Disclaimer los personajes no son míos y no gano nada con esto, solamente lo hago para divertirme.

SPOLIERS SEXTO LIBRO


Su llegada a casa de los Lovegood fue tan extraña como la propia Luna. Se habían despedido en King Cross como si no tuvieran intención de volverse a ver en todo el verano, pero ahora sólo dos días después se encontraban todos juntos sentados en el salón de la casa de la joven rawenclaw tan asustados como al principio, pero con una mayor determinación en sus rostros. Los hermanos Weasly acababan de llegar tras intentar explicar a sus padres que este año no pasarían el verano con ellos. Neville había llegado pocas horas después de la propia dueña de la casa, se había molestado simplemente en enviar una breve carta a su abuela, sin dar más explicaciones que las estrictamente necesarias. Hermione y Harry se habían encontrado por "casualidad" en las afueras de Londres y juntos habían emprendido su búsqueda de la casa de Luna.

Ahora volvían a estar los seis juntos, sentado en torno a una mesa de cristal, donde los elfos de la casa habían depositado todo tipo de comidas y bebidas. Ron disfrutaba de los manjares y con las mandíbulas llenas intentaba explicar a sus amigos las dificultades para convencer a sus padres de que aquel verano no lo pasarían en casa, para acabar huyendo en la noche tras dejar tras de si una carta de disculpa.

La casa era tal y como Luna les había descrito, lo suficientemente grande como para que todos tuvieran su lugar en ella, incluso podrían pasarse días en ella sin cruzarse con los demás habitantes. Los elfos estaban siempre prestos a cumplir cualquier deseo que los amigos pudieran tener, y Luna tenía razón al decir que su padre no les molestaría. El flamante director del Quisquilloso estaba demasiado ocupado como para percibir el miedo que muchas veces acompañaba a los amigos de su hija, ni su presencia allí le resultaba extraño, había aceptado que su pequeña Luna quisiera pasar sus vacaciones acompañada de sus compañeros de escuela y no se preguntaba el porque de la presencia de los cinco jóvenes en su casa.

Solía ausentarse a menudo y no venir ni siquiera a cenar o dormir. Aunque cuando llegaba siempre lo hacía con nuevas historias sobre mortifagos. El Quisquilloso se regocijaba de poder contar en sus columnas no sólo las historias de magos y brujas conocidos, de extraños animales con curiosas propiedades, sino también de los más fieles seguidores del Señor Oscuro. Disfrutaban contando los increíbles secretos de los magos y brujas que rodeaban al mago más temible de todos los tiempos. Nadie sabía si aquellas historias eran verdad o mentira, pero se complacían imaginándose los entresijos de las difíciles relaciones entre los seguidores de Lord Voldemort.

El mundo podía estar preocupado por una gran Guerra, pero nadie perdía la ocasión de imaginar a Lucius Malfoy rojo de cólera, si los rumores sobre las infidelidades de Narcisa Malfoy podían ser verdad o creer que las extrañas historias sobre prácticas ilícitas y depravantes eran ciertas y no una vil creación de los editores con ganas de aumentar las ventas.

Hermione solía disculparse durante las cenas y con las lágrimas a puntos de traicionar sus ojos se ausentaba antes de que llegara el postre. Sus amigos la veían salir apurada, pero sabían que ella necesitaba estar sola ahora. Su propio destino estaba lidiando una de las batallas más difíciles para ella, la de la supervivencia del verdadero amor frente a la duda

Nadie volvía a mencionar las apasionantes historias que el padre de Luna les había contado, y esta le había pedido a su progenitor que se abstuviera de contarles en casa los rumores que llegaban a la redacción. Además la mayor parte de los periódicos se esfumaban poco después de llegar a la casa sin que nadie pudiera decir a ciencia cierta a donde iban a parar. Sobre ello Harry tenía una teoría, en donde Luna había ordenado a uno de los elfos domésticos hacerlos desaparecer. Por su parte la vida seguía igual para los habitantes de la casa, Luna y Neville repasaban de ven en cuando sus hechizos oscuros y después todos juntos seguían preparándose para la batalla. Hermione más taciturna que de costumbre se había convertido en el motor del equipo y solía mantenerlos despiertos aún cuando el cansancio estaba haciendo una visible mella en ellos. A pesar de ello, del compañerismo existente, la espera se estaba volviendo tensa y muchas veces nadie podía evitar que un sonido de queja escapara de sus labios o un grito mal dado. Para los jóvenes allí confinados todo esto se estaba alargando más de lo esperado y anhelaban fervientemente un final a su historia, un final escrito a lágrimas o sufrimiento pero en cualquier caso un final.

Si alguien les hubiera preguntado a los jóvenes que tenía aquel día de especial frente a otros de su aburrido verano ninguno le sabría decir a ciencia cierta lo que podía ser, pero todos se habían levantado con esa extraña sensación que te acompaña cuando sabes que hoy es un día distinto, que hagas lo que hagas hoy algo va a cambiar. Desayunaron taciturnos tras descubrir que como tantos otros días, el padre de Luna no había acudido a dormir, solo que por una vez la joven rawenclaw se veía extrañamente preocupada. Trató en vano de localizarlo a lo largo de la mañana y cuando los seis se sentaron a comer la preocupación se había extendido también a los demás compañeros, nadie les respondía en la redacción, nadie les respondía en casa de los Weasly era como si de repente estuvieran aislados para el resto del mundo. Los elfos sirvieron prestos la comida, una fuentes que nunca serían tocadas porque poco después de ser posadas en la mesa, Harry cayó en el suelo agarrándose fuertemente la cabeza.

- Ha empezado- murmuró con los ojos anegados en lágrimas- La guerra ha empezado.

Sus amigos observaron su rostro desencajado, su cicatriz enrojecida y su respiración entrecortada. Sabían que su momento había llegado, lo habían ensayado una y otra vez, pero en estos momentos ninguno sabría si tendrían las fuerzas para llevarlo a cabo. Los seis se miraron por un momento temiendo que aquel fuera la última vez que lo hicieran. Luna y Neville se tomaron de la mano y tras saludar a sus amigos una última vez salieron hacia la parte superior de la casa donde guardaban los objetos de los fundadores.

Hermione proporcionó a Harry una poción contra el dolor de la cicatriz y cuando el niño que vivió empezó a dar síntomas de que empezaba a hacer efecto, los cuatro se tomaron de las manos y con un trasladador que habían comprado en una de esas famosas tiendas ilegales que tanto paseó Hermione en verano se aparecieron en la afueras del ministerio de magia.

No les hizo falta avanzar mucho más para ser conscientes del horror de lo que se estaba viviendo. Los gritos desesperados de magos y brujas queriendo escapar de la crueldad de la batalla, aurores en el suelo retorciéndose bajo la maldición cruciatus mientras eran coreados por las risas frías de los mortifagos. Los jóvenes buscaron un punto de referencia, algo familiar en aquel panorama de dolor y desesperación. Hermione buscaba con su mirada una melena negra que le ayudara a seguir con la locura que veía ante sus ojos, mientras Harry aún levemente dolorido por el escozor de su cicatriz buscaba a su némesis de ojos rojos.

Nunca supieron de que modo, ni como fueron arrastrados pero cuando quisieron se conscientes de lo que pasaba a su alrededor, los cuatro empuñaban sus varitas luchando como podían en el medio de la batalla.

Los cuatro amigos pretendían mantenerse unidos el mayor tiempo posible aunque empezaban a ser conscientes que el fragor de la batalla los estaba empezando a separar, provocando que en muchas ocasiones tuvieran que echar una mirada atrás para ver si sus compañeros seguían con ellos. Hermione y Harry permanecían juntos, espalda con espalda, mientras los hermanos Weasly se mantenían ligeramente rezagados luchando hombro con hombro.

Un murmullo se empezó a extender por los grupos de mortifagos cuando uno de ellos reconoció al niño que vivió luchando en medio de la batalla. Harry fue consciente de ello al notar como los hechizos dejaron de estar dirigidos a él, y como a pesar de que él atacaba a todos y cada uno de los seguidores de Voldemort que se colocaban delante de él, estos optaban por defenderse sin herir en ningún momento al joven Potter. Hermione se acercó a él por detrás, usando al niño que vivió como escudo sabedora de que así estaría defendida.

- Te están protegiendo- le dijo la joven.

- Me quiere para él- le respondió Harry- Me están cansando para que Voldemort pueda acabar conmigo.

- Harry- intentó empezar Hermione pero ya no pudo terminar.

Un grito ensordecedor los atravesó a todos y Harry no pudo evitar volver a llevarse la mano a la cicatriz. Se curvó sobre si mismo, mientras Hermione observaba como los propios mortifagos se estremecían ante el horror del grito emitido por su jefe.

- Luna y Neville lo han hecho- susurró Harry por lo bajo.- Voldemort está enfandado. – continuó respirando entrecortadamente- ¿Y Ron y Ginny?

Ambos amigos miraron hacia atrás para comprobar que los hermanos Weasly estaban en estos momentos enzarzados en una cruel lucha con varios mortifagos. Ron se sintió observado y levantó la vista un minuto tras conjurar un hechizo protector. Miró a sus dos amigos y les sonrió, indicándoles con la cabeza que siguieran, Harry miró una vez más a Ginny y tras tomar a Hermione de la mano continuaron avanzando.

Hermione y Harry pasaron por encima de varios cadáveres sin tener el valor suficientes de comprobar que si eran mortifagos o luchadores de su bando. La joven se fijó entonces en varios mortifagos que cuchicheaban entre ellos y tirando de Harry ocultó a ambos a la vista. Reconoció a los padres de varios de sus compañeros, McNair, Malfoy… y supo que estaban cerca del propio Señor Oscuro, algunos de sus mejores mortifagos estaban allí delante. Harry y Hermione se miraron una vez más y buscaron con su vista a Ginny y Ron. Harry levantó de nuevo su varita y Hermione lo siguió.

- Mione, ya has hecho suficiente- le dijo el niño que vivió- Vuelve con ellos.

- No, estaré contigo hasta el final- le respondió la joven seriamente.

Harry intentó esbozar una leve sonrisa que no fue más que una burda mueca en su rostro. Los dos amigos salieron de su escondite, blandiendo sus varitas en alto y preparados para enfrentar su destino.

Ron intentaba proteger a su hermana con su cuerpo, pero eran demasiados. Hacía rato que había perdido de vista a Harry y Hermione y estaba preocupado por ellos, sabía que su amigo estaba dispuesto a enfrentar su destino y tenía miedo lo que ello podía conllevar. Agitó lentamente su cabeza intentando sacar esos pensamientos de su mente, debía centrarse en la lucha que había delante de ellos. Observó como su hermana luchaba por ponerse de pie e intentó ayudarla, su costado recibió entonces el hechizo lanzado por uno de sus adversarios y Ron cayó al suelo observando como su varita rodaba lejos de él. Miró a su hermana y miró a su atacante, sabiendo quizás que este sería su último momento. El mortifago se fue acercando lentamente, mientras reía fríamente coreado por el resto de sus compañeros. Levantó su varita apuntando a la menor de los Weasly y riendo ante el rostro desencajado de dolor de Ron. El joven se obligó a no cerrar los ojos, y observó como los labios del hombre se movían pronunciando un hechizo, un hechizo que nunca llegó a salir de sus labios, pues un hechizo le dio a él en ese momento lanzándolo por el aire. Ron levantó la vista para observar a sus hermanos llegando a su lado. Percy venía al frente lanzando hechizos a todo aquel que osara ponerse en su camino, mientras los gemelos repartían todo tipo de sus oscuros hechizos. Bill y Charlie cerraban la retaguardia.

-Los Weasly al ataque- bromearon los gemelos incapaces de ser serios incluso en estos momentos.

Los siete hermanos se pusieron en pie, y varitas en mano se dispusieron a demostrar como luchan los pobretones.

Hermione y Harry observaron como la mayoría de los mortifagos se iban dispersando incorporándose a la lucha que se desarrollaba a su alrededor. Mientras en el centro, la débil luz de aquel día les mostraba al mago más negro de todos los tiempos riendo vilmente al lado de sus mejores mortifagos, los Lestrange y Snape. Hermione no pudo evitar un atisbo celos al observar como Beatrix posaba su mano en el brazo de Severus mientras ambos reían una broma echa por el Lord. Nagini siseaba por lo bajo observando atentamente todo lo que ocurría alrededor del Lord. Rodolphus, el flamante marido de Beatriz, el débil esposo levantó la vista observando como el niño que vivió y su compañera salían de su escondite.

- Vaya, vaya- empezó llamando la atención de los demás- Harry Potter y su novia nos hacen una visita.

Los demás se giraron lentamente, para encontrarse con Harry y Hermione que caminaban decididos hacia el grupo. Harry miraba directamente al Lord, buscando mentalmente la forma de lograr que su joven amiga saliera de allí con vida.

- Hola Tom- empezó Harry como si el miedo que sentía no fuera real- Me alegro de verte.

- Irónico, me gusta, pareces no tener miedo- le espetó el Lord acercándose a él.

- No lo tengo- le respondió más seguro de lo que en realidad se sentía.- Esto es algo entre tú y yo, déjalos a ellos.

- ¿Y que se pierdan la oportunidad de disfrutar de una sangre sucia?- insinuó el Lord- Ellos no merecen eso.

- Ella es tan sangre sucia como tu padre Tom, pero no por ello merece morir.

- La quieres demasiado- sonrió el Lord intentando no acusar el certero golpe del joven- Nuestro pequeño Potter está enamorado y como tu padre no eres hábil buscando a las mujeres que te deben acompañar- añadió coreado por sus seguidores.

Harry observó entonces la tensión en el rostro de Severus, pero sabía que por mucho que lo odiara él era la única oportunidad de Hermione, esperaba por un momento que el amor que profesaba por la joven fuera lo suficientemente fuerte como para luchar por ella.

- El amor es así Tom, es una pena que nunca hayas podido sentirlo- lo azuzó Harry notando el bufido que soltó Beatrix ante el ataque dialéctico del niño que vivió-Además creo que ambos sabemos porque no te gustaba mi madre.

Harry se giró mirando a Hermione, mientras una lágrima escapa de sus ojos, intentando saber si sería la última vez que se verían. Su varita se levantó entonces y la lucha comenzó. Harry fue consciente de que tras él, tanto los mortifagos como Hermione contenían el aliento esperando los movimientos de los dos magos. El Lord repelió el primer ataque del joven sin ningún tipo de problema mientras su risa sarcástica se introducía en los oídos de los allí presentes. Severus se introdujo entonces en la mente de Harry.

-Cierra tu mente Potter, cierra tu mente- lo escuchó Harry como en clases de oclumancia.

El Lord notó también la presencia de Severus en Harry y miró a su mortifago.

- Traidor- siseó por lo bajo.

El hechizo salió de su varita e impactó sobre Snape que salió volando varios metros antes de caer en el suelo. Harry observó como un papel caía de la capa de su ex – profesor mientras su joven amiga corría hacia Severus. Potter se agachó tomando entre sus manos una carta escrita a puño y letra del anciano director. Por su mente pasaron millones de preguntas, millones dudas que en aquellos momentos no podía responder, la escondió en su capa esperando sobrevivir para poder leerla, y conocedor de que la hostilidades ya se habían desatado tras él.

El Lord miró una vez más a los Lestrange satisfecho seguramente de sus acciones sobre su amiga y Snape mientras Harry se centraba en defenderse de los ataques del Lord. Tom rió en alto y lanzó un hechizo sin ni siquiera mover lo labios, Potter notó como era arrastrado por una fuerza superior a la de cualquier humano y sin poder luchar contra ello se dejó llevar.

Hermione fue cubierta con el cuerpo de Severus tan pronto como los esposos Lestrange decidieron entrar en acción, aunque si por ello el ex –profesor pensaba que su joven alumna se mantendría al margen estaba muy equivocado. Hermione tardó un segundo en reaccionar ante lo que estaba sucediendo pero con la misma determinación que mostraba el niño que vivió salió de detrás de Severus empuñando su varita. Snape la miró un momento pero supo que no podía perder más tiempo, y en aquel momento profesor y alumna comenzaron a luchar fervientemente por su vida. Rodolphus se encargó de la joven prefecta mientras la perfecta Beatrix mantenía una cruel lucha de poder con el mejor mortifago de Voldemort.

Hermione se mantenía a duras penas en pie, repeliendo uno tras otros los hechizos del señor Lestrange. Sabía que el marido de Beatrix era mejor que ella en todos los sentidos pero debía aguantar, su hija pasó un momento por su mente y supo que ella era todo lo que tenía. Rodolphus avanzó hacia ella y Hermione trastabilló cayendo al suelo mientras soltaba un pequeño grito. Un grito que distrajo a su profesor, Snape se giró entonces de manera refleja intentado saber que le sucedía a su ex – alumna. Beatrix sonrió y sin dudarlo volvió a atravesar a su "compañero" con un cruciatus.

Las risas de los Lestrange se hicieron entonces audibles en el campo de batalla, Hermione miraba temerosa al flamante esposo mientras Severus se retorcía de dolor bajos los atentos cuidados de Beatrix. Hermione cerró los ojos, no podría aguantar mucho más, lo sabía, pero por lo menos lo había intentado. Una voz familiar se hizo entonces un hueco en sus oídos y cuando abrió los ojos observó como el señor Lestrange se debatía en un nudo de telaraña que lo apresaba, ahogándolo más y más cuantos más esfuerzos hacia por liberarse. Sus ojos se encontraron entonces con los de su amigo pelirrojo.

- Ayuda a Snape mientras yo me encargo de Rodolphus- le dijo.- Yo no puedo ayudar al bastardo.

- ¿Y Ginny?-preguntó apurada la prefecta.

- Con mis hermanos, hay problemas en el ministerio, están allí- le respondió mientras se acercaba a Rodolphus para comprobar que su hechizo seguía surgiendo efecto.

Hermione siguió acercándose entonces a Beatrix, la señora Lestrange seguía torturando a Severus, inmune a los sucesos que se desarrollaban tras ella. Hermione levantó lentamente la varita, debía hacer algo pero no tenía el valor suficiente para convocar un hechizo de magia oscura, no tenía el valor para vencerla. Cerró los ojos y la imagen de la mortifaga se cruzó con la de Severus y ella haciendo el amor, besándose, de repente la mujer le devolvió la mirada, y la joven se vio observando a Beatrix sobre Severus amándolo del mismo modo en que la joven gryffindor lo hacia. Un odio intenso cruzó entonces por su cuerpo y sin poder retenerlo, pronunció el hechizo sectusempra, dando gracias a Harry por haberle enseñado alguno de los hechizos que había aprendido del libro del principe.

Beatrix se llevó las manos al pecho y comenzó a sangrar abundantemente. Miró a la joven leona que todavía observaba asustada su varita de la que había salido el hechizo.

-Así que nuestra sangre sucia está preocupada de su amado profesor- intentó ironizar Beztrix mientras la vida se le escapaba- Volverá, podéis acabar con él hoy y aquí, pero resurgirá con otro trozo de su alma como hizo hace dos años en el cementerio, tomando el alma que Potter guardaba en él.

Hermione la miraba entre asustada y sorprendida de las revelaciones de la fría hermana Black. Beatrix se giró hacia Severus que yacía inconsciente en el suelo.

- Pudo ser un buen mortifago, si se hubiera unido a mí. Podríamos haber sido invencibles- siguió como queriendo sacar todo eso con su último aliento- Pero veo que sus intereses eran otros.

Beatrix miró una vez más a Hermione y con un claro odio en sus ojos falleció. La joven se giró lentamente y observó a Ron mirando el cuerpo de Severus tendido sobre el suelo.

-Está inconsciente- le dijo.

La joven se acercó lentamente.

-Enervate- susurró apuntándolo con su varita.

Severus comenzó a moverse, muy lentamente pero a moverse. Hermione se inclinó sobre él.

-Beatrix está muerta y su marido no se puede mover- le dijo comprobando que los hechizos de Ron seguían haciendo efecto

Miró a Ron que la observaba con rostro asqueado. Y se inclinó aún más para besar a su profesor en los labios.

- Cuídate.- le susurró.

Severus intentó tomarla del brazo pero Hermione fue más rápida, y se alejó. Cerró los ojos intentando retener la imagen de su "niña" besándolo y con las pocas fuerzas que aún le quedaban susurró un hechizo para aparecerse en las afueras de Hogsmeade.

Hermione no podía volver a mirar atrás, no podía, sabía que si volvía a ver a Severus en ese estado volvería a permanecer junto a él y su sitio estaba con Harry. Tomó a Ron del brazo mientras apuraba su paso hacia la zona donde Harry había desaparecido con el Lord.

-Harry ya no es el último Horcrux-le explicó a Ron- Voldemort tomó ese trozo de alma hace dos años en el cementerio. Pero él aún sigue creyendo que lo es.

Los dos se miraron una vez más y con una desesperación impropia para ellos comenzaron a correr hacía su amigo, no sabían si el niño que vivió tendría alguna oportunidad para vencer a Voldemort pero lo que si sabían es que si lo hacía no tardaría en acabar con su propia vida después. Harry pensaba que era el último horcrux, Harry pensaba que él también debía morir.


Reviews:

Lara Malfoy-Lynn: Me alegro mucho que te haya gustado el capítulo a pesar de ser tan sentimental. ¿Crees que Harry va a morir al final? Es un final muy plausible, además le daría al libro un giro al que la mayoría de los autores no nos tienen acostumbrados. Pero eso sólo Rowling nos lo puede contestar. Sobre si Harry es el último Horcrux o no eso será algo que descubrirás en los próximos capítulos.

Malu Snape Rickman: Sé que han tenido que madurar de golpe pero así han sido sus circunstancias. Sobre Snape ya leíste el capítulo por lo tanto ya sabes que no ha salido… su situación tampoco es la adecuada.

amsp14: Nunca sabremos como va a ser el final realmente… puede que Severus decida hacer un último acto de sacrificio, él ya está cansado de luchar, asesinó al director y ha perdido a Hermione.

MeilinSnape: El fic la verdad es que si acabará pronto… me alegro que te haya gustado este capítulo. Y con confianza cuando te graduas tu vida cambia, aunque puede que para mejor.

Replika: Me alegro que te siga gustando el fic, sobre los capítulos ya le queda poco. Después del que acabas de leer dos más.

milagros maria: Me alegro que te esté gustando el fic, aunque leer los 14 capítulos de golpe no sé si será muy fuerte pero bueno. Sobre los sentimientos de Severus, está enamorado de Hermione aunque le cueste reconocerlo…

Natalia: No me gustaría ser la causante de tu suspenso, todo hay que decirlo pero si eso le comentas a tu profesora que lea también la historia a lo mejor se engancha a Harry Potter … espero que sigas leyendo.

Jomelie: El capítulo me costó un poco escribirlo, sobre todo la escena de la noche en que murieron los padres de Harry. Sobre Luna, me parece que es un personaje interesante en la historia y quería involucrarla de manera clara en la misma.

Gisse: Sobre el Horcrux que resta ya te enterarás a su debido tiempo… sé que cambié la historia pero no son más que esas pequeñas licencias literarias que nos tomamos los autores que escribimos fics para llevar nuestras historias al punto que a nosotros nos interesa.

Gracias por leerme y saludos a tods.