—TT.TT "They took you away from me but now I'm takin' you home…" —Flint, súbitamente, había caído en un ataque depresivo… otra vez

—¿Y ahora qué tienes? —espetó el Productor, harto de tantos ataques depresivos.

—¡Extraño a Rogran! —clamó la infortunada guionista. El resto del eq. intercambió miradas cómplices: todo el tiempo lo habían sabido. Y cuando vieron que Flint sacaba una foto, pensaron que no valía la pena preocuparse.

—"Darling, real love is forever" —recitó, viendo la foto del gato blanco que abrazaba un control de televisión—. T.T ¿Porqué? .¿Porqué tenía que venir un infame menopáusico a envenenar gatos por mi casa, eh? —preguntó al aire, mientras el resto del equipo se alejaba del lugar, convencidos de que no sólo estaba loca, sino que además se preocupaba más por unos gatos que por sí misma o por cualquier otra persona—. Mi Rogran… mi Caperuza… —siguió chillando al ver un listón morado con un corazón de metal que había sido el collar de la hermana de Rogran, el gato.

DISCLAIMER: Todo lo relacionado con Tyson, Rei, Hilary, Kai, Max, Kenny, Daichi, Jin Tempestad, el abuelo de Tyson, el Sr. Dickenson y demás personajes que aparecen en Beyblade, es propiedad de Takao Aoki. Violinist of Hamelin es un videojuego de Enix; Megaman X es propiedad de CAPCOM, el Profesor X es propiedad de Marvel Comics, el MedaGuerrero Espacial X no sé de quién sea propiedad. Yoblade, empero, es invento mío. Cualquier alusión a personas reales, vivas o muertas, no pretende más que hacer reír al vulgo.

(música matona)

Poco tiempo hay para aniquilar
Los precandidatos que joroban ya
y deberás matar
para volver
en 2006 otra vez

Es Yoblade! Yoblade!

(más música matona)

Hazlos chismear siempre de ese modo
y "¡yo no fui!" deberás gritar,
nuestro partido siempre ganará,
no lo puedes evitar...

Es Yoblade! Yoblade!

(un último cachito de música matona, y luego...)

Es Yoblade! Es Yoblade!
YoBlade!
¡Voten ya!

¡Hazme un favor y suicídate! (When you wish upon a star… / Sing, Ming-Ming, sing!)

—Así que al fin me enfrentaré a este tipo —se dijo a sí mismo Kai, al ver que Brooklyn caminaba hacia el estadio con una cara de aburrimiento que no podía con ella—… espero que no sea peor que Max —suspiró.

Su anhelo estaba muy bien fundamentado: había visto a Brooklyn hablar con insectos y pasar demasiado tiempo con la naturaleza, lo que no es sano para un humano normal. Prueba de ello es el afán y entusiasmo con que la raza humana ha envenenado, trastornado, extinguido y reducido a la mínima expresión posible la naturaleza doquiera que la ha encontrado. Pues tal aversión hacia la Madre Natura sólo podía revelar que, por alguna razón, los seres humanos son alérgicos a ella, o que su presencia les resulta perjudicial de una u otra forma. Es ciertamente detestable la presencia de bosques donde debería haber industrias refinadoras de metales o laboratorios de innovación de equipo de cómputo; o la ausencia en el aire de esa hermosa sustancia primordial para el hombre llamada smog. Evidentemente, los humanos no pertenecen a este mundo, porque fueron inoculados en él por extraterrestres, que deseaban convertir este pequeño planeta en un lugar habitable. Pues con aire, agua y tierra puros, .¿qué clase de especie civilizada podría vivir? No, los alimentos deben contener conservadores y saborizantes artificiales, o producen dispepsia, desnutrición y cáncer.

Chafamex Productions, siempre al servicio de la comunidad, se une a la campaña de control de la naturaleza contaminando el éter (que no existe) con sus trasmisiones, los mares con pintura que se vacía en el drenaje, el suelo con cantidades industriales de envoltorios de comida chatarra y el aire con el dulce aroma de más de mil perfumes incompatibles entre sí.

Y si al tal Brooklyn le agradaba tanto la naturaleza, había tres opciones: estaba loco, era un mutante, o no pertenecía a este planeta. Claro que también podría ser que fuera un extraterrestre mutante y psicópata a la vez.

Lo único que se sabía de cierto es que era un ser altamente molesto. Con un impresionante despliegue de arrogancia, imitaba los ataques que Kai lanzaba en su contra después de haber osado esquivarlos. Llevaba más de 15 minutos sin dignarse a ser derrotado. En efecto, Kai nunca se había topado con un individuo más insoportable, ni siquiera Tyson y Daichi podían comparársele.

—· / —·— / ·—

—Entonces ya hay cuatro que logran controlar el yoblade de Mithril —resumió Eddie—. ¿Quién será el quinto jugador del equipo?

—¡Yo! —clamaron Lee, Michael y Rick a la vez, al mismo tiempo que Tyson nombraba a su candidato favorito para el puesto.

—¡Kai!

—Tyson… —comenzó Michael con una mirada extraña tras un par de segundos en silencio.

—¿Sí, dime?

—¿CÓMO PUEDES PROPONER A ALGUIEN QUE EN ESTE MOMENTO ESTÁ COMPITIENDO PARA ENTRAR EN EL EQUIPO DE YEGUA?

—Pues… es una buena pregunta —reflexionó Tyson—. Bueno, entonces… que sea… ¡Kai!

—… esto va a tomar tiempo —suspiró Emily.

—· / —·— / ·—

—¿Qué diantres es esto? —preguntó Rogran, con un casete en la mano.

—El registro grabado de las sesiones de hipnotismo de… él —respondió Jenny, señalando con la cabeza al zopecito.

—Me supongo que "él" tiene nombre, .¿no? —soltó Hamel, irónico. Vallance, "como todos los vampiros decentes", estaba dormido en su ataúd por ser mediodía.

—¿En serio no recuerdan cómo me llamo? —se quejó el zope, haciendo un puchero.

—No —le respondieron al mismo tiempo, mientras Rogran ponía a correr la grabación.

—· / —·— / ·—

—¿Eso es todo lo que puedes hacer? —preguntó Brooklyn, bostezando.

—Cá…llate —espetó Kai, jadeando.

—· / —·— / ·—

—Bueno, en vista de que no se pueden poner de acuerdo en ese punto —intervino el sr. Dickenson, que estaba presente en el extraño cónclave—, sugiero que nos pongamos de acuerdo en el nombre que tendrá esta alineación. Yo había pensado en "G-Revolutions" —acotó.

—… suena bien —concedió Raúl, asintiendo.

—¿Y qué significa "G-Revolutions"? —quiso saber Miguel.

—Bueno, "G", por "yoblade", y "Revolutions" por los giros que da el yoblade.

—… eso está muy bien, muy pero muy bien —comenzó Rick, con un leve dejo de ironía—. ¡Sólo que "yoblade" no lleva ninguna "G", reverendo idiota! —espetó, harto de tanta estupidez.

—… —el sr. Dickenson se confundió. Al fin y al cabo, él había inventado el yoblade, .¿no? Y él siempre lo había escrito "goblade", .¿no? Entonces, .¿por qué las masas se empeñaban en escribir "yoblade"? Otro notable ejemplo de cómo algún individuo nefasto y ruin elimina la verdad y la transforma en algo distinto; como el infame ser que cambió el sentido de la frase Exceptio probat regulam por uno diametralmente opuesto, haciendo perpetuar su fechoría hasta el fin de los tiempos. ¿Cómo era posible que, contra toda lógica, la humanidad siguiera diciendo que "la excepción confirma la regla", cuando la traducción real e ineludible es "la excepción pone a prueba la regla"? Tan profundamente sumido estaba el sr. Dickenson en su filosofía, que no se enteró de que los chicos habían decidido llamar al equipo "Y-Revolutions", pese a las protestas de Max de que debería llamarse "Matrix: Revolutions".

—· / —·— / ·—

—Bueno, suficiente —volvió a bostezar Brooklyn, invocó a su político bit, Bush, y el pobre de Salinas no pudo hacer nada contra él. Kai, por primera vez en las tres temporadas de yoblade, fue derrotado y arrojado de las instalaciones de YEGUA sin muchos miramientos, tratado como un vulgar ladrón que trata de escapar por la noche y expulsado para siempre de la organización de YEGUA.

—· / —·— / ·—

Y mientras sus padres escuchaban las grabaciones, "Shinji" meditó sobre los extraños relatos que había escuchado la noche anterior.


FLASHBACK

—¿Cómo fue que Arrai te selló, pequeño idiota? —preguntó Flint, divertida.

—En realidad, fue por tu culpa que pasé por medio año de encierro —comenzó el demontre, mostrando a las claras que el mero recuerdo lo ponía furioso—. Si no fuera por tu estupidez del año pasado del mundo tortuoso, no me habría ido hecho una furia, y Arrai no me habría tomado por sorpresa —se había ido acercando lentamente, con ademán de ahorcar a la causa de todas sus desgracias.

—Media vuelta, tres pasos al frente, dos a la izquierda, párate sobre un pie, imita a un elefante —Jenny recitó las órdenes sin emoción. Era divertido tener un esclavo, claro, pero no estaba de humor para ver cómo el demontre se veía más ridículo de lo normal.

—Ahora es tu turno, .¿no? —intervino Vallance, mirando la luna menguante sobre ellos—. ¿Qué rayos hacías con Sacrach y qué cosa es esa energía que desgarra mentes?

—Pues… ¿recuerdas cuando fui a buscarlo hace 5 meses? Era una emboscada. Me drenó toda la sangre, me dio algo de la suya para hacerme creer lo que él quería que creyera, aprovechó que entré en frenesí para hacerme beber la sangre de un extraterrestre que no sé de dónde salió (pero desde entonces puedo controlar la energía psiónica) y se la pasó jugando con mi mente.

—… ¿eso es todo? —soltó Rogran bruscamente—. Déjame ver si entendí bien. jugaste con las mentes de los bladefixers y la mía TODO el año pasado, y a cambio obtienes un poder que hace que desgarres mentes de cualquier ser; y YO, que lo único que he hecho es proteger a esos infelices mortales de ti por DOS años, me gano un encierro de seis meses y un hijo que no recuerdo haber tenido —Shinji sintió en carne propia aquel verso de Anabantha: "No me des con la estaca de tu desprecio en mi corazón…"

—Sí, eso resume espléndidamente la situación, pero dejas fuera a Hamel y Vallance —asintió Flint.

—¿Puedo comentar algo, "señora"?

—Adelante.

—¡ERES UNA MALDITA BASTARDA DEL AVERNO! —explotó el demonio.

—Cá-lla-te.


¡Pájaro capirocápote parangaricutirimícuaro!

—¡Oye! —saltó Rogran—. ¡Eso lo recuerdo!

—¿Eh?

Acababan de pasar por un recuerdo extraño, donde al parecer se habían dedicado a recitarle trabalenguas al niño para que intentara repetirlos.

—Pues yo no —dictaminó Jenny resueltamente tras reflexionar un poco.

—… tú no recuerdas lo que desayunaste hoy en la mañana —le recordó el demontre, desdeñoso.

—¿Desayuné? —se sorprendió ella.

Rogran reflexionó un poco y tomó pluma y papel.

—Claro que… —empezó a garabatear algo—… en ese entonces… él se veía más o menos —dio tres plumazos finales—… así —y le tendió el dibujo a Flint, asegurándose de que nadie más lo viera.

—Oh, por las Enchiladas Suizas… —jadeó al ver la imagen—. Ahora recuerdo.

Y Shinji sintió que por fin encajaba en el mundo.

—¿Y bien? —los apremió.

—… tengo hambre —soltó Rogran tan como si nada—. Al rato vuelvo.

—¿Eh?

—· / —·— / ·—

—Bueno, entonces no queda alternativa —dijo Hilary con resolución—. Me sacrificaré por ustedes.

—¿Te vas a suicidar? —quiso saber Daichi, con lágrimas de felicidad en los ojos.

—¡No, seré el quinto miembro del equipo! —saltó la infeliz con una sonrisa.

Ni se te ocurra —le espetaron todos con rapidez.

En ese momento aparecieron Hamel, Shinji, Rogran y Jenny en el umbral de la puerta.

—¿Una pizza? —sugirió Hamel.

—Nah, mucho queso —se quejó Rogran.

—Tacos —soltó Shinji de repente.

—Nah, mucha grasa —replicó Hamel.

—¿Enchiladas Suizas? —aventuró Rogran.

—No te lo mereces —soltó Flint con rapidez—. Lonches.

—¡Demasiado pesado! —concluyó Shinji.

—¡Oigan! —los interrumpió Tyson, pensando que seguramente estarían iluminados para resolver su duda. Seguía deseando reclutar a Kai, así que su insistencia dependería de la respuesta—. ¿Sí o no?

—¿Qué cosa? —preguntó Hamel, entrecerrando los ojos con desconfianza.

—Sólo digan sí o no.

—Sí —respondieron Rogran y Shinji, mientras Hamel y Jenny los contradecían al mismo tiempo.

—No.

Tyson decidió entonces que la respuesta, seguramente, era "sí, pero no". Lo que sin duda mostraba que estaban usando sus todopoderosas habilidades precognoscitivas para ver más allá de lo evidente y traerle la solución a su dilema desde lugares más allá de su comprensión.

"Sí", Kai era el adecuado para ser el quinto miembro del equipo. "Pero no"…

—¿Por qué no? —preguntó en voz alta.

—Porque no, y punto —le gruñó Flint, aún molesta por las "infundadas e insensatas acusaciones y reproches que le hacían, siendo que ella no tenía nada que ver con las desgracias actuales del mundo del yoblade"—. Y quítate del camino de una vez, que tengo un violinista psicópata, un niño que dice ser mi hijo y un esclavo inútil que alimentar.

Tyson obedeció, anonadado, y los vio irse mientras seguían sin ponerse de acuerdo en qué comer. En lo único en lo que estaban de acuerdo era en que ninguno quería cocinar. Entonces, la inspiración divina llegó a Tyson y un fuego sagrado lo animó a poner en marcha el plan con menos probabilidad de fallo.

—· / —·— / ·—

—¡Bienvenidos al espectacular inicio del YEGUA-torneo Injustice-Five! —anunció Jazzman, particularmente animado porque su contrato de exclusividad y esclavitud estaba a punto de terminar—. ¡En este torneo se decidirá el futuro del yoblade! .¡De un lado, los YEGUA-Bladers; y del otro, los Y-Revolutions!

—¡Momento! —clamó Boris, quien había estado haciendo cuentas y cálculos algebro-trigono-analítico diferenciales, y había llegado a una portentosa conclusión—. ¡Los Y-Revolutions sólo son cuatro!

—Claro que no —soltó Bachoco a la defensiva—. Lo que pasa es que nuestro quinto miembro está… eh… ocupado, pero ya viene.

—Eso quiero verlo —respondió Boris, cargado de un sentimiento de autosuficiencia.

Pasaron unos quince minutos y apareció un individuo calvo y delgado de apariencia inteligente y bondadosa en silla de ruedas.

—¡El Profesor X! —se sorprendió Boris—. ¿Me están diciendo que el Profesor Charles Xavier, del Instituto Xavier para Jóvenes Superdotados es el quinto miembro de su equipo?

—No —respondió el Profesor X—. Sólo vine a avisar que él ya viene.

Pasaron otros cuantos minutos y apareció un tipo con una armadura blanca con detalles azules y amarillos.

—¡X! —clamó Boris—. ¡El prototipo del que surgieron los reploides, salvó a la humanidad de ellos y después enloqueció y dominó el mundo! .¿Él es el quinto jugador?

—No —respondió (Megaman) X, anonadado—. El quinto jugador viene en camino.

Pasó otro rato y un individuo vestido completamente de negro con una máscara sonriente dorada y una bufanda roja entró corriendo.

—¡El MedaGuerrero Espacial X! —Boris casi se va para atrás—. ¡No sabía que hubiera una forma de aplicar la Meda-Fuerza al yoblade!

—Y no la hay —replicó el MedaGuerrero Espacial X—. Me mandaron a avisar que el quinto jugador de Y-Revolutions se tardará un poco más.

—¡Pues si llega a aparecerse antes de que acabe este siglo me daré por bien servido! —se indignó Boris, con justa razón, desde su alto sitial.

Y he aquí que apareció un individuo totalmente intrascendental, sin ninguna característica que inspirara nada.

—… ¡no me digan que ese "x" es su quinto jugador! —se burló Boris. El devaluado aquel simplemente se encogió de hombros y señaló algo que estaba tras él. Era… —. ¿Una pantalla de rayos X? —se extrañó Boris—. ¿A qué estamos jugando?

El tipo "x" encendió la pantalla y se vio, claro como el cristal, el mensaje del quinto jugador del Y-Revolutions: "Ya voy", firmado por un tal Mr. X.

Y se dispusieron a esperar, hasta que entró un ser relativamente alto y encapuchado con un bo-ken.

—¡Él es nuestro quinto integrante! —anunció Tyson—. ¡Teman ante el glorioso poder del gran Mr. X!

—Tyson, se nota claramente que es tu abuelo —murmuró Shinji, estupefacto ante tan estúpida situación.

—Como en los viejos tiempos —sonrió Rogran, aparte—. Extrañaba estas cosas.

—¿Quieres decir que son así de idiotas desde siempre? —se extrañó Hamel.

—¿Lo dudabas? —intervino Jenny, arqueando las cejas por el asombro.

—A veces hay que ser optimista —el violinista se encogió de hombros.

—· / —·— / ·—

—¡Pues que comiencen los juegos de una vez! —clamó Jazzman, despertando—. ¡Por parte de los Y-Revolutions, Daichi; y del lado de los YEGUA-Bladers, Ming-Ming!

—… esto promete ser peor que el infierno —farfulló el zope, poniéndose más pálido de lo normal.

—¿Por qué lo dices? —preguntaron Jenny y Rogran al mismo tiempo, mientras Hamel sólo asentía con fervorosa resignación.

—Porque Ming-Ming canta y Daichi grita —informó Shinji.

—¿Y?

—…

El silencio de la respuesta era un mal signo de lo que venía.

Mientras, Daichi había comenzado a gritar con su horrenda voz desde antes de que empezara el encuentro.

—¡Les mostraré que esa niñita no se toma el yoblade en serio! .¡No me tomará más de 5 minutos derrotarla!

Rogran sacó una calculadora.

—O sea que se tardarán unas 10 horas, y Daichi perderá.

—Murphylogía aplicada, .¿eh? —sonrió Max.

Entretanto, Ming-Ming y Daichi habían lanzado sus yoblades.

Cuando estuvo más que claro que Ming-Ming llevaba la delantera, sacó su micrófono y cantó su portentosa y sapientísima canción llena de profundo significado filosófico existencialista.

—Esto es horrible —soltó Flint, sin saber si taparse los oídos y vomitar o taparse la boca y dejar que su cerebro muriera. Claro que, cuando muriera, ya no sentiría lo demás.

—¿CÓMO SE ATREVE? —clamó Daichi, fuera de sí—. ¿QUÉ NO TE TOMAS EL YOBLADE EN SERIO?

Ming-Ming siguió cantando como si no lo hubiera escuchado.

Kenny, totalmente embelesado por la contemplación de su amada, se percató de algo.

—¡Daichi! .¡Es su voz lo que la mantiene concentrada y le da poder a su yoblade!

—¡Pues si es así —soltó Daichi, con un brillo extraño en la mirada—, yo voy a gritar hasta que no pueda escucharse a sí misma!

—… tal vez deberíamos contratarlos en el infierno —meditó Rogran, tapándose los oídos—. Sería una tortura excelente.

Hamel, por su parte, tomó su violín y su arco, colocando el segundo sobre las cuerdas del primero, cubriéndolos con sus manos.

Y llegó el momento en que una nota particularmente aguda de Ming-Ming y una particularmente desafinada de Daichi (que sonaba como el rechinido de una sierra para madera contra el metal) coincidieron.

Fue un sonido tan horrible que sólo Hamel comprendió su magnitud. Por eso había protegido su violín.

Los yoblades de Ming-Ming y Daichi se habían hecho polvo, igual que la sanidad mental de los presentes. Rogran y Jenny, por ejemplo, se habían soltado a reír a carcajadas como los dementes que eran, soltando frases inconexas como "peor que Jolette", "nunca lo creería", "me gané el cielo" y cosas igualmente extrañas. Max, por su parte, gritaba clamando por Neo, alegando que Matrix estaba desgarrándose. Tyson se inclinó y meditó en silencio, pues al fin comprendía todos los aspectos de la Teoría de la Relatividad de Einstein. Kenny señalaba a todas partes y aseguraba que veía las mónadas flotar en el aire, y que estaban retorciéndose de dolor. Hilary, en medio del estruendo, aceptó, llorando, que era una inútil indeseable. Rei empezó a ladrar. Shinji se balanceó de atrás hacia delante tarareando el toque de diana del ejército ("tu-tu-tururu-tu-tu-tururu-tu-tu-turururururu"…) y soltó una breve risita al final. El abuelo de Tyson revivió quién sabe qué horrores sobre vendedores de enciclopedias y jacuzzis. Boris se puso unos lentes verdes y dio vueltas en círculos farfullando cosas sobre la gelatina de fresa.

Hamel, que era el único que se conservó cuerdo, se levantó y tocó una extraña melodía en su violín, que les devolvió lo poco de cordura que tenían antes del traumático evento.

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—Siete…