¡Fiun! .¡Visto y no visto!

Este capítulo lo he escrito en tres sentadas. Un buen día, por hacer algo, me pusea escribir el principio... ¡y lo demás salió todo seguido! Estoy muy orgullosa de él, aunque creo que el final es un poco previsible :-( En fin, a ver qué opináis vosotros.

He de dar las gracias una vez más por los reviews. ¡Ya tengo más de 100! Soy taaaan feliz .

Bueno, ya sin más tardar, os dejo leer el capítulo. ¡Buenas noches! (es la una y diez de la madrugada)

Disclaimer: Naruto no me pertenece. Lástima.


Capítulo 8 – Buscando una señal

-Tengo un plan –anunció Shikamaru.

Naruto se giró como un rayo, estupefacto.

-¿Ya?

Cinco shinobis caminaban por las abarrotadas aceras de la Ciudad de la Frontera, y miraron a su superdotado compañero con sorpresa. Hacía apenas unos minutos los jounins les habían mandado salir a la ciudad para relajarse un poco y de paso, averiguar algo, lo que fuese. Así, el llamado equipo Shikamaru, integrado por él mismo, Neji, Kiba, Chouji y Naruto se abría paso entre la gente que se apiñaba en la calle, y que parecía dispuesta a no dejarles pasar. El jnchuuriki recibió un empujón, lo cual le sentó bastante mal.

-¡Pero bueno! .¿Qué coño pasa hoy en esta condenada ciudad, que todo quisqui está en la calle! .¿Regalan piruletas o qué!

-Debe de ser día de mercado –comentó Neji con voz queda.

-Perfecto para mezclarnos con la multitud e indagar a nuestras anchas –agregó Kiba, acariciando la cabeza del enorme Akamaru, que ladró, animado.

-Bah –bufó Chouji-. ¿Cuál es tu plan, Shikamaru?

-Luego os lo cuento. Ahora lo primordial es averiguar si algún miembro de Akatsuki anda por aquí. O mejor dicho, un esbirro.

-¿Y por qué tiene que ser un esbirro? –Preguntó Naruto, desganado.

-Es demasiado arriesgado por su parte el presentarse así, sin más, tan pronto. Los de Akatsuki se hacen mucho de rogar a la hora de presentarse ellos mismos –explicó el genio Nara.

-Parece que nos van a dar bastante que hacer –anunció Kiba, muy animado.

-¿Tú crees? –Preguntó el rubio Uzumaki.

De repente, Akamaru se puso a gruñir. El Inuzuka rascó detrás de las orejas del perro y murmuró:

-¿Qué hay, Akamaru, chico?

El can hizo ademán de caminar hacia una calle estrecha, y Kiba le siguió sin pensárselo dos veces. La curiosidad impulsó a sus compañeros a ir tras él. Una vez en el interior de la hedionda callejuela, se cercioraron de lo que estaban siguiendo: un tipo con una gabardina raída, que avanzaba a trompicones, mirando constantemente a su alrededor.

-Un pardillo paranoico –comentó Naruto, aburrido.

-Sigámosle de todas formas. Es el único sitio del que podemos tirar, al menos de momento –respondió Shikamaru.

Los demás obedecieron en silencio. Siguieron de lejos a aquel tipo, que atravesó varias calles tan estrechas que sólo cabía una persona hasta llegar a una especie de plazoleta de apenas dos por dos, encajonada entre edificios cubiertos de un estuco mugriento. Olía a orines, y Kiba tuvo que taparse la nariz. El hombre misterioso se aproximó a una puerta de metal pintada de negro y llamó tres veces. Se abrió un diminuto ventanuco practicado en la puerta y una voz masculló:

-¿Contraseña?

El tipo misterioso susurró algo que no llegaron a oír. La puerta se abrió y el tipo entró, cerrándose ésta a sus espaldas. El eco de la puerta de metal al cerrarse retumbó algún tiempo entre las paredes de los edificios, y después, el silencio. Ninguno de los cinco se atrevió a decir nada. Se miraron entre ellos hasta que Shikamaru anunció:

-Busquemos ventanas, boquetes, tragaluces, lo que sea. Akamaru es un perro ninja, no puede haber seguido a ese pringado así porque sí.

Los chuunins de la Villa de la Hoja se pusieron manos a la obra, escrutando los muros del edificio. Finalmente, Neji avisó:

-Shikamaru, mira esto.

Los cuatro ninjas se inclinaron junto al Hyuuga frente a un diminuto tragaluz a la altura del suelo. El cristal, translúcido, dejaba escapar luz. Podían oír voces, pero la ventana, aunque no muy sólida, amortiguaba las palabras.

-Neji, activa tu byakugan y dime cómo es la estancia, cuántas personas hay dentro y cómo son –ordenó el Nara.

El muchacho del Bouke activó su técnica, haciendo que las venas de sus sienes se hincharan notablemente, confiriendo un aspecto amenazador a sus ojos. El shinobi examinó la estancia en silencio durante unos minutos hasta que empezó a explicar:

-Es un sótano, no muy grande y algo húmedo. Las paredes fueron blancas, ahora tienen marcas de estantes. Sin duda, debió ser un trastero durante bastante tiempo. El único foco de iluminación es una bombilla colgada del techo. En medio hay una mesa cuadrada, y alrededor hay seis personas, hombres en su totalidad.

-¿Shinobis? –Quiso saber Shikamaru.

-No lo creo. Parecen simples ciudadanos, de clase baja, eso sí. Uno de ellos, que ronda los cuarenta y cinco, lleva la voz cantante. Los otros cinco no llaman la atención, excepto uno, que mide más de metro ochenta y tiene más pinta de gorila que otra cosa. Nuestro amigo el paranoico es uno de los invitados a la reunión.

Neji calló y desactivó el byakugan. Acto seguido, anunció:

-Si hubiese una sola prueba visual de que esos tipos tenían que ver con Akatsuki, podríamos haber entrado sin más, desmantelar la reunión y sonsacarles lo que supieran. Lamentablemente, no he visto nada que los delate.

-Y teniendo en cuenta que tu byakugan lo ve todo, eso quiere decir que no hay nada que los inculpe –concluyó Shikamaru.

-¿Y el sharingan? –Intervino Chouji-. ¿Se podría averiguar algo con el sharingan de Sasuke?

-Lo dudo mucho –respondió su compañero de equipo-. Después de todo, por muy poderoso que sea el sharingan, es incapaz de ver a través de las paredes... qué problemático... de modo que, elementos visuales, descartados. El siguiente paso sería enterarnos de lo que están hablando, pero a menos que alguno entre ahí sin ser visto, cosa que es imposible, me temo que no podemos hacer nada.

-¿Y si alguno de nosotros concentra el chakra en las orejas y las pega al muro para escuchar mejor? –Propuso el jinchuuriki, encogiéndose de hombros.

Sus compañeros se miraron entre ellos, estupefactos, antes de estallar:

-¡Eso es una gilipollez, Naruto!

-¿De dónde sacas esas ideas de bombero?

-Acabas de soltar una chorrada como una casa.

De repente, Neji les alertó:

-¡Cerrad el pico y dispersaos!

Obedecieron a toda prisa, sin entender muy bien el porqué de tanto revuelo. Vieron salir al gorila de la reunión, mirar con desconfianza hacia los alrededores del edificio y volver a entrar. Cuando todo terminó, se reunieron en el centro de la plaza.

-Neji, nos has salvado el pellejo –suspiró Kiba.

-Propongo que salgamos de aquí. Al menos ya sabemos dónde es, ya volveremos. Creo que sería conveniente avisar a los demás –fue la respuesta del Hyuuga.

Shikamaru le dio la razón, y mientras abandonaban la plaza, Naruto protestó:

-Hey, .¿desde cuándo da las órdenes el Ojitos Cadavéricos?

Neji se detuvo y se giró muy despacio hacia el Uzumaki.

-¿Qué me has llamado?

-No os peléis ahora –pidió el Nara-. Dios santo... qué problemáticos. Naruto, Neji ha dado una buena idea que he creído conveniente seguir, no como las tuyas, que no son más que tonterías. Tenemos que volver a la cafetería de Itachi, así que no arméis jaleo. Menudo rollo...

-¡Pues que sepas que no iba en serio con lo del chakra en las orejas! –Comenzó a gritar el escandaloso rubio- .¡Pero picasteis todos! .¡Era una coña, para relajar el ambiente!

-¡Lo que necesitamos no es relajar el ambiente, sino que cante uno de los tíos que estaban allí abajo! –Respondió Kiba, sin dejar de caminar.

-El problema es que por propia voluntad no lo van a hacer, ninguno de ellos –comentó Chouji, como hablando para sí mismo.

-Pues habrá que obligarles, o persuadirles, o... –de repente Naruto se detuvo, tanto en la caminata como con la enumeración. No tardó en iluminarle la cara una amplia sonrisa- .¡Claro! .¡Eso es! .¡Ahora sí que he tenido una gran, gran, gran idea!

Y dicho esto, echó a correr por la callejuela.

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-¿Cómo? .¿He oído bien?

Ino se apartó coquetamente un mechón de pelo de la cara y lanzó otra mirada a los brillantes ojos del jinchuuriki, que iba seguido de Neji, Chouji, Shikamaru y Kiba, que esperaban la reacción de la Yamanaka.

-¡Sí! –Afirmó Naruto.

-Es decir, .¿pretendes que yo manipule la mente de un tipo al que ni siquiera he visto para que confiese algo que ni siquiera sabéis seguro?

El Uzumaki asintió de nuevo. La rubia kunoichi lanzó una mirada crítica a Shikamaru y anunció:

-¡Estáis locos!

-¡Vamos, Ino! –Rogó Naruto una vez más- .¡Sólo tu ninpou shintenshin no jutsu podría lograr algo así!

La chica ignoró al suplicante shinobi para encararse a Shikamaru y espetarle:

-Ha sido idea tuya, .¿verdad?

-Menudo rollo... Pues no, no ha sido idea mía. Ha sido de Naruto.

Dos ojos azules como el océano se clavaron sobre el jinchuuriki, que se echó a temblar. Sin embargo, la Yamanaka volvió a mirar fijamente a su superdotado compañero para afirmar:

-¡Pero seguro que le has apoyado!

-Deja de montarte paranoias, Ino –bufó el Nara-. No le he apoyado, pero tiene razón: debe haber algún matiz de tu técnica que sirva para obligar a la gente a decir la verdad. A fin de cuentas, es una técnica de intercambio mental. Algo podrás hacer.

La kunoichi hizo un estudiado mohín. Ino no había tardado en darse cuenta de que su técnica podía realmente ser muy útil a los cinco shinobis, pero quería hacerse un poco de rogar. Su amiga Tenten interrumpió la escena anunciando:

-¡Los de la Arena han llegado!

Apenas había terminado de decir esto cuando Temari y Kankurô se abrieron paso al interior de la cafetería. Parecían agotados y bastante furiosos, lo cual les confería un aspecto agresivo. El marionetista fue quien se dirigió a los ninjas de Konoha:

-Buenas. Recibimos un aviso cuando estábamos a medio camino. ¿Qué pasa?

-Será mejor que os sentéis –propuso Tenten-. Es una larga historia, y con miga.

Los hermanos de Gaara obedecieron en silencio. Ume se aproximó a ellos y preguntó:

-¿Vais a tomar algo?

-Agua –respondió Temari, clavándole su aviesa mirada-. Dos jarras.

La camarera obedeció al punto, y los dos ninjas optaron por deshacerse del "equipaje de mano": un par de mochilas y las armas: el abanico de Temari y la marioneta de Kankurô. Al cabo de unos instantes, Izumi regresó con las jarras de agua. Los dos hermanos bebieron largamente, casi sin respirar, bajo las atónitas miradas de los de la Hoja, y una vez llevaban ya media jarra cada uno, Kankurô clavó su mirada en la mesera y preguntó:

-¿De dónde eres?

-¡No es momento de ligar! –Le espetó Temari.

-¡No estoy ligando! –Se dirigió de nuevo a Izumi-. Dime, .¿de dónde eres?

-Del País del Viento –respondió ésta con parsimonia.

-¿En serio? –Temari abrió mucho los ojos.

-Ya lo decía yo –Kankurô cerró los ojos y se cruzó de brazos, esbozando una sonrisa satisfecha.

-Fui yo quien mandó el aviso a la Villa Oculta de la Arena para que os advirtieran... que las cosas se ponen feas –explicó la ex-espía.

La hermana del Kazekage lanzó una mirada a Shikamaru.

-Imagino que éste es el punto en que empezáis a dar explicaciones.

Shikamaru suspiró sonoramente y masculló un "Qué problemático" mientras Ino fulminaba con la mirada a la atractiva Temari. Había algo en ella que no le gustaba... y lo único que sabía era tenía que ver con su superdotado compañero de equipo.

-Es una historia con muchos matices –comenzó el Nara-. Llevamos menos de tres días y las cosas ya se han complicado terriblemente, además de Akatsuki también andan por medio Itachi Uchiha y Sakura Haruno...

-¿Pero a ésa no la habían secuestrado? –Le cortó, impaciente, Temari.

-A eso voy, Temari, no me interrumpas. Menudo rollo... A ver, todo empezó hace tres años, cuando, una tarde de niebla, Sakura Haruno desapareció de la Villa de la Hoja sin dejar rastro...

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Sakura descorrió el shoji de la habitación de Hinata y Kurenai en el hostal, hizo una profunda reverencia y anunció:

-Con permiso.

La Hyuuga se giró esbozando una sonrisa y respondió:

-No hace falta que sigas esas normas tan antiguas.

-Venga, mujer, seguro que en tu casa las utilizáis siempre. Para que veas que yo también sé ser educada.

Las dos kunoichis rieron al unísono. Sin embargo, cuando las risas se disiparon, sólo quedó un incómodo silencio. Finalmente, la muchacha del Souke murmuró:

-Siempre seguimos esas normas. Crecemos con ellas. Pero... pero lo único para lo que sirven es... para atarnos corto a todos.

Hinata miró al cielo a través del shoji abierto, y Sakura la miró a ella. La joven heredera parecía muy cambiada, pero no tardó en darse cuenta de que era sólo la apariencia de quien quiere parecer fuerte. Por dentro, Hinata seguía siendo esa niña asustada y tímida.

-Mi padre me ha adiestrado bien –comentó en voz alta la Hyuuga-. Quiere convertirme en lo que sabe que no soy. Aún dice que soy muy débil, pero yo... creo que me he... endurecido, por así decirlo. Todos me han apoyado mucho. ¿A ti qué te parece, Sakura?

La pelirrosa inspiró hondo antes de responder:

-Creo que has hecho cuanto podías por ti misma.

-Y eso es... ¿bueno? –Quiso saber la kunoichi de ojos argentinos.

Sakura esbozó una amplia sonrisa.

-Claro.

Hinata le devolvió la sonrisa mientras explicaba:

-Esta mañana Kakashi-san ha enviado una misiva a la Villa Oculta de la Hoja explicando la situación y la resolución que hemos tomado.

-¿Ha habido respuesta? –Quiso saber la Haruno.

-Todavía no. Imagino que tardarán... dos días, como mucho.

-Aham.

No intercambiaron ni una palabra más hasta que la Hyuuga encontró lo que buscaba:

-Esto es, aquí estaba.

Sakura se aproximó a ella y contempló lo que la muchacha del Souke tenía entre las manos: una guía de viaje en cuya portada se leía La Ciudad de la Frontera a fondo. Descubra la ciudad más intrigante del mundo metro cuadrado a metro cuadrado.

-Eso es un poco exagerado, .¿no? –Preguntó la pelirrosa, alzando una ceja.

-Bueno, tienen que vender. La Ciudad de la Frontera llama mucho –respondió Hinata, encogiéndose de hombros.

-No sé... a decir verdad, antes de venir aquí, ni se me había pasado por la cabeza visitarla –confesó Sakura.

-La verdad es que no tiene mucho encanto –convino su amiga-. Es más bonita la Villa de la Hoja... bastante más.

-Mucho más –agregó la Haruno, con ojos soñadores.

-Aunque aquí... eres libre. Nadie te mira, pero todos saben que estás. Puedes olvidar quién eres. Puedes olvidar tus ataduras. Puedes olvidarlo... todo –murmuró amargamente la Hyuuga.

-No es por llevarte la contraria, Hinata, pero creo que es mejor la Villa Oculta de la Hoja. Sales a la calle y la gente te saluda. Tus compañeros, tus amigos, están en sus casas, y lo que es más importante, sabes que están ahí para lo que sea. Todo el mundo se conoce... es como una gran familia comentó Sakura.

Las dos kunoichis suspiraron al unísono. Se sonrieron y la heredera del Souke anunció:

-Volvamos a Fuyu no Hana. Kurenai-sensei me pidió que le diera esto.

Hinata salió primero, y después Sakura, que cerró el shoji tras de sí. Sasuke estaba apoyado en la pared, junto a la puerta corredera. La Haruno le dedicó una dura mirada.

-¿Y tú qué haces aquí? –Preguntó.

-Kakashi-sensei me ha mandado que os proteja –respondió él sucintamente.

-Nos valemos nosotras solas para protegernos –dijo Sakura.

-Él no lo cree así.

-Ya. Y tú tampoco, .¿verdad?

-A mí me da igual. Mi hermano ha sido tu maestro, .¿no? Digo yo que algo útil te habrá enseñado.

-No me ha enseñado a librarme de estúpidos vehementes que se creen el ombligo del mundo.

-Imagino que eso es un no.

-Sólo para ciertas cosas.

Sakura observó que Hinata se había esfumado. Sasuke le lanzó una ojeada y comentó:

-Se ha ido escopetada hacia fuera al verme aquí.

-Normal. A nadie le gusta que escuchen sus conversaciones privadas a hurtadillas.

El Uchiha enarcó una ceja.

-¿A ti tampoco?

La mirada iracunda de su antigua compañera de equipo sirvió como respuesta. Sakura se encaminó a la salida del hostal y comentó, en voz alta, para que él la oyera:

-Me parece que me estás subestimando, Sasuke.

-Es muy posible –respondió éste, sin alterarse ni un ápice.

La pelirrosa se giró y le miró con ira. Él le devolvió la mirada con aspecto tranquilo.

-¿Quieres ponerme a prueba?

-¿Un combate? .¿Contra ti? Lo siento, no me gusta pegar a las niñas –desdeñó el Uchiha, confiado y sarcástico.

-¿Escondes tu miedo tras tu altiveza y desdén? Hasta Itachi, el asesino de tu clan, es más digno que tú –contestó Sakura, picada.

El comentario hizo su efecto, y Sasuke miró de nuevo a la kunoichi, esta vez con el sharingan activado.

-¿Deseas morir? –Preguntó, furioso-. No tendré piedad, ni siquiera contigo.

-Me alegra saberlo. El que tuvieras piedad sólo indicaría que tu entrenamiento no ha servido para nada.

Sakura dio un ágil salto para alejarse de Sasuke hasta aterrizar en el jardín, pero él no se quedó atrás, y aterrizó cerca de ella para pasar de sellos y emplear una técnica de taijutsu que en circunstancias normales la dejaría bastante malherida, pero para su sorpresa, ella la bloqueó con relativa facilidad y, mientras sujetaba el brazo de él, esbozó una sonrisa maliciosa y comentó:

-Definitivamente, sí que me estás subestimando.

El menor de los Uchiha se deshizo de Sakura para hacer una nueva llave, que fue bloqueada de nuevo por la chica. Sus ojos verdes sonreían, burlones, y él se sentía humillado. "Maldición" gruñeron sus pensamientos. Se pusieron a intercambiar golpes, uno tras otro, con las manos desnudas, golpes perfectos que él lanzaba sin pensárselo dos veces, pero que ella bloqueaba o esquivaba con maestría. Finalmente, agotado, se alejó unos pasos de ella. La pelirrosa, por su parte, se apoyó en sus rodillas y, jadeando, anunció:

-Kakashi-sensei te ha dado una buena formación en taijutsu. Eres fuerte y resistente. Imagino que te seguirán considerando un genio.

Sasuke alzó la cabeza y lo primero que vio fue el exhausto rostro de Sakura sonriéndole. Sintió un repentino calor en las mejillas y se obligó a apartar la vista. "Como todas las mujeres, disfruta confundiendo a los hombres" se dijo. Optó por contraatacar: dando un salto, conjuró los sellos que ya conocía y bramó:

-Katon! Okakeiryu no jutsu!

Una bola de fuego estalló junto a la Haruno, que se cubrió con los brazos. Dando un salto, esquivó los sucesivos ataques ígneos de su ex-compañero de equipo, que no se contenía a la hora de emplear una de sus técnicas favoritas. Tras varios minutos jugando al gato y al ratón con bolas de fuego y que le hubiese quemado las puntas del traje, Sakura pensó que ya era suficiente. Empezaba a hartarse de la sonrisa vehemente de Sasuke, la que esbozaba siempre que sabía que tenía un combate ganado. Se colocó fuera de su alcance y, quedándose quieta como una estatua, cerró los ojos, conjuró su técnica Barrera de Sangre y volvió a abrirlos.

Ojos de Jade

El tiempo parecía detenido, pero no era así, sencillamente avanzaba a la velocidad de la patada de un astronauta. Sasuke, atrapado en la inflexible garra del tiempo ralentizado y por tanto de su artífice, observaba con atención a Sakura, cuyos ojos, antaño tan inocentes y bellos, brillaban ahora en su rostro como dos esmeraldas de muerte. Ella esbozó una sonrisa maliciosa y, dando un salto, se puso a la altura del Uchiha, alzó el puño derecho y descargó un puñetazo sobre el intocable rostro del orgulloso heredero de los Uchiha mientras gritaba:

-¡No te puedes hacer una idea de lo mucho que quería hacer esto!

El efecto de los Ojos de Jade se desvaneció cuando el puño de Sakura estaba a medio milímetro de Sasuke, de modo que recibió el impacto de lleno, lo cual le lanzó una decena de metros atrás. La kunoichi aterrizó limpiamente sobre el suelo y, acercándose a su compañero de equipo, se inclinó sobre él y le increpó:

-Me has agotado, has utilizado el katon .¡y para colmo me has quemado el traje! Creo que lo que te he hecho es como mínimo la mitad de lo que te mereces, Sasuke Uchiha -el muchacho aguantaba estoicamente, con los ojos como platos, eso sí, la reprimenda de la Haruno. Estaba tan impresionado que ni siquiera era capaz de alegar que también él estaba extenuado-. Espero que por lo menos hayas aprendido que a mí no se me subestima, .¿queda claro?

Él apartó la mirada, enfadado y en parte ofendido.

-Bah –masculló.

-¡Eres insufrible! –Sasuke se giro de nuevo para mirarla, ya que jamás imagino que esas palabras saldrían de sus labios. Al hacerlo, recibió un capirotazo en la frente, protegida por la bandana-. ¡Yo me largo!

Aún alcanzó a ver a Sakura alejarse sin mirar atrás, con los bordes de su chamuscado vestido ondeando a causa del viento de la tarde.


Y ahora, la respuesta a los reviews anónimos:

Arhen: .¿Tan mala es tu memoria:s eso puede ser un problema... xD En fin, me decías que te gustaría que fuese ItaSaku... a ver, no descarto un ItaSakuSasu, pero personalmente creo que Sakura sieeeeempre pertenecerá a Sasuke xDDD Aunque Itachi está muy bien para darle un empujoncito a su hermano (y no precisamente por un precipicio... xD) En fin, mejor que me deje de chistes malos xD

Nayuki: Oh yeah! SasuSaku and NejiHina 4ever! xDDDD Espero poder desarrollar bien las dos historias de amor, que son las principales, aunque hay que dar por sentado que la de los Hyuuga irá más lenta :-)

Shiho-Haibara: Kyaaaaaa, me alegro que te gustara el capítulo 7, yo me lo pasé genial escribiéndolo (especialmente la parte de Itachi y Sakura en el pasillo, me ponía en el lugar de la pobre Sakura y pensaba: yo sería incapaz de articular palabra! o/o). Espero que también este capítulo te guste.

Andrea: La verdad es que Itachi me está quedando DPM, y no es por echarme flores... xD Creo que voy a enamorarme de él, .¡yo, la fan número 1 de Sasuke! En fin, espero que también el capítulo 8 te guste

Nukire: Me alegra que te haya gustado n.n A ver, será SasuSaku, pero Itachi estará metiendo baza todo el rato xD Es así de adorable el chaval.

Silvery: Hay demasiados problemas, esperemos que nuestros ninjas favoritos puedan superarlos xD Gracias por tus palabras de ánimo

Arwy: Si es que en el fondo Itachi es un angelito xDDDD .¿Alguien lo cree? En fin, espero que te guste también este capítulo ;-)

Temari-shikamaru: Bueno, bueno, intentaré que haya NejiHina más largo e intenso... aunque con esos dos iré más despacio, al menos en principio. Sin embargo, dudo mucho que aparezcan en los capítulos 9 y 10, porque esos serán 100 SasuSaku (más o menos... xD)

Saludos a todos y gracias por leerme!

Kwatz!