Disclaimer los personajes no son mios pertenecen a Rowling hago esto para divertirme y no gano nada.

SPOLIERS SEXTO LIBRO


La vida siguió como de costumbre para los habitantes del castillo, incluso los seis intentaron durante unos días vivir al margen del verdadero destino que los aguardaba. No volvieron a hablar del tema, simplemente se contentaron con disfrutar de estos días como si realmente fueran unos jóvenes más en el colegio de magia y hechicería, como si realmente el peso de ambos mundos no estuviera sobre ellos, o concretamente sobre Harry.

El duro invierno había dado paso a una bella primavera y los jóvenes disfrutaban del los cálidos rayos de sol, tumbados sobre la verde hierba o disfrutando de la tranquilidad del lago. Acostumbraban a llevar consigo a la pequeña Elieen que hacía las delicias de todos ellos, especialmente de su padrino, Harry, que disfrutaba enormemente paseando a la pequeña en sus brazos y dejando que ella jugase con sus rebeldes cabellos.

Harry volvía con Elieen en sus brazos, había estado con ella en la orilla del lago riendo ante los ojos que ponía la pequeña cuando las criaturas del lago salían y chapoteaban sobre la superficie inmaculada del lago. Se la pasó a su madre que la esperaba con los brazos abiertos, y se sentó con sus amigos disfrutando de la frescura de la hierba debajo de él.

-Es impresionante lo fácilmente que olvidamos los problemas- empezó Hermione- Estamos aquí sentados obviando todos los problemas que tenemos, simple y llanamente porque estamos agotados, porque queremos, aunque sólo sea durante unos minutos, olvidar que todo esto nos está superando.

- Tienes razón- le respondió Harry- Nos es fácil encontrar cualquier cosa que nos ayude a olvidar quizás cuales son nuestras verdaderas responsabilidades.

- Pero también necesitamos descansar, necesitamos tener esperanza- continuó Ginny sonriendo a sus dos amigos- Todo va a salir bien. Mirad a Elieen, mirad como sonríe, ella es el futuro, el futuro que queremos, un futuro libre para todos.

El silencio se ciñó sobre ellos y la vista de todos se centró en la pequeña Elieen, como bien había dicho Ginny ella era el futuro, y de algún modo inesperado, Hermione les había dado a todos un camino para seguir, le estaba mostrando por lo que realmente luchaban.

-Creo que deberíamos juntarnos esta noche en la sala de menesteres- concluyó Harry- Hay cosas que no se deben posponer.

Los seis amigos asintieron y con la sonrisa aún en su rostro regresaron al colegio, mientras la pequeña seguía gorgojeando alegre mientras pasaba de brazo en brazo, disfrutando de los atentos cuidados de los amigos de su joven madre.

Aquella noche los seis amigos se juntaron de nuevo en la sala de menesteres como tantas veces habían hecho antes, la pequeña seguía placidamente dormida en los brazos de Harry mientras su madre portaba con ella varios chupetes, un biberón por si tenía sed, otro por si tenía hambre, un manta por si tenía frío y unos peluches por si despertaba y decía dar la lata. Ron solía decir que criar un hijo suponía la necesidad de mejorar el nivel muscular de sus padres, de manera que siempre pudieran poder coger a su hijo en brazos, o a la cantidad ingente de juguetes y demás utensilios que hacía falta para que todo estuviera perfecto.

Harry mecía cuidadosamente a su ahijada en sus brazos mientras la miraba amorosamente.

- Hemos ido dejando que el tiempo pasara, pensando que por un momento nuestras vidas eran normales- empezó mirando fijamente a la niña que dormía entre sus brazos- Mi vida nunca fue normal, ya ahora lo he asumido, mis padres murieron cuando era un bebé y me crié en una familia que me odiaba intensamente. Llegar a Hogwarts fue difícil para mí, porque todos me conocíais sin que yo mismo supiera quien era, porque algunos me odiaron por ser un Potter o porque me parecía demasiado a mi padre. Fui construyendo mi vida, eligiendo mi familia entre extraños y alegrándome día a día de mis elecciones.

Hermione y Ginny intentaron frenar al niño que vivió pero este no se lo permitió quería sincerarse, quería que todos supieran la verdad antes de que fuera demasiado tarde.

- Ron y Hermione se convirtieron en dos de las personas más importantes de mi vida, y ellos lo saben. Ginny fuiste y eres para mí la mujer más importante, lo sabes pero también sabes que no puedo estar contigo ahora, y quizás nunca. – Harry estaba visiblemente emocionado- ¿Qué puedo decir de vosotros?- continuó mirando para Neville y Luna- La excéntrica Luna con su gran corazón, esa chica que si le das una oportunidad no duda en sorprenderte siempre favorablemente. Y Neville, un joven con una vida tan complicada como la mía, aunque con un carácter mucho más dócil que el mío. Creo que ambos compartimos una cierta aversión por cierto profesor de este colegio.

Luna y Neville comenzaron a sonreír tristemente, sorprendiéndose de la sinceridad del niño que vivió.

- Ahora mismo os está sorprendiendo mi sinceridad pero he estado meditando durante estos meses, he recordado cada momento con vosotros, nuestras risas, nuestros enfados- siguió sin inmutarse- Habéis elegido estar conmigo en la travesía más dura de mi vida, una travesía en la que quizás podamos perder lo más importante para nosotros, no teníais porque hacerlo pero lo habéis hecho y para mí eso es importante.

Harry se quedó en silencio sin saber como continuar.

- Todos sabemos que ya tenemos todos los horcurxes, y Luna y Neville han decidido ser los encargados de destruir el alma del Lord proporcionándome una oportunidad para que pueda acabar con él.

- Eso no es del todo cierto- lo interrumpió Ginny- Nos falta un horcrux y aún no sabemos como o cuando enfrentar a ….

- No sabemos cuando o cómo enfrentarlo ahora pero lo sabremos- siguió Hermione- Y sobre el último horcrux…- la joven guardó un silencio tenso.

- Realmente si sabemos cual es- siguió Harry.

Todos miraron al joven con un visible interés excepto Hermione que lo miraba preocupada.

- Creo que va siendo hora de que sepáis que ocurrió la noche en que mis padres murieron…- empezó Harry.

Y aquella noche comenzó a hacerse extrañamente larga para todos aunque a ellos no les pesara el paso del tiempo. Harry relató, fiel a cada uno de los detalles de la última noche de sus padres, los últimos momentos que pasó con ellos. No se negó a responder a ninguna de las preguntas que sus amigos le realizaron y ayudado de la joven prefecta de gryffindor revivió de nuevo sus recuerdos más negros, el día en que todo cambió. Habló también de la profecía, de su posible significado, de cómo su vida podía haber cambiado aquel día si Voldemort hubiera elegido a Neville y no a él, de porque el joven asustadizo y nervioso sentado allí delante cumplía también los requisitos para haber podido ser el encargado de acabar con el mago más oscuro de todos los tiempos.

Hubo momentos en que todos contenían las respiraciones, esperando la siguiente frase del joven, ahora ya maduro alumno de gryffindor, tenían la sensación de estar escuchando a Albus, era como si el anciano director siguiera vivo en las palabras de Harry.

El silencio los acompañó en algunos momentos, e incluso las pequeñas quejas de Elieen que era consciente del nerviosismo de su padrino e intentaba acariciarlo con sus pequeñas manos. El amanecer los encontró todavía sentados en la misma habitación, en la misma posición que cuando cayó la noche, aunque quizás ahora la vida había cambiado para todos ellos. Habían sido hechos participes de las preocupaciones del niño que vivió, habían visto a su amigo como un humano que sufre y siente, un joven maduro que asume el camino que lleva su vida y sabe cual es su misión en la misma. Vieron aún Harry distinto al que todos conocían, pero que mantenía en su interior, la vivacidad y alegría que un día lo hicieron famoso en el colegio. Pero sobre todo sintieron su esperanza, esa esperanza que todos perdemos cuando ya no nos queda nada más por perder, esa esperanza que Harry todavía no había perdido.

Hermione tomó entonces a Elieen de los brazos de Harry y comenzó a acunarla. Miró a sus compañeros todavía sentados en el suelo intentando asimilar aquella noche, intentando enfocar su futuro. La prefecta carraspeó, aunque no sabría decir si para llamar la atención de sus amigos o para comprobar que todavía tenía fuerzas para enfrentar lo que ella misma estaba dispuesta a hacer.

No fue tan fiel como Harry en su relato, pero lo de ella era una relación y esa como todos los enamorados saben sólo les debe pertenecer a ellos. Pero también se sinceró, también destapó su corazón y enfrentó a sus amigos, o por lo menos a Neville, Ginny y Luna, los únicos desconocedores de su secreto. Les habló de su soledad en el colegio, de cómo esta joven rata de biblioteca se había enamorado de su bastardo y cretino profesor, como él le correspondía y sobre todo como se sentía amada. Sabía que a ellos les costaría aceptarlo, como les costó a Ron y Harry en un principio, pero si en su momento su amistad con ellos fue más fuerte que el odio que pudieran sentir por Severus Snape, esperaba ahora que su amistas con Neville, Ginny y Luna también fuera capaz de superar este trago.

Quizás si los jóvenes hubieran estado en una habitación con ventanas, hubieran sido conscientes de cómo el sol ya reinaba poderoso sobre le bello cielo azulado de finales de mayo, pero no, seguían encerrados en la sala de menesteres en aquella hermosa mañana de sábado, intentando buscar su sitio en el mundo, el sitio de cada uno de ello, el sitio de todos ellos.

El hambre y el sueño fueron los primeros en romper el clima de compañerismo y confesiones que se habían vivido aquella noche, y todos supieron tan pronto como se pusieron en pie que algo había cambiado en ellos y para ellos. Se miraron sonriendo y no dudaron en abrazarse, sin saber cuantas veces más podrían seguir disfrutando de la compañía de los otros.

Elieen fue besada por todos y cada uno de ellos, y abandonó la sala en brazos de un inexperto Neville que se preguntaba como no habían visto el enorme parecido que la pequeña guardaba con su padre. Sabían que Hermione la llevaría con sus padres en los próximos días, todos temían que el desenlace fuera algo inminente y la joven tenía miedo que su hija sufriera las consecuencias del mismo.

Ninguno volvió a hablar de aquella noche en la sala de los menesteres, aunque en la forma de comportarse, de hablarse estaban siempre presentes todas y cada una de las palabras dichas. Seguían reuniéndose habitualmente, ya fuera en la sala de menesteres o en la habitación de la pequeña. Luna y Neville ensayaban continuamente con Hermione, debían estar preparados para ejecutar los hechizos correctamente en el momento adecuado y los demás buscaban en la fuerza de estos dos jóvenes la propia para continuar luchando.

Hermione se ausentó aquel fin de semana. Todos sabían donde se encontraba aunque eso no lo hacía más llevadero. El lunes a la mañana entró en el gran comedor, más seria que de costumbre y visiblemente más triste. Todos intuían que tenía que haber sido muy duro para ella dejar a la pequeña en casa de sus padres, pero Elieen estaría bien allí.

Los exámenes pasaron para todos ellos, sin que los seis amigos dieran muestras de estar visiblemente preocupados por ellos. Incluso la estricta prefecta de gryffindor se mostraba más apocada de lo normal, sin prestarles más atención que la que le concedía a un partido de quidditch. Todos echaban de menos a la pequeña Elieen, no sólo su madre, sino también los amigos de la misma que añoraban las sonrisas y las tiernas caricias de la bebé. Sabían que la pequeña seguiría creciendo y ellos se perderían esos momentos, en los que empezara a descubrir las sorpresas que el mundo tenía preparadas para ella. Por un momento todos recordaron a Snape, y se preguntaron si algún día el podría ver crecer a su pequeña junto a Hermione, si lamentaría el haberse perdido sus primeras sonrisas, sus primeras palabras, sus primeros pasos, aunque no pudiera hacer ya nada para cambiarlo.

Los resultados fueron recibidos con la misma falta de entusiasmo con los que previamente se habían realizado los exámenes. Y los jóvenes se encontraron cenando aquella noche en el gran comedor junto con el resto de los alumnos del colegio, esperando que la flamante directora diera por clausurado este último curso para Harry y sus compañeros. La directora se dirigió al atril y como si nada hubiera cambiado, miró a su alrededor, fijando su vista en todos y cada uno de sus alumnos, en todos y cada uno de los alumnos que Albus le había confiado. Su vista se posó entonces en la promoción que acababa su paso por el colegio. Miró a Harry y sus amigos, y supo que debía ser Albus el que tenía que estar aquí dando este discurso, debía ser él, él que diera por finalizada la andadura de Potter en la escuela. Pero eso ya no podía ser, ya no, Albus había muerto, y ella tenía que enfrentar un destino que no estaba preparado para ella. Y así lo demostró en su discurso, un discurso carente de emoción y calidez, un discurso tan frío como el invierno que albergaba en su interior desde la muerte de Albus.

La cena se dio por concluida mucho antes que en años anteriores y los alumnos agradecieron el poder volver a sus habitaciones antes de lo previsto. Los seis amigos subieron hablando con sus compañeros, interesándose educadamente por sus intereses ahora que la escuela había finalizado para todos ellos. Sutilmente los seis se fueron desplazando hacia la tercera planta y antes de que la mayoría de sus compañeros estuvieran en la cama, ellos ya se encontraban sentados en la sala de menesteres.

- Se ha acabado- empezó Ron- ¿Sois conscientes de que ya no volveremos a la escuela?

Sus compañeros le respondieron con un claro silencio, la reflexión casual del pelirrojo había calado hondo en ellos.

-Podremos volver- le corrigió Hermione- Pero no como alumnos, ya hemos acabado nuestra formación, pero eso no implica que las puertas de Hogwarts se hayan cerrado para nosotros.

- Pero ya no será lo mismo- añadió Luna.

La afirmación de Luna recibió el asentimiento de sus compañeros.

- ¿Qué vamos a hacer?- preguntó Neville visiblemente nervioso- No podemos irnos, no podemos salir por la gran puerta del colegio y hacer como si nada esto- dijo señalando alrededor-hubiera pasado. Debemos llevarnos los objetos de los fundadores, e intentar destruirlos en el momento adecuado.

-No, no podemos olvidar- sentenció Hermione muy serena- Debemos encontrar el modo de permanecer juntos, no podemos separarnos. Además- dijo mirando fijamente a Harry- debemos encontrar un sitio seguro.

- Va a ser difícil, no podemos permanecer todos juntos- le dijo Harry- Yo aún no sé a donde iré, vosotros- continuó mirando a Ron y Ginny- debéis volver a casa y Hermione, tú tienes una hija. Y Neville, volverás a casa con tu abuela. No lo veis, cada uno tiene una vida, una vida que no nos permite estar juntos.

- Pues todos vamos a tener que ceder Harry- le cortó Hermione- No podemos separarnos, yo voy a permanecer contigo hasta el final Harry- continuó posando su mano en el brazo de su amigo- Decidí ayudarte hace muchos tiempo, fue mi decisión y no ha cambiado.

- Nosotros tampoco te dejaremos, eres como un hermano para mi- añadió Ron- y mi hermana, bueno ya sabes.

-¡Ron!- le pegó Ginny tan colorada como el pelo que decoraba su cabeza-Harry ya sabe lo que tiene que saber.

- Nosotros tampoco te dejaremos amigo- se entrometió Neville ayudando a la pequeña de los Weasly a salir del apuro en el que se estaba metiendo ella sola- Luna y yo lo tenemos claro.

Harry no pudo evitar emocionarse ante las explicaciones de sus amigos. Sabía que la decisión que habían tomado era muy peligrosa. Había deseado fervientemente ser él, el que tuviera que pasar todo esto sólo, pero por algún motivo sabía que no podría superarlo solo, sabía que los necesitaba. Cerró los ojos y negó fuertemente con la cabeza.

- No puede ser- dijo por lo bajo- No puede ser.

- Va a ser- respondió Hermione- Sabes que no te vamos a dejar, y hagas lo que hagas estaremos a tu lado.

- Pero aunque queráis ayudarme no tenemos a donde ir, no tenemos donde escondernos- intentó razonar con ellos- Pensaba quedarme en la casa de Sirius, pero no podemos esperar allí. No es seguro.

- Vayamos a mi casa- dijo de pronto Luna.

Todos miraron a la extraña joven que había permanecido callada durante toda la charla.

- Mi casa es grande, demasiado grande para mi y para mi padre- añadió como si fuera lo más normal del mundo- Mi padre ahora no está casi nunca en casa, tiene mucho trabajo en el periódico con esto de Voldemort y los mortifagos- continuó como si estuviera hablando su nuevo peinado o de los nuevos modelos de escobas voladoras- No le importará, estoy segura.

- No podemos ir allí- intentó razonar Harry- Si dan con nosotros puede ser peligroso.

- Pero tardarán en encontrarnos- murmuró pensativa Hermione-nadie creerá que cinco amigos de gryffindor acaben pasando sus vacaciones en casa de una rawenclaw.

- Pero puede que nos estén esperando a la salida- dijo Ginny- Puede ser peligroso no sólo para nosotros sino también para tu familia.

- No lo será, los despistaremos- dijo Luna- Llegaremos por separado, no tenéis ningún sitio más donde ir.

Hermione sonrió a la joven, mientras los demás se iban haciendo a la idea de que quizás su verano pasara por la casa de los Lovegood. Harry abrazó a Luna agradeciéndole todo lo que estaba haciendo por ellos. Neville se levantó entonces y la tomó de la cintura besándola dulcemente en los labios ante las risas de sus compañeros.

Los seis abandonaron aquella noche por última vez la sala de los menesteres, sin poder evitar echar atrás una última mirada de nostalgia. Habían pasado buenos momentos en aquel lugar, habían llegado a crear un ejército, habían discutido una y otra vez los difíciles caminos que la vida les mostró, habían llorado y habían reído. Harry cerró la puerta tras comprobar que Luna y Neville portaban cada uno, uno de los objetos que encerraban el alma del Señor Oscuro.

Comenzaron a andar lentamente por los pasillos, totalmente en silencio, sabedores de que la mañana siguiente traería consigo un nuevo camino para ellos, un camino que esperaban tuviera un final.


Reviews:

Amsp14: Hermione lo pasa mal porque no puede creer que Severus dude así de ella. Pero no puede hacer nada para hacerle ver la realidad… sólo espera tener tiempo después para ello.

Jomelie: A mi también me cuesta imaginar a Severus celoso, al fin y al acabo es el rey de las mascaras, pero lo está. Él ha sentido por Hermione algo nuevo y maravilloso y no sabe lidiar con los nuevos sentimientos. Ya averiguaras cual es el horcrux que falta.

luthis snape: El futuro de Elieen es complejo, al final como en la mayor parte de estas situaciones los más perjudicados son los niños, aunque en este caso hay que tener en cuenta que poca gente sabe que es la hija del ex – profesor de pociones lo cual le da una ventaja añadida.

MeilinSnape: Todo se irá respondiendo poco a poco en los proximos capítulos ya no falta mucho para llegar al final… Puede que Snape vea la verdad al final aunque a lo mejor ya es demasiado tarde para ello….

Ale Snape Li: Severus volverá a aparecer eso seguro… espero que te siga gustando.

Malu Snape Rickman: Harry sabe cuando debe hacer las cosas, además tiene a Hermione para que le aconseje sobre ello. Kreacher es como es, pero para algo está Dobby…

Lara Malfoy-Lynn: Hola… no te preocupes por lo del retraso a mi también me cuesta a veces actualizar cuando debo, trabajo y esas cosas. Sobre los horcruxes ya veras el resultado final, en realidad me he tomado alguna licencia literaria y he variado un poco la historia… jeje.

Gracias por leerme y saludos a tods.