—¿Qué es esto? —preguntó el Director, sopesando un sobre amarillo que les había llevado un Pidgey.

—Parece… una carta —dedujo hábilmente el Productor.

—… ¿de quién será? —se preguntó una maquillista.

—Sólo hay una forma de saberlo —dijo el Director, tomando un abre-cartas.

—¡ESPEREEEEEEEEN! —interrumpió Flint—. Podría tener una bomba.

El silencio y la incertidumbre se apoderaron del equipo de Chafamex Productions. Flint tomó el paquete y lo sopesó meditativamente. Le acercó un imán y estudió el efecto del magneto.

—Bueno… si explota, no tendrá el efecto de una granada —lo olió—… y no será algo grande. En fin… En Taro Adun! —invocó, y de un solo golpe abrió el sobre. No explotó.

— ¬.¬ tú y tu paranoia —reprochó el Director. Pero Flint no respondió. Contemplaba, horrorizada, el contenido del sobre.

—¿Qué… es… esto?

Sacó un conjunto de dos papeles extraños, de distintos colores, con caras de un lado, que tenían un mismo patrón de tamaño. Los examinaron con cautela.

—… no es marihuana —se decepcionó Flint.

—Al menos no es papel de baño —comentó, entusiasmado, un camarógrafo.

—¡Eso es…! —exclamó el Productor de repente, tomando uno de los papeles—. Sí… es… dinero.

Murmullos de admiración. Entonces, inocentemente, se escuchó la pregunta básica:

—¿Y eso qué es?

—¿Se come?

—No… eeeh… verán…

—Dinero: dícese de lo que sirve para comprar cosas, pero nunca lo suficiente —informó el Director.

—¿Y cómo llegó aquí? —preguntó el Jefe de Camarógrafos. Flint revisó el sobre otra vez y sonrió.

—Cortesía de una de nuestras fans. ¡Gratzie mille!


DISCLAIMER: Todo lo relacionado con Tyson, Rei, Hilary, Kai, Max, Kenny, Daichi, Jin Tempestad, el abuelo de Tyson, el Sr. Dickenson y demás personajes que aparecen en Beyblade, es propiedad de Takao Aoki. Yoblade, empero, es invento mío. Cualquier alusión a personas reales, vivas o muertas, no pretende más que hacer reír al vulgo.

(música matona)

Poco tiempo hay para aniquilar

Los precandidatos que joroban ya

y deberás matar

para volver

en 2006 otra vez

Es Yoblade! Yoblade!

(más música matona)

Hazlos chismear siempre de ese modo

y "¡yo no fui!" deberás gritar,

nuestro partido siempre ganará,

no lo puedes evitar...

Es Yoblade! Yoblade!

(un último cachito de música matona, y luego...)

Es Yoblade! Es Yoblade!

YoBlade!

¡Voten ya!

Está usted cordialmente invitado… ¡A HINCAR A SU MADÉRE! (Invitation to Battle)

—Vamos, vamos, vamos, vamos… —decía Daichi una y otra vez, con su molesto sonsonete.

—Que no, que no, que no, que no… —contestaba Tyson, harto hasta el hartazgo.

— ñ-nU chicos… —intentó calmarlos Hilary.

— ò.ó ¡TÚ CÁLLATE!

— · . ·U…

Kenny suspiró mientras atacaba con el Stylus una serie de bloques en su NDS™. Shinji seguía implorándole a su madre (que no recordaba, pero era EVIDENTE que debía tener) que viniera y lo salvara. Entonces tuvo un feo, feo pensamiento. ¿Y si era huérfano…? Era demasiado horrible. No, no podía ser. No…

—¡BASTA! —gritó. Daichi y Tyson, malinterpretándolo, dejaron de pelear… por cinco minutos, tras los cuales siguieron con su intrascendente discusión a distancia de allí.

— ó-ò ¿Qué te pasa? —preguntó Hilary.

—No… no es nada.

—No le gritaste a esos dos.

—…

—Bueno, como quieras.

En el fondo, Hilary no quería que sus sospechas fueran corroboradas. Estaba casi segura de quién era ese niño. Después de todo, el parecido era demasiado grande para no notarlo. Pero no olvidaba tampoco lo que Max, el omnisciente Max, había dicho.

No… no es un demonio… al menos, no se siente como uno. Pero…

¿Pero?

Tampoco libera la cantidad suficiente de energía positiva. Si no fuera porque sé que es imposible, te diría que es un "agente libre".

¿Quieres decir que…?

Si, su energía está toda mezclada. Su aura es gris, aunque a veces se pone algo más oscura. Lo más probable es que él sea demasiado bueno para el Infierno, pero no lo suficiente para el Cielo, si me entiendes.

—¿En qué estás pensando? —preguntó Shinji.

—No es nada.

—… te gusta Tyson.

No era una pregunta.

—ò/./ó ¿Cómo dices eso? —se enfureció Hilary.

—n-n Entonces sí es cierto.

— ¬/-/¬ Eres demasiado insolente. Justo como… —se interrumpió. Era mejor no dar nada por sentado.

—¿Cómo quién? —preguntó, ansioso, el pequeño insolente.

—Como Daichi.

—¬.¬ no me insultes.

—¬.¬ pues no me molestes.

-· / -·- / ·-

Suspiró.

Otra vez, sentía que le faltaba algo. El Señor estaba descansando, preparándose para partir. Y debería estar haciendo lo mismo, pero no podía. Algo le faltaba, pero no sabía qué. Llevaba así varios años, unos ocho, para precisar. Pero tampoco recordaba que hubiera pasado algo importante hace ocho años. Volvió a suspirar y decidió obedecer la orden de su señor y descansar.

-· / -·- / ·-

Daichi arrojó limpiamente su yoblade hacia un colchón inflable que flotaba en la alberca, en una impresionante demostración de habilidad y estupidez. Habilidad, porque se encontraba a varios metros de su blanco. Estupidez, porque el susodicho blanco reventó, haciendo creer a todo el mundo que había estallado una bomba.

Cuando se descubrió lo que pasó, Daichi y Tyson fueron expulsados del lugar, además de que se les cobró por el colchón. Muy a su pesar, Hilary, Kenny y Zope… es decir, Shinji, abandonaron el lugar también.

Mientras tanto, Rei recordó que había dejado su cepillo de dientes en casa de Tyson. Le molestaba tener que regresar, pero… para su fortuna, no había nadie. Fue por el cepillo y ya iba de salida, cuando vio una nota. Bueno, más que nota, era una pancarta fosforescente con letras gigantes que indicaba que Jin Tempestad quería otro duelo contra Tyson, en determinado lugar y hora.

Pero Tyson tenía demasiados entretenimientos, pensó Rei. Así que tomó la pancarta y se presentó en dicho lugar y hora.

— ¬.¬ Quería hablar con el dueño del circo, no con los animales —dijo Jin Tempestad al ver a Rei.

— ¬-¬# precisamente por eso vine yo —replicó Rei—. Escoria como tú no merece enfrentarse al campeón mundial.

—Hu-uuu-uy, parece que alguien está algo… ardido.

— XO ¡CLARO QUE NO!

—¿Te molesta? .¿No lo aguantas? Bien —Jin, radiante de malignidad, decidió aceptar al animal en vez del dueño del circo—. Está bien. Peleemos.

—Eeeeh… en realidad no venía a pelear.

— · - ·U …¿qué?

—n.ñU pues… verás… yo… de hecho… sólo pasaba por aquí.

— ¬.¬ ¿Ah, sí? .¿Y qué hace la pancarta que le dejé a Tyson en tu mano?

—n.ñUU Ah, te refieres a esta pancarta. Verás, es una historia divertida…

—XO ¡Al demonio con eso¡Pelea o muere!

—ñ.ñUUU ¿No podría solo irme?

Y así empezó la legendaria guerra épica entre Jin y Rei. Bueno, no fue legendaria, porque nadie se enteró de ella y quienes participaron la olvidaron rápidamente. Tampoco fue guerra, porque sólo fue una batalla. Y tampoco fue épica porque no hubo nada heroico, poético o notable en ella.

Quizá lo único interesante fue que Jin demostró poseer habilidades increíbles sin necesidad de un político bit. Rei temió que fuera a atreverse a postularse como candidato ciudadano a la presidencia de los Estados Unidos Mexicanos (si no ha sido cambiado ese nombre) en el 2006, lo que sería terrible, porque no podría ser eliminado en una elección interna... Todo lo cual era demasiado horrible.

Por su parte, Jin caviló en que Rei, además de inútil y falto de talento, era un idiota engreído y celoso que no merecía el rango de humano por su extraña apariencia. Pero, en el fondo, muy MUY en el fondo, era un buen chico. Así pues, decidió que Tyson era un inepto a la hora de hacer amigos.

Ah, y si a alguien le interesan esta clase de datos por mera afición a la estadística, Jin derrotó a Rei. Tan-Tan!