Y cuando Flint entró sin sus orejas y cola de conejo, el resto del Eq. de Prod. soltó un suspiro de alivio. Y se sentían bien consigo mismos y con el mundo, hasta que, media hora después, Flint empezó a reír de la más pura y llana alegría, cosa por demás extraña en un ser tan depresivo.
—¿Qué te pasa? —le preguntó el Director.
—Nada, nada. Sólo me regocijo por el gigantesco poder y la inmensa sabiduría de Su Alteza Serenísima El Conejo de Pascua.
— ¬¬U ¿Otra vez?
—Mire usted, señor Director. Tengo aquí los bocetos de los capítulos que faltan para acabar la temporada.
—¿Y?
— ò.ó# ¿CÓMO QUE "Y"? .¡SU ALTEZA SERENÍSIMA EL CONEJO DE PASCUA HA DISEÑADO TODO LO QUE QUEDA DE TEMPORADA!
—… no es algo que no harías, ultimadamente —soltó el Director, encogiéndose de hombros.
—Ah, pero yo no habría encontrado la forma de quitarle NUEVE capítulos a una serie que ya había sido reducida a cincuenta y uno por motivos de censura.
—… OoO ¿NUEVE CAPÍTULOS?
—U-U Precisamente.
— · . ·… ¿Qué dices que hay que hacer para venerar a El Conejo de Pascua como se merece?
—n.n Oh, lo básico.
DISCLAIMER: Todo lo relacionado con Tyson, Rei, Hilary, Kai, Max, Kenny, Daichi, Jin Tempestad, el abuelo de Tyson, el Sr. Dickenson y demás personajes que aparecen en Beyblade, es propiedad de Takao Aoki. Yoblade, empero, es invento mío. Cualquier alusión a personas reales, vivas o muertas, no pretende más que hacer reír al vulgo.
(música matona)
Poco
tiempo hay para aniquilar
Los precandidatos que joroban ya
y
deberás matar
para volver
en 2006 otra vez
Es Yoblade! Yoblade!
(más música matona)
Hazlos
chismear siempre de ese modo
y "¡yo no fui!" deberás
gritar,
nuestro partido siempre ganará,
no lo puedes
evitar...
Es Yoblade! Yoblade!
(un último cachito de música matona, y luego...)
Es
Yoblade! Es Yoblade!
YoBlade!
¡Voten
ya!
STAR WARS IS EVERYWHERE! (Rebel Alliance)
—¿Estás listo? —le preguntó Daichi a Tyson.
—Por supuesto —respondió Bachoco.
Los niños inútiles estaban intentando el viejo truco de "un niño sobre el otro, cubiertos con una gabardina, bufanda y lentes, parecen un adulto".
—¿Qué se le ofrece, señor? —preguntó el dependiente.
—Mmmh… déme unos 20 anillos de ataque, 15 de defensa… —empezó a enumerar Daichi con su voz de ventilador industrial sin aceite disfrazada de voz de ventilador industrial sin aceite cuyo motor ya no da para más.
—Claro, .¿tiene credencial de YEGUA?
—Eeeh… credencial, credencial… —Daichi ahora empleaba el viejo truco de fingir que busca algo que no tiene.
— ¬.¬U Váyanse, niños —les soltó el dependiente, cuando una llama divina le reveló todos los trucos viejos en los que había caído. De la impresión de ser interpelados tan súbita y groseramente, Daichi se cayó, dejando a Tyson envuelto en un lío de gabardina, bufanda y demás.
—· / —·— / ·—
—¡Ese Hamel se llevó a tu nieto, y tú tan como si nada! —reprendió Karina a Vallance por enésima vez.
—Si es mi nieto, puede cuidarse solo —respondió el vampiro con desdén—. Y no veo porqué seguir usando esa denominación, "nieto", cuando no tenemos ninguna relación genética directa.
— ¬.¬U… eres insoportable.
—Igualmente.
Vallance se levantó, abordó un vehículo con vidrios polarizados que había llegado y se fue.
—Bah…
—· / —·— / ·—
—¿Y ahora qué hacemos? —se lamentó Tyson, alicaído, al regresar a su casa, que estaba más vacía y silenciosa que de costumbre, lo que no ayudaba a su estado de ánimo.
—¡No sé, no sé! —exclamó Kenny, en un ataque de desesperación. Estaba al borde del suicidio.
—¿Ahora quién podrá ayudarnos? —clamó Daichi a los cuatro vientos.
—¡Yo! —respondió una voz anónima, aunque familiar.
—… y todos los demás también —dijo otra voz anónima.
—OoO ¡Por las Enchiladas Suizas…! —exclamó Tyson, en el clímax de su asombro—. ¡Los Black Kitties Z, el Botellón Barthez, los PPY Chafaggedon, y la Dinastía Atayde, todos juntos aquí!
En el silencio que fue roto por Bachoco segundos después fue llenado por las sonrisas de los recién llegados, que resbalaron de sus caras al escuchar el comentario siguiente de Kori.
—… da miedo.
— ò.ó# ¿CÓMO QUE DA MIEDO? —vociferó Julia, aventándole un martillo al irresoluto de Kori.
— · . ·U … ¿no vienen a cobrarme el dinero que les debo? --¿ —preguntó Tyson tímidamente.
—… eso después —recapacitó Miguel.
—¡Si estamos aquí es porque a nosotros tampoco nos agrada YEGUA! —soltó Michael.
—¡No! —corearon todos los demás.
— ¬¬U Y porque nos debes demasiado dinero —recordó Lee agriamente.
—¡Sí! —clamó el coro.
—¡Pero principalmente porque no les agrada YEGUA! —les recordó Tyson con devoción.
—¡Ajá!
— ¬¬U Bueno, ya fue mucho gritito, .¿no? —espetó Julia de repente.
—¡No!
—… al grano —suspiró Julia, y desenvainó su espada láser. Todos los recién llegados y los que ya estaban ahí la imitaron.
Rojas, y verdes y azules y lilas brillaron las espadas a la tenue luz del foco de 25 watts de la lámpara de pie, y entonces pronunciaron un juramento terrible, que no debe ser repetido. Por las estrellas innumerables y los Jedis caídos, con el Maestro Yoda y Anakin Skywalker por testigos, juraron perseguir eternamente a Boris y a cualquiera de YEGUA hasta que cejaran en su propósito; y que no los detendría Elfo, Sith, Orco, Psicóloga o Vampiro aún no muerto; y que el Poder del Lado Oscuro los abrazase si no lo cumplían.
Y un silencio mortal siguió al juramento, y los dioses lo escucharon, y les dio un ataque de risa por lo estúpido que sonó mezclar El Silmarillion con Star Wars. Pero como Star Wars Is Everywhere… que la fuerza los acompañe.
—· / —·— / ·—
—… el viento negro sopla —vaticinó Rogran de repente—. Alguien morirá pronto.
El silencio le respondió.
—Bueno, vale, no morirá nadie. Pero sonaba dramático, .¿no?
El aire calló.
—¡Vale pues! No sonaba dramático. Pero el viento negro sopla, que todos lo sepan. ¡SÍ, QUE TODOS LO SEPAN! —repitió a sus inexistentes escuchas—. ¡Y cuando el viento negro sopla, ocurren fatalidades! .¡Y las fatalidades siempre son obras de demonios! .¡Y el único demonio cercano soy yo, así que algo me dice que voy a pasármelo bien!
Entonces, la loca mente de Rogran imaginó que escuchaba un grillo.
—¡Eso me parece perfecto! .¡Callen todos de una vez! .¡Prepárense para los horrores que voy a soltar sobre la tierra, y sobre el cielo mismo!
Y el demontre tocadiscos empezó a reírse de una manera mitad malvada, mitad sicótica.
—· / —·— / ·—
—¿Qué? .¿Todos los políticos bit reunidos?
—Sí, bueno, todos menos los de YEGUA —informó Ansiktet.
—¿Entonces qué demonios estamos esperando?
— ¬.¬U …que anochezca, para poder salir.
— · . ·U Oh, claro.
—· / —·— / ·—
— n0n ¡Acelérele chofer, acelérele chofer, que lo viene persiguiendo la mamá de su mujer! —entonaban los miembros de la YEGUA-resistencia, que se dirigían en un autobús al mismo lugar donde Daichi y Tyson habían ido a entrenar antes de que empezara el campeonato mundial.
—¡Alto! —soltó Hilary de repente, levantándose de su asiento. Llevaba una capa con capucha, lo que le daba un aire molestamente Sith, lo que no le granjeaba la simpatía de las demás féminas del lugar—. ¡Sucumban todos ante el talento de "Hilary Estrellada"!
Y entonces, los presentes no supieron si reír o llorar. Hilary se despojó de la capa, revelando que llevaba un traje parecido al de Tatiana, la Reina de los Niños, pero en amarillo pollito y verde fosforescente, una "varita mágica" con una estrella de cinco puntas en… la punta…, esquís, unos lentes de broma con una narizota y un bigote muy tupido mal puestos, una mochila en forma de atún alado a la espalda, y una cachucha con dos latas de refresco boca abajo y popotes (n/a: así es! La batalla anti-Hilary no se ha detenido! Ni se detendrá jamás!).
—¿Qué haré yo aquí? —se lamentó Karina—. ¿Para qué habré venido?
—Eeeh… linda falda —comentó Mariah, en un intento de ser amable.
—¡Y eso no es todo! —prosiguió Hilary, revelando que tenía el yoblade de Kenny. Sí, el de los resortes.
—¡Por Einstein! —clamó Kenny—. ¡NooOoooOOOooOoO! —bramó, sacando su espada láser… y se le acabó la pila.
Así que nadie pudo (o quiso) evitar que Hilary lanzara el yoblade que tan alevosamente había tomado. Así que ningún dios quiso detener el pandemónium que se desató en el interior del autobús. Así que el chofer cayó inconsciente cuando el yoblade lo golpeó en la nuca. Así que el autobús perdió el control.
Así que Julia utilizó el poder de la Fuerza para controlar la situación por un momento.
—¡R2, deprisa! —llamó, y el pequeño robot se apresuró, dando silbidos de descontento por la presión a la que se veía sometido.
Y así, llegaron sanos y salvos al lugar de entrenamiento, unas horas antes del anochecer.
—¡Bueno, empezaremos a entrenar mañana! —decidió Tyson aleatoriamente, y cayó dormido. O tal vez desmayado por las impresiones que había recibido en el día.
—· / —·— / ·—
—¿Llegamos? —preguntó Sadrach, poco antes de que se ocultara la luna.
—Sí. Sólo tengo una pregunta…
—¿Cuál?
—¿Qué es lo que haremos hoy? Con la Barney-bolsa y la imaginación, haré una linda creación, .¡sí, .¡haré una linda creación!
— ¬ - ¬U …
—Bueno, ya en serio: ¿Dónde vamos a pasar el día?
—…o.oU ¿Y me lo preguntas a mí?
—… o.oU Creo que estamos en un predicamento.
—· / —·— / ·—
—¿Qué? .¿Creen que no los veo? .¿Que no los oigo? —saltó Rogran de improviso—. ¡Sé que se burlan de mí! Pero no me importa. Ustedes se quedarán aquí, sssssssí, missss preciossssosss, aquí sssse quedarán, ssssuciosss hobbittssessssss…
Y de repente cayó, y empezó a hacer un berrinche.
—¿ES DEMASIADO PEDIR QUE SE CALLEN POR MEDIO SEGUNDO? .¿POR UN MINUTO NADA MÁS? ……… XO ¡MALDICIÓOOOOOOOOOOOOOOON!
—· / —·— / ·—
—Bueno, tenemos una curiosa situación. Somos… muchos —dictaminó Tyson, en un ataque de flojera por contar—, y sólo necesitamos cinco para la lucha contra YEGUA.
—¿Y quiénes serán esos cinco?
—Eeeeh… no tengo ni idea. Supongo que, para empezar, yo, porque soy el que inició todo esto y se vería muy mal que no peleara.
Los rostros se ensombrecieron al escuchar esto. Tenían una batalla de cinco perdida desde el comienzo.
—Y supongo también —prosiguió Bachoco— que OBVIAMENTE Hilary y Kenny no van a jugar por razones conocidas por todos.
Todos asintieron.
—Así que sugiero que vayamos yo, R2, Max, Rei y Kai.
—¡Un momento! —clamó Julia—. ¡Kai ni siquiera está aquí!
—… eeeeh… supongo que es la costumbre —se encogió Bachoco de hombros.
—Y R2 no tiene brazos —comentó Rei.
— ò.ó ¿QUÉ CLASE DE DISCRIMINADOR ERES? —lo amonestó Raúl—. ¡ES POR MENTALIDADES COMO LA TUYA QUE LOS PARA-OLÍMPICOS NO TIENEN LA REPUTACIÓN QUE SE MERECEN!
— · . ·U Eeeh… yo por eso digo… que R2 es muy buena opción, sí —se corrigió Rei.
—¡Pero invariablemente, es injusto que decidas así! —clamó Emily—. ¡Es una forma muy simple de ver las cosas!
—Concuerdo con Emily —asintió Claude—. Creo que todos hemos demostrado que somos buenos jugadores.
—Excepto el Botellón Barthez, claro, porque se la pasaron haciendo trampas —soltó Rick con desdén.
— T.T ¡Eso fue porque Barthez nos obligó! —chilló Matilda.
—¿Barthez? .¿Dónde? —preguntó Aaron, mirando a uno y otro lado en un ataque de pánico.
—Pues primeramente —tomó Kenny la palabra—. Tenemos que preparar yoblades más poderosos. Hemos visto el poder de los jugadores de YEGUA, y creo que es necesario que nos preparemos.
—¿Y cómo vamos a hacer eso si no tenemos repuestos? —preguntó Lee.
—¡Con Enanos! —saltó Max alegremente.
—¿Con Enanos? —preguntaron todos los demás a coro.
—Elemental, mis queridos compañeros —prosiguió, poniendo mostaza en su pipa—. Los Enanos tienen asombrosas habilidades para forjar el metal. Y he aquí que tengo conmigo algo de mithril. Los Enanos enloquecen por trabajar con materiales tan finos como éste. Así que sólo hay que llamar a unos cuantos Enanos para hacer un trato con ellos.
—Eso es fascinante, Max —empezó Michael con un leve dejo de ironía—. ¿Pero de dónde piensas sacar Enanos?
Max sonrió, y por toda respuesta soltó un grito que les sonó familiar.
—¡AI-JOOOOOOOOOOOOOOO!
Y, de lo lejos, le llegó una respuesta.
—¡AI-JOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! ¡AI-JO, AI-JO, Me voy a trabajar!
Y uno a uno entraron diez enanos y medio.
—¡Khamal, para servirles!
—¡Gibud, para servirles!
—¡Zurbu, para servirles!
—¡Turum, para servirles!
—¡Felak, para servirles!
—¡Khizûd, para servirles!
—¡Ruzûn, para servirles!
—¡Naram, para servirles!
—¡Gaban, para servirles!
—¡Irgul, para servirles!
—¡Y Armon el hobbit, para servirles!
—Sí, en efecto —sonrió Max—. ¡Max, para servirles!... y también están a su muy humilde servicio todos mis compañeros de nombres intrascendentales. ¡Quiero hablar de negocios con ustedes, señores Enanos y maese Hobbit! —prosiguió Max, llevando a los Enanos y al hobbit aparte.
—Eso… fue… raro… —dictaminó Julia.
—· / —·— / ·—
—¡Pues me parece que es la única solución que queda, Ansiktet!
—… pues a mí no me hace gracia.
—Pues debería ser yo al que no le agradara.
—¡Pues si a ninguno de los dos nos gusta, busquemos otra solución!
— ¬¬# ¿Dices eso después de haber rechazado mi brillante plan de cubrirnos con hojas y lodo?
—… Estamos muertos.
—¿Y luego dirás que la Tierra es redonda?
—No, quiero decir, estamos DEFINITIVAMENTE muertos.
—· / —·— / ·—
—No me lo tomes a mal, pero no creo que éste sea un lugar seguro —comentó Shinji.
—No digas sandeces —lo reprochó Hamel—. Jamás se le ocurrirá venir aquí.
—¡Pues para que te lo sepas, aquí fue donde entrenaron Daichi y Tyson antes del campeonato mundial!
— · . ·U … ¿en serio?
—… eres un inútil —terció Vallance.
—· / —·— / ·—
—Bueno, entonces quedamos así —recapituló Tyson—. Kenny, Miguel, Emily, R2, Khamal, Gibud, Zurbu, Turum, Felak, Khizûd, Ruzûn, Naram, Gaban e Irgul trabajarán en la creación de nuestros nuevos yoblades. El abuelo, el sr. Dickenson, el papá de Max, Hilary y Armon se encargarán de la cocina. Karina se encarga de cualquier contingencia médica y todos los demás nos ponemos a entrenar como degenerados. ¿Correcto?
—¡Sí! —respondieron todos, algunos un poco más desanimados que otros; y todos se fueron a donde debían estar para trabajar mejor: los Enanos y compañía a la fragua; el Hobbit y compañía a la cocina, y todos los demás al bosque, a entrenar… o, más probablemente, a perderse.
—· / —·— / ·—
—Y ahí van —comentó Sadrach, viendo a los que iban a entrenar, cubierto de hojas.
— ¬¬U Te digo que no es necesario que cargues con ese arbusto —le espetó Ansiktet.
— ò.ó ¡Déjame, muy mi gusto!
—· / —·— / ·—
—Y el viento negro sopla más y más fuerte —prosiguió Rogran, balanceándose de atrás hacia delante, sentado en medio de la nada—. Bueno… el viento afroamericano sopla más y más fuerte, todo sea por no sonar racista. Oh, sí… ¡SOPLA CON FURIA!
—· / —·— / ·—
—¡Mira, ahí están todos! —señaló Hamel, asomándose a la entrada de la cueva para ver pasar a la bola de chamacos inútiles que supuestamente estaban entrenando.
—Entonces la ex-bruja loca también está aquí —dedujo Vallance con simpleza—, así que tu "brillante plan de escape" fue un total fiasco.
—¡Pues mire, señor vampiro mal alimentado, la loca no está!
—… increíble —musitó Shinji—. n0n ¡Hasta que diste una, Hamel!
—… ò.ó ¡Calla, mocoso zope, calla!
—· / —·— / ·—
—¡PUES AL ATAQUE! —bramó Sadrach, y le cortó el paso a los chicos en entrenamiento.
—… · . ·U ¿Un hombre arbusto? —se preguntó Matilda, extrañada por la aparición.
— XO ¡QUE TE QUITES ESE ARBUSTO! —bramó Ansiktet, que los había bloqueado desde la retaguardia.
—… bueno, pero más te vale que no me pase nada —farfulló Sadrach, y pateó el arbusto que lo cubría—. ¡Eh, mira! .¡Puedo andar a la luz del sol!
—Me percato —gruñó Ansiktet—. ¡Entreguen sus políticos bit y tal vez no mueran!... demasiado dolorosamente
Ziuommmmmm. Ziuommmmmm. Ziuommmmmm.
El zumbido de 16 espadas láser interrumpió la conversación. Sadrach se echó a reír.
—¡Uy, sí! .¡Miren qué miedo me dan, pequeños warsies! .¡Uy, y tienen espaditas de juguete!
Pero calló cuando varias espaditas de juguete lo golpearon repetidas veces.
—… suficiente —murmuró Ansiktet, y lanzó una serie de rayos que derritieron las espadas.
—… ¡hereje!... ¡hereje! —clamó Claude, al ver su espada de Star Wars original derretida.
— ù.û Bueno, esto nos obliga a tomar medidas más drásticas —comentó Julia, y sacó un bat de béisbol de metal. Los demás la imitaron.
—¿CUÁNTAS ARMAS LLEVAN CON USTEDES? —se quejó Sadrach, al ser otra vez él el objetivo de los golpes.
—¡No quieres saber! —le respondió Rick con una sonrisa malévola.
—Si yo fuera ustedes, soltaría esas cosas —advirtió Ansiktet.
—¿Ah, en serio? —espetó irónicamente Kevin. Pero Max sonrió, y obedeció. Al ver esto, sus compañeros del PPY Chafaggedon lo imitaron, suponiendo que tenía algún plan maestro en mente, como de costumbre.
Y los demás se distrajeron por medio segundo, y Sadrach aprovechó para desarmarlos a todos.
—Bueno, bueno. Vamos a comenzar otra vez —suspiró Sadrach, sacudiéndose un poco—. Entreguen sus políticos bit y probablemente salvarán sus despreciables vidas. O tal vez no, en vista de su pasada actitud.
—¿Qué van a hacer? —preguntó Mariah, burlona—. ¿Chuparnos la sangre uno por uno? Les va a tomar demasiado tiempo.
—Ya quisieras —espetó Sadrach—. Sugiero que vean allá atrás.
Ansiktet, para variar, había reunido esa tres veces maldita esfera de energía.
—Esa cosa —prosiguió el otro— suelta una tormenta que desgarra la mente y todo el sistema nervioso de quien esté bajo ella. Por los gritos que sueltan los que se han visto sometidos a ella, debe ser doloroso. Así que sean niños buenos y se salvarán de eso.
Y empezaban a sopesar la posibilidad de rendirse, cuando escucharon la música de un violín. Sadrach se tapó los oídos.
—¿Qué demonios es eso? —preguntó.
Por toda respuesta, Ansiktet convirtió la esfera en una daga, cortó la rama de un árbol, le sacó filo, y se la clavó a Sadrach en el corazón.
—De donde yo vengo, se le llama "distracción" —respondió—. ¿Sabes qué es lo mejor? El efecto pasará, dejarás de soportar la luz del sol, y te quemarás.
—Vaya, ya era hora de que recobraras la cordura —soltó Hamel—. Empezaba a considerar usar mi violín contra ti.
—¿Qué harías, rompérmelo en la cabeza?
—… ¬- ¬U… púdrete.
—· / —·— / ·—
Unos diez minutos después de darse cuenta de que estaban total e irremediablemente perdidos, Kenny, Emily y Miguel llegaron corriendo a donde estaban Tyson y los demás.
—¡Lo tenemos! .¡Lo tenemos! —clamó el niño sin ojos, y le entregó a Tyson su nuevo yoblade: Fox Mithril Storm.
—· / —·— / ·—
—¿Es aquí?
—Sí.
Vallance y el zopecín se asomaron a la entrada de la cueva para ver quién era.
—Mi señor —soltó Ansiktet, avanzó hasta Vallance y se arrodilló—. TT0TT ¡PERDÓN! No quería, de verdad que no quería…
—Ya, ya —respondió Vallance, consolador—. Yo entiendo. Pero… ¬u¬# tendrás que pagar por tus errores.
— ¡-¡ ¿Eh?
— ò.ó ¡Tendrás que reconocer y cuidar a tu hijo, Sereg!
—o.O ¿Hijo? —se shockeó Flint, y su trauma aumentó al ver que tanto Hamel como Vallance señalaban al niño zope—. O.o … no puede ser… ¬.¬U Es idéntico a…
—Precisamente —sonrió Hamel malévolamente—. Pero tiene tus ojos.
— u-uU Me percato.
—· / —·— / ·—
—Y pues díjele yo al juez —continuaba Rogran—, que me parecía una injusticia estar encerrado simplemente por vender atún falso. Eran mojarras, pero nadie notaba la diferencia. ¿Es mi culpa que la gente de ese pueblo fuera tan estúpida? No, claro que no. Y el juez dijo…
—· / —·— / ·—
—Diez… nueve…
