Estos cortos fanfiction son una colección que he publicado individualmente en mi sideblog en Tumblr: vldfanenesp.
Voltron: Legendary Defender es propiedad de Dreamworks Animation. No poseo ningún derecho sobre los personajes.
El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.
Hilos de Telar
Esp. 1.8
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Tiempo: Temporada 2 Capitulo 7 – Capitulo 8
–Shiro ¿Qué es lo que está pasando? –le preguntó Hunk con afición.
–Sí ¿Lo que dijo Pidge es cierto? –lo cuestionó Lance con duda.
–¡Quiznak, que sí! –soltó la paladín verde refunfuñona.
–Creo que nos debes una explicación –marcó Keith con determinación.
Shiro pasó su mirada por cada uno de los rostros de sus compañeros paladines y pudo percibir de sus miradas esos sentimientos de preocupación y duda que había provocado en ellos. Definitivamente, había llegado el momento de hablar.
–Tienen razón –aceptó él tomando asiento –, les debo una explicación. Aunque no sé si me será fácil encontrar las palabras para hacerlo.
Los chicos a su alrededor intercambiaron miradas en lo Shiro daba un largo suspiro y organizaba sus ideas.
–Sí, siento un afecto especial por ustedes –admitió el paladín negro sin más rodeos –. ¿Lo sentí desde el principio?... –se preguntó a sí mismo anteponiéndose a las posibles dudas de sus compañeros – eso no lo sé. Estuve mucho tiempo confundido al respecto.
Por un momento la voz de Shiro se debilito en contra de sus propios deseos y autocontrol. Fue una leve muestra de debilidad quedo perceptible para sus compañeros.
–Todos los estuvimos Shiro… –comentó Lance un poco desconcertado– al menos al principio.
–Pero no era lo mismo para mí, al menos así lo veía yo. Soy el líder del grupo, la cabeza de Voltron y una gran responsabilidad recae en mí. Sé lo que pueden estar pensando ahora: "ustedes también"; pero para mí es diferente por ustedes son mi responsabilidad… y me importan demasiado.
–¡Oh Shiro! –gimió Hunk enternecido alzando los brazos en busca de un abrazo, pero el paladín negro lo detuvo antes de conseguirlo.
–Aún no terminó, por favor Hunk –dijo –. Ya que eso no me escusa por flaquear o ser débil.
–Nosotros no creemos que seas débil, Shiro –le aseguró Keith claramente preocupado con el rumbo de la conversación.
–Pero lo soy –respondió su líder tajantemente –. Me siento débil al tener que oprimir mis deseos, mis miedos y hacer cara dura para enfrentar las situaciones que vemos con cada misión. Tratar de contener los recuerdos de lo que viví mientras estaba cautivo… y me aterroriza perderlos por un error mío.
Los demás paladines intercambiaron nuevamente una mirada entre ellos, una muy angustiada y dolida por la actitud que estaba adoptando Shiro, pero ninguno se atrevió de nuevo a dar un paso o interrumpirlo.
–Intenté contener mis sentimientos –continuó él –, mi propio corazón por su bien, pero ahora ya me resulta imposible.
–¿Qué fue lo que cambio? –preguntó Pidge lastimeramente.
–Al principio como a ustedes, no entendía que era lo que pasaba conmigo o que significaba, pero ello no le di mucha importancia y continué como si nada sucediera; pero después de que capturáramos a Sendak… algo despertó en mí, un terror terrible… al fracaso de la misión… ¡Por mi culpa!... el que algo les pasara por mi culpa.
Shiro apretó los puños inconscientemente, pero nunca apartó sus ojos negros de sus compañeros paladines.
–Dudé de mi buen juicio –continuó él – y me convencí a mí mismo que lo mejor sería enterrar cualquier sentimiento con tal de tener una mente fría en el asunto. Pero cada vez me resultó más difícil llevarlo a cabo; entre más enterraba mis sentimientos, más infeliz, desdichado y confundido me sentía. Eso me debilitó y me fue más sencillo flaquear, por ello te besé Lance.
El paladín azul dio un leve respingo ante esa declaración, en lo que sus mejillas se tiñeron de un rojo carmín.
–Al final fue mi encuentro con Zarkon en el plano astral lo que me hizo ver la luz y la claridad que necesitaba –admitió Shiro poniéndose de pie –. Estaba equivocado, no debía suprimir mis sentimientos para conquistar mis miedos, debía abrazarlos para poder enfrentarlos a la cara.
–Shiro, eres un estupendo líder –le aseguró Keith –. El mejor que pudiéramos tener y todos confiamos ciegamente en ti. Pero eso significa que debas cargarlo toda la responsabilidad tu solo.
–Lo sé, ahora me he dado cuenta de ello –confesó el paladín negro con mayor convicción y fuerza –. No estoy solo, tengo a mis seres queridos… a los que más amo para que me ayuden y a darme el valor que necesito para enfrentar mis temores –con cada palabra, el rostro de Shiro se iluminaba y su sonrisa crecía –. Cuando lo descubrí, sabía que debía darme una segunda oportunidad de quererlos sin ataduras y sin importar la razón u origen de estos sentimientos.
Shiro dio un pasó hacía adelante, motivado y deseoso de un recuentro con sus compañeros paladines, pero ante la mirada estupefacta de ellos, agregó casi en suplica:
–Si es, que todavía me acepten.
El paladín negro extendió los brazos justo como lo había hecho Hunk unos momentos atrás. Por un momento vio indecisión en las miradas del resto de los paladines, pero se debía a otra razón diferente al rechazo.
–¿Ahora sí? –preguntó Hunk con duda.
–Sí, Hunk.
El paladín amarillo no requirió más, se abalanzó a los brazos del paladín negro sin ninguna duda en su corazón. Aunque conociendo a Hunk, el no necesitaba tal confesión para ceder. Keith, Pidge y Lance si tenían mayor necesidad de entender, pero aún así, les resultaba imposible no rendirse ante Shiro y tal discurso.
Antes de que la cabeza de Voltron lograra recuperar el aire del abrazo de osos de Hunk, fue golpeado en el pecho tres veces más al recibir los abrazos del resto del equipo. Shiro enternecido por su aceptación, los apretó a los cuatros contra su pecho y sestó un beso sobre la coronilla de cada uno.
–Nunca te diríamos que no, Shiro –susurró Pidge contra su pecho.
–Gracias –respondió él.
El abrazo se prolongó lo más que se pudo, hasta que finalmente la necesidad de respirar con libertad, los obligó a separarse.
–Les gradezco tanto –dijo Shiro posando sus manos en los hombros de Keith y Hunk.
–¡Genial! ¡Shiro se ha unido a nuestra rara quíntuple relación! –bramó el paladín amarillo casi dando un brinco.
–Ja, sí –rió el paladín negro con una enrome sonrisa –. Pero saben eso me recuerda, que tal vez debamos poner algunas reglas en ella –agregó clavando su mirada en dos paladines en particular –, no es así ¿Eh, Lance y Pidge?
–Eh –balbucearon ambos algo nerviosos.
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¡Feliz año nuevo!
El próximo capítulo será el último del especial "bond-fire"
