• "Infinite Stratos" pertenece al autor Izuru Yumizuru.

• Historia original del usuario y autor: Kerlongsj Evert Orlejov.

• Historia sin fines de lucro, de un fan a otros fanáticos.

Anotaciones:

―Los diálogos se muestran entre guiones largos―

"Las aclaraciones y los mensajes se muestran entre comillas dobles"

La narración en tercera persona se muestra en letras normales.

Las palabras en cursiva indican narración, monólogos o pensamientos del personaje.

LAS PALABRAS SUBRAYADAS INDICAN UBICACIONES

{Las palabras entre corchetes y en cursiva indican un diálogo en un idioma diferente}

¡CRACK! ¡PUNCH! ¡BOOM! Indican efectos de sonido

Capítulo 1: Primer encuentro.

WALLONIA (7 AÑOS ANTES DEL INICIO DE LA SERIE)

Nubes grises se extendían por el cielo formando una vasta y aparentemente interminable cúpula cuyo único objetivo parecía ser privar de luz y calor el mundo tanto como les fuera posible. Cada pocos segundos una ráfaga de frio viento anunciaba su presencia golpeando contra la piel de todos los seres que en esa tierra habitaban. Para cualquier persona, la primera impresión seria que una tormenta estaba a punto de ocurrir, y sin embargo ni la más pequeña gota de lluvia había descendido.

Muy pocas personas eran conscientes que de hecho, una tormenta se estaba llevando a cabo. Y para encontrarla, no hacía falta más que apartar la mirada del cielo y dirigirla hacia el interior de una prisión.

Dos mujeres, una de cabello negro y una de cabello rosado estaban luchando. Pero lo que es más importante, era que estaban perdiendo.

Sus ropas estaban sucias y desgarradas en diferentes puntos; las fibras textiles restantes ponían todo su esfuerzo para aun mantenerse unidas. Los cuerpos de ambas féminas se encontraban en un estado muy similar: mugre, moretones, cortes y abrasiones cubrían casi cada rincón de sus cuerpos.

Sus respiraciones jadeantes, rostros sudorosos, miradas cansadas y el balanceo visible que experimentaban sus cuerpos dejaban indudablemente en claro que las 2 no tardarían demasiado en sucumbir. En este punto, cada gramo de sus fuerzas parecía enfocarse solo en mantenerlas conscientes y no en permitirles luchar apropiadamente.

―¡Déjenos ir de inmediato! ¡Soy un ciudadano japonés!― la pelinegra gritó en el idioma nativo, del cual tenía conocimiento. Las cuerdas vocales de su garganta parecían haber sido remplazadas con las de una leona y su rostro albergaba una expresión de furia totalmente comparable.

¡Punch!

Uno de los guardias la golpeó directamente en la cara y provocó su caída; los labios de la bella mujer comenzaron a sangrar. Ella había intentado evadir el ataque pero su cuerpo no respondió a tiempo.

―Tais toi, sallle truit! (Cállate, perra sucia!)― gritó su carcelero con ira y con total falta de arrepentimiento por la violenta acción que había cometido ―No tienes derechos. Denle con los tasers―

Dos hombres obedecieron inmediatamente su orden. De sus cinturones, ambos tomaron las pistolas taser y apuntaron hacia el cuerpo de la pelinegra. Su amiga quería ir a ayudarla pero sus piernas se negaron a obedecer.

―AAAAAAAHHH!―

El dolor fue de lo más atroz. Cuando las puntas metálicas impactaron contra su piel fue doloroso, pero nada comparado con los millones de voltios que llegaron justo después. En los puntos punto de contacto ella podía sentir su piel quemándose y destruyéndose; la electricidad la atravesaba y le retorcía el interior. Desde los pies a la cabeza, no hubo una sola célula de su cuerpo que no estuviera experimentando esa horrible sensación. Cada segundo fue agonía pura.

Al poco tiempo ella perdió el conocimiento, lo cual desde el punto de vista objetivo, fue una absoluta bendición.

―Por ahora, ambas pueden estar aquí― dijo el hombre que la había golpeado apuntando hacia una celda sucia. Varios de sus subordinados tomaron a la mujer inconsciente y también a su amiga quien por más que lo intento no pudo librarse del agarre o mínimo resistirse.

Las arrojaron violentamente sin el menor de los cuidados, primero a la de pelo negro y luego a la de pelo rosa. Cerraron la puerta con llave y comenzaron a salir de aquel sitio dignarse a darles una segunda mirada.

La mujer de cabello rosa volteó en dirección a sus captores cuando estos se estaban alejando. Su cuerpo apenas podía moverse, pero su sistema y músculos respiratorios aun funcionaban. Tomando una enorme respiración, les gritó a sus carceleros unas palabras que no estuvieron desprovistas de odio:

―¡DÉJANOS IR DE INMEDIATO! ¡¿No sabes quiénes somos?! ¡SOY TABANE SHINONONO Y ELLA ES CHIFUYU ORIMURA!―

De hecho. Eran Chifuyu Orimura y Tabane Shinonono. El primer piloto y el brillante inventor de Infinite Stratos. La famosa campeona del Mondo Grosso y la mujer más inteligente del mundo. La mujer más fuerte que jamás haya existido y la Renürion.

Y ambas estaban en un buen lío.

¿Cómo era posible que ambas mujeres, increíbles por si solas e imparables una vez juntas, terminaran así?

De una visita a Gran Bretaña, las 2 volaron a Bélgica. ¿El motivo? Se estaban difundiendo rumores de lo que parecía ser una amenaza para los Infinite Stratos: los Nanite Hackers. De una pequeña organización clandestina 20 años antes de la revelación del IS, fueron los reemplazos de los pilotos, que se encuentran principalmente en los países más pequeños de Europa.

Las pilotos no los conocían mucho. Los piratas informáticos estaban esparcidos por todo el planeta y en un mundo globalizado y dependiente de la tecnología digital e internet, ellos eran parte del pan de cada día. En Europa, se llamaban a sí mismos ―Legales―.

También hubo piratas informáticos en Oriente Medio. Eran un completo misterio para el IS. Querían encontrar información sobre la facción de Medio Oriente de la facción Legal.

Es por eso que Chifuyu fue etiquetada para llevar a cabo esta peligrosa misión. Tabane insistió en acompañarla y su amiga estuvo de acuerdo. Como se había dicho antes, ambas eran mujeres muy fuertes, muy listas y muy hábiles. Los 2 seres más poderosos que actualmente caminaban sobre la faz del planeta. Combinen eso con el perfecto e inigualable pilotaje del arma más poderosa jamás creada, con las especificaciones más altas y los ecualizadores más poderosos de última generación. Cualquier persona de inmediato se daría cuenta de que la probabilidad de victoria era del 100% y de hasta 1,000,000% si a uno se le permitía la libertad de exagerar.

Quizás fue por la amalgama resultante de todos estos factores que ambas mujeres fallaron. La confianza se les subió a la cabeza ahogando por completo su sentido de la precaución y bajaron la guardia.

Antes de que se acercaran siquiera a Flandes, ambas mujeres fueron víctimas de una rápida y elaborada emboscada.

Antes de que pudieran usar sus unidades, estas les fueron arrebatadas al poco tiempo las 2 mujeres ya estaban metidas en prisión.

Incluso son sus habilidades y poder sobrehumano, Chifuyu y Tabane estuvieron a la total merced de sus captores. Esos hombres podrían no ser tan fuertes y hábiles como ellas, pero su conocimiento de artes marciales, conocimiento del terreno, conocimiento de sus enemigas, acceso a armas y gran numerosidad, les dio una gran ventaja sobre ambas mujeres.

Después de horas de inútiles interrogatorios, ellas habían intentaron escapar aprovechándose del más mínimo descuido de cualquiera de sus captores, solo para fallar miserablemente. Como resultado, las 2 mujeres fueron nuevamente golpeadas y arrojadas a esta celda.

Por azares del destino, fue una celda que compartieron con otra persona.

―Oye, ¿te importa callarte? Me importa un carajo quién eres pero es mejor que te calles. Quiero dormir― dijo en su propio idioma. Su voz era áspera y cansada, y su tono dejaba en claro que carecía totalmente de la autoridad para imponer sus demandas por lo que tuvo que contentarse solo con transmitirlas.

Tabane miró hacia arriba. De debajo de una manta sucia, apareció un niño. Era apenas dos años más joven que ellas.

―¿Quién es usted?― la científica preguntó con cautela. Puede que pareciera un niño, pero considerando el estado en que ambas mujeres se encontraban, no iba a arriesgarse a nada.

Lo último que les faltaba era tener que lidiar con un verdadero delincuente.

El niño se puso de pie y caminó hacia ellas.

―Eso no es de tu incumbencia. ¿Qué le pasó a tu amigo?― él preguntó mientras señalaba casualmente con el dedo hacia una Chifuyu inconsciente, que respiraba de forma lenta y cada poco tiempo sufría pequeños espasmos.

―Hmph, no tengo que decirte eso― Tabane bufó y apartó su mirada.

Él niño suspiró profundamente.

―Bueno, será mejor que lo hagas. Ella necesita ayuda y las descargas eléctricas no son tan agradables―

Esa declaración hizo que la científica volteara a ver al joven:

―¿Cómo lo supiste?―

―Tu amiga tiene buenos pulmones, puedo ver la marca de quemadura eléctrica en su piel y no es la única que ha recibido los 'maravillosos tratos' de esos bastardos― el niño respondió con un tono que estaba ahogado en el más puro sarcasmo.

―Si ya lo sabias, ¿para qué me preguntaste?― Tabane volvió a interrogarlo.

―Porque esperaba que me dijeras alguna otra información importante sobre los daños que ella sufrió. Pero veo que pierdo mi tiempo contigo― su tono no cambió en lo más mínimo.

La mujer japonesa podía sentir su sangre hirviendo como resultado de las palabras de ese desconocido. Antes de que ella pudiera decir cualquier otra cosa, el chico se inclinó ante Chifuyu y la acostó boca arriba. Por alguna razón, se sonrojó al ver su rostro.

―Quizás yo pueda ayudar― esta vez él habló con un tono que delataba completa honestidad.

―¿Qué piensas hacerle a Chi-chan?― cuestionó la científica con una voz claramente amenazante. Su cuerpo ya se estaba recuperando de todos los daños sufridos pero aun carecía de la fuerza para proteger a su mejor amiga.

El niño no le respondió. En su lugar, puso ambas manos en el rostro de la mujer inconsciente con la máxima delicadeza, cubriéndolo casi por completo.

Fue entonces cuando Tabane Shinonono vio algo inaudito.

Una extraña energía de color celeste comenzó a surgir de las manos del desconocido y a trasladarse hacia el cuerpo de Chifuyu. Moviéndose con la elegancia del agua, esta energía muy pronto la cubrió por completo. En solo un par de segundos, Chifuyu parecía tener un aura del color del cielo abrazándola.

Sin embargo, esto solo fue el principio del espectáculo.

Cada herida en la mujer pelinegra comenzó rápidamente a sanar. No importaba la clase o que tan severo fuera el daño, la extraña energía no encontró limitantes para realizar su sublime labor. Los moretones fueron difuminados, los cortes fueron cerrados sin que las cicatrices quedaran como recuerdo, las abrasiones fueron curadas saltándose todo el proceso de generación de la costra y regeneración de la piel.

El cuerpo de Chifuyu Orimura ahora se encontraba libre de toda clase de heridas, sus espasmos también se habían extinguido y en su hermoso rostro ahora habitaba la calma. Con excepción de pequeños rastros de suciedad y su ropa rasgada, cualquiera pensaría que la mujer estaba tomando una pequeña siesta.

Fue entonces, en el instante en que su trabajo estuvo hecho, que la extraña energía celeste regresó todo su camino en dirección a las manos de su propietario. Tan rápido como había cubierto el cuerpo de la mujer japonesa de la cabeza hasta los pies, la energía la abandonó en sentido contrario volviendo a su lugar de origen.

Desde el momento en que el chico tocó el rostro de Chifuyu hasta curarla por completo, solo habían pasado menos de 10 segundos.

Tabane Shinonono no podía creer lo que acababa de presenciar. A falta de un mejor término, ella definiría lo que había ocurrido como un hechizo mágico de curación, de esos que se veían en cada juego de rol que su país de origen tenía el gusto por crear. Sin embargo, ella era una mujer de ciencia que se negaba rotundamente a creer en algo tan ridículo como la magia. Para ella, todo lo que las personas consideraban sobrenatural tenía una explicación científica perfectamente comprobable.

Y este 'hechizo' no era la excepción.

―Eso debería ser suficiente― el niño habló con total tranquilidad y mostrando una sutil sonrisa por ver su trabajo finalizado. Tabane detectó algunas señales de cansancio en su tono y su rostro, dándole a entender que el desconocido pese a tener experiencia en esta clase de curación, de alguna forma lo dejaba agotado ya sea física o mentalmente.

―Mmm…― la mente de Chifuyu estaba comenzando a regresar al reino de la conciencia. Abrió los ojos y vio al niño sentado carca de su cabeza y cuyas manos estaban tocando con total libertad su rostro.

―Yo― en un segundo, la pelinegra se puso de pie y empujó al chico hasta el final de la celda. Chifuyu hizo que su antebrazo derecho quedara sobre la garganta del chico, sometiéndolo ―Ow, ¿cuál es la gran idea?― preguntó este con dificultad debido a la ligera falta de aire.

―¿Quién eres tú?― preguntó en un tono firme pero amenazante. Luego cayó en la cuenta de que era capaz de moverse sin ningún problema y que sus heridas ya no existían ―¿Le hiciste algo a mi cuerpo?― ella exigió respuestas.

―Lo he curado. ¿Es así como tratas a alguien que te ayudó? Pero sí, los pilotos no son conocidos por sus amistades―

Al oír su respuesta, Chifuyu dejó ir al chico quien aterrizó sobre su trasero. Pese a una mala primera impresión y dejarse llevar por sus intentos de combate, no era tan hipócrita como para someter a la persona que la había ayudado.

―Supongo que eres uno de los así llamados Hackers Nanite― fue el comentario de la científica. Ella estaba demasiado sorprendía al principio para entenderlo, pero pronto se dio cuenta de que este chico debía ser justamente el objetivo que les encomendaron eliminar.

―Correcto― respondió sin inmutarse el desconocido, mientras recuperaba el aliento por el ataque y se frotaba el cuello.

―¿Por qué estás aquí? Pensamos que los hackers fueron los que nos capturaron― esta vez cuestionó la pelinegra.

―Sí, esa es la razón por la que han matado a tantos de mis amigos. Por supuesto, estos tipos no son piratas informáticos. Son otra cosa―

Chifuyu se inclinó hacia él ―Aquí, te ayudaré a levantarte― dijo ofreciéndole su mano.

El desconocido la tomó y volvió a ponerse de pie.

―Gracias, Chi-chan―

Sus palabras le hicieron fruncir el ceño a la japonesa y mirarlo con disgusto.

―¿Por qué me llamas de esa manera?― le cuestionó nuevamente con un tono amenazante.

―Eh, tu amiga te llamó así cuando nos conocimos― respondió el chico sin darle importancia.

¡Punch!

―¡Tabane!― Chifuyu golpeó a la mujer con orejas de conejo en la cabeza. Una vena de enojo podía apreciarse en su frente.

―Eso es cruel, Chi-chan― ella respondió infantilmente.

Ignorándola, la mujer pelinegra volteó hacia el chico ―Ella es Shinonono Tabane y mi nombre es Orimura Chifuyu, pero solo Chifuyu está bien. No tienes permitido el llamarme de otra manera― lo último claramente fue una orden.

―Si, si…― respondió el hombre con un tono carente de emociones.

―Oye chico― Tabane llamó la atención del desconocido y de paso también de su amiga ―Gracias por ayudar a Chi-chan pero te molestaría hacer lo mismo conmigo― para acentuar sus palabras, ella inclinó ligeramente la cabeza mientras su rostro se transformó en la expresión máxima de la dulzura e inocencia pura; dio un par de suaves parpadeos con el fin de rematar.

―No compras a nadie con ese truco tan barato― fueron las terminantes palabras del desconocido. La pelinegra asintió con la cabeza estando de acuerdo con él.

―¡¿Eh?! ¡¿Cómo eres capaz de llamar truco barato a esta cara tan bonita?!― la científica exclamó con un claro berrinche infantil y de sus ojos brotaron cómicas lágrimas.

El chico la miró con indiferencia antes de responder:

―Si ya es extremadamente difícil que me compren los hombres, entonces lo es todavía más que lo hagan las mujeres― su rostro cambió para expresar su molestia ―Te curaré si te callas y dejas de exagerar―

―Bien― dijo Tabane deteniendo su teatro.

El chico procedió a hacerle lo mismo que a Chifuyu pero con la única diferencia es que en esta ocasión el punto de contacto con su objetivo fue en sus manos y no su rostro. De inmediato la energía celeste brotó de las extremidades del desconocido hasta rodear todo el cuerpo de Tabane. La pelinegra también estaba enfocando su completa atención en el proceso; un resultado de la natural curiosidad humana y ver en vivo el método por el que el chico desconocido fue capaz de curarla.

Siendo una científica, la mujer con orejas de conejo mecánicas nunca se perdía de la trascendente oportunidad de experimentar con todo aquello que llamara su atención; daba igual si ella era la observadora o el sujeto de pruebas. En este caso, fue lo segundo.

Desde el instante en que la energía celeste se transfirió y tocó sus dedos, hasta el momento en que fue totalmente cubierta por ella, Tabane registró mentalmente las sensaciones y acciones que esta le producía en su persona.

Una comparación subjetiva pero práctica seria la sensación de los granos de arena más fina que se pudiera encontrar siendo vertidos contra su piel. Tan finos y móviles que fácilmente podían hacerse pasar por un líquido pero ella lo detectó casi como un sólido. Fue extraño pero muy agradable y sin dudas relajante.

En cuanto a sus heridas, ella advirtió el alivio y la función de una efectiva anestesia prácticamente de inmediato. A menos que los receptores de dolor, mecánicos y térmicos estuvieran bloqueados, no había manera en que una persona no sufriera de los efectos secundarios de las heridas al ser sanadas, ya sea por mecanismos naturales o médicos, tales como el dolor, picor o sensación de calor. Ninguna de esas cosas estuvieron presentes durante el insólito proceso.

Exactamente igual que con Chifuyu, todas las heridas de Tabane desaparecieron en un instante. Y cuando la energía terminó, volvió rápidamente a su dueño quien ahora mostraba más signos cansancio.

Fue una pena. A Tabane le hubiera gustado que el proceso durara más, tanto por motivos científicos como personales.

―Gracias― ella le agradeció debidamente. El niño se encogió de hombros y luego se metió las manos en los bolsillos. No le importaban los agradecimientos pero tampoco iba a rechazarlos. Además de que tenía que descanzar luego de haber aplicado su curación 2 veces seguidas.

Ambas mujeres japonesas se tomaron el tiempo para observarlo con detenimiento.

Él llevaba el uniforme de prisionero naranja. A pesar de que era dos años más joven que Chifuyu o Tabane, era un poco más alto.

Su rostro es lo que las personas podríamos llamar único. Tenía ojos de color gris verdoso, como las escamas de un reptil pero mucho más brillantes, y cabello rubio oscuro. Estaba cubierto de cicatrices que por alguna razón le quedaban bien. En la frente, tenía uno pequeño y dos en la barbilla, uno un poco más pequeño que el otro. El más grande estaba en su mejilla derecha. Era una T girada, la vertical era un trozo de círculo y terminaba en la más pequeña que estaba horizontal en el medio del primero.

―Entonces, ¿qué están haciendo Chifuyu Orimura y Tabane Shinonono tan lejos de casa? Oh, espera, no tienes que decírmelo. Querías investigar a los hackers, pero te dejaron sin aire y te trajeron aquí―

Chifuyu estaba perpleja ―¿Cómo sabes eso?―

―Chica, ese es mi trabajo. Y debido a que estás aquí, he descubierto por qué te trajeron aquí y por qué, a diferencia de muchos de mis amigos, todavía estoy pateando― el chico estiró sus brazos y tronó su cuello ―Bueno, ¿qué les parece si nos ayudamos mutuamente a salir de este basurero?―

Chifuyu lo miró con sospecha ―¿Cómo sabemos que podemos confiar en ti?―

Decir que el chico estaba molesto sería un eufemismo.

―Te he sanado a ti y a tu ridícula amiga. ¿No es prueba suficiente?―

―¡Oye!― la aludida se quejó. Para este punto ella también se había puesto de pie.

Nuevamente, Chifuyu Orimura tuvo que darle un punto al desconocido. En situaciones como esta, es obvio que nadie ayudaría a otro si no buscara ganarse su confianza. Y si era sincera, ella quería salir de allí cuando antes.

―Muy bien― la mujer dio su veredicto ―Compartir esta información conmigo y salvarme es suficiente por ahora. ¿Quién eres, chico?― preguntó cruzándose de brazos.

―No soy un chico. Tengo 15 jodidos años―.

―Te pregunté tu nombre, no tu edad― Chifuyu remarcó lo obvio ignorando el lenguaje soez del joven.

―Si insistes, niña― Chifuyu se irritó con la última palabra ―Soy Kerlongsj Orlejov―

―Apodado El galo más fuerte― Tabane terminó la frase con una pícara sonrisa en su rostro. Kerlongsj volteó a mirarla algo sorprendido.

―¿Cómo incluso…? No importa, genio Lo entiendo― el galo no le dio mucha importancia considerando que sabía quién era esa mujer de cabello rosado.

―¿Qué es este lugar?― preguntó Chifuyu llamando la atención del hombre, sabiendo que cualquier información sobre la zona era vitalmente útil.

―Una prisión especial dirigida por una organización privada. Los altos mandos lo sabían, porque los piratas informáticos seguían desapareciendo por este lugar. Llegué aquí hace unas semanas y vi pasar a muchos tipos, pero por alguna razón, me salvé. Ahora sé por qué―

Ante esas últimas y enigmáticas palabras, Chifuyu lo miró con una mirada perpleja.

―¿Qué quieres decir?―

Kerlongsj respiró hondo y continuó con su explicación:

―Te quitaron tus unidades, ¿verdad? Quieren usarlas para la producción en masa, pero a diferencia de las normales, querían hacer algo diferente que pudiera igualar las unidades personales usando Nanites. Imagina: la fuerza y la velocidad de un Infinite Stratos con la flexibilidad y la innovación de las armas de los piratas informáticos― una risa sin gracia se escapó de sus labios ―2 más 2 igual a caos puro―

Chifuyu arqueó una ceja ―Pensé que los hackers no eran tan fuertes―.

Kerlongsj se acercó a ella y se encontraron cara a cara.

―Al principio, sí, pero ahora que ALGUIEN puso el mundo patas arriba― dijo con mucha ponzoña mientras miraba a Tabane, quien ridículamente volteó hacia un lado y comenzó a silbar ―Todo fue mucho más rápido. Me reclutaron hace un año y nueve meses. Un demonio me salvó de un ángel. Así es como las feministas las llaman a ustedes, ¿verdad?―

―¿Qué quieres decir con eso?― preguntó la pelinegra.

―No es asunto tuyo, pero volvamos al tema. Sí, los piratas informáticos son de alguna manera equivalentes a los pilotos solo que mucho, pero MUCHO menos infantiles y llorones―

―¿Estás hablando de mí?― la científica preguntó con los ojos entrecerrados y una voz plana.

―Tabane es obvio que habla de ti― fue la lacónica respuesta de su amiga.

La rara pero agradable interacción que estaban pasando los 3 prisioneros los habría hecho reír si la situación no fuera tan amarga.

―Entonces, ¿dices que quieres que nos ayudemos a escapar?― la japonesa de cabello negro le preguntó con escepticismo.

―Así es. Saldremos en este mismo instante―

Chifuyu sonrió sarcásticamente ―Oh, ¿de verdad crees que podemos irnos así nada más? Tenemos que encontrar la manera de romper estas rejas o preferiblemente abrir la puerta sin que nadie nos oiga y luego planear muy cuidadosamente cada uno de nuestros movimientos para salir―

Kerlongsj le dirigió una mirada aburrida a la mujer de mayor altura. Luego dio unos cuantos pasos hacia la puerta y la abrió como si nada.

―Por supuesto que podemos. ¿Vienes?― al galo casi se le escapa una fuerte risa cuando vio que las bocas de las dos mujeres golpearon el suelo por la sorpresa.

―Entonces, ¿podrías escapar todo este tiempo?― preguntó la pelirrosada.

―Sí, como hace tres semanas.―

―Entonces, ¿por qué no has hecho eso?― ahora fue el turno de Chifuyu.

―Bueno, eso tiene una explicación fácil. En la torre hay un amigo muy querido de mí. Escapar sin él me mataría literalmente. ¿Hagamos un trato?―

―¿Qué propones?― Chifuyu continuó la conversación.

Antes de responder, Kerlongsj tensó su rostro tan firmemente como el acero y afiló su mirada en dirección ambas mujeres, mirándolas como un juez que estaba a punto de condenar a un acusado solo por existir. Las siguientes palabras que iba a pronunciar lo decidirían todo durante los vertiginosos minutos que duraría su escape e iba a asegurarse de que las 2 mujeres frente a él tuvieran muy en claro que hablaba en serio.

―Te ayudo a recuperar tus unidades y tú me ayudas a recuperar a mi amigo. Ni siquiera pienses en traicionarme. Si lo haces, te volaré y mi mentor comenzará una guerra total en la que estamos muy bien preparado. Fuera de eso, tienes todas las razones para ser fiel a mí―

Chifuyu y Tabane se miraron y asintieron.

―Lo aceptamos. ¿Tregua?― Chifuyu le ofreció una mano.

―Tregua― Kerlongsj tomó su mano. Rápidamente dejaron el lugar.

Kerlongsj mostró el camino; lo tenía grabado perfectamente en su memoria. Tuvieron que pasar a hurtadillas tan desapercibidos como les fuera posible, debido a que todos los prisioneros estaban durmiendo pero aun había algunos guardias despiertos. Encontraron a los guardias inquietantes y a los reos aún más.

―Este es un espectáculo de fenómenos― murmuró Chifuyu.

―No tienes que decírmelo. No hables de hecho― fue la rápida e igualmente baja respuesta del hombre, quien usando señales manuales les indicó que se detuvieran. Adelante había 2 guardias, una mujer y un hombre.

El galo y la japonesa planearon una rápida estrategia y en un segundo la pusieron en acción.

Rápidamente, los 2 saltaron hacia los guardias quienes intentaron detenerlos pero el dúo fue mucho más rápido y ágil. Fue una buena suerte que los guardias no hubieran llamado a sus compañeros o de lo contrario estarían en muy serios problemas.

Los eliminaron rápidamente y sin piedad. Chifuyu le dio a ella un golpe de kárate en el cuello rompiéndole las vértebras cervicales mientras Kerlongsj sacó a su objetivo rompiéndole el cuello con una llave de lucha candado.

―Heeeh, este lugar es tan grande e interesante― expresó su opinión la científica con picardía.

Chifuyu se dio la vuelta ―Tabane― dijo molesta.

―No estamos en un viaje escolar― Kerlongsj detuvo cualquier estúpida discusión que las 2 pudieron haber tenido de permitirles proseguir. Guiadas por el galo, el grupo pasó por una gruesa puerta hecha completamente de acero.

Y una vez dentro, pudieron verlo.

Monstruo.

Dentro de esas 4 paredes de concreto y metal, moraba lo que cualquier persona definiría como un enorme monstruo. Poseía una estructura claramente felina pero de un tamaño que ningún felino en este mundo debería ser capaz de alcanzar. Su pelo era de textura salvaje y tan negro como la noche sin luna. La mera ferocidad que exponían sus ojos amarillo claro era acompañada por una bestial dentadura de la que sobresalían 2 pares de enormes y filosos colmillos. Lo mismo podía decirse de las peligrosas y letales garras que existían en las patas de la criatura, listas para desgarrar la piel y el musculo de su próxima víctima.

Se podría decir que era un gato mutante que sobrepasaba el tamaño de un rinoceronte blanco adulto. No se parecía en nada a algo más normal. Mirando a sus 'invitados' el monstruo hizo nacer desde su garganta un sonido horrible. Una mescla horripilante entre un siseo y un gruñido gutural que les provocó fuertes escalofríos a ambas mujeres.

―¿Lo adoptamos Chi-chan?― habló Tabane en un tono carente de toda burla y por lo tanto totalmente honesto.

¡Punch!

Lo que le valió a Chifuyu otra razón para golpear a su amiga de nuevo.

―¡Kerlongsj!― gritó la pelinegra hacia el galo. Sus instintos de lucha-huida le estaban gritando desesperadamente que optara por lo segundo.

―No te preocupes por él― el monstruo se calmó inmediatamente después de ver a Kerlongsj ―Me he hecho su amigo―

Sin el más mínimo rastro de miedo, el galo se acercó y acarició al animal quien cerró sus ojos en señal de gusto. No había duda de que lo disfrutaba. Tal acción por demás asombrosa, termino sorprendiendo nuevamente a ambas japonesas.

―¿Cómo te hiciste amigo de él?― preguntó Chifuyu aun sin creer lo que veían sus ojos.

Kerlongsj sonrió cuando se detuvo y la volteó a ver: ―Bastante fácil. Cuando los humanos son monstruos, los monstruos se vuelven amigos― el gato gigante gruñó, por lo que el hombre lo volvió a ver ―Estoy escapando, amigo. Dentro de poco tú también podrás escapar. Solo dame el tiempo―

Y por tercera vez en ese día, Chifuyu y Tabane se sorprendieron. El hacker se hizo amigo de los monstruos y pudo comunicarse con ellos. El gato pareció comprender.

―Te veo en otro momento― dijo finalmente antes de voltear hacia Chifuyu y Tabane ―Síganme―

El grupo avanzó nuevamente a través de esa sala dejando atrás al enorme felino. Al poco tiempo, terminaron enfrente de otra gruesa puerta de metal, hermana gemela en toda regla a la anterior ―En esta habitación están tus unidades―

Ambas mujeres no tardaron en juntar las piezas. Ellas se dieron cuenta que ese gato gigante era el equivalente a un 'Perro guardián' pero con un nivel de peligro y letalidad aumentado hasta la décima potencia.

Del mismo modo, se dieron cuenta de los restos de cadáveres que en esa sala también existían, acompañados por el penetrante olor de sangre y carne; ninguna de ellas lo suficientemente frescas. Las 2 mujeres japonesas estaban infinitamente agradecidas de haberse aliado con el galo o de lo contrario hubieran acabado en el estómago de ese monstruo.

Kerlongsj abrió la puerta con la misma facilidad que la anterior y el grupo finalmente entró.

Se trataba de un laboratorio computacional y de ingeniería. Pequeño en dimensiones pero provisto de todo el equipamiento y tecnología necesarios para el exhaustivo estudio y diagnóstico de las unidades IS.

Las chicas tomaron sus unidades que estaban dispuestas justo en medio de una mesa de análisis. Al parecer habían llegado justo a tiempo antes de que comenzaran los procedimientos.

―Gracias― Chifuyu dijo mientras tomaba su unidad y se la colocaba. En su forma cerrada era un brazalete blanco mientras que la de Tabane (como uno esperaría) era un adorno con la imagen de un conejo.

―No detecto nada de mala influencia. Ahora es tu turno para el trato― Kerlongsj les exigió a las 2 japonesas.

La pelinegra asintió ―Sí, apúrate― ambas desplegaron su IS.

―¿Qué estás planeando?― preguntó el joven Orlejov perturbado y su rostro lo expresó a plenitud.

―Estamos tomando la ruta fácil―

CRAAACK!

Chifuyu lo levantó y volaron por el techo. El joven Hacker apenas tuvo tiempo para maldecir.

WAN! WAN! WAN! WAN! WAN!

Inmediatamente se dispararon las alarmas.

―Hombre, eres estúpida― dijo el galo con resignación y frustración.

―¡Cállate!―

A los pocos segundos, los miembros del trio se encontraban parados en la parte superior del edificio.

―Jack―

Las 2 mujeres siguieron con su mirada hacia el punto donde Kerlongsj estaba viendo.

Por cuarta vez en ese día, se llevaron una nueva sorpresa.

Vieron algo que estaba contenido y prácticamente encarcelado en una jaula de potentes arcos eléctricos. Se trataba de un ave de un hermoso color negro carbón, similar a un cuervo pero con el pico más pequeño y ojos blancos. La linda ave piaba con todas sus fuerzas tanto para expresar su felicidad por volver a ver a su amigo como por su deseo de salir de ese maldito sitio.

―¿Qué es eso?― Chifuyu preguntó con incredulidad.

―Ese es Jack, mi guardián. Es un grajo. Me ayuda a controlar mis nanos―

El pájaro obviamente estaba sufriendo. Kerlongsj caminó hacia el panel, pero tan pronto como comenzó a manipularlo, se puso de rodillas.

Preocupada, Chifuyu se inclinó hacia el ―¿Qué ocurre, Kerlongsj?―

Por alguna razón, cuando Chifuyu estaba tan cerca de él, la hacía sentir lo que ella solo podía llamar 'inestable'.

―No puedo, me he sobrepasado en mis limites por haberlas curado a las 2― el joven Orlejov apretó su mandíbula hasta que sus dientes chirriaron de la ira ―Joder, joder, joder. No quiero que termine aquí, justo antes de tener éxito― golpeó el suelo con el puño sin importarle que se lastimara.

―Hahaha― una risa hibrida entre la burla y el narcisismo hizo acto de presencia ―Bueno. Es bueno que yo, el súper genio Tabane Shinonono, esté aquí para salvar el día. Puedo hacer esto sin ningún problema― ella le dio al monitor una mirada superficial antes de que su rostro cambiara a una mueca aburrida ―Pero siendo sincera, esto no vale mi tiempo―

―Si puedes hacerlo, deja de perder el tiempo y hazlo. Necesito a ese tipo― el joven Hacker le exigió a la genio.

―Hai, hai, no te preocupes― ella sentó y comenzó a manipular con increíble rapidez el panel digital consiguiendo en solo un instante hackear el sistema.

―Jack― Kerlongsj quería levantarse, pero aunque su voluntad era fuerte sus rodillas no podían sostenerlo.

―Deja que te ayude― Chifuyu tomó al niño de un brazo y lo hizo pasar por encima de su cuello.

Nunca iba a admitirlo, pero la oportunidad de tener tan cerca al joven galo y hacer contacto físico con él le resultó extremadamente maravillosa.

Kerlongsj estiró su brazo libre hacia el pájaro quien sin perder tiempo voló hacia su amigo y se posó en su mano. La hermosa ave de color negro frotó su rostro contra la palma del Hacker como una pequeña pero noble muestra de lealtad y amistad. Luego, Kerlongsj trasladó a Jack hasta su hombro y, con una luz intermitente, el galo recuperó su poder y pudo dejar de apoyarse en la mujer japonesa. Jack estaba batiendo sus alas con pura alegría.

―Sí, me alegro de verte también, pequeño― dijo mientras acariciaba al pájaro ―Gracias a las dos― les dijo a ambas mujeres japonesas.

―Fue un placer― dijo Chifuyu con total honestidad. No obstante, pronto su cara se transformó en una mueca de disgusto ―Pero ahora tenemos que lidiar con los guardias―

Como ambas pilotos ya habían recuperado sus unidades IS, sus probabilidades de victoria aumentaron considerablemente. No obstante, basándose en las palabras del galo, si ellas realmente se estaban enfrentando con gente que había conseguido dar caza y matar a los Hackers, teorizados como las únicas personas con la capacidad de competir y luchar a la par contra los pilotos de IS, entonces no estarían exentas de serias dificultades.

Ni a Chifuyu ni a Tabane les gustaba admitirlo, pero aún existía la posibilidad de que ambas fueran derrotadas.

―Déjame eso a mí― habló Kerlongsj al mismo tiempo que tocó el monitor.

En un instante, la extraña energía celeste que las había curado a ambas fue transferida hacia la pantalla que brillo de exactamente ese mismo color. La energía encontró su camino a través de todos los cables de fibra óptica, eléctricos y por cualquier otro medio, incluso el mismo concreto. Fue un espectáculo de luces celestes las cuales iluminaron todo el piso, luego toda la torre y finalmente todo el edificio.

Por las cámaras ubicadas en la habitación, los miembros del trio pudieron ver que los prisioneros y los guardias por igual recibieron en sus cuerpos el impacto de esa energía. En solo una fracción de segundo, estos estallaron como si una pequeña pero poderosa bomba se hubiera alojado en sus entrañas y posteriormente detonado.

Fue un gran baño de sangre. Incontables paredes y pisos de toda la instalación fueron pintados con un profundo líquido carmesí y toda fue obra únicamente de un chico y su pájaro.

Los Hackers son de temer. Fueron los pensamientos de Chifuyu, quien estaba usando cada gramo de su voluntad y autocontrol para no horrorizarse ante lo visto.

―Sugiero que es mejor salir de aquí― dijo Tabane en un estado muy similar al de su amiga.

―Sí, ¿dónde está la puerta?― esas palabras fueron de Chifuyu.

Con una sonrisa, el galo respondió ―Las puertas son para mariquitas― Kerlongsj alzó su brazo y emitió otra onda de energía celeste con la que hizo un enorme agujero en la pared.

―¿No vas a liberar a tu amigo… gato… cosa gigante?― Tabane le cuestionó al joven Orlejov.

―Ya lo hice. Durante mi ataque también destruí las puertas de su celda y todas aquellas que lo lleven a la salida. Él es listo y sabrá como escapar se aquí―

―¿No te preocupa que cuando escape llegue a matar a otras personas para alimentarse y sobrevivir?― esa pregunta fue de Chifuyu. No era tan inconsciente como para dejar que un monstruo carnívoro saliera a sus anchas al mundo y matara a las personas solo por seguir su instinto.

Y a juzgar por el tamaño de esa bestia, los integrantes de una familia promedio solo le servirían como aperitivo.

―Descuida. Dije que es un monstruo pero también que es listo. Sabrá alejarse de los humanos y solo cazará animales para comérselos. Su color le permitirá pasar desapercibido y quizás en el futuro nos volveremos a ver―

Ambas mujeres no estaban muy seguras de que tan certeras serían las palabras del galo con respecto al felino gigante, pero no les quedo de otra más que aceptarlas. Si él pudo hacerse su amigo, entonces había muy pocos o ningún argumento que ellas podrían usar para convencerlo de lo contrario.

Los 3 salieron por fin de esa prisión. Las dos mujeres gracias a sus trajes mecanizados y mientras que Kerlongsj utilizó sus Nanites para crear una patineta flotante. Volaron lo suficientemente lejos de la prisión antes de detenerse.

―¿Qué vamos a hacer ahora? ¿Matarnos unos a otros?― dijo Kerlongsj mientras se volvía hacia las dos.

El joven Hacker era consciente de que ambas habían venido hasta este sitio a buscarlo y muy seguramente eliminarlo.

Fue una deducción bastante simple: no había motivos para enviar a las 2 mujeres más poderosas del mundo a una misma misión si no fuera para garantizar el completo éxito de esta. Y considerando que los Hackers eran un potencial peligro para la actualmente declarada arma más poderosa del mundo, eliminar a Kerlongsj era una opción no solo valida sino totalmente aceptable.

Eran diferentes de cualquier manera que se pudiera imaginar, pero se salvaron la vida uno al otro hace un momento.

―No quiero matarte, Kerlongsj― dijo la pelinegra de manera rotunda.

―Yo tampoco, Chifuyu― el galo de respondió de la misma forma.

Después de eso, comenzó un incómodo silencio. Kerlongsj lo rompió cuando señaló la dirección donde se encontraban los pilotos.

―Si vuelas en esa dirección, volarás hacia el sur y llegarás a Francia. Me voy al norte. Me alegra haberte conocido, Chifuyu. Espero que podamos encontrarnos en mejores condiciones―.

Una nueva sonrisa se marcó en el rostro de la hermosa pelinegra.

―Eso también lo espero. Sayonara y buena suerte Kerlongsj Orlejov―

―Saluut (Adios), Chifuyu Orimura y Tabane Shinonono―

Luego de esa despedida, el joven Hacker voló hacia el norte. Ambas japonesas se quedaron mirándolo hasta que lo perdieron de vista.

Fue en ese instante, que las manta de nubes grises finalmente se había despejado, dándole camino a los hermosos y brillantes rayos del astro rey que fueron muy bien recibidos por ambas mujeres como un divino y relajante masaje que verdaderamente necesitaban sus cuerpos.

―¿Que les vamos a decir a los tipos de arriba?― la mujer de cabello rosa le preguntó a la de pelo negro.

―Que la misión fue un éxito― dijo Chifuyu muchas veces más relajada ―Encontramos al Hacker y lo eliminamos. Esto cuenta como una eliminación si lo piensas bien―

―No lo sé. Creo que solo estas retrasando lo inevitable, Chi-chan―

―Tal vez. Pero confió en que Kerlongsj no va a hacer algo que amerite que tengamos que volver a vernos como enemigos―

―Yo no me refería a eso. Estás enamorada de él, ¿verdad?― dijo Tabane mientras hacía una mueca jocosa.

―¡¿Qué?!― Chifuyu exclamó muy sorprendía, muy enojada y con un muy marcado sonrojo en su rostro ―¡Por supuesto que no! ¡Mejor volvamos a casa para que dejes de decir tonterías!―

―¿En serio? Y qué me dices de esos instantes en que tus movimientos cambiaron cuando estuviste cerca de él, o como sin problemas lo ayudaste 2 veces a ponerse de pie y pusiste su brazo sobre tu hombro para que él se mantuviera erguido. ¡Ah, pero no desesperes! Creo que él siente lo mismo hacia ti pues la primera vez que te miró él estaba bastante sonrojado. ¡Kyaaa! ¡Ya quiero ver como resulta la cosa entre ambos! ¡Puedes agradecérmelo cuando quieras Chi-chan!―

¡Crack!

El sistema de defensa absoluta se encargaba de proteger al piloto de todo daño que amenace su vida. Sin embargo, las lesiones desde leves hasta graves aun podían ocurrir dependiendo de varios factores como el tipo de ataque recibido, la cantidad de los mismos o el área de impacto.

Por lo anterior dicho, Tabane rezó silenciosamente para que Kerlongsj regresara de inmediato y usara de nuevo sus extraños poderes para curarla.

Su amiga, Chifuyu Orimura, le había propinado un coscorrón tan fuerte que hasta le había roto el cráneo.


Parodia: Un pájaro muy especial.

Las 2 mujeres siguieron con su mirada hacia el punto donde Kerlongsj estaba viendo.

Por cuarta vez en ese día, se llevaron una nueva sorpresa.

Vieron algo que estaba contenido y prácticamente encarcelado en una jaula de hierro que se expandía de adentro hacia afuera haciendo hasta lo imposible por mantener a su ocupante. Se trataba de un ave de un chillón color amarillo, con enormes patas de color marrón y ambos ojos cerrados claramente indicando que estaba durmiendo. Poseía una complexión física que rayaba en la locura.

Esa cosa… era literalmente obesa. No sabían si era por las plumas, la grasa, los huesos o una combinación de todo lo anterior, pero el caso era que se trataba de un ave de un tamaño gigantesco, casi el doble de alto que Orlejov, y reverendamente gorda.

―¿Qué es eso?― Chifuyu preguntó con incredulidad.

―…cobo―

La mujer pelinegra volteó a mirar a su amiga. El gesto hibrido entre desconcierto y locura en su rostro sería algo digno de fotografiar.

―¿Qué dijiste Tabane? ¿Sabes que es esa cosa?―

Alzando muy lentamente su mano y apuntando con la misma lentitud hacia la jaula, la científica retomó sus palabras:

―Eso de allí… es un Chocobo― a Tabane se le estaba dificultando severamente el pronunciar sus propias palabras e incontables veces más el creérselas.

Muchos le habían dicho con el paso de los años que estaba loca y de no ser porque Chifuyu también estaba viendo a la inverosímil ave, ella misma se hubiera arrojado de cabeza dentro de una clínica psiquiátrica.

―¡¿Qué demonios es un Chocobo?!― preguntó exasperada la mujer de pelo negro.

―Se nota que nunca jugaste Final Fantasy― fue la respuesta del galo.

―¡¿Final que?!―

―Una serie de videojuegos Chi-chan― Tabane comenzó a explicar con toda la calma que podía, intentando no perder la razón ―Los jugué de niña en mis tiempos libres. Eso de allí es un Chocobo, una de las famosas mascotas de los juegos. Es un ave no voladora―

―¡Pero claro! ¡¿Cómo va a poder volar con todo el peso que carga del cuello para abajo?!― Chifuyu dijo con un sarcasmo colosal.

―Oye, más respeto para mi amiga. Además, ningún Chocobo vuela sin importar que tan entrenados o ligeros sean― Kerlongsj defendió a su querida ave.

Chifuyu volteó a encararlo ―¡¿Esperas que nos llevemos a esta ave de aquí?!―

―Por supuesto. Esa era la parte del trato―

―Oye, entiendo que digas que es tu amiga pero dijiste que sin ella literalmente te mueres. ¿Te importaría explicar?― Chifuyu francamente esperaba la existencia de una buena explicación para esta última parte. A como ella lo veía, alimentar a esta ave era una sentencia de muerte en sí misma. La japonesa estaba bastante segura de que se podía alimentar a un pelotón entero solo con el arroz, maíz, semillas o cualquier otra cosa que la ridícula ave se tragara en un día.

Kerlongsj la miró con absoluto desconcierto antes de responder:

―Por supuesto que sin ella literalmente me muero… ¡¿Sin ella como me sustento?! Los huevos de Chocobo son nutritivos y abundantes, y con sus plumas puedo confeccionar toda clase de productos. Porque desde que cierta científica inventó unos ridículos y peligrosos trajes que solo pueden ser piloteados por mujeres, los hombres no podemos conseguir un maldito trabajo con una puta paga decente―

―¡Ahora todo es mi culpa!― exclamó molesta la mujer con orejas de conejo.

―¡Por supuesto que sí!― le respondió el galo igual de molesto.

―¡¿Pero cómo lograste que traer a un…?!―

―¡SUFICIENTE!― Chifuyu los cayó a ambos. Se puso una mano en la frente tratando de apaciguar un inmenso dolor de cabeza ―Solo tenemos que sacar al ave de aquí y cerramos el trato, ¿Cierto?―

―Así es― dijo el Hacker secamente.

―Bien. Hagámoslo― dijo la japonesa pelinegra deseando terminar lo más pronto con esto.

―Primero usen sus trajes IS para romper la jaula― fue la orden del joven Orlejov.

Con una facilidad extrema, ambas mujeres destruyeron todos los barrotes que mantenían encerrado al Chocobo. No pudieron evitar pensar que si le hubieran dado un par de comidas extra, el animal se hubiera liberado totalmente solo al reventar la jaula por su enorme tamaño. Las 2 japonesas se encontraron sintiendo lastima por los barrotes de metal y por las espaldas de los captores que tuvieron que poner a esa ave adentro de la jaula.

―¿Y ahora como nos la llevamos? ¿Rodando?― se burló la científica ―Tu amiga ni siquiera está despierta―

El Hacker puso una sonrisa antes de responder ―Ahora inicia la fase 2―

―¿Fase 2?―

Sin darles una segunda mirada, Kerlongsj utilizó sus Nanites para construir una herramienta muy parecida a una caña de pescar. De uno de los bolsillos de su ropa, él sacó una extraña verdura y procedió a insertarla en el anzuelo de la caña. Con tranquilidad, procedió a acercárselo a la cara del ave gigante.

―¡Chofuyu! ¡Mira lo que te traje!―

¡¿CHOFUYU?!

La mujer Orimura tenía el rostro tan rojo por la vergüenza y la rabia que parecía metal fundiéndose. En su interior surgieron unas descomunales ganas de estrangular al galo que tenía delante de ella.

La científica Shinonono también tenía el rostro completamente rojo, pero era por aguantarse el desquiciado deseo de estallar en carcajadas. Una sola risa que saliera de su boca y sabía muy bien que su amiga le arrancaría la cabeza.

KWEK―

Un abismal sonido se adueñó del ambiente; tan profundo como las catacumbas y tan enorme como una montaña.

KWEK KWEK―

Sonidos gemelos comenzaron a acompañarlo. Las mujeres tuvieron que mirar hacia arriba solo para ser recibidas por un par de alocados ojos azules.

―Eso es Chofuyu― dijo el Hacker con una suave sonrisa ―¿Quieres tu verdura?―

KWEK! KWEK! KWEEEEEK!―

Chifuyu Orimura y Tabane Shinonono querían volver a su reja.

.

.

.

¡BOOM!

¡TRACK!

¡CRACK!

¡CRUSH!

Una cacofonía de destrucción que no se había escuchado en esas tierras desde la Guerra de los 80 Años fue rápidamente apoderándose de esa prisión.

De arriba abajo y de un lado a otro, una gigantesca y robusta masa amarilla de plumas hacia todo lo posible por atrapar su deliciosa verdura que estaba justo enfrente de sus narices pero le resultaba imposible capturar.

Y en el trayecto, esta masa estaba dejando un desastre digno de una guerra. Muebles e inmuebles destruidos, personas inocentes y culpables heridas y muertas. El caos absoluto reinó entre las paredes de todo el lugar y no quedó nadie sin recibir al menos un pedazo de el.

―¡AAAAAAHHHH!―

Ni siquiera las 2 mujeres más poderosas del mundo. Ellas junto con Kerlongsj estaban sentados en la espalda del Chocobo, con el orden de primero Kerlongsj, luego Chifuyu y al último Tabane. Ellas iban como pasajeras mientras que el galo lo conducía la enorme ave hacia la salida.

O al menos lo intentaba.

―¡¿Cómo dejamos que sucediera esto?!― preguntó la pelinegra totalmente asustada mientras se agarraba de las plumas de esta bestia que resultaba ser millones de veces peor que aquel gato monstruoso.

―¡No lo sé Chi-chan! ¡Intentamos escapar pero de repente terminamos sobré él y nuestros IS se desactivaron!― Tabane era también una víctima del miedo. Cada sacudida del ave era un auténtico tormento, no le dio oportunidad a su cerebro de calcular o razonar como una criatura tan gorda podía moverse tan ágil y rápidamente.

―Relájense. Ya casi salimos de aquí― les gritó el joven Orlejov dirigiendo al Chocobo hacia la salida.

Justo donde había una doble puerta pesada de hierro totalmente cerrada.

―¡NOOOOOO!―

CRAAAAAACK!

El ave fue capaz de destruir sin problemas las gruesas pulgadas que conformaron las puertas de la prisión. Y aún tenía la energía para correr a la misma constante y rápida velocidad para proseguir con su intento de obtener su verdura.

―Si vamos en esta dirección, iremos hacia el sur y llegaremos a Francia. Después de la asquerosa comida que me dieron en ese sitio de mierda estoy hambriento por cualquier cosa. Me conformo con un croissant y una taza de café. ¿Qué dicen? ¿Continuamos juntos hasta después de comer?― dijo el galo ignorando las muecas de desesperación de ambas mujeres.

―¡Pero luego nunca más queremos volver a verte a ti o a esta cosa!― exclamó Chifuyu con autentico pavor.

―Un croissant y café suenan adecuados Chi-chan. Y para cuando lleguemos voy a tener todo el estómago vacío― el rostro de Tabane se volvió verde.

Y así, el grupo conformado por 2 pilotos de IS, un Hacker Nanite y un Chocobo increíblemente gordo fueron directamente y sin descanso hasta Francia a comer unos deliciosos croissant y café.

Como ya se había expresado antes, Tabane Shinonono era una mujer de ciencia. Para ella todo tenía una explicación lógica, científica y comprobable.

Sin embargo, incluso ella debía admitir que había misterios sobrenaturales en este mundo que la ciencia no solo no podía explicar sino que no debía intentar explicar, en aras de la preservación del bien físico y la salud mental de todas aquellas personas que la estudian y siguen como si de una religión se tratase.

Por tal motivo Tabane Shinonono jamás investigó las causas de porque había un Chocobo en este mundo, jamás investigó el secreto de cómo era capaz de moverse tan rápido a pesar de ser tan gordo y por qué mierdas la Policía Nacional Francesa jamás intentó detenerlos cuando ellos entraron a lo bestia sobre un pollo gigante en su territorio.


¡INFORMACIÓN SUPER IMPORTANTE!

Hola a todos, aquí el autor VIRUS-GO trayendo un viejo pero renovado fanfic y nuevas noticias.

Permítanme explicarles el significado de lo anterior:

El año pasado tuve el gusto de comunicarme y volverme amigo del usuario Kerlongsj Evert Orlejov. Le pedí su opinión e ideas para un futuro fanfic crossover de Infinite Stratos que tengo bastante planeado pero desafortunadamente mi carrera profesional no me permitiría publicar.

De hecho, hoy mismo, 7 de Julio del 2021, da inicio mi Internado Medico. Serán 2 años de extenso y fatigante trabajo en clínica que me dejará muy poco tiempo para escribir mi historia principal "La Ira de Zero" o cualquier otra que yo tenga pensada. Quizás pueda escribir algunos One/Two/Three-shots de algunas otras obras de ficción en algún formato mucho más sencillo, pero de allí a continuar escribiendo los capítulos como lo hacía con anterioridad… imposible.

Dio la casualidad de que en cierto momento Kerlongsj me envió un borrador de un futuro capítulo de su fanfic "IS and Sekirei Brave new world" y quise "modificarlo" a mi propio estilo de escritura para que él lo viera.

Jamás imaginé que esto resultaría en que Kerlongsj se deslumbrara con mi estilo y literalmente me diera absoluto permiso para reescribir cualquiera de sus historias.

A lo cual, por supuesto, yo acepté.

Mis motivos de hacerlo son 2: el enorme gusto que tengo de escribir y la necesidad de tener una historia fácil de publicar para indicarles a mis lectores que yo aún continuó activo incluso aunque ahora me encuentre en el Internado.

Entonces, deseo dejar los siguientes puntos en claro:

Este fanfic será un Remake del fanfic Crossed Paths. Se conservará la misma historia, personajes y elementos característicos (quizás añadiendo nuevos). Solo que ahora va a ser escrito utilizando MI estilo de escritura y no el del autor original.

El fanfic "original" ya está completado. Los invitó a ir al perfil de Kerlongsj y leerlo si no desean esperar a que yo publique todos los capítulos de esta nueva versión. De paso a dejarle algunas reviews a Kerlongsj, aunque también les agradecería que me dejaran algunas a mí.

Debido a que solo tengo que ―modificar― una historia que ya está escrita y terminada (algo infernalmente más sencillo que escribir una historia casi desde cero, como ocurre con casi todos los fanfics) el tiempo de publicación entre capítulos no será tan largo pero tampoco tan corto. Como el objetivo es que este fanfic "demuestre" que sigo activo en a pesar de estar en el Internado, la publicación fungirá como un sustituto del tiempo límite que he impuesto a mi historia "La Ira de Zero": 2 meses sin contar el mes que publiqué el capítulo específico, pero podría ser menos tiempo

Kerlongsj Evert Orlejov me ha dado permiso de utilizar su historia pero de ninguna forma me he adueñado de ella. De hecho, ningún capitulo podrá publicarse a menos que él me dé el visto bueno. Sí, quiero hacer varias modificaciones y agregados (especialmente las parodias) pero NADA, va a ocurrir sin su aprobación. Aviso lo anterior en caso de que algún lector me quisiera recomendar que agregue elementos específicos, OC nuevos, etc. a la historia.

Bien, eso era todo lo que deseaba avisar. Espero verlos en la siguiente actualización de "Caminos Cruzados 2.0" y quizás en la de "La Ira de Zero". Deséenme mucha suerte en mi Internado y les deseo la mejor suerte a ustedes en cualquiera de sus proyectos; sean fanfics, escolares, de trabajo y de la vida.

¡FIN DE LA INFORMACIÓN SUPER IMPORTANTE!