• "Infinite Stratos" pertenece al autor Izuru Yumizuru.
• Historia original del usuario y autor: Kerlongsj Evert Orlejov.
• Historia sin fines de lucro, de un fan a otros fanáticos.
Anotaciones:
―Los diálogos se muestran entre guiones largos―
"Las aclaraciones y los mensajes se muestran entre comillas dobles"
La narración en tercera persona se muestra en letras normales.
Las palabras en cursiva indican narración, monólogos o pensamientos del personaje.
LAS PALABRAS SUBRAYADAS INDICAN UBICACIONES
{Las palabras entre corchetes y en cursiva indican un diálogo en un idioma diferente}
¡CRACK! ¡PUNCH! ¡BOOM! Indican efectos de sonido
Capítulo 2: Segundo encuentro.
ESPACIO AÉREO DESCONOCIDO (DURANTE EL SEGUNDO CAMPEONATO DE MONDO GROSSO, UN AÑO DESPUÉS DE LA FUGA EN WALLONIA)
La teoría del Caos. Descrita como una rama de las matemáticas, la física y muchas otras ciencias que trata ciertos tipos de sistemas complejos y sistemas dinámicos no lineales muy sensibles a las variaciones en las condiciones iniciales, y donde incluso las más pequeñas variaciones en dichas condiciones iniciales pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro, imposibilitando la predicción.
Sin embargo, no es necesario ser un experto matemático o alguna clase de científico para presenciar los efectos de esta teoría que tiene la dicha de ocurrir en todo lugar y en todo momento. La imposibilidad de predecir que es lo que a uno le depara el destino y que ocurrirá en el siguiente segundo, minuto, hora, día, semana, etc. puede considerarse de los principales factores que hacen del hecho de vivir, sea algo maravilloso o algo horripilante.
Y en aras de la conservación del equilibrio universal… actualmente estaba ocurriendo lo segundo.
Dentro del corazón de Chifuyu Orimura, dentro de la mente de la mujer pelinegra, no había espacio para nada menos que el caos en su estado puro; fruto de una cadena de eventos que la ha llevado a vivir la peor de sus pesadillas.
Su día había comenzado bastante bien: luego de haber consumido un delicioso desayuno hecho por las manos de la persona que ella más quería en el mundo, viajó hacia el estadio donde se llevaría a cabo el torneo deportivo más importante en la actualidad. Todo libre de contratiempos o incidentes.
Recibió muchas miradas cuando entró por las puertas del estadio, siendo la variedad de las mismas un hecho bastante interesante. La mayoría eran de admiración, muchas otras de respeto, hubo algunas de enamoramiento y no pudieron faltar las de odio.
A Chifuyu no le importaban esas miradas ni los sentimientos o historias detrás de las mismas. Ella iba allí para ganar. Había reclamado el titulo como la mujer más fuerte del mundo en ese mismo torneo hace 3 años y volvió una vez más con el objetivo de mantenerlo. El placer y la emoción por la lucha deportiva le resultaban embriagantes y las recompensas por la victoria eran más que bienvenidas. Para cuando el sol se hubiera ocultado en el horizonte, ella ya habría regresado a casa con los resultados de su triunfo sobre todas las demás rivales.
Eso, hasta que la vida tomó la decisión de escupirle en la cara:
Escuchó la noticia del secuestro de su hermano pequeño hace una hora, poco tiempo después de su 4ta victoria consecutiva. Lo que siguió a continuación, fue algo que quedaría en su registro para siempre y en la memoria de sus millones de fans.
Pero a ella no le podría importar menos.
Chifuyu salió a toda prisa del estadio, abandonando la competencia. Las cámaras capturaron su elegante y sensual figura vestida en el acero que conformaba su Infinite Stratos. Los reporteros, como depredadores, se lanzaron a entrevistarla apenas la vieron, micrófonos y grabadoras en mano.
Ella los ignoró olímpicamente.
Activando el sistema de vuelo, ella despegó y recorrió los cielos de la tierra, viajando kilómetros y kilómetros en pocos minutos hasta al sitio donde el departamento de inteligencia del ejército Alemán le dijo dónde estaba su hermano.
Los militares se ofrecieron a ayudarla, pero ella pidió venir sola. En el pasado, tuvo que quedarse en Alemania unos años para entrenar cadetes para la ISA. La mujer japonesa era consciente de que si les pedía o aceptaba su ayuda, pasaría demasiado tiempo antes de que consiguiera volver a casa.
Estúpidas reglas y leyes militares.
¡PUM!
Con un sonoro impacto, Chifuyu aterrizó a las afueras de un almacén aparentemente desierto.
"Aparente" era la palabra clave.
No hay tiempo para un enfoque sigiloso.
¡Crak!
Ella embistió la puerta, derribándola totalmente. Varios soldados, si uno quería llamarlos de esa manera, la señalaron.
―¡Es esa perra!―
―¡Ella es la hermana de ese mocoso!―
―¡Abran fuego!―
Apuntaron con sus ametralladoras automáticas y le dispararon. Como era de esperarse, TODAS las balas fueron detenidas por el escudo de energía.
―Estúpidos imbéciles― Chifuyu habló con una voz hibrida de la furia y la decepción ―¿De verdad creen que pueden ganar?―
Uno podría cuestionar seriamente la inteligencia de esos hombres, pues todo el mundo sabía que los Infinite Stratos no podían ser dañados por algo que no fuera otro Infinite Stratos o los Hackers Nanite.
Bueno, Chifuyu Orimura no perdería su tiempo lidiando con retrasados mentales. Tenía que salvar a su pequeño hermano.
Blandiendo sus armas, se dirigió vertiginosamente hacia sus supuestos enemigos.
―¡Guah!―
Atacó al primero con sus dos katanas y lo atravesó limpiamente en su torso y abdomen.
―¡Nagh!―
Al segundo le cortó el tórax de arriba hacia abajo, con la profundidad y ángulo perfectos para herir mortalmente el corazón. Cayó muerto desangrándose.
―¡Ahhh!―
Para el tercero cortó horizontalmente su abdomen. La sangre y algunas viseras no tardaron en salir; fue una muerte agonizante.
―…―
Al cuarto solo lo decapito de un tajo.
Muchos más atacaron, pero todos cayeron como moscas.
ALMACEN DESCONOCIDO (EN ESE MISMO INSTANTE)
Por el techo de esa decrepita estructura, un chico acaba de entrar al edificio donde actualmente estaba ocurriendo una masacre. A diferencia de la japonesa, este joven prefería emplear el sigilo. Se subió a la pared y miró hacia abajo.
Sacó un cuchillo arrojadizo de entre sus ropajes y lo lanzó con extrema maestría hacia el cuello de un guardia, poniendo fin a su vida en una fracción de segundo. Luego siguió su camino repitiendo ese proceso tantas veces como fuera necesario, sin fallar ni una sola vez y sin fluctuar ni por un instante el ritmo. Sacó a tantos guardias como Chifuyu, con la extraordinaria diferencia de que ellos nunca supieron que su fin estaba cerca.
Ahora estaba en una ubicación perfecta en que podía verla luchar. Se interesó por ella y sus ojos quedaron fijos en sus espléndidos movimientos y extrema brutalidad. Una magnifica y casi imposible mescla entre una bailarina profesional y una feroz guerrera de los antiguos reinos e imperios de este mundo.
Pero ella lo había logrado.
―Man, die piloot geeft geen genade. Niet dat ik het haar kwalijk neem. Die klojo's verdienen niks beter {Hombre, esa piloto realmente no tiene cuartel. No es que me importe. Esos bastardos no se merecen nada más}― susurró para sí mismo en su idioma nativo. Imperceptible para cualquiera, incluso para él, su tono estaba cargado una pulcra admiración hacia la piloto de cabello negro.
Por la esquina de su ojo derecho, vio a un francotirador de pie y apuntando hacia Chifuyu.
Un Zastava M93 Black Arrow modificado. Identificando el arma que ese hombre portaba, el joven rápidamente comenzó a hacer cálculos en su cabeza y no le gustó el resultado. Por sí mismo, esa arma es lo suficientemente potente como para matar a un elefante adulto de un solo tiro en el cráneo. Luego de las modificaciones, ahora está destinado a matar pilotos. Un disparo dirigido a la cabeza, sin protección de algún casco e incluso con los escudos de energía, hay 60% de posibilidades de muerte por traumatismo craneoencefálico. Es mejor que actué.
De inmediato, comenzó a movilizarse en dirección al francotirador. Saltó a través de barras de hierro con la destreza de un mono y continuaba pasando inadvertido con el sigilo de una pantera. Para cualquier otra persona esto hubiera resultado imposible pero es porque este extraño joven estaba empleando Parkour, el arte francés del movimiento rápido y fluido sobre el terreno.
Un arte donde él se había vuelto todo un maestro.
Con sus agiles y precisos movimientos, este joven logró dar saltos de hasta 10 metros entre un punto y otro. Incluso realizando un salto con giro para lucirse (no es que alguien haya visto eso, pero hasta los mejores tienden a reforzar sus propios egos). Sin embargo, antes de que pudiera llegar al francotirador, la distancia era demasiado para saltar justo en el último tramo.
Escaneó rápidamente el área buscando cualquier ayuda para lograr objetivo. La mujer pelinegra acabaría con aquellos desgraciados en poco tiempo y cuando dejara de moverse, el francotirador tendría su preciada oportunidad para tomar su vida.
Fue entonces cuando vio una repisa de metal colgando, perfecta para columpiarse.
Una sonrisa se apareció en su rostro. Con una simple orden desde su mente, el extraño joven activó sus Nanites y estos empezaron a deformar su brazo derecho. Toda célula que lo conformaba, desde las óseas y musculares hasta las adiposas y dérmicas, pasando por las sanguíneas y muchas otras sin nombrar, cambiaron. Cambiaron en su ubicación, en su estructura propia y en las funciones que realizaban.
Y lo que es más importante: cambiaron en su material. Lo que antes fue una extremidad compuesta de carne, sangre y hueso, ahora estaba constituida de nada menos que metal sólido pero que se movía con total naturalidad. El resultado terminó asemejándose a una prótesis, pero centenares de veces mejor. Algo que estaba mucho más allá de la comprensión de las personas comunes.
Pero no para él.
―Furia gala― habló saltando hacia la cornisa, de la cual se sujetó con su brazo modificado.
No se detuvo ni por un instante: aprovechando la física, pero sobre todo las potenciadas capacidades de su extremidad, se hizo girar a si mismo hacia la dirección de su objetivo con una fuerza impresionante.
PUNCH!
―¡Agh!―
Las plantas de sus pies impactaron en el tórax en el francotirador haciendo que este cayera. Las 2 costillas rotas que este produjo pronto se duplicaron cuando el hombre perdió el equilibrio y cayó varios metros hacia el suelo.
"¡Mierda!" fue la grosería que salió de sus labios al instante que se estrelló, llamando la atención de Chifuyu. Por un milagro, el francotirador seguía con vida.
Por una desgracia, también continuaba con su rifle entre las manos.
―Nos vemos en el infierno, perra― y apuntó con este a la piloto.
Cuando los ojos de Chifuyu se posaron en el rifle, ella detuvo su respiración. La pelinegra también había reconocido esa arma y las capacidades que poseía. Por la distancia y la impresión, la Brunilda ni siquiera pudo reaccionar a tiempo para evadir el tiro o usar uno de sus brazos como escudo.
Incluso si no la mataba al instante, la mujer Orimura era consiente de cuál sería su destino una vez que ese hombre presionara el gatillo.
¡NO! Exclamó desesperada en su mente.
¡PUM!
¡CRACK!
Por suerte para ella, el tiro jamás fue disparado. Desde lo más alto de una estructura, el niño saltó y aterrizó sobre la espalda del francotirador, rompiendo espantosamente muchas las costillas que aún le quedaban integras y produciéndole una intensa agonía al hombre.
Pero no se detuvo allí.
Chifuyu podría haber jurado que una espada apareció de manera repentina en la mano izquierda del chico, quien levantó de toda esa extremidad solo para bajarla con una gran rapidez…
¡SLASH!
Justo en la mitad del cráneo de su objetivo.
Los ojos del francotirador se abrieron de par en par e hizo sus últimos intentos de lucha inútiles. Solo unos cuantos segundos después, cayó y esta vez para siempre.
La piloto analizó la escena con detenimiento y descubrió que sus ojos no la habían traicionado: debajo de la mano del chico un cuchillo estaba presente, manchado de sangre por uno de sus lados. El arma blanca desapareció tan pronto como había surgido cuando la mano derecha del joven misterioso (ahora nuevamente normal) chasqueó sus dedos.
El chico se bajó de la espalda de su más reciente víctima y se paró al lado del cadáver sin valor de esta.
Ella lo miró prestando especial atención en su ropa. Mientras que la piloto estaba completamente blindada con la excepto su rostro y su cabello recogido en una coleta erguida que se partía en dos a su espalda, el chico, por otro lado, estaba más vestido para el sigilo, ya que vestía un pantalón marrón claro y un suéter oscuro con una capucha que cubría sus ojos.
Ella pensó que él tomó su atuendo de un videojuego y francamente le pareció un poco estúpido hacerlo. Pero le salvó la vida y prefirió reservarse sus opiniones.
―Ha pasado un tiempo, Chifuyu Orimura― habló el chico como si fuera lo más natural del mundo referirse a ella de manera tan causal considerando la situación.
―¿Cómo sabes mi nombre?― y justo por lo anteriormente dicho, Chifuyu no pudo evitar ponerse a la defensiva.
Él sonrió ―Soy malo con los nombres y las caras, pero el tuyo no es algo que olvides pronto. Solo ha pasado un año desde que nos conocimos, pero quizás mi atuendo sea el responsable de eso. Permíteme―
Él se quitó la capucha y ella reconoció su rostro en el momento en que lo vio.
A pesar de tener una nueva cicatriz junto al ojo izquierdo, los ojos grises verdes eran uno entre miles.
―Kerlongsj Orlejov. ¿Qué estás haciendo aquí?― preguntó la mujer Orimura en un tono hibrido entre tantas emociones.
Sorpresa por descubrir la verdadera identidad del desconocido. Alegría por ver al joven que le salvó la vida hace tanto tiempo. Y temor por lo que pudiera llegar a ocurrir.
Después de todo, ellos técnicamente aún eran enemigos.
El chico sonrió, pero fue más como una excusa ―Te lo diré, pero ¿puedo acercarme sin que me mates como has hecho como esos tipos?― el señaló con un dedo hacia la carnicería que Chifuyu había provocado hace poco.
Diablos, algunos cuerpos mutilados aún continuaban escurriendo sangre.
La Brunilda lo sopesó con detenimiento. Las pilotos de IS y los Hackers Nanite eran 2 bandos enemigos tanto por objetivos como por el uso de su respectiva maquinaria para obtener poder. La verdad es que ella debería de estar capturando a Kerlongsj o mejor aún: matarlo.
Sin embargo, ella mandó esas reglas al carajo. El joven que tenía delante de ella le había salvado la vida 2 veces y eso lo hizo digno ganarse su respeto. Si los altos mandos lo dictaminan, tendría que ir por el joven Orlejov y neutralizarlo por todos los medios que le fueran posible.
Pero no por hoy.
Por hoy, la piloto y el hacker eran solo 2 guerreros que estaban en el mismo campo de batalla sin que hubiera la palabra "enemigos" de por medio.
Chifuyu asintió y esto hizo que el caminara hacia ella. Guardó la Katana de su mano derecha y, a pesar de que ella era japonesa, lo saludó al estilo occidental dandose el uno al otro una mano.
―Hombre, no es de extrañar que fueras el primero en la lista de amenazas de los Hackers. Nunca había visto a alguien tan fuerte. Incluso Azalof tendría un oponente muy difícil en ti―
El estado de ánimo de Chifuyu cambió luego de escuchar las palabras del galo.
―¿Lista de amenazas?― preguntó la pelinegra genuinamente curiosa.
―La mayor amenaza, que va de las personas a las organizaciones. Están en la lista del peligro que representan para la causa. Usted fue nuestro número uno―
―Oh, ¿por qué ya no estoy en la cima?― volvió a preguntar Chifuyu con la misma curiosidad.
Es un hecho establecido que ella es la mujer y piloto más poderosa del mundo. Estar en la cima de la lista de amenazas de una organización tan fuerte y peligrosa como los Hackers era solo uno de los muchos modos que refuerzan ese hecho. El que ya no estuviera en la cima solo podía significar 2 cosas:
La primera es que ella había estado bajando su rendimiento y ya no la consideraran una amenaza (algo humillante de cierta manera).
O la segunda, y que era una perspectiva mucho más alarmante, algo la había superado.
Bueno. Eso era algo que averiguaría muy pronto con el joven Orlejov.
―Después de conocerte, mi mentor me dijo que le revelara todo sobre ti… y solo lo hice después de que te quitó de esa lista―
―Hmph, no creo que sea una buena idea― Al parecer Chifuyu también tenía un ego que necesitaba alimentar. Y si los Hackers consideraban que ella ya no merecía estar en el primer puesto de su lista de amenazas entonces les demostraría que estaban equivocados.
―Me salvaste la vida. Si quisieras detenernos, me habrías matado en ese entonces―
Oh, así que era eso. Chifuyu se relajó luego de finalmente descubrirlo.
Si lo estaba entendiendo bien, Kerlongsj había convencido a los Hackers de quitarla de la cima de la lista debido a que ella le había salvado la vida. Si Chifuyu fuera una de las llamadas "Perros del gobierno" que solo cumplen ordenes sin cuestionarlas, ella hubiera matado al Hacker justo al instante de descubrir su identidad, aun si eso significaba poner su propia vida en riesgo, la de sus seres queridos, o peor aún, sacrificarlas.
Quizás había cosas que el gobierno (y en especial ella) aun debían descubrir sobre los Hackers.
Pero eso es algo para otro momento.
―Es verdad. ¿Por qué estás aquí?― ella preguntó retomando el control de la conversación.
Él sonrió, pero ahora era más una mueca.
―Puedo preguntarte lo mismo. Pero espera, lo sé. Se trata de tu hermano―
Ella tensó hasta el último de sus músculos y por un par de segundos sus pulmones se habían negado a respirar.
Se suponía que eso era súper secreto. Algo guardado metros y metros bajo la tierra y envuelto en las más gruesas placas de tungsteno.
―¿Cómo sabes eso?― Chifuyu Orimura no lo preguntó.
Ella lo demandó.
Su brazo izquierdo, el que aún sostenía una katana, comenzó a vibrar de la ira que de un segundo a otro había nacido de su usuaria. El derecho por su parte, estaba lentamente recorriendo el camino hasta la funda donde había guardado la otra arma blanca con el objetivo de sacarla y reunirla con su gemelo.
El rostro de Kerlongsj se puso serio y estaba buscando las palabras adecuadas tanto para transmitir información precisa como para que estas no fueran el gatillo que lo hiciera víctima de la furia de la mujer japonesa.
Por múltiples razones, luchar contra la mujer Orimura era lo último que deseaba hacer.
―Chifuyu, te lo dije. Ese es mi trabajo. La información lo es todo. Pero tengo que decir que conoces tus prioridades―
La mirada de la pelinegra cambió, ello lo fulminó con sus profundos ojos oscuros.
―¿Qué quieres decir?― y su voz se volvió en varios niveles más amenazante e intimidante.
En situaciones normales, esas 2 cosas serían más que suficientes para que cualquiera estuviera terriblemente aterrorizado y comenzara a temblar, o si aun poseía la suficiente consciencia, huir despavorido.
Kerlongsj sin embargo, mantuvo la calma.
―Perdiste el partido final del campeonato de Mondo Grosso a pesar de ganar el primero solo con un arma. Felicidades por ganar el primero, chapeau por detenerte―
Chifuyu se volvió un poco, solo un poco, más suave en su expresión física y verbal.
―Supongo que lo sabes todo― ella tuvo que admitir con un tono ligeramente derrotado.
Justo como Kerlongsj le había dicho antes, uno de los mayores puntos fuertes de los Hackers no era la versatilidad (que por sí misma era tremendamente alta), sino su inimaginable capacidad de obtener información.
Si tuviera que apostar, Chifuyu podría pedirle a cualquier Hacker Nanite que buscara información sobre alguna pequeña, recóndita y muy poco conocida empresa y este a los pocos minutos (sino es que segundos) obtendría una lista ampliamente detallada de sus números de producción, materias primas, ingresos de toda la vida, incidentes, maquinaria, así como información de sus empleados, familiares, amantes y las enfermedades hereditarias de sus mascotas y los veterinarios que las atienden.
Y la Brunilda sabía que incluso exagerando, ella se estaba quedando muy corta.
―Conocemos muchos secretos y sabemos cosas antes de que se publiquen― él respondió con sencillez, pero su actitud también había cambiado a una más seria ―En realidad estás en deuda conmigo por salvar tu vida, pero eso es algo que no me importa. Te diré por qué estoy aquí―
Chifuyu arqueó una ceja ante esa declaración. Si bien, no se sorprendió de que Kerlongsj le estuviera cobrando ese evento del pasado (ella hubiera jugado esa misma carta si surgiera la oportunidad) la piloto si estaba sorprendida por que el galo estuviera a punto de contarle el trasfondo de su misión.
Ella estaba aquí por motivos personales. Él estaba aquí por órdenes de un superior.
―Un niño que llamó la atención de Azalof desapareció; su nombre es Anaton. Él no sabe nada de los hackers, Infinite Stratos o nuestro mundo secreto. Ni siquiera es uno para el programa― con total sencillez, Kerlongsj negó con la cabeza antes de volver a hablar: ―Francamente me importaría un carajo el tipo, pero Azalof me ordenó encontrarlo. Él es el único que puede darme órdenes, así que hice lo que me pidió; rastré a Anaton hasta este sitio. Pero tenía mis sospechas, ahora confirmadas, de que te encontraría aquí―
―¿Por qué?― preguntó la japonesa con autentica duda.
Inesperado para ella, Kerlongsj dio un enorme paso hacia atrás al mismo tiempo en que levantaba ambos brazos en señal de hacerle mantener la calma.
Muy probablemente, lo que el joven Orlejov estaba a punto de decirle no le iba a gustar:
―Cuando me preparaba para partir a mi misión, recibí las noticias del secuestro de alguien llamado Ichika― su tono se volvió carente de emoción, más aún mantuvo una notable solidez ―Créeme cuando te digo que no podía importarme menos. ¡Y antes de que pienses que estaba siendo indiferente a la vida de alguien más!, quiero que sepas que nuestra organización tiene que lidiar con mierdas mucho más grandes a diario que un secuestro y el hecho de salvar a cualquier persona que no tiene nada que ver con nosotros representa una pérdida de valioso tiempo y es un riesgo que nadie está dispuesto a tomar. El destino de una vida es incomparable al destino de miles―
El Hacker confiaba mucho en su buena vista, por lo que el hecho de no ver el más mínimo cambio en la tensión de los músculos de la piloto, fue el indicativo de que sus palabras y la verdad que estas portaban no habían logrado desencadenar nuevamente su furia.
Bueno, era eso o la piloto había sabido como ocultarlo perfectamente bien.
Kerlongsj sabia que era mejor no arriesgarse así que continuó:
―Eso fue hasta que supimos que Ichika es tu hermano. Apenas nos enteramos de eso la operación fue cancelada; todos sabíamos que ibas a salvarlo y nada ni nadie iba a conseguir detenerte. En palabras del mismo Azalof: La misión es personal para ella. Ya podremos rescatar al Anaton cuando ella se hubiera ido―
El joven de ojos verdes plasmó en su rostro una sutil sonrisa.
―Pero yo insistí. Le dije a Azalof que me permitiera venir a rescatar a nuestro objetivo aun contigo en el campo de batalla. El preguntó por qué tengo la intención de ir a una misión donde posiblemente tuviera que enfrentarme contra alguien tan peligroso y yo le respondí: se cómo lidiar con esa mujer― esa sonrisa se hizo un poco, solo un poco, más grande ―Y hasta ahora no entiendo cómo fue posible, pero aceptó mis palabras y… bueno… aquí estoy―
Chifuyu se sorprendió. ¿Había alguien en este mundo que no le temiera?
―¿Piensas que no soy tan fuerte como para decirle a tu jefe que puedes lidiar conmigo?― y No. Chifuyu no hizo ningún esfuerzo para ocultar su tono amenazante y retador.
Ni el más minino.
El rostro del joven galo estaba sorprendido, pero no tardó en responder ―Al contrario. Has hecho cosas muy lejos de mi liga. Te tengo mucho respeto. Simplemente no te temo―
Algo refrescante para ella. Chifuyu tenía un aura fría y estricta a su alrededor que hacía que todas las personas la evitaran e incluso se apartaran de su camino aun cuando ella no tenía la más mínima intención de hacerlo.
Tabane era su única amiga en la escuela. Ella encontró esas cualidades de Chifuyu divertidas en lugar de repulsivas. Y si bien la mujer Orimura no podía decir que tener como amiga a la científica loca era agradable el 100% del tiempo, estaba verdaderamente agradecida por la existencia de esa conexión emocional.
Si no fueran quienes eran los dos ahora, la japonesa y el galo podrían haber sido muy buenos amigos.
―Esa es una nueva forma de verme― habló la piloto con un tono y expresión casi divertidos.
Mismos que fueron compartidos por el Hacker ―Sé cómo te sientes. Tienes demasiado miedo para hacer amigos. Apesta, pero yo no soy quien para hablar. Además de Azalof y mis cuatro pandilleros, no tengo nada a lo que pueda llamar amigos ― Kerlongsj resopló por la nariz con una actitud que era un hibrido entre el cansancio y la resignación ―Pero ya basta de charla inútil. Volvamos al tema―
Cuando la última palabra salió de sus labios, el joven Orlejov plasmó en su rostro manchado de cicatrices una mirada de profesionalismo inaudita, mientras que Chifuyu volvió a adoptar su semblante gélido y de absoluta seriedad que tanto la caracterizaba.
―Descubrí dónde están nuestros objetivos: Ichika está a la izquierda de aquí mientras que Anaton está a la derecha de aquí, pero las cualidades de sus confinamientos hacen que esta situación realmente apeste―
Chifuyu lo miró ―¿Qué quieres decir?― ella francamente no había logrado entender lo que dijo.
Él suspiró y le devolvió la mirada antes de responder: ―Anaton está una celda normal pero fuertemente custodiada por esos cabrones. Por otro lado, Ichika está en una celda de alta tecnología electrónica con un programa de cifrado extremadamente difícil. Metieron a nuestros respectivos blancos en una celda que es prácticamente imposible de acceder tomando en cuenta nuestras capacidades pero…― una sonrisa pícara anticipó lo que sin dudas seria la respuesta definitiva ―que es terriblemente sencilla para nosotros si nuestros blancos cambiaran―
La Brunilda arqueó una ceja, captando a plenitud la idea que el Hacker deseaba transmitirle.
―Entiendo. Derribar a todo un ejército es un paseo por el parque para mí. Pero ¿por qué no para ti? Según lo poco que hemos descubierto, eres el próximo líder de los hackers nanite―
Cuando el galo se atrevió a responder, su voz sonaba un poco arrogante:
―Soy un tipo Soporte en el campo de batalla. Significa que estoy destinado a curar a mis compañeros de combate. Mi fuerza bruta no está completamente desarrollada. Puedo hacer trizas una ciudad como si nada, pero no soy bueno peleando con mis propias manos― dijo esas palabras mientras la veía molesto. La japonesa pensó que, en el interior de su mente, Kerlongsj se recriminaba a sí mismo por carecer de una capacidad tan importante para el puesto que en el futuro debía ser dueño.
No obstante, ese no era un tema que en este momento debía meditarse, o lo que es más, que a ella le importara.
―Entonces estamos de acuerdo. Yo salvaré a Anaton mientras tú vas tras Ichika. Nos reunimos afuera y cambiaremos nuestros objetivos―
―Eso es justo lo que yo iba a decir― dijo el joven de ojos verdes con sencillez.
―Sin embargo― pronunció la pelinegra de improvisto ―Aun con esa celda tan difícil que mencionas, no creo que hayan dejado a Ichika sin guardias―
Ella había planeado comenzar a criticar su plan y la necesidad de reformularlo, pero se detuvo al ver su mirada feroz.
―Puedo luchar, no tienes que pensar tan malditamente humilde de mí. Soy capaz de tomar fácilmente a cinco o seis soldados por mi parte y reducirlos a cadáveres. Además, admítelo Chifuyu: soy incontables veces mejor en el sigilo que tú―
Chifuyu se sorprendió por la dura respuesta. ¿Fue el desprecio de los piratas informáticos la razón por la que pelean? ¿No podrían los pilotos actuar de manera diferente? Podrían ser valiosos aliados.
―Bien. Confiaré en tus palabras― en los ojos de la mujer Orimura, la furia que hasta hace poco solo había brillado por un instante, había regresado una vez más ―Pero será mejor que traigas a Ichika con vida― su voz fue el milimétrico reflejo de esa furia. La piloto de IS hablaba totalmente en serio.
Sin inmutarse, el galo respondió: ―Siempre que hagas lo mismo por Anaton― él le ofreció una mano ―Buena suerte―
Ella asintió con la cabeza y se fue después de sacudirlo.
CAMINO A LA CELDA DE ANATON
Kerlongsj no mintió, aunque Chifuyu desde el principio no esperaba que lo hiciera.
Oculta tras una esquina, la mujer Orimura divisó la presencia de una gran cantidad de guardias custodiando la celda. Sin excepción, los brazos de cada uno sostenían rifles de alto calibre y fuego automático, en sus cinturas una amplia gama de pistolas y cuchillos esperaban ser desenfundados. Cartuchos de municiones en sus chalecos estaban listos para ocupar el lugar de sus anteriores hermanos.
Había identificado a no menos de 30 enemigos…
Y a su blanco.
Chifuyu pudo ver una figura pequeña y rubia sentada en posición fetal dentro de una sucia celda. Su cabeza estaba enterrada en sus piernas y sus delgados brazos rodeaban a estas. Quizás fue por la distancia, pero la pelinegra no podía ver ni un ápice de movimiento del chico.
¿Está llorando? Fue la impresión que vino de la mente de la piloto. Primero pensó en la debilidad, pero se recordó a sí misma que se trataba de un chico normal que no sabía nada de los Hackers ni de los pilotos.
Cualquiera tendría miedo, y quien no lo hiciera, era un tipo raro o un imbécil.
Abandonando su cobertura, caminó tranquilamente y con paso firme hacia los guardias.
―Oh, miren lo que tenemos aquí― habló uno de ellos llamando la atención de sus compañeros. Los silbidos y los gritos de lujuria también formaban parte del ruido.
Repugnante Pensó con total disgusto Por eso odio a los hombres
El presunto líder del grupo se acercó a ella.
―¿Por qué una belleza como tú en un lugar como este? Es peligroso, ya sabes, pero podemos protegerte― dijo eso mientras la rodeaba con el brazo. Por las risas, Chifuyu supo que muchos estaban de acuerdo.
Ella sonrió.
―No creo que necesite protección―
Mas rápido de lo que el ojo humano era capaz de ver y el cerebro procesar, la mujer Orimura pateó al hombre en sus joyas.
―Son ustedes los que deberían protegerse de mí―
¡Slash!
Mientras la reacción natural se hacía cargo y el hombre se inclinaba del dolor, ella activó el despliegue parcial de su IS y de un solo tajo, cortó al hombre con su Katana justo en medio del tórax.
Ambas partes del cadáver cayeron al suelo sin pena ni gloria.
―¡¿Es uno de estos pilotos?!― uno de los guardias preguntó con asombro y miedo, apuntando con su arma hacia la piloto.
―¡¿Qué está haciendo ella aquí?!― otro había repetido las mismas acciones que su compañero.
―Ese mocoso es asunto de los piratas informáticos― ella sonrió ―Creo que su amigo tenía razón en algo: estoy perdida―
Sin decir una palabra más, Chifuyu desplegó por completo a Kurazakura. Un espectáculo de luces nacidas de la pólvora comenzó a brillar, cada una de ellas siendo el preludio de una serie de incontables ráfagas de plomo las cuales impactaban contra los escudos de su objetivo.
Los escudos que resistieron con gallardía y solemnidad el fatal ataque en conjunto que hubiera destrozado a cualquier otro objetivo sólido y especialmente orgánico.
No fue el caso con Chifuyu, ni de lejos. Como una tormenta salvaje y despiadada, ella comenzó a abrirse paso entre los hombres. El numero de rifles que resonaban atronadoramente fue disminuyendo y lo hizo de una manera inversamente proporcional a los gritos de dolor, gemidos de muerte y últimos respiros.
El olor de la pólvora quemada poco a poco estaba siendo remplazado por la férrica esencia que emanaban los charcos de sangre que bajo las pilas y pilas de muertos se extendían.
Del otro lado de la masacre, el niño rubio lo vio todo y estaba temblando.
CAMINO HACIA LA CELDA DE ICHIKA
Kerlongsj caminaba tranquilamente hacia su destino. Tal como lo había investigado, no eran muchos guardias y los pocos que había, eliminados fácilmente.
Lo cual, por supuesto, le brindó la oportunidad de perderse en pensamientos mucho menos profesionales:
Increíble, volví a ver a Chifuyu aquí.
Eso era cierto: volver a ver a la poderosa mujer de cabello negro fue algo que lo hizo muy feliz.
El último encuentro que tuvo con ella fue (a falta de mejores palabras) agrio. Hubiera deseado que su segundo encuentro no fuera en las circunstancias actuales, pero no iba a engañarse a sí mismo. Había visto y vivido suficiente mierda para saber que las cosas nunca ocurrían como uno las deseaba, sino que eran las acciones de uno en combinación con las de otros las que permitía que todo ocurriera.
Y siendo francos: la situación actual pudo haber sido mucho peor de múltiples maneras. Por lo tanto, el joven Hacker estaba agradecido.
Mientras proseguía por su trayecto, el joven de ojos verdes vio a dos guardias de pie al lado del camino. Sin producir el más mínimo ruido, hábilmente el Hacker se ocultó entre las sombras.
Quizás tengan algo interesante que decir. Será mejor que los escuche antes de eliminarlos. Y afortunadamente, esos idiotas hablaban lo suficientemente alto.
Esto iba a ser demasiado fácil.
―Ya encerramos a este mocoso. ¿De verdad crees que Japón entregará todas sus unidades?― cuestionó el primero claramente con duda.
―Por supuesto que no― respondió el otro con simplicidad―pero Chifuyu Orimura se asegurará de que eso ocurra. Ella realmente quiere a su hermano. Ella haría cualquier cosa por él―
―Ya veo. Aun así, ¿puedes creerlo? Finalmente tendremos suficientes unidades, incluso prometieron hacer algunas investigaciones para que hombres como nosotros podamos pilotarlas―
―Ese sería el máximo sueño de un hombre. Convertirse en uno de los pocos hombres que pueden pilotar una unidad. Podríamos construir un harén― ambos se rieron de sus propios chistes.
―Me dijeron bastantes muchachos― Kerlongsj se paró frente a ellos cuando se dieron la vuelta
―Qué carajo…―
Nunca terminó esa frase. Al igual que su amigo, un cuchillo escondido les cortó la garganta. Ambos cayeron al suelo, haciendo sus últimos movimientos desesperados.
Ignorando a los guardias muertos, Kerlongsj siguió caminando y pudo ver que estaba en el nivel superior del almacén. No pasó mucho tiempo antes de ver como el lugar estaba casi derrumbándose por todo lo que habitaba en él. Había suficientes estantes para esconderse o para subirse.
―¡Venga hombre! Esto es demasiado fácil para mí― volvió a ponerse la capucha y saltó ágilmente hacia uno de los estantes, aterrizando en la parte más alta de este.
Fue entonces que se dio cuenta de algo importante.
―Oh mierda. No sé dónde están EXACTAMENTE escondiendo a Ichika― el joven Orlejov se reprendió a si mismo por su tonto descuido.
Los hackers eran poderosos en muchos aspectos y el hecho de obtener, recopilar y descubrir información podía considerarse el máximo de ellos.
Pero poderoso no equivale a perfecto. Mucho menos cuando en la ecuación se incluye el propio descuido humano.
En los preparativos preliminares antes de llevar a cabo su misión, Kerlongsj había descubierto la ubicación tanto de Anaton como de Ichika. No obstante, al ser Anaton SU OBJETIVO, sabia en que sitio estaba ubicado con lujo de detalle, pero en el caso de Ichika (con excepción de la complejidad de su celda) solo tenía un indicio de donde podía estar.
―Debería haberle pedido a Chifuyu su código biológico― otra de los casi milagrosas virtudes de poseer los Nanites. Con solo una pequeña muestra de ADN, uno podía rastrear cualquier forma de vida hasta su ubicación u otra cercanamente relacionada, como en el caso de cierta hermana y hermano Orimura ―Bueno, entonces sólo el viejo y difícil camino―
Vio a dos guardias parados al final de una estantería. Estaba oscuro y sus cuerpos no se podían notar demasiado rápido ―En serio, son realmente estúpidos―
Con los ojos fijos en su objetivo, Kerlongsj saltó sobre uno de los guardias a la vez que atravesó su garganta con su cuchillo oculto. La afilada hoja de acero pasó pulcramente a través de la carne de su víctima quien cayó muerta al momento y sin haber lograr pensar, por el mas mínimo instante, que su vida había llegado a su fin gracias a las manos de otro.
Por supuesto, los pocos milisegundos que se tomó para acabar con la vida del primer guardia fueron suficientes para que el segundo se diera cuenta de su presencia y hacia donde iría la situación si no actuaba rápido. Llevó una de sus manos hacia la radio que se ubicaba en su chaleco con el fin de dar la alarma y alertar a todos en el sitio sobre la presencia del enemigo.
Ese, en teoría, era el plan. Plan que fue frustrado cuando el misterioso asesino lo empujó contra la pared y toda acción subsiguiente fue detenida gracias a la presencia de un cuchillo ubicado a una muy escasa distancia de su garganta.
―¡Por favor perdóname. Tengo esposa e hijos!―
¿Es en serio? Pensó el galo casi incrédulamente. Le dio una mirada rápida. El hombre no era tres años mayor que Kerlongsj y el sudor caía mezclado con lágrimas.
―Tienes una oportunidad de salvar tu vida. ¿Dónde está?―
―¿Quien?― preguntó el hombre.
Kerlongsj no tenía las ganas de aguantar dudas ni estupideces. Golpeó al hombre en la cara con la fuerza suficiente para que escupiera algunos dientes
―El chico japonés. Ichika Orimura― aunque su tono cargaba con furia, le respondió como si fuera lo mas obvio del mundo.
El hombre se estremeció y tosió sangre.
―En el centro allá arriba. Estuvo allí hace unas horas. Eso es todo lo que sé. Por favor, no me mates―
El hacker estaba abrumado por un dilema. Este hombre era un cabrón, pero nadie miente en la hora de su muerte (o al menos se esperaba que no lo hiciera). Le dio a Kerlongsj la respuesta que buscaba pero debería matarlo por los hechos que cometió aunque él no los supiera.
Lo miró con un poco más de detenimiento. Ese guardia era un chico, quizás apenas cruzando la línea de los diecinueve años. El joven Orlejov finalmente cerró los ojos y retiró la hoja, pero en ningún momento retiró la mano.
―No te mataré, pero no puedo permitir que camines por ahí―
Con una mirada aburrida, Kerlongsj activó sus Nanites. Una niebla de brillo celeste hizo acto de presencia, moviéndose con la gracia de las aguas de una laguna.
El hombre se sorprendió por el espectáculo que se adueñaba de su vista, olvidándose por un instante de que el individuo delante suyo era capaz de matarlo. Su mente había vuelto a la realidad de la situación cuando, en solo un instante, la niebla envolvió su cabeza como una planta carnívora atrapando a su siguiente alimento. El guardia intentó luchar pero sus esfuerzos fueron menos que infructuosos.
2 segundos después, el sujeto había caído dormido. No había el más mínimo rastro, marca o indicio en su piel que le indicara a uno que hubiera sufrido daño, porque el acto que el joven de ojos verdes hizo no buscaba causar el más mínimo daño.
Solo dormir a su objetivo.
―En cuatro horas, estarás de regreso― le dijo al ahora dormido sujeto, aunque obviamente no esperaba que este le respondiera ―Bien, ya perdí suficiente tiempo. Es hora de salvarte, Ichika―
¡Bam! ¡Bam! ¡Bam!
¡Bam! ¡Bam! ¡Bam! ¡Bam! ¡Bam!
¡Bam! ¡Bam! ¡Bam! ¡Bam! ¡Bam! ¡Bam! ¡Bam!
El sonido de múltiples armas disparándose al unisonido fue lo único que necesitó el joven Orlejov para saber que Chifuyu estaba teniendo su dichoso paseo por el parque.
―…y, será mejor que me apresuré― sin decir más, volvió a subir a los estantes.
CON CHIFUYU (MINUTOS DESPUES)
Chifuyu estaba matando a los últimos mercenarios. Se había cobrado sus vidas cortándolos a la mitad uno por uno. Había algunos miembros mutilados aquí y allá, pero solo porque sus dueños dejaron que sus instintos de autoconservación actuaran cuando vieron que su inminente final estaba frente a ellos en la forma de la más poderosa piloto que jamás hubiera existido.
La mujer Orimura blandía sus espadas como una segunda naturaleza; no era solo una herramienta para el combate, eran una extensión de ella misma.
―¿Eso es todo lo que tienen?― se dio el placer de preguntar tanto por reto como por arrogancia.
Pero en el universo, a toda acción le corresponde una reacción.
¡PUM!
Algo pesado saltó hacia abajo. Incluso ella que vestía una enorme armadura fue capaz de sentir las vibraciones que eso produjo.
―¿Que?― fue la nueva pregunta que surgió de sus labios al ver lo que ahora tenía enfrente.
Lo que estaba frente ella poseía 5 metros de altura como mínimo. Su cuerpo estaba cubierto por gruesas placas de acero y ese mismo metal constituía su esqueleto, mismos elementos que se sostenían y combinaban gracias a enormes tornillos, tuercas, remaches, cables y complejos mecanismos ubicados aquí y allá.
El centro de toda la estructura poseía forma casi cubica con múltiples cámaras y sensores que asemejaban los ojos de una bestia. En la parte trasera, había poderosos propulsores que dotaban a la máquina de una tremenda velocidad. 2 poderosas piernas hidráulicas actuaban como su medio para desplazarse. Y lo que en un ser orgánico serian brazos fueron remplazados por una serie de enormes cilindros que conformaban los cañones de dos M61 Vulcan.
Un golem de guerra. Chifuyu rápidamente pudo identificar a lo que se estaba enfrentando.
La Maquina de Asalto Todo Terreno RKM-7400, burdamente conocido como "Golem de Guerra", fue uno de los mas avanzados proyectos militares que se diseñaron despues del nacimiento de los Infinite Stratos. Su sobrenombre proviene del mundano hecho de que su diseño se asemeja a la criatura proveniente del folclore medieval y la mitología judía, una personificación de un ser animado creado y nacido a partir de materia inanimada.
No cabía la más mínima duda de que el ser robótico le hacia un completo honor a su sobrenombre: era enorme, robusto, poderoso y hecho de puro metal. Con una poderosa defensa y un poder de ataque mortal, el Golem de guerra era una máquina de la cual todo aquel que la viera se lo pensaría 2 veces antes de lanzarse al ataque.
Y en estos instantes…
¡CHK-CHK!
…Chifuyu era su objetivo.
¡BAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAM!
El robot la apuntó y las balas volaron por el aire. La mujer japonesa corrió en círculo ante el robot que seguía micrométricamente sus movimientos.
Ella no era estúpida. El IS era el arma mas grande y poderosa jamás construida, pero estaba lejos de ser un arma y armadura 100% invencibles. Incluso con sus escudos casi llenos, la potencia de los cañones y el tipo de munición que el Golem portaba eran suficiente para reducirlos a 0 en alrededor de 10 segundos.
Solo necesitaba una pequeña oportunidad para derrotar a esa cosa.
¡Ahora!
Y la obtuvo.
Aprovechando la diferencia de altura, ella se escabulló debajo de la corriente de balas y le propinó una potente patada a una caja que estaba por allí, la cual fue mandada a volar justo al frente de sus cámaras y sensores. La programación del robot le hacía disparar y eliminar cualquier cosa que estuviera entre su campo de visión y su objetivo.
Ese fue su error.
¡BOOOM!
Cuando disparó a la caja, esta se detonó en una potente explosión. La caja contenía material inflamable, hecho del cual la inteligencia artificial del robot jamás se había percatado incluso con las múltiples marcas y señales que la adornaban. El Golem tenía una defensa sorprendente, pero no valía nada cuando un ataque así de fuerte ocurría a tan escasos centímetros de su cuerpo principal y el resto de sus mecanismos.
―¡Haaaaa!―
¡SLASH!
En menos de un parpadeo, la mujer Orimura voló hacia la maquina y usando sus 2 katanas, realizó un poderoso corte en X que derribó al robot.
―Si caes en un truco tan fácil, no sobrevivirás ni un segundo en el campo de batalla― fueron sus palabras antes de alejarse rápidamente del sitio.
¡BOOOOOM!
Una nueva explosión más grande que la anterior había sucedido en el momento en que el robot explotó, llevándose a otro puñado de mercenarios a la tumba con él. Los que quedaron, 4 hombres, estaban aterrorizados.
―Como les dije: creo que son ustedes quienes necesitan protección― dijo con una voz tan solida como el acero mientras blandía nuevamente sus espadas.
―¡Aaaaahh!―
¡Slash!
―¡Noooo!―
¡Slash!
―¡Aaaaahh!―
¡Slash!
―¡Pieda…!―
¡Slash!
Cuatro segundos, cuatro cortes y cuatro escorias abandonaron este planeta.
Sin la presencia de ningún enemigo en las cercanías, Chifuyu caminó hasta la celda que aprisionaba al pequeño muchacho.
―¿Anaton?― ella preguntó tan amablemente como la situación y su propia forma de ser le permitían. El chico miró hacia arriba.
Si ella no hubiera hablado en un tono más suave y amigable, él ni siquiera pensaría en mirar
―Ja? {¿Sí?}― respondió/preguntó el chico quien estaba temblando. Algo en su interior le decía que esa mujer no era mala, pero la masacre unilateral que presenció hace pocos segundos en conjunto a lo que él había vivido hasta ahora hizo que el miedo hacia todo y todos fuera su emoción predominante.
―Ik ben Chifuyu Orimura. Je hoeft niet bang voor me te zijn {Soy Chifuyu Orimura. No tienes que tener miedo por mí}― habló Chifuyu en el idioma nativo del chico adivinando que por su edad y origen, el no debería de poseer conocimientos en el japones. Ella mantuvo su tono suave y amigable, un evento cuya ocurrencia era tan escasa que incluso sus más cercanas amistades apenas podan contar con los dedos de una mano ―Ik ben hier om je te redden. Geef me een seconde om {Voy a salvarte. Dame un segundo para…}―
―Miss, achter je! {¡Señorita, detrás de usted!}― el chico señaló y ella saltó fuera del camino de una bola de fuego.
Cuando la piloto recuperó su posición, se sintió aliviada al ver que ese ataque no había logrado herir a Anaton. Su celda era una pocilga, pero fue lo suficientemente solida para aguantar ese ataque.
En el extremo contrario, vio dos robots de pie. Sin embargo, a diferencia del anterior Golem, en estos había hombres dentro.
―Podrías haber derrotado al prototipo, felicidades― dijo el primero dando un amenazante paso con su máquina.
―Pero nadie te mirará cuando terminemos contigo― terminado el segundo imitando las acciones del otro.
Máquina de Asalto Todo Terreno RKM-8000, también llamado "Golem de Guerra Mk II". Su diseño era casi un pulcro reflejo de su predecesor, con la diferencia de que este empleaba el tipo de armamento que uno encontraría en los IS y que permitía ser pilotado por una persona.
El hermoso rostro de Chifuyu Orimura mostró una confiada y triunfante sonrisa.
―Ustedes realmente me están despreciando―
3 poderosas maquinas estaban a punto de enfrentarse.
―Tal vez podrían derrotar a una persona normal…―
Y solo una de ellas saldría de pie.
―pero es estúpido que piensen que podrían hacer lo mismo conmigo―
CON KERLONGSJ
Kerlongsj corría libremente hacia la celda utilizando las estructuras para desplazarse y la oscuridad para ocultarse. Tal era su maestría en el sigilo y el parkour que los guardias nunca sospecharon que él estaba allí. Ya en el centro, podía ver la celda y confirmó que el tipo a quien le perdonó la vida no estaba mintiendo.
Ichika estaba allí, pero incluso dentro de un rango de números bajos, había demasiados guardias para eliminar. Vio que además de ellos también había científicos, y aunque a primera vista eran los tipos de los que uno menos debía preocuparse, se contabilizaban como números extras de enemigos con los cuales también existía la posibilidad de pelear.
Pacientemente esperó una buena oportunidad, pero luego de un tiempo esta nunca llegó.
Notó entonces que había dos mujeres caminando hacia el lugar.
¿Qué están haciendo allí? Fue la pregunta que cruzó por la mente del galo. Pero en cuanto vio que los hombres inclinaban la cabeza ante ellos, se dio cuenta de que eran pilotos.
Solo para manarse seguro, él se abstuvo de usar en gran medida sus nanites. Aunque no podían notarlo, nunca se arriesgó cuando las vidas de otros estaban en juego.
Sin embargo, los usó para entrar en la maquinaria del almacén y de esta forma escuchar a escondidas la conversación. Levantando uno de sus dedos y emanando algunos Nanites de este, Kerlongsj se conectó a los cables que conformaban el sistema de sonido del almacén. Una vez hecho, fue capaz de escuchar la conversación con tanta claridad como si él estuviera justo al lado de los hablantes. No fue necesario ni que el Hacker utilizara unos auriculares o que los construyera empleando sus Nanites, pues estos transmitían inmediatamente el sonido hacia su cerebro.
Realmente, los Nanites eran fantásticos.
―Chifuyu Orimura está aquí. Tenemos órdenes de llevar al niño con nosotros. ¿Terminaste con los experimentos?―
Kerlongsj se encogió.
¿Experimentos? Incluso los Hackers no usaron prisioneros para eso.
―Sí, milady. Está hecho, tenemos todos los datos que podríamos usar. Él es realmente extraordinario. Deberían ver lo que obtuvimos―
Una de las mujeres había levantado su mano.
―Eso, profesor Orzaf, es para otro momento. ¿Puede llevarnos con él?―
―Sí, por supuesto―
Unos segundos después, Kerlongsj vio como una enorme y gruesa puerta de acero se abría de par en par. Misma puerta que se conectaba a un largo pasillo y en el que al final de este residía la prisión del Orimura varón.
Empero, más que llamarlo prisión, podría llamarse un contenedor: ese sitio era tan pequeño como un armario de escobas; uno no sabía si atribuírselo a las dimensiones del propio diseño con el que fue construido o a los gruesos muros de metal solido que lo formaban. Su ocupante, de hecho, ni siquiera disponía del placer de tener los pies en contacto con la tierra: Ichika fue colgado de la pared mediante un enorme mecanismo prensil que lo sostenía e inmovilizaba desde los hombros hasta los pies.
Espero que ese chico no haya tenido ganas de ir al baño. Fue el rápido pensamiento del joven Hacker imaginando la incómoda situación.
―Debemos hacer esto rápido y con cuidado― dijo otra de las mujeres ―Los Hackers también están aquí y podrían usar esta información para obtener una gran ventaja―
Kerlongsj tragó saliva ante tal descubrimiento. Los Hackers pasaron a la clandestinidad desde hace décadas. Excepto por algunos altos políticos y Chifuyu y Tabane, ninguna persona dentro de la categoría "normal" sabía de ellos.
La información debe ser valiosa; para ellos era valiosa. Los más grandes tesoros del mundo no estaban ocultos en estructuras antiguas o museos elegantes, sino entre miles y miles de líneas de código.
Si los pilotos de Infinite Stratos decían eso, significaba mucho. Podría capturar los datos y usarlos para la causa, pero ¿qué pasa con Ichika? Le prometió a Chifuyu que lo traería de regreso. Rescatarlo era una cosa pequeña, pero muchas cosas pequeñas hacen que uno sea grande. La paz fue una mejor solución a largo plazo, por lo que al final tomó su decisión. Esperó hasta que las mujeres se fueron y él las siguió de cerca.
Después de tantas cosas sencillas, finalmente el galo se enfrentaría a algunas dificultades.
CON CHIFUYU
Chifuyu miró a los soldados.
―¿Qué estaban intentando? ¿Copiar Infinite Stratos y usarlos para contrarrestarnos? Patético―
Eso detonó un gatillo.
―Tu, asquerosa― uno de los dos Golems disparó balas láser a la mujer. Ella saltó, evadiéndolos fácilmente
―Incluso los Hackers Nanites representarían una amenaza mucho mayor― la pelinegra saltó hacia ellos ―¡Aprende a luchar antes de enfrentarte a la Brunhilde!―
Activó su Yukihira y voló hacia el primer robot.
¡SLASH!
Ella lo cortó limpiamente de un extremo a otro. Su piloto solo tuvo tiempo de jadear una última vez.
¡BOOM!
Y luego explotó.
El otro también atacó lanzándose en una brutal embestida. La japonesa simplemente salió del camino y el robot se estrelló en un estante. La enorme estantería se vino abajo y aunque no fue suficiente para dañar al Golem, su logró limitar sus movimientos. La mujer Orimura arrojó su espada con extrema precisión hacia el robot dañado y después de algunas chispas (y el húmedo sonido de su piloto siendo atravesado), este se apagó.
―Como dije: creo que me subestimaron―
Ella volvió a caminar hacia el chico, quien tragó saliva con solo verla.
―Maak je maar geen zorgen. Zoals ik zei, ik ben geen vijand. {Por favor, no te preocupes. Como dije, no soy tu enemigo}―
¡Slash!
Cortó la puerta para abrirla. El niño se cubrió la cara con los brazos. Caminó hacia él y le ofreció una mano para que se levantara.
― Kom je mee? {¿Vienes conmigo?}― el chico asintió y salieron del hangar.
Chifuyu había cumplido con su parte del trato. Mas le valía a Kerlongsj cumplir con la suya.
CON KERLONGSJ
El galo en cuestión continuaba siguiendo a las pilotos a través del largo pasillo. Tenían la confianza suficiente para hablar en voz alta después de todo lo que sucedió
―¿De verdad crees que Chifuyu Orimura está aquí?― habló la prime piloto.
―Sí, pero en el lugar equivocado― le respondió a su compañera y luego miró hacia Ichika―Una lástima para ti, muchacho― finalizó sus palabras con una sonrisa engreída.
―¡Déjame ir! ¡No tengo nada que ver con Infinite Stratos!― el joven japones gritó con vehemencia. Su tono carecía de cualquier indicio de miedo, pero eso no quería decir que la situación no lo asustara.
Supo ocultarlo muy bien. Su hermana se decepcionaría si le brindara a unos maleantes el placer de verlo o escucharlo sentir miedo.
La primer piloto reaccionó ―Tu no, pero tu hermana sí― dijo exudando soberbia y confianza ―Queremos conseguir tantas unidades como sea posible para poder derrotar a Japón en una guerra contra el IS―
Con solo escuchar esas palabras, Kerlongsj no pudo evitar sonreír y poco le faltó para estallar en carcajadas.
Nadie podría derrotarla, piloto o no. Incluso cuando se enfrentaba a un IS, podía acabar con eso sin usar el suyo. Ella estaba por encima del nivel de Azalof.
Y eso, significó MUCHO.
Azalof era el mejor hacker del mundo. Desarrolló un estilo de lucha completamente nuevo para luchadores de corto alcance. Gracias a este estilo podría derrotar a cualquier otro luchador del mundo. En realidad, no era exagerado decir que alguien que haya sido entrenado en eso podría usar un palo de madera contra una katana y ganar con una facilidad demoniaca.
Kerlongsj mismo había sido entrenado para pelear así, pero no era tan bueno como Denzel o Sander, los dos luchadores a corta distancia de su pandilla. Él era un tipo soporte: podía luchar y gracias a su habilidad natural, todavía era un serio adversario para Infinite Stratos incluso si sus habilidades se centraban en curar a sus compañeros.
En realidad, quería llevarse a su pandilla con él, pero Azalof se negó incluso desde antes de que supieran que Ichika estaba en el mismo almacén que Anaton. Los chicos recibieron un entrenamiento de Azalof y el líder de los Hackers nanites buscaba ver si tal entrenamiento dio sus frutos.
Para el joven Orlejov, está realmente fue su primera misión en solitario. Para él, esa fue una tarea seria.
―¿Por qué secuestramos al otro mocoso?― preguntó el segundo.
―Los Hackers se interesaron por él― respondió el primer piloto ―Si conseguimos las unidades, lo usaremos para conseguir lo que queríamos hace un año―
―¿Has escuchado el rumor? Dicen que un punk miembro de los Hackers escapó ayudando a Chifuyu y Tabane―
―Sí, por supuesto que lo escuché. No importa. Conseguiremos lo que queremos, gracias a ese tipo―
Ahora todo tiene sentido. Kerlongsj comprendió ahora por qué Anaton llamó la atención de Azalof.
El chico en cuestión era algo que entre los Hackers se denominaba Chancer. Alguien cuyo cuerpo podría adaptarse a los Nanites.
En su tierna y ignorante impresión, cada nuevo recluta para la causa veía las capacidades que poseían los Nanites como un milagro y no como un producto de la más avanzada ciencia.
Incluso si ese fuera el caso, más temprano que tarde se darían cuenta de que hasta los milagros son caprichosos.
Mientras que el numero de núcleos de Infinite Stratos estaba limitado a 467, la cantidad de Hackers era un número que potencialmente podía crecer. Comparando ambos bandos, los Hackers tenían ventaja numérica, ya que en promedio existían 15 Hackers por cada piloto.
A primera vista, pareciera que ser un Hacker era tremendamente más fácil que ser un piloto.
Una completa falacia que estaba muy alejada de la nítida realidad.
La virtud de ser un piloto de IS se limitaba al sexo femenino, el numero de núcleos y el nivel de sincronización que cada individuo tuviera con uno de estos.
En cambio, la virtud de ser un Hacker se limitaba a una simple y terminante pregunta:
¿Era tu cuerpo adaptable a los Nanites?
Si la respuesta era si, entonces al candidato se le imbuiría con su propia ración de Nanites. Los cuales, en tan solo un instante, crearían una simbiosis de lo más inverosímil con su anfitrión, con su dueño. Dando como resultado uno de los potencialmente mayores guerreros que los textos de la historia jamás tuvieron el honor de plasmar.
Por el lado contrario, si la respuesta era no, entonces al susodicho candidato se le borraría la memoria todo lo que había ocurrido en los últimos tiempos para que jamás pudiera revelar nada sobre los Hackers y continuaría con su vida normal como si tal evento nunca hubiera ocurrido.
El simple hecho de "intentar" introducir los Nanites en un candidato que insistía y rogaba por la oportunidad pero que carecía de la capacidad de adaptarse a ellos, estaba ABSOLUTAMENTE fuera de discusión. Los poquísimos casos registrados sobre estos eventos terminaban con el necio de turno acostado por una no poca cantidad de semanas en la sala de cuidados intensivos de un hospital en el mejor de los casos… y con deformidades tan horribles y espantosas en todo su cuerpo y cuya descripción era mejor solo dejar a la imaginación, en el peor.
No era exagerado decir que la selección de candidatos y la introducción de Nanites en sus organismos era un evento cuyo nivel de precaución y peligro sobrepasaban a aquellos que se implementaban en las centrales nucleares.
―La verdad no sé por qué usaríamos esos Nanites para ello. Quiero decir, Infinite Stratos es lo suficientemente fuerte. Nada puede dañarnos― una de las pilotos había vuelto a hablar.
―Sí, esos hackers no valen nada. Muchos ladridos y sin mordiscos. Típico del pensamiento de un hombre: negarse a ver que las mujeres son el género divino―
Luego de escuchar esas palabras, Kerlongsj se enojó.
―Entonces tal vez deba mostraré lo equivocado que estás―
Había llegado el momento de actuar.
Las 2 engreídas pilotos miraron hacia arriba y lo vieron al final de la cornisa. A pesar de las palabras que acaban de salir de sus labios, el miedo las golpeó un poco.
El Hacker parecía completamente aterrador con la capucha levantada.
¡Graa! ¡Graa!
Un sonido no humano resonó en el aire. Poco tardaron en darse cuenta de que se trataba del sonido de un animal, pero ni las carceleras ni el prisionero podían identificar a que animal pertenecía.
No obstante, eso se iba a resolver dentro de poco, cuando por órdenes de su amo y amigo, el animal finalmente hizo acto de presencia.
Kerlongsj miró a ambas pilotos con un ceño fruncido al mismo tiempo que un Grajo aterrizó en su hombro.
―Jack, laa shay'a waqi'un moutlaq bale kouloun moumkine― dijo unas palabras en su idioma nativo, las cuales fueron incomprensibles para todos quienes estaban debajo de él.
Pero no para su fiel compañero.
El pájaro reaccionó y la energía celeste comenzó a fluir por todo el cuerpo del Hacker. Kerlongsj saltó mientras su ave emprendía vuelo hacia un sitio seguro.
Antes de que las pilotos pudieran alejarse, él aterrizó, sobreviviendo a una caída que indudablemente hubiera fracturado las piernas o incluso matado a cualquier otra persona. Levantó la cabeza y miró con ojos profundos y feroces a sus objetivos.
Un lobo estaba a punto de comerse a unos borregos.
―¡Haaa!―
La primera atacó con una enorme espada Claymore que portaba como arma personal. La mujer atacó haciendo uso de una fuerza y velocidad sencillamente sorprendentes, pero que no bastaron para sobreponerse al Hacker.
Kerlongsj solo necesitó inclinarse usando sus piernas y de inmediato respondió con un contraataque.
¡Punch!
―¡Agh!―
Fue así como su puño se estrelló contra el estómago de la mujer, ocasionándole un terrible dolor.
Luego de ver y sentir el poder del Galo, las 2 pilotos se lamentaron enormemente. Puede que ellas sean algunas de las usuarias de la máquina de guerra más poderosa jamás construida por la humanidad, pero actualmente eran victimas de lo que podía considerarse el mayor talón de Aquiles de todas las armas alguna vez soñadas, ideadas, fabricadas y utilizadas sin importar de cual se trate.
Para que un arma funcione, esta primera debía interactuar con un usuario.
Y por interactuar, quería decir que una persona debía llevarlas encima, entre las manos, o de cualquier otra forma en la que esas armas en cuestión fueron concebidas para utilizarse.
Dicho en palabras simples: las 2 pilotos actualmente carecían de sus unidades IS.
Aunque incluso con ellas, su destino estuvo sellado.
―Vete al infierno― dijo el joven Orlejov antes de actuar.
El primer golpe en su estómago sirvió para desorientar y debilitar a su objetivo.
¡Sling!
Pero fue el segundo con el que decidió quitarle la vida.
―¡Gah!―
Kerlongsj habia transformado su otra mano en una larga y muy afilada lanza con la cual atravesó sin miramiento alguno la caja torácica de la piloto. Una brocheta del hueso esternón, el corazón y una vértebra se habían formado por un instante antes de que el ojiverde retirara bruscamente su extremidad dejando que su mas reciente victima cayera sin gracia en el suelo y cuya última y patética acción fue sangrar por enorme agujero que ahora tenía en el pecho.
―¡Muere!―
¡BamBamBamBamBamBamBamBamBamBamBamBam!
La segunda pilotó apenas había gritado una maldición e inmediatamente comenzó a atacar. A diferencia de su ahora muerta compañera, ella usaba un arma de fuego como su arma de elección, una ametralladora para ser más precisos. Era de sentido común que los proyectiles de plomo eran vertiginosamente más rápidos y letales que el filo de una espada y la mujer confiaba en que no hiciera falta más de un cargador para liquidar al asesino.
Ese sería su ultimo error.
El joven Orlejov evadió con eficacia las primeras balas al mismo tiempo en que le enviaba a sus Nanites una nueva orden. Las pequeñas pero poderosas maquinas obedecieron al instante y nuevamente se modificaron a nivel microscópico permitiendo la reconstrucción de uno de los brazos del Hacker el cual ahora se había convertido en un escudo de forma cuadrangular. Las balas impactaron contra la estructura defensiva sin hacer mella en esta. Cada una de las balas golpeaba y caía sin producirle la más mínima molestia al Hacker.
Con un poderoso impulso, Kerlongsj fue con una embestida hacia su objetivo. Ella rápidamente se agachó dejando que sus instintos de supervivencia la guiaran con el fin de evitar perder la vida o cuando menos evitar el daño, pero él fue más rápido y con su mano libre la tomó por su rostro al mismo tiempo que desactivaba sus Nanites para volver a tener la otra funcional y sostener la ametralladora de tal manera que evitó que la piloto presionara el gatillo.
―¡Sueltame!― ella demandó con ira, pero Kerlongsj estaba muy lejos de obedecer esa orden.
Con un simple movimiento, el Galo le quitó el arma de las manos y luego la usó en su contra.
¡Bam!
Disparó una bala en la cabeza y la gravedad se encargó del resto.
―Vete a la mierda― dijo mientras miraba al cuerpo de su presa. La sangre salia del agujero de su frente y sus ojos ahora estaban vacíos y sin vida ―Deberías saber que es mejor no meterse con nosotros― para finalizar sus palabras, y agregar mas humillación, le arrojó su ametralladora directo al rostro. El cadáver obtuvo una nariz quebrada y fue el último daño que iba a recibir del poderoso Hacker.
Hacker que, por cierto, se volvió hacia el joven Orimura.
―Oye chico. Entonces, ¿eres Ichika?― le preguntó con una sonrisa tranquilizadora.
―¿Quién es usted?― preguntó el chico japonés, quien no parecía aterrado o perturbado por lo que acababa de presenciar.
Algo en su interior le decía que ese extraño era alguien de confianza que no iba a hacerle daño.
―Normalmente, primero agradecerías por salvar tu vida. Soy Kerlongsj Orlejov. Tu hermana me pidió que te cuidara―
―¿Chifuyu-nee lo hizo?― preguntó Ichika casi con incredulidad.
¿Su hermana pidiéndole un favor a alguien? Eso era de locos.
―No sé por qué le agregaste "nee", pero sí, ella me pidió hacer eso― fue la sencilla respuesta del Galo. Ichika definitivamente no necesitaba saber los detalles de su verdadera misión.
―Eh, lo siento, es mi hermana mayor, así que la llamo Chifuyu-nee. Eso significa hermana mayor―
―Bueno, siempre aprendes algo. Vamos a sacarte de ahí― y dicho eso, Kerlongsj puso una de sus manos sobre un panel de control, la cual emanando su brillo celeste comenzó a piratear el sistema ―Demonios, esto es complicado, pero nada que no pueda superar― fue su comentario los pocos segundos, 15 para ser más específico (lo que para un Hacker era una eternidad) por lo que decidió hacer conversación con el chico de cabello negro para distraerse un poco ―Oye, una pregunta: ¿Cómo llamas en ese caso a un hermano mayor?―
―Pues, entonces agregas "nii" al final. ¿Por qué preguntas?―
―Solo curiosidad, eso es todo y― esperó unos segundos mas ―hemos terminado―
Luego de unos sonidos computacionales y mecánicos, la celda de Ichika se abrió y el mecanismo que lo sostenía hizo lo mismo, provocando irremediablemente la caída del joven.
―Oh no. No puedo mover las piernas― el chico japones le comunicó a su rescatista con bastante de pesar.
―No tienes por qué deprimirte. Estuviste mucho tiempo dentro de esa cosa y pasará un tiempo antes de que recuperes la sensación― dijo Kerlongsj como si nada adivinando el sentimiento detrás del tono de Ichika ―Deja que te ayude― le ofreció una mano a Ichika quien, aunque no conocía a Kerlongsj, su aura lo calmó y aceptó humildemente su ayuda.
Con un pequeño tirón, el joven Orlejov ayudó al joven Orimura a ponerse de pie.
―Realmente eres el hermano pequeño de Chifuyu. Te pareces mucho a ella― fue el nuevo comentario salido de la boca del Hacker.
Ichika tenía una mirada tonta en sus ojos ―¿Cómo conoces a Chifuyu-nee?―
―La conocí una vez, sí, hace como un año―
De un instante a otro, Kerlongsj tomó al chico entre sus brazos. Modificó los Nanites bajo sus pies, quienes al brillo de una luz celeste se reagruparon para formar una pequeña pero poderosa y resistente patineta aerodeslizadora.
En tan solo un parpadeo, ambos hombres salieron volando de ese sitio.
―¿No crees que nos verán?― preguntó Ichika más emocionado que asustado por la experiencia que estaba viviendo.
―No hay necesidad de tener miedo. He apagado las alarmas. De lo contrario, te habrían matado hace horas―
―¿Cómo?― preguntó el chico con una mirada tonta.
¿Realmente le acababa de hacer esa pregunta? Ósea… ¿la capacidad de transformar sus miembros en armas y la patineta futurista sobre la que viajaban no le ofrecía algún indicio de la muy obvia respuesta?
―Eres tan inteligente como sigilosa tu hermana―
―¿Qué quieres decir?―
El ojiverde cerró los ojos y negó con la cabeza
―No importa―
EXTERIOR DEL ALMACEN
Una vez fuera del almacén, el Galo dio un nuevo usó a sus máquinas y llamó a Chifuyu.
―Hey Chifuyu. Tengo a Ichika. ¿Conseguiste a Anaton, verdad?― habló con un tono aburrido, pues hacia esa pregunta mas por cortesía que por necesidad.
Era indudablemente obvio que la mujer Orimura cumpliría con su parte.
―¿Kerlongsj? ¿cómo obtuviste acceso a mi sistema de comunicación? Sabes que: no me respondas. A veces olvido que hacker es la palabra adecuada para ti. Y si: tengo a Anaton. Confió en que tú también tengas a Ichika―
Nuevamente: los Nanites le proporcionaban a Kerlongsj una calidad de audio sin precedentes, cualidad por la que las mayores empresas que tuvieran un mínimo de relación con el sonido matarían por poseer.
Pero incluso sin la susodicha calidad de audio, el joven Orlejov captó el bajamente perceptible tono amenazante que provenía de las cuerdas vocales de Chifuyu Orimura.
―¿Por quién me tomas? ¡Claro que tengo a tu hermano!― respondió el Hacker con orgullo ―Te enviaré las coordenadas del sitio donde nos encontremos―
―Bien―
BOSQUE COLINDANTE AL ALMACÉN
Pocos minutos después, Kerlongsj voló hasta el lugar que el mismo había designado y la encontró en medio del bosque.
―Lo siento si llego tarde― fue el comentario del Galo.
―No te preocupes, llegué hace unos minutos―
Ichika miró a la piloto ―¿Chifuyu-nee?―
Kerlongsj vio una mirada rara en los ojos de la mujer pelinegra cuando estos hicieron contacto con su pequeño hermano.
Incluso él, que la conoció una vez antes, sabía que estaba emocionada.
―Ichika, me alegro de que estés bien― abrazó al niño cuando Kerlongsj le entregó a Ichika.
―¿Dónde está Anaton?― preguntó Kerlongsj.
Aun abrazando a su hermano, Chifuyu giró la cabeza hacia atrás ― Hey, jongen. Je kunt nu tevoorschijn komen {Oye chico. Ya puedes salir}― habló en el idioma nativo del Galo, lo que le valió una ceja en alto de parte del ojiverde y le hizo preguntarse a este último cuando es que la piloto había decidido aprenderlo y por qué motivo.
―Goed. {Muy bien}― voz suave surgió detrás de la mujer pelinegra.
El Hacker enarcó una ceja. Anaton se parecía mucho a él, excepto que sus ojos eran azules y su cabello no era tan rubio oscuro como Kerlongsj. Por tener solo seis años, era normal que fuera mucho más pequeño Kerlongsj.
Dando unos pasos, Anaton caminó hasta ponerse justo enfrente del joven Orlejov.
―Wie ben jij? Ben jij ook een piloot zoals zij? Ze zei me dat je me zou ophalen. {¿Quién eres? ¿También eres piloto como ella? Me dijo que me recogerías}―
Kerlongsj sonrió. Chifuyu no le dijo demasiado y eso fue lo correcto.
Recorrió con su mano por el cabello del chico antes de ofrecerle una respuesta:
―Ik ben Kerlongsj Orlejov. Ik ben geen piloot zoals zij. Alleen vrouwen kunnen een piloot zijn. Ik ben een Hacker Nanite, het gelijke van een piloot maar anders. {Soy Kerlongsj Orlejov. No soy piloto como ella, solo las mujeres pueden ser piloto. Soy un Hacker Nanite, el equivalente a una piloto, solo que diferente}― el chico pareció desconcertado y el Galo no podía culparlo ―Daar moet je geen zorgen over maken, kleintje{Eso es algo de lo que no tienes que preocuparte, pequeño}― Kerlongsj se inclinó, por lo que las caras de él y Anaton estaban a la misma altura ―Azalof heeft me gestuurd om jou op te halen {Azalof me envió a recogerte}―
―Grote broer {¿Mi hermano mayor?}― Preguntó el chico.
Ahora, eso fue una sorpresa.
―Ik wist niet dat Azalof een broer had. Maar de details zijn voor later. We gaan naar huis ok? {No sabía que Azalof tenía un hermano. Pero bueno, ya me enteraré de todos los detalles. Nos vamos a casa, ¿de acuerdo?}―
El niño asintió y se ubicó a espaldas del Hacker, comenzando a seguir cada una de sus pisadas.
¡Graa! ¡Graa!
Un sonido muy familiar volvió a adueñarse del aire. 3 de las 4 personas allí presentes miraron hacia todos lados buscando a su dueño.
Y Chifuyu la primera que lo identifico. Lo hizo en el instante en que un pequeño peso extra se acentuó en su hombro izquierdo.
―¿Jack?― preguntó al grajo, obviamente sin esperar una respuesta.
¡Graa! o al menos no una que ella fuera capaz de comprender y traducir.
―Parece que Jack todavía te recuerda, Chifuyu― fue el comentario del Hacker al ver a su pequeño amigo en el hombro de la piloto.
¡Graa!
―Y parece que también me extrañó― fue la respuesta de la pelinegra cuando la bola de plumas color obsidiana comenzó a frotarse contra su rostro. Se abstuvo de decir cualquier comentario rudo o hiriente cuando escuchó a Anaton e Ichika reírse por lo bajo.
―Jack, zo is het genoeg. Laat Chifuyu met rust. We moeten naar huis {Jack, es suficiente. Deja a Chifuyu en paz. Tenemos que irnos a casa}―
Escuchando las palabras de su amigo, el ave salió volando el hombro de la mujer Orimura y se posó ahora en el hombro del joven Orlejov.
Kerlongsj caminó hacia Chifuyu. Había una ultima cosa que quería hacer:
―Gracias por la ayuda, Chifuyu. Realmente me ayudaste―
―Aquí lo mismo― ella sostiene a Ichika con fuerza, el Orimura menor no opone resistencia ante el cálido abrazo de su hermana.
―Chifuyu― el Hacker llamó la atención de la piloto. Sin dudas había arruinado el emotivo momento, pero la información delicada que tenía para la mujer no podía esperar ―Escuché que experimentaron con Ichika cuando él estaba allí. No sé todos los detalles. Mis Nanites no me dijeron algo que fuera demasiado grave, pero no tengo una visión completa de la situación―
Parecía preocupada y asustada, al menos Kerlongsj lo adivinó, y por ello volvió a hablar:
―Chifuyu, puedo decir que estás pensando en la peor situación posible, pero confía en mi: mi deber en el campo es ayudar y sanar a mis compañeros. Así, un escaneo rápido normalmente es suficiente para descartar cualquier daño o trastorno. Por lo que puedo ver, no hay nada malo con tu hermano, pero será mejor que visiten un hospital, no está de más ser precavidos―
El joven Orlejov juraría que vio una minúscula parte de los labios de la mujer Orimura curvarse en lo que se podía definir como una sonrisa.
―Eso es un alivio― fueron las palabras de la pelinegra ―Espero volver a verte. Sayonara Kerlongsj― volviendo a activar su IS, ella despegó hacia el cielo con Ichika.
―¡Saluut, Chifuyu!― gritó tras ella ―Ik hoop je snel terug te zien {Yo también, espero verte de nuevo}― dijo en un tono más bajo, solo para sí mismo.
―Zij was aardig {Era una dama agradable}― fue el comentario del pequeño niño, llamando la atención del Galo.
Kerlongsj sonrió ―Dat hoef je me niet te vertellen. Laten we naar huis gaan {No tienes que decírmelo. Vámonos a casa}― el chico asintió.
Con otro comando de hacia sus Nanites, estos volvieron a formar la patineta aerodeslizadora.
―Cool {¡Cool!}― exclamó Anaton al presenciar la tabla voladora. Una de las tantas maravillas de las películas de ciencia ficción se había formado delante de sus ojos y era inevitable que sus pensamientos salieran de alguna manera.
―Cool inderdaad {Cool de hecho}― dijo Kerlongsj con sencillez. Esa patineta era muy poco comparado con las otras maravillas inverosímiles de lo que los Nanites eran capaces, pero para un niño sin dudas era lo mejor del mundo ―Blijf je daar staan of kom je op dit coole bord? {¿Te quedaras allí parado o subirás a esta tabla tan cool?}― preguntó a modo de broma.
El niño rubio no necesitó que se lo dijeran 2 veces. De un salto se posicionó sobre la patineta y luego subió el dueño de la misma.
―Hey, ik heb wel een vraag {Oye, tengo una duda}― volvió a hablar Anaton.
―Ja? {¿Si?}―
―Waarom worden ze piloten genoemd? Vliegen ze dan in een vliegtuig? {¿Por qué se llaman pilotos? ¿No están pilotando un avión?}―
El Hacker Nanite se rio ―Ze zijn piloten van een IS. Daarom worden ze zo genoemd {Ellas pilotan un IS. Por eso se llaman así}― respondió a la pregunta feliz por escucharla.
La tierna ignorancia de los niños hacia que situaciones horribles como las que acababa de vivir (y las que en el futuro le tocaría vivir) fueran mucho mas tolerables.
―Nu hou je vast. We gaan naar huis {Ahora prepárate. Vamos a casa}― fueron sus últimas palabras.
Acelerando sobre el futurista vehículo, voló hacia el oeste, a Flandes.
EN EL CIELO, CON LOS HERMANOS ORIMURA
Chifuyu voló con una velocidad rápida pero calmada. No demasiado apresurada para sobrecargar los sentidos de su pequeño hermano, no demasiado lenta para evitar terminar con este día lo más pronto posible.
Debido a que aún tenía que atar algunos cabos sueltos, su trayectoria actual la llevaría hacia el Campeonato que desde hace varias horas había terminado.
―Chifuyu-nee― habló Ichika llamando la atención de su hermana ―Lo siento por el partido―
Las palabras de varón Orimura estaban cargadas totalmente de culpa, algo por lo que la mujer Orimura no se sorprendió.
Así era su hermanito: el tamaño de su humildad era lo único comparable al de su voluntad.
Ni en sueños le gustaría de otra manera.
―No fue tu culpa. Yo debí de tomar mayores precauciones para mantenerte a salvo. Solo olvidemos todo lo que ha ocurrido, ¿de acuerdo?― recibió un asentimiento de su pequeño hermano.
―Pero, ¿Quién era ese tipo? Dijo que te conoció hace un año―
Ella sonrió ―Un Hacker Nanite. Te contaré todo sobre él y los hackers en otro momento. Me ayudó a escapar de una muy problemática situación. Todo lo que puedo decir es que es un buen tipo―
―¿Estás enamorada de él?―
Ni un segundo después de escuchar esas palabras ser pronunciadas, el rostro de Chifuyu Orimura se había vuelto totalmente rojo.
―¿Por qué, por qué…. ¡POR QUÉ, PREGUNTAS?! ¡IDIOTA!―
Sin previo aviso, ella le dio un cabezazo tan fuete, que mandó a su pequeño y querido hermano al mundo de los sueños.
Cuando voló más lejos, sus pensamientos continuaron:
Este tonto es la segunda persona que me dijo eso sobre Kerlongsj.
Chifuyu plasmó en su bello rostro una expresión de incertidumbre que ese mundo tuvo muy pocas oportunidades de contemplar
Pero no sé qué es para mí.
Tal vez… debería buscar contacto con él.
Poniendo fin a sus pensamientos, la mujer Orimura se dedicó únicamente a pilotear su IS, el cual los llevaría en poco tiempo hasta su país de origen.
Parodia: Demasiados Ichikas.
Kerlongsj se había desecho de ambas pilotos y se dispuso a abrir la celda que contenía a Ichika.
―Curioso― habló el Hacker ―Sigue siendo una celda de alta tecnología, ¿pero no les hubiera resultado más barato una de barrotes en lugar de una puerta solida?―
Eso comentario fue fruto de lo que estaban presenciando sus ojos. La celda que contenía a Ichika estaba sellada no con la estereotípica puerta de barrotes, sino con una sólida puerta de metal.
―Bueno. Supongo que no tiene importancia―
Al final de cuentas ¿Desde cuándo el mundo no pareciera que se convirtió en una cosa extraña? Armaduras Mechas, Nanobots que permiten a su usuario mutar sus brazos en diferentes armas y herramientas… ciertamente el joven Orlejov no era quien para quejarse.
―Aquí vamos― dijo el Hacker desencriptando la puerta que mantenía al joven Orimura atrapado en la oscura celda ―Hola Chi…―
¡Punch!
―¡Schijt!― blasfemó Kerlongsj con intensidad en su idioma nativo (palabra traducible a "Mierda") cuando una pieza metálica le había impactado de lleno contra su nariz. Cerrando sus ojos, se llevó ambas manos hacia esa parte de su anatomía.
Chifuyu no dijo nada sobre que su hermano seria violento. Pensó el ojiverde mientras se aguantaba las lágrimas.
¡Punch!
¡Punch!
¡Punch!
―¡Ichika, espera! ¡No soy quien tú crees!― gritó nuevamente el Hacker al sentir nuevos golpes con algún objeto de metal sobre su cabeza.
―¡Mentiroso! ¡Déjame ir en este instante!―
Fue entonces cuando Kerlongsj supo que algo estaba mal.
Porque aunque no conocía a Ichika en persona, sin duda sabia que era un chico.
Y la voz que acababa de escuchar era DEFINITIVAMENTE femenina.
Esquivando el mas reciente de los golpes, el Hacker Nanite usó sus habilidades de combate para tomar por los brazos a su atacante y de esta forma detenerlo, hacer que soltara el arma, y llevarlo hacia la luz para interrogarlo.
―¡¿Dónde está Ichika?!―
―¡Yo soy Ichika!―
―¡¿Eh?!― fue la desconcertada respuesta pregunta del Galo cuando por fin vio a quien estaba sosteniendo.
Y como todo hombre con 2 malditos ojos metidos en el cráneo y conectados a su cerebro, solo pudo pensar en una cosa:
Es… bellísima.
Ella vestía con una camisa blanca y sobre la misma una chaqueta azul-oscuro, ambas de mangas largas, una minifalda de color verde limón y unos zapatos escolares negros con calcetas blancas. Gracias al tipo de ropa, uno era capaz de ver que la chica poseía una piel tan blanca y pulcra como la más fina porcelana.
En cuanto a su cuerpo se refiere, era dueña de unas piernas largas, hermosas y de grosor adecuado. Caderas anchas que daban lugar a una cintura de lo más sensual y un busto firme y de buen tamaño que creaba un fuerte atractivo sexual sin que estos fueran lo único sobresaliente.
Un rostro con rasgos finos carentes de la más mínima imperfección. Labios de un bello y vivo color rosa que parecían poderoso imán hacia otros del sexo opuesto. Unos ojos de un profundo color azul mar, que incluso trastornados en una mirada de furia, parecían un sublime océano donde otros podían gustosamente hundirse. Y un corto cabello rosado que caía a la altura del cuello pero cuyas hebras estaban tan bien peinadas y de un color tan brillante que resplandecían como una joya.
Definitivamente, era una chica con medidas y atributos sensuales y atractivos.
Definitivamente, no era Ichika.
―Te lo voy a preguntar una vez más― dijo el Galo intentando ocultar su sonrojo y maldiciéndose porque la luz del pasillo seguramente (y a pesar de su furia) le permitiría a la chica a la chica verlo ―¡¿Dónde está Ichika?!―
―¡Ya te dije que yo soy Ichika y que me dejes ir!― respondió la mujer enojada e intentando librarse de su agarre.
―Si eso es cierto, tu hermana me mintió. Ella dijo que tú eres un varón― comentó Kerlongsj con burla.
―¿Mi hermana? ¿Cual de las 4?―
¿Las 4?
―¿Las 4?― repitió Kerlongsj con una mirada de desconcierto. La chica solo continuaba infructíferamente escapar de su agarre pero el Hacker ya había tenido suficiente ―¡BASTA!― gritó mucho mas enojado que la chica en cuestión quien sorprendida y asustada había dejado de luchar. El joven Orlejov pronunció sus siguientes palabras con una seriedad absoluta: ―Necesito toda la información posible para resolver este lio, así que voy a soltarte y tienes mi promesa que no te lastimaré… pero si me vuelvas a atacar voy a golpearte en la cabeza y a meterte de nuevo en esa celda. ¿Eh sido claro?―
Victima del miedo, la desconocida solo pudo asentir una vez como respuesta.
Soltando a la chica, el joven Orlejov la miró directamente a los ojos. Evitando seguir sonrojándose, le hizo la pregunta definitiva:
―¿Cuál es tu nombre?―
―Me llamo Nakano Ichika―
Kerlongsj abrió los ojos sorprendido por tal revelación.
―Eso lo explica― dijo llevándose una mano al rostro.
―¿Explica qué? Aun no entiendo que está ocurriendo aquí. ¿Quién eres tú?― preguntó la Ichika mujer.
Tragándose un suspiro, el Hacker respondió ya mas calmado: ―Mi nombre es Kerlongsj Orlejov―
―Es un nombre raro. Tu acento también es raro― fue el comentario de la ojiazul.
―Supongo que lo es para un japones. Yo soy de Flanders, una región ubicada en Bélgica― Kerlongsj le contó a la chica su patria de origen para aligerar la situación.
―Bélgica… ¿Entonces eres Americano?―
El joven de ojos verdes torció su rostro en una mueca de confusión. ―¡No! ¡Soy europeo!― exclamó impresionado de que la chica se equivocara en la ubicación de su país. Por dios. Eso es geografía básica universal.
―Perdón, perdón― dijo la chica con una sonrisa de disculpa ―No soy muy buena en los estudios―
―Vale― Kerlongsj prefirió no indagar más. Algo le decía que la increíble belleza de la chica era inversamente proporcional a su desempeño académico.
―Aun no me explicas por qué viniste a buscarme― fue el comentario de Ichika.
―Bueno, no te vine a buscar a ti precisamente―
―Pero dijiste que fue una de mis hermanas la que te envió a buscarme. ¿Fue Nino, Miku, Yotsuba o Itsuki?―
―No me estaba refiriendo a…― el Hacker detuvo cortó sus palabras cuando se dio cuenta de algo ―¿Por qué todos sus nombres incluido el tuyo hacen referencia a una secuencia de números en japones?―
―¡Ara! ¿No te lo dije?― exclamó ella llevándose una mano a la boca ―Somos quintillizas―
―Goeie God! {Madre de dios}― dijo Kerlongsj auténticamente sorprendido.
―¿Qué dijiste?― preguntó la chica al escucharlo hablar su idioma nativo.
―Nada importante― dijo el joven Orlejov recuperando la compostura ―Vine buscando a otra persona, un chico, que resulta se llama casi igual que tú: Orimura Ichika―
―¡Wow! Eso es una sorpresa―
―Créeme: nadie está tan sorprendido como yo― porque ¿cómo diablos estos tipos pueden confundirse de objetivo?
―Entonces… ¿No vienes a sacarme de aquí?― ella preguntó con una mirada afligida.
Y esta vez Kerlongsj no pudo evitar suspirar ―Escucha Nakano-san― habló el Galo usando el correspondiente honorifico ―Soy… lo que de cierta forma tu llamarías un "Agente secreto"―
―¿Como los que salen en las películas de espías?―
―Algo así― ni de loco le hablaría sobre la organización de los Hackers Nanite, pero esa era una analogía lo suficientemente aceptable.
―¡Eso es genial! ¡A mi hermana Yotsuba le encantaría conocerte!― exclamó la chica con júbilo.
―El problema, Nakano-san, es que me enviaron a buscar a ORIMURA Ichika. No a ti― dijo firmemente el apellido, confiando en que la chica (por tonta que pareciera) al menos captara el mensaje.
Por su expresión de tristeza, era seguro decir que la captó.
―¡Por favor, ayúdame a salir! Prometo que no le diré nada a nadie; solo quiero volver con mis hermanas― sus ojos comenzaron a lagrimear ―Se nos educó para siempre compartir y ser 5 partes de un todo. Si algo me pasa y ellas creen que morí, ese todo se romperá para siempre y quedaran devastadas. No quiero imaginarlas de esa manera. Ayúdame a volver con ellas― mirándolo de manera suplicante, ella remató con una última frase: ―Te lo ruego―
Kerlongsj estaba en una autentica encrucijada. Por un lado, no tenia motivos para ayudar a esta chica, y por el otro, realmente no quería destruir a una familia de esa manera. Había varios huérfanos entre los Hackers y quienes todavía poseían padres y hermanos tuvieron que cortar todos los lazos con ellos bajo el engaño de haber sufrido mortales accidentes o ser asesinados con el fin de abandonarlos para unirse a luchar por la causa.
Al final tomó una decisión.
―Está bien. Te ayudaré― dijo el Galo con una sonrisa.
¡!
―¡Ugh!― que cambió cuando inesperadamente la chica de ojos azules se lanzó contra él abrazándolo por completo.
―Muchas gracias― habló suavemente poniendo su cabeza en su hombro izquierdo ―De verdad muchas gracias―
―¡Contrólate un poco chica!― exclamó el susodicho apartando a la Ichika mujer ―Recuerda que tengo un objetivo y no puedo perder el tiempo en abrazos―
―¡Ara! ¡Ara!― dijo la pelirroja divertida ―¿Entonces es verdad que los agentes secretos no pueden enamorarse?―
―¡¿Cuándo dije que me había enamorado de ti?!― ahora Kerlongsj gritó sorprendido.
―Bueno, te vi sonrojarte cuando me sostuviste con tus brazos. Es un indicio, ¿no?― aunque Nakano claramente estaba bromeando, su tono también podía captarse como que hablaba en serio.
―¡No digas cosas que se pueden malinterpretar!― el Galo se pellizcó el puente de la nariz.
―Perdón, perdón― la chica había vuelto a sonreír, una sonrisa que el Hacker había preferido no ver con el fin de evitar que sus mejillas volvieran a teñirse de rojo ―Se que ya dijimos nuestros nombres, pero creo que debemos presentarnos de manera adecuada: Soy Nakano Ichika, la mayor de 5 hermanas quintillizas y estudiante de preparatoria―
―Gusto en conocerte. Soy Kerlongsj Orlejov, un agente secreto― el Hacker un poco más simple en su presentación.
―Lamento haberte atacado y lamento la manera en que me comporte―
―No hay por qué disculparse: entiendo que estabas asustada y es normal que te intentaras defender― habló Kerlongsj de manera calmada y sabia. Luego se percató de algo ―¿Con que me atacaste por cierto?―
Al joven de ojos verdes le pareció muy extraño que la chica de ojos azules ahora fuera quien tiño sus mejillas de rojo ―N-n-no es importante…― ella habló de manera suave y bastante baja.
Sin embargo, Kerlongsj fue capaz de oírla ―Claro que es importante. Si tienes algo que funja como arma, la vas a necesitar―
―¡Pero tú vas a estar protegiéndome! ¿No es así?―
―Si. Pero incluso así tú tienes que usar algo como arma para mayor protección. No importa si es débil es mejor que ir totalmente desarmado― el Hacker Nanite dijo con un tono de sabiduría y experiencia ―Bien entonces, ¿que era eso?―
―¡Nada!― exclamó ella con un tono asustado y cubriendo los ojos de Kerlongsj con sus manos.
―¿Cómo que nada? ¡No te pongas necia y déjame ver!― el Galo no le tomó mucho esfuerzo y apartarlas, aunque la Ichika mujer era bastante insistente.
―¡No! ¡Por favor! ¡No mires!― Nakano gritó con un tono asustado.
―¿No mirar que?― preguntó finalmente apartando a la mujer de su camino. Fue entonces cuando vio lo que ella había utilizado como arma para atacarlo ―¿En serio? Solo es una cubeta, Nakano-san. Un arma poco ortodoxa si puedo decir. ¿Por qué no querías que mirar la cube…? Oh, dios―
Y fue allí cuando Kerlongsj Orlejov volvió a darse cuenta de algo MUY IMPORTANTE.
La celda de la chica no poseía nada más que su propio ocupante.
No había bombillas, sillas, mesas, camas…
Inodoros.
Por lo tanto, por puro maldito sentido común, esa cubeta de metal era el sitio donde la chica tuvo que hacer sus más humanas y más humildes necesidades básicas como ser vivo.
―Nakano-san― Kerlongsj podía contar todas las veces en que él se avergonzaba profundamente se sus propias acciones… y esta se sumó a la lista ―Perdóname―
―Solo vámonos, por favor― el tono que ella utilizó era el de alguien absolutamente avergonzado.
―Por supuesto― dijo el Galo y ambos salieron de esa celda para nunca jamás en la vida volver. Sin embargo, una ultima duda había surgido de la mente del Hacker ―Oye, Nakano san―
―¿Si?―
―Cuando me atacaste… la cubeta estaba totalmente limpia, ¿verdad?―
¡SLAP!
PASILLO ADJUNTO (MINUTOS DESPUES)
―Aun no entiendo por qué te sigo cuidando luego de eso― habló el Hacker molesto con la chica (y con él mismo, para que negarlo) mientras se frotaba el rostro que ahora mostraba la linda, roja y bastante nítida marca de una bofetada.
―¡Porque me dijiste que lo harías y ahora lo pagas por hacerme esa pregunta tan indecorosa!― fue la respuesta de la avergonzada Nakano Ichika mientras refunfuñaba tras Kerlongsj. Ambos iban caminando hacia la celda de Ichika Orimura.
―Ah, claro. Por eso― dijo Kerlongsj carente de emoción.
―Retiro mi oferta de presentarte con mi hermana. ¿Entendiste?―
―No te preocupes. Si es la mitad de mala de quien que resulta ser la menos mala de las 5 entonces no quiero conocerla― el joven Orlejov respondió con sus palabras inyectadas en sarcasmo.
―Deberías cambiar tu actitud así jamás vas a conseguir que una mujer se enamore de ti―
―Solo espérate a los siguientes capítulos―
―¿Los que?―
―¡Que ya llegamos!― gritó Kerlongsj cortando definitivamente esa conversación.
El mismo tipo de celda estaba frente a él con el mismo tipo de consola. Activando sus Nanites de su mano, e ignorando el grito de sorpresa de Nakano Ichika cuando vio el brillo celeste emanar de su extremidad, comenzó a hackear el sistema para abrir la puerta de la celda para rescatar a un Ichika (y posiblemente cambiárselo por otro).
Cuando la puerta se abrió Kerlongsj fue el primero en entrar.
―Muy bien Orimura Ichika ya es hora de…― se detuvo abruptamente ―¡Oh dios!― gritó por lo que vio adentro.
―Kerlongsj-san, ¿Por lo grit…? ¡Oh dios!― Nakano hizo exactamente lo mismo cuando vio lo que estaba allí adentro.
Una chica convulsionándose.
―¡Kerlongsj-san, debemos hacer algo!― fue la exclamación de la joven de cabello rosado.
Debemos no… yo debo.
Corriendo directamente hacia la chica, el Hacker Nanite puso ambas manos sobre el cuerpo de su ahora paciente y activó nuevamente sus máquinas. En un solo instante, el brillo celeste se apoderó de todo el cuerpo de la chica mientras sus milagrosas maquinas recorrían todas y cada una de sus células.
Al mismo tiempo que los Nanites comenzaban a curar cualquier problema que estuviera provocando las convulsiones, Kerlongsj hacia un diagnóstico rápido de la joven mujer y la encontró con un nivel de cortisol muy elevado.
La hormona del estrés. Supongo que no puedo culparla.
Utilizando sus Nanites para eliminar la necesaria cantidad de esa sustancia de su sangre, la chica finalmente había dejado de convulsionar.
Kerlongsj exhaló aliviado.
―Entonces… ¿eres agente secreto y también mago?― esa pregunta, transportada por unas palabras llenas de inocencia, vino de la Ichika mujer.
Mirándola por encima del hombro, el Hacker le respondió con el tono mas aterrador que pudo emitir:
―Si te lo digo tendré que matarte― y con eso Ichika dio un paso atrás y no volvió a cuestionarle.
―Tomo-kun―
Ambos voltearon a ver a la chica ahora consiente, la cual lentamente estaba abriendo los ojos.
Era una chica alta aunque no tanto como Nakano, con una piel de un color crema. Su ropa consistía en un uniforme escolar compuesto por una camisa interior blanca y otra de mangas largas color amarillo pálido, una minifalda verde oscuro, medias negras con zapato escolar marron.
Su expresión era… plana por decirlo de alguna manera. Sus ojos eran de un color tinto, poseía mejillas rosadas y su boca parecía estar perpetuamente en una forma triangular, sin embargo su expresión facial en general era muy, pero muy plana.
―¡Oye chica! ¡¿Estas bien?!― Kerlongsj preguntó sin miramientos en tono alto.
―¡Oye! Kerlongsj-san, no deberías de hablarle tan fuerte a una chica que acaba de sufrir convulsiones. Además, por lo que supongo, ya la curaste― fue el comentario de la chica al ver lo que acababa de ocurrir.
―Eso no significa que no debo ser precavido― contestó el galo con firmeza ―Está chica estaba bajo demasiado estrés y eso originó las convulsiones; debo asegurarme de cualquier forma de que esté bien o le volverán a ocurrir. ¿Quieres que eso ocurra?― no teniendo manera de contradecir esas palabras, Nakano eligió callarse. Kerlongsj volvió hacia la nueva joven misteriosa ―Chica respóndeme: ¿Te sientes bien?―
Los segundos parecían eternos mientras esperaban a que la chica respondiera. En cierto momento, ella puso su mirada sobre Kerlongsj y el Hacker sintió que iba a obtener su tan esperada respuesta.
¡!
―¡¿EH?!―
No fue así.
―¡Tomo-kun!― la chica misteriosa volvió a repetir ese nombre mientras abrazaba del cuello a un muy confundido y estupefacto Galo de ojos verdes ―Nunca te volveré a dejar ir, mi amado Tomo-kun―
―¡¿Pero qué dices?!― fue la exclamación de Kerlongsj.
―No te volveré a dejar ir, Tomo-kun― la chica volvió a repetir sus mismas palabras con un tono cálido y amoroso.
Quizás, demasiado, amoroso.
―Oye chica: No tengo idea de quién es ese Tomo-kun pero te aseguro que no soy él― Kerlongsj pronunció sus palabras con un muy claro tono de enfado en un intento de que estas llegaran a la cabeza de su captora.
Sonrió satisfactoriamente cuando la chica finalizó su abrazo de oso para mirarlo de arriba abajo.
¡SLAP!
―¡Verdomme!― gimió Kerlongsj en su idioma nativo (Palabra traducible a "¡Demonios!")
―¡No eres Tomo-kun!― gritó energéticamente y con algo de furia la chica luego de darle una bofetada al pobre Galo, justo en la mejilla que le faltaba. Luego se alejó rápidamente de él.
―Te dije que no debías hablarle así a una chica, Kerlongsj-san― dijo con total inocencia Nakano mientras se llevaba sutilmente una mano a la boca para ocultar su nada sutil sonrisa.
―No me fastidies― el joven Orlejov pronunció esas palabras con cierta dosis de veneno.
Ignorando al enojado hombre europeo, Ichika Nakano decidió hablar con la chica desconocida:
―Oye, lo siento por las acciones de Kerlongsj. No es muy bueno al tratar con las chicas―
―¡La culpa fue de ella!― exclamó el joven molesto pero fue ignorado olímpicamente por la chica pelirroja.
―Pero no le guardes resentimiento, ¿esta bien?― dijo Nakano con una amable sonrisa.
―De acuerdo― fue la respuesta de la chica pelinegra ―Gracias por ayudarme―
―Quien te ayudó fui yo. ¿Sabes?― fue el comentario sarcástico Kerlongsj.
―Kerlongsj-san no empieces― dijo Nakano mirándolo duramente, mas el Galo no se inmutó ―¿Pero porque estabas así para empezar?― le preguntó a la chica con una mirada interrogante.
Ella respondió de manera sencilla: ―Yo me encontraba muy estresada―
―Te lo dije―
―Kerlongsj-san…― Nakano volvió a mirarlo con dureza, pero rápidamente volvió hacia la desconocida a quien le sonrió ―No te preocupes, ahora estas a salvo. Esos tipos no volverán a hacerte daño―
―No estaba estresada porque esos sujetos me secuestraran―
Nakano y el joven Orlejov alzaron una ceja luego de oír esas palabras.
―Oh, ¿entonces por qué era?― preguntó la chica pelirroja.
―Fue porque no vi a mi Tomo-kun― respondió la chica misteriosa con su tono plano, pero con muy claros indicios de enamoramiento.
―Es tu… ¿mascota o algo asi?― se aventuró a preguntar el Hacker Nanite.
Tuvo un mal presentimiento cuando la chica pelinegra se abrazó a sí misma.
―Es mi amado y hermoso hermanito― respondió con su tono plano pero ahora con claros signos de enamoramiento ―Si no veo o abrazo a mi Tomo-kun una vez al día, comienzan a darme convulsiones y siento que voy a morir―
Hay dios. Fue el pensamiento que le cruzó por la cabeza a quienes escucharon eso.
―¿Pero es tu… hermano adoptivo?― volvió a aventurarse a preguntar el Hacker.
―Si―
Gracias dios. Nuevamente, Kerlongsj y Nakano volvieron a compartir el mismo pensamiento.
―Por cierto, ¿quienes son ustedes 2?― preguntó la pelinegra inclinando la cabeza.
―Oh, es verdad. Con todo lo ocurrido no pudimos presentarnos― fue el comentario de la chica de ojos azules mientras plasmaba en sus labios una dulce sonrisa ―Este es Kerlongsj Oreljab―
―¡ORLEJOV!―
―No dejes que su actitud gruñona te asuste. Es un buen chico cuando se lo propone, ¡Y también es un agente secreto! Pero no se lo digas a nadie― dijo susurrando esa ultima parte, haciendo de paso que el pelinegro negara con la cabeza ―Mi nombre es Nakano Ichika, ¿Cuál es el tuyo?―
Fue entonces que la chica misteriosa finalmente se presentó:
―Gusto en conocerlos, mi nombre es Mizuhara Ichika―
Y en un instante, tanto Kerlongsj como Nakano abrieron los ojos totalmente sorprendidos.
―¿Como… como dijiste que te llamas?― por tercera vez en ese día, Kerlongsj se aventuró a preguntar.
―Mizuhara Ichika― volvió a responder la pelinegra con su tono monótono ―Que curioso: nos llamamos igual, Nakano-san― dijo viéndola con su mirada plana.
―Ya lo veo― fue la respuesta algo petrificada de la susodicha, luego volteó a ver hacia el Hacker ―Oye Kerlongsj-san, tú crees que…―
―NO LO DIGAS― sus palabras fueron cortadas abrumadoramente por un pelinegro que se encontraba respirando con dificultad ―No te atrevas siquiera a plantearlo― finalizó sus palabras dándose media vuelta y comenzando a salir de esa habitación.
―¿Que ocurre?― le preguntó Mizuhara a Nakano.
―Es un poco difícil de explicar― dijo mientras ella misma intentaba no perder la compostura ―Todo empezó cuando…―
2 MINUTOS Y 6 PASILLOS DESPUES
―Entonces: Kerlongsj-san es un agente secreto enviado aquí para recuperar a un chico llamado Orimura Ichika, pero en el camino se ha encontrado con nosotras, quienes también nos llamamos Ichika. Y ahora él tiene la obligación de protegernos a ambas hasta que salgamos de aquí―
―Sabes, en realidad no tengo la obligación de protegerlas― comentó el Galo con sarcasmo cuando Mizuhara resumió todo lo que Nakano le había dicho (quien, de paso, había agregado la parte en que Kerlongsj debía protegerlas a ambas).
―Vamos Kerlongsj-san, no seas así con nosotras. Es de caballeros salvar y proteger a las damiselas en apuros― fueron las palabras de la chica de ojos azules mientras sonreía.
―Lo que sea― respondió el hombre de pelo negro mientras fijaba la vista en otra celda ―Por favor dios, que esta si sea la verdadera―
Volviendo a hacer uso de sus Nanites, el hacker abrió la celda de esta nueva celda.
―Ichika Orimura, ¿estás aquí?―
No obstante, recordando sus anteriores experiencias con las incorrectas Ichikas, Kerlongsj entró con sumo cuidado dentro de la celda al mismo tiempo que se protegía el rostro con ambos brazos.
¡!
―¡Woh!―
Lo que le impidió evadir lo que ocurrió a continuación.
―¡Por favor! ¡Sálvame de esos hombres malos!―
La voz de quien había dicho esas palabras poseía un tono muy dulce y agudo. En conjunto con la sensación de unos pequeños brazos envolviendo sus piernas, fue lo que le entregó al joven Orlejov la idea de que la persona que se encontraba en esa celda estaba solo en primeros años de la niñez.
Cuando apartó sus propios brazos de su rostro, Kerlongsj descubrió que sus pensamientos fueron acertados.
La chica en cuestión no podía tener más de 5 años de edad; una cara redondeada e infantil en conjunto con una altura inferior a un metro y 20 cm respaldaron ese hecho. Ella usaba un pequeño vestido trapecio de color negro con camisa interior azul claro, calcetines largos y zapatos infantiles color negro.
La niña poseía una extraña combinación de colores en las hebras que conformaban su cabello (lo que es mucho decir para el espectro de colores que usualmente se ve en ese mundo) pues su pelo de una longitud medio-larga era de un color claro con raíces más oscuras en la coronilla. Complementando su diversidad cromática, ella era dueña de unos ojos grandes y expresivos de color violeta.
Ojos los cuales en estos momentos solo podían expresar el mas profundo de los miedos.
―¡AWWWW!― una aguda y bastante fuerte expresión sonora había llamando la atención del Hacker Nanite, quien volteó la cabeza hacia atrás solo para ver a Nakano llevarse ambas manos hacia las mejillas mientras posaba la vista (brillante de emoción) sobre la niña misteriosa ―¡Es tan linda!―
De hecho. Kerlongsj mismo podía decir que los rasgos infantiles de la niña y esa inusual combinación de colores la hacían ver linda, pero ese asunto era una nimiedad tomando en cuenta en la situación que transcurría.
―¿Qué te ha pasado pequeña?― fue la pregunta de Nakano acercándose mas hacia la niña de pelo blanco y negro.
Aun sosteniendo las piernas de Kerlongsj, la niña respondió:
―Estaba en el parque jugando con los amigos de mis padres cuando de repente olí algo delicioso. Fui a buscar la comida y unos hombres malos me llevaron con ellos― parecía que en cualquier momento, lagrimas brotarían de sus ojos ―No quiero estar aquí. Quiero ver a mis padres―
―Pobrecita― dijo la hermosa chica de cabello rosa mientras acariciaba la cabeza de la niña, tranquilizándola un poco ―No te preocupes: Nakano-onee-chan va a protegerte de esos hombres malos y a llevarte con tus padres―
―¿Oh? ¿Entonces siempre si sabes pelear?― Kerlongsj inyectó esas palabras con mucho sarcasmo.
―Obviamente tu seguirás protegiéndonos Kerlongsj― dijo la chica con simpleza.
―¿Entonces tu no la cuidaras para nada?―
―La cuidaré de la manera más importante de todas―
―¿Y esa es?―
―La emocional―
―Loop naar de hel {Vete al diablo}―
―¿Qué dijiste?―
―Nada importante. Ya vámonos de aquí― fueron las palabras de Kerlongsj mientras apartaba con extrema sencillez a la niña de sus piernas, quien de inmediato corrió a abrazar las piernas de Nakano.
―No juzgues a Kerlongsj-san por sus palabras. Es buena persona, aunque muchas veces necesita que alguien lo guie en la dirección correcta― fue el comentario de la bella chica de ojos azules.
―Nos acabamos de conocer hace menos de 15 minutos, Nakano-san. No hables como si fuéramos amigos de toda la vida― comentó el Galo con molestia, pero fue ignorado por la susodicha.
―Gracias, Nakano-onee-chan― respondió la niña de ojos violetas con un tono más feliz.
¡GROOOOOOOOOAAA!
Un inesperado y profundo sonido hizo que todos voltearan sus cabezas hacia la única infante presente, cuyo rostro, cabe mencionar, no poseía la coloración carmesí de un tomate hasta hace menos de 5 segundos.
―Lo siento― dijo ella en una voz bastante baja y bastante avergonzada ―No he comido en mucho tiempo― finalizó sus palabras llevando sus manos al estómago.
El joven Orlejov no dijo nada, pero la chica Nakano comenzó a reírse ligeramente antes de comentar:
―Me recuerdas a mi hermana Itsuki―
―¿En serio?― preguntó la niña.
―Si. Ella también es débil por la comida y cuando tiene hambre, su estómago suena exactamente igual― las palabras de Nakano no estaban destinadas a provocar depresión en lo mas mínimo, sino por el contrario buscaban empatizar con la pequeña niña.
―Me gustaría conocerla― fueron las palabras de ella.
―Quizás algún día si nos volvemos a ver. Mientras tanto, ¿crees que puedas aguantar un poco el hambre?―
―¡Claro, Nakano-onee-chan!― la niña de pelo blanco y negro respondió feliz. Esa fue la primera sonrisa que había mostrado desde que Kerlongsj y compañía la habían encontrado.
―¡Ara! Acabo de darme cuenta de que nunca preguntamos tu nombre, pequeña. Perdón por eso― dijo Nakano juntando las manos ofreciendo disculpas.
―No te preocupes, Nakano-onee-chan― fue la respuesta de la niña misteriosa dando a entender que no estaba enojada con su nueva "Onee-chan" (quien por cierto estaba mas que feliz de ser llamada de esa manera) ―Mi nombre es…―
Mucho antes de que las palabras de la niña salieran de su boca, el Hacker Nanite ya le había mandado una enorme plegaria a dios; implorándole que su peor temor no se hiciera realidad:
…por favor… por favor… por favor… por favor…
―…Kaneki Ichika―
―¡Nondeju!― exclamó Kerlongsj casi devastado palmeándose la frente con una de sus manos.
Nakano ni siquiera necesitaba entender la lengua materna del Galo para saber que este había blasfemado (y cuya traducción precisa era ¡Maldición!)
―Oh. Otra Ichika― fue el comentario de Mizuhara, quien no había mencionado palabra alguna en mucho tiempo, y estas últimas fueron pronunciadas con su acostumbrado tono plano.
―¿Cómo que otra Ichika?― preguntó la ahora niña ahora conocida como Kaneki Ichika con un tono muy confundido.
―P-p-pues veras, Kaneki-chan…― comenzó a hablar Nakano sin saber realmente que decir, rápidamente giró hacia el Galo ―Kerlongsj-san…―
―A mí no me metas en esto― pero el mencionado cortó sus palabras de manera inmediata a la vez que se daba mecánicamente la vuelta y comenzaba a caminar ―Tú te encargas de lo emocional, ¿lo olvidaste?― y se alejó sin nada más que decir.
―Nakano-onee-chan…― Ichika Kaneki volvió a tener esa mirada preocupada en sus ojos.
Nakano no tenia ni idea de que hacer.
OTROS MINUTOS Y PASILLOS MAS TARDE
―¿Entonces Kerlongsj-san es un agente secreto y está buscando a un chico que se llama como nosotras?― preguntó inocentemente la Ichika mas joven luego de que Nakano le hubiera resumido la situación.
―Básicamente― respondió la pelirroja.
―¡Eso es genial!― Kaneki exclamó con su alegría infantil.
Esto no es genial en lo más mínimo Fue el amargo pensamiento del joven Orlejov que ya se estaba hartando de esa ridícula situación.
De repente, el Hacker detuvo sus pasos. Todas las Ichikas imitaron su acción.
―Kerlongsj-san, ¿Por qué te…?―
―¡Shh!― el hombre de ojos verdes había silenciado a la Ichika de ojos azules ―Hay enemigos cerca―
El grupo se encontraba oculto a la vuelta de uno de los pasillos. Al parecer, eran 3 enemigos y Kerlongsj estaba seguro de que cada uno de ellos estaba armado.
Girando hacia las chicas, Kerlongsj susurró tan bajo y claro cómo pudo:
―Voy a neutralizarlos. Manténganse ocultas en todo momento y no salgan por nada― las 3 chicas asintieron con la cabeza.
―Ten cuidado, Kerlongsj-san― fueron las palabras de Nakano.
Asintiendo una vez con la cabeza, el Hacker Nanite utilizó sus increíbles maquinas para crear 2 tonfas retractiles. Bien pudo matar a esos blancos utilizando sus cuchillos, pero no quería traumatizar a sus actuales compañeras.
Por lo tanto la mejor opción era un ataque rápido, preciso y no letal.
¡Ahora!
Saliendo de la esquina a gran velocidad, Kerlongsj emboscó en un parpadeo a sus objetivos.
¡Smack!
¡Smack!
¡Smack!
Los maleantes no tuvieron tiempo ni siquiera para apuntar con sus rifles o pronunciar palabra alguna cuando el Hacker utilizó sus armas sobre sus cráneos haciéndoles caer en la inconciencia.
Desactivó sus maquinas antes de llamar a las chicas: ―Todo despejado. Ya pueden salir―
Las 3 Ichikas emergieron de la esquina para ver a Kerlongsj rodeado por una pila de hombres armados pero inconscientes.
―¡Wow! De verdad eres muy bueno, Kerlongsj-san― fue la alabanza de Ichika Nakano.
―Años de practica― fue la sencilla respuesta del hombre de ojos verdes quien después de eso miró hacia su derecha y allí se encontró con otra celda como las anteriores.
De inmediato se puso a pensar:
A diferencia de las anteriores celdas, esta estaba protegida con guardias de seguridad armados. Si estos idiotas estaban aquí… ¡Ichika Orimura debe de estar aquí sin dudas!
Con una gran sonrisa en su rostro, el Hacker Nanite volvió a activar sus maquinas sobre la celda provocando que esta se abriera.
Por fin iba a terminar esa ridícula misión.
―Hola Ichika, vine a…―
―¡HAAAAAAA!―
―¡AAAAAAAAAAAAHHH!―
Fueron 2 gritos: uno de ira y el otro de miedo. Todo ocurrió rápidamente cuando una lanza emergió de la oscuridad de la celda y casi traspasa la cabeza del joven Orlejov como un mondadientes a una aceituna.
―¡Maldito! ¡Te haré pagar por encerrarme en este sitio!―
―¡Cálmate un poco mujer!― fue el grito proferido de Kerlongsj.
Si. Se trataba de otra chica.
De una apariencia de 15 a 17 años, su vestimenta consistía en una chaqueta de magas largas color negro sobre una camiseta interior blanca (la cual dejaba ver claramente el buen tamaño de su busto), un pantalón de color negro y zapatos rojos.
En apariencia física, la chica enojada tenía el pelo largo y negro con reflejos rojos, con un ahoge en la punta. Mantenía su cabello recogido en una pequeña cola de caballo y usaba un clip en forma de cruz en su cabello. Sus ojos eran de un color rojo rubí, con círculos oscuros debajo de estos. Su piel se veía pálida y mostraba una expresión severa que reflejaba su actual estado de humor.
―¡No te atrevas a decirme que me calme! ¡Te mataré por lo que me hiciste!― volvió a gritar la desconocida mientras atacaba a Kerlongsj con su lanza. Para defenderse y desviar los ataques, este último había creado 2 espadas cortas con sus Nanites.
―¡Verdomme, mujer! ¡Mírame bien, no soy de esos idiotas que te secuestraron y te trajeron aquí!― Que me sorprende que lo consiguieran en primer lugar. Comentó el Galo en su mente viendo lo bien que peleaba la chica con su lanza.
Esas palabras parecieron surtir efecto en la chica violenta, quien detuvo su frenético ataque antes de mirar al único hombre presente de pies a cabeza.
Afortunadamente, ella parecía que por fin se había calmado.
―Tienes razón. No te pareces a esos cabrones que me trajeron aquí―
―Te lo dije― habló Kerlongsj derrotado y con los brazos caídos.
―¡Pero entonces dime quien eres y por qué tienes a ese demonio come-hombres viajando contigo!― ella volvió a gritar con una mirada amenazante.
―Soy Kerlongsj Orlejov y soy un agente secreto― dijo el Galo ya acostumbrándose a esa mentira. Luego sonrió divertidamente ―Por cierto, ¿Demonio come-hombres? Esa es una interesante manera de referirse a ti― giró la cabeza hacia atrás de él ―¿Cierto, Nakano-saaaaaaaa…?― Kerlongsj jamás pudo completar sus palabras.
No con la escena que tenía enfrente.
Ichika Kaneki, una tierna niña de menos de un metro y veinte, estaba comiéndose el cuerpo de uno de los hombres que el Hacker hace poco acababa de noquear.
Y por la sonrisa en su rostro, era obvio que estaba disfrutando del sabor.
Tal vista causó que dentro de Nakano brotara el miedo; incluso su piel había perdido varios tonos de color hasta hacerse tan blanca como la de la chica violenta.
―Entonces respóndeme: ¡¿Por qué estas con ese demonio?!― volvió a preguntar la mujer de ojos rojos.
―¡Yo ni quiera sabía que esa niña era una caníbal!― exclamó Kerlongsj desesperado y llevándose ambas manos al cabello.
¡Glup! ―No soy caníbal― respondió Ichika Kaneki con inocencia mientras se limpiaba delicadamente la sangre de los labios con una servilleta (que solo dios sabrá de donde carajos la sacó) y miró a las personas asustadas ―Solo me estoy alimentando. Soy una Ghoul― volvió a responder de la misma manera.
―¿Ghoul? ¿Te refieres a esos seres que consumen carne humana como alimento?― el joven Orlejov se aventuró a preguntar. Incluso entre los Hackers, la existencia de los Ghouls aún era debatida (y eso era mucho decir).
―Si― respondió Kaneki-chan de manera sencilla ―Aunque yo nací diferente y puedo comer también alimentos humanos―
―¿Y por qué no nos dijiste que eras un Ghoul y no te esperaste a que consiguiéramos alimentos humanos?― el Hacker volvió a cuestionar.
―Nunca me preguntaron― la extrema inocencia con que ella había dicho esas palabras casi provocan que Kerlongsj se palmeara con fuerza la frente ―Y tenía hambre. Pero mis padres me enseñaron a solo comerme a las personas malas y si ellos trataron de atacarte, Kerlongsj-san, y encerraron a la señorita negra― dijo apunando hacia la chica de la lanza ―en estas feas cárceles, entonces debían ser malas personas. Así que le rompí el cuello a este de aquí y comencé a comerlo―
―Oh. Por eso no gritó cuando comenzaste a devorar su abdomen― Ichika Mizuhara había vuelto a hablar después de un largo tiempo de permanecer en silencio, con el mismo tono plano característico y sin importarle la sangrienta y grotesca escena delante de ella.
―¡Pues me da lo mismo! ¡Yo, Ichika Saotome, la Valquiria de la Lanza, acabaré con tu maldita vida!― gritó la chica violenta presentándose como…
Otra Ichika
―¡Nondeju Schijt!― vociferó Kerlongsj en su idioma nativo al descubrir que tendría que seguir lidiando con la misma estúpida situación.
Saotome apuntó con su lanza justo hacia el corazón de Kaneki-chan (quien había comenzado a soltar lagrimas) y estaba a punto de lanzarse corriendo para atravesarlo.
―¡Espera!― cuando de improviso, la Ichika Nakano se paró enfrente de la Ichika mas pequeña con los brazos extendidos, protegiéndola de cualquier ataque.
―¿Quien demonios eres tú?― preguntó Saotome aun con su lanza en alto.
―Soy Nakano Ichika― ella respondió con firmeza.
―¿Te llamas como yo?― fue la pregunta de la Valquiria.
―Todas nos llamamos igual― ese comentario vino de la chica de voz monótona ―Yo soy Mizuhara Ichika y ella es Kaneki Ichika― dijo apuntando hacia la pequeña Ghoul que se escondía tras las piernas de su Onee-chan.
―…― Saotome Ichika ahora lucia una expresión pasmada ―Esto es muy extraño―
―Bienvenida a mi mundo― fue el comentario sarcástico del Galo.
―Como sea. ¡Nakano! ¡¿Por qué estas protegiendo a esa abominación?!― gritó Saotome.
―No voy a dejar que lastimes a una niña inocente― respondió ella con tanta firmeza y determinación como podía.
―Es un demonio que se alimenta de carne humana, tu carne. No es una niña inocente en lo más mínimo. Incluso tú te asustaste de ella cuando la viste comerse a ese hombre, a quien por cierto también mató sin dudarlo― el argumento de la Valquiria parecía ser imposible de destruir.
Pero Nakano lo intentó:
―Pudo haberme atacado a mí, a Kerlongsj-san o a Mizuhara-san cuando nos conocimos para comernos y no lo hizo. Mató a ese hombre para que no sufriera cuando se lo comiera, y se lo comió solo porque sabía que era de los tipos malos que la trajeron a ella, a mí y a ti a este sitio. Ninguno estaría aquí si no nos hubieran secuestrado―
La chica de ojos azules aun mantenía una determinación y firmeza que ni ella misma sabia que era capaz de poseer.
―Tienes razón que sentí miedo, mucho miedo, al descubrir la verdad sobre Kaneki-chan… pero sigue siendo una niña inocente que solo desea volver con su familia y que puede diferenciar el bien del mal, y eso la hace humana para mi… ¡Así que no dejaré que le pongas un dedo encima!―
Todo quedó en silencio por lo que parecían eternos segundos. Solo el leve sonido de sus propias respiraciones podía apenas percibirse.
Fue entonces cuando Ichika Saotome habló:
―Maldición. No voy a lidiar con esta mierda― ella finalmente bajó su arma ―Haz lo que quieras entonces, pero si te vuelves su almuerzo no esperes que yo venga a salvarte― se dio la vuelta evitando y no dijo otra palabra.
Nakano soltó un enorme respiro que no sabía que estaba conteniendo.
―Gracias… Nakano-onee-chan― dijo la pequeña Kaneki con timidez.
La pelirroja sonrió antes de responder ―No te preocupes, Kaneki-chan. No dejaremos que te pase nada malo, ¿verdad Kerlongsj-san?― preguntó volteando hacia el mencionado.
―Si, claro― dijo el Galo como si no le quedara opción. Aunque estaba un poco impresionado por la voluntad de Nakano, estaba verdaderamente harto de la situación que estaba viviendo ―Solo continuemos con nuestro camino por favor― dijo mientras comenzaba a moverse.
La chica de ojos azules tomó gentilmente la mano de la niña de ojos violetas. Fue entonces que esta le hizo una pregunta:
―Esto…¿Nakano-onee-chan?―
―¿Si, Kaneki-chan?―
¡Grooooooa!
―Puedo llevarme un trozo del hombre malo en el camino, aún tengo hambre―
―…― Nakano no sabia que responder a eso.
Kerlongsj comenzó a acelerar el paso.
VARIOS MINUTOS Y PASILLOS DESPUES
Ok. Sabia que estos tipos eran unos estúpidos, pero jamás me imaginé que serian tan BESTIAS como para secuestrar a una incontable cantidad de personas que ni siquiera comparten el mismo sexo…
¡Crunch!
…o especie con su objetivo. Fue el pensamiento que cruzó por la mente de Kerlongsj mientras escuchaba a la pequeña Ghoul comerse uno de los brazos de su víctima como si fuera una manzana acaramelada mientras la Valquiria la miraba con disgusto y precaución.
Nakano la sostenía de su otra mano, haciendo lo imposible por ignorar la vista y los sonidos.
Mizuhara… era Mizuhara.
Habían llegado a otra celda.
―God, laten we hier een einde aan maken― palabras traducibles a "Dios, terminemos con esto de una puta vez". Kerlongsj volvió a activar sus máquinas para abrir la celda ya imaginándose lo que iba a encontrar.
Pero de todas maneras debía intentarlo.
―¿Eres Ichika Orimura?―
―No. Soy Ichika Takatsuki, estudiante de secundaria. Por cierto, soy una chica alienígena―
―¡Schijt!―
OTROS PASILLOS DESPUES
―¿Eres Ichika Orimura?―
―No. Soy Ichika Abarai. Una Shinigami en entrenamiento―
―¡Verdomme!―
OTROS PASILLOS DESPUES
―¡¿Eres Ichika Orimura?!―
―No. Soy Ichika Arima. Soy una estudiante de secundaria―
―¡Nondeju!―
OTROS PASILLOS DESPUES
―¡¿ERES ICHIKA ORIMURA?!―
―No. Soy Ichika Usami. Soy una estudiante de secundaria y puedo transformarme en una chica mágica para combatir el mal―
―¡SCHIJT!―
OTROS PASILLOS DESPUES
―Schijt, schijt, schijt, schijt, schijt, schijt, schijt, schijt, schijt, schijt…― Kerlongsj se encontraba repitiendo esa blasfemia sin parar, al mismo tiempo que su rostro se contorsionaba en indescriptibles muecas y sufría rápidos espasmos musculares.
El resto de Ichikas había tomado la sabia decisión de mantenerse bastante alejadas de él.
Estudiantes de secundaria, Ghouls, Valkirias, Alienígenas y Chicas mágicas… ¡Y todas ellas son mujeres! No sé quién es más imbécil: los tipos que las secuestraron o quienes los escogieron para secuestrarlas. El Hacker producía tantos sentimientos negativos que podía sentir como estos poco a poco estos envenenaban su cuerpo a tal nivel que ni sus Nanites podrían curarlo.
Justo entonces, habían llegado a otra celda.
Juro por dios todopoderoso que si la siguiente persona/Ichika que se encuentre tras esa puerta no tiene un pito y bolas, entonces le diré a Chifuyu que se vaya a la mierda y me largaré a buscar a Anaton para irnos de este sitio. Los pensamientos de Kerlongsj eran tan negativos que podrían alterar la polaridad de los imanes.
Activó una vez más sus máquinas y procedió a abrir la puerta de la celda.
―Godzijdank― (Gracias Dios)
Y para su fortuna, sus plegarias fueron escuchadas.
―¿Eh? ¿Quién está allí?― desde el interior de la celda, surgió una voz MASCULINA.
Se trataba de un hombre, definitivamente se trataba de un hombre. Su complexión lo delataba como masculino y sus ropas cuadraban con los esperado de alguien del sexo masculino.
El por fin había encontrado a Ichika Orimura.
―¡Ichika, por fin te encuentro!―
―¿Te conozco?― preguntó Ichika con desconcierto.
―No, pero yo a ti sí. Soy Kerlongsj Orlejov, un agente secreto y te he estado buscando por un largo tiempo para sacarte de este sitio―
Al escuchar esas palabras, el rostro de Kerlongsj se iluminó.
―Muchas gracias de verdad. Nunca pensé que me secuestrarían en mi camino a casa―
―Ya no te preocupes por eso. Lo importante es que estas bien― el joven Orlejov habló con sencillez y alegría.
―¿Está todo bien, Kerlongsj-san?― fue la pregunta de Nakano. Ella junto con el resto de Ichikas mujeres aún se mantenían a una distancia considerable del Hacker.
―Mejor que bien, chica. No podría estar mejor― respondió Kerlongsj todavía feliz y mentalmente aliviado.
―¿Hay alguien más contigo?― el Ichika masculino preguntó curioso.
Kerlongsj suspiró antes de responder: ―Es una muy larga y estúpida historia que no viene al caso― Con tan solo escuchar esas palabras, Ichika supo que no debía de indagar más ―Solo vámonos de aquí―
―De acuerdo, pero antes tengo que hacer algo―
―Bien pero no te tardes. Tu hermana debe estar esperando por verte― dijo el Hacker cruzándose de hombros y dándose la vuelta para darle privacidad a Ichika. Seguramente quiera ir al baño o algo así.
―Yo no tengo hermana―
¡CRACK!
Kerlongsj Orlejov abrió tanto los ojos y giró la cabeza con tanta velocidad que un feo chasquido había sonado desde su cuello (aunque bien pudo haber sido su salud mental destrozándose).
Ichika dio un paso hacia atrás por el miedo que le produjo tal vista.
―¿Que dijiste?― Kerlongsj preguntó en un tono muy bajo y casi siseando.
Ichika tragó saliva antes de responder ―Yo no tengo hermana, Kerlongsj-san. Soy hijo único― no había el más mínimo rastro de mentiras en las palabras del joven.
Y eso es lo que más le preocupó al Hacker Nanite.
―Por casualidad… ¿cuál es tu nombre completo y a que te dedicas?―
Para este punto, cada palabra de Kerlongsj estaba cargada del más intenso dolor.
―Ichika Nito, soy guitarrista―
.
.
.
.
.
―Oye, ¿estas bien?― fue la pregunta de Nito.
Pero el joven Orlejov no estaba para nada bien.
―¡Viejo! ¡¿qué te ocurre?!― la nueva pregunta de Ichika Nito era totalmente comprensible considerando lo que estaba presenciando.
Kerlongsj Orlejov contorsionó su rostro a la forma mas retorcida que hasta ahora había formado, múltiples tics se producían al mismo tiempo en todos los músculos que lo conformaban. A cada segundo, toda la piel de su cuerpo se volvía más y más roja hasta alcanzar la coloración escarlata. Su respiración se volvió rápida y pesada, vasos sanguíneos comenzaron a ser perceptibles en esta por la gran cantidad de sangre que ahora se estaba transportando.
Su boca mostraba sus afilados dientes. Las piezas de calcio y fosforo rechinaban unas contra otras produciendo el aterrador sonido de una antigua bisagra oxidada al mismo tiempo que brotaban cuantiosas cantidades de saliva y burbujas de espuma. Todo lo anterior complementado con un gruñido que rayaba en lo inhumano terminó otorgándole la aterradora apariencia de una bestia rabiosa.
Los músculos del resto de su cuerpo ahora sufrían incontrolables espasmos y convulsiones al punto de parecer víctima de un ataque epiléptico. De un segundo a otro, se llevó ambas manos al cráneo y las presionó contra este con tanta fuerza que parecía que iba a perforarse el cráneo en cualquier instante.
Y fue entonces cuando ocurrió:
―¡OTVERDOMMESEKREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEET!―
Por la seguridad de este mundo…
Por la paz entre todas las naciones…
Por el alma de todos los humanos inocentes…
Por la vida de todas las especies de plantas y animales que existen…
Por el bien del equilibrio universal…
Por la conservación de las 4 fuerzas fundamentales…
Por todo lo que era bueno esta vida…
Esa palabra, nacida y criada en el idioma Flamenco, NUNCA DEBIA ENCONTRAR SU TRADUCCIÓN.
―Nito-san, ¿que acaba de ocurrir? Escuché a alguien gritar―
Kerlongsj Orlejov dejó de ser victima de la rabia por un instante cuando la voz de otro hombre llenó la habitación.
―No lo sé, Orimura-san―
Orimura.
―Un tipo acaba entrar por la puerta diciendo que venía a salvarme pero cuando le dije mi nombre el comenzó enojarse y luego… ¡oye!―
Sin espera a que Ichika Nito terminara su frase, el joven y aun enojado Orlejov caminó a grandes pasos hacia otro chico japones que actualmente se encontraba acostado en una de las esquinas de esa habitación.
―¡Oah!―
Y lo tomó con ambos brazos del cuello de la camisa antes de comenzar a hacerle un sinfín de preguntas:
―¡¿Te llamas Orimura Ichika?!―
―Esto…Si―
―¡¿Hermano de Orimura Chifuyu?!―
―¿Conoces a Chifuyu-nee?―
―¡RESPONDE!―
―¡Si!―
―¡¿Tienes 17 años?!―
―Si―
―¡¿Eres un hombre?! ¡100% varón!―
―Si―
―Eres un estudiante simplón sin nada especial en particular―
―¿Si?―
―¡¿Eres un ser humano?!―
―Hasta donde sé, si―
―¡¿No tienes madre ni padre, ni abuelos ni tíos, ni ningún otro familiar que te consuele y mantenga además de tu hermana?!―
―Eso es hiriente, pero si―
―¡¿Tu cabello es negro natural?!―
―Si―
―¡¿Practicabas Kendo cuando eras niño?!―
―Si―
―¡¿Estarás postulado y ganaras el titulo por el protagonista de novela, manga y anime harem más pendejo y denso de todos los tiempos?!―
―Si… ¿espera que cosa?―
―Una última pregunta: ¡¿Sabes lo que Shinonono Houki siente por ti?!―
―¿Houki-san? Ella es mi amiga. ¿Qué más debería sentir por mi aparte de amistad?―
Cuando la ultima palabra finalizó su respuesta, Ichika Orimura fue liberado del agarre del joven de ojos verdes.
Mismo que se puso de rodillas y juntó sus manos entrelazando los dedos.
―Godzijdank… Godzijdank… Godzijdank… {Gracias dios… gracias dios… gracias dios…}― se mantuvo agradeciendo a la máxima deidad en su idioma nativo por varios segundos.
―Nito-san, ¿tu entiendes que pasa?― Ichika Orimura le preguntó al otro hombre.
―No tengo idea. Solo te iba a despertar para irnos juntos cuando este sujeto se volvió loco. Creo que es mejor que no vayamos con él― Nito miraba muy desconfiado al Galo.
―NO―
Quien para este punto había decidido volver a ponerse de pie.
―Ustedes 2 malnacidos vendrán conmigo y nos vamos a ir de este sitio de una buena vez― una mirada psicótica se postraba en su rostro, no dando lugar a objeciones o negaciones contra sus palabras.
―Si señor― ambos Ichikas varones pronunciaron al unisonido.
Los 3 salieron de esa celda y se encontraron con extraña la vista de las Ichikas mujeres arrinconándose en una esquina. Nakano protegía a la pequeña Kaneki-chan. Mizuhara, Arima y Takatsuki estaban abrazándose mutuamente. Saotome y Abarai le apuntaban con su lanza y espada respectivamente mientras que Usami estaba en una posición de combate vestida con su atuendo de chica mágica.
―Retiro lo dicho: tú eres más peligroso que la Ghoul devora hombres― fue el comentario de la Valkiria.
―¡A la mierda! ¡Nos largamos de aquí!― gritó con furia y comenzó a caminar rápidamente hacia la salida ―Ichika…―
―¿Si?― 10 voces le respondieron.
―¡ORIMURA!―
―Ah― 9 voces exclamaron.
―¿Que sucede?― preguntó el Ichika correcto.
―Actualmente estoy trabajando junto a tu hermana para sacarte de aquí. Me contactaré con ella para decirle donde vernos― de inmediato, utilizó sus Nanites para crear un pequeño comunicador con el cual contactarse con la mujer Orimura.
*Hola Chifuyu. Tengo buenas noticias: encontré a tu hermano.*
*Te tardaste bastante, Kerlongsj.*
*De nada. ¿Tú cómo vas con Anaton?*
*Está conmigo. ¿Quieres establecer el sitió de encuentro?*
*Me leíste la mente. Veamonos al este del almacén a unos 50 metros del inicio del bosque. No podrán vernos allí.*
*Recibido.*
*Por cierto… voy a llevar ciertos invitados inesperados. No vas a creer con lo que me encontré.*
*Que curioso: estaba a punto de decirte lo mismo.*
La comunicación se había cortado, pero las ultimas palabras dichas por la Brunilda provocaron que el Hacker levantara una ceja de desconcierto…
Y que su estómago comenzara a doler.
Ik heb een naar gevoegl. {Tengo un mal presentimiento}
AL ESTE DEL ALMACEN, MINUTOS DESPUES
El grupo de 10 Ichikas y un Galo estaban adentrándose en la espesura del Bosque. En el poco tiempo que los Ichikas llevaban juntos se conocieron mutuamente, contaron una pequeña parte de su pasado y en general se hicieron buenos amigos.
―Kerlongsj―
Una voz ajena al grupo llamó la atención de todos. Volteando hacia su origen se encontraron con la mujer pelinegra llamada Orimura Chifuyu
―Hola Chifuyu― el jovel Orlejov saludó a la japonesa.
―¡Chifuyu-nee!― sin perder un segundo, el varón Orimura corrió en dirección a su querida hermana a quien le entregó un enorme y cálido abrazo.
En circunstancias normales, la mujer de cabello negro habría rechazado tal muestra de afecto publico con un golpe en la cabeza de su hermano pequeño. Pero las fuertes y desesperadas emociones que sintió al saber que fue secuestrado y la alegría de volver a reencontrarse con él, hicieron que Chifuyu descartara esa idea y en cambio devolviera ese mismo gesto a su hermanito.
Solo por esta vez.
―¿Te encuentras bien, Chifuyu-nee?― fue la pregunta de Ichika, cargada con autentica preocupación.
―Tonto… soy yo quien debería preguntarte eso― la respuesta de la Brunilda no se hizo esperar. Una pequeña sonrisa adornó su bello rostro.
―Chifuyu, odio arruinar este bello reencuentro pero…― el joven Orlejov le habló a ambos hermanos Orimura ―¿Donde está Anaton?―
En lugar de responder, Chifuyu se giró hacia un árbol en concreto: ―Anaton, je kunt je nu laten zien {Anaton, ya puedes salir}― dijo en el idioma nativo del niño y por lo tanto también de Kerlongsj.
Anaton había salido desde atrás de ese árbol y fue en dirección hacia la mujer Orimura.
―Dit is Kerlongsj Orlejov. Hij is degene waar ik je over vertelde. Hij zal je naar huis brengen {Él es Kerlongsj Orlejov. Es de quien te hablé; te llevará a casa}―
Asintiendo con la cabeza, el pequeño niño caminó hacia el Galo quien lo recibió con un gran abrazo. Ambos rápidamente se conocieron y Kerlongsj descubrió su relación con Azalof.
―¡Oigan! Se están olvidando de nosotros―
Otra voz volvió a interrumpir el cálido momento. Lo que provocó que los 2 Orimuras y los 2 residentes de Flanders voltearan hacia atrás.
―¿Quiénes son ellas?― Chifuyu preguntó sorprendida de ver la gran cantidad de chicas (y un varón) que al parecer estaban acompañando a Kerlongsj.
Este ultimo suspiró apesadumbrado:
―¿Recuerdas que te dije que me traería compañía inesperada?― un breve asentimiento por parte de la mujer japonesa respondió su pregunta ―Dejaré que ellas se presenten― fue el ultimo comentario de Kerlongsj, cargado con un tono MUY adolorido.
Y así… empezó el espectáculo:
―Soy Nakano Ichika. Estudiante de secundaria y actriz―
―Soy Mizuhara Ichika. Estudiante de secundaria―
―Soy Kaneki Ichika. Soy una Ghoul y actualmente no voy a la escuela―
―Soy Saotome Ichika. Soy una Valkiria―
―Soy Takatsuki Ichika. Estudiante de secundaria y soy una alienígena―
―Soy Abarai Ichika. Soy una Shinigami en entrenamiento―
―Soy Arima Ichika. Estudiante de secundaria―
―Soy. Usami Ichika. Estudiante de secundaria y me transformo en una chica mágica―
―Soy Nito Ichika. Guitarrista y compositor independiente―
Con cada individua/o que se encontraba presentándose y otorgando su actual ocupación (y especie en algunos casos) el rostro de la Brunilda transitó lenta y dolorosamente de la sorpresa hasta la incredulidad.
Y cuando el ultimo de los "Ichikas" se presentó, el rostro de Chifuyu era la imagen viviente del meme Poker Face.
―Chufuyu-nee, ¿te encuentras bien?―
La pregunta de Ichika, SU VERDADERO ICHIKA, la trajo de vuelta a la realidad.
―Estoy bien Ichika― respondió pesadamente ―Solo contemplo el nivel de estupidez del mundo en el que vivimos… y como alguien sufrió lo mismo que yo―
Esas ultimas palabras llamaron fuertemente la atención del Galo.
―Chifuyu… ¿a qué te refieres con "lo mismo que yo"?―
En lugar de otorgarle su respuesta al Hacker, la japonesa solo giró la cabeza hacia atrás antes de exclamar unas simples palabras:
―¡Pueden Salir!―
Al cabo de pocos segundos, unas figuras comenzaron a emerger de entre los arbustos y los arboles. Variadas en complexión, en altura y en sexo, las figuras se presentaron como otro grupo de personas que ahora eran el centro de atención de Chifuyu y compañía.
―No tengan miedo y preséntense―
Siguiendo la invitación de la mujer, la primera de todos fue una chica con una apariencia entre americana y japonesa. Su cabello era rubio y estaba peinado en 2 coletas gemelas; también vestía ropa de moda.
―Soy Takamaki Ann. Estudiante de Secundaria y modelo de tiempo parcial―
Kerlongsj Orlejov sintió como su acido estomacal comenzaba a treparle por la garganta.
An.
El siguiente fue un joven de cabello castaño largo con una mirada de pocos amigos y que usaba una túnica de color negro:
―Soy Anakin Skywalker. Miembro de los Caballeros Jedi, una orden de guerreros que protegen la Galaxia de las fuerzas del lado oscuro―
An.
La siguiente fue una pequeña niña de apenas 7 años con cabello negro y que usaba un bonito vestido rojo:
―Soy Ann Magnolia. Soy una chica del campo y me gusta jugar con insectos―
¡An!
El siguiente fue una persona muy joven de complexión delgada que poseía un largo cabello verde y ojos del mismo color. Uno creería que se trataba de una mujer, pero al escuchar su voz se dieron cuenta de que era un hombre andrógino:
―Soy Shun de Andrómeda. Soy un Caballero de Bronce al servicio de la diosa Athena―
¡An!
Y el ultimo de todos fue un hombre ya mayor que vestía con un traje de negocios:
―Soy Andrés Manuel Lopez Obrador. Y en el futuro seré presidente de México―
¡AN!
―{Kerlongsj, ¿te encuentras bien?}― traduciéndose como "Kerlongsj, ¿Te encuentras bien?", Anaton le preguntó al Hacker, preocupado luego de ver como este último había comenzado a temblar.
Pero, una vez más en ese día, Kerlongsj Orlejov no se encontraba para nada bien.
―Grrrrrrrr…― un gruñido casi inhumano estaba saliendo de la garganta del Hacker Nanite.
―Oh, no… aquí viene de nuevo― fue el comentario de Nito Ichika pues fue él quien estuvo como el espectador más cercano cuando el Galo perdió el control.
―¡Grrrrrrrrrrrrrrrr!― Kerlongsj continuaba gruñendo a la vez que su cuerpo volvía a exhibir los mismos signos de furia incontrolable de hace poco.
―{¡Anaton! ¡Ven a mi lado!}― El pequeño niño no lo pensó 2 veces antes de correr rápidamente en dirección a la mujer de cabello negro que lo había salvado y resguardarse detrás de ella.
Después de todo, Kerlongsj se estaba volviendo cada vez mas aterrador.
―¡GRRRRRRRRRRRRRRR!―
Para este punto, Chifuyu había vuelto a activar su IS para proteger al Ichika y a Anaton. Anakin había activado su sable de luz mientras Shun elevaba su cosmos para proteger a ambas chicas y a Andrés de la furia del Hacker.
Del lado contrario, Nakano había abrazado nuevamente a la pequeña Kaneki mientras Saotome, Abarai y Usami volvieron a blandir su lanza, su espada y a transformarse respectivamente, protegiendo al resto de Ichikas restantes.
―¡GRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!―
La furia de Kerlongsj había alcanzado su punto máximo y parecía que lo inevitable estaba a punto de ocurrir.
Tomando una poderosa bocanada de aire… el Galo finalmente lo hizo:
―… a la mierda― declaró con un tono tan plano y carente de emociones que incluso superó al de Mizuhara ―No lidiaré con esta mierda otra vez― fijó su mirada en el pequeño niño de su misión ―We gaan naar huis, Anaton! {Vamonos de aquí, Anaton!}―
El pequeño salió detrás de Chifuyu al ver que el peligro finalmente había pasado y se volvió a reunir con el Hacker Nanite.
―¿Tienes alguna idea de cómo vamos a llevar a todas estas personas a su sitio… país… mundo de origen?― fue la pregunta de Chifuyu hacia Kerlongsj.
―No, y para ser honesto no me importa― esa terminante declaración fungió como respuesta.
―Kerlongsj…―
―Chifuyu, he pasado por suficiente mierda en este día para que me dure por el resto de mi vida. Además: no hay manera de que los llevemos a todas estar personas a su lugar correspondiente. Ni tu IS puede cargarlos y protegerlos adecuadamente a todos durante el vuelo, ni mis Nanites pueden crear una plataforma lo suficientemente grande para servir como transporte al mismo tiempo que los protejo durante el vuelo― Kerlongsj dejó que sus palabras se acentuaran por unos segundos ―Necesitaríamos de un milagro para llevar esta tarea acabo―
―¡PARA ESO ESTOY YO!―
Una repentina voz inundó el aire. Todos voltearon hacia varias direcciones para identificar a su dueño.
Fue entonces que vieron a un pequeño, muy pequeño, BASTANTE DIMINUTO cometa volando sobre la cabeza de Kerlongsj y dejando estelas en su viaje.
―¿Que mierda?―
Luego ese cometa se asentó sobre su antebrazo derecho y allí fue cuando el joven Orlejov pudo verlo mejor.
―Contra el mal… ¡LA HORMIGA ATÓMICA!―
Se trataba de nada mas y nada menos que una pequeña hormiga color rojo con jersey naranja con una enorme letra "A" y casco color blanco. Su morfología distaba bastante de sus parientes insectos y en cambio poseía una estructura corporal mas cercana a la humana.
―¿Quién… eres… tú?― fue la nueva pregunta de Kerlongsj.
―Me acabo de presentar. ¡Soy la Hormiga Atómica!―
NOTA DEL AUTOR: Hormiga Atómica, en inglés, es Atomic Ant; de allí el chiste.
―Otro "An-", por supuesto― Kerlongsj resistió el impulso de palmearse el rostro (más que nada porque su brazo actualmente estaba ocupado por esta pequeña criatura) ―Déjame adivinar: eres una hormiga que recibió enormes cantidades de radiación y gracias a eso obtuviste poderes increíbles―
―¡Diste en el blanco muchacho! Puedo levantar toneladas de peso, moverme a una gran velocidad, volar y recibir señales de radio por mis antenas―
―¿Y cómo es que alguien tan poderoso como tú fue secuestrado por esas personas?― fue la pregunta de Kerlongsj un poco menos estupefacto.
―Me atraparon usando mi mayor debilidad― respondió la hormiga atómica con un tono pesado y sombrío.
―¿Insecticida?―
―Cubos de azúcar―
―Ah. Eso tiene más sentido―
―¡Kerlongsj!― Chifuyu Orimura llamó la atención del Galo ―Lamento interrumpirte a ti y a tu nuevo… pequeño amigo. Pero aún tenemos que llevar a todos a su casa―
―No te preocupes Chifuyu-san. Gracias a la Hormiga Atómica ahora ya tengo el plan perfecto para deshacerme de todos ustedes… ¡Digo! Llevarlo a todos a casa― el joven Orlejov respiró profundamente antes de continuar ―Esto es lo que haremos…―
Siguiendo las instrucciones de Kerlongsj, la Brunilda había cortado con las Katanas de su IS algunos cuantos arboles de tamaño y grosor similares.
Luego, el Hacker Nanite se encargó de utilizar sus maquinas para limpiar, pulir y cortar mas finamente esos troncos hasta darles la forma adecuada para que unos encajaran con otros de manera similar a la técnica Okuriari donde se mecanizar la madera dándole formas que luego encajan como un puzzle y así no ocupan unirse con clavos o tornillos.
Finalmente, con un poco de ayuda de todos, encajaron los troncos de tal forma que al final habían construido una suerte de barco donde todos cabían perfectamente.
―Se ve muy bonito― fue el comentario de Kaneki-chan.
―Kerlongsj, esto sigue siendo demasiado grande para que yo lo levante y maneje adecuadamente― Chifuyu llamó la atención del Galo.
―No lo vas a levantar tu Chifuyu-san― en respuesta, recibió una mirada de desconcierto ―Nuestro pequeño amigo aquí lo va a levantar― dijo refiriéndose a la Hormiga Atómica ―tú te encargaras de la dirección y yo les iré guiando a ambos mediante comunicador―
―¡Captaré todo con mis antenas!― dijo el insecto moviendo los pequeños apéndices.
―Suena como un plan― dijo la mujer japonesa ya resignada ―¡Todos en marcha!―
Y así, el enorme grupo subió al barco y se sentó cómodamente dentro del mismo. La Hormiga Atómica lo levantó con extrema facilidad mientras Chifuyu lo empujaba para maniobrarlo.
En menos de un minuto, estuvieron en el cielo.
―¡WAAAAAHOOOO!― fue el grito de alegría que casi todos los presentes profirieron.
―¡Es un barco increíble!― fue el grito de Usami.
―¡Es la primera vez que me subo en uno!― esta vez fue la Shinigami.
―Oigan. ¿Cómo se llama el barco?― Ann Magnolia preguntó de repente.
―¿De que estas hablando Ann-chan?― la Ann mas grande (Takamaki) le preguntó a la más pequeña.
―Dicen que si no nombras a un barco, este corre el riesgo de hundirse― la joven Magnolia dio su motivo.
―No creo que eso se aplique aquí, niña― fue el duro comentario de la Valkiria.
―Tranquila, Saotome-san. Ann-chan solo dio un pequeño comentario― Arima intentó apaciguar a la chica de la lanza.
―Pero tiene razón― esta vez quien habló fue Anakin ―Donde vengo también es costumbre nombrar a las naves. Incluso si no lo usaremos por mucho tiempo, este barco no tiene un nombre oficial―
―Si que lo tiene― el comentario de nada mas y nada menos que Kerlongsj, llamó la atención de todos.
―¿Y cuál es el nombre, muchacho?― preguntó el futuro presidente Andres.
―Ik haat mijn leven― (Odio mi vida) fue la respuesta del Galo en su idioma nativo.
―¿Y eso significa algo?― preguntó Takatsuki, la chica alienígena.
―Es una frase inspiradora de mi tierra natal― la nueva respuesta del Hacker estuvo acompañada de una alegre sonrisa.
―¡Genial!― respondió el resto de personas al unisonido.
Si. Kerlongsj ya perdió la cabeza. Fue el pensamiento de Chifuyu mientras conducía el bote; ella fue la única que si entendió sus palabras. Una lástima. Pensaba en pedirle una cita.
El grupo continuó charlando y conviviendo de diferentes maneras:
Anakin y Andres tuvieron una placentera conversación sobre política y conflictos políticos.
Nakano y Tamaki se hicieron amigas prácticamente al instante cuando descubrieron que sus trabajos eran muy parecidos y que ambas tenían un gran gusto por la moda (y que ambas eran unas cabezas huecas en los estudios). De alguna manera, arrastraron a Arima con ellas.
Nito y Mizuhara estaban hablando sobre como componer canciones (particularmente porque la chica dijo que tenía el deseo de componerle una canción a su pequeño hermano donde le declaraba su amor incondicional).
Ichika y Shun fueron abordados por Saotome, Ann Magnolia, Usami, Takatsuki y Abarai. De alguna manera, ellas habían decidido que ambos eran los chicos más lindos y/o fuertes del grupo e inmediato comenzaron pegarse a ellos.
Kerlongsj se río por como terminaron las cosas para el par de hombres.
Se le acabó la risa cuando vio que Kaneki Ichika comenzó a sentirse atraída por Anaton… y que eso era reciproco.
El grupo se movilizó hasta llegar a un sitio donde Takatsuki había dejado su nave espacial y, gracias a unos contactos, pudo lograr que los amigos de Anakin también llegaran por él.
Dejaron a Shun en Grecia donde fue recibido por su malhumorado hermano con armadura de Fénix y a Saotome en Noruega donde fue recibida por sus extrañas hermanas Valkirias.
Llegaron al pequeño campo en una región distante de Europa donde Ann Magnolia volvió a su casa para abrazar a su madre, quien por un comentario de la niña, supieron que tenía una enfermedad terminal. Obligado por Nakano (y el resto de los presentes) Kerlongsj utilizó sus Nanites para curarla hasta el punto en que lograría vivir por muchos años más y evitando que cierta Auto-Memori Doll cumpliera uno de sus más tristes encargos (Te maldigo capítulo 10).
Dándole la vuelta al mundo, dejaron a López Obrador en la puerta de su casa justo en el instante en que se presentaron los sicarios contratados por sus enemigos políticos para matarlo. Chifuyu y (un nuevamente obligado) Kerlongsj se encargaron de asesinarlos (Y eso explica porque no han matado a mi presidente hasta ahora).
Volviendo a Japón, Takamaki fue dejada muy cerca del Café Leblanc, donde fue vista por sus amigos ladrones. Futaba, una amante de la tecnología, intentó subirse a la armadura de Chifuyu mientras Ryuji, un atleta rubio de corto temperamento, intentó coquetear con Chifuyu y las chicas restantes.
¿Adivinen quien de ambos terminó con un coscorrón y quien con el corazón roto?
Nakano fue dejada en el balcón del pent-house del edificio donde ella y sus hermanas vivían, para la sorpresa de todas estas junto con su tutor Uesugi. Ella y Takamaki habían intercambiado números así que en el futuro se volverían a ver.
Abarai y Kaneki fueron dejados en un parque justo en el momento en que los padres de ambas pasaban por allí (y justo a tiempo porque la pequeña Ghoul de nuevo estaba teniendo hambre).
Usagi fue dejada en la puerta de su casa donde fue recibida con cariño por el resto de sus amigas que también eran chicas mágicas, mientras que Mizuhara fue llevada a su casa (antes de que le diera otro ataque de convulsiones) donde se lanzó a abrazar a su pequeño y amado hermanito Tomo-kun con todas sus fuerzas.
Jurarían que escucharon una blasfemia provenir del pequeño niño.
Arima fue dejada en la puerta de su casa justo en el momento en que un chico rubio y de aspecto encantador llegaba con una rosa y chocolates. Ella les pidió que la dejaran en otro sitio y solo desistió cuando Kerlongsj la amenazó con echarla a patadas del barco.
Nito fue dejado en la puerta de su casa. El prometió que utilizaría su experiencia vivida y a todos sus conocidos para componer una nueva canción.
Chifuyu Orimura e Ichika Orimura fueron dejados en la puerta de su casa. Le agradecieron a Kerlongsj su ayuda e invitaron a pasar a la hormiga atómica por un plato de curry y un cubo de azúcar. El insecto aceptó sin dudarlo.
Finalmente, Kerlongsj lanzó el barco al Mar de Japón antes de activar sus nanites para formar una plataforma de vuelo con las que él y Anaton volaron en dirección a Flanders. El no dejó al pequeño niño con su hermano mayor de buenas a primeras porque no quería comprometer a los Hackers y el muchacho deseaba despedirse de todas las personas interesantes que acababa de conocer (en especial de Kaneki).
Y todos vivieron felices pare siempre…
En lo que se me ocurre sacar el siguiente capitulo.
Fin.
¡INFORMACIÓN SUPER IMPORTANTE!
Hola a todos, aquí el autor VIRUS-GO trayendo de una buena vez el siguiente capitulo de este renovado fanfic…
Y también unos mensajes:
Primero que nada, no puedo encontrar las palabras adecuadas para disculparme lo suficiente por haber tardado tanto tiempo en publicar este capítulo. Se que dije que este fanfic seria un sustituto a mi principal historia "La Ira de Zero" para reescribirlo y publicarlo de manera mas seguida debido al tiempo y energías que me consume el internado.
Mas pronto que tarde descubrí que ni con este pequeño fanfic soy capaz de mantenerme.
Del internado medico he aprendido muchas cosas. Muchas buenas, muchas malas… muchas atroces… pero sin importar de que se trate, al final este me quita la vida. Es como si nos robara la vida a nosotros los médicos para dársela a los pacientes (que viéndolo detenidamente es lo que ocurre en realidad).
No obstante, no puedo culpar de todo al internado porque yo también he disfrutado de algunos de sus beneficios.
Cada medio mes nos otorgan un cheque con el cual costear algunas de nuestras necesidades. Debido a que aun dependo económicamente de mi padre para vivir y el me paga prácticamente todo, una parte de mi dinero se ha ido a algunas cosas que siempre quise comprar, más que nada videojuegos y consolas.
Por otro lado, mi computadora me ha estado dando problemas al momento de iniciarla y estoy seguro de que en uno de estos días va a dejar de funcionar definitivamente. Por suerte siempre hago un respaldo en varias memorias de todas mis historias hasta en el ultimo capitulo, asi que puedo continuar escribiendo y publicando en otro dispositivo si tengo la oportunidad de hacerlo.
También, muy pronto mi padre me va a comprar una nueva computadora mas moderna, así que de momento las cosas van bien para mis ideas y proyectos.
Entonces la gran pregunta es: ¿Qué va a ocurrir a continuación tanto con mi principal fanfic como con este secundario?
Respuesta: Lo ya establecido.
Seguiré utilizando este fanfic como un sustituido para la publicación de mi fanfic principal, pero no voy a prometerles que uno u otro va a tener una fecha fija para la publicación del nuevo capitulo debido a, como ya dije, el tiempo y energía que consume mi internado y mis placeres mundanos que me he ganado con mi esfuerzo.
Para finalizar, nuevamente y como siempre, les deseo a todos y cada uno de ustedes y a sus familias que gocen de una buena salud y bienestar. Ya falta muy poco para salir de una vez por todas de esta pandemia.
Sin nada mas que añadir, nos vemos en la siguiente actualización.
¡FIN DE LA INFORMACIÓN SUPER IMPORTANTE!
Este capitulo fue publicado el día 02 de abril del 2022.
