DISCLAIMER: Todo lo relacionado con Tyson, Rei, Hilary, Kai, Max, Kenny, Daichi, Jin Tempestad, el abuelo de Tyson, el Sr. Dickenson y demás personajes que aparecen en Beyblade, es propiedad de Takao Aoki. Yoblade, empero, es invento mío. Cualquier alusión a personas reales, vivas o muertas, no pretende más que hacer reír al vulgo.
(música matona)
Poco
tiempo hay para aniquilar
Los precandidatos que joroban ya
y
deberás matar
para volver
en 2006 otra vez
Es Yoblade! Yoblade!
(más música matona)
Hazlos
chismear siempre de ese modo
y "¡yo no fui!" deberás
gritar,
nuestro partido siempre ganará,
no lo puedes
evitar...
Es Yoblade! Yoblade!
(un último cachito de música matona, y luego...)
Es
Yoblade! Es Yoblade!
YoBlade!
¡Voten ya!
¡De los dos que me quedaban, de los dos que yo tenía, a uno lo maté de ayuno y ya nomás me queda uno, uno, uno, uno, uno! .¡De ese uno que quedaba, de ese uno que tenía, lo destrocé y lo cloné y otra vez me quedan diez, diez, diez, diez, diez! (And then there were two / Let the games begin… again!)
Tala y Raúl se aproximaron al plato para comenzar con la primera ronda de finales del campeonato mundial de yoblade.
En cuanto la señal fue dada el vendedor de hot-dogs empezó con su trabajo allá en las gradas, un ruiseñor cantó, un vaso se rompió, se acabó el concierto de Mägo de Oz, el equipo de producción de Chafamex Productions brindaba con leche para quitarse la cruda, El Conejo de Pascua le ponía la mejor trampa en la historia a la Iguana de Pascua, el Pingüino veía al público con aire ausente, Álex obtenía el poder del Sol Dorado, los Equipos Olvidados se sumían en aún más en el olvido, los setitas rumiaban su deseo de venganza, Shinji se burlaba de Tyson, Max manipulaba Matrix desesperadamente para arreglar las cosas antes de que fuera demasiado tarde, el teclado de Flint se quejaba porque estaban golpeando las teclas, la Luna entraba en Cuarto Menguante, un perro aullaba, una estrella de una galaxia hiper-lejana explotaba, los pollitos decían pío pío pío porque tenían hambre y frío, Rogran seguía dormido en su mundo de origami seudo-existente alterno, la Gesselchaft anclaba en un nuevo puerto extraño de una dimensión desconocida, Alfador maullaba mientras perseguía a un niño entre la nieve, el doctor dice que recaer es muy normal, diez personas eran asaltadas en la Ciudad de México, un tráiler transportaba indocumentados a través del desierto, y Raúl y Tala lanzaban sus yoblades. Por orden de importancia y relevancia con la trama.
Raúl aprovechaba la atención del público para gritar como niñita histérica.
—¡AAAH! x.XU ¡NO PUEDO, NO PUEDO, NO PUEDO!
— ¬¬ ¿Podrías callarte? —soltó Tala.
—Eeeeh… no, creo que no. Ya ves, estoy algo… histérico.
—¿Vienes a hablarme A MÍ de histeria? Quiero que escuches una pequeña historia…
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— ó.ô ¿Qué es esto, Kai? —preguntó Spencer, intrigado, no muy lejos de ahí.
— ¬¬U Una puerta, genio —le respondió el aludido.
— ¬¬U Tu sabiduría es inspiradora —intervino Bryan—. ¿Qué hacemos aquí?
— ¬.¬# ¡Ya cállense!
Hiwatari abrió la puerta y los demás ahogaron un grito. Ahí dentro estaba…
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—Y después de haber tenido una clasificatoria llena de sexo, drogas, rock n' roll, jugadas sucias y demás cosas feas que las personas de bien no toleran, aceptan ni aprueban, habíamos quedado Bryan y yo como titulares del equipo. Pero por alguna extraña razón que todavía no comprendo, llegó Kai y se acopló. Luego le ganó el puesto a Bryan en un duelo de piedra, papel o tijeras. Fue horrible, horriblemente infantil —prosiguió Tala, mareando a Raúl en el proceso—. El colmo es que llegó con ese pinnípedo despreciable —el Pingüino hizo un puchero— que no nos ha dejado vivir en paz. Las cuentas de electricidad son elevadísimas, siempre tenemos que quedarnos más tiempo en las aduanas, pasamos la vida rentando refrigeradores industriales, y… ¿te estoy aburriendo?
— x-X no, para nada —mintió Raúl a medias. No estaba aburrido, estaba totalmente confundido.
—Bueno, el caso es que…
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—¿Es… Black Salinas? —jadeó Bryan.
Kai asintió.
—¡Pero la última vez que lo usaste estabas como loco! —se sorprendió Spencer.
—Claro que no. Hasta donde yo recuerdo, el único que actuaba raro era Tala.
—¡Pues DISCÚLPAME por suponer que hay que estar LOCO para aceptar órdenes de Voltaire!
—Yo nunca obedecí órdenes de nadie si no se me retribuía algo —soltó Kai, arrastrando las palabras.
El silencio se apoderó de sus dos acompañantes, que cambiaron su expresión de sorpresa a una de rencor.
— ¬¬# ¡NIÑO DE ABUE! —le gritaron.
— UoU ¿Envidia o coraje?
— ¬¬U … ni la una ni la otra —retrucó Spencer.
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—… ¿ves este curita en mi nariz? Me lo tuve que poner porque unos tipos locos entraron a los vestidores, uno de ellos jaló mi yoblade cuando lo traía amarrado al dedo y me caí al suelo de cara. ¿Y qué hicieron mis compañeros de equipo? Uno estaba demasiado ocupado con el Pingüino y los otros se estaban defecando de la risa. No sabes la suerte que tienes de que tu compañera de equipo sea tu hermana.
—¿Vienes a hablarme A MÍ de malos compañeros de equipo? —soltó Raúl—. Déjame contarte una pequeña historia…
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—Caramba, ha pasado un largo tiempo —comentó Bryan, viendo a Black Salinas.
—Sí, casi diría que fue ayer cuando Boris nos reclutó para Necrowatt… —divagó Spencer.
—Sólo tres cosas buenas salieron de eso —comenzó Kai—: el Pingüino, Black Salinas y la locura temporal de Tala.
—¡Ah, cuando olía a gelatina de limón! —sonrió Bryan—. También fue divertido golpear al chino ese de cabello largo.
FLASHBACK
— o-o imposibilidad de seguir sus instrucciones —recitó Tala como autómata, asombrando a sus compañeros de equipo.
— o.O ¿Son mis nervios, o habla más raro de lo normal? —se preguntó Ian.
— u-u tantos años en la abadía lo han vuelto loco —sentenció Bryan.
— ¬¬ mira quién habla —intervino Kai.
— ¬¬# Hiwatari, estás metiéndote en un problema muy grande.
— ¬¬# ¿ah, sí?
— ¬¬ sí.
— o-o cesen —dijo Tala, con el mismo tono, deteniendo la pelea entre Bryan y Kai.
—Vaya, al parecer están más locos que una cabra —comentó Tyson, más bien para sí, para proseguir en voz alta—. ¡Pero ya verán! .¡Los derrotaré, recuperaré los políticos bit de todos y los mandaré al manicomio!
Casi todos los Desmadrator Boys estallaron en carcajadas.
— o-o no es computable —soltó Tala.
—Ah, qué tiempos aquellos —suspiró Spencer, y corrió para alcanzar a Kai y Bryan, que ya habían regresado al estadio.
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—…¡y todo el mundo se la pasa diciendo que ella tiene más talento que yo! —explotó Raúl por fin.
—¡La vida es una bazofia! —exclamó Tala.
—¡En efecto!
—¿Porqué tenemos que soportar estas estupideces?
—¡No tenemos que hacerlo!
—¡Estoy de acuerdo!
Los dos competidores dirigieron sus respectivos yoblades contra los primeros objetos de su rencor. Tala le pegó a Bryan y Kai por ser los que más cerca estaban, dejándolos cómodamente noqueados; y Raúl le dio un tremendo zopapo a Julia y Albahaca.
Lo que nos dejaba en un empate total y absoluto, porque ni siquiera podía haber otra batalla de revancha, ya que Raúl y Tala salieron corriendo del lugar por temor a las represalias.
—Mmmh… ¿qué hacemos en este caso? —preguntó Jazzman al señor Dickenson.
—Pues… eeeeh… yo digo que… —el sr. Dickenson aventó una moneda al aire—. Mmh… según nuestras nuevas reglas, el equipo que más puntos tiene es el de los Schrödinger.
—De acuerdo. ¡Y los campeones mundiales de este año son los Schrödinger boys! —exclamó Jazzman, con una alegría que no sentía.
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—¿Qué no se supone que nosotros somos los protagonistas? —se quejó Tyson—. ¡No aparecimos en todo el capítulo!
—¡Cállate de una vez! —le soltaron todos los demás, hartos de escuchar sus pataletas.
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—She's just a paper-doll, that's all, just a paper doll (Kittie, "Paper-doll") —musitó Arrai, distraída. El plan se había ejecutado a la perfección. Ya solo faltaba proclamar la victoria y cobrar venganza.
Tan fácil como borrarle la memoria a un niño.
