Estos cortos fanfiction son una colección que he publicado individualmente en mi sideblog en Tumblr: vldfanenesp.

Voltron: Legendary Defender es propiedad de Dreamworks Animation. No poseo ningún derecho sobre los personajes.

El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.


Voltron Legendary Defender Fanfiction

Hilos de Telar

Historia Extra: Base Minera BX-21L7

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BX-21L7. 14

Los gritos de Hunk y Coran por el comunicador se intensificaban cada segundo, pero Pidge tenía otros serios problemas como para atender a sus llamados. Uno de los robots del ejercito galra que fue prensado al cerrar la puerta del CeCoA, no quedo inutilizado por completo. En cambio, con la mitad superior de su cuerpo había logrado reptar con sus miembros destruidos hasta la silla de control sin que la paladín verde se percatara de ello.

A pesar del gran daño a su hardware, el droide había derribado y aplastado con la mitad de sus cuerpo destrozado, el abdomen de la chica; dejando caer parte de sus fluidos mecánicos sobre el torso de ella, así como cortando sus piernas con las partes metálicas despedazadas. Pero el mayor peligro venía de su brazo robótico aún muy funcional, que intentaba estrangular a presión contra el suelo.

Pidge hizo lo posible por alejarlo, pero a pesar de solo contar con un solo miembro, el droide era mucho más fuerte y pesado que ella. Pronto su lucha contra la maquina se volvió en su contra, ya que con su vía área comprometida, el esfuerzo por pelear la agotaba mucho más rápidos.

Precipitadamente, la chica sintió como perdía levemente sus sentidos: la vista se le nublaba, las fosas nasales le quemaba y sus oídos retumbaban. Las voces de su compañeros que pronto se habían unido a las de Hunk y Coran, se convertían en barullos en la lejanía. Morir de aquella horrible manera, se volvía más probable con cada segundo.

Pidge tenía que actuar… si es que deseaba sobrevivir y ver de nuevo a sus compañeros paladines.

Tratando de superar su terror inicial, Pidge se percató que era inútil quitarse al robot de encima por su cuenta; necesitaba algo que le ayudara, como un arma. La paladín extendió su brazo sobre su cabeza hacia el panel de control, manoteando en busca de bayard, que por desgracia se encontraba alejado de su alcance.

Pero con algo de suerte, los dedos de la chica desactivaron sin querer el sistema de gravedad artificial de base. Pronto, la presión en su cuello desapareció, así como el peso del robot sobre su cuerpo que la asfixiaba. Sin perder más tiempo, Pidge pateó con todas sus fuerzas al droide lanzándolo lejos por toda la habitación sin gravedad.

La maquina chocó contra la pared contraria, en lo que la paladín verde revotó contra el suelo, alejándola de los paneles de control. Pidge se llevó pronto sus manos a su cintura en un intento inútil de amortiguar el dolor que dejo el peso del robot sobre ella. Gruñó para así, en lo abrazaba su torso y sus oídos retumbaban por los escasos segundos sin oxigeno.

De nuevo, las voces de sus compañeros hicieron eco en la habitación en lo que le suplicaban por respuesta, distrayéndola del dolor y enfocándola en sus alrededores, pero la chica no tenía tiempo para contestarles aún.

–Quiznak –maldijo la paladín verde al darse cuenta que el golpe contra la pared estaba lejos de incapacitar al soldado robótico galra; en cambio, había provocado sin querer que la maquina terminara justo al lado de un panel de sistemas, que se encontraba detrás de una escotilla sobre la puerta sellada del cuarto de control.

Tenía que detenerlo, ya que si lograba desconectar la correcta sección de cables detrás de la guardilla, forzaría al sistema hidráulico que mantenía cerrada la puerta, exponiendo a Pidge a los soldados galra del otro lado.

Intentó inútilmente "nadar" hasta el punto donde se encontraba el droide, pero la física de la falta de gravedad estaba en su contra. Trató impulsarse con sus piernas pero no llegó muy lejos a causa de sus heridas.

–Piensa, piensa –se dijo Pidge a sí misma al contemplar con pánico, como la maquina había logrado arrancar la escotilla de metal que cubría el sistema hidráulico de la puerta.

La chica volvió su mirada en todas direcciones y se dio cuenta de su bayard flotando a unos cuantos centímetros de ella. Sin perder tiempo, extendió su brazo para tomarlo y disparar su gancho en dirección del robot; pero el cable entendible no era los suficientemente largo cubrir toda la habitación, y la punta de su arma quedó sin impulso flotando a mitad del camino.

–Me lleva…

Pidge volvió a cargar su bayard e intentó, una y otra vez de alcanzar al robot con su gancho, siendo inútil en cada ocasión. Mientras, el droide había encontrado el conjunto de cables indispensables para desactivar la puerta. La paladín verde contempló con horror cono la maquina tomaba aquellos cables rudimentariamente con su único brazo semi-destruido y tiraba con ellos insistentemente.

–Vamos –dijo Pidge concentrándose en lo apuntaba de nuevo al droide con su bayard –. Vamos –cerró sus ojos en lo que continuó pidiendo suplicantemente por un milagro.

Su bayard en sus manos resplandeció y cambio de forma, hasta convertirse en una especie de ballesta avanzada. Lo que normalmente era el gancho o navaja del arma, se volvió una flecha, que en cuestión de segundos salió disparada en dirección de la maquina cruzando la habitación a gran velocidad.

La flecha brillante verdosa a travesó el pecho del robot, apagándolo para siempre antes de que lograra su cometido.

Pidge dio un respiro de alivio. Pero no tenía tiempo para descansar o relajarse, ya que de nuevo las voces de sus compañeros retumbaron en el comunicador. La paladín verde flotó hacia el panel de control del CeCoA, activando así de nuevo la gravedad en toda la base minera.

–¡Pidge! ¡Pidge! ¡¿Contesta, Pidge?! –a través del comunicador se escucharon los llamados suplicantes de Shiro.

–Estoy aquí – respondió ella sentándose de nuevo frente a los controles generales y la pantalla principal. Los rostros preocupados de la mayoría de sus compañeros le fueron visibles para la chica.

–¡¿Qué quiznak fue eso?!

–¿Qué fue lo que sucedió?

–¿Por qué nos quedamos sin gravedad?

–¿Te encuentras bien?

–Uno de los robot galra no estaba completamente destruido –comenzó a explicar la paladín verde en lo que su mano viajó a un costado de su abdomen –. Me atacó de repente y trató de forzar el mecanismo neumático para abrir la puerta…¡ahh! –gimió ella al pasar sus dedos por una sección de su armadura rota. Alzó su mano ante sus ojos y a la vista de sus compañeros en pantalla, revelando sus dedos cubiertos de sangre… su sangre –. Y no… no creo que este bien.

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Hola a todos

Un par de ogros, fantasmas y duendes se atravesaron en mi camino durante la producción de este capítulo, atrasando su salida. Pero prospere con mi espada de luz y el poder de la amistad.

Espero que disfruten el capitulo.

Saludos.