiera quedar como un estúpido. Sin embargo, estar a solas con Hinata le incomodaba. Era como estar con su peor enemigo... pero, al mismo tiempo, todo su cuerpo le pedía a gritos que se acercara a ella. Le transmitía una paz que nunca antes había experimentado, pero también odio. No obstante, él sabía mejor que ella que el odio era hacia lo que representaba, no hacia ella en sí... Estaba hecho un lío, y mientras fingía contemplar el horroroso jardín, ya ni siquiera sabía lo que sentía, lo que quería o lo que iba a hacer...
-¿Neji nii-san? –Preguntó de repente Hinata, sobresaltándole.
-¿Eh? .¿Qué? –Neji dio un respingo.
-Esto... bueno... –la heredera bajó la mirada, ruborizándose-. Yo me preguntaba si tú... esto... pues... que si tú... querrías... ehm... sentarte... sentarte aquí, a mi lado.
El muchacho abrió los ojos de par en par, sorprendido. Tras unos segundos de vacilación, respondió, lo más sereno que pudo:
-Claro.
Tomo asiento junto a ella. La joven no se atrevió a mirarle a los ojos, y se mantuvieron en silencio largo rato, contemplando el jardín. Poco a poco, la atmósfera entre los dos se hizo más y más pesada, hasta que Hinata se vio obligada a romper el hielo comentando:
-Es un jardín... curioso, .¿verdad?
El prodigio del Bouke no respondió inmediatamente. Se tomó su tiempo para sentenciar:
-Podrían haber contratado a un maestro zen mejor. Este jardín está desequilibrado, el lago es demasiado grande, las piedras tienen colores chillones y los árboles están mal colocados.
-Su-supongo que t-tienes ra-razón –balbuceó la muchacha, impresionada por la dureza de su primo.
-Sin embargo... –prosiguió Neji- la abuela Shinju, que vivió muchos años con nosotros, me enseñó algo importante: que todo aquello que se hace con el corazón, con esfuerzo, aunque esté mal hecho, es admirable. Creo que este jardín es una de esas cosas.
Hinata sonrió, relajada.
-...Tienes razón.
-Shinju baa-san también me enseñó... que las cosas que se hacen por los demás, poniendo en ellas todo nuestro esfuerzo, aunque no agraden en principio a quienes van dirigidas, merecen la pena.
La heredera del Souke asintió con la cabeza, y acto seguido comenzó a reflexionar. ¿Qué había querido decir Neji exactamente con esas palabras?
-Neji nii-san... –se disponía a preguntárselo cuando él la interrumpió:
-Hinata-sama, tú...
Unos fuertes ladridos cortaron la conversación. Akamaru se abalanzó a los pies de la muchacha Hyuuga, revolcándose en la hierba y moviendo la cola, pidiéndole que jugara con él. Neji frunció el ceño, contrariado.
-¡Hinata-chaaan! -Kiba apareció corriendo, tan escandaloso como siempre, y anunció- .¡Muy buenos días! Ah, buenos días también a ti, Neji-san...
El Inuzuka sólo recibió una mirada aviesa del muchacho del Bouke, que se levantó y se fue sin responder al saludo. Los dos integrantes del equipo Kurenai le observaron desaparecer por una puerta.
-Vaya borde –masculló el chico-perro.
-Qué pena... –murmuró la heredera del Souke-. Íbamos tan bien...
-¿Bien? .¿Bien de qué, Hinata-chan? –Inquirió su amigo, que había oído sus reflexiones en voz alta.
-¿Qué? .¡Oh, nada! .¡No es nada, olvídalo, Kiba-kun!
El muchacho escrutó el semblante de su amiga, ligeramente ruborizado, con sus afilados ojos.
-¿Seguro?
-¡Q-que s-sí! –Tartamudeó ella.
-Eso espero... –gruñó el Inuzuka, encogiéndose de hombros.
Ella asintió, para después cambiar de tema saludando:
-Bu-buenos días, Shino-kun.
Kiba dio un salto. No esperaba tener al silencioso maestro de los insectos a sus espaldas.
-¡Joder, qué susto! .¡Podías haber avisado!
-¿Y qué quieres que haga, me cuelgo una campanilla al cuello? –ironizó el Aburame.
-Sería una buena opción –respondió el chico-perro, picado.
Shino ignoró la respuesta.
-Vayamos a desayunar –ordenó con su característico tono de voz, baja y calmada, como ausente.
El Inuzuka asintió con la cabeza, pero Hinata intervino:
-¿Y los demás? .¿Están ya despiertos?
El muchacho de los insectos se encogió de hombros y Kiba respondió:
-Ni idea, pero ahora que lo dices, voy a llamar a Naruto.
-En tal caso, yo iré a buscar a Ino y a Tenten –anunció la Hyuuga.
El Aburame hundió las manos en los bolsillos y preguntó:
-¿Despiertas tú también a Kurenai-sensei?
Los dos shinobis miraron directamente a su compañera.
-Después de todo, si estáis vosotras dos solas en una habitación es porque ella se negó a que estuviésemos los cuatro juntos en una... –agregó Kiba.
Hinata tragó saliva. "Es cierto que fue idea de Kurenai-sensei... ¡pero yo no me opuse! Después de todo, me da corte compartir habitación con los chicos... Ya no es como cuando éramos niños, los tres hemos crecido mucho..." Los pensamientos de la muchacha del Souke la habían hecho ruborizarse. La noche anterior, al llegar al hostal, Kurenai solicitó dos habitaciones, una para ella misma y para su alumna y otra para los dos chicos del equipo. Cuando Asuma, curioso, había preguntado el por qué de aquella separación sexista, la jounin sólo le había mirado entrecerrando los ojos y había respondido sarcásticamente que era "alérgica a la testosterona". Las otras dos chicas del grupo, Ino y Tenten, no habían tardado en hacerse eco de las palabras de la experimentada Kurenai, y exigieron otra habitación doble para alojarse juntas, para gran disgusto de Gai, que creía estar lo suficientemente compenetrado con los tres miembros de su equipo como para evitar cualquier tipo de malentendido en ese aspecto. De este modo, el grupo quedó distribuido así: Hinata y Kurenai en una habitación doble; Ino y Tenten en otra; Kiba y Shino en otra; Asuma, Shikamaru y Chouji en una doble con cama supletoria; Gai, Neji y Lee en otra y Kakashi, Sasuke y Naruto en otra de las mismas características. De este modo, habían pasado la noche.
-Vale, yo las llamaré a las tres –resolvió la heredera del clan Hyuuga.
-En tal caso, yo me pasaré por las habitaciones del equipo Kakashi y del equipo Asuma –comentó Kiba, para inmediatamente agregar- .¡Vamos, Akamaru!
El Aburame volvió a encogerse de hombros.
-Supongo que la parte que me toca es despertar al equipo Gai...
-No hará falta, Neji ya está despierto –respondió el chico-perro-. Él los despertará, .¿verdad, Hinata-chan?
Ella asintió, ruborizada. Los dos chicos intercambiaron una significativa mirada. Hacía varios días que ambos sospechaban que a su compañera de equipo le ocurría algo, aunque apenas habían hablado acerca de ello. Sencillamente, ambos sabían que pasaba algo, probablemente relacionado con su clan, pero ninguno de los dos había querido entrometerse, al menos de momento. Ambos sabían que, cuando ella necesitase contarlo, lo haría. Hasta que llegase aquel momento, esperarían.
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Los cantos de los pájaros posados en las ramas en que horas antes Sasuke había estado tocando la flauta anunciaron la llegada del nuevo día. Sakura, acurrucada entre las sábanas de su blanda cama, gruñó, abrazando la almohada. Consciente y ampliamente convencida de que era ella quien tenía la última palabra en lo referente a su decisión de permanecer en la Ciudad de la Frontera o regresar a la Villa Oculta de la Hoja, se había ido a dormir sin apenas preocuparse por lo que diría frente a aquellas personas que esperaban, ansiosas, su resolución. Sin embargo, una vez llegado el día, notaba como el peso de su decisión caía sobre ella. Había demasiado en juego... lealtades, simpatías, afectos e incluso una vida, la suya. "Itachi-san es muy orgulloso... Dudo mucho que me deje ir así, porque sí" la posibilidad de que él no dudara en matarla la aterró. Sin embargo, si lo había hecho con su clan, .¿por qué no iba a hacerlo con ella, una simple kunoichi con la que no tenía lazos de ningún tipo?. "Él me acogió y me hizo su alumna, porque quiso, nadie le obligó a ello. Y por esa regla de tres, también se deshará de mí cuando le venga en gana..."
Unos golpes en la puerta la sacaron de sus cavilaciones. El primogénito de los Uchiha abrió la puerta, sin siquiera preocuparse de si ella estaba visible o no. Sakura se encogió aún más en la cama, haciéndose la dormida. El sharingan de Itachi, que todo lo veía, escrutó los pliegues del edredón. No se le escapaba nada.
-Tus compañeros de Konoha vendrán dentro de poco. El baño está preparado –anunció, con voz autoritaria, para después salir del dormitorio en silencio.
La pelirrosa se incorporó levemente. ¿Que el baño estaba preparado? .¿Había oído bien? .Alzando las cejas, se levantó y subió con ímpetu la persiana. La matutina luz la cegó momentáneamente, mientras los trinos de los pájaros se hacían más nítidos. Colocándose la mano derecha a modo de visera hasta que sus ojos se acostumbraran a la luminosidad, escrutó la esfera del reloj. Haciendo rápidos cálculos mentales, llegó a la conclusión de que lo mejor sería darse una ducha rápida. Prefería llegar a Fuyu no Hana antes que ellos. De este modo evitaría un nuevo enfrentamiento entre Itachi y Sasuke.
Abrió las puertas del armario y sacó ropa cómoda: unos pantalones vaqueros, una camiseta azul de tirantes y una camisa blanca. Correteó hasta el cuarto de baño, echó el pestillo y comenzó a desnudarse. Justo entonces cayó en la cuenta de que no había llevado ropa interior limpia.
"¡Mierda!"
Para ahorrar tiempo, cogió la parte superior del pijama y se la puso por encima, abotonándola apenas. Rogando porque Itachi no estuviese rondando por los pasillos –peculiar manía suya que Sakura odiaba a muerte, especialmente en casos como aquél-, salió del cuarto de baño y recorrió el pasillo corriendo hasta llegar a su dormitorio. Suspiró, aliviada. Primera fase de la misión completada con éxito. Abrió de nuevo las puertas de su armario y sacó del primer cajón unas braguitas y un sujetador. Sosteniéndolos en su mano derecha, salió de nuevo disparada al cuarto de baño, pero a medio camino escuchó a sus espaldas la voz del Uchiha:
-Sakura.
La Haruno enrojeció hasta la raíz del pelo. Ella estaba allí, plantada en medio del pasillo, llevando encima únicamente la ancha parte de arriba de su pijama, que le cubría hasta escasos milímetros por debajo del trasero, sosteniendo sus prendas íntimas en una mano y notaba la presencia del varonil Itachi a sus espaldas, al que le oyó comentar:
-No deberías caminar medio desnuda por la casa. Después de verte así, tal vez me niegue a dejarte marchar –pronunció la última frase con voz irónica, pero con un sugerente deje.
La muchacha tragó saliva. "Malditos hermanos Uchiha" pensó fugazmente. Itachi avanzó cinco pasos. Ella podía oír el sonido de las plantas de sus pies al caminar, pero sólo porque él quería que se oyese. Se detuvo cuando estaba a medio metro de Sakura. En ese momento, Sakura se atrevió a darse la vuelta.
La expresión del asesino del clan Uchiha no varió al ver el arranque de los delicados pechos de su alumna, perfectamente visibles a causa de los primeros botones desabrochados. Ella, por su parte, se sintió trasladada parcialmente al pasado. Itachi, vestido completamente de negro, con una camiseta de manga corta y unos pantalones pesqueros, la contemplaba con las manos metidas en los bolsillos, con una postura que le recordaba dolorosamente al Sasuke que ella había conocido. ".¿Cómo reaccionaría él ante esta situación?" se preguntó involuntariamente. Miró a Itachi a los ojos. El sharingan contemplaba, quieto.
-Deja de mirarme –ordenó ella, en un murmullo.
-Tendrás que disculparme –la voz de él no había perdido ni un ápice de su ironía. Tenía el control completo de la situación-. Como ya sabes, tengo la capacidad de ver más de lo políticamente correcto. Y ahora... métete en la ducha antes de que haga algo que altere la decisión que tomes para con tus antiguos compañeros –dándose la vuelta, comenzó a caminar a la habitación de la que había salido. Sin detenerse, comentó en voz alta-. Ah, por cierto: bonitas piernas.
La mano de Sakura estrujaba la ropa interior hasta casi desintegrarla, y tenía la garganta más seca que un desierto. "Si no fuese porque sé que es imposible, juraría que Itachi me estaba tirando los trastos" se dio la vuelta como una autómata y entró en el cuarto de baño. Tras unos segundos con la mente en blanco, se aseguró de cerrar bien el cerrojo.
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-¡Buenos días! –Saludó Amaya, con su habitual buen humor.
Sakura sonrió. Le venía bien un poco de alegría tras los acontecimientos pasados hacía menos de una hora.
-Buenos días, Amaya-san. Buenos días, Kasumi-san –saludó a las mujeres presentes en aquel momento en Fuyu no Hana.
-Buenos días –respondió la cocinera.
La pelirrosa miró a su alrededor, sorprendida por la falta de personal.
-¿Dónde están todos? –Preguntó
-Izumi tiene el día libre, Ume ha ido un momento al almacén y Nikko vendrá enseguida... ha dicho que se retrasaría –explicó Amaya.
La kunoichi sonrió. Aquél podía pasar por un día normal, y de hecho lo era, sólo que no para ella. Tenía una importante decisión que tomar, pero carecía incluso de los indicios primarios de su instinto para decidirse.
-De todas formas, Izumi acaba de llamar hace un momento –comentó Kasumi-. Dijo que tenía información importante y que se pasaría por aquí.
Sakura asintió. Tuvo un presentimiento. "Tal vez no tenga que decidirme precisamente hoy, después de todo..." aquella perspectiva la animó visiblemente. Tomó un delantal y preguntó retóricamente:
-¿Os ayudo?
La oronda cocinera alzó la vista hacia la Haruno, cuya silueta se recortaba sobre la luz que entraba por el ventanal.
-Dedícate mejor a atender a las visitas –le espetó.
Sakura se quedó estupefacta durante unos segundos, hasta que oyó la siempre escandalosa voz de Naruto a sus espaldas:
-¡Bueno, bueno! .¡Cuánta chica guapa hay suelta por aquí!
Amaya soltó una risita, halagada, mientras la pelirrosa se daba la vuelta, esbozando la más afectuosa de sus sonrisas.
-Me alegro de veros –dijo, y la frase le salió de lo más profundo del alma. Aunque aún no supiera qué iba a responder, estaba deseando ver a sus amigos.
-¡Ohhh! .¡Sakura con delantal! .¡Ahora sí que noto que la mañana ha empezado! –canturreó Lee, con estrellitas en los ojos.
La Haruno sonrió con dulzura. Había echado de menos hasta esos comentarios.
-Venga, sentaos. Itachi bajará enseguida. Os pondré algo, .¿qué os apetece?
Cada uno de los presentes comenzó a pedir, y eran cosas tan diferentes que Sakura fue incapaz de memorizarlas todas, de modo que tuvo que ir a por una libreta para apuntar las consumiciones de sus amigos, y empezar de nuevo a preguntar, uno por uno. Al llegar el turno de Sasuke, la pelirrosa ni siquiera le miró a los ojos, pero pudo sentir su mirada aviesa clavada en ella.
-.¿Qué te apetece tomar, Sasuke-kun? –Preguntó, sin levantar absolutamente ninguna sospecha entre sus compañeros.
Él tardó unos instantes en decantarse.
-Té –respondió finalmente-. Sin leche y sin azúcar –añadió.
"Sin nada que endulce, claro, no vayan a pensar que te has reblandecido. Qué mentalidad tan inmadura, Sasuke-kun" los pensamientos cruzaban rápidamente el cerebro de Sakura, que siguió tomando nota, ignorando las miradas del pequeño de los Uchiha.
Una vez estuvieron todos servidos, Sakura se sentó junto a ellos sosteniendo entre sus manos una taza de café con leche. Aún no había desayunado y estaba hambrienta. Justo entonces entró Izumi en el local, luciendo su ropa de calle.
-Sakura, necesito hablar contigo –dijo, sin siquiera saludar.
-Es... .¿muy urgente? –Preguntó la pelirrosa.
-Mucho. He hecho averiguaciones.
La kunoichi de la Villa Oculta de la Hoja asintió en silencio, posó el café en la mesa y se dirigió hacia la ex-espía de la Arena.
-Tú dirás –la animó a hablar.
Izumi apenas había abierto la boca cuando Itachi entró en Fuyu no Hana. Lanzó una curiosa y al mismo tiempo desinteresada mirada a su empleada y preguntó:
-¿Tú no tenías el día libre?
-Sí, lo tengo, pero he venido a contarle algo importante a Sakura-chan.
La Haruno creyó conveniente desvelar el porqué de tanto secretismo, tanto para Itachi como para sus compañeros de la Villa de la Hoja.
-Izumi trabajó de espía para la Villa Oculta de la Arena. Hace varios días me desveló que Akatsuki planea hacerse con las técnicas Barrera de Sangre más poderosas y con los bijuu. Le pedí más información, por eso está aquí.
La explicación despertó el interés de los jounins de Konoha. Aquello les sería de gran ayuda, sin duda alguna.
-Sakura, .¿podrías compartir esa información con nosotros? –Preguntó Kakashi.
Las dos kunoichis intercambiaron una significativa mirada, y acto seguido la pelirrosa hizo un gesto a Izumi, invitándola a tomar asiento. Una vez estuvieron todos reunidos en torno a una de las mesas de la cafetería, la ex-espía de la Arena comentó:
-Sin duda vuestra Hokage os ha mandado a la Ciudad de la Frontera para que obtengáis a Akatsuki, que supuestamente pretende invadir la ciudad y convertirla en su base, .¿me equivoco?
-En absoluto –respondió Kakashi.
-Bueno, pues lamentablemente debo comunicaros que esa información es falsa. Akatsuki no planea invadir la Ciudad de la Frontera, o al menos no de momento. Ellos mismos hicieron llegar adrede esa falsa información a los espías de Konoha y de Suna.
-Una trampa –murmuró Shikamaru, meditabundo-. Lo suponía.
-¿Con qué objetivo? –Preguntó Asuma.
-Muy sencillo: atraer a los dos jinchuurikis y obtener su poder. Me refiero, claro está, a Uzumaki Naruto y a Sabaku no Gaara.
-Y nosotros hemos picado el anzuelo como estúpidos –siseó Neji, furioso.
-No es tan grave –Izumi se encogió de hombros-. Aún no es demasiado tarde. Podéis dar la vuelta. Después de todo, sólo lleváis aquí veinticuatro horas, quizá menos, y Gaara no vendrá, eso seguro.
-¿Y por qué no? –Preguntó Kiba.
-Porque ahora es Kazekage. Como líder de la Villa Oculta de la Arena, no puede abandonar la Villa así porque sí. Los que se encuentran en camino son sus hermanos, Temari y Kankurô, pero aún puedo alertarles.
-Si nos vamos, será un canteo. Deberíamos quedarnos y averiguar un poco más –propuso el ingenio Nara.
Izumi le lanzó una mirada mordaz.
-No he dicho todo lo que sé. No es que podáis dar la vuelta, es que debéis dar la vuelta, por vuestro bien. No sólo el de Uzumaki-san... también el de Hyuuga Neji-san y de Hyuuga Hinata-san. Akatsuki no sólo ambiciona el poder de los bijuu sellados en los jinchuurikis. También están interesados en las técnicas Barrera de Sangre más poderosas, y con la tontería de la invasión no sólo les habéis servido en bandeja al Kyuubi, sino también el byakugan.
Un gran silencio cayó entre los presentes.
-Estamos metidos hasta las cejas –comentó el Inuzuka.
-Izumi-chan, creo que también le tienes que decir algo a Itachi –la animó Sakura.
Los castaños ojos de la kunoichi de Suna se posaron sobre los carmesíes del Uchiha. Su voz no tembló ni un ápice para anunciar:
-Itachi-san, también van a por ti.
El aludido se cruzó de brazos.
-Vaya –fue lo único que dijo.
-¿Y eso por qué? –Quiso saber Kurenai.
-Por venganza, seguro –el oscuro ojo de Kakashi escrutó al asesino del clan Uchiha-. Por desertar.
-No sólo por eso –informó Izumi-. Antes he dicho lo de las técnicas Barrera de Sangre. Se vengarán de ti, claro, pero antes se harán con tu sharingan.
Itachi alzó las cejas, hierático, pero no pronunció ni una palabra.
-Pero entonces, una pregunta, y el sharingan de Sasuke, .¿qué? –Intervino por primera vez Naruto.
-Bueno, digamos que es el plan B, por si a Itachi le pasara algo que impidiese hacerse con su sharingan. Después de todo, está más desarrollado.
El mayor de los Uchiha esbozó una sarcástica sonrisa que no le pasó desapercibida a su hermano pequeño. Un reto, otro más. Itachi siempre era el genio, el que iba por delante. Tanto que incluso le había arrebatado a Sakura, el factor seguro. Sasuke apretó los dientes. "Me vengaré, lo juro, lo juro de nuevo, lo haré las veces que haga falta. No quedarás impune, Itachi, ni por lo del clan... ni por nada"
-¿Crees que tengo posibilidades de librarme de ellos? –Preguntó el criminal de rango S, aunque esperaba una respuesta concreta, por supuesto.
-Pues mira, sinceramente creo que cuanto antes te largues, mejor –respondió Izumi con sinceridad-. No ya por ti... sino por Sakura.
Nuevamente, las miradas se posaron sobre la Haruno.
-La manzana de la discordia –comentó Shikamaru-. ¿Qué pasa esta vez?
-Es muy sencillo: Sakura disfruta de una técnica Barrera de Sangre exclusiva y poderosa, y probablemente Akatsuki no tardará en enterarse, si es que no lo ha hecho ya. Querrán hacerse con ella, y eso te pone en peligro.
Itachi se inclinó hacia delante en su silla.
-¿Acaso crees que voy a dejar que le toquen a mi doncella siquiera un pelo de la cabeza?
Parecía irritado, pero Izumi ni se alteró. Estaba acostumbrada a tratar con gente de carácter difícil.
-Por muy genio que seas, tienes tus debilidades y tus defectos... y uno de ellos es no reconocer tus puntos flacos, y otro de ellos es sobreestimarte a ti mismo. Hazme caso, lo mejor es que os larguéis.
-Por eso no hay problema –comentó Naruto-, ya que Sakura-chan se va a venir con nosotros a Konoha.
La pelirrosa lanzó una rápida ojeada a los rostros de los presentes. Todos la miraban de nuevo, expectantes. Nuevamente, los dos hermanos Uchiha tiraban de ella, cada uno en una dirección. "Acabaré por romperme. Basta. No os pertenezco"
-Yo quiero luchar –anunció de repente, alzando la cabeza, rebosando dignidad.
Las miradas de sus compañeros expresaban sorpresa. Los de Izumi, incomprensión. Había estado esforzándose por hacer de mediadora para salvarle el cuello –o más concretamente, los ojos- y ahora ella decidía que hacerse la heroína era más divertido. Sakura tomó aire y comenzó a explicar:
-Sé que todos los que estáis aquí, salvo Izumi-chan, esperáis que me vaya con vosotros. Ella acaba de darnos sobradas razones a todos para abandonar la Ciudad de la Frontera, pero... si nos vamos, probablemente Akatsuki siga adelante con sus planes y la invada.
-Pero si nos quedamos, conseguirán el Kyuubi, el sharingan, el byakugan y tus Ojos de Jade, .¡todo en un pack de cuatro al precio de tres! Y eso será mucho, muchísimo más problemático a que invadan la Ciudad de la Frontera, con todos mis respetos –bufó Shikamaru.
-Eso quiere decir que estamos atrapados, y cuando se está atrapado, lo único que se puede hacer es luchar por escapar –argumentó la Haruno.
-Akatsuki se nos echará encima –reflexionó en voz alta Shino.
-Podremos con ellos, ya lo veréis. Como antes dijisteis, estamos hasta las cejas. Y digo estamos porque me incluyo, estamos juntos en esto. Bueno, no sólo yo, también Itachi. Pero si juntamos nuestras fuerzas, nada nos vencerá. Será como en el pasado... todos juntos, .¡lo lograremos!
-Eres demasiado ingenua –la grave voz de Sasuke diluyó por completo la candidez de la escena-. Apenas sabemos nada acerca de Akatsuki, de hecho sus propios miembros saben poquísimo, los que saben un poco más se suicidan con cápsulas de veneno antes de que les interroguen. Enfrentarse a ellos constituye un suicidio, especialmente siendo un número tan reducido de efectivos, y con una organización tan... precaria. Además... –su voz se tiñó de odio- ni penséis que voy a luchar al lado de ése.
Todos supieron al instante a quién se refería. Itachi esbozó una sonrisa maliciosa.
-Debí haberlo imaginado –respondió-. Aparte de que tu sharingan vale menos que nada, eres demasiado rencoroso y egoísta como para participar en una misión que suponga la cooperación con otras personas. Eres tan patético, hermanito... a la par que un inmenso idiota.
Sasuke saltó, iracundo, hacia Itachi, y Sakura ni siquiera tuvo tiempo de interponerse. El mayor de los Uchiha dio un salto hacia atrás, esquivando las estocadas y los continuos ataques de Sasuke, hasta que le dejó acercarse lo suficiente como para propinarle una patada en el estómago, agarrarle de la garganta y susurrarle al oído:
-¿Es que de repente ella no significa nada para ti, Sasuke? .¿Vas a decirme acaso que anoche te colaste en mi casa, en su habitación, sólo para decirle que pensabas matarme? Yo no doy saltos de alegría por tener que luchar codo con codo contigo, pero tengo una debilidad que sí reconozco, y es Sakura. Deja de hacerte el duro y el gallito y contente un poco, que buena falta te hace. Si en algo la aprecias, y sé que así es, aprende a empezar de cero otra vez. Ambos tendremos que hacer un gran esfuerzo y luchar juntos... hermano.
Itachi dejó caer a Sasuke al suelo, que empezó a toser mientras sus pulmones se llenaban de aire. Sakura intercambió una mirada con su maestro (la de ella dura, la de él fría) y acudió en auxilio de su antiguo compañero de equipo.
-¿Estás bien? Sasuke-kun...
-Déjame –ordenó él, furioso, con voz de ultratumba.
La muchacha bajó la mirada, dolida. Acto seguido se puso en pie y, alejándose de Sasuke, preguntó en voz alta:
-¿Y bien?
-Por mí, bien –comentó Naruto, tan optimista como siempre.
-Sabemos que podemos confiar en ti, Sakura, pero Itachi... –respondió comedidamente Kurenai.
-Seré bueno –dijo éste, sin mirarles, con voz burlona-. Lo prometo.
La pelirrosa le lanzó una mirada ceñuda, pero aseguró:
-Es inofensivo.
Sasuke rió, cínico, aún en el suelo. Sakura suspiró, se encogió de hombros e hizo ademán de ignorarle.
-Muy bien –esbozó una sonrisa esperanzada-. Empecemos desde el principio, y esta vez, seamos todos compañeros.
Y ahora, nuestra parte favorita xD: la respuesta a los reviews anónimos
Silvery: .¡Me alegra que te gustara el capítulo 6! La verdad es que a la pobre muchacha le pasa de todo (vale, sé que me repito, y más siendo la autora, pero es que hay que ver lo mal que lo pasa :s) Pero no te despistes, que aún queda mucho por ocurrir ;-)
Shiho-Haibara: Jaja, la verdad es que los matices de los personajes son siempre de lo más interesante xD Itachi se hace el duro, y de hecho lo es, pero como afirma Izumi en este capítulo, su problema es que no admite sus debilidades... xD Ah, por cierto, me pides que haya NaruHina... lamentablemente, no lo incluiré. Soy de las partidarias del NejiHina (todo queda en casa xD), así que el romance de la señorita Hinata será con su primo... tiempo al tiempo :-)
Arhen: Bueno, lo escribí tan rápido como pude, aunque estuve unos días en hiatus :s espero que te guste el capítulo :-D
Andrea: Tus dudas se irán disipando a medida que se desarrolle la historia, así que tranquila, procuraré que no queden cabos sueltos ;-)
NekoNoHaru: La verdad es que las discusiones entre esos dos dan muuuucho juego xD Me alegra que te gustara esa parte, la verdad es que escribir peleas, ya sean verbales o físicas, me cuesta mucho... pero dan más agilidad a la trama y evitan que se haga pastelosa. ¡Pero prometo que me esforzaré al máximo para que queden bien, datte bayo! (.¿qué pinta eso ahí? xD otra de mis idas de olla :s)
Saludos y muchas gracias a todos!
Kwatz!
