DISCLAIMER: Todo lo relacionado con Tyson, Rei, Hilary, Kai, Max, Kenny, Daichi, Jin Tempestad, el abuelo de Tyson, el Sr. Dickenson y demás personajes que aparecen en Beyblade, es propiedad de Takao Aoki. Hamel, el Violinista de Hamelin es una serie de Watanabe Michiaki (Gracias por el dato a Senshi Hisaki Raiden). Mime es un "trabajo" en varios juegos de Final Fantasy. Yoblade, empero, es invento mío. Cualquier alusión a personas reales, vivas o muertas, no pretende más que hacer reír al vulgo.

(música matona)

Poco tiempo hay para aniquilar
Los precandidatos que joroban ya
y deberás matar
para volver
en 2006 otra vez

Es Yoblade! Yoblade!

(más música matona)

Hazlos chismear siempre de ese modo
y "¡yo no fui!" deberás gritar,
nuestro partido siempre ganará,
no lo puedes evitar...

Es Yoblade! Yoblade!

(un último cachito de música matona, y luego...)

Es Yoblade! Es Yoblade!
YoBlade!
¡Voten ya!

Espíritus Chocarreros (Now you're making me mad/The Beyblading spirit)

--¿Dónde rayos estaban? --clamó Shinji, al ver llegar a dos adultos que actuaban como niños--. ¿Tienen idea de qué hora es? .¡Me tenían muy preocupado!

--¡No estás en edad de regañarnos, jovencito! --le soltó Rogran.

Hamel empezó a reír como enajenado.

--Ustedes dos no aprenden, .¿verdad? Oye, creo que tendrás un hermanito.

Flint le propinó un certero martillazo al osado violinista.

--Cállate, pedófilo.

--… ¡.¿A quién llamas pedófilo?.!

--¡Flute todavía era una niña cuando la "reclutaste", remedo de Sergio Andrade!

--¿QUÉ ESTÁS INSINUANDO, PERVERTIDA?

--¡EL PERVERTIDO AQUÍ ERES TÚ!

--¿Podrían callarse? --soltó Tyson, entrando al cuarto con la pijama y una cara de sueño que no podía con ella--. Algunos acostumbramos dormir a las tres de la mañana.

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--¡Estamos aquí reunidos para unir en santo matrimonio a…! --comenzó Jazzman con entusiasmo. Cuando una lata lo golpeó en la parte posterior de la nuca, supo que no estaba en una iglesia, y por lo tanto no podía estar oficiando una boda. Luego, estaba en el estadio de yoblade. Revisó sus notas, carraspeó y volvió a empezar--. ¡Hoy proseguiremos con el torneo Injustice Five!. ¡Los contendientes serán Tyson y Garland!

--No --soltó Tyson--. He decidido cederle esta batalla a nuestro quinto jugador.

--Bueno --asintió Jazzman--. ¡Los contendientes serán Garland y Mr. X!

--No --interrumpió Tyson otra vez--. Mr. X tuvo que atender unos negocios en Atotonilco y cedió su lugar en el equipo a nuestro nuevo quinto jugador --informó Bachoco, señalando hacia la puerta, por la cual entró Kai.

--¡Esto se pone interesante! --saltó Jazzman--. ¡Kai, que había intentado conseguir un puesto entre los YEGUA-bladers, ha decidido unirse al Y-Revolutions; y se enfrentará a su casi compañero de equipo, Garland!

--No --dijo Hiwatari con aire ausente y extendió un dedo para señalar a Brooklyn--. ¡Exijo la revancha!

El estadio entero se sumió en el silencio más absoluto. Hiro no sabía lo que pretendía Kai (de hecho, nadie lo sabía, ni el mismo Kai).

--Está bien --aceptó Brooklyn, tan fresco como las lechugas que frecuentaba.

Kai comenzó a descargar toda su frustración e ira internas contra el ser que las había ocasionado en primer lugar. Atacó a la berserker, sin preocuparse en serio por mantener una estrategia o algo por el estilo; lo que no sólo lo hacía verse desesperado, sino además estúpido.

--… estamos perdidos --declaró Kenny.

--No --lo contrarió Max--. Si estuviéramos perdidos, nadie sabría dónde estamos, ni siquiera nosotros. El estar perdido es una acción pasiva que un sujeto activo no puede cometer realmente. Al decir que estamos perdidos, estás denegando nuestra absoluta responsabilidad sobre nuestros actos. Estás pasando tu propia responsabilidad a algo más, algo que ni siquiera determinas ni defines específicamente, como si fuera un "algo" que tiene más voluntad que tú. Tu condenación a ser libre implica que no puedes liberarte de nada, ni siquiera de ser libre. Luego, si estás perdido es por tu decisión propia. Decir que todos estamos perdidos es asumir que todos hemos decidido perdernos, aun cuando nadie nos ha obligado a ello. Y yo, por mi parte, nunca he decidido estar perdido.

Y mientras Max filosofaba sartrianamente, volvió a suceder la extraña situación en la que Brooklyn imitaba cada movimiento de Kai.

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--Confiesen ya --soltó Arrai a todos sus subordinados--. Sé perfectamente que Morgan se comunicó con uno de ustedes. ¿Qué quería?

Los aludidos intercambiaron miradas entre sí, confusos. ¿A qué se referiría la paranoica histérica de su jefa?

--¡Suéltenlo ya! --presionó la paranoica histérica--. ¿Te llamó a ti, Šošenelgoškebruš? .¿O fue a ti, Alukhan?

Finalmente, uno de ellos suspiró y se levantó de su escritorio.

Era alto, se veía muy joven (y, para el estándar, lo era)

--Yo la atendí.

--… a mi oficina, Dachærra.

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--¡Me aburro! --anunció Rogran tras la primera hora de batalla salvaje, feroz y frenética entre Kai y Brooklyn.

--¡No estás ayudando, Rogran! --lo reprochó Tyson--. Ahora es cuando Kai más necesita de nuestro apoyo como equipo, no debe sentir que está peleando solo allá arriba, y menos contra ése tipo con cara de pala que fue el que lo derrotó por primera vez. Quiero que entiendas bien esto: ¡Brooklyn le quitó a Kai su virginidad…

--¡Santas Enchiladas Suizas! --jadeó Flint.

--…como invicto! --completó Tyson, pasando por alto la interrupción--. ¿Tienes idea del trauma que eso provoca? .¡Me sorprende que Kai no esté vagando por la ciudad como zombi envuelto en andrajos apestosos y rayando con plumones la cara de algún enfermo en el hospital! Cuando a mí me pasó…

--Tú perdiste tu primera batalla --soltó Kenny, mordaz--. Y también todas las demás.

Bachoco calló, y la épica batalla siguió su curso.

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--¿Qué te dijo?

--Nada.

--Apenas vas empezando, Dachærra --comenzó Arrai, suavemente--, y no es recomendable que pongas tu reputación en juego tan a la ligera.

--No me estoy jugando nada.

--Entonces, .¿para qué habló?

--Sólo quería saber si había dejado algo en su escritorio.

--¿Qué cosa?

--Una caja verde.

--¿Te dijo qué tenía?

--No.

Arrai sonrió. ¡Así que ya lo sabían! Bien, sería divertido ver cómo se las arreglaban.

--Bueno… puedes irte. Pero la próxima vez que se le ocurra comunicarse, pásame la llamada al instante.

--Sí, señora Arrômigoškelûnæruš.

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--"Puedía ser qui al final… rompiteSN el cristal en mí… puedía pasar qui mi hagaSN hablar, ¡sho crio qui tieneSN el don de curar este mal!"

--Ya… en serio --soltó Rei, aburrido, tras escuchar por décima vez consecutiva "Don", de Miranda, en la versión naca que habían agarrado como broma Hamel, Rogran y Flint--… ya dejen eso…

Kai, mientras tanto, se las veía negras; sobre todo por las extrañas alucinaciones que el tufo dulzón y extraño que despedía Brooklyn le causaban.

Había tenido las mismas alucinaciones en su primera batalla contra Brookly, pero el recuerdo era borroso y confuso… sólo recordaba una parte en la que se sumergía en una especie de lago de chapopote, que en realidad eran pingüinos líquidos.

Sacudió la cabeza para tratar de recobrar la cordura; y Brooklyn hizo lo mismo.

--¡Es un Mimo! --exclamó Shinji, levantándose del asiento y señalando dramáticamente a Brooklyn.

--… claro. Eso lo explica todo --coincidió Max.

--Lo que no sé --recordó Shinji, sentándose algo avergonzado por su arranque--, es cómo derrotar a un mimo.

--Nada más fácil. Sólo tienes que hacer lo mismo que él --informó Rogran, aburrido. Se habría sorprendido de descubrir que un niño tan pequeño supiera sobre las distintas modalidades de la magia, pero sabía perfectamente de dónde había obtenido el recuerdo.

Kai, con su oído semiélfico, decidió seguir el consejo no dado directamente y se puso a hacer lo mismo que Brooklyn quien, como ya había imitado el último movimiento de Kai, no tenía nada más que imitar, y por tanto no hacía nada.

Así estuvieron un rato, hasta que Brooklyn se hartó y empezó a atacar. Kai lo imitó. Es decir, la pelea se había invertido.

Y, aun así, Kai se veía infinitamente más cansado y apaleado que Brooklyn, lo que inclinaba la balanza en su contra, definitivamente.

--Transfiérele energía --le soltó Jenny a Rogran, señalando a Kai.

--¡Sabes que eso es muy arriesgado! --se encabritó en demontre--. ¡Podría morir!

--No llores, y hazlo.

--Puedo negarme a cualquier orden que atente contra mi integridad --se burló aquél, satisfecho.

--… entonces, tú le dirás ya-sabes-qué a ya-sabes-quién. Solo.

Místicamente, en ese momento, Kai pareció volver a llenarse de vida y Rogran se quedó dormido de repente.

--… hipócrita --masculló Flint, mientras Kai derrotaba a Brooklyn espectacularmente, sin que nadie acabara de creérselo.

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--Bueno, bueno --sonrió Arrai, al ver el estado en el que había quedado Brooklyn tras su derrota--. Esos dos siguen haciendo más fácil mi trabajo. Sólo falta una cosa por hacer… --la diosa, sonriendo todavía, se sentó frente a su escritorio y sacó un Furby® azul de un cajón, para enviarlo a cierto lugar de la tierra, y un talismán tallado, para cargarlo de energía. Cuando terminó, se volvió hacia el reloj grande que estaba en la pared de enfrente y vio como la manecilla avanzaba otras dos secciones--. Cinco… cuatro…