Soy yo! He regresado!

Bueno, después de tanto dar la lata conque no sabía cuándo iba volver a colgar capítulo, anda que he tardado en poner éste... :s He de confesar que éste comencé a escribirlo a mano hace unas semanas en clase, porque me aburría, y como me gustaba mucho cómo me estaba quedando, casi lo acabo antes que el capítulo 11 xD Este capítulo compensa al anterior, y habrá momentos para todas las parejas ;-) Espero que os guste.

Esta vez, y ahora de verdad (xD) no tengo ni planteado el próximo capítulo, así que puede que me retrase algún tiempo n.nU Pido disculpas de manera anticipada

Y por cierto, muchísimas gracias por los reviews n.n

Disclaimer: Naruto no me pertenece.


Capítulo 12 – El brillo de la luna

Aquella noche, Fuyu no Hana permanecía cerrado de cara al público. Sin embargo, en la calle trasera se celebraba una fiesta. La Operación Interrogatorio al Sospechoso, llevada a cabo por el Equipo Shikamaru ayudados por Ino, había sido un rotundo éxito, y habían obtenido jugosa información acerca de los individuos que se reunían clandestinamente y que se hacían llamar en Club del Día del Juicio, que ayudaban a Akatsuki a llevar a cabo sus operaciones ilegales en la Ciudad de la Frontera. Gracias a aquellos hombres, la organización había extendido sus tentáculos por la ciudad. La captura y desmantelamiento del misterioso Club del Día del Juicio cortaba las alas, al menos en parte, a los planes de la organización. Sólo quedaba encontrar a uno de los integrantes del Club, y gran parte de la misión estaría completa. Los shinobis disfrutaban de un merecido descanso.

Kasumi había preparado, antes de marchar, una suculenta mesa con las viandas más diversas, tocando los gustos de todos y cada uno de los presentes. Así, tras un par de horas de celebración, la cosa se había relajado un poco y el grupo se dispersaba lentamente: Shikamaru y Temari se apartaban, en silencioso pacto, a un rincón oscuro del callejón; Naruto vacilaba a Sasuke, recibiendo respuestas cortantes de las que pasaba olímpicamente a cambio; Kankurô hablaba con Shino, o más bien, hablaba a Shino, ya que éste tan sólo escuchaba en silencio; Kakashi charlaba animadamente con Kurenai, mientras Asuma y Gai trataban de meter baza; Chouji y Lee discutían acerca de las dietas, tema que les llevó inevitablemente a discutir el carácter de Ino; la Yamanaka se mantenía en un rincón con Hinata, a la que martirizaba con una larguísima arenga en que encadenaba unas con otras las quejas acerca de la actitud machista del Equipo Shikamaru al completo; Tenten trataba de sacar un tema de conversación a Neji, que se mantenía inmóvil como una roca, con sus blancos ojos clavados en su prima; Itachi vigilaba a todos sus "invitados" con Sakura al lado, que de vez en cuando le hacía algún comentario que arrancaba una sonrisa al habitualmente serio Uchiha.

Todo comenzó a ponerse en marcha cuando Kiba, seguido por su inseparable compañero canino, Akamaru, salió del baño, ubicado en el interior del local de Fuyu no Hana. El Inuzuka echó un vistazo a su alrededor y, visto el panorama, optó por dirigirse hacia Ino y Hinata. Estaba todavía a unos metros de ellas cuando la rubia se ocultó parcialmente tras la Hyuuga y ordenó:

-¡No dejes que Akamaru llegue tan cerca!

Kiba alzó una ceja, extrañado, cuando de repente recordó el temor de la Yamanaka a los perros. Girándose, frotó detrás de las orejas del enorme can y murmuró:

-Akamaru, chico, no puedes acercarte a Ino, .¿de acuerdo?

El perro emitió un gemido lastimero, y dándose la vuelta, se dirigió a Shino. Kiba gruñó algo de que esperaba que no le pegase las pulgas y volvió hacia las chicas luciendo una deslumbrante sonrisa. No pareció reparar en el tenue rubor que cubrió momentáneamente las mejillas de Ino, al contrario que la Hyuuga, que esbozó una dulce sonrisa y se apartó para facilitar el contacto entre sus dos amigos. El chico-perro comenzó diciendo:

-Enhorabuena por el éxito en el interrogatorio, Ino. Hasta ahora no había tenido oportunidad de decírtelo.

-Gracias –respondió ella, con voz queda.

Ambos se quedaron callados, sin saber qué más decir, aunque los dos estaban deseando mantener una conversación. Así, fue el turno de Hinata de intervenir:

-Kiba-kun, .¿no participabas tú también en la misión?

-Pues sí –rió el chico, azorado-, pero yo no he hecho nada importante. Todo el mérito pertenece a Shikamaru, que ideó el plan de acción, y a Ino, sin cuya técnica no habría sido posible.

Shikamaru e Ino. Qué extraño le sonó a la Yamanaka escuchar los dos nombres juntos en boca del Inuzuka, aunque como miembros del mismo equipo, se les solía nombrar juntos, seguidos o precedidos de Chouji.

-No es cierto –intervino la rubia-. Tú me trajiste hasta aquí cuando me quedé inconsciente. Debió ser duro... –bromeó.

-Venga ya, mujer, no fue para tanto –respondió Kiba, divertido.

-Estas de coña.

-Que no, que no. Si no pesas nada.

Casi sin querer, se hizo el silencio entre los dos, aunque no fue precisamente un silencio incómodo, sino cómplice. La heredera del Souke, viendo cómo iban las cosas entre Ino y el chico-perro, creyó conveniente retirarse, y lo hizo con tal discreción que ni uno ni otro se percataron, aunque tal vez fuera la tímida simpatía mutua que comenzaba a asomarse entre ellos la que propició la silenciosa escapada de Hinata.

Sin embargo, hubo alguien a quien no le pasó desapercibido ni un solo movimiento de la Hyuuga. Neji la seguía en silencio, ávido, con sus pálidos ojos. Hacía días que no hablaba con ella, y ya extrañaba su callado tono de voz, casi un murmullo; el refinamiento de sus expresiones de niña bien y su comedido acento. Sus ojos la contemplaban sin cesar, y quería acercarse, pero no sabía cómo.

-Neji, .¿me estás escuchando? .¡Neji! –Llamó su atención Tenten.

El muchacho del Bouke la miró como si despertara de un sueño.

-Perdona, Tenten –respondió, serio.

La kunoichi echó una rápida ojeada al campo de visión del Hyuuga y no tardó en comprender. Suspirando, esbozó una sonrisa y le animó:

-Neji, habla con ella.

El joven cerró los ojos con fuerza.

-No puedo.

-¿Eh? .¿Y por qué no, a ver? –Preguntó Tenten, impaciente.

Neji esbozó una sonrisa melancólica y comentó:

-Tenten... las herederas ilustres y sus primos sirvientes no se casan. Eso sólo pasa en los cuentos de hadas, y precisamente porque lo son: cuentos.

La chica fue contagiada de la aflicción de su amigo, pero respondió:

-Así que es eso... Te gusta Hinata.

-¿Te parezco la clase de persona lo suficientemente superficial como para que una mujer como mi prima pueda tan sólo "gustarme"? –La expresión de Neji se volvió mordaz.

Los ojos de Tenten se abrían de par en par a medida que comprendía.

-La amas... ¡Neji! –El Hyuuga le ordenó con un gesto que bajara el volumen-. Perdón... Neji, .¿desde cuándo?

Él suspiró.

-Desde hace años... Desde que asumí la misión de protegerla. De todas formas, parecía hecho a propósito... Me ordenan que la proteja, me enamoro de ella y desde ese día empiezo a verla cada vez menos... –se sinceró el prodigio del Bouke-, y cuando la veo, me siento tan violento que siempre la acabo fastidiando. Por eso prefiero no hablar con ella. Me conformo con verla de lejos...

-¡Neji! Deja de engañarte, no te conformarás con eso toda tu vida. Nada se mueve si te quedas parado –siseó Tenten, agarrando la manga de su compañero de equipo.

Los opalinos ojos del Hyuuga se clavaron en los castaños de su amiga "Ojalá el byakugan sirviera para leer los pensamientos... ojalá..." Sin embargo, en aquella ocasión, no hacía falta ningún milagro para adivinar lo que la kunoichi quería decir "Actúa ahora, antes de que sea demasiado tarde".

Hinata, asomada a la boca del callejón, contemplaba la brillante luna llena, escuchando de fondo los aullidos de los perros del barrio. Estaba tan absorta en los cráteres del satélite que ni siquiera oyó los pasos tras de sí, y no reparó en la presencia de alguien a su espalda hasta que una voz la alertó:

-Hinata-sama...

La heredera se giró, como impulsada por un resorte. Los plateados ojos de los dos Hyuugas se encontraron. Los de ella se abrieron de par en par.

-Neji nii-san...

Él avanzó unos pasos. Le dio la impresión, por el temblor de la muchacha, de que si se acercaba un solo paso más, ella saldría corriendo, olvidando que era preferible que permaneciera guarecida en la seguridad del callejón. El muchacho del Bouke sentía con nitidez el repentino miedo de su prima, y se reprendió por ello.

-Hinata-sama, no deberías salir del callejón –comentó, cortante. Ella no pudo articular palabra-. Si quieres salir, dímelo y te acompañaré –acto seguido agregó, en tono más suave-. Vayas donde vayas, yo te protegeré.

La expresión crispada de la joven del Souke pareció relajarse un poco, y comenzó a balbucear:

-Ne-Neji nii-san... yo no... no... no quiero mo-molestarte...

-Tú no me molestas –la cortó, tajante-. Jamás.

Se acercó un poco más a Hinata, cuyas mejillas se tiñeron de rojo. La muchacha se dio la vuelta, mirando al exterior del callejón, a la luna, que parecía hacer guiños en el cielo nocturno, como un cómplice silencioso. Neji se aproximó aún más, hasta quedar a su lado, y dirigió su mirada a la plateada luna. Aquella noche brillaba con una luz especial.

-Discúlpame, Hinata-sama –murmuró, respetuoso, el prodigio Hyuuga-. No quería importunarte.

-N-no importa... –respondió ella, para luego soltar una risita. Neji la miró extrañado y ella explicó, con la mirada baja-. Quería haber utilizado una expresión que empleaste antes tú, pero no me ha salido...

El muchacho esbozó una sonrisa comprensiva y la animó:

-Venga, hazlo.

-Me da corte...

-Hazlo –pareció ordenar, pero agregó, sumiso-, por favor...

Ella apartó la mirada y, mirando al suelo, murmuró algo ininteligible.

-¿Qué? –Preguntó Neji, que no había oído nada.

-Que... –repitió Hinata, un poco más alto- Tú no me importunas. Jamás –se hizo eco de la anterior frase de su primo.

Una vez más, sus miradas se cruzaron, y se mantuvieron en silencio, cada uno sumergido en el mar de plata de los ojos del otro, con la luz de la luna arrancando destellos diamantinos a sus lisos y oscuros cabellos. De repente, una ráfaga de brisa nocturna entró por el callejón, golpeándoles de lleno, haciendo que sus ropas ondeasen y revolviendo sus cabellos. Neji alzó la mano izquierda y apartó algunos mechones del níveo rostro de su prima, rozando sin querer su tierna mejilla. Encontró ante él los pálidos ojos de Hinata, inundados de algo que no supo clasificar. Sintió unos irrefrenables deseos de besar sus labios.

-Hinata-sama... –murmuró, sonrojado y anhelante.

La voz de Itachi resonó en todo el callejón:

-Empieza a hacer frío. Creo que es hora de recogerse.

Lentamente, los shinobis fueron acercándose a la mesa central, dispuestos a recoger los vestigios de la fiesta. Neji resopló, tratando de mantener la calma, aunque estaba furioso. Difícilmente volvería a tener otra oportunidad como aquella. Buscó a Tenten con la mirada, que a su vez se encogió de hombros, como diciendo "así son las cosas". El muchacho del Bouke gruñó, sin mirar a su prima:

-Vamos.

-S-sí –respondió Hinata, mientras el calor que se había arrebolado alrededor de sus mejillas se disipaba lentamente "Neji nii-san... ¿soy yo o has estado... hemos estado... a punto de...?"

Los dos Hyuugas avanzaron hacia el grupo. Shino miró a Hinata a través de sus redondas gafas de sol, y con un solo vistazo intuyó más de lo que la propia heredera del Souke creía haber sentido. Con una mirada, se percató también de que Kiba parecía "ocupado", charlando aún con Ino, muy animado. El Aburame acarició la cabeza de Akamaru. Saludando a Hinata con la cabeza, se la arrebató a su primo.

No tardaron mucho en ir abandonando el callejón en dirección al hostal. Itachi y Sakura les veían pasar, vigilando que tomaran la dirección correcta. El Uchiha rodeaba con su brazo izquierdo la cintura de la pelirrosa, dejando que su mano reposase sobre su cadera. Sasuke, por su parte, observaba su cariñosa pose furibundo, en silencio. Una vez habían salido todos, los últimos Kakashi y Naruto, el chuunin se metió las manos en los bolsillos y caminó lentamente hacia la salida del callejón, lanzando miradas de odio reconcentrado a su hermano, cuyo sharingan observaba, mordaz, al muchacho. Llegado a su altura, Sasuke se detuvo, y sus miradas se confrontaron. Itachi rompió el combate visual empujando a Sakura, que hasta aquel momento había estado a su izquierda, y la puso delante de él, de espaldas, y rodeó su cintura con los dos brazos, ubicando las manos sobre su vientre, pero un poco más bajas de lo tradicionalmente respetable, y apoyó la barbilla en la coronilla de la Haruno. A Sasuke le dio un tic en el ojo derecho.

-Bueno, hermanito, .¿a qué esperas para largarte? –Preguntó Itachi maliciosamente-. Sakura y yo necesitamos tiempo para estar a solas.

El menor de los Uchiha abrió mucho los ojos, mientras el asesino del clan hundía el rostro en el cuello de la pelirrosa, haciendo que ésta se sonrojara, esbozando una sonrisa. Sasuke apretó con fuerza los puños. De repente, oyeron la escandalosa voz de Naruto:

-¡Aaaargh! .¡Estás violando a Sakura-chan!

La kunoichi medio se giró, sobresaltada, hacia la entrada del callejón, mientras que Itachi sólo dirigió una mirada desinteresada. Kakashi no tardó en aparecer junto al jinchuuriki.

-¡Itachi! .¡Eres un pederasta! –Exclamó el Uzumaki, entre indignado y cabreado.

-No soy un pederasta... –gruñó el asesino del clan Uchiha.

-Itachi, vas a cumplir veinte años, y Sakura tiene dieciséis –declaró el ninja copia.

-Eso no quiere decir que sea un pederasta –protestó el ex-miembro de Akatsuki-. Sakura no es ninguna niña –enlazó sus manos con las de la chica, para apartarle los brazos del cuerpo y dejar a la vista, sin impedimentos, las redondeadas curvas ceñidas bajo la ropa.

Los tres integrantes masculinos del equipo siete se quedaron mudos. Sakura tenía más que aportar a los cánones de belleza femeninos de lo que recordaban. Kakashi se giró y fingió toser; Sasuke apartó la mirada, como si no hubiera visto nada, y sólo Naruto mantuvo la mirada clavada en el cuerpo de la joven, recorriendo ávidamente sus perfiles, comiéndosela con los ojos, incapaz de fijarse en ninguna otra cosa. Itachi reaccionó a tiempo, rodeándola de nuevo con los brazos y apartándola del ángulo de visión del jinchuuriki, que además recibió una colleja por parte del jounin.

-¿Y ahora qué? –Preguntó el Uzumaki, sacado de golpe de su ensimismamiento.

-Nosotros nos vamos –intervino el asesino del clan Uchiha, para añadir con tono sarcástico-. No me la vayas a desgastar.

-Pero... pero... ¿a dónde vais? –Quiso saber Naruto.

Itachi, alzando una ceja, respondió, destilando malicia:

-A la cama, claro.

Naruto pegó un bote y estalló:

-¿CÓMOOOOOO?

Llegó el momento de la pelirrosa de intervenir:

-¡Naruto! .¡No seas crío! .¡Nunca me he metido en una cama con Itachi! –Protestó.

-Eso no es cierto, querida –respondió el aludido, más serio-, y ahora no estoy vacilando a tu amigo. Sí que te has metido en la cama conmigo, una vez. ¿Es que ya no te acuerdas?

Sakura hizo memoria durante unos segundos, para que acto seguido su rostro se volviera rojo como la grana y admitiera:

-Sí... ya recuerdo.

Sasuke entrecerró los ojos de manera apenas perceptible, cabreado. Su hermano mayor se percató de esto, y se disponía a hacer un nuevo comentario mordaz cuando la Haruno se le adelantó para tratar de poner paz:

-Bueno chicos, es muy tarde, creo que deberíais iros ya al hostal, que mañana hay que trabajar...

-¿Por qué no vienes con nosotros, Sakura? –Propuso Kakashi, con tono serio-. Hay algo que quiero hablar contigo.

La muchacha asintió con la cabeza, lívida, y se giró hacia el mayor de los Uchiha como una autómata para anunciar:

-Voy a acompañarles. Vuelvo enseguida.

Itachi hizo un gesto, como indicándole "haz lo que te parezca". Así, la kunoichi emprendió su marcha con sus dos antiguos compañeros de equipo y sensei. Los cuatro caminaron sumidos en un silencio tenso e incómodo hasta que dejaron atrás el callejón del Fuyu no Hana. Justo en ese momento, Kakashi dio un largo suspiro y finalmente preguntó:

-Sakura... ¿qué tipo... de relación... tienes... exactamente... con Itachi Uchiha?

Ella tardó unos instantes en responder:

-Oficialmente, de maestro y alumna, pero... –Naruto y Sasuke giraron sus rostros hacia ella, expectantes- lo cierto es que... él ha sido... mucho más para mí –la tensión podía cortarse con un cuchillo-. Me ha cuidado, me ha protegido, me ha dado... cariño. No de ese cariño, claro. Es cierto que me he metido con él en la cama –los ojos de los tres shinobis se agrandaron a causa de la sorpresa-. Sólo fue una vez. Aquel día todo pareció salirnos mal: tuvimos que cambiar de hostal porque en el nuestro hubo una redada, cayó una impresionante nevada y por si fuera poco, los de Akatsuki mandaron a Kisame a buscarnos, y nos estuvo persiguiendo todo el día. Tuvimos que meternos en un cuchitril de mala muerte, los dos en una habitación diminuta en la que cortaban la calefacción por la noche, con un solo futón. Hacía mucho frío aquella noche, e Itachi me propuso que me fuera a dormir mientras él vigilaba por si Akatsuki nos encontraba. Ya de madrugada, me desperté temblando de frío, y vi a Itachi congelándose de frío solo, en un rincón de la habitación. Pensé que moriría de frío, de manera que me acerqué a él y le arrastré como pude hasta el futón. Le... quité la camiseta de redecilla para evitar que se le clavara y... le metí en el futón. Luego me metí yo y... le abracé. Así... nos quitamos el frío el uno al otro –al reparar en las atónitas miradas de sus compañeros y de Kakashi, agregó-. Era una cuestión de supervivencia. Nuestra situación era realmente precaria.

-¡Aaaaaargh, maldita sea, Sakura! .¡Dime que no te hizo nada! –Estalló Naruto.

-No me hizo nada... que yo no deseara que me hiciera. Me trató bien. Estos tres años me ha tratado bien. Nunca me ha tocado más allá de lo que yo deseara. Sé que no me creeréis –miró a Sasuke con reproche-, pero Itachi es una buena persona.

-No es cierto –respondió el Uchiha como un resorte.

Miraba fijamente al suelo, tratando de contener la rabia.

-Sasuke, tú... –trató de intervenir la pelirrosa.

-¡.¿Acaso vas a decirme que no le conozco?.! –Los ojos del vengador ardieron con la ira de un espontáneo sharingan. La chica retrocedió, asustada. Sabía que Sasuke enfadado no le convenía a nadie-. Eres tú la que no sabes nada. Está cuidándote tanto por interés. Cuando tenga lo que quiera de ti, te dejará tirada, o puede que incluso te mate. Pareces tonta, Sakura. No eres mas que una ilusa.

-Oye, Sasuke... –trató de defenderla Naruto, pero Kakashi le detuvo:

-Tranquilo, Naruto. Deja que solucionen sus problemas ellos solos.

-¡Pero Kakashi-sensei! –Trató de protestar el Uzumaki.

El jounin le ordenó que callara con un gesto y, agarrándolo del cuello de la cazadora, ambos desaparecieron. No obstante, ni Sasuke ni Sakura parecieron darse cuenta. La Haruno intentaba ser conciliadora:

-No he dicho que no le conozcas, ni siquiera iba a decirlo. Sólo intentaba decir que él ha cambiado, que no es el mismo que exterminó tu clan.

-¿Y quién le ha hecho cambiar? .¿Tú? –Preguntó, burlón.

Ella se irguió, ofendida, y respondió, con chulería:

-¿Y por qué no?

El orgulloso Uchiha se quedó sin habla durante cinco largos minutos hasta que finalmente respondió:

-Hay desesperados en todas partes.

Ella alzó la ceja y agregó:

-Hasta en tu clan.

Sasuke esbozó una sonrisa dolida.

-Eso ha sido un golpe bajo.

-Tú has empezado –la pelirrosa esbozó una sonrisa triunfal.

El ambiente se relajó un poco. Sakura se rodeó el cuerpo con los brazos.

-¿Tienes frío? –Preguntó el joven, olvidando su faceta de duro.

-Un poco –confesó la Haruno.

Sasuke gruñó, como molesto, se quitó la blanca bufanda y se la extendió.

-¿Qué haces? –Preguntó ella, confusa.

-Es lo único que puedo ofrecerte –respondió él, algo cortado. Al ver que ella no se movía, se impacientó-. Cógela, joder.

Ella tomó la bufanda tímidamente. Era de lana, más suave de lo que cabría esperar en una prenda de su antiguo compañero de equipo. Comenzó a ponérsela alrededor del cuello, pero el Uchiha le retiró las manos, como fastidiado, y se la anudó alrededor de los desnudos brazos, de manera que se los cubriera parcialmente sin restar ni un ápice de movilidad. De repente, los dos se quedaron completamente quietos. Casi sin querer, se habían acercado más de lo estrictamente pretendido y Sasuke había olvidado retirar las manos del hombro y el brazo de Sakura. La pelirrosa tenía la mirada perdida, huyendo de los ojos del shinobi. "Si le miro a los ojos ahora, yo... yo... no sé si podré... contenerme" se dijo la muchacha. Él, por su parte, se reprendía sin parar por su conducta irresponsable hacia Sakura, la alumna de su peor enemigo, su hermano mayor, pero al mismo tiempo sentía los dedos pegados al cuerpo de ella. Instintivamente, deseaba recorrer con esas mismas manos las curvas de la chica, las mismas que poco antes Itachi había mostrado, como si de un trofeo se tratasen. La ficticia imagen de una ligera de ropa Sakura metida en una amplia cama con su hermano, que exhibía aquella sonrisa burlona que tanto odiaba, le nubló los sentidos. No quería que él la tuviera cerca... no quería ni que volviera a mirarla, no de aquella manera.

-Sa-Sasuke, he de irme. Itachi me está esperando –habló la Haruno, incapaz de ocultar su rubor. Aquella situación era dolorosa y maravillosa a partes iguales.

La joven hizo ademán de moverse, y justo en ese momento las manos del menor de los Uchiha se cerraron en torno a los hombros de ella como si fueran garras y, tras inclinarse ligeramente, le robó un beso rápido, fugaz, cargado de pasión, que ella recibió con sorpresa y que la dejó anonadada mientras él se separaba de ella y se desvanecía en el aire en silencio.

Sakura hizo el camino de vuelta sola, en silencio, mirando al suelo, respirando entrecortadamente y sin sentir ni padecer cuanto había ocurrido a su alrededor en el trayecto de cuarto de hora, ni siquiera reparó en el fulgor de la enorme luna llena que engalanaba aquella noche el cielo nocturno. "Sa... Sasuke me ha... besado... me ha besado... lo ha hecho..." se repetía mentalmente, inmersa en otro mundo.

Al llegar a casa y cerrar la puerta tras de sí, ni siquiera avisó de que había llegado. Únicamente se desenroscó la bufanda blanca y apretó el suave tejido contra su rostro, aspirando cada matiz del aroma que destilaba. Revivió el corto beso de Sasuke, y sólo fue capaz de definir aquel olor de una manera:

-Huele... huele a... Sasuke.


Kyaaaaaaaa! Cuánto romance jujuju I'm loving it :-P

Y ahora, respuesta a los reviews anónimos:

Silvery: Ya se sabía que el fic iba a ser SasuSaku y NejiHina, pero no he podido resistirlo y estoy comenzando a introducir el KibaIno. Kiba es taaan kawaii, jejeje. Me alegra que te haya gustado.

hyuugahinata20.3: Me alegra que te guste, y para que veas, en este capi tienes una larga escena dedicada a Neji y Hinata, .¡qué tiernos:3

shiho-Haibara: Bueno, ya conoces a Itachi-sama... le encanta dar sorpresas, o mejor dicho, hacerlo que nadie se espera para dejarlos a todos alucinando pepinillos xD Bueno, este capítulo es bastante sentimentalista, .¿te satisface? xDNo hay ItaSaku (puedeque haya un poquito más adelante, empiezo a vislumbrarlo), pero hay un poco de todo lo demás... espero que te guste n.n

andriu:Bueno, bueno, .¡cómo clamáis por ItaSaku! Espero que la escena SasuSaku de este capítulo, en que Sasuke decide bajarse un poco del burro, os atraiga un poco más hacia el SasuSaku, que a este paso va a convertirse en el Lado Oscuro de la Fuerza (paranoias mías... dejémoslo xD). En fin, espero que te guste este capítulo.

mijo: Bueno, bueno, .¿qué decir? .¡Pedazo de review, chica! Vayamos por partes. Respecto al duelo ItaSaku-SasuSaku he de decir que soy partidaria al cien por cien del SasuSaku, aunque no descarto hacer un fanfic ItaSaku en un futuro quién sabe si próximo. De momento, Ojos de Jade ha sido proyectado como SasuSaku, y a menos que me dé una embolia o algo por el estilo, así seguirá siendo. Supongo que, en el fondo, todos escribimos lo que nos gustaría leer. Respectoa Shikamaru, Temari, Kiba e Ino... lo cierto es que me has planteado el asunto como si fuera una verdad universal que Shikamaru e Ino están enamorados. Hace tiempo, el ShikaIno no me disgustaba, pero para ser sincera, la pareja KibaIno me gusta bastante más, ya que los dos me gustan bastante más. El ShikaTema... bueno, leerlo en plan de pareja secundaria en los fics no me disgusta, y puede que incluso trate de incluirles en Ojos de Jade. Así es como será. Respecto a Tenten, sí que es cierto que la he dejado muy sola, y la verdad es que al principio me caía bastante mal. No obstante, a fuerza de meterla en el papel de celestina, le he acabado cogiendo cariño, y quién sabe si al final encuentra pareja. Lo mejor de ella es que, al ser un personaje muy poco desarrollado en el manga original, se le puede sacar mucho partido sin caer en el OOC. En fin, creo que esto es todo: una larga respuesta para un largo review. Muchas gracias y nos vemos en el siguiente n.n

Hasta la próxima!

Kwatz!