Estos cortos fanfiction son una colección que he publicado individualmente en mi sideblog en Tumblr: vldfanenesp.
Voltron: Legendary Defender es propiedad de Dreamworks Animation. No poseo ningún derecho sobre los personajes.
El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.
1.6
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Tiempo: Temp. 1 Cap. 8 al Temp. 1 Cap. 9
–¡Auch! –un inconfundible quejido de dolor fue lo llevó a Keith a entrar en la cocina aquellas horas de la noche. ¿O era tarde? Tal vez… resultaba difícil determinarlo en el espacio.
En aquel momento la mayoría del castillo se encontraba en calma, principalmente ante el cansancio provocado por la última gran victoria de Voltron contra el imperio Galra. Con la ayuda de la fuerza vital de Allura, el planeta balmera había sobrevivido e incluso salvado a Voltron de la robobestia de Zarkon. Pero muchas más otras cosas habían ocurrido en aquel rescate y como siempre, Keith las enfrentaba solo.
Las puertas automáticas de la cocina se abrieron ante su paso, revelándole la larga habitación iluminada, que en un principio le pareció desierta. Keith caminó alrededor de la isla central en la cocina, donde parecía provenir los quejidos. Tomando firmemente su bayard, liberó su espada por las dudas.
Pero al final, no lo requería.
–¿Hunk? –llamó a su compañero paladín cuando lo encontró de cuclillas en el suelo.
–¡Aaaahhhh! –gritó éste asustado, mientras varios bocadillos alteanos volaron sobre su cabeza. Derrumbado en el suelo de la habitación, Hunk tardó unos segundos en recupera su respiración, antes de volverse en dirección del recién llegado –: ¿Keith? Oh cielos, que susto me has dado. Mi corazón quiere salirse de mi pecho.
–¿Qué haces en el suelo?
–¿Eh? –respondió el joven moreno nervioso –. ¿Yo? Nada –evitando todo contacto visual.
Keith solo tuvo que cruzar sus brazos sobre su pecho y guardar silencio por un par de segundos, para que Hunk sucumbiera ante la presión.
–De acuerdo, de acuerdo –masculló él tratando de levantarse del suelo mientras varios bocadillos caían de su cabeza y hombros –. Quería calmar mi apetito nocturno y por desgracia estamos algo escaso de provisiones. Solo quedan estos raros aperitivos y la masa viscosa y verdosa del dispensador –explicó indicando una de las maquinas incrustadas contra la pared.
–Pero eso no explica porque estabas en el suelo.
–Es que ya había resbalado una vez antes de que entraras –explicó Hunk rascándose tímidamente la nuca en lo que un leve sonrojo pinto sus pómulos –; solo trataba de salvar cuanto bocadillo pudiera. Ya sabes, si los recoges antes de cinco segundos aún son comestibles…
No fue difícil para Keith creer tal relato, el paladín amarillo no era precisamente una persona deshonesta, además de que era sumamente dócil y amable. Tal vez no lo conocía tan bien como parecían hacerlo Lance o Pidge, pero estaba seguro que era alguien de confianza, además… no tenía la pinta de una malvada mente maestra para desconfiar en él.
O tal vez… estaba sobre pensando las cosas demasiado.
–¿Y tú que hacen tan tarde despierto? –le preguntó Hunk repentinamente sacándolo de sus pensamientos y tomándolo completamente por sorpresa. Keith ni siquiera se había percatado que se había quedado en silencio por casi un minuto
–¿Yo? –masculló él desenfocado, pero cuando recordó sus propias razones, no pudo evitar sonrojarse y sacudir su cabeza para sacarse los recuerdos de su mente –. Nada especial –mintió –, no preguntes tanto. Pareces a Pidge –comentó, recordando claramente una noche igual hacia un par de días.
–Es curioso que menciones a Pidge –comentó el joven moreno con una sonrisa –. Por un momento pensé que sería ella, como siempre tiene la mala costumbre de trasnochar. El otro día incluso vi a Shiro regresándola a su habitación en brazos.
Había sido un comentario innecesario, pero Keith no pudo evitar imaginarse tal escena en su mente, generando un sentimiento que lo confundía más de lo que ya estaba. Eso debió reflejarse en su rostro ya que Hunk pronto le preguntó:
–Keith ¿estás bien?
–Genial –mintió éste tratando de mantenerse serio –. No es necesario que preguntes.
–Es que… por un momento pude jurar que tu rostro… ¿Keith, te ha sonrojado?
Oír tan solo esas palabras, provocó que un color rojo carmín se apoderara de todo la cara del paladín del mismo color.
¿Qué rayos le pasaba? ¿Por qué reaccionaba de esa manera? ¡No necesitaba eso! ¡No ahora!
–Me voy –murmuró Kieth tratado de dar media vuelta y huir de la habitación, así como si pudiera escapar también de sus sentimientos. Nunca había sido bueno para ello. Y hubiera gritado victoria, sino fuera porque dos grueso brazos lo sujetaron de la cintura rodeándolo por completo.
–¡Keith! ¡Espera! –gruñó Hunk aunque difícil de entender sus palabras al tener su rostro pegado contra la espalda del paladín rojo.
–¡Arg! ¡¿Qué pasa?! –se quejo él otro rugiendo casi como un gato molesto, mientras su rostro empeoraba en su tonalidad –. ¡¿Por qué me detienes?! ¡Hunk! –forcejeó inútilmente, ya que su brazos se encontraban igualmente atrapados en aquel abrazo de oso.
–¡No voy a dejarte, se nota que lo necesitas! –bramó el paladín amarillo.
–¡¿Qué se supones que necesito?!
–Que te comprendan.
Al escuchar aquellas palabras, el corazón de Keith se detuvo al igual que su respiración. Dejo de luchar contra los brazos de Hunk y dejo que éste lo oprimiera contra su cuerpo, en lo que su mente quedaba en blanco.
–Quieres huir de ello y regresar a lo que conoces o te hace sentir seguro. Lo sé, yo me sentí así en un principio, pero ahora…
Hunk apartó su rostro de la playera oscura del paladín rojo para encontrarse cara a cara con los ojos purpura de éste. El joven moreno lucía una cara de cachorro regañado y unas leves lágrimas recorriendo sus mejillas. Eran demasiados para Keith por una sola noche.
–Ya basta–se quejo empujando en el rostro de Hunk con una mano y tratando de separar sus cuerpos –. No intentare huir, pero ya suéltame.
Con una gran sonrisa, finalmente el paladín amarrillo soltó a su compañero, dándole oportunidad de respirar y recuperar el control de su corazón arrítmico. Frustrado consigo mismo, Keith se dejo caer por la pared más cercana hasta quedar sentado en el suelo, usando sus rodillas como soporte para su cabeza.
Por varios minutos, ninguno de los dos dijo palabra alguna. Cada uno ocupaba su lugar en aquella concina, muy cerca el uno del otro pero si entablar contacto físico. Hunk no presionó en lo más mínimo a Keith, solo permaneció a su lado sentado sobre sus piernas esperando pacientemente el momento en que el otro se dignara a continuar la conversación.
El paladín rojo lo miró de soslayo un par de veces, algo irritado por la situación, pero en una enigmática manera que no comprendía, la presencia del su compañero lo consolaba.
–Dime Hunk –por fin habló Keith aunque evitaba todo contacto visual –. ¿Conoces a Lance desde hace mucho tiempo? ¿Ya eran amigos desde Garrison?
–Bueno… –musitó el otro como meditando su respuesta – en realidad no hace mucho. Éramos compañeros de habitación en la academia, íbamos a las mismas clases y formábamos parte del mismo equipo con Pidge, pasábamos casi todo el tiempo…
–Ya entendí –soltó Keith cortando el discurso a la mitad.
Había últimamente tantas cosas en la cabeza de Keith que ya no sabía que era real o si había sido un sueño (o pesadilla). No solo tenía esa misión importante y vital de salvar a la galaxia y todas las responsabilidades que conllevaba, sino también el convivir con los tripulantes del castillo que resultaba desconcertante para él.
Al ser una persona normalmente solitaria, pocas personas formaban parte del círculo afectivo de Keith. Pero ahora, algo había cambiado para que tres extraños lo desconcertaran de esa manera; sin olvidar, que ya no sabía que sentía exactamente sobre Shiro.
Algo estaba alterando su mente, y también estaba lo que sucedió en la balmera.
Lance y él habían tenido una relación peliaguda desde el día uno, pero todo provocado por el mismo paladín azul. Curiosamente, entre más tiempo pasaban juntos, aquella frustración aumenta gradualmente a un conflicto que terminaba con ambos perdiendo el control. Ningún golpe se había lanzado; en cambio en una sesión de entrenamiento, mariposas revolotearon en su estomago al caer sobre Lance, y hacía menos de unas horas, en los ductos de la instalaciones Galra dentro de la Balmera, ambos casi se habían…
–No sé exactamente que te preocupa Keith –dijo de la nada Hunk con una seriedad que parecía sumamente rara en él, sacando así al paladín rojo de su pensamientos –, pero voy a compartir un consejo muy bueno que me dieron hace poco y ayudó a superar mis dudas.
El joven moreno dio un largo respiro antes de continuar:
–La vida constantemente está cambiando y no sabemos que podría depararnos el mañana. Podemos planear nuestra vida, nuestros sueños y deseos, pero nunca tendremos control del destino. Es tan impredecible como los sentimientos. Simplemente llegan y muchas veces no sabemos por qué. La vida puede ser difícil, los retos constantes, pero solo si no atrevemos a enfrentar lo que tenemos enfrente, podremos descubrir que hay más allá.
–Wow… eso es… profundo… casi suena como…
–Shiro ¿verdad? Sí, él me dio el consejo. Y debo agradecérselo mucho, ya que yo me encontraba muy confundido con todo esto de salvar la galaxia y otras cosas que comencé a descubrir. Pero después que Shiro me explicó que la única forma de descubrir que hay detrás de una puerta es necesario atravesarla, fue cuando deje de tener miedo a lo sentía y comencé a abrazar mis propios sentimientos. No sé en que terminará, pero ya no les tengo miedo.
–¿Tus sentimientos? –preguntó Keith con duda ante el curioso uso de palabras de Hunk… era como si… ¿sintiera como él?
Hunk volvió a sonreír de oreja a oreja. Ante la mirada incrédula de su compañero paladín se puso de pie, sacudió sus ropas y frotó la cabellera de Keith antes de dirigirse a la salida.
–Ya es tarde –dijo indicándole el oscuro pasillo del castillo fuera de la cocina –. Debemos ir a dormir ¿no crees?
Keith no se dio cuenta cuando comenzó a sonreírle a Hunk.
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1.6
He regresado. Después de un merecido descanso para regresar con la publicación de éste fic. Saben, si sentían que necesitaban continuar leyendo, podían haber visitado mi blog en Tumblr, ahí se encuentra publicado todos los capítulos de la primera parte, junto con varias reseñas.
Ya por ultimo gracias a Catherine V y KeepCalmAndYarnOver por sus comentarios, y me da gusto que disfruten de ésta poco común historia en el fandom.
