Estos cortos fanfiction son una colección que he publicado individualmente en mi sideblog en Tumblr: vldfanenesp.

Voltron: Legendary Defender es propiedad de Dreamworks Animation. No poseo ningún derecho sobre los personajes.

El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.


Voltron Legendary Defender Fanfiction

Hilos de Telar

Historia Extra: Base Minera BX-21L7

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BX-21L7. 12

Detrás de la precaria seguridad que podían ofrecer un par de cajas de carga en un rincón del hangar, Hunk y Coran vigilaban con cuidado cada movimiento de los galra invasores. Las tropas de soldados y las maquinas marchaban de un lado a otro en lo que cada minutos, nuevos escuadrones se unían a las ya presentes. Eso dejaba en un predicamento al paladín amarilla y el alteano, además de la terrible dualidad en la seguridad de seguir ocultos y el riesgo latente de ser encontrados.

–No podemos quedarnos aquí para siempre –se quejo Hunk oprimiendo su espalda contra la caja de carga que les servía de escondite.

–No necesariamente para siempre –comentó Coran torciendo con increíble calma su bigote –. Solo lo suficiente para no descubran y empiecen a dispararnos.

–Entiendo –masculló el paladín con frustración –, sé que debemos hacer algo, pero… ¿Cómo qué? No podemos atacarlos –señaló principalmente desesperado –. Solo tenemos mi bayard, pero dudo que sea suficiente.

–Mmmm… –pensó Coran primero, para luego exclamar –: Tenemos a los leones.

–Técnicamente sí –aceptó Hunk a regañadientes –, pero no podemos usarlos. Recuerda que sus fuentes de poder están conectadas al CeCoA; el desconectarlos provocaría que este perdiera inmediatamente la energía, dejando desprotegida a Pidge –agregó señalando la maraña de cables que cruzaban el hangar hasta los leones protegidos por sus poderosos escudos. Resultaba intrigante que ni siquiera los galara parecían interesados en tales extensiones –. Eso sí, pudiéramos primero llegar a ellos.

–Pero… debemos hacer algo más –insistió el alteando cambiando su semblante. Claramente, la falta de conocimiento en el paradero de la princesa, lo tenía preocupado.

–Yo también quiero hacer algo –se compadeció Hunk, compartiendo el sentimiento –. En realidad, estoy preocupado por todos. Pero tenemos que pensar bien que podemos hacer antes de arriesgarnos o a los demás y… –se detuvo en seco al percatarse que el alteano no estaba escuchando sus palabras, en cambio estaba enfocando mirando por la orilla de la caja que los mantenía ocultos –. ¿Acaso me estas escuchando?

–Esos son unos aparatos muy extraños –señaló Coran algo que sucedía del otro lado de su escondite –. Nunca había visto nada parecido.

Con mucho cuidado, Hunk hecho un vistazo por encima de la caja en dirección de las tropas enemigas y descubrir de que estaba hablando su compañero de escondite. Y justamente como lo había remarcado Coran, un grupo de droides empujaban a lo largo de hangar dos extraños aparatos, uno de ellos de forma cilíndrica con contrapesos en sus extremos, y el otro que tenía curiosa similaridad a un microscopio terrícola pero de proporciones gigantes e irregulares.

–Tienes razón ¿Qué serán?

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A pesar del gran espesor de la puerta de la sala de mando, Pidge aún podía escuchar a los galra del otro ladro tratando de forzar su entrada en la habitación. Gracias al extensivo sistema de seguridad que le permitía ver todo en la base y el medio metro de grosor de la puerta, la chica estaba segura de que el ingreso de los soldados enemigos no era una amenaza inminente.

Aún así, no le resultaba tan sencillo concentrarse en la información desplegada en las pantallas delante de ella, así como los constantes ruidos del otro lado del metal que no se detenían del todo.

Pidge trató de hacer oídos sordos y solos enfocarse en la pantalla que le anunciaba cada nuevo sistema que se liberaba ante la activación de CeCoA. El avance era bastante acelerado, casi un sistema nuevo por minuto, pero el centro de mando contaba como más de diez millones de ellos. Y por desgracias, la paladín verde no era del tipo de persona que se quedan tranquilamente a esperar.

–Vamos. Vamos –musitó para sí en lo que tamborileaba sus dedos contra el teclado. Pero pronto su mirada captó algo por el robadillo del ojo en una de las pantallas de seguridad –. ¿Qué quiznak es eso? –soltó involuntariamente enfocándose en los extraños aparatos que aparecieron en las grabaciones, siendo empujado por varias de la tropas mecanizadas enemigas.

Con un par de toques a la pantalla, la imagen se enfocó en aquellos aparatos, que pronto tomaron caminos separados en dos direcciones opuestas dentro de la base. Antes de que la chica se preguntara más al respecto, la voz de Hunk retumbó desde su comunicador:

–Pidge, creo que tenemos un problema.

–Sí, lo estoy viendo en estos momentos –respondió ella desplegando la señal en una de la pantallas del CeCoA. En cuestión de milésimas de segundos, el rostro preocupado de Hunk compartía imagen con lo que sucedía en lo corredores de la base –. Dudo que sea algo bueno y… ¿Adonde lo llevarán?

Rápidamente, la joven paladín tecleó en su computadora conectada al centro de mando, desplegando varias tomas de las cámaras de seguridad de los extraños objetos transportados por lo galra, mientras el paladín amarillo vociferaba quejas y chillidos indescifrables. Por suerte, muchos de los dispositivos de video en los corredores contaban con sensores de movimientos, densidades, atmosféricos, así como lectores de señales y de radiación en las entradas de algunos sectores importantes de la base. Por lo que entre más recorrían transportando los dos grandes objetos por los corredores de la base, era más fácil para Pidge escanearlos.

Finalmente, cuando los análisis terminaron de desglosar todos los secretos de aquellos objetos, la joven contempló en la pantalla algo realmente de temer.

–¡¿Qué planean hacer con eso?! –soltó la chica sin percatarse de unos extraños ruidos detrás de ella.

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–Entonces… ¿nos quedaremos aquí… sin hacer nada?

–No –respondió Keith ante la pregunta de Lance –. Tenemos que asegurarnos que tu brazo se encuentre bien –agregó volviéndose inclinar sobre él para examinar su herida.

Pero el paladín azul frustrado con su presencia, lo rechazó de nuevo con un empujón de su hombro sano.

–Está bien –dijo –. No te necesito.

Keith no pudo evitar hacer una mueca con los labios.

–Bien –aceptó el paladín rojo poniéndose de pie, soltando con desgana el brazo del paladín azul.

Lance soltó un chillido de dolor que fue precedido por una sarta de groserías e injurias a su compañero paladín. El otro joven las ignoró como un campeón mientras examinaba a detalle el corredor en que estaban.

Ante las órdenes de Shiro, ambos debían permanecer en resguardo hasta nuevo aviso. Las heridas de Lance los dejaban en desventaja ante un ataque y hasta que no tuvieran una idea de que tramaban los galra, debían mantener un bajo perfil. Lo que no resultaba ser un trabajo fácil. Con Allura desaparecida, sus compañeros en peligros y el enemigo al acecho, ambos paladines se encontraban ansiosos ante la situación, así como sus propios problemas.

La actitud molesta de Lance era algo fuera del control para Keith, quien con su personalidad hermética, prefería mil veces solo alejarse de la fuente del problema, que hacer algo al respecto. En cambio Lance, como si fuera un niño con déficit de atención, la resolución retraída del paladín rojo resultaba mucho peor para él.

Los pocos minutos en que permanecieron en silencio en aquel solitario corredor, se sintieron eternos para ambos, en lo que la mente del otro divagaba sin control en nuevos escenarios de cómo "mejorar o empeorar" la solución.

Pero antes de que cualquiera de los dos cediera ante la presión, sus comunicadores volvieron a activarse, revelando el rostro preocupado de su joven compañera paladín.

–¿Qué sucede Pidge?

–Tenemos un problema, uno muy grande. –explicó ella e inmediatamente agregó a la pantallaa algunas imágenes de las cámaras de seguridad, donde ambos aparatos eran claramente visibles –. Los galra están transportando en su dirección un gigantesco contenedor que según los análisis de los sistemas, es casi seguro que se trata de una potente bomba de iones.

–¡¿Qué?! –soltaron ambos chicos.

–Creo que planean volar la mina.

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Hola a todos, perdón por la tardanza en los capítulos. He tenido poco tiempo libre a causa del trabajo, mi salud y los doctores.

Espero que disfruten el capitulo.

Un abracin.