Disclaimer los personajes no son míos, los he tomado prestados, no gano nada con esto y lo hago solo para divertirme.

CONTIENE SPOLIERS SEXTO LIBRO


Hermione creyó llevar bien su vuelta a Hogwarts, realmente la primera semana fue así. Estaba demasiado ocupada en ponerse al día, y finalizar algunas investigaciones que había comenzado en verano. Fue pasada esa semana inicial cuando fue consciente de lo difícil que le resultaba esta allí. Aquella tarde había salido de clases como tantas otras veces, tenía tiempo y hoy no le apetecía encerrarse en la biblioteca. Octubre anunciaba su llegada y Hermione decidió aprovechar quizás los pocos días de sol que le quedaban a aquel año. Dejó sus libros en la sala común y se dirigió con paso decidido a los jardines del castillo. Caminó sin rumbo, sumida en sus pensamientos, desde que había quedado en estado sus sentidos estaban al cien por cien y hoy no era una excepción. De repente fijó su vista en la zona donde se encontraba, su corazón dio un vuelco. Recordaba aquel sitio.

Flash Back

Hermione había finalizado pronto sus ensayos aquella tarde. Sus amigos acababan de llegar del entrenamiento de Quiddicht y sabía por su experiencia con ellos que aún les quedaban largas horas de estudio para acabar los suyos. Recogió sus cosas y tras saludarlos brevemente decidió dar una vuelta por el castillo. Todo estaba muy tranquilo a aquellas horas y Hermione gustaba de disfrutar del silencio que a veces llenaba el castillo. Paseó sin rumbo fijo, simplemente quería relajarse, huir del bullicio de su sala común. Había llegado a una zona que no conocía, estaba más oscura de lo normal. Se giró para volver, el ambiente aquí le provocaba escalofríos.

Sus pasos de vuelta se hicieron más apurados e inseguros. De repente un tapiz se movió y de él surgió una mano que introdujo a Hermione tras el mismo tapiz. La joven gryffindor ahogó un grito, estaba contra la pared y su atacante la tenía sujeta por la espalda. De repente una cálida voz habló sobre su cuello.

- Creo Srta. Granger que este no es un lugar apropiado para usted- Severus jugueteaba con su aliento contra el cuello de Hermione- No debería estar aquí, ni aún siendo prefecta.

Hermione se estremeció ante su voz. La giró tiernamente y tras mirarla un instante tiró de su mano.

- Sígame.

Hermione observó entonces que el tapiz ocultaba realmente una empinada escalera de piedra. No se preguntó a donde podía llevar, ni que hacía allí, simplemente guiada por la mano de Severus bajó a través de ella. No sabía cuantos pisos debían haber descendido, realmente allí dentro cada piso parecía exactamente igual al anterior. De repente Severus se paró y torció a la izquierda, paró delante de una pared de piedra y susurró unas pocas palabras. La pared se movió, poco a poco, recolocando cada piedra en un sitio distinto al inicial para mostrar una pequeña salida. Hermione y Severus pasaron a través de ella y la chica pudo ver como se encontraban en una de las zonas del castillo. Severus no le dio tiempo a mirar más, tomándola nuevamente de la mano tiró de ella. El profesor Snape, la llevó a un lateral del castillo, un camino que normalmente los alumnos de Hogwarts no tomaban por estar alejado de la puerta principal. Caminaron un trecho en silencio, cogidos de la mano. De repente a lo lejos Hermione vio una pequeña puerta, Severus fue hacia ella y la empujó. Hermione pasó a través del umbral de la puerta, sus ojos se abrieron con sorpresa. Estaban en medio de un jardín, pero el jardín más hermoso que la gryffindor hubiera visto nunca. Las flores de vivaces colores crecían majestuosas bajo el cálido sol que las calentaba en esta época del año. Había flores de todos los tipos, grandes, pequeñas, de un color, de otro… Sus olores se mezclaban con el aroma de la hierba húmeda y Hermione respiró hondo varias veces. Los sonidos del castillo llegaban amortiguados, lejanos, y se respira un clima de paz y tranquilidad.

Hermione se tumbó en la hierba en el centro del jardín y cerró fuertemente los ojos dejando que sus otros sentidos percibieran las millones de sensaciones que aquel jardín le producían. Severus la observó tumbarse, era tan bella, se deslizó lentamente hacia donde se encontraba y se tumbó a su lado. Juntó su mano con la de su "niña", como él la llamaba, y se maravilló de lo distinto que veía el mundo cuando lo percibía a través de los ojos de Hermione. Ninguno dijo nada, el silencio era para ellos la mejor conversación.

Fin Flash Back

Ahora sentada de nuevo en el mismo jardín Hermione se preguntaba como su vida había cambiado tanto. Lo miró de nuevo, buscando la grandeza y magnitud que tenía la primera vez que lo vio, pero esta vez se encontraba triste apagado. Algunas flores habían muerto y sus colores habían dejado de brillar. Hermione se acordó entonces que este era el jardín del director, un pequeño bálsamo de paz en medio del ajetreo diario del colegio. Se preguntó muchas veces cuantas horas pasaba Albus cuidando de su pequeña parcela del mundo. Siempre había sido un hombre altruista, con su tiempo, con su vida y con este jardín que prestó a Severus y Hermione siempre que ambos querían huir de Hogwarts. Ahora entendía muchas cosas. Miró nuevamente el jardín y como si a una fuerza mágica se debiera se levantó y caminó hasta la pequeña caseta escondida al final del jardín. Extrajo unos guantes, unas tijeras y una pequeña pala, miró a ambos lados y dándose ánimos decidió empezar por las rosas, siempre había adorado esas flores.

Los días se sucedieron sin demasiado ajetreo. Había que reconocer que este año los profesores eran más benévolos y quizás la falta de partidos de Quiddicht hacia que todos los alumnos, incluidos los de quinto y séptimo tuvieran más tiempo libre del que pensaron en un principio. Ron y Harry solían pasar su tiempo libre en la sala común jugando al ajedrez mágico o al snap explosivo. Hermione por el contrario solía perder sus horas muertas en la biblioteca o en el pequeño jardín que seguía cuidando con todo le esmero.

Los tres chicos habían estado evitando hasta ahora volver a hablar de los horcruxes, de Harry, de la profecía… pero todo eso estaba ahí y de un modo u otros todos sabían que en algún momento debían enfrentarlo.

Octubre trajo consigo una considerable bajada de temperaturas y aunque aún quedaban dos meses y medio para el invierno, el tiempo era mucho más desapacible que de costumbre. Hermione no tenía ganas hoy de ir a cuidar del jardín, además amenazaba lluvia. Colocándose cómodamente en el sofá se dispuso a pasar una tarde cálida y agradable en la sala común. Un ligero ruido detrás de ella la sobresaltó.

-Harry¿qué haces ahí?- preguntó Hermione.

- La verdad Herm, estuve pensando – dijo Harry mucho más serio de lo normal- Creo que es hora de seguir con lo que teníamos pensado. El tiempo no corre a favor nuestro, sino a favor de Voldemort.

Los dos hablaban muy bajito, casi en susurros.

- ¿Nos vemos hoy en la sala de los menesteres?- preguntó Harry.

- Después de la cena- respondió Hermione.

Harry se levantó del sofá y se fue, tan sigiloso como había llegado.

Ron, Hermione y Harry cenaron en el gran comedor. Los dos primeros se levantaron para cumplir con sus obligaciones de prefectos, mientras que Harry se fue de inmediato a su sala común cogió su capa de invisibilidad, y se dirigió a la sala de los menesteres. Diez minutos después los tres gryffindors estaban cómodamente sentados.

- Creo que he pospuesto por demasiado tiempo mis obligaciones- comenzó Harry como si soltara un discurso ya preparado.

- Harry...- intentó hablarle Hermione.

- No, es verdad. Por un momento pensé que al volver a Hogwarts, al estar todos juntos de nuevo, es como si nada hubiera pasado. – Harry miraba ahora a sus dos amigos fijamente- Pero realmente no es así. Tengo una misión que cumplir y va siendo hora de que asuma que soy yo o nadie.

Los tres se sumieron en un breve silencio.

- Debemos encontrar los Horcruxes- dijo Harry.

- Pero cómo- preguntó Ron.

- Primero creo que deberíamos pensar en lo que tenemos. Que sabemos acerca de ellos.- dijo Hermione que ya tomaba entre sus manos un pergamino y una pluma que habían aparecido de la nada- Dumbledore creía que Voldemort había partido su alma en siete pedazos.

- De los cuales algunos están localizados e incluso destruidos. - dijo Harry rápidamente.

Hermione comenzó a escribir en el pergamino. Durante un rato los dos amigos la miraban como si estuviera loca. De repente paró en seco, miró a ambos chicos y sonrió.

- Bien, creo que esto es lo que tenemos, corrígeme Harry si me equivoco- Hermione empezó a leer el pergamino- El primer trozo de alma la conservó el mismísimo Voldemort- miró a Ron de reojo- ¡Oh! Déjalo ya Ron o te vas a estremecer cada vez que digamos su nombre.

-Es inevitable-contestó Ron más rojo que su propio pelo.

- Sígamos, otro trozo de su alma fue el que el propio Harry destruyó en segundo, el que estaba escondido en el diario que poseyó a Ginny y que Lucius Malfoy coló en el colegio- explicó Hermione a los chicos como dando una clase magistral- Y tenemos el anillo perteneciente a Salazar Slytherin y que Albus- un pequeño silencio acompañó al nombre del director- se encargó de destruir. Y ya por último, nuestro cuarto horcruxes conocido es el medallón de Slytherin también.

- Del cual no sabemos si realmente ha sido destruido o no- dijo Harry recordando la nota que encontró la noche que falleció el director.

Harry sacó el medallón de debajo de su túnica. De algún modo incomprensible para él, el medallón lo acompañaba siempre desde aquella noche. Lo abrió cuidadosamente extrayendo un papel arrugado de su interior.

'Al Señor Oscuro.

Sé que moriré mucho antes de que leas esto, pero quiero que sepas que fui yo quien descubrió tu secreto. He robado el auténtico Horcrux e intentaré destruirlo lo antes posible. Me enfrento a la muerte con la esperanza de que cuando te enfrenten, serás mortal una vez más.

R. A. B.'

Hermione y Ron oyeron de nuevo la voz de Harry leyendo la nota, buscando una posible explicación. Hermione ya había buscado en varios índices de magos del siglo pasado y de este, alguien que pudiera ser R.A.B, pero hasta ahora su búsqueda no había dado resultado.

-Supongamos que el medallón fue destruido- dijo Hermione.- Eso nos deja tres horcruxes destruidos, sabiendo que Voldemort será el último, nos quedan tres por encontrar y destruir.

- Casi nada- dijo Ron- Un trabajo sencillo.

- Escucha Ron, no valen derrotismos, tenemos que encontrarlos y destruirlos, sino el sacrificio de todos será el balde- explicó Hermione.- Además Albus nos dejó mucha ayuda.

- Como si sirviera de algo- dijo Harry también sin humor.

- Más de lo que creéis- ahora Hermione tenía la total atención de los dos chicos- - Albus creía que Voldemort había usado objetos pertenecientes a los fundadores. Y hasta ahora tenemos, dos objetos de slytherin, su medallón y su anillo. De gryffindor como bien te explicó Dumbledore sólo se conserva su espada, y él mismo comprobó que esta no era un horcrux.

- Si hasta ahora hemos avanzado poco- dijo Harry de nuevo, tumbándose sobre unos cojines aparecidos de repente.

Hermione meneó la cabeza tristemente.

- En relación a Helga Hufflepuff, tú mismo nos contaste- dijo mirando a Harry- que se conserva una taza, y que su última dueña conocida murió en extrañas circunstancias tras mostrárselas al mismísimo Lord. Lo cual nos lleva a suponer que están en su poder.

- ¿Dónde?- dijo Harry- En su casa, en la de un mortifago…

- Yo creo que las tienen los Malfoy- dijo Ron.

- Esa fue mi primera opción, pero después pensé que Lord tenía más mortifagos de confianza. – explicó Hermione a ambos- Los Malfoy recibieron el diario. Lo lógico es que Voldemort repartiera los trozos de su alma a distintos fieles, dificulta su búsqueda y además le da una muestra de confianza. Pensé en los Lestrange y en Severus.

Los dos chicos la miraron extrañamente sorprendidos.

- Eso se llama confianza- dijo Ron burlonamente.- Que bonito es el amor.

- Hay que estudiar todas la posibilidades- comentó Hermione como si no hubiera oído el comentario de Ron- Supuse, que si fuera Severus su portador, Albus lo sabría. Así que me incliné por los Lestrange.

- Era comprensible.- dijo Harry- En el fondo hasta resulta que puede ser romántico.

- Pues creo que no me equivoqué, -continuó Hermione sin hacer caso a los comentarios de sus amigos, sabía que era algo inevitable, la respetaban pero no admitían su relación con el mortifago- uno de mis personajes, digamos de mis múltiples personalidades este verano, se personó en el callejón Knockturn. Su intención era comprar algún objeto perteneciente a Helga Huffelpuff para su esposa. Esta decía ser descendiente de la fundadora de Hogwarts, y yo, su marido, no deseaba contradecirla.

Ron y Harry la miraron sorprendidos al observar la frialdad con la que Hermione contaba el engaño que había perpetrado.

­-No me miréis así, algo había que hacer- les dijo la chica.

- La verdad Herm es que a veces asustas- dijo Ron.

- Resumiendo, el bueno del hombre tuvo a bien contarme que hace unos 17 años aproximadamente un hombre llegó a su tienda muy nervioso, quería vender una taza perteneciente a la fundadora de Hogwarts. Su mujer Beatrix acababa de ser encarcelada en Azkaban, según él por un crimen que no había cometido- explicaba Hermione- y el marido pensó que sería conveniente tener algo de dinero contante y sonante para chantajear al tribunal.

- ¿Te contó todo eso así sin más?- preguntó Ron sorprendido.

- Digamos, que fue una cena larga y se me cayeron accidentalmente unas gotas de verisaterum en su bebida- Hermione sonreía alegremente- El caso es que nunca tuvo tiempo para llevarlo a cabo, el marido fue también llevado a la cárcel y el resto ya lo sabemos.

- Entonces los Lestrange tienen la taza- dijo Harry más para si mismo que para los chicos.

- Exacto- respondió Hermione.- Pero lo mejor viene ahora, el hombre quiso venderme entonces un peine de plata perteneciente a Rowena Rawenclaw.

-No fastidies- le dijo Ron.

- El hombre solo quería vender. Si no podía conseguir la taza de Helga, pensó que mi esposa se contentaría con el peine de otra de las fundadoras.- explicó Hermione como si fuera lo más normal del mundo.

- ¿Y quién tiene ahora ese peine?- dijo Harry nervioso.

- Yo, pero… no exactamente.- respondió Hermione.

Los dos chicos se miraron como si la joven les hubiera dado una bofetada.

- ¿Nos estás tomando el pelo?- preguntó Harry.

- No- volvió a responder Hermione.

- Y ¿Cómo no nos lo contaste antes?- le urgió Ron.

- Por qué realmente no la tengo. La verdad es que me hace falta el dinero.- dijo Hermione- ¿Qué pensáis que soy millonaria?

- Si nos lo hubieras dicho…- le dijo Harry acercándose a ella.

- Harry cuando me metí en esto digamos que nuestra relación no atravesaba su mejor momento- le explicó Hermione.- Y después, se te veía tan bien, era como si por momentos olvidaras todo lo que te quedaba por pasar y pensé que porque no dejar que fueras feliz por un momento.

Harry se acercó a ella y la abrazó dulcemente.

- No me extraña que el murciélago se halla enamorado de ti- dijo Harry besándola tiernamente en la frente.

- No le llames así. Yo… realmente no sé si está enamorado de mi- le respondió Hermione bajando la mirada tristemente.

- Espera, nunca te dijo lo que sentía por ti- le preguntó Ron bruscamente.

- No es eso- Hermione tartamudeaba.

- Si es eso, no te dijo nunca nada, no…- Harry la miraba sorprendido.

- Pero me quiere, lo sé, no me lo dijo directamente pero me quiere….- Hermione se lo repetía a si misma como si eso fuera suficiente.

- Sería un tonto si no lo hiciera.- le dijo Ron- Maldito Bastardo.

- Ron, es Snape no lo olvides. Hasta hace poco era el cretino, grasiento- le dijo Hermione.

- No, Herm para algunos aún lo sigue siendo- le respondió el pelirrojo.

- Vale. Pero no pretenderos que cambie todo de la noche a la mañana. Es como es, es frío y calculador. Es serio y callado. No le gustan las manifestaciones públicas de cariño pero yo lo amo y lo amo como es él, con sus virtudes y defectos.- Hermione hablaba mientras las lágrimas se agolpaban en sus mejillas próximas a salir.

- Lo que está bien para ti lo está para nosotros. – le contestó Ron.- Pero es el bastardo grasiento.

- Gracias Ron- le respondió Hermione sonriendo alegremente a su amigo.

- Digamos que lo único que necesitamos es dinero- dijo Harry- Y por desgracia de eso tengo bastante.

- Harry es mucho dinero, y no sabes lo que te va a hacer falta- le dijo Hermione.- Igual tenemos que buscar otro modo de…

- Hermione te olvidas que soy el heredero de los Potter y de los Black y te puedo asegurar que ninguno de ellos eran pobres- le respondió Harry- Además si el Lord me mata creo que todo mi dinero no me va a servir de nada.

- Pero sería un problema sacarlo todo de golpe- dijo Ron de repente.

- Si, quizá si, alguien se preguntaría para que quiere el joven Potter tanto dinero, - Harry pensaba en alto- ¿Puedes entretener un poco más a tu vendedor?

- Lo intentaré- le respondió Hermione.

Los tres se miraron una vez más y con lentitud se levantaron de sus asientos. Era pasada la medianoche, cuando llegaron a la sala común ninguno dijo nada más, simplemente se dirigieron a sus dormitorios. Hermione volvió a entrar de puntillas para no despertar a sus compañeras y tras cerrar las cortinas de su cama se sumió en un inestable sueño.

Flash Back

Todo fue pasando lentamente, como si ninguno de los dos estuvieran realmente haciendo algo por verse. Ambos se necesitaban, pero ambos eran también conscientes de lo complicado de su situación. Nunca habían hablado de ello, nunca lo habían discutido, simplemente dejaban que el tiempo pudiera darles una verdadera oportunidad. Y nunca se habían vuelto a besar desde aquel día tras la clase, aunque ambos anhelaban volver a sentir esos labios de nuevo.

Severus la observaba muchas veces durante sus clases, y se preguntaba cuanto tardaría el Señor Oscuro en descubrir su debilidad. Aquella tarde Severus estuvo más agresivo que de costumbre, sabía que pronto lo llamarían, que el Señor Oscuro estaba preparándose de nuevo, y Severus debía estar allí, a su lado. Quitó puntos a todas las clases, ni su alumno favorito Draco se libró de una dura crítica del profesor de Defensa.

Hermione notó el nerviosismo y la preocupación en el rostro de su profesor, sabía que algo no iba bien. Aquella noche tras la cena se dirigió al aula de defensa, pero Severus no estaba allí. Parada en medio del pasillo sintió dudar su decisión, pero su necesidad de verlo, de calmarlo era más importante que todo. Decidida, tomó el camino de las mazmorras. No tardó mucho en encontrar una zona poco iluminada, estaba muerta de frío. Sus pasos cada vez más lentos pararon frente a una puerta, su puño tocó ligeramente en la puerta. Oyó unos pasos en el otro lado de la puerta, esta se abrió recortando contra la claridad que había allí dentro la silueta de Severus Snape.

El profesor la miró entre sorprendido y molesto.

- Srta.Granger- la voz de Severus sonó fría y distante- ¿Se puede saber que hace en mis habitaciones privadas?

- Yo… estaba preocupada- respondió Hermione ahora más asustada.

- Pues ya ve que no hay nada de que preocuparse- Severus la miraba enfadado. –Así que ahora vuelva a su sala común y déjese de deambular por los pasillos.

- Yo…

La respuesta de Hermione fue interrumpida por otras voces, provenientes de los slytherins que en aquel momento se dirigían hacia su sala común. Severus miró a ambos lados, y apartándose de la puerta tiró ligeramente de la gryffindor.

Hermione se quedó parada en el medio de lo que parecía una sala, un cálido fuego ardía en la chimenea. Severus se paró también en el medio de la sala, observando a la joven, esta temblaba visiblemente y el profesor se preguntó si era debido al frío de las mazmorras o al miedo. Sabía que la había intentado asustar, pero era lo más lógico, ella no podía acercarse más a él, no sería bueno ni para ella ni para el propio Severus.

Pero ahora al verla allí, abrazándose a si misma y observando todo con esa curiosidad tan propia de ella, su voluntad flaqueó de nuevo. Se acercó lentamente a ella y la abrazó por detrás, respirando de nuevo el perfume de su "niña". Hermione se recostó sobre el pecho de Severus y lentamente comenzó a llorar.

Severus la llevó hacia el sofá, y se sentó con ella, Hermione lloraba quedamente.

- Sé que no debería estar aquí, profesor pero…- Hermione intentaba explicarse.

- Hermione- Severus la obligó a mirarlo- Esto no es correcto y los dos lo sabemos.

- Lo sé…Profesor, yo…- Hermione no sabía que decir.

Los dos sabían que su lucha estaba siendo dura, Hermione se estaba enamorando profundamente de ese hombre. Muchas veces sentada en su habitación se preguntaba que tendría que tener un hombre para que ella se enamorase de él, ahora lo sabía. Se había enamorado del hombre que era Severus, de su sencillez, sus miradas enigmáticas, ese aspecto de malo. Pero ese enamoramiento la estaba llevando más allá, necesitaba algo más. Sus charlas con Severus ya no eran suficientes, sus tardes de complicidad en un aula perdida, en la biblioteca. Sus conversaciones en el despacho. Hermione necesitaba tocarlo, sentirlo, había algo dentro de ella, algo que no conocía, pero que pedía ser saciado. Y por lo que podía ver Severus también hacia verdaderos esfuerzos para no ceder ante su "niña".

Hermione miró de nuevo a Severus, notó el deseo en los ojos de su profesor, como su vista se perdía en los labios de su alumna, en el ligero escote que se vislumbra bajo su camisa. Hermione se inclinó ligeramente hacia delante, Severus vio su gesto. Su voluntad se vino abajo con solo ese movimiento. Su boca descendió para encontrarse con los labios de su alumna. Ambos suspiraron al reconocer de nuevo el sabor de sus bocas. Severus mordió ligeramente el labio inferior de Hermione obteniendo de esta un pequeño gruñido de satisfacción. Su lengua suplicó entonces una entrada que le fue concedida.

Ambos se retiraron para respirar, sus frentes unidas, mirándose con una ligera sonrisa en sus labios. Severus la inclinó sobre su pecho, y ambos se recostaron en el sofá, no podía seguir besándola sino ya sabría donde acabarían y no estaban preparados para ese paso, aún no. Miraron durante un rato al fuego disfrutando del leve crepitar del mismo. Severus observó como la respiración de su alumna se hacia más lenta, más tranquila y supo que se había dormido. Se levantó y la recostó sobre el sofá. La miró durante un momento, intentando vislumbrar que hacer con ella. Su vida era demasiado complicada, y como le decía muchas veces Albus merecía una oportunidad. Tomando a la gryffindor en brazos la llevó hasta su cama, allí le quitó la túnica y los zapatos y la acostó. Quitándose a sí miso la túnica, se acostó al lado de la chica. Aquella noche Severus concilió el sueño por primera vez en mucho tiempo y se dijo que la mañana ya traería nuevas decisiones.

Fin Flash Back

Hermione aún recordaba la mañana siguiente, cuando despertó abrazada al cuerpo de Severus. El dulce calor que recorría su cuerpo y la agradable sensación de saber que había alguien más. Se movió lentamente en su cama y notó el frío de la zona que no había utilizado. El frío la despertó, miró a ambos lados y reconoció su dormitorio en la torre de los leones. Se tumbó de nuevo en la cama y tapándose hasta la cima intentó volver a conciliar el sueño.


Reviews:

Luna Sol Nocturno: Habrá lemon, pero en los capítulos venideros, no era plan empezar con una sesión ya ahora. Gracias por la ayuda en principio está más o menos escrito pero si tengo algún problema ya me pongo en contacto contigo.

Amsp14: Sobre Snape ella se callará muchas cosas, sabe que ellos la apoyan, porque juntos son un equipo pero eso no implica que ellos crean que Snape es inocente, más bien esperan que la imagen irreal que Hermione tiene de él caiga por su propio peso. Lo que averigua poco a poco…

Replika: No te puedo decir si es niño o niña pero ya lo verás. Harry y Ron han vuelto como si no pasara nada pero realmente todo sigue ahí.

tercy-S-Scloe: Sobre si Severus lo sabe o no ya lo comprobarás por ti misma más adelante. Y siento decirte que por ahora Draco no aparecerá en el fic, él es un caso aparte y no será crucial para el desarrollo.

MaluSnapeRickman: El peque no descontará puntos por ahora pero será interesante su llegada a este mundo.

Lara Malfoy-LynnRon y Harry aceptan que Hermione siga adelante pero no que crea en Severus. Los mortifagos enterados de todos lo pasos de Harry, algo comprensible pero hipotético porque si lo hicieran sabrían que anda detrás de los horcruxes, cosa que ni a mi ni a Rowling en su proximo libro le interesará. Además una mujer tiene muchas formas de ocultar que está embarazada.

fiorella'sA mi tampoco me gusta que los fics se demoren una eternidad en actualizar por ello cuando publico un capítulo normalmente ya he escrito varios más, por si se va la inspiración. Supongo que la situación de Ron y Harry ya la has leído en las respuestas anteriores, perdonan pero no olvidan. Gracias por el apoyo.

Nessa4 me alegro que te guste el fic, o por lo menos que te parezca lo suficientes interesante como para leerlo. Gracias

Gracias a todos de nuevo por seguirme leyendo.