¡Sí, soy yo!
Tras unos días de atasco mental... he logado salir de mi atolladero personal con este capi. Éste, queridos míos, os lo dedico a todos los que me habéis pedido incansablemente la aparición del trío ItaSakuSasu. Espero que lo disfrutéis n.n Aunque se trata de un capítulo un poco corto.
Respecto al título... veamos, es algo complejo :s Para empezar, debo decir que la artífice de éste es nada menos que Chrysallis-hime, que me echó un cable al verme muy apurada por causa del título de marras. Se trata de un juego de palabras... que tiene su sentido.
En fin, espero que os guste. ¡Gracias por todos los reviews!
Disclaimer: Naruto no me pertenece.
Capítulo 16 – Negación, cooperación, satisfacción
-No. No voy a ir. Me niego rotundamente a encontrarme con mi hermano si no es para matarlo.
La testarudez de Sasuke empezaba a parecer la de un niño pequeño. A Naruto ya se le empezaban a agotar las palabras amables, y estaba harto de lidiar con su orgulloso amigo. Finalmente, Kakashi, mudo espectador de la discusión entre sus dos discípulos, optó por cerrar su tomo del Icha Icha Paradise y ponerse serio por segunda vez en el día, lo cual le resultaba harto complicado. Conociendo al menor de los Uchiha, convencerle sería difícil. Se trataba del récord del muchacho: en pocas horas se habría llevado dos charlas por parte de su sensei.
-Sasuke... –comenzó a hablar el jounin- tengo una pregunta. La curiosidad me está matando –el muchacho le lanzó una desinteresada mirada, que equivalía al "Dime" de una persona medianamente cortés-. ¿La estúpida locura adolescente que te ha dado por Sakura empezó anoche o viene de antes?
El Uchiha se detuvo en seco, con los ojos abiertos de par en par, y Kakashi supo que había dado, de una forma o de otra, en el clavo. Caminó unos pasos más hasta quedar por delante de él, y tanto Naruto como el propio Hatake se giraron para mirarle, interrogantes. La expresión de Sasuke, iracunda, trataba de ocultar sus imprecisos sentimientos.
-No tengo... ninguna clase de locura adolescente, y menos por Sakura.
Los dos shinobis le lanzaron sendas miradas incrédulas. Acto seguido, se volvieron para seguir caminando, con una pachorra impresionante, y el jinchuuriki respondió:
-Ya, claro. Eso no te lo crees ni tú.
El gesto del menor de los Uchiha se crispó. Se sintió pillado, pero no estaba dispuesto a admitirlo ante nadie, empezando por sí mismo.
-¿Qué has dicho? Repite eso y te convierto en ceniza de Kyuubi, capullo –fue la acerada respuesta del shinobi.
Naruto se encogió de hombros con gesto teatral, sonriendo confiado. Kakashi volvía a estar enfrascado en la lectura de su Icha Icha Paradise, y Sasuke comenzó a sospechar que tal vez ellos habían presenciado su "pecado" de la noche anterior. Aquel maldito beso, inmóvil en el interior de su cabeza, como si alguien le hubiese tomado una fotografía y la hubiese calcado en sus pensamientos, sólo que aquella fotografía tenía olor, sabor y tacto de mujer. Sakura, que a primera hora de la mañana se aparecía en su mente como un personaje irreal y ajeno, se le presentaba ahora totalmente tangible y cercana, y sentimientos cuya existencia desconocía comenzaban a insinuarse en los bordes de su imaginación. Sintiéndose observado, Sasuke apretó el paso. Detestó a Sakura con todas sus fuerzas, pero en pocos instantes el odio se transformó en otra cosa... cuyo nombre sospechaba pero no se atrevía a pronunciar, ni siquiera en la más estricta intimidad de sus pensamientos, custodiados por su sharingan.
Tardaron un rato en llegar a Fuyu no Hana. A aquellas alturas, y sintiéndose incómodamente descubierto por su maestro y su compañero de equipo, el Uchiha había optado por resignarse a la voluntad de aquellos dos shinobis, y no abrió más la boca, ni siquiera cuando entraron en la cafetería, tomaron asiento en una de las mesas mejor situadas y pidieron sus consumiciones a una radiante Izumi. Ni se inmutó cuando oyeron la animada voz de Sakura saludarles:
-¡Buenos días, chicos!
La pelirrosa se acercó, jovial, dando pequeños saltitos. Por un instante, Sasuke creyó ver en aquella chica que le nublaba el entendimiento a la Sakura de años atrás, aquella que fue nombrada la primera en el equipo siete, de cabello largo y con una frase que no se le caía de la boca: "¡Sasuke-kun!". El muchacho bajó la vista. La gente podía cambiar... si ella lo había hecho, .¿por qué su hermano no...?
-Sasuke, .¡Sasuke! –La voz de Kakashi le hizo volver a la realidad. Los otros tres integrantes del antiguo equipo siete le contemplaban con curiosidad.
-¿Qué? –Preguntó él, incómodo.
-Baja de la parra, tío –respondió Naruto con una risotada- y saluda a Sakura-chan, .¿no?
El menor de los Uchiha se puso en pie y lanzó a Sakura una mirada hostil que la obligó a bajar su propia mirada. Imaginó que la había herido, pero le daba igual. No obstante, hubo alguien a quien sí le importó: Itachi no apartaba sus carmesíes pupilas de la espalda de su hermano, y si las miradas matasen, él ya le habría ensartado. Sasuke no tardó en darse cuenta de esto y, girándose, activó su propio sharingan y se enfrentó, una vez más, al asesino de clan, en uno de esos mudos combates. La confrontación se alargó durante varios minutos, hasta que la pelirrosa estalló:
-¡Basta! .¡No lo soporto más! .¡O estáis dispuestos a permanecer en la misma habitación sin montar estos numeritos, o lo dejamos todo, y que sea lo que Kami-sama quiera!
Dos pares de ojos escarlatas se giraron hacia ella. Su semblante, lívido por la ira, hizo que se relajaran un poco. Tras una última mirada mutua amenazadora, los dos Uchiha tomaron asiento, el uno frente al otro, rezumando discordia. Itachi, que jugaba en su terreno, rodeó la cintura de Sakura con el brazo derecho. Las aspas del sharingan de Sasuke comenzaron a girar, mientras éste apretaba los puños. Kakashi lanzó una mirada reprobatoria al asesino del clan, que éste encajó con una altiva sonrisa, y acto seguido preguntó:
-Y bien, .¿a qué habéis venido?
Antes de que Sasuke pudiera atacar verbalmente a su hermano con una sarcástica respuesta, el Hatake respondió solemnemente:
-Necesitamos que nos digas todo lo que sepas de Akatsuki, Itachi. Es de vital importancia.
El aludido se recostó en la silla, haciéndose el interesante, bajo las atentas miradas de los shinobis, y finalmente respondió:
-...Pues lo siento, pero no os puedo contar nada.
Kakashi se escurrió de la silla, y Naruto estalló:
-¿Pero de qué vas, tío? .¡No nos pongas la miel en los labios si luego no la vamos a poder catar! .¿Y por qué no nos lo puedes contar, si puede saberse?
Itachi ignoró el gesto apremiante de Sakura y respondió:
-Aunque haya desertado de Akatsuki, no soy tan ruin como para desvelar sus secretos. Además, .¿en qué me iba a beneficiar a mí contároslo todo? Aquí estoy a salvo de vuestras leyes, no hay nada que podáis ofrecerme y... –estrechó un poco más la cintura de la pelirrosa, atrayéndola hacia sí- tengo todo lo que podría desear.
Sasuke reaccionó de manera similar al día anterior, y una vena se hinchó en su sien, a la par que un tic se apoderaba del dominio de su ceja derecha. Itachi sonrió, confiado. El jounin, observando a su alumno, suspiró, dejándole por imposible, y respondió:
-No creo que sea cuestión de ser ruin. Desde mi punto de vista, creo que es lo mínimo que puedes hacer, teniendo en cuenta que ellos van a por ti.
El asesino del clan Uchiha alzó una ceja, meditabundo. Sabía que Kakashi tenía algo de razón, aunque no estaba dispuesto a admitirlo, al menos no tan fácilmente. Miró a Sakura y preguntó:
-¿Tú qué opinas?
Ella se encogió de hombros:
-A mí no me metas. Si decides contarles lo que sabes o no, es asunto tuyo.
Itachi suspiró, teatral. Finalmente, dijo:
-Creo que me lo pensaré. Sakura, tráeme un té, haz el favor.
La pelirrosa se puso en pie sin rechistar y se dirigió a la barra en silencio, dispuesta a obedecer dócilmente los deseos del Uchiha. Éste, por su parte, encaró a los tres shinobis de la Hoja con toda la parsimonia del mundo, especialmente a su hermano. Sasuke llevaba mal la presión, no soportaba las silenciosas burlas de su hermano. En su cabeza todos los elementos de su habitualmente ordenada vida empezaban a entremezclarse: su venganza, su malvado hermano, Sakura, los celos. Y ella, ella, había sido la causante de todo. Furioso, se puso en pie y se dirigió hacia donde la Haruno se encontraba, apoyada en la barra, esperando el té que Amaya preparaba primorosamente, bajo el escrutinio de los ojos de Itachi, pero eso ya le daba igual. "Que se vaya al cuerno" Él tenía cosas más importantes en que pensar.
Cogió a Sakura del hombro y anunció, apremiante:
-Tengo que hablar contigo. Ahora.
-¿Ahora de ya? –Preguntó ella, que ya había intuido que el Uchiha no estaba precisamente de eso que llaman un humor radiante.
-Eso mismo –respondió él, cogiendola de la muñeca y arrastrándola al interior del baño de hombres, que afortunadamente, estaba vacío.
Ella se apoyó en un lavabo y le miró, sin tapujos. Sasuke se sintió incómodo, pero no lo demostró. Sencillamente adoptó su posición de tipo duro y, por decir algo, preguntó:
-¿Piensas colaborar o qué?
La pelirrosa tardó unos segundos en reaccionar:
-Ah, te refieres a que anime a Itachi a que os cuente lo de Akatsuki –miró al muchacho a los ojos y respondió-. He dicho que yo no iba a meterme. Ya lo has oído.
-No seas terca –replicó Sasuke-. Es importante.
-Ya, pero a ti no te interesa lo más mínimo, .¿me equivoco, Sasuke? Tú lo que quieres es cargarte a tu hermano y hasta luego. Lo demás te da igual.
Él dio un respingo.
-Es cierto que mi venganza es importante, pero está íntimamente ligada al éxito de la misión de Konoha en la Ciudad de la Frontera.
-Oh, cierto, lo olvidaba –respondió la Haruno, sarcástica-. Al parecer, en los años que he estado fuera de Konoha, el gran Sasuke Uchiha ha ganado en moralidad, y ha pasado de darle igual lo que pudiera pasarle por empeñarse en vengarse de su hermano, a que ahora prefiere que la Villa le cubra las espaldas. Bienvenido al mundo de los mortales, Sasuke. Ten cuidado, el primer contacto puede impresionar un poco.
-No me calientes, Sakura... –advirtió el vengador.
-¿O qué? .¿Vas a pegarme, Sasuke? .¿Es eso? O mejor¿Vas a besarme?
El Uchiha alzó los ojos, para hallar los de la muchacha frente a ellos. Su expresión era decidida, pero en lo más profundo de sus verdes ojos brillaba una mota de anhelo, esa porción de la psicología femenina inseparable del resto que en aquellos momentos rogaba: "Por favor, declárate y dime que me besaste porque sientes algo por mí". Él sabía que podía rendirse a sus emociones, a los pies de Sakura y por tanto a los de Itachi, pero su orgullo masculino (los Uchiha son muy machos) se lo impedía, de manera que se aferró a un clavo ardiendo: la sensibilidad de la pelirrosa, la intimidad de sus sueños infantiles.
-Ya te gustaría –respondió Sasuke, seco.
Los ojos de Sakura se abrieron como platos.
-¿Qué?
-Lo que has oído. Ya te he besado una vez, y no pienso malgastar mi tiempo haciéndolo más veces.
El Uchiha se giró, haciendo ademán de marcharse. La chica gritó:
-¡Espera! –Sasuke se giró con aire indiferente-. Tú... anoche... Por... ¿Por qué lo hiciste?
El shinobi hizo un gesto de pensar, como si tuviera que hacer memoria, ante la desesperada mirada de su antigua compañera de equipo. Finalmente se encogió de hombros y respondió:
-Es que tenías la cara justo ahí, y... bah, no sé, me aburría. Además, al menos conseguí que te largaras.
A la pelirrosa se le heló la sangre en las venas, y se quedó clavada en medio del aseo del Fuyu no Hana. Él, por su parte, se limitó a dejarla sola allí dentro, y salió arrastrando esa atmósfera oscura y glacial que parecía envolverle desde niño. A Sakura no tardaron en empezar a fallarle las piernas, y cayó pesadamente al suelo sin hacer ruido, con los ojos fijos en las baldosas, mirándolas sin verlas. Las palabras de Sasuke, huecas y frías, se repetían incansablemente en su cerebro, como el eco rebota en las paredes de una cueva. Casi sin querer, una lágrima resbaló por su mejilla, y esbozó una sonrisa triste. "Claro. Qué ingenua he sido... pensar que Sasuke sería capaz de... capaz de amar" Permaneció a solas con su congoja en el aseo hasta que un usuario masculino la hizo largarse, momento en que optó por tragarse la melancolía y salir de allí con la cabeza bien alta, como una reina, como la diosa en que Itachi prometió convertirla años atrás.
Una extraña guerra parecía librarse entre Itachi y Sasuke, mientras el primero revelaba ciertos detalles a un atento Kakashi, y Naruto se aburría someramente, hasta que Izumi, que estaba al tanto de todo, le pidió que le echara una mano con unas cajas, a lo que el Uzumaki aceptó, encantado. Sakura salió adoptando pose rígida, lo más digna que pudo, pero Sasuke no pareció hacerle el menor caso. Se sintió ofendida. En aquel momento, Kakashi tuvo un mal presentimiento, cuando Itachi detuvo su arenga para lanzar una mirada de desdén a su hermano menor, acercarse a Sakura y acariciarle con delicadeza el cabello mientras murmuraba:
-Mi doncella Sakura... sólo yo soy consciente de lo mucho que vales... a todos los niveles.
Apenas acababa de pronunciar estas palabras cuando los labios del mayor de los Uchiha se juntaron con los de su alumna mientras con el brazo derecho rodeaba con presteza su cintura y con la mano derecha asía la nuca de la chica, todo esto bajo las atónitas miradas de Kakashi, Naruto, las camareras y media docena de clientes de la cafetería a aquellas horas. La escena se reflejaba con claridad en las pupilas de Sasuke, que guiado por un acto reflejo, se puso en pie de un salto, pero sus extremidades se negaron a moverse de pura frustración. Las cosas no tenían que haber salido así.
Itachi besaba mejor que Sasuke, o al menos, le ponía más dedicación al asunto. Esto pensaba Sakura mientras se abandonaba a los cálidos brazos del Uchiha, dejándole ahondar en el beso, haciéndolo más profundo, más húmedo. Las mejillas de la muchacha se tornaron del color de la grana, mientras Sasuke apretaba los puños hasta el punto de que sus propias uñas clavándosele en la carne le hicieron sangrar. Itachi supo que era el momento idóneo. Deshizo el beso, dando tiempo a que sus alientos se entremezclaran, bebiéndose el de ella como si fuera un preciado licor, hipnotizándola a base de aquella madura seducción latente que rezumaba en ciertas ocasiones, dándole el aspecto de un detallista demonio de la lujuria.
-I... Itachi... –murmuró Sakura con un hilo de voz, y la última vocal pareció curvarse en un suave gemido de placer.
-Sólo yo sé lo que realmente vales... y la clase de besos que te mereces, mi doncella –lanzó una mordaz mirada a Sasuke, que parecía consumirse en sí mismo, con los ojos clavados en la pareja.
Kakashi supo que era momento de irse... antes de que se cometiera un fratricidio en la cafetería Fuyu no Hana. Se puso de pie y anunció:
-Sasuke, Naruto, tenemos que irnos.
Nadie acudió a su orden. Itachi esbozó una maliciosa sonrisa y secundó al jounin:
-Eso es, marchaos, chicos... Obedeced a vuestro sensei, que le estáis dejando mal.
El Hatake lanzó una mirada de fastidio al criminal de Konoha, que sonreía con Sakura aún entre sus brazos. Ésta, azorada, evitaba las miradas de sus antiguos maestro y compañeros de equipo. No en vano la noche anterior les había asegurado que no había ninguna relación más allá de la puramente académica entre Itachi y ella... ¡Y de repente, sin previo aviso, él la había besado! Un beso agridulce, que le colgaba el cartel de mentirosa del cuello, pero que al mismo tiempo la había inundado de un regocijo que creyó eternamente perdido cuando Sasuke anunció la razón por la que la había besado la noche anterior. La suplicante mirada de la pelirrosa, ansiosa por dar explicaciones, buscó a los shinobis de Konoha por todo el local, pero ellos ya se habían marchado.
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Kakashi miraba un escaparate con desinterés, sin perder de vista a sus dos alumnos, mientras se preguntaba cómo iba a salir del atolladero. Habían quedado con los demás en Fuyu no Hana, centro de operaciones por excelencia, pero el jounin no tenía ánimos de volver a aparecer por allí, al menos en unas horas, y sabía que lo mejor tanto para Sasuke como para Naruto era no ver a Sakura en unos días. Demasiadas cosas habían ocurrido en menos de una semana, y el Hatake había empezado a darse cuenta, ya de verdad, del efecto que había producido la temida adolescencia en aquellos dos chicos, y había hecho falta la presencia de la pelirrosa para desencadenarlo todo.
-Sensei... ¿Qué hacemos?
La abatida voz de Naruto le devolvió a la realidad. Estaban parados en medio de una calle de la Ciudad de la Frontera, sin hacer nada concreto, esperando algo que los tres sabían que no ocurriría: que los demás averiguaran por ciencia infusa que no habría reunión en Fuyu no Hana y que fuesen en su busca. Kakashi suspiró. No podía comportarse como un crío, a su edad. Mejor pensar algo alternativo.
-Vamos al hostal. Cuando los demás vean que no estamos en la cafetería, nos buscarán allí, imagino –se encogió de hombros y rió, forzado, tratando de quitarle hierro al asunto-. Itachi les contará que nos hemos ido y, por esa regla de tres, intuirán que nos hemos ido al hostal.
-Eso si Itachi se digna a comportarse... –comentó el jinchuuriki, mirando de reojo a Sasuke.
-Hmph –El Uchiha no había abierto la boca desde que habían abandonado la cafetería.
Su aspecto estaba visiblemente desmejorado, se le veía alicaído, pero Sasuke era del tipo de los que jamás lo reconocería. Se limitaba a encerrarse en un agresivo mutismo del que era preferible no tratar de sacarle. Kakashi, esbozando una forzada sonrisa bajo su máscara, anunció:
-Bueno, vámonos, pues.
Así, los tres shinobis emprendieron el camino hacia su hostal atravesando las bulliciosas calles de la Ciudad de la Frontera, preguntándose en qué punto de la historia Sakura se había convertido en el punto de inflexión de sus destinos... uniéndoles, como una broma macabra, con el asesino del clan Uchiha, hasta el punto de que sus futuros en aquella maldita ciudad se confundían, convirtiéndose en uno hacia el inevitable final: la organización Akatsuki.
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Sakura no tenía fuerzas para mirar a Itachi, y éste tampoco se había esforzado en llamar poderosamente su atención. La pelirrosa había sido besada por los dos hermanos Uchiha en un lapso relativamente reducido de tiempo, y su mente estaba hecha un lío. Por un lado, quería hablar con Sasuke, explicarle que lo de Itachi no había sido más que un vacile; por otro, la tentación de mandar a los shinobis de Konoha a tomar viento y comenzar algo serio con el asesino del clan Uchiha era especialmente fuerte. No obstante, ella sabía mejor que nadie que no podía dejarse embaucar por él. Itachi la había dejado anonadada con un solo beso, pero la Haruno sabía perfectamente que el criminal más buscado de la Villa de la Hoja, si había de amar, no sería a ella. Sólo estaba jugando... sólo eso, y por desgracia se le daba exquisitamente bien.
-Hey, Sakura –la grave voz del Uchiha la hizo salir de su ensimismamiento de un respingo-. Te necesito en las mesas dos y siete, tómales nota e infórmales del menú del día.
Ella asintió con la cabeza, contrita. Itachi la miró, alzando una ceja, y espero a que le diera la espalda para preguntar, con voz maliciosa:
-No te puedes sacar "eso" de la cabeza, .¿verdad?
Un escalofrío recorrió la médula espinal de la muchacha. Odiaba que él fuera tan perspicaz. Hundió la cabeza entre los hombros.
-Era... la primera vez que me besaban así, Itachi-sensei.
El asesino sonrió para sí.
-¿Cómo? Pensé que mi hermano, como buen Uchiha, se habría esmerado un poco más al besarte... los hombres de mi familia teníamos muy buena fama en la Villa de la Hoja, dejando aparte lo de ser buenos ninjas –suspiró, teatral.
Ella se sonrojó.
-No, si cuando éramos pequeños él también tenía mucho éxito entre las chicas, pero... su interés por el tema... era nulo. Sólo pensaba en ti... en su venganza, quiero decir.
Itachi rió, malicioso.
-Esa información es realmente jugosa. Creo que podré meterme con él bastante gracias a ello...
-¡Itachi...!
-Vale, vale. Era broma.
-Itachi...
-Bueno, vale, tal vez no lo era –el asesino del clan Uchiha esbozó esa sonrisilla maliciosa tan característica en él. Adoraba la idea de meterse con su hermano menor.
Ella resopló, hastiada. El sarcasmo del criminal más buscado revelaba que éste se encontraba en plena forma. Sakura se preguntó si tampoco Itachi había sentido nada al besarla. Como si le hubiera leído el pensamiento, él comentó:
-Volvería a hacerlo, Sakura... una y mil veces más.
-Y en todas ellas, el resultado sería el mismo, .¿no es cierto? –Preguntó, muy seria.
Itachi la miró a los ojos.
-Sakura... soy un hombre que se arrancó el corazón y lo lanzó lejos hace mucho tiempo. Los sentimientos son un privilegio que, como criminal de rango S y asesino de mi propia familia, no tengo el derecho de disfrutar –ella le miró a los ojos. No era momento de tener miedo-. No obstante, tú eres especial, mi doncella. Lo sabes.
El Uchiha se dio la vuelta, dispuesto a continuar con sus quehaceres, pero para ella la conversación no había terminado. Adelantándose un paso, gritó:
-¡.¿Y qué si soy especial si no consigues que me lo sienta?.! –Itachi se giró lentamente, con su sharingan destellando. Había algo aterrador en aquella mirada, como una advertencia de que todo para él era pasajero, incluido el afecto que sentía por su alumna-. Ahora dirás que no sea egoísta. Me da igual. Llevo muchos años siguiéndote sin rechistar, Itachi. Ya es hora de que yo diga lo que yo creo conveniente.
-Sakura... –la voz del asesino sonaba tan calmada como siempre- ni mi hermano ni yo somos el príncipe azul con el que sueñas. Ni lo éramos cuando nos conociste... ni lo hemos empezado a ser con el paso de los años. Pero si quieres una pista... te diré que para conquistar... digamos "definitivamente" a un Uchiha, tienes que hacer que se rinda. Los Uchiha somos shinobis implacables hasta para eso, Sakura.
Ella le observó. Su semblante reflejaba su sorpresa.
-¿Por qué... me revelas esto, Itachi?
-Pues porque... las mujeres sois complicadas, y tratar con vosotras... siempre me ha resultado difícil. Pensaba que estos años contigo me habían dado más tablas en ese aspecto, pero ahora veo que no es así. Tú demandas mucho afecto, y yo soy una persona parca en palabras y acciones que demuestren un cariño sincero. No obstante, trato de conciliar estos dos problemas, y me parece que... la única manera de hacerte sentir especial por mi parte es... ayudarte a que seas feliz.
El shinobi comenzó a caminar de nuevo hacia la barra de la cafetería, cuando la Haruno preguntó:
-¿Y ese beso?
-El beso es... un regalo. No creo que te sea útil para utilizarlo a tu favor ante mi hermano, pero no me cabe la menor duda de que agilizará el proceso.
La pelirrosa no se atrevió a preguntar de qué proceso se trataba. Simplemente optó por dejar ir a Itachi, consciente de que todo lo que él hacía, lo hacía por una razón. Esbozando una sonrisa, Sakura se dispuso a ahuyentar de su mente aquella problemática, al menos por unas horas, y regresó al trabajo.
¿Qué os ha parecido? .¿Quién quiere que Itachi le haga un "regalo" como el que le hace a Sakura? Pues a la cola, guapas... xD
Y ahora, la respuesta a los reviews anónimos:
Rianne: Bueno, aquí tienes de todo lo que me habías pedido: SasuSaku, ItaSaku y un Sasuke que más que estar celosín, se sube por las paredes... se lo merece, .¡por cabrón! xD
Arashipotter: Bueno, he aquí ambas peticiones, SasuSaku (pero raro xD) e ItaSaku. Me alegro que te gustara el capítulo 15... la verdad es que me asustaba un poco meter a Gaara porque es tan buen personaje que me da miedo fastidiarla con él... En fin, lo haré lo mejor que pueda, shannaro!
Andriu: Hala, aquí tienes a tus Uchihas, a todo volumen! XDD No es un capi muy largo (gomen...) pero no me negarás que es intenso! En fin, me alegra que te inspire tanto, espero que este capítulo te haya gustado n.n Por cierto, muy astuta tu inner... eso de tentarte con Itachi con el pelo suelto es muy ingenioso xD Yo también caería xDDD Muchas gracias por tus largos reviews!
shiho-Haibara: En fin, me alegra que te gustara el 15... la mayoría de la gente se limitaba a echarme la bronca porque no salían Itachi, Sasuke ni Sakura... T.T Bueno, espero que te guste también el 16 n.n
sakura5: Bueno, he aquí una "especie de SasuSaku" si es que los celos se consideran romance... Personalmente... a mí me encantan! Espero que a ti también :-P
Dermiel: Me halaga mucho que digas que mi fic merece la pena n.n Espero que te guste. Respecto a la técnica, efectivamente sirve para ralentizar el tiempo, y permite a Sakura tener sueños con visiones del pasado y del futuro, pero solo a veces. No obstante... ¿quién sabe? Lo mismo tiene algún otro efecto que desconocemos... seguiremos informando xD Respecto a lo de la aclaración, no te preocupes, que no me ofendo :-) Yo ya lo sabía, normalmente utilizo el término de "pederasta", "pedófilo" y demás de manera humorística en el caso de Temari con Shikamaru y de exageración por parte de Naruto cuando habla de Sakura... pues para él, ella sigue siendo esa jovencita que fue su compañera de equipo xD Ya conoces al Uzumaki. Bueno, espero que te haya gustado este capítulo :-D
Aguz: Bueno, me alegra que te haya gustado el KibaIno, aunque sea una pareja rara, he tratado de hacerles lo más fieles posibles al manga original... en el que no cruzan ni dos frases xD en fin. Aparece tu Sasuke en este capítulo 16! Un poco déspota... pero Sasuke, al fin y al cabo xD En fin, espero que te guste ;-)
ada wong: Me alegra que te esté gustando el lío ItaSakuSasu, como verás, en este capítulo se enreda de lo lindo... xD Y lamento que no te guste el NejiHina... ú.ù
Y esto es todo n.n Muchas gracias a todos!
Kwatz!
